| |||
Fuente: musica.com | |||
Letra añadida por bravia | |||
|
30 abr 2015
Ay Monedero....se vía venir
Monedero critica con amargura la estrategia política de Podemos
Juan Carlos Monedero, cofundador de Podemos,
ideólogo y hombre clave para el partido, ha criticado con amargura este
jueves la estrategia política de la formación que lidera Pablo
Iglesias
Se ha mostrado decepcionado, desengañado y defraudado ante las dinámicas de la primera línea de la política, y ha reconocido que la organización ha caído en algunos vicios de la competición electoral. "Podemos cae en este tipo de problemas porque deja de tener tiempo para reunirse con un pequeño círculo, porque es más importante un minuto de televisión o es más importante aquello que te suma a la estrategia colectiva...", ha planteado el profesor de Políticas, responsable del programa marco del partido, en una entrevista en Radiocable.
Aun así, ha querido dejar claro también que su formación "es lo más decente en la política española".
Según el análisis de Monedero, que ha recordado a Iglesias que él prefiere a Galeano antes que la serie Juego de tronos, tan citada por los principales dirigentes de Podemos, ha criticado que en el momento en que las fuerzas políticas tienen como principal objetivo "acceder al poder", entran también "en el juego electoral y empiezan a ser rehenes de lo peor del Estado, de su condición representativa". El dirigente ha admitido que en el partido hay un debate de ideas y discrepancias en torno a la estrategia a seguir, aunque "no debe traducirse en ese choque agónico", y ha llamado a "regresar a los orígenes", en referencia al espíritu fundacional y el 15-M.
En el partido rechazan que se esté perdiendo esa frescura y circunscriben las declaraciones de Monedero a una reflexión personal.
Aun así, admiten que las cosas han cambiado en los últimos meses, y confían en recuperar fuelle gracias al contacto directo con los círculos y los simpatizantes durante la campaña electoral.
El martes, el politólogo señaló a EL PAÍS que decidirá en las próximas semanas si alejarse de la política activa, aunque dejó claro que quiere "dejar la puerta abierta para seguir construyendo" el partido que lidera Pablo Iglesias desde el lugar en el que nació, "la calle y la reflexión", dos de los elementos clave de su éxito
. Un lugar distinto de la "vorágine del aparato" de una fuerza política. Monedero aún no ha tomado la decisión, que es una cuestión que deberá consultar con otros miembros de la dirección y con personas de confianza. "Tengo que hablarla con mis compañeros". En cualquier caso, ya deslizó algunas amargas reflexiones.
"Tengo la sensación", dijo, "de que debo regresar a la reflexión y dejar de dedicar tanto tiempo a la vida orgánica. Podemos necesita una voz que no sea la voz del partido
. Toda la gente que montamos Podemos estamos en la vorágine de un aparato que necesariamente se burocratiza. Alguno de nosotros tiene que salirse a volver a mirar desde fuera, pero que su voz no sea la misma que la del partido". Monedero, en definitiva, dio a entender que prefiere alejarse del aparato y sentirse un verso libre.
"Me apetece volver a recuperar mi voz propia antes que seguir siendo una parte de la rueda dentada de un aparato.
Y quiero poder debatir con los medios, con la sociedad civil, con otros partidos, con los que piensan diferente sin que mis opiniones se vean frenadas por nada que no sean mis propias convicciones".
Se ha mostrado decepcionado, desengañado y defraudado ante las dinámicas de la primera línea de la política, y ha reconocido que la organización ha caído en algunos vicios de la competición electoral. "Podemos cae en este tipo de problemas porque deja de tener tiempo para reunirse con un pequeño círculo, porque es más importante un minuto de televisión o es más importante aquello que te suma a la estrategia colectiva...", ha planteado el profesor de Políticas, responsable del programa marco del partido, en una entrevista en Radiocable.
Aun así, ha querido dejar claro también que su formación "es lo más decente en la política española".
Según el análisis de Monedero, que ha recordado a Iglesias que él prefiere a Galeano antes que la serie Juego de tronos, tan citada por los principales dirigentes de Podemos, ha criticado que en el momento en que las fuerzas políticas tienen como principal objetivo "acceder al poder", entran también "en el juego electoral y empiezan a ser rehenes de lo peor del Estado, de su condición representativa". El dirigente ha admitido que en el partido hay un debate de ideas y discrepancias en torno a la estrategia a seguir, aunque "no debe traducirse en ese choque agónico", y ha llamado a "regresar a los orígenes", en referencia al espíritu fundacional y el 15-M.
En el partido rechazan que se esté perdiendo esa frescura y circunscriben las declaraciones de Monedero a una reflexión personal.
Aun así, admiten que las cosas han cambiado en los últimos meses, y confían en recuperar fuelle gracias al contacto directo con los círculos y los simpatizantes durante la campaña electoral.
El martes, el politólogo señaló a EL PAÍS que decidirá en las próximas semanas si alejarse de la política activa, aunque dejó claro que quiere "dejar la puerta abierta para seguir construyendo" el partido que lidera Pablo Iglesias desde el lugar en el que nació, "la calle y la reflexión", dos de los elementos clave de su éxito
. Un lugar distinto de la "vorágine del aparato" de una fuerza política. Monedero aún no ha tomado la decisión, que es una cuestión que deberá consultar con otros miembros de la dirección y con personas de confianza. "Tengo que hablarla con mis compañeros". En cualquier caso, ya deslizó algunas amargas reflexiones.
"Tengo la sensación", dijo, "de que debo regresar a la reflexión y dejar de dedicar tanto tiempo a la vida orgánica. Podemos necesita una voz que no sea la voz del partido
. Toda la gente que montamos Podemos estamos en la vorágine de un aparato que necesariamente se burocratiza. Alguno de nosotros tiene que salirse a volver a mirar desde fuera, pero que su voz no sea la misma que la del partido". Monedero, en definitiva, dio a entender que prefiere alejarse del aparato y sentirse un verso libre.
"Me apetece volver a recuperar mi voz propia antes que seguir siendo una parte de la rueda dentada de un aparato.
Y quiero poder debatir con los medios, con la sociedad civil, con otros partidos, con los que piensan diferente sin que mis opiniones se vean frenadas por nada que no sean mis propias convicciones".
La importancia de tener amigos.....................................................Silvia C. Carpallo
Vivimos en una sociedad cada vez más individualista, pero los expertos nos recuerdan la importancia para nuestro bienestar de conservar y trabajar nuestras amistades.
Se dice que quien tiene un amigo, tiene un tesoro.
De hecho, las series de televisión reafirman cada vez más esta idea. Desde Friends a Sexo en Nueva York, pasando por Cómo conocí a vuestra madre hasta llegar a Girls o Big Bang Theory,
todas nos dicen que si algo nos queda, pase lo que pase, son los
amigos. ¿Pero es eso cierto? En un mundo en el que medimos nuestra
autoestima según nuestro número de “likes” en Facebook, la realidad es
que amistades de las de verdad, de las de carne y hueso, conservamos
pocas.
“Vivimos en la sociedad más individualista de la historia”,
afirma Luis García Tojar, profesor de Sociología en la Universidad
Complutense de Madrid.
No hay una explicación única a esta afirmación, pero en su opinión lo que queda claro es que “la mayoría de estudios coinciden en que en el mundo contemporáneo la amistad se ha hecho más volátil, más fácil de hacerse y deshacerse.
Más basada en el interés también”.
No sólo eso. Según explica el experto el concepto de amistad ha
cambiado, y es que ahora “los amigos para toda la vida tienden a ser
cada vez más escasos y aparecen los amigos especializados: subgrupos de
amigos vinculados exclusivamente a un tema o una actividad”. Quizás no
nos paremos a pensarlo, pero lo cierto es que suele ser común que
tengamos menos tiempo para esas amistades de siempre, y sin embargo, nos
sea más fácil sacar un rato para nuestro grupo de pádel o para unas
cañas con los compañeros de la academia de inglés. Todo ello influido,
sin duda, por una nueva forma de relacionarnos, en la que las nuevas
tecnologías han tenido un papel fundamental.
“Gracias a ellas, por ejemplo, podemos tener amigos a quienes nunca hemos visto. Algo casi inaudito en la historia de la humanidad.
Las nuevas tecnologías y la nueva sociedad que emerge con ellas están redefiniendo el concepto de amistad”, apunta Luis García Tojar.
¿Hasta qué punto es importante tener amigos?
Según el sociólogo tener amigos no es sólo importante para el propio
individuo, sino también para la sociedad como concepto en sí mismo.
Desde su punto de vista, “en el mundo contemporáneo un grupo social es
un conjunto de redes, unas grandes (por ejemplo, los socios de un club
de fútbol) y otras pequeñas (los vecinos del portal), unas basadas en el
interés (compañeros de trabajo) y otras en el afecto (matrimonio), unas
elegidas (un partido político) y otras impuestas (la familia).
Los
amigos, en general, son nodos de conexión entre unas redes y otras. Por
tanto, son fundamentales sociológicamente hablando”. Desde esta
perspectiva “una socialización adecuada aconseja la participación en
múltiples redes de diverso tipo. Permite conocer y conocerse mejor”.
Pero por supuesto, la amistad también es una de las claves en nuestro
bienestar emocional.
Tal y como relata Nayara Malnero, psicóloga en el centro integral Psic & Corps de Gijón, la cuestión de las amistades aparece en sus consultas “siempre y sin excepción”.
En el caso de los jóvenes porque los amigos son un pilar fundamental, tanto en su ocio, como en su consuelo. En el caso de los adultos, sin embargo, como una forma de llenar los vacíos que muchas veces dejan los hijos cuando se van, o en casos de divorcio o viudedad, cuando necesitan reforzarse los vínculos sociales. Así, Nayara Malnero observa que las personas que conservan sus amistades “muestran una salud tanto física como psicológica mucho mayor”, y es que “sin el contacto frecuente con los demás, difícilmente podemos ser felices”.
¿Por qué nos cuesta conservarlas?
No hace falta ser sociólogo ni psicólogo para saber que es más fácil tener amigos cuando se es joven, por una razón muy simple: tenemos más tiempo. Crecer significa, entre otras cosas, ver mucho más comprometidas las horas de tu día. Primero, por las responsabilidades laborales, pero por supuesto también las familiares
No hace falta ser sociólogo ni psicólogo para saber que es más fácil tener amigos cuando se es joven, por una razón muy simple: tenemos más tiempo. Crecer significa, entre otras cosas, ver mucho más comprometidas las horas de tu día. Primero, por las responsabilidades laborales, pero por supuesto también las familiares
. Todo ello sin contar con que
nuestro tiempo de ocio también se ve mucho más afectado por compromisos
sociales con los que “debemos” cumplir, y siempre pensamos que los
amigos estarán ahí de todas formas.
Pero las relaciones de
amistad, como puede pasar con las relaciones sentimentales, se echan a
perder si no se trabajan de una forma constante.
“En efecto, a medida que sumamos años las relaciones se debilitan y, reconozcámoslo, en la mayoría de las ocasiones somos nosotros los responsables: no las cuidamos, nos enfrascamos en nuestros quehaceres diarios y dejamos atrás a aquellos que no nos siguen en nuestro día a día”, apunta la psicóloga.
“En efecto, a medida que sumamos años las relaciones se debilitan y, reconozcámoslo, en la mayoría de las ocasiones somos nosotros los responsables: no las cuidamos, nos enfrascamos en nuestros quehaceres diarios y dejamos atrás a aquellos que no nos siguen en nuestro día a día”, apunta la psicóloga.
Esto hace que “el día en que paramos (el
mejor ejemplo es la jubilación) y contamos con un rato libre, nos demos
cuenta de que no tenemos nada qué hacer o, peor aún, que no tenemos con
quien compartir ese tiempo”
.Cómo conservar los amigos o hacer nuevas amistades
Todo problema tiene su solución, y esta es sencilla. Quizás, pararse a reflexionar acerca de la relación con nuestras amistades es el primer paso para cambiar la misma.
Todo problema tiene su solución, y esta es sencilla. Quizás, pararse a reflexionar acerca de la relación con nuestras amistades es el primer paso para cambiar la misma.
Por ejemplo, dejándonos de preocupar por la
cantidad de “me gusta” que reciben nuestras fotos, y utilizando las
redes sociales, no para encerrarnos en nosotros mismos, sino para
mejorar nuestras relaciones con los demás.
Es cierto que tenemos menos
tiempo para vernos, pero siempre hay un rato para enviar un mensaje
preguntando “qué tal”, a esa persona que hace tiempo que no ves, bien
por lo ajetreado de nuestras vidas, o a veces, por la propia distancia
física. Puede que cueste verse, pero no “saberse”.
Por otra parte, si nuestro círculo de amistades ya se ha visto reducido, hay que pensar que nunca es tarde para conocer gente nueva, y que quizás, eso sea un factor que enriquezca mucho más nuestra vida.
Por otra parte, si nuestro círculo de amistades ya se ha visto reducido, hay que pensar que nunca es tarde para conocer gente nueva, y que quizás, eso sea un factor que enriquezca mucho más nuestra vida.
Para hacer amigos no hay edad, todo es cuestión de proponérselo, y
es que como insiste Nayara Malnero, “hacer amigos es fácil para los
niños porque en el parque hay juegos en los que compartir espacios o
materiales, porque en el colegio les colocan en grupos o parejas para
hacer las tareas, o sencillamente porque romper el hielo les resulta muy
natural con cualquier excusa.
¿Pero por qué no tomar esta sabiduría
infantil para nosotros?”.
De esta forma la psicóloga recomienda apuntarse a actividades que nos gusten o que nos causen curiosidad y en las que se cuente con que participa un grupo de personas
De esta forma la psicóloga recomienda apuntarse a actividades que nos gusten o que nos causen curiosidad y en las que se cuente con que participa un grupo de personas
. “Algunos ejemplos pueden ser:
senderismo, baile, actividades más o menos activas en asociaciones de
vecinos, clubs de lectura, grupos de crecimiento personal...”.
Anticipándose a nuestra vergüenza o a nuestras oxidadas herramientas
sociales, la psicóloga de Psic & Corps destaca que “si lo que cuesta
es entablar conversación, solo hay que recordar que cualquier tema es
bueno, desde el tiempo, hasta la hora qué es, aprovechar el contexto en
el que te encuentras es lo más útil.
Por supuesto, también cuidar tu
sonrisa y una actitud positiva, ese es el mejor ‘buscador de amigos’ que
podemos tener”.
La orfebrería de ‘Cien años de soledad’......................................................... Jan Martínez Ahrens .
Las pruebas de imprenta de la novela de García Márquez vuelven a buscar dueño.
Fue un martes de 1965. Gabriel García Márquez
acababa de regresar de un fin de semana en Acapulco con su esposa y sus
dos hijos, cuando, fulminado por un “cataclismo del alma”, se sentó
ante la máquina de escribir y, como él mismo recordaría años después, no
se levantó hasta principios de 1967.
En esos 18 meses, todos los días, de nueve de la mañana a tres de la tarde, el escritor colombiano gestó Cien años de soledad.
Mucho se ha escrito de la atmósfera mexicana en la que germinó su obra magna, de su obsesión creativa, de sus dificultades económicas, del apoyo inquebrantable de los amigos.
Pero muy poco se sabe de su construcción.
Las claves de su plasmación material, la ingeniería sobre la que edificó el universo de Macondo, siguen entre sombras.
Y este misterio no fue casual
. El propio autor, cuando en junio de 1967 recibió el primer ejemplar impreso, rompió el original para que “nadie pudiera descubrir los trucos ni la carpintería secreta”
. De aquella destrucción histórica se salvaron contadísimos documentos.
Uno de ellos, posiblemente el más importante, fue la primera copia de las pruebas de imprenta. Sobre las galeradas, García Márquez anotó de su puño y letra 1.026 correcciones, dejando a la luz cambios e inflexiones de enorme interés.
Esos papeles, a los que ha tenido acceso EL PAÍS, han seguido una azarosa existencia
. El escritor los regaló al cineasta exiliado Luis Alcoriza y a su esposa Janet.
Tras sus muertes, fueron subastados dos veces sin éxito y ahora, olvidados otra vez, buscan acomodo en una institución.
“Prefiero que estén en una biblioteca o un museo que conmigo”, dice el mexicano Héctor Delgado, heredero de los Alcoriza.
Las galeradas, de editorial Sudamericana, suman 181 hojas de doble folio, numeradas a mano, con acotaciones del autor en bolígrafo o rotulador.
Su recorrido muestra la orfebrería de García Márquez.
En ellas el autor señala los inicios de capítulo, reordena párrafos, suprime y añade frases, sustituye o corrige más de 150 palabras y, en muchas ocasiones, alerta de erratas.
En este ejercicio queda patente el agotador pulso que el autor mantenía consigo mismo.
Los cambios no solo van destinados a purificar el texto o despejar la fronda de nombres de los Buendía, sino que ahondan en sus inextricables juegos de lenguaje
A veces, se trata de sutilezas: de “amedrentar” se pasa a “intimidar”, de “obstruir” a “cegar”, o de “completar” a “complementar”.
Pero otras, la mano del escritor va mucho más lejos: las mariposas se vuelven “amarillas”, las sanguijuelas se sacan “achicharrándolas” con tizones, el troglodita queda convertido en un “atarván”, los niños andan como “zurumbáticos”, la Ópera Magna se transforma en “alquimia”, un san José de yeso descubre un interior “atiborrado de monedas de oro” o la descarga del máuser “desbarata”, que no “desarticula”, un cráneo.
También algunos personajes adquieren matices nuevos con los incisos.
Amaranta, por ejemplo, “finge sensación de disgusto” al oír hablar de boda, y Aureliano ve su “antigua piedad” transformarse “en una animadversión virulenta”
. Son alteraciones constantes. Una lluvia fina de mejoras que, sin generar cambios de fondo ni giros argumentales, sí que descubren la talla microscópica y tenaz de un texto de cuya grandeza el autor era consciente.
Posiblemente por ello, García Márquez nunca devolvió las pruebas de imprenta a la editorial, sino que envió las correcciones aparte.
Y lejos de destruir el documento, como hubiera sido esperable, lo convirtió en un monumento a la amistad: lo regaló y dedicó al director de cine Luis Alcoriza y a su esposa, la actriz austriaca Janet Riesenfeld:
“Para Luis y Janet, una dedicatoria repetida, pero que es la única verdadera: del amigo que más les quiere en este mundo. Gabo. 1967”.
La pareja, afincada en México y muy próxima a Luis Buñuel, formaba parte del círculo íntimo del escritor colombiano.
Aquel que le había mantenido en las épocas más negras y con quien, en los días buenos, había celebrado la alegría de vivir.
El propio autor lo explicó años más tarde en un artículo en EL PAÍS:
“Cuando la editorial me mandó la primera copia de las pruebas de imprenta, las llevé ya corregidas a una fiesta en casa de los Alcoriza, sobre todo para la curiosidad insaciable del invitado de honor, don Luis Buñuel, que tejió toda clase de especulaciones magistrales sobre el arte de corregir, no para mejorar, sino para esconder.
Vi a Alcoriza tan fascinado por la conversación que tomé la buena determinación de dedicarle las pruebas”.
El matrimonio guardó las páginas como un objeto sagrado.
Dieciocho años después, cuando Cien años de soledad ya era un tótem,
García Márquez volvió a encontrárselas en casa de los Alcoriza: “Janet las sacó del baúl y las exhibió en la sala, hasta que se hicieron la broma de que con eso podían salir de pobres. Alcoriza hizo entonces una escena muy suya, dándose golpes con ambos puños en el pecho, y gritando con su vozarrón bien impostado y su determinación carpetovetónica: ‘Pues yo prefiero morirme que vender esa joya dedicada por un amigo”.
García Márquez respondió escribiendo debajo de la dedicatoria, con el mismo bolígrafo que la primera vez: “Confirmado. Gabo. 1985”.
Luis Alcoriza, el exiliado, murió en 1992 en Cuernavaca.
Su esposa le siguió seis años después. Las galeradas quedaron en manos de su heredero, el ingeniero y productor Héctor Delgado, el hombre que les había cuidado en los últimos días. En 2001, con el beneplácito del premio Nobel, los papeles fueron subastados sin éxito en Barcelona por un millón de dólares (897.500 euros, al cambio actual)
. Un año después, tampoco hubo suerte en Christie’s. Ahora, al año de la muerte de García Márquez, el heredero, de 73 años, busca quien los adquiera.
La Universidad de Texas, que compró el archivo del Nobel, se ha interesado, pero poco más. Casi medio siglo después de su gestación, uno de los pocos documentos que se salvaron de la génesis de Cien años de soledad sigue buscando dueño.
En esos 18 meses, todos los días, de nueve de la mañana a tres de la tarde, el escritor colombiano gestó Cien años de soledad.
Mucho se ha escrito de la atmósfera mexicana en la que germinó su obra magna, de su obsesión creativa, de sus dificultades económicas, del apoyo inquebrantable de los amigos.
Pero muy poco se sabe de su construcción.
Las claves de su plasmación material, la ingeniería sobre la que edificó el universo de Macondo, siguen entre sombras.
Y este misterio no fue casual
. El propio autor, cuando en junio de 1967 recibió el primer ejemplar impreso, rompió el original para que “nadie pudiera descubrir los trucos ni la carpintería secreta”
. De aquella destrucción histórica se salvaron contadísimos documentos.
Uno de ellos, posiblemente el más importante, fue la primera copia de las pruebas de imprenta. Sobre las galeradas, García Márquez anotó de su puño y letra 1.026 correcciones, dejando a la luz cambios e inflexiones de enorme interés.
Esos papeles, a los que ha tenido acceso EL PAÍS, han seguido una azarosa existencia
. El escritor los regaló al cineasta exiliado Luis Alcoriza y a su esposa Janet.
Tras sus muertes, fueron subastados dos veces sin éxito y ahora, olvidados otra vez, buscan acomodo en una institución.
“Prefiero que estén en una biblioteca o un museo que conmigo”, dice el mexicano Héctor Delgado, heredero de los Alcoriza.
Las galeradas, de editorial Sudamericana, suman 181 hojas de doble folio, numeradas a mano, con acotaciones del autor en bolígrafo o rotulador.
Su recorrido muestra la orfebrería de García Márquez.
En ellas el autor señala los inicios de capítulo, reordena párrafos, suprime y añade frases, sustituye o corrige más de 150 palabras y, en muchas ocasiones, alerta de erratas.
En este ejercicio queda patente el agotador pulso que el autor mantenía consigo mismo.
Los cambios no solo van destinados a purificar el texto o despejar la fronda de nombres de los Buendía, sino que ahondan en sus inextricables juegos de lenguaje
A veces, se trata de sutilezas: de “amedrentar” se pasa a “intimidar”, de “obstruir” a “cegar”, o de “completar” a “complementar”.
Pero otras, la mano del escritor va mucho más lejos: las mariposas se vuelven “amarillas”, las sanguijuelas se sacan “achicharrándolas” con tizones, el troglodita queda convertido en un “atarván”, los niños andan como “zurumbáticos”, la Ópera Magna se transforma en “alquimia”, un san José de yeso descubre un interior “atiborrado de monedas de oro” o la descarga del máuser “desbarata”, que no “desarticula”, un cráneo.
También algunos personajes adquieren matices nuevos con los incisos.
Amaranta, por ejemplo, “finge sensación de disgusto” al oír hablar de boda, y Aureliano ve su “antigua piedad” transformarse “en una animadversión virulenta”
. Son alteraciones constantes. Una lluvia fina de mejoras que, sin generar cambios de fondo ni giros argumentales, sí que descubren la talla microscópica y tenaz de un texto de cuya grandeza el autor era consciente.
Posiblemente por ello, García Márquez nunca devolvió las pruebas de imprenta a la editorial, sino que envió las correcciones aparte.
Y lejos de destruir el documento, como hubiera sido esperable, lo convirtió en un monumento a la amistad: lo regaló y dedicó al director de cine Luis Alcoriza y a su esposa, la actriz austriaca Janet Riesenfeld:
“Para Luis y Janet, una dedicatoria repetida, pero que es la única verdadera: del amigo que más les quiere en este mundo. Gabo. 1967”.
La pareja, afincada en México y muy próxima a Luis Buñuel, formaba parte del círculo íntimo del escritor colombiano.
Aquel que le había mantenido en las épocas más negras y con quien, en los días buenos, había celebrado la alegría de vivir.
El propio autor lo explicó años más tarde en un artículo en EL PAÍS:
“Cuando la editorial me mandó la primera copia de las pruebas de imprenta, las llevé ya corregidas a una fiesta en casa de los Alcoriza, sobre todo para la curiosidad insaciable del invitado de honor, don Luis Buñuel, que tejió toda clase de especulaciones magistrales sobre el arte de corregir, no para mejorar, sino para esconder.
Vi a Alcoriza tan fascinado por la conversación que tomé la buena determinación de dedicarle las pruebas”.
El matrimonio guardó las páginas como un objeto sagrado.
Dieciocho años después, cuando Cien años de soledad ya era un tótem,
García Márquez volvió a encontrárselas en casa de los Alcoriza: “Janet las sacó del baúl y las exhibió en la sala, hasta que se hicieron la broma de que con eso podían salir de pobres. Alcoriza hizo entonces una escena muy suya, dándose golpes con ambos puños en el pecho, y gritando con su vozarrón bien impostado y su determinación carpetovetónica: ‘Pues yo prefiero morirme que vender esa joya dedicada por un amigo”.
García Márquez respondió escribiendo debajo de la dedicatoria, con el mismo bolígrafo que la primera vez: “Confirmado. Gabo. 1985”.
Luis Alcoriza, el exiliado, murió en 1992 en Cuernavaca.
Su esposa le siguió seis años después. Las galeradas quedaron en manos de su heredero, el ingeniero y productor Héctor Delgado, el hombre que les había cuidado en los últimos días. En 2001, con el beneplácito del premio Nobel, los papeles fueron subastados sin éxito en Barcelona por un millón de dólares (897.500 euros, al cambio actual)
. Un año después, tampoco hubo suerte en Christie’s. Ahora, al año de la muerte de García Márquez, el heredero, de 73 años, busca quien los adquiera.
La Universidad de Texas, que compró el archivo del Nobel, se ha interesado, pero poco más. Casi medio siglo después de su gestación, uno de los pocos documentos que se salvaron de la génesis de Cien años de soledad sigue buscando dueño.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)