Un Blues

Un Blues
Del material conque están hechos los sueños

11 may 2015

El lugar del cerebro que hace fracasar las dietas..................................................Daniel Mediavilla

Experimentos con ratones logran aliviar el hambre manipulando un grupo de neuronas que impulsa a ingerir comida.

 

La energía acumulada en los dulces resulta muy atractiva para el cerebro / trombone65

“Si preguntas por la calle cuál es el motivo de que una persona esté obesa, la mayoría de la gente te responderá que es porque come demasiado, y tienen razón.
Pero la pregunta importante es: ¿por qué come demasiado?”. La pregunta la planteaba Jeffrey Friedman en una entrevista con Materia.
 En 1994, este científico estadounidense había identificado la hormona que nos dice cuándo debemos comer y cuándo es momento de parar.
 Este tipo de trabajos mostraron que el peso era un rasgo regulado por genes, de un modo similar a la estatura, y que pensar en manipularlo de una manera significativa a partir de dietas puede ser algo más complicado que una cuestión de voluntad y buenos hábitos.
Millones de años de evolución nos han legado una herencia genética que busca un equilibrio entre los riesgos de morir de hambre y los inconvenientes de estar demasiado gordo para cazar o huir de los depredadores
. El centro de control de este mecanismo se encuentra en el cerebro, encargado de gestionar las señales que envía el organismo y el entorno para mantenernos con vida el mayor tiempo posible
. Uno de los mecanismos clave de ese sistema es el hambre, un acicate necesario para enfrentarse a la caza de un mamut, pero un enemigo mortal en un mundo con comida por todas partes.
Esta semana, dos equipos independientes de científicos publican dos trabajos que han tratado de desentrañar las redes de neuronas que gestionan la información y los impulsos relacionados con el alimento.

Uno de los grupos, liderado por Bradford Lowell, investigador de la Escuela de Medicina de Harvard es uno de los descubridores de las neuronas AgRP, unas células nerviosas que detectan la falta de calorías y desencadenan una serie de señales que nos hacen necesitar comida.
 Esas moléculas tienen niveles más elevados entre las personas obesas y más bajos entre las delgadas.
Ahora, en un artículo que se publica en la revista Nature Neuroscience, explican el descubrimiento de un circuito que inhibe y controla las ganas de comer.
Este mecanismo, regulado por una proteína bautizada como MC4R, podría convertirse en una diana para crear un fármaco que ayudase a controlar el apetito y la obesidad, al reducir el sufrimiento del hambre asociado a la dieta.
Una vez que identificaron las neuronas que controlaban la saciedad, situadas en el hipotálamo, la zona del cerebro que regula nuestros mecanismos básicos de supervivencia, los investigadores observaron que las señales de esta región se comunicaban con otra en la parte de atrás del cerebro conocida como núcleo lateral parabraquial.
Después, los investigadores diseñaron un experimento para identificar el modo en que se transmitían estas órdenes.
Lo hicieron a través de un sistema que, empleando ratones modificados genéticamente, permitía activar neuronas a través de láser azul que actuaba sobre un implante de fibra óptica en su cerebro.
Con ese sistema, introdujeron a ratones hambrientos en un espacio con dos cámaras, una normal y una con una luz azul que activaba el implante de los ratones modificados
. Además, utilizaron ratones sin modificar.
 Estos últimos no mostraron preferencia por ninguna de las dos habitaciones, pero los manipulados prefirieron claramente la azul, donde el láser activaba la región del cerebro relacionada con el hambre y les aliviaba la necesidad de comer.
Las neuronas del hambre se activan cuando se pierde entre el 5% y el 10% del peso corporal
Ahora, Lowell y su equipo trabajan para aplicar lo aprendido con estos experimentos a la salud humana, aunque reconoce que implantar fibra óptica en humanos puede no ser la mejor solución para la obesidad.
 “Idealmente, estas neuronas se estimularían con un fármaco.
 Ahora estamos trabajando para identificar todos los genes que expresan estas neuronas de la saciedad y esperamos que expresen algo que pueda ser empleado como una diana terapéutica”, explica Lowell a Materia.
En un trabajo que buscaba comprobar una parte relacionada de este mecanismo, Scott Sternson, investigador del Instituto Médico Howard Hughes, también analizó la función de las neuronas AgRP. Según el investigador, estos interruptores del hambre se activan cuando la pérdida de peso alcanza entre el 5% y el 10% de la masa corporal, y explicaría en parte por qué al principio una dieta puede funcionar para después acabar en fracaso debido a un apetito permanente que nos quiere devolver a lo que considera nuestro peso normal.
“Estamos estudiando diferentes formas en las que el cerebro controla el apetito”, afirma Sternson, que ha publicado su estudio en Nature.
 “Durante más de 60 años, todos los estudios neurobiológicos han sido consistentes con la idea de que el hambre hace que la comida sepa mejor, y esto es sin duda cierto
. Sin embargo, hemos identificado un grupo de neuronas diferentes que provoca el hambre por un mecanismo distinto: producen una señal que genera un sentimiento desagradable y los animales aprenden a comer, en parte, para acallar esa señal”, añade.
“Por lo tanto, estas neuronas contribuyen a los aspectos emocionales negativos de perder peso, ya sea debido a la inanición, que estas neuronas evolucionaron para prevenir, o debido a una dieta para perder peso”, concluye.
Hasta ahora, Sternson y su equipo, que como Lowell han desarrollado sus experimentos con ratones, manipulan las neuronas de la saciedad a través de virus, de una manera similar a como se insertan nuevos genes en la terapia génica.
“Esta podría ser una manera en que se podría hacer en las personas, pero también, podríamos comprender lo bastante sobre los receptores y las enzimas expresadas en las neuronas AgRP como para desarrollar fármacos que los modifiquen en el futuro”, apunta.
Los dos enfoques presentados esta semana servirían, si se pueden llevar con seguridad a humanos, para reducir la ingesta excesiva de comida y, al mismo tiempo, evitar los efectos desagradables del hambre que acompañan a la dieta y que, como explicaba Friedman, parece recordarnos que nuestro peso, como nuestra estatura, está escrito en los genes y no hay demasiado que podamos hacer para cambiarlo a largo plazo.

La vida no es tan chula en Desigual........................................................... Dani Cordero

La firma textil despide a su primer ejecutivo y otros directivos tras el deterioro de sus ventas.

Interior de una tienda de Desigual en Nueva York
Interior de una tienda de Desigual en Nueva York. / RICHARD B. LEVINE (CORDON PRESS)

Cuando el pasado 17 de febrero Desigual presentó sus resultados de 2014 solo los murmullos internos hacían presagiar que dos meses después, el pasado martes, acabaría cesado el consejero delegado, Manel Jadraque.
 La cadena propiedad de la sociedad La vida es chula había elevado su facturación un 16% (963,5 millones de euros), había ganado 134,9 millones de euros (un 3% más).
Pese a la aparente espectacularidad de los números, antes que a Jadraque la compañía había dado puerta a dos pesos pesados: José Armillas, exresponsable del negocio de mujer —categoría reina de la cadena—, y Carlos Maíz, que tras un tiempo fuera, había regresado para hacerse cargo del desarrollo de nuevos productos
. Otros mandos intermedios también desfilaron.
En diciembre empezó el goteo de salidas.
 Una portavoz de Desigual cuenta 38 despidos entre enero y marzo.
Trabajadores de la firma aseguran que han seguido despidiendo a personal hasta mayo.
 Algo cambió durante la reunión que el comité de directivos de Desigual celebró, como cada otoño, en el Empordà (Girona) para preparar el siguiente ejercicio.
“A partir de diciembre empezaron los despidos y se generó un ambiente de miedo”, explica un afectado por el ajuste, que asegura que entre los argumentos de su cese estuvo la caída de ventas en España.

Los números del último ejercicio

Desigual facturó en 2014 un 16% más (963,5 millones de euros), ganó 134,9 millones de euros (un 3% por encima de 2013) y su Ebitda fue de 261 millones (un 8% menos).
Un documento interno elaborado para un nuevo accionista, revela que la facturación que no computa nuevas aperturas cayó un 10% de enero de 2014 a febrero de 2015.
La firma admite 38 despidos entre enero y marzo. La plantilla sostiene que son más.
Los resultados de 2014 muestran que la facturación había crecido.
 Pero esas ventas se podrían estar sustentando en el fuerte plan de aperturas puesto en marcha por Desigual
. Un documento interno muestra cómo la evolución orgánica de las ventas (que permite comparar año por año sin tener en cuenta las nuevas aperturas) en las tiendas de Desigual en Europa (su principal mercado) caen más de un 10% entre enero de 2014 y febrero de 2015.
 Ningún país se escapa.
Desigual se niega a desvelar su evolución de ventas orgánicas y se ciñe a las totales, computando nuevas aperturas, que en todos los países habrían crecido en dos dígitos en 2014. Del primer trimestre, solo facilita los datos de Italia, cuyas ventas totales dice que crecieron un 20%.

Agotamiento del producto

“Si la caída de ventas orgánicas se da en un país no pasa nada, pero si pasa en muchos hay algo sospechoso”, afirma un analista de comercio minorista de una importante firma.
 En su opinión, esa tónica podría denotar cansancio del producto pero también errores en la estrategia de ventas multicanal.
La sociedad no concreta los motivos de la marcha de Jadraque (el fundador y propietario de la compañía, el suizo Thomas Meyer, asume sus competencias).
También niega que haya sido Eurazeo quien haya motivado la destitución.
 Los 963 millones de euros de ventas de Desigual en 2014 no alcanzaron el objetivo de 1.000 millones que se había interiorizado en el cuartel central de la compañía.
Cuando el fondo firmó su entrada en la compañía incluyó una cláusula por si los resultados no eran los esperados: si Desigual flaquea, Eurazeo se queda un 4% del capital adicional sin coste alguno. Desde la compañía aseguran que esa cláusula solo se cumpliría si la compañía sale a Bolsa, una de las posibilidades para acabar de impulsar el crecimiento de la firma, algo que, según fuentes financieras, no se dará a corto plazo.

 

Casillas y el olvido que seremos..................................................... José Sámano

La inquina ya traspasa lo futbolero. La condena de José Mourinho parece a perpetuidad, al menos para un sector de Chamartín.

Iker Casillas ante el Valencia
Casillas, ante el Valencia / Kiko Huesca (EFE)

Hubo un tiempo en el que la gente tenía muy buen ojo con Iker Casillas, aquel chiquillo de cara angelical acunado en La Fábrica que obraba milagros y mucho más.
El diagnóstico de la grada era más fiable incluso que el de los técnicos.
Basta recordar la murga que dio Fabio Capello para fichar a Buffon.
 Pero con Iker se estaba cultivando un mito, el héroe inesperado de la Novena junto a Zidane. Palabras mayores.
Como toda leyenda, Iker trascendió al madridismo, se convirtió en el guardameta de toda España, solo comparable a lo que en su día supusieron Ricardo Zamora e Iribar, otros porteros sobrenaturales, tan capaces como el madridista de horripilar a los adversarios, que les veían como una barrera marciana, inverosímil para los terrenales.
Para alguien que ya sopla 25 velas desde su ingreso en el benjamín del Madrid, y 18 desde su estreno en una convocatoria con el primer equipo, con más de 700 partidos en la mochila, no cabría otro destino que el panteón madridista
. El que se ganaron Maldini en el Milan y Giggs en el Manchester United, por citar dos ejemplos del reciente ayer.
 O el olimpo que se han ganado Xavi en el Barça, Buffon en la Juve y Totti en la Roma
. La mitología abunda en el fútbol, que venera de forma hasta tribal a sus ritos y símbolos, aquellos que le reconcilian de por vida con unos colores.
 En el caso de Iker, la semilla del diablo ha tenido un efecto devastador y la fractura ya es insostenible para el futbolista y para la institución, que nunca le brindó el apoyo necesario.
La inquina ya traspasa lo futbolero.
 Ninguna culpa tuvo en los dos goles del Valencia, pero parte de la hinchada la tomó con él
. Así que nada apunta a que el destino de este gato con guantes sea el museo de Di Stéfano, Pirri, Amancio, Butragueño y Raúl, si es que a este le dan plaza.
 La condena de José Mourinho parece a perpetuidad, al menos para un sector de Chamartín.
No fue el primer cisma entre un jugador y su entrenador, ni será el último.
Pero el luso llevó su cruzada más lejos que nadie, fuera de los terrenos de juego, donde, con muchos altavoces alrededor, aireó sin parar sus intrigas contra el capitán, principal víctima de un técnico que no repara en atizar hogueras, que necesita tantas coartadas como vivir en permanente combustión. A lo Bilardo, al enemigo ni agua
. Así que nada más sacrílego que Casillas pidiera concilio a su amigo Xavi en favor de un mínimo de ética deportiva y el bien de la selección nacional.
 Quizá fuera su primera gran gestión con el brazalete. Ese puede ser el mayor reproche, nunca fue un intervencionista.
 En la intimidad del vestuario se dejó ir más de una vez. Nada que merezca las mazmorras. Menos aún una topera.
Desde Mou, a Casillas ya no se le juzga por su faceta deportiva, condicionada, además, por su puesta en la diana partido tras partido, suplencia tras suplencia.
 El madrileño soportó lo insoportable, al menos en público, sin una mala palabra para los jefes. Siempre se le tuvo por pasivo, por demasiado pasivo.
Tampoco encontró amparo en los despachos, donde el club se hizo el lonchas mientras una de sus principales divisas era arrastrada por el lodo
. A este Madrid le cuesta abrigar a sus iconos, sean Del Bosque o Raúl.
 No tanto a Mou, defendido a capa y espada con su dedo como guía. También Bale, un recién llegado, ha merecido el respaldo presidencial ante la prensa. Bien, como debiera ser con otros muchos.
Nadie es perfecto, ni está libre de críticas.
 Tampoco Casillas, claro está, pero no puede obviarse su vínculo y fidelidad al club.
Es historia del Real Madrid, no alguien en tránsito.
El tuétano de la entidad se debe a futbolistas así.
 Quizá ya no haga paradas de otra galaxia, pero sin el listón del propio Casillas hoy sería un portero de primerísimo nivel.
 Para su desgracia, llegados a este punto sin retorno y con el club en silencio, Iker tenga que leer ya, antes de que el tiempo mengüe su destino, El Olvido que Seremos, de Héctor Abad Faciolince.
Una terapia para no manchar su ida con tachas a la grada, munición para sus detractores. Para otros, como Rafa Nadal, su mejor paladín el sábado, será eterno. Como él. Ambos merecen honores.