Si no hubiera sido actriz se habría formado como bailarina... o médico. Ahora es la nueva imagen de Viceroy.
Ha decidido frenar, saborear el tiempo. “Antes rodaba cuatro películas
al año; ya no
. Ahora soy más selectiva. Era muy frenético. Cuatro
películas al año quiere decir estar siempre en algún rodaje en una
ciudad que no es la tuya, en los zapatos de otro.
Un día me dije: 'El
personaje de tu propia vida es otra planta que también hay que cuidar,
porque si no se seca'. Y paré”.
A punto de cumplir 41 (el 28 de abril), Penélope Cruz se muestra
reflexiva pero amable.
No quiere hablar de sus hijos, aunque la
presencia de Leo (4 años) y Luna (que hace 2 en julio) se cuela en sus
respuestas, marca sus decisiones, ordena su vida. Ahora es la nueva
imagen de Viceroy, horas y horarios son muy importantes desde que es
madre.
“Me he vuelto más puntual. Antes lo era con las cosas de mi
trabajo, en un rodaje cada minuto cuenta, y en lo demás era más
despistada.
Pero con los niños es muy importante tener un horario ya
desde que nacen, sobre todo cuando además forman parte de una familia
que viaja”.
Hoteles y aviones siguen presentes, pero menos. Ha vuelto a casa, en
más de un sentido. A vivir en Madrid y al cine español, tanto a la
pantalla –en septiembre estrena
Ma ma, la nueva película de Julio Medem, que también produce– como a la gala de los Goya, a la que llevaba cinco años sin asistir.
Qué alfombra impone más, ¿la roja de los Oscar o la fucsia de los Goya?
Para mí no hay ni menos ni más, es lo mismo.
¿Se siente mucha presión al elegir el vestido?
Tenemos la suerte de que haya gente que ayuda con eso.
Los mejores
diseñadores se ofrecen a vestirte y te lo ponen muy fácil, no creo que
sea ningún mérito mío ir bien vestida a un sitio así.
vestida a un sitio así.
De todos los que ha llevado, ¿cuál ha sido el más importante, el Balmain con el que recibió el Oscar?
Ése es muy especial, porque lo vi y dije: “Si alguna vez hay algo muy
importante, volveré a buscarlo”
. Ocho años después regresé y el vestido
seguía metido en su caja. Pensé que era una señal, y me dio suerte. Es
una pieza de museo.
¿Lo conserva?
Sí, claro. También guardo con cariño muchas cosas que me hizo para mí
Oscar de la Renta, a quien quería mucho
. Era un hombre maravilloso, fue
muy cariñoso conmigo, y vivimos momentos bonitos juntos. Las tres o
cuatro cosas que me hizo las tengo guardadas para siempre.
¿En qué armario?
Porque estos trajes de noche son enormes... Tengo un sitio para
guardarlos fuera de casa. Son muy especiales y hay que conservarlos
bien.
Podría hacer un museo con ellos.
(Risas) Tampoco tengo tantos...
¿Qué habría hecho si no se hubiera dedicado a la actuación? ¿Se imagina en una oficina, fichando todos los días?
Creo que hubiera sido bailarina.
Durante 17 años me dediqué a la danza;
en la adolescencia intenté compaginarlo con la actuación, pero era
imposible. Tenía que elegir.
Y si no, habría elegido un trabajo en el
que se esté en contacto con niños... o incluso Medicina. Pero nunca
llegué a tener que planteármelo, porque empecé a trabajar a los 16. Fue
todo rodado.
¿La fuerza del destino la llevó hasta donde está?
Ese vídeo de Mecano uno de mis primeros trabajos, así que supongo que
sí, que fue cosa del destino. Todo empezó cuando estaba estudiando en la
escuela de Cristina Rota
. Vi un cartelito de una representante,
Katrina, y no paré hasta que me dio una oportunidad, aunque al principio
le parecía muy pequeña, porque solo tenía 14. Sigo con ella después de
todos estos años.
¿Mantiene también sus amistades de la infancia, o para llegar a Hollywood hay que dejar el pasado atrás?
Sí que las conservo, aunque lamento haber perdido el contacto con
algunos compañeros del cole. Pero los amigos de la adolescencia sí que
siguen ahí, tanto mi mejor amiga como mi mejor amigo son los mismos, y
eso es un tesoro, hay que cuidarlo mucho, es parte de tu familia.
Ahora también tiene amigos con estrella en el Paseo de la Fama, como Johnny Depp.
Es uno de los tíos más listos y más especiales que hay. Tiene un
sentido del humor muy marciano, más de una vez he estado tirada en el
suelo llorando de las barbaridades que puede llegar a decir.
¿No se le ha subido el éxito a la cabeza? El año pasado la eligieron “la mujer más sexy del mundo”, ha ganado un Oscar... ¿Cómo se definiría usted?
Es difícil definir a nadie en dos o tres palabras.
Lo que he tenido
siempre y conservo es el sentido del humor necesario para ser capaz de
reírme de mí misma.
Me tomo las cosas con una distancia muy sana que
luego ayuda. No hay que verlo todo desproporcionado, como el tamaño de
la pantalla del cine
. Para lo bueno y para lo malo, en este trabajo
tienes que encontrar una manera de lidiar con esas cosas. Y yo ya tengo
años de entrenamiento.
¿Por eso protege tanto su intimidad?
Es una reacción natural, lo he hecho desde el principio. Tengo mi
trabajo, que es de cara al público, y luego unas áreas de mi vida que
son mías.
Cualquier mujer con hijos entiende mi postura, se puede
identificar. Es lo normal. Si lo he hecho siempre, ahora no voy a
cambiar.
¿Cuesta conciliar cuando se es actriz y se trabaja por todo el
mundo? En mayo comienza a rodar Zoolander 2, con Owen Wilson y Ben
Stiller.
Llegué a ser la mayor adicta al trabajo del mundo, pero ese ritmo no
compensa. Sobre todo, cuando tienes una familia.
Para mí es la prioridad
y luego, por supuesto, tengo que trabajar, como todo el mundo. Ahora
hago un rodaje o dos al año, y teniendo muchas más cosas en cuenta, no
solo que me apetezca hacer esa película.
Y en una profesión en la que prima tanto la imagen, ¿cómo afronta el paso del tiempo?
No me importa. Solo me preocupa mantener la salud.
Por eso nunca me ha
llamado la atención fumar o beber. Fumé unos años porque empecé por un
personaje.
Le doy mucha importancia a la alimentación y prácticamente no
bebo alcohol.
¿Eso no es muy difícil en el mundo de la farándula, conocido por los excesos?
Como he hecho deporte desde los 4 años, siempre he sido muy consciente
de cómo me sentía cuando me cuidaba y cuando no.
Soy antidrogas total,
porque nunca me ha compensado.
La salud es el mayor tesoro que existe.
Si lo tienes, puedes resolver cualquier problema.
Precisamente en Ma ma, su nuevo filme, se aborda el tema de la enfermedad.
Es una película con mucho corazón, con toda la poesía del mundo de
Julio Médem, pero a la vez con los personajes más terrenales que ha
tenido hasta ahora
. Magda [a quien ella interpreta], tiene cáncer de
mama, y en el rodaje conocí a muchas mujeres con una situación parecida a
la de ella, que me ayudaron a entenderla y a preparar el papel.
Lo que
inspira esta película es salir corriendo e irte a tu casa a abrazar a tu
familia. Siendo dura por momentos, que lo es, y mucho, te lleva a
recordar lo importante del agradecimiento en tu día a día, con tu gente,
con lo que tienes.
En ella es también productora, ¿resulta complicado compaginar ficción y números?
Ha sido una gran experiencia.
Cada vez tengo más claro que la
interpretación, cuanto más basada en la imaginación y en este baile de
entrar y salir de la ficción, mejor, es lo más sano.
Tu dolor ya entra
solo, tus experiencias positivas, negativas, tus tormentos... Todo se va
a colar, no vas a poder evitarlo, pero no hay que forzarlo.
El momento
en el que se fuerza, es truco.
Ya le estás dando al personaje algo que
no es suyo, estás metiendo lo tuyo, como una especie de terapia... El
baile de entrar y salir de la ficción, volar, probar cosas y olvidarte
del resultado para ver hasta dónde puedes conectar con el alma de esa
persona, de ese personaje, es un proceso alucinante.
¿Seguirá produciendo, por ejemplo La reina de España, la segunda parte de La niña de tus ojos, de Fernando Trueba?
Eso todavía no lo puedo decir, estamos hablando sobre ello
. Para mí,
volver a rodar con Fernando y con mis compañeros de esa peli, que fue un
rodaje de los más divertidos que he vivido, es muy especial. Y me
interesa Macarena, mi personaje, poder ver quién es ella unos años
después.
Y cuando pasen otros diez años, queremos rodar una tercera
parte.
Si sus hijos dijeran “mamá, quiero ser artista” porque lo llevan en los genes, ¿qué haría?
Paso por paso... Yo empecé muy joven y en mi casa me dieron mucha
libertad.
No te puedo decir lo que haría, pero creo que no presionaría
en ninguna dirección, simplemente hay que escuchar y estar ahí.
En todos
los sentidos, no solo en lo profesional.
Ellos tomarán sus decisiones.