Un Blues

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Del material conque están hechos los sueños

27 abr 2015

De Niro celebra el 25º aniversario de ‘Uno de los nuestros’ en Tribeca


De Niro en el festival de Tribeca
De izquierda a derecha, Nicholas Pileggi, Ray Liotta, Lorraine Bracco, Robert De Niro, Paul Sorvino y el moderador Jon Stewart, en el festival de Tribeca. / Eric Thayer (REUTERS)

Todo se queda en casa en Tribeca. No es un festival de cine como los demás.
 Tiene aspiraciones internacionales, pero al final siempre vuelva a mirar dentro y en su 14ª edición aún tiene claro el objetivo con el que nació de revitalizar Nueva York
. Por eso, este año inauguraron con el documental Live From New York! para celebrar el 40º aniversario de uno de sus emblemas, el programa Saturday Night Live.
  Y, por eso, el Festival se clausuró este sábado con la proyección y reunión de parte del equipo de Uno de los nuestros, otro símbolo cinéfilo neoyorquino, que también cumplía años, 25.
“Era el aniversario y es una copia digital remasterizada genial”, contó Jane Rosenthal de por qué decidieron cerrar esta edición con el filme de Scorsese, quien supervisó la restauración sacada de un negativo original.
“Si no lo hacíamos nosotros, alguien más lo iba a hacer”. Y, además, ellos jugaban con ventaja siendo De Niro miembro fundador de las dos familias, la de Scorsese y la de Tribeca.
Durante la proyección, el público neoyorquino aplaudía y repetía cada línea de diálogo de unos personajes que consideran unos de los suyos
. “Es simplemente increíble que 25 años después la gente aún responda así a la película”, dijo Ray Liotta, tras el pase de la película, acompañado en el escenario del teatro Beacon por Robert De Niro, Lorraine Bracco, Paul Sorvino y el guionista Nicholas Pileggi; y por una decena más de actores sentados entre el público (Debi Mazar, Kevin Corrigan…).
Scorsese y su mítico productor Irvin Winkler no pudieron acudir a la celebración porque están en Taipéi rodando su nueva película Silence, pero mandaron un vídeo en el que el director italoamericano recordó la escena a la que tiene más cariño: esa en la que su propia madre, Catherine, interpretando a la madre del personaje de Joe Pesci, cocina unos espaguetis para los ‘chicos’ en mitad de la noche.
Además, Marty se acordó de las malas reacciones en el estreno de la película.
“Recuerdo que los pases previos fueron una de las peores experiencias de mi vida.
 Parecía que la audiencia tenía que estar preparada para lo que iba a ver, pero hubo mucha controversia”. Y continuó, dirigiéndose a su coguionista, Pileggi: “¿Te acuerdas de aquel buen restaurante italiano en Tribeca al que solíamos ir? ¿Y cuando la película se estrenó, el propietario nos prohibió la entrada porque al parecer la película denigraba a cierto grupo étnico?”.
Uno de los nuestros no era un cuento de hadas sobre la mafia italoamericana de Nueva York entre los sesenta y los ochenta.
 Era un retrato crudo y violento del crimen organizado, una obra cumbre de un género que casi reinventó. “No sé si lo reinventó –dijo Liotta el sábado–, creó su propia versión”.
“No es ni siquiera parte del género”, añadió Paul Sorvino. “Es parte de la iconografía americana.
 Es una de las tres o cuatro mejores películas de la historia, y si tienes la suerte de hacer algo así en tu carrera, eres muy afortunado”.
Sorvino, protagonista de una de las escenas más recordadas de Uno de los nuestros cuando corta el ajo con cuchillas de afeitar en la cárcel, fue el más hablador de todos los asistentes, que, a pesar de los esfuerzos del showman Jon Stewart como moderador, parecían poseídos por la regla básica de sus personajes: no irse nunca de la lengua.
El actor contó que a punto estuvo de abandonar el rodaje a los dos días:
“Llamé a mi agente y le dije: ‘Sácame de aquí, no puedo hacerlo”. Sin embargo, un día después mientras se colocaba la corbata delante del espejo, se vio como Paul Cicero. “Y me dio miedo”.
Liotta recordó que él, en cambio, sabía que podía interpretar al mafioso e informador, Henry Hill, y rogó a Scorsese, de quien contó que no tuvo problemas en convertirse en un capo durante el rodaje. “Me dijo: ‘Quiero rodar esto como un gángster. Si quiero congelar planos, si quiero poner voz en off, si quiero lo que sea…’ Y eso es lo que hizo. Le dio mucha libertad ser él mismo”.
Ray Liotta también contó cómo Joe Pesci improvisó su famosa escena “Gracioso, ¿por qué?”, que Jon Stewart confesó haber usado durante años como coletilla en sus monólogos.
Pesci, tampoco pudo acudir, pero mandó una nota que De Niro leyó entre risas en esta especial reunión familiar para él: “Fuck, fuck, fuckity fuck fuck”, decía la nota.
 “Lo traduciré –dijo el actor y fundador de Tribeca–: ‘Querido, Bob, Disculpa que no pueda estar allí. Con cariño, Joe”.

Dice Rajoy : “Yo quiero ser candidato, confíen en mí, les irá bien”.......J.avier Casqueiro.

Rajoy Cuando vayas a Madrid 
voy a hacerte emperador deLavapies
y alfombrarte con claveles la gran vía
y a bañarte con vinillo de jerez

En chicote un agasajo postimero
con la crema de la intelectualidad
y la gracia de un piropo retrecehero
mas castizo que la calle de Alcalá 


Rajoy, Rajoy, Rajoy 

presidente de la España en que naci
por algo te hizo Dios la cuna del
del corrupto y de cheques negros,

como el piche que trajistes a Canarias

Rajoy Rajoy Rajoy

como dices piensa mucho en mi
por el sabor que tienen tus berbenas
por tantas cosas buenas que soñamos

sin confiar nunca en ti
, y vas a ver lo que es canela
porque nunca te votaremos
y no confiamos nunca en ti

Rajoy..
https://youtu.be/SYkOeKq_834



https://youtu.be/7ghLFgMH5mg

Famosas como vallas publicitarias.......................................................... Leticia García

Las firmas recurren a actrices para promocionar sus colecciones. 

 Blake Lively se cambió 11 veces en un día. En España la más solicitada es Paula Echevarría.

Blake Lively
La actriz Blake Lively lució 11 distintos vestuarios en un solo día. / GC Images

De entre todas las celebridades actuales, probablemente Blake Lively sea la que mejor sabe rentabilizar su estatus de prescriptora global.
 Es, literalmente, una marca en sí misma: su página web, Preserve, ejerce como blog de estilo de vida, gabinete psicológico y vitrina publicitaria de todo lo que pasa por sus manos (probablemente, previo contrato), de los pañales de su hija a productos alimentarios
. Su propia persona también funciona como un potente escaparate.
 Hasta el punto de cambiarse 11 veces de ropa en un solo día durante la promoción de su último filme, The Age of Adaline.
 Once modelos de once marcas distintas (algunas a la venta en su web) y con estilos que oscilaron entre lo conceptual, lo clásico, lo sexy o lo glamouroso
. La protagonista de Gossip Girl suele jactarse de no necesitar un estilista.
 Lo cierto es que, en vista de sus cambios de atuendo desenfrenados, se basta y se sobra para rentabilizar su imagen.
Lively es una de las famosas que lleva a cabo esta estrategia de una más forma explícita, pero por supuesto no es la única que se une a ciertas enseñas de moda mediante lucrativos acuerdos (y normalmente exitosos por ambas partes).
 Se sabe que la actriz Jennifer Lawrence tiene un contrato con Dior que algunos cifran en 15 millones de euros.
 Tiene el único deber de lucir sus trajes de alta costura en las ceremonias de premios.
 Durante años, se habló de que Penélope Cruz hacía lo propio con Ralph Lauren (aunque en esta ocasión sus obligaciones se extendían más allá de las galas) o que Cate Blanchett está subiendo la popularidad de Armani.
Eso, al menos, es lo que concluye una investigación realizada recientemente por la revista francesa Challenge y la consultora Lexis Nexis Business
. Analizaron el impacto mediático que tuvieron ciertas estrellas (y sus respectivos vestidos) durante el primer trimestre de 2014.
 El tándem Blanchett y Armani lideraba el ranking, con más de 4.000 artículos internacionales referenciándolos y con un porcentaje nada despreciable de comentarios negativos. Le siguieron de cerca David Beckham (y su colaboración con H&M), Rihanna (imagen de la casa francesa Balmain) y Kate Moss (cara visible de Burberry)
. Curiosamente, la oscarizada Lupita Nyong’o, quien fuera el fenómeno viral del pasado año, no rentabilizó como debiera su asociación con Prada (y su línea menor, Miu Miu) y aparece en la octava posición.
En España, la situación es similar, si bien el criterio para asociarse con famosas pasa por una condición inamovible: han de tener un blog de estilo alojado en una cabecera importante.
 Dicho de otro modo: no basta con que luzcan las prendas en eventos varios, han de fotografiarlas en sus respectivas bitácoras.
De entre las celebridades patrias, Paula Echevarría, podría considerarse la Blake Lively española. “Hacerle un regalo a Paula es muy difícil porque las marcas le regalan de todo”, confesaba su marido, David Bustamante
. Empresas como Tous, Blanco, Intimissimi o Women’s Secret saben que ella, Blanca Suárez y Sara Carbonero agotan las prendas que lucen en público.
 De ahí que muchas prescindan de modelos y opten por ellas como imagen de sus campañas.
 Entre las tres, copan prácticamente el mercado nacional
. El internacional no es muy distinto, y abrir hoy una revista de moda es sinónimo de toparse con más publicidades protagonizadas por actrices que por top models.
 Ni vallas, ni desfiles multitudinarios.
 Parece que esta industria no puede mantener la fascinación únicamente con sus propios recursos
. La visibilidad y la aspiración hoy pasan por una famosa con una agenda repleta y una buena cuenta de Instagram.

 

Entonces, ¿quién es una mujer real?..................................................CARMEN LÓPEZ

Entonces, ¿quién es una mujer real?

La moda por fin adopta nuevos modelos de belleza, pero a veces no se etiqueta como reales a las mujeres de complexión delgada ¿Acaso no somos todas personas reales?.

 

cover
Candice Huffine en la campaña de bañadores de Violeta by Mango y Dree Hemingway en la de Lisa Marie Fernandez..
 La batalla entre Lane Bryant y Victoria’s Secret tuvo lugar a principios de abril y ocupó titulares de medios en todo el mundo. Tallas grandes contra cuerpo perfecto e inalcanzable. Detrás de este desafío, dos marcas comerciales manejando los hilos y recibiendo atención mediática. Aquí se publicitaba mucho más que unos sujetadores y unas braguitas. Aquí se cuestionaba desde el lenguaje publicitario el ideal de cuerpo femenino. Si hubiese que escoger una ganadora en cuanto imagen de marca, Lane Bryant venció por goleada. Su campaña #ImNoAngel (No soy un Angel) cumplió su objetivo de viralidad. Enfrentarse directamente a una marca de reconocimiento global (la emisión del último desfile de Victoria's Secret en EE UU generó más de un millón de tuits en apenas 30 minutos) le valió apropiarse de esa fama a su favor. Millones de personas conocieron el no-tan-famoso nombre de Jane Bryant apelando a las mujeres reales. Atacar al ideal imposible de Victoria's Secret puso de su lado a las mujeres que no son ángeles (veáse, la amplía mayoría de la población femenina)..

Hay muchos términos clave en el párrafo anterior –cuerpo perfecto, campaña, ángel de Victoria's Secret–, pero el más importante es real
. Una palabra que no deja de resonar en nuestras cabezas, un mensaje enviado desde múltiples altavoces: no os preocupéis, ya podéis parar con el auto-odio, sois normales y ha llegado la hora de que reivindiquéis vuestro derecho a salir en las portadas de las revistas y los anuncios de la televisión.
 Un mensaje que certifica la necesaria amplitud de miras de los injustos y estrictos canónes de la moda y que se ha traducido en líneas especiales de las marcas (Violeta by Mango, Ad+ de Adolfo Domínguez, Asos Curve, etc), el despunte de modelos de tallas más allá de la 42 como Candice Huffine o Tara Lynn y la comercialización de la cosmética para la belleza real.

Una de las firmas abanderadas de esta tendencia desde hace años y que apela directamente al mensaje de las mujeres reales como lema es Dove.
 En 2004 realizaron un estudio con la Universidad de Harvard que desprendía que sólo el 2% de las mujeres se definían como guapas.
 Ese dato les pareció “alarmante” y lanzaron la campaña StopGap “con la misión de cerrar este gap (en castellano sería “brecha”) de 98% de mujeres que no se describen como guapas y hacer que todas aprecien la belleza que hay en ellas”. explica María Lemonidou de Unilever, grupo del que forma parte la marca.
 Desde entonces, sus campañas buscan reforzar la autoestima femenina con mensajes poderosos (y muy virales).
Dove abrió la veda de la publicidad que celebraba las mujeres 'reales'. Nike vio el filón y en 2005 los medios aplaudieron su campaña que incluía frases como "mi culo es grande" y que "intentaba reflejar lo que es real, lo opuesto al ideal
". Desde entonces, multitud de firmas han relajado las restricciones sobre los ideales de belleza y lo habitual ahora es lanzar campañas que publicitan no tener photoshop sobre sus modelos y con diferentes prototipos de belleza.
 Celebrar que no sólo los ángeles de victoria's secret son el prototipo ideal es un fantástico avance al que nos ha costado mucho llegar.
 El problema viene dado cuando el mensaje de mujer real se reduce a otro determinado tipo de físico, el contrario. ¿Qué pasa con las chicas que no responden a este nuevo ideal? ¿No son reales?
La periodista Raquel Marcos publicó un tuit en el que expresaba su hartazgo sobre este tipo de lemas: “Ya sé que soy real”, compartió en la red social. Al pedirle la versión extendida de esa opinión señaló el paternalismo del mensaje y comentó: “¿Estamos las mujeres tan acomplejadas, somos tan inseguras, que tienen que decirnos las marcas lo bonitas que somos? Todas las mujeres somos reales, no es necesario promover una guerra de tallas para que las que no tenemos el cuerpo de Karlie Kloss nos sintamos mejor y, en definitiva, nos identifiquemos y adquiramos un producto determinado”.

Está claro que esta reflexión no es compartida por una gran parte de la sociedad.
Desde Dove afirman que nunca les han acusado de oportunistas por utilizar el mensaje de belleza real siendo una firma de cuidado personal que mejora el aspecto del cuerpo.
“Las mujeres que inspiramos a cuidarse y verse bellas, cada día, nunca nos han acusado
. La conversación que tenemos con ellas desde más de 10 años y el comienzo del concepto de la belleza real nos ha traído testimoniales inspiradores y emotivos, donde mujeres de todo el mundo comparten con nosotros historias de superación y de transformación.
Nos sentimos muy orgullosos de haber aportado nuestro granito de arena en esta transformación (...) Además, hemos llevado nuestro propósito mucho más lejos, impartiendo talleres de autoestima en colegios para niños y niñas entre 11-14 años, queriendo transmitirles esta actitud positiva hacia su cuerpo”.
No obstante, sí que se han dado críticas a sus campañas de autoestima o la "inconsistencia" de definir como real a un espectro de mujeres muy definido (como, por ejemplo, en su campaña Tested on curves).
Y los hombres, ¿no son reales?

El hombre no ha aparecido hasta el momento por ningún lado.
 Lencería femenina, modelos curvy, mujeres bellas
 ¿Qué pasa con ellos? Es obvio que a los hombres también se les vende el aspiracional cuerpo perfecto como de Beckham, pero ¿la idea que se transmite es la misma?
Para Raquel Marcos no lo es en absoluto
: “Las marcas saben que pueden vender su producto a un hombre calvo o pasado de peso sin necesidad de consolarle previamente
. Es cierto que vivimos en una sociedad que rinde culto a la belleza y la juventud en general, pero la publicidad y las marcas dan por sentado que las mujeres son más inseguras, y hasta más frívolas, que los hombres.”

Una conclusión está clara y es que todas las mujeres son reales, no hacía falta darle demasiadas vueltas. Los ángeles de Victoria’s Secret también están incluidas porque no todos los cuerpos femeninos tienen curvas acentuadas o tendencia a engordar.
 No se pueden excluir porque hasta ahora hayan sido el modelo aspiracional que se intentaba vender. Si todo el problema es el canon de belleza, la duda radica en si la solución a este conflicto pasa por cambiar el actual por el barroco de Rubens
. O si las marcas como Lane Bryant ayudan a ello o lo que intentan es ampliar su mercado dentro del espectro femenino fomentando una guerra de tallas
. No olvidemos que de lo que se trata es de incluir
. Nunca de excluir.