Un Blues

Un Blues
Del material conque están hechos los sueños

22 abr 2015

Brevísima historia del canon..................................................... Fernando Marias

Lisipo, Miguel Ángel, Vitruvio… A cada época le corresponde su propia imagen de la belleza en el espejo, y el reconocimiento de lo hermoso de en sus coetáneos.

 

Top de tul, de Balenciaga; peineta y velo, de L'arca de L'avia; pendiente y gargantilla, de Solce&Gabbana, y rosario, de Rabat. / sergi pons

Ahoritita mismo significa algunas veces en México jamás.
 Una brevisísima historia, y además de la belleza, es quizá vano empeño; la belleza no existe como tal, sino que depende de nuestra mirada, codiciosa, concupiscente si queremos, que proyectamos sobre una realidad que podemos ver de muy diferentes formas, bajo muchos aspectos, en función de nuestros diversos tipos de aspecciones.
Podemos encontrar bello un cielo estrellado, una superluna en su perigeo o una luna llena japonesa de septiembre, o un eclipse, pero no son las únicas formas de contemplar todos estos fenómenos astronómicos, para algunos astrológicos; en el pasado causaban fascinación o pavor, los últimos presagiaban males sin cuento de ser eclipses solares y quedar bajo la ominosa sombra de la Luna.
O los hemos visto como fenómenos sublimes, adoptando una categoría antigua y a la vez romántica que va más allá de la belleza, como se ha predicado incluso del silencio en medio de un discurso.
 La naturaleza del campo solo se convierte, de cuando en cuando, ya fuera en el pasado o en el presente, en algo bello, en muy determinadas circunstancias, quizá cuando solo decidimos contemplarla como pintoresca, es decir, como si se tratara de un cuadro que nos exige con su enmarcado verla bajo un aspecto diverso.
Si ha sido un artista –fuera un pintor o un poeta, o un novelista– quien con su marco visual o literario nos ha mostrado la manera de mirar la realidad en un nuevo encuadre, no ocurriría de otra forma si lo que contemplamos es el cuerpo humano, somos nosotros mismos.
 Sin embargo, no todas nuestras imágenes, actuales o pretéritas, ni siquiera desde el momento en que se inventó la obra de arte, testimoniarían la belleza del hombre o la muje
r. ¿Parecía bella hace más de 20.000 años la esteatopigia más que pícnica de la Venus de Willendorf? ¿Seguimos viendo como bella –como mujer o como estatua– la Venus de Milo transcurridos más de 2.000 años desde que se talló y casi 200 desde que se redescubrió como perfecta? ¿Nos siguen pareciendo bellos los Burt Lancaster, Helmut Berger, Alain Delon o el Tazio de Thomas Mann vistos a través de los ojos de Luchino Visconti?
 ¿Nos sumergiríamos como en un mar de belleza en las acogedoras y acolchadas mujeres de Rubens? ¿O necesitamos glúteos pétreos y pectorales chocolatineros?
¿Seguimos viendo hermosa a la Venus de Milo? ¿Nos sumergiríamos como en un mar de belleza en las acolchadas mujeres de Rubens?
La belleza es cuestión de nuestra mirada, siempre cultural y por lo tanto histórica, a pesar de Platón. Depende de los tiempos, de las miradas de unos u otros, que nos enseñan o nos imponen.
Por ello se habla de cánones.
 Desde el praxiteliano al lisípeo, del vitruviano al miguelangelesco, cuando la belleza se predicaba sobre todo en términos proporcionales, basados en las dimensiones relativas e interrelacionadas de los diferentes miembros del cuerpo o los rasgos del rostro, medidos con el compás de dos puntas o con los compases oculares de la mirada prodigiosa del florentino y divino Buonarroti
 . U otros en los que las medidas han sido simplemente 90-60-90. O incluso cánones que nos han trasladado de las relaciones numéricas a las imágenes susceptibles de acumular lo mejor de lo mejor de diferentes rostros o cuerpos por antonomasia, a la manera de los eclécticos clasicistas de la Antigüedad que entresacaban fragmentos de perfección de las muchachas de Crotone, o los modernos y obsolescentes patchworkers de las actrices de Hollywood.
Quizá todo es bello desde el momento que nos permite autorreconocernos, como volvió a demostrarnos la teniente Ripley de la cuarta entrega de Alien: resurrección, de 1997, cuando su criatura xenomorfa, pero ya con características humanas, no solo era capaz de reconocer a Ripley como su madre, sino que la astronauta podía reconocerse en aquella por vía de su semejanza, al menos facial y gestual, empática; y por lo tanto, podía “amarla”.
Sería quizá esta la dictadura de la protectora y controladora corrección política, con su bondadosa e igualitaria aprobación de la anorexia a las tallas grandes, desde la belleza infantil –cada vez más públicamente invisible– a la dignidad de la “cuarta edad”.
No obstante, el arte siempre ha sido el photoshop predigital, desde los estudios al norte para eliminar sombras molestas sobre el rostro, el sfumato o la técnica entre piadosa y halagadora del pintor, que corregía semblantes o anatomías de mujeres u hombres, hasta los flus y las gasas de la fotografía analógica, que mejoraban el cutis, o el sabio pincel en el cuarto oscuro del fotógrafo, que corregía un perfil en blanco y negro o en color.
Desde antiguo la piedad artística ha dignificado un retoque de cincel –como comodísimo aparato de gimnasio– en las flacideces a los Hércules siempre maduros pero esculturales y no solo escultóricos, o a los Laocoontes en su permanente tercera edad, aunque la mujer arrugada o el hombre desdentado han producido más hilaridad que lástima.
Pero no seamos extremistas
. A cada edad le corresponde no solo su propia imagen en el espejo –incluso falta de cremas para el acné o antiarrugas, bótox o bisturíes–, sino el reconocimiento de la belleza –histórica por biográfica– en sus coetáneos, y no solo en la adolescencia algo cruda para los añosos.
 Tal vez todos somos Ripley.
Fernando Marías es historiador del arte.

Las confesiones de la agente que convirtió en millonarias a las supermodelos ..........................Iñaki Laguardia


Las memorias de Carole White, fundadora de la agencia Premier, han provocado un terremoto en las pasarelas. 

Los secretos de sus antiguas protegidas han dejado de estar a salvo.

cover 
 
“La gente cree que somos como Joan Collins y que estamos todo el día esperando a que nos hagan la manicura.
 Es cierto que nos encanta estar ociosas, pero vestimos jeans y camiseta de faena”
. Así resume su universo Carole White (Deal, Reino Unido, 1950), responsable del éxito de algunas de las mejores supermodelos de la historia y fundadora de la agencia Premier, una de las más prestigiosas del mundo.
 A sus 64 años, White ha decidido echar el resto y contar los secretos que ha callado durante décadas.
 Lo ha hecho en el libro Have I said too much?: My life in and out of the model agency, un testimonio decididamente parcial –y por eso más entretenido– que nos permite comprender mejor el boom de las supermodelos en los 90 y la gestación de algunos de los iconos contemporáneos de la moda.
Carole White decidió convertirse en booker después de probar suerte como modelo y descubrir que “no valía", tal y como asegura ella misma. Tras siete años en la agencia Bobton’s, en 1981 decidió abrir su propio negocio
. Con esfuerzo y no pocas dificultades, Premier Model Management sentó las bases de la fiesta de fin de siglo, la de la era dorada de las supermodelos
. Por las manos de White pasaron, entre otros, talentos como Linda Evangelista, Cindy Crawford, Claudia Schiffer o Naomi Campbell.
 A todas las nombra constantemente en el libro, y la mayoría de las veces es para contar algún chascarrillo.
 La peor parada es Campbell, otrora considerada como su hija adoptiva.
 La rentable relación que forjaron durante años saltó por los aires en 2010, en el juicio contra el dictador liberiano Charles Taylor, quien al parecer habría regalado a la modelo tres diamantes de sangre (procedentes de países inmersos en conflictos bélicos).
 Campbell fue llamada a declarar con el fin de esclarecer aquel episodio y White, a quien también la citaron, contradijo la versión de la modelo.
 

Las confesiones de la agente que convirtió en millonarias a las supermodelos

Las memorias de Carole White, fundadora de la agencia Premier, han provocado un terremoto en las pasarelas. Los secretos de sus antiguas protegidas han dejado de estar a salvo.

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Claudia Schiffer era la más responsable. El resto, según White, eran un desastre.
Foto: Getty
“La gente cree que somos como Joan Collins y que estamos todo el día esperando a que nos hagan la manicura. Es cierto que nos encanta estar ociosas, pero vestimos jeans y camiseta de faena”. Así resume su universo Carole White (Deal, Reino Unido, 1950), responsable del éxito de algunas de las mejores supermodelos de la historia y fundadora de la agencia Premier, una de las más prestigiosas del mundo. A sus 64 años, White ha decidido echar el resto y contar los secretos que ha callado durante décadas. Lo ha hecho en el libro Have I said too much?: My life in and out of the model agency, un testimonio decididamente parcial –y por eso más entretenido– que nos permite comprender mejor el boom de las supermodelos en los 90 y la gestación de algunos de los iconos contemporáneos de la moda.
Carole White decidió convertirse en booker después de probar suerte como modelo y descubrir que “no valía", tal y como asegura ella misma. Tras siete años en la agencia Bobton’s, en 1981 decidió abrir su propio negocio. Con esfuerzo y no pocas dificultades, Premier Model Management sentó las bases de la fiesta de fin de siglo, la de la era dorada de las supermodelos. Por las manos de White pasaron, entre otros, talentos como Linda Evangelista, Cindy Crawford, Claudia Schiffer o Naomi Campbell. A todas las nombra constantemente en el libro, y la mayoría de las veces es para contar algún chascarrillo. La peor parada es Campbell, otrora considerada como su hija adoptiva. La rentable relación que forjaron durante años saltó por los aires en 2010, en el juicio contra el dictador liberiano Charles Taylor, quien al parecer habría regalado a la modelo tres diamantes de sangre (procedentes de países inmersos en conflictos bélicos). Campbell fue llamada a declarar con el fin de esclarecer aquel episodio y White, a quien también la citaron, contradijo la versión de la modelo.
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Naomi Campbell en el juicio del dictador Charles Taylor, en La Haya.
Foto: Cordon Press
Pero antes de que todo se torciera, la era dorada de las supermodelos colmó de alegrías a White y sus chicas. La portada de enero de 1990 de la edición británica de Vogue –con Naomi Campbell, Linda Evangelista, Tatjana Patitz, Christy Turlington y Cindy Crawford– dio el pistoletazo de salida a una década que no sabía muy bien por dónde tirar después de la verbena de los años 80
. Los diseñadores optaron en su mayoría por el minimalismo y las apuestas en blanco y negro –con excepciones como Versace o la oda al grunge de Marc Jacobs para Perry Ellis–.
Las modelos fueron las encargadas de animar aquello, quienes a falta de otras alegrías se convirtieron en protagonistas de la década. Así, las chicas de la portada de Vogue acabaron participando en un videoclip para la historia: Freedom, de George Michael.
Pero si de alguien habla maravillas es de Kate Moss, una modelo con quien paradójicamente nunca trabajó.
 Se trata de una espinita clavada en la carrera profesional de White. Cuando Moss daba sus primeros pasos esta no quiso contratarla, un hecho del que todavía se arrepiente. Sin embargo, desde la distancia, siempre la ha admirado por su “belleza única y peculiar”.
En 2010 la agencia Premier abrió sus puertas a las cámaras de la cadena británica Channel 4.
 De la noche a la mañana, Carole White y su equipo se convirtieron en la sensación televisiva del momento
 Durante dos meses protagonizaron un docu-reality en el que mostraron los entresijos de la profesión. El verbo efervescente –y en ocasiones vulgar– de nuestra protagonista generó ríos de tinta e infinidad de bromas y coletillas en redes sociales. White recuerda esos días como “una locura”. La periodista Jan Moir, del Daily Mail, la describió de esta manera:
“Carole fuma como una chimenea, tiene la piel como la de un arenque ahumado y no tiene ni idea de cómo trabajar ante las cámaras”.
El libro de White no es solo un recorrido nostálgico por un pasado glorioso.
 La autora se moja con la actualidad y critica, por ejemplo, casos como el de la modelo Kendall Jenner, a quien ni siquiera concede ese título y justifica su popularidad por el apellido.
 Además, rechaza la polémica de la delgadez extrema en la moda y fija el problema en los medios de comunicación, responsables a su juicio de haber fabricado una problemática “falsa”
. Para ello no duda en emplear el término “bollocks”, en román paladino “gilipollez”
. Según ella, ciertos casos aislados –“tan solo tres” a lo largo de su carrera– no justifican el debate mediático.
“La gente se siente incómoda con un oficio que se dedica a juzgar la apariencia.
 Pero eso no ocurre, por ejemplo, en el mundo del deporte o la danza, que también lo hacen. ¿Alguien se imagina a una bailarina de ballet gorda? ¡Nadie la podría levantar!”, explica. Carole White tiene muchas virtudes, pero está claro que la delicadeza no es una de ellas.
carole


 

¿Por qué las modelos de Zara están tan tristes?


modelos zara tristes 
 

Una bloguera investiga el caso de las melancólicas chicas de la web de Inditex. No es la primera en cuestionarse la infinita aflicción de las chicas de catálogo. 

 

Eso mismo se preguntaba Alicia Santiago, la autora del blog Cuida tu imagen, que le dedicó a este tema, el de la supuesta depresión de las maniquís de Inditex, un post que se ha vuelto viral. Tan sólo el domingo pasado recibió unas 90.000 visitas y lleva días compartiéndose contagiosamente en las redes sociales. “¿Por qué miran todas al suelo como si hubieran perdido una lentilla?, ¿Por qué parece que las llevan a todas al matadero?
 Y, sobre todo, ¿Por qué parecen todas jorobadas?”, se preguntaba Santiago, que lamenta que además de una pronunciada delgadez, las protagonistas de muchos lookbooks tengan “una actitud lánguida, desganada y como tristona que imagino que les han dicho desde el departamento de márketing que tienen que representar”.
 
 
 
Meláncolicas, tristes y con la mirada cristalina.  Las desdichas de las modelos de Zara


modelos zara tristes

Foto: Zara
Al igual que hacen en blogs como Anthroparodie o Catalog Living (que imagina a una pareja ficticia, Gary y Elaine, que habita en una revista de decoración), la bloguera escribió pies de foto para las chicas tristes de Amancio Ortega (y Pablo Isla) del tipo “me van a hacer una ecografía y estoy un poco nerviosa y cabizbaja” acompañando la imagen una modelo con una blusa amplia en azul “rollito hospital” o “llevo un par de días sin desayunar por las prisas”, bajo una chica que se mira poco convencida el bajo tobillero de su pantalón de campana..
 Santiago dice añorar a las modelos “de cara pícara que parecía que se iban comer el mundo” y cree este tono no invita precisamente a la compra.
 Aun así, admite que “Inditex no deja nada al azar y sus razones tendrán para adoptar esa imagen”. Entre los comentarios del post está el de una modelo que asegura que eso es lo que vend
e. También se especula con que Zara pretende así diferenciarse de otras marcas de Inditex, orientadas a público más joven.
 “Otros creen que así te fijas más en la ropa y menos en la modelo”, apunta la bloguera, que asegura que escribió el post “por darle salsa a la moda, porque hay demasiadas webs que tienen un enfoque muy similar”, pero de momento no se plantea hacer un blog monográfico dedicado a las chicas tristes de Zara, como el que se cachondea de los Novios tristes de Etsy.

“La religión no tiene nada que decirme sobre mi trabajo”........................................... Daniel Mediavilla

El investigador canadiense fue uno de los que predijo la existencia de una radiación fósil en el cosmos que probó que el universo había comenzado con un gran estallido.

 

ATLAS

En 1964, Robert Wilson y Arno Penzias, dos ingenieros de la compañía Bell Labs, andaban ocupados construyendo una nueva antena de comunicaciones.
 Durante su trabajo, detectaron un ruido de fondo que no eran capaces de eliminar y que no sabían de dónde procedía.
 Finalmente, aquella radiación fue identificada como el fondo cósmico de microondas, una radiación fósil que era como una especie de eco del Big Bang.
 El descubrimiento, que mereció el premio Nobel, daba la razón a los científicos que habían defendido la idea de que el universo comenzó en un pequeño punto extremadamente caliente y denso desde el que se expandió.
James Peebles (Winnipeg, Canadá, 1935) fue uno de los científicos que había predicho la existencia de aquella radiación de fondo.
 Poco antes del hallazgo de los ingenieros de Bell, había planeado su búsqueda junto a otros investigadores de la Universidad de Princeton (EE UU).
 Según el físico canadiense, ni él ni sus compañeros expresaron decepción alguna por haber sido adelantados en una carrera con el Nobel de fondo.
 “Lo que existía era emoción ante los datos sobre el origen del universo que estaban allí para ser medidos y analizados”, aseguraba en un artículo que recordaba el 50 aniversario del hallazgo.
La inflación podría resultar errónea y no me sorprendería"
Ayer ofreció una conferencia en la sede de la Fundación BBVA en Madrid titulada El descubrimiento y la expansión del universo.
 En una conversación unas horas antes de su intervención confiaba en que aquella excitación que sintió tras el descubrimiento de la evidencia del Big Bang sea compartida por mucha gente y muy diversa
 “Mucha gente en EE UU o en Europa está fascinada con nuestros descubrimientos; puede que vayan a charlas como la que doy hoy, y después vayan a misa y no tengan problema con eso”.
Pregunta. ¿Ha cambiado mucho nuestro conocimiento sobre el universo desde que usted comenzó a investigar?
Respuesta. Ha cambiado increíblemente.
Cuando comenzamos, hace cincuenta años, se hablaba del Big Bang, pero era un concepto muy especulativo.
 Había muy poca evidencia de que hubiese sucedido.
El descubrimiento de esta radiación fósil hace cincuenta años y los estudios posteriores, realizados con un detalle espectacular, han permitido consolidar la idea de que el universo se expandió desde un estado denso y caliente
. Es un avance extraordinario.
P. Pese al avance que menciona, da la sensación de que en cosmología, al menos desde el punto de vista de los no especialistas, no ha habido descubrimientos del impacto cultural del Big Bang
R. Las ciencias naturales dependen de las observaciones.
 Las ideas están bien, pero son tan buenas como las pruebas que las sustentan
. La noción de un universo que se expande ya no es revolucionaria, pero las pruebas de que es algo que realmente sucede son el gran avance.
 También tenemos importantes avances teóricos, como el planteamiento de la materia oscura y la energía oscura.
Tenemos pruebas convincentes de que estos conceptos son reales, pero no puedo decirle lo que son o si hay alguna alternativa mejor.
Si un creyente quiere nadar, es mejor que lo haga igual que un no creyente"
P. ¿Hay algún descubrimiento que le habría parecido especialmente sorprendente hace medio siglo?
R. Habría sido una serie de sorpresas
. La ciencia ha avanzado de una forma más o menos progresiva durante los últimos cincuenta años. Ha habido muchos descubrimientos importantes, pero el efecto acumulativo es mayor que cada uno individualmente
. A veces se realizan observaciones clave que tiene una gran importancia, pero con mucha mayor frecuencia es la acumulación de pequeños avances, que se suman unos a otros, lo que nos da una ciencia desarrollada.
 En cualquier caso, si me hubiesen dicho hace cincuenta años cómo se iba a producir este proceso, no me lo habría creído.
P. Desde fuera, puede parecer que los grandes descubrimientos vienen de la nada, de momentos de inspiración.
R. Hay descubrimientos impresionantes que sorprenden a todo el mundo, pero son raros.
Lo más normal son estos avances progresivos que después es posible que aparezcan de repente en los medios como un gran hallazgo
. El descubrimiento del fondo cósmico de microondas fue transformador.
La mera existencia de esta radiación fue una gran vergüenza para la teoría competidora de hace 50 años de la teoría del estado estacionario [defendían un cosmos estático, que siempre fue y siempre será, en el que la materia se crea lenta y constantemente].
Recientemente, hubo una gran excitación con el descubrimiento de BICEP2 de una polarización que podría haberse debido a ondas gravitacionales producidas durante la inflación.
Eso habría completado uno de los puntos incompletos de nuestra teoría, porque no podemos asegurar qué pasó antes de que el universo comenzase a expandirse.
La mejor apuesta que tenemos es la inflación, pero las evidencias que lo apoyan son escasas
. Si el hallazgo de BICEP2 se hubiese confirmado, me habría dado más confianza en que la inflación es la respuesta adecuada y eso habría sido de verdad otro experimento transformador. Pero al final no se confirmó.
No encuentro interesantes las predicciones sobre el futuro del universo"
P. ¿Le sorprendería que la idea de la inflación se descartase por los resultados de otros experimentos?
R. No. La inflación podría resultar errónea y no me sorprendería.
 Si aparecen evidencias de que el universo no se expande, algo que creo que no sucederá, sí estaría sorprendido de verdad. Diría que las posibilidades son cero, pero no debería decir cero.
 No creo que haya una teoría que sea absolutamente correcta.
Por poner un ejemplo, respecto a la conservación de la energía, en EE UU tú no puedes patentar una máquina de movimiento eterno.
 Hay una buena razón para eso. Los experimentos han mostrado muchas veces que la energía se conserva y, sin embargo, en la teoría de la relatividad general, la energía no se conserva.
Pero las máquinas de movimiento eterno son extremadamente improbables.
 No podemos asegurar que no existen, porque no podemos llegar a la última verdad. Eso es cierto incluso en las matemáticas
. En ciencia solo tenemos aproximaciones excelentes.

P. Pero sus descubrimientos, pese a parecer más limitados que las certezas que puede ofrecer la religión, influyen mucho en la ideología de la gente, en cómo se mira al mundo.
R. Espero que tenga razón, pero por ejemplo en EE UU tenemos unos políticos bastante curiosos, gente en niveles muy elevados que considera la noción de un universo que se expande como una abominación, porque no está escrito en la biblia.
 Si me pregunta cuál es la influencia de la religión en mi trabajo, yo diría que la religión no tiene nada que decirnos.
 Pero también diría que nosotros no tenemos nada que decirle a la religión.
 Son ámbitos diferentes y mucha gente se siente cómoda con eso.
P. De hecho George Lemaître, uno de los padres de la idea del Big Bang, era un sacerdote católico. ¿Lo conoció?
R. Cuando él estaba empezando a retirarse yo empezaba a subir.
 No lo conocí en persona, pero conocí su trabajo y lo admiro
. En los años treinta entendió muy bien la teoría de la relatividad de Einstein, era un individuo excepcional
. Por supuesto, era muy religioso, pero no tenía problema reconciliando los dos ámbitos.
 Él dijo una cosa que me gusta mucho. Si un creyente quiere nadar, es mejor que lo haga igual que un no creyente.
 Y lo mismo sucede con las ciencias naturales, si un creyente trabaja en ellas debe hacerlo como un no creyente.
P. Además de ayudar a conocer el pasado del universo, la física hace predicciones sobre cuál será su destino final. ¿Hay alguna que le parece más interesante?
R. No encuentro muy interesantes estas predicciones
. El pasado se entiende mucho mejor que el futuro porque hay fósiles
. El futuro es fascinante. Podemos decir que el mundo acabará.
 Pero nuestra ciencia tiene muchas dificultades para entender el futuro, porque no entendemos bien la energía oscura, que está afectando el ritmo de expansión del universo ahora, y puede tener un efecto muy grande en el futuro o no, dependiendo de la naturaleza de la energía oscura, que desconocemos. ¿Seguirá expandiéndose el universo o se contraerá de nuevo hasta producir un Big Crunch? Para mí es una pregunta poco interesante porque no hay forma de poner a prueba las respuestas.