15 mar 2015
14 mar 2015
Una vida de lujo bajo sospecha...............................................................Verónica Calderón
Karima El Marough, conocida como ‘Ruby robacorazones’, se hizo famosa por su relación con Berlusconi. Un tribunal de Milán investiga sus numerosas propiedades en México.
Ruby ha rehecho su vida y ahora lleva un discreto, y lujoso, tren de vida en distintas partes del planeta.
Reparte su tiempo entre Italia, Dubái y México, lejos del bunga-bunga que la llevó a las primeras páginas de la prensa mundial por su relación con el que fue primer ministro italiano.
Todo comenzó la noche entre el 27 y el 28 de mayo de 2010, una joven marroquí fue detenida acusada de robar 3.000 euros a una prostituta
. Il Cavaliere, entonces primer ministro italiano, llamó desde París a la comisaría donde estaba la chica y argumentó que ella era pariente del exdictador egipcio Hosni Mubarak. Nada —salvo el robo— era cierto.
El caso destapó el tráfico de influencias que Berlusconi hacía para satisfacer su estilo de vida.
Se investiga si el político sigue pagando el caro estilo de vida de la joven a cambio de su silencio
Los argumentos de la Fiscalía en el juicio abierto en 2011 contra el mandatario por prostitución de menores y abuso de poder fueron que la joven había aceptado mantener relaciones sexuales con Berlusconi, de 76 años, a cambio de joyas y dinero.
El político italiano fue condenado a siete años de prisión e inhabilitación de por vida para ejercer cargo público por abuso de poder e incitación a la prostitución de menores en julio de 2013, pero la sentencia fue anulada un año más tarde —noticia que él conoció mientras prestaba servicios sociales en un geriátrico tras ser condenado por fraude fiscal— y confirmada por el Tribunal Supremo italiano justo esta semana, dando así el carpetazo definitivo al llamado caso Ruby.
Cuando la joven acudió a declarar habló del asunto:
“No tengo nada de lo que avergonzarme ni que esconder. Pido ser interrogada por los jueces de Milán, espero que me convoquen.
Pido que alguien escuche lo que tengo que decir y que esto acontezca en las sedes institucionales”, leyó Ruby en unas hojas escritas en perfecto italiano que llevaba consigo
. Y luego añadió, hacia a los periodistas: “Yo no soy una prostituta. Para atacar a Berlusconi, la prensa me hizo daño a mí”.
La Fiscalía italiana ha pedido ahora la colaboración de las autoridades mexicanas para indagar sobre el patrimonio de la exbailarina.
La sospecha es que Berlusconi aún continúa pagando el caro estilo de vida de Ruby a cambio de su silencio y que la joven es propietaria de dos edificios de apartamentos, un restaurante italiano y una pequeña fábrica de pastas en la ciudad caribeña mexicana
. Los investigadores suponen que el ex primer ministro y empresario italiano pudo haber sobornado hasta a 20 chicas para que no hablaran sobre los días de vino y rosas que compartieron en sus mansiones
. El caso ha sido remitido a las autoridades federales mexicanas, que a su vez deben informar a las estatales (en este caso a las de Quintana Roo), para que indaguen sobre el origen de las propiedades a investigar.
Ruby se casó en 2011 con el empresario Luca Risso y son padres de una niña: Sofía.
La familia dejó Europa en julio de 2013, justo en el momento de conocerse la sentencia contra Berlusconi.
La pareja ya había visitado Playa del Carmen en diciembre de 2012, así que la mudanza no fue difícil.
Las propiedades de Ruby en México son administradas por su marido, según explica el diario italiano Corriere della Sera. Luca Risso mantiene una activa presencia en Facebook y sube con regularidad imágenes de la niña, mientras que Ruby prefiere llevar un perfil más bien discreto.
Solo es posible reconocer que se trata de la pareja por los comentarios que algunos amigos dejan en su perfil.
Algunos medios locales han informado de que ambos han mantenido peleas, algunas tan subidas de tono, que incluso ha sido necesario llamar a la policía local y que actualmente están separados
. La niña permanece con el padre. En cuanto a la joven, visita con regularidad hoteles de lujo en distintas partes del mundo
. En Dubái ha sido retratada en importantes rascacielos, en lujosos restaurantes e incluso practicando deportes de alto riesgo.
Berlusconi admitió durante el juicio que entregó a la chica unos 57.000 euros pero no a cambio de favores sexuales sino porque “le había conmovido su historia” y quería ayudarla a abrir un salón de belleza.
Pero una investigación del diario La Repubblica asegura que el patrimonio de Ruby ascendía a, por lo menos, dos millones de euros
. Los jueces de un tribunal milanés consiguieron una grabación en que la joven afirma que había negociado con Berlusconi el pago de cinco millones de euros a cambio de su silencio.
Sobre las fiestas en las que un día participó y que le dieron fama mundial, la propia Ruby respondió poco antes de casarse con Luca Risso que para Berlusconi eran una manera de “combatir la soledad”. La mayor sospecha reside en que no es fácil explicar cómo puede Ruby, según las imágenes difundidas en las redes sociales, aparecer en exclusivos destinos, posar brindando en elegantes restaurantes o acudir a lujosos salones de belleza con bolsos que valen miles de euros. ¿Cómo es posible que una joven inmigrante que huyó de su casa lleve un tren de vida a todo lujo en solo cinco años?
La asistencia judicial entre Italia y México busca responder a esa pregunta.
Pérez-Reverte: “He llegado a ver que la gente buena existe”........................................ Jacinto Antón
El escritor narra en 'Hombres buenos' la emocionante y conmovedora aventura de dos académicos enviados a conseguir la Encyclopédie al París de finales del XVIII.
Arturo Pérez-Reverte me cita a una hora más propia de un duelo que de una entrevista. Lo cual tiene, me digo, su lógica pues su nueva novela, la por tantos motivos apasionante Hombres buenos
(Alfaguara), se abre con la evocación de un prado al amanecer, con
escarcha, difuminado de neblina, sobre el que dos figuras en calzón
ceñido y mangas de camisa se observan atentamente desde la afilada punta
de sus espadas.
Un asunto grave, sí.
Son los predios de Scaramouche, de Barry Lyndon, de Los duelistas.
Terreno muy perezrevertiano donde va a arrancar con el tintineo agudo de las hojas y el más sordo de las cazoletas esta insólita aventura
. Una aventura de libros, ideas y amistad, con buenos y malos, una búsqueda, un itinerario jalonado por posadas, lances y emboscadas y teñido de peligros.
Dos elementos marcan la diferencia de estos Hombres buenos con la gran aventura canónica de Dumas, Stevenson, Féval o Mac Orlan, pienso mientras tomo asiento junto al escritor, en envidiable estado de revista y de excelente humor, investido de una nueva bonhomía.
Una es la identidad de los héroes: dos miembros de la Real Academia Española, nada menos, entregados a la extravagante misión de viajar de Madrid a París para conseguir los 28 tomos de la prohibida Encyclopédie de D’Alambert y Diderot (estamos por supuesto también en un campo propio de Pérez-Reverte: el libro peligroso).
El otro elemento diferenciador es la forma de narrar la historia: alternando la trama propiamente dicha —en el siglo XVIII— con la peripecia creativa del autor mientras da forma a su novela en la actualidad.
Empiezo preguntándole por los múltiples vericuetos de la historia, en la que se mezclan inextricablemente —a no ser que tires de enciclopedia (precisamente) o Google— personajes reales e inventados, históricos y actuales, situaciones verdaderas y ficticias.
A destacar los cameos, pasados y presentes: te puedes topar con Marat como sangriento barbero o con Paco Rico.
“Es todo un juego entre verdad y mentira, el reto era hacerlo creíble”. El escritor aparta la repregunta con un gesto y abre la guardia para trazar una visión panorámica de la novela.
“Es una obra muy adecuada para tiempos como los actuales, una novela que presenta la amistad y la cultura como elementos de consuelo en época de crisis, un verdadero canto a la amistad y la cultura”. Explica que los diálogos de la trama histórica están todos inspirados en conceptos de Diderot, Rousseau, Voltaire, Moratín.
“He transformado sus textos en diálogos para mis personajes.
Así que en ellos, por su boca, hablan realmente los clásicos del XVIII”.
Y es que, considera Pérez-Reverte, “el XVIII es muy actual, es asombroso cuando lees a esos autores lo actualísimos que resultan, y lo útiles para el presente”
. El escritor marca la diferencia entre la novela histórica al uso y “la que permite entender nuestro propio tiempo”
. En ese sentido, Hombres buenos pretende que “la luz del XVIII ilumine el presente”
. Es “un manual de supervivencia cultural y afectiva enraizado en el XVIII”.
El eje fundamental de la historia es la amistad que va surgiendo durante el azaroso viaje entre los dos protagonistas, esos dos buenos entre los buenos, que son el bibliotecario Hermógenes Molina y el almirante don Pedro Zárate, los dos maduros (ya sexagenarios) académicos comisionados para hacerse con la Encyclopédie de 1751 a fin de llevar los saberes y las luces del progreso a la España de su tiempo
. Una noble misión que los conducirá a enfrentarse a bandidos o frecuentar librerías de lance donde se venden obras pornográficas bajo el sello de “filosofía”.
“Caracteres muy distintos, los protagonistas se van conociendo y apreciando, y consiguen conciliar sus diferencias con el diálogo, debatiendo sobre fe y razón”.
La relación evoluciona hasta cimentar una amistad mayúscula, con momentos entrañables.
Las preferencias de Pérez-Reverte, no puede evitarlo, se inclinan por el sobrio y asceta almirante, veterano del combate de Tolón, “un marino culto, newtoniano, de una estirpe que era admirada hasta por los ingleses; uno de los Churruca, Gravina, Malaespina, esa Marina ilustrada nuestra que pudo ser ariete de una España futura, arrinconada por la reacción, por la guerra de independencia, por Trafalgar… ”.
La idea de la trama surgió de la existencia real de una colección de la Encyclopédie en la Real Academia.
“Llegó a España en una época en que estaba prohibida, así que me pregunté cómo había sido posible. Empecé a preguntar a los abuelos de la RAE y fue apareciendo la historia”.
Lo de la alternancia de pasado y presente… “Era una novela muy compleja, con mucha información. No podía llenarla todo el rato de referencias laterales, necesitaba mecanismos para aliviar ese flujo de información y hacer elipsis.
Colocar a ese narrador que iba explicando cómo construía la novela me facilitaba ejecutarla de una manera muy complicada estructuralmente y me permitía integrar al lector, ir junto con él, compartir la búsqueda de pistas y datos, hacerle salivar conmigo en el envés de la trama”.
En todo caso, Pérez-Reverte, tan enemigo de dar pistas personales sobre sí mismo, recalca que él no es el personaje del narrador.
“Es un tipo que se me parece a mí, pero no soy yo.
Es un artefacto narrativo”.
El narrador es, como él, académico, bibliófilo, fan de Los tres mosqueteros, novelista de éxito con títulos que recuerdan poderosamente a los del propio Pérez-Reverte, y que se deja guiar por los mayores de la Academia que le orientaron a él en sus primeros pasos en la institución.
“De ese afecto y respeto de académicos a la antigua, Gregorio Salvador, Mingote, surgió el contexto de esta novela
. Que en buena medida es mi historia de amor con la Academia. Don Pedro Zárate está inspirado en el almirante Eliseo Álvarez-Arenas, un hombre muy excéntrico y elegante, un sabio en cosas de la mar, que fue muy afectuoso conmigo: éramos los dos marinos de la Academia”.
Apunto que don Pedro es el personaje que más se parece a
Pérez-Reverte, por sus valores, expresiones y escepticismo.
“Cosas mías hay en todos, pero ese pasado de marino le hace más dado a afrontar los problemas
. Su compañero Hermógenes es más un alma buena simplemente.
Un corazón generoso. Está orgulloso de su amigo.
Eso es muy loable en un país como España, en el que la envidia es el rasgo nacional”
. El novelista insiste en que Hombres buenos “es sobre todo una historia de amistad”
. Él mismo parece sorprendido de la intensidad de ese vínculo en la novela. “Vivimos en un mundo tan frío que es conmovedor ver cómo se va llegando a eso, a expresar ese sentimiento, siempre sin perder el decoro”.
El desmedido abate Bringas, autor de un opúsculo sobre el onanismo, que hace de intermediario y virgilio de los dos académicos por el París prerrevolucionario (del que el autor realiza una descripción documentadísima), es uno de los personajes más singulares de la novela.
“Está basado en el abate Marchena, que fue revolucionario en París, lo he llevado más allá, a un extremo de fanatismo muy español.
Me gustó colocar a esos dos académicos tan circunspectos en manos de un descerebrado”.
Los villanos son capítulo aparte.
“Necesitaba un contrapunto de los hombres buenos, unos hombres malos que son los que procuran que la misión fracase
. Tanto perjudican los fanáticos revolucionarios y demagogos como los representantes de la reacción. La utopía inaplicable, la demagogia buenista, ha hecho mucho daño en España”
. Para Pérez-Reverte, la solución a los problemas de España pasa por cultura, diálogo y buena voluntad.
“Nunca hubo otra solución que caminar juntos”.
El novelista quiere que el lector sea tan feliz leyendo su relato como él lo ha sido escribiéndolo (calculando, por ejemplo, con minuciosidad leguas y millas, o describiendo un encuentro con Benjamin Franklin) y se sienta “mejor persona” tras acabarla.
Amistad, felicidad, bondad son conceptos que resultan poco habituales en boca de Pérez-Reverte. Así que, carraspeando, le pregunto por el infame Raposo.
“Ah”, sonríe con recuperada fiereza, “es el más revertiano de la función, la quintaesencia de mis malos, putero, violento”
. Raposo es un viejo jinete de caballería metido a oficios broncos y hábil con la cachicuerna, con un pasado que dará mucho juego.
Pero de nuevo vuelve el escritor a la amistad, como quien ha descubierto nuevas latitudes en un mapa olvidado.
“Al final la palabra que define la novela es amistad”.
Me resisto a no recoger aquí un pasaje de la novela que ofrece una bellísima descripción de la amistad:
“Fragua así, despacio, el vínculo solidario, cada vez más estrecho, que es común a las naturalezas nobles cuando éstas se aproximan a causa de compartir imprevistos, afanes o aventuras”.
He ahí una amistad de mosquetero, o de académico.
“El duelo, ¿qué te ha parecido?”. Espléndido, le digo
. Puedes notar el terreno arteramente resbaladizo bajo los pies, el miedo y la excitación entrando en los pulmones con cada bocanada de aire matutino
. Esa omnisciencia que se apodera de ti en los momentos de peligro
. Por no hablar del lujazo que es poner de padrino a Choderlos de Laclos. Pérez-Reverte asiente. “Esta novela me ha dado dos años de felicidad, felicidad de autor y de lector, moviéndome con mapas, identificando lugares, trazando itinerarios y, de la mano de mis queridos escritores del XVIII, buscando frases para que las dijeran mis personajes.
Un trabajo apasionante”.
“Yo soy escéptico, más bien duro, amargo, al juzgar al ser humano”, continúa el escritor.
“Pero esta novela me ha hecho un efecto terapéutico al obligarme a ponerme en el lugar de gente buena.
He llegado a ver que la gente buena existe y que es posible vivir instalados en la cultura, el diálogo, la amistad, la educación y la esperanza.
El almirante y Hermógenes me han convencido.
Ahora hablo del ser humano con menos dureza”.
Volvemos al tema de los cameos, hay muchos, por ahí andan José Manuel Sánchez Ron, José González Carrión y otros amigos (y velados enemigos), “académicos reales, amigos reales, como tú”. Es raro hablar con un escritor que te ha convertido en personaje, te da como un cariz inmaterial. Aparezco en un pasaje de la novela como periodista y esgrimista que asesora al autor para el duelo. Lo cual es ficticio.
He traído a la entrevista, por crear ambiente, un libro que era de mi abuelo, Teoría y práctica de la esgrima, de Pedro Carbonell (Madrid, 1900), maestro de armas de Alfonso XIII
. Nos inclinamos golosos sobre las ilustraciones y Pérez-Reverte indica que este Carbonell era el hijo del que dio lecciones a Blasco Ibáñez para batirse en duelo. Ah, lo dices en la novela, le señalo al escritor, que alza divertido la cabeza y matiza: “No, lo dices tú”.
Es cierto, ¡lo dice mi personaje! Nos miramos sonriendo.
“La amistad es lo que nos salva”, concluye Arturo Pérez-Reverte
. Y no parece que se pueda añadir nada mejor.
Un asunto grave, sí.
Son los predios de Scaramouche, de Barry Lyndon, de Los duelistas.
Terreno muy perezrevertiano donde va a arrancar con el tintineo agudo de las hojas y el más sordo de las cazoletas esta insólita aventura
. Una aventura de libros, ideas y amistad, con buenos y malos, una búsqueda, un itinerario jalonado por posadas, lances y emboscadas y teñido de peligros.
Dos elementos marcan la diferencia de estos Hombres buenos con la gran aventura canónica de Dumas, Stevenson, Féval o Mac Orlan, pienso mientras tomo asiento junto al escritor, en envidiable estado de revista y de excelente humor, investido de una nueva bonhomía.
Una es la identidad de los héroes: dos miembros de la Real Academia Española, nada menos, entregados a la extravagante misión de viajar de Madrid a París para conseguir los 28 tomos de la prohibida Encyclopédie de D’Alambert y Diderot (estamos por supuesto también en un campo propio de Pérez-Reverte: el libro peligroso).
El otro elemento diferenciador es la forma de narrar la historia: alternando la trama propiamente dicha —en el siglo XVIII— con la peripecia creativa del autor mientras da forma a su novela en la actualidad.
Empiezo preguntándole por los múltiples vericuetos de la historia, en la que se mezclan inextricablemente —a no ser que tires de enciclopedia (precisamente) o Google— personajes reales e inventados, históricos y actuales, situaciones verdaderas y ficticias.
A destacar los cameos, pasados y presentes: te puedes topar con Marat como sangriento barbero o con Paco Rico.
“Es todo un juego entre verdad y mentira, el reto era hacerlo creíble”. El escritor aparta la repregunta con un gesto y abre la guardia para trazar una visión panorámica de la novela.
“Es una obra muy adecuada para tiempos como los actuales, una novela que presenta la amistad y la cultura como elementos de consuelo en época de crisis, un verdadero canto a la amistad y la cultura”. Explica que los diálogos de la trama histórica están todos inspirados en conceptos de Diderot, Rousseau, Voltaire, Moratín.
“He transformado sus textos en diálogos para mis personajes.
Así que en ellos, por su boca, hablan realmente los clásicos del XVIII”.
Y es que, considera Pérez-Reverte, “el XVIII es muy actual, es asombroso cuando lees a esos autores lo actualísimos que resultan, y lo útiles para el presente”
. El escritor marca la diferencia entre la novela histórica al uso y “la que permite entender nuestro propio tiempo”
. En ese sentido, Hombres buenos pretende que “la luz del XVIII ilumine el presente”
. Es “un manual de supervivencia cultural y afectiva enraizado en el XVIII”.
El eje fundamental de la historia es la amistad que va surgiendo durante el azaroso viaje entre los dos protagonistas, esos dos buenos entre los buenos, que son el bibliotecario Hermógenes Molina y el almirante don Pedro Zárate, los dos maduros (ya sexagenarios) académicos comisionados para hacerse con la Encyclopédie de 1751 a fin de llevar los saberes y las luces del progreso a la España de su tiempo
. Una noble misión que los conducirá a enfrentarse a bandidos o frecuentar librerías de lance donde se venden obras pornográficas bajo el sello de “filosofía”.
“Caracteres muy distintos, los protagonistas se van conociendo y apreciando, y consiguen conciliar sus diferencias con el diálogo, debatiendo sobre fe y razón”.
La relación evoluciona hasta cimentar una amistad mayúscula, con momentos entrañables.
Las preferencias de Pérez-Reverte, no puede evitarlo, se inclinan por el sobrio y asceta almirante, veterano del combate de Tolón, “un marino culto, newtoniano, de una estirpe que era admirada hasta por los ingleses; uno de los Churruca, Gravina, Malaespina, esa Marina ilustrada nuestra que pudo ser ariete de una España futura, arrinconada por la reacción, por la guerra de independencia, por Trafalgar… ”.
La idea de la trama surgió de la existencia real de una colección de la Encyclopédie en la Real Academia.
“Llegó a España en una época en que estaba prohibida, así que me pregunté cómo había sido posible. Empecé a preguntar a los abuelos de la RAE y fue apareciendo la historia”.
Lo de la alternancia de pasado y presente… “Era una novela muy compleja, con mucha información. No podía llenarla todo el rato de referencias laterales, necesitaba mecanismos para aliviar ese flujo de información y hacer elipsis.
Colocar a ese narrador que iba explicando cómo construía la novela me facilitaba ejecutarla de una manera muy complicada estructuralmente y me permitía integrar al lector, ir junto con él, compartir la búsqueda de pistas y datos, hacerle salivar conmigo en el envés de la trama”.
En todo caso, Pérez-Reverte, tan enemigo de dar pistas personales sobre sí mismo, recalca que él no es el personaje del narrador.
“Es un tipo que se me parece a mí, pero no soy yo.
Es un artefacto narrativo”.
El narrador es, como él, académico, bibliófilo, fan de Los tres mosqueteros, novelista de éxito con títulos que recuerdan poderosamente a los del propio Pérez-Reverte, y que se deja guiar por los mayores de la Academia que le orientaron a él en sus primeros pasos en la institución.
“De ese afecto y respeto de académicos a la antigua, Gregorio Salvador, Mingote, surgió el contexto de esta novela
. Que en buena medida es mi historia de amor con la Academia. Don Pedro Zárate está inspirado en el almirante Eliseo Álvarez-Arenas, un hombre muy excéntrico y elegante, un sabio en cosas de la mar, que fue muy afectuoso conmigo: éramos los dos marinos de la Academia”.
La novela pretende que la luz del Siglo XVIII ilumine el presente. Es un manual de supervivencia cultural y afectiva"
“Cosas mías hay en todos, pero ese pasado de marino le hace más dado a afrontar los problemas
. Su compañero Hermógenes es más un alma buena simplemente.
Un corazón generoso. Está orgulloso de su amigo.
Eso es muy loable en un país como España, en el que la envidia es el rasgo nacional”
. El novelista insiste en que Hombres buenos “es sobre todo una historia de amistad”
. Él mismo parece sorprendido de la intensidad de ese vínculo en la novela. “Vivimos en un mundo tan frío que es conmovedor ver cómo se va llegando a eso, a expresar ese sentimiento, siempre sin perder el decoro”.
El desmedido abate Bringas, autor de un opúsculo sobre el onanismo, que hace de intermediario y virgilio de los dos académicos por el París prerrevolucionario (del que el autor realiza una descripción documentadísima), es uno de los personajes más singulares de la novela.
“Está basado en el abate Marchena, que fue revolucionario en París, lo he llevado más allá, a un extremo de fanatismo muy español.
Me gustó colocar a esos dos académicos tan circunspectos en manos de un descerebrado”.
Los villanos son capítulo aparte.
“Necesitaba un contrapunto de los hombres buenos, unos hombres malos que son los que procuran que la misión fracase
. Tanto perjudican los fanáticos revolucionarios y demagogos como los representantes de la reacción. La utopía inaplicable, la demagogia buenista, ha hecho mucho daño en España”
. Para Pérez-Reverte, la solución a los problemas de España pasa por cultura, diálogo y buena voluntad.
“Nunca hubo otra solución que caminar juntos”.
El novelista quiere que el lector sea tan feliz leyendo su relato como él lo ha sido escribiéndolo (calculando, por ejemplo, con minuciosidad leguas y millas, o describiendo un encuentro con Benjamin Franklin) y se sienta “mejor persona” tras acabarla.
Amistad, felicidad, bondad son conceptos que resultan poco habituales en boca de Pérez-Reverte. Así que, carraspeando, le pregunto por el infame Raposo.
“Ah”, sonríe con recuperada fiereza, “es el más revertiano de la función, la quintaesencia de mis malos, putero, violento”
. Raposo es un viejo jinete de caballería metido a oficios broncos y hábil con la cachicuerna, con un pasado que dará mucho juego.
Pero de nuevo vuelve el escritor a la amistad, como quien ha descubierto nuevas latitudes en un mapa olvidado.
“Al final la palabra que define la novela es amistad”.
Me resisto a no recoger aquí un pasaje de la novela que ofrece una bellísima descripción de la amistad:
“Fragua así, despacio, el vínculo solidario, cada vez más estrecho, que es común a las naturalezas nobles cuando éstas se aproximan a causa de compartir imprevistos, afanes o aventuras”.
He ahí una amistad de mosquetero, o de académico.
“El duelo, ¿qué te ha parecido?”. Espléndido, le digo
. Puedes notar el terreno arteramente resbaladizo bajo los pies, el miedo y la excitación entrando en los pulmones con cada bocanada de aire matutino
. Esa omnisciencia que se apodera de ti en los momentos de peligro
. Por no hablar del lujazo que es poner de padrino a Choderlos de Laclos. Pérez-Reverte asiente. “Esta novela me ha dado dos años de felicidad, felicidad de autor y de lector, moviéndome con mapas, identificando lugares, trazando itinerarios y, de la mano de mis queridos escritores del XVIII, buscando frases para que las dijeran mis personajes.
Un trabajo apasionante”.
“Yo soy escéptico, más bien duro, amargo, al juzgar al ser humano”, continúa el escritor.
“Pero esta novela me ha hecho un efecto terapéutico al obligarme a ponerme en el lugar de gente buena.
He llegado a ver que la gente buena existe y que es posible vivir instalados en la cultura, el diálogo, la amistad, la educación y la esperanza.
El almirante y Hermógenes me han convencido.
Ahora hablo del ser humano con menos dureza”.
Volvemos al tema de los cameos, hay muchos, por ahí andan José Manuel Sánchez Ron, José González Carrión y otros amigos (y velados enemigos), “académicos reales, amigos reales, como tú”. Es raro hablar con un escritor que te ha convertido en personaje, te da como un cariz inmaterial. Aparezco en un pasaje de la novela como periodista y esgrimista que asesora al autor para el duelo. Lo cual es ficticio.
He traído a la entrevista, por crear ambiente, un libro que era de mi abuelo, Teoría y práctica de la esgrima, de Pedro Carbonell (Madrid, 1900), maestro de armas de Alfonso XIII
. Nos inclinamos golosos sobre las ilustraciones y Pérez-Reverte indica que este Carbonell era el hijo del que dio lecciones a Blasco Ibáñez para batirse en duelo. Ah, lo dices en la novela, le señalo al escritor, que alza divertido la cabeza y matiza: “No, lo dices tú”.
Es cierto, ¡lo dice mi personaje! Nos miramos sonriendo.
“La amistad es lo que nos salva”, concluye Arturo Pérez-Reverte
. Y no parece que se pueda añadir nada mejor.
13 mar 2015
Cárcel para quien cante un narcocorrido.............................................Jan Martínez Ahrens
Chihuahua sanciona con 36 horas de prisión y multa de hasta 20.000 dólares a quienes interpreten este género en eventos.
Hay pocas cosas más parecidas a una bala
. Rápido, corto y, muchas veces, sangriento, el narcocorrido, la música canalla que glosa las andanzas de los narcos, tiene en el norte de México su tierra prometida.
Con sus rimas bravas, su machismo de pelo en pecho y su amor por todo lo turbio, este género nacido del fango de los arrabales triunfa en las calles; sus octosílabos son tarareados en cualquier taxi, sus ritmos pegadizos inundan los mercadillos y fiestas; grupos como Los Tigres del Norte congregan multitudes.
Pero la pólvora que ocultan sus letras duele en los oídos de muchas de las víctimas del narco
. El elogio del sicario es un canto al crimen.
Hay quien lo ve como un arma peligrosa, y prefiere prohibir su exhibición por considerarla una infracción a la seguridad y el orden.
Eso ha ocurrido en la norteña ciudad de Chihuahua (850.000 habitantes), donde el Ayuntamiento acaba de aprobar un bando para sancionar con arresto de hasta 36 horas y multas de 20.000 dólares a todo aquel que interprete narcocorridos en un evento.
En esta población, capital de un Estado que sigue encabezando con Guerrero y México las estadísticas de homicidios, estos cantantes se han convertido en forajidos.
“Nuestro objetivo es evitar la apología del delito
. Queremos garantizar que los eventos públicos contribuyan a su propósito de difundir la cultura en un ambiente sano y positivo”, señaló en un comunicado el consistorio.
El alcalde y principal promotor de la iniciativa, Javier Garfio, del PRI, apeló a la memoria de los años oscuros, de las balaceras y los desmembramiento, para justificar el veto:
“Estamos haciendo todo lo posible para no recaer en las condiciones de inseguridad que vivimos hace años
Y eso se va a hacer en Chiguagua nada menos, , lugar que parece de película pero si estás en un bar te pones cerca de los baños por si hay "Balacera" lo contó una periodista española en una entrevista a Gabilondo y con la que intercambié algunas reflexiones sobre esa peligrosidad justo dónde trabaja, mujer joven, muy interesante, denunciaba todas esas muertes y que nunca cojian al o los sicarios por miedo........los narcocorridos los conocí a través de la novela de Pérez Reverte-Arturo en la Reina del Sur.
Sé que hay sicarios naturalmente, asesinos a sueldo que pueden venir a España por un encargo y cobran 3.000 Euros, vienen y se van el mismo dia, pero pensando, esa rareza de Mexíco lindo y Feliz, pais de grandes contrastes, y muy intelectual y el polo opuesto, las espaldas mojadas, el narco tráfico, en fin pobres, muy pobres y muy ricos, no te enfrentes a un narco porque te matarán otros a los que pisas el negocio.....
Pero recordaba una ranchera de hace años, no tantos, que poco a poco se dejó de oir, no era el llanto por la mujer amada, ni por el vuelo de una paloma, México lindo y Feliz, de hombres fieros y mineros, porque de mujeres poco se oye salvo que sea Maria Bonita que cantaba Agustin Lara, bueno, copuso la canción para ella, o Jorge Negrete que sigue siendo el rey, ese igual ya no se canta tanto, porque no es monedita de oro para caer bien a todos......pero....Habia una, si ina ranchera, que siendo todas machistas era un atentado contra la violencia de género, claro que como matan con tanta facilidad esta ranchera era una más, El Preso nº 9....y no voy a poner la letra porque desde el principio es aterradora....”.
ser pobre yo ya no quiero,
seguiré vendiendo yerba
en todito el mundo entero,
no importa que pa' lograrlo
tenga que rifarme el cuero.
(...)
No se me espanten señores,
yo sólo ando trabajando
y al país traigo divisas
y empleos estoy generando,
si hay otros peores que yo
y hasta los andan cuidando.
No es la primera vez que se intenta meter en cintura estas baladas.
En 2011, el gobernador de Sinaloa, el Estado donde tenía su cuartel general Joaquín Guzmán Loera, El Chapo, el mayor narcotraficante del planeta, aprovechó una reforma de la Ley de Alcoholes para permitir que se retirase la licencia de venta de bebidas alcohólicas a quien difundiera narcocorridos. Tras dos años de veto, la Suprema Corte de Justicia anuló la orden, no por atentar contra la libertad de expresión, sino por un problema formal: al tratarse de una medida de moral pública correspondía a los alcaldes y no al gobernador su regulación.
Odiado por las autoridades locales, pero reverenciado por escritores y poetas, este género, de letras ásperas y embebidas de sangre, ha concitado a su alrededor un debate sobre los límites del arte.
Hay quienes defienden que es el espejo de una sociedad convulsa y desesperada, que halla en el canto a la muerte, la belleza que no encuentra en sus míseras barriadas
. Autores como Arturo Pérez Reverte y Elmer Mendoza rechazaron en su día la criminalización.
El propio presidente del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes ha salido a la palestra para recordar que los narcorridos son parte de una realidad social que difícilmente desaparecerá con la prohibición de sus bardos.
Un argumento similar han empleado las mismas bandas.
Grupos míticos como Los Tucanes de Tijuana, aunque admiten la brutalidad de ciertas letras, siempre han defendido que la música no es la responsable de la violencia.
“Nosotros no tenemos la culpa de que el país esté como esté, somos entretenimiento, nuestra intención siempre ha sido complacer al público”, afirmaron cuando el gobernador de Sinaloa les prohibió actuar en bares y salas de fiesta.
En un universo devorado por la violencia, las bandas de narcocorridos han pasado ellas mismas a formar parte de la leyenda que cantan.
Por odio, por venganza o por error, en menos de una década han muerto decenas de músicos.
A la bella Zayda Peña la remataron en Matamoros (Tamaulipas) en la cama del hospital donde se recuperaba de un atentado; al célebre Sergio Vega, El Shaka, le cayeron cinco balazos y un tiro de gracia mientras conducía en pijama su Cadillac rojo por Sinaloa, y el último grande asesinado, Tomás Tovar Rascón, más conocido como Tito Torbellino, fue ultimado en mayo mientras comía fideos en un restaurante oriental de Ciudad Obregón (Sonora).
La lista de músicos silenciados por el plomo es larga.
Y como todas las locuras del narco, su caída ha alimentado las letras de nuevos corridos
. La muerte en México se canta a sí misma. porque tienen unos rituales para sus muertos, tanta desgracia viven la mayoría que la muerte les acompañan dia y noche.
procedentes de Tijuana,
traían las llantas del coche
repletas de mariguana.
Eran Emilio Varela
y Camelia "La Texana".
(...)
Sonaron siete balazos,
Camelia a Emilio mataba,
la policía sólo halló
una pistola tirada.
Del dinero y de Camelia
nunca más se supo nada.
. Rápido, corto y, muchas veces, sangriento, el narcocorrido, la música canalla que glosa las andanzas de los narcos, tiene en el norte de México su tierra prometida.
Con sus rimas bravas, su machismo de pelo en pecho y su amor por todo lo turbio, este género nacido del fango de los arrabales triunfa en las calles; sus octosílabos son tarareados en cualquier taxi, sus ritmos pegadizos inundan los mercadillos y fiestas; grupos como Los Tigres del Norte congregan multitudes.
Pero la pólvora que ocultan sus letras duele en los oídos de muchas de las víctimas del narco
. El elogio del sicario es un canto al crimen.
Hay quien lo ve como un arma peligrosa, y prefiere prohibir su exhibición por considerarla una infracción a la seguridad y el orden.
Eso ha ocurrido en la norteña ciudad de Chihuahua (850.000 habitantes), donde el Ayuntamiento acaba de aprobar un bando para sancionar con arresto de hasta 36 horas y multas de 20.000 dólares a todo aquel que interprete narcocorridos en un evento.
En esta población, capital de un Estado que sigue encabezando con Guerrero y México las estadísticas de homicidios, estos cantantes se han convertido en forajidos.
“Nuestro objetivo es evitar la apología del delito
. Queremos garantizar que los eventos públicos contribuyan a su propósito de difundir la cultura en un ambiente sano y positivo”, señaló en un comunicado el consistorio.
El alcalde y principal promotor de la iniciativa, Javier Garfio, del PRI, apeló a la memoria de los años oscuros, de las balaceras y los desmembramiento, para justificar el veto:
“Estamos haciendo todo lo posible para no recaer en las condiciones de inseguridad que vivimos hace años
Y eso se va a hacer en Chiguagua nada menos, , lugar que parece de película pero si estás en un bar te pones cerca de los baños por si hay "Balacera" lo contó una periodista española en una entrevista a Gabilondo y con la que intercambié algunas reflexiones sobre esa peligrosidad justo dónde trabaja, mujer joven, muy interesante, denunciaba todas esas muertes y que nunca cojian al o los sicarios por miedo........los narcocorridos los conocí a través de la novela de Pérez Reverte-Arturo en la Reina del Sur.
Sé que hay sicarios naturalmente, asesinos a sueldo que pueden venir a España por un encargo y cobran 3.000 Euros, vienen y se van el mismo dia, pero pensando, esa rareza de Mexíco lindo y Feliz, pais de grandes contrastes, y muy intelectual y el polo opuesto, las espaldas mojadas, el narco tráfico, en fin pobres, muy pobres y muy ricos, no te enfrentes a un narco porque te matarán otros a los que pisas el negocio.....
Pero recordaba una ranchera de hace años, no tantos, que poco a poco se dejó de oir, no era el llanto por la mujer amada, ni por el vuelo de una paloma, México lindo y Feliz, de hombres fieros y mineros, porque de mujeres poco se oye salvo que sea Maria Bonita que cantaba Agustin Lara, bueno, copuso la canción para ella, o Jorge Negrete que sigue siendo el rey, ese igual ya no se canta tanto, porque no es monedita de oro para caer bien a todos......pero....Habia una, si ina ranchera, que siendo todas machistas era un atentado contra la violencia de género, claro que como matan con tanta facilidad esta ranchera era una más, El Preso nº 9....y no voy a poner la letra porque desde el principio es aterradora....”.
El agricultor, de Los pumas del norte
Hoy que probé la riqueza,ser pobre yo ya no quiero,
seguiré vendiendo yerba
en todito el mundo entero,
no importa que pa' lograrlo
tenga que rifarme el cuero.
(...)
No se me espanten señores,
yo sólo ando trabajando
y al país traigo divisas
y empleos estoy generando,
si hay otros peores que yo
y hasta los andan cuidando.
En 2011, el gobernador de Sinaloa, el Estado donde tenía su cuartel general Joaquín Guzmán Loera, El Chapo, el mayor narcotraficante del planeta, aprovechó una reforma de la Ley de Alcoholes para permitir que se retirase la licencia de venta de bebidas alcohólicas a quien difundiera narcocorridos. Tras dos años de veto, la Suprema Corte de Justicia anuló la orden, no por atentar contra la libertad de expresión, sino por un problema formal: al tratarse de una medida de moral pública correspondía a los alcaldes y no al gobernador su regulación.
Odiado por las autoridades locales, pero reverenciado por escritores y poetas, este género, de letras ásperas y embebidas de sangre, ha concitado a su alrededor un debate sobre los límites del arte.
Hay quienes defienden que es el espejo de una sociedad convulsa y desesperada, que halla en el canto a la muerte, la belleza que no encuentra en sus míseras barriadas
. Autores como Arturo Pérez Reverte y Elmer Mendoza rechazaron en su día la criminalización.
El propio presidente del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes ha salido a la palestra para recordar que los narcorridos son parte de una realidad social que difícilmente desaparecerá con la prohibición de sus bardos.
Un argumento similar han empleado las mismas bandas.
Grupos míticos como Los Tucanes de Tijuana, aunque admiten la brutalidad de ciertas letras, siempre han defendido que la música no es la responsable de la violencia.
“Nosotros no tenemos la culpa de que el país esté como esté, somos entretenimiento, nuestra intención siempre ha sido complacer al público”, afirmaron cuando el gobernador de Sinaloa les prohibió actuar en bares y salas de fiesta.
En un universo devorado por la violencia, las bandas de narcocorridos han pasado ellas mismas a formar parte de la leyenda que cantan.
Por odio, por venganza o por error, en menos de una década han muerto decenas de músicos.
A la bella Zayda Peña la remataron en Matamoros (Tamaulipas) en la cama del hospital donde se recuperaba de un atentado; al célebre Sergio Vega, El Shaka, le cayeron cinco balazos y un tiro de gracia mientras conducía en pijama su Cadillac rojo por Sinaloa, y el último grande asesinado, Tomás Tovar Rascón, más conocido como Tito Torbellino, fue ultimado en mayo mientras comía fideos en un restaurante oriental de Ciudad Obregón (Sonora).
La lista de músicos silenciados por el plomo es larga.
Y como todas las locuras del narco, su caída ha alimentado las letras de nuevos corridos
. La muerte en México se canta a sí misma. porque tienen unos rituales para sus muertos, tanta desgracia viven la mayoría que la muerte les acompañan dia y noche.
Contrabando y traición, de Los tigres del norte
Salieron de San Isidro,procedentes de Tijuana,
traían las llantas del coche
repletas de mariguana.
Eran Emilio Varela
y Camelia "La Texana".
(...)
Sonaron siete balazos,
Camelia a Emilio mataba,
la policía sólo halló
una pistola tirada.
Del dinero y de Camelia
nunca más se supo nada.
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