Un Blues

Un Blues
Del material conque están hechos los sueños

6 mar 2015

8 de marzo. Día Internacional de la Mujer 1 2 3 4 5 ( 10 Votos ) 8 de marzo. Día Internacional de la Mujer Un 8 de marzo de 1857, un grupo de obreras textiles tomó la decisión de salir a las calles de Nueva York a protestar por las míseras condiciones en las que trabajaban. Distintos movimientos se sucedieron a partir de esa fecha. El 5 de marzo de 1908, Nueva York fue escenario de nuevo de una huelga polémica para aquellos tiempos. Un grupo de mujeres reclamaba la igualdad salarial, la disminución de la jornada laboral a 10 horas y un tiempo para poder dar de mamar a sus hijos. Durante esa huelga, perecieron más de un centenar de mujeres quemadas en una fábrica de Sirtwoot Cotton, en un incendio que se atribuyó al dueño de la fábrica como respuesta a la huelga. En 1910, durante la Segunda Conferencia Internacional de Mujeres Trabajadoras celebrada en Copenhague (Dinamarca) más de 100 mujeres aprobaron declarar el 8 de marzo como Día Internacional de la Mujer Trabajadora. Actualmente, se celebra como el Día Internacional de la Mujer.


Mujeres célebres
Yoko Ono

Yoko Ono

Publicado el 02-01-2012

Esta mujer es conocida por su romance con John Lennon, y se le culpa de haber separado al cuarteto de Liverpool, pero, en su vida ha habido mucho más...(sigue)

Simone de Beauvoir

Simone de Beauvoir

Publicado el 31-12-2011

Simone de Beavoir, pensadora y novelista francesa, fue representante del movimiento existencialista ateo, además de ser un elemento importantísimo en...(sigue)

Mujeres que han marcado historia

Publicado el 27-02-2012

Han sido muchas y una gran infinidad de mujeres las que han marcado historia en la humanidad

 Grace Kelly

Grace Kelly

Publicado el 28-12-2011

Mujer nacida en una familia de buena posición en Pennsylvania, Su padre fue campeón olímpico de remo y hombre de negocios, acomodados económicamente,...(sigue)

Juana de Asbaje

Juana de Asbaje

Publicado el 28-12-2011

Sor Juana Inés de la Cruz, una mujer nacida en San Miguel Nepantla, en el Estado de México. Antes de entrar al convento, su nombre era Juana de Asbaje...(sigue)

Violencia contra las mujeres

Violencia contra las mujeres

Publicado el 28-12-2011

Es increíble la cantidad de tipos de violencia que hay, miles de personas diariamente son maltratadas, golpeadas, humilladas. Muchas mujeres son víctimas...(sigue)

La Declaración de los Derechos de la Mujer

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Publicado el 28-12-2011

La Declaración de los Derechos de la Mujer y de la Ciudadana fue redactada en 1791 por Olympe de Gouges basándose en el texto fundamental de la revolución...(sigue)

Genios entre la inspiración y la locura.....................................................Javier Sampedro

En los grandes avances científicos de la humanidad hay ingredientes históricos, políticos, ideológicos y presupuestarios.

Pero el factor principal es la genialidad de unos individuos, como Stephen Hawking o Alan Turing, que rompieron barreras para conseguir una sociedad mejor.

 

Stephen Hawking, astrofísico británico, con sus hijos en el salón de su casa. / Ian Berry (Magnum)

El mensaje se ha repetido mil veces
. La ciencia es una empresa colectiva, y el progreso del conocimiento de un país es una magnitud predecible, una función directa del apoyo social que reciba la investigación y del porcentaje del PIB que se dedique a ella.
 Todo eso es cierto. Pero deja escapar una noción esencial: el inmenso poder creador del genio individual.
 Una noción que nos resulta antipática a los intelectos del montón, pues parece dejarnos fuera de juego, pero a la que sucumbimos enseguida, en los estratos más profundos de nuestra consciencia, en cuanto repasamos un par de libros de historia.
O un par de películas, como las que suscitan esta reflexión. La teoría del todo, de James Marsh, y The Imitation Game, de Morten Tyldum, han traído a primer plano a dos demiurgos de nuestro tiempo: el físico Stephen Hawking y el matemático Alan Turing
. Dos tipos raros de una naturaleza distinta.
Hawking (Oxford, 1942) no necesita presentación, pues es uno de los iconos del presente: cosmólogo, físico teórico, autor de algunos de los libros de divulgación más vendidos de los últimos 30 años, polemista de impacto –Dios y la filosofía son dos de sus blancos favoritos—, personaje de Los Simpson y, con toda seguridad, el paciente de esclerosis lateral amiotrófica más longevo del que tiene noticia la medicina.
 Su imagen postrada en una silla de ruedas de alta tecnología y su voz sintética de timbres robóticos son reconocibles en cualquier ciudad del planeta desde Nueva York hasta Bombay
. Pero hay otros ángulos de este científico que hasta ahora resultaban poco conocidos por el gran público, y que la película, basada en las memorias de su primera mujer, Jane Hawking, presenta de manera muy reveladora.
La rareza de Stephen Hawking es lo poco que le importa la esclerosis y el grado hasta el que ha logrado llevar una vida normal pese a ella
La rareza de Hawking no es su esclerosis, naturalmente.
 Su rareza, más bien, es lo poco que le importa la esclerosis, y el grado hasta el que ha logrado llevar una vida normal pese a ella
. Es obvio que Hawking se ha convertido en una figura popular gracias a su discapacidad, pero su reputación entre sus colegas, los cosmólogos y los físicos teóricos, no tiene nada que ver con eso. Se debe a que es un gran físico, una mente creativa de primer nivel.
A los 20 años, antes de que la enfermedad atrapara sus músculos y sus nervios motores, el joven Stephen ya se había revelado como uno de los cerebros mejor equipados de Oxford y Cambridge.
 Y ya entonces, a diferencia de todos sus colegas normales, decidió meterse de cabeza en el campo más abstruso y menos prometedor de la física de la época: la relatividad general, la gran teoría de la gravitación que Einstein había desarrollado en las dos primeras décadas del siglo XX; y en particular, en una de sus consecuencias más extrañas y misteriosas, los agujeros negros.
No fueron los presupuestos de investigación, ni desde luego el apoyo social, quienes crearon la ciencia moderna
. Fueron Galileo y Newton, dos mentes que no fueron consecuencia de su tiempo, sino que inventaron un tiempo nuevo al percibir que la naturaleza habla el lenguaje de las matemáticas, y que sus mecanismos pueden conocerse mediante la observación y el experimento.
 Tampoco la revolución de la energía eléctrica fue consecuencia de la inversión de los Gobiernos ni del interés de los ciudadanos, sino del genio experimental de Faraday y del talento matemático de Maxwell, que revelaron que la electricidad y el magnetismo no eran dos fuerzas separadas, sino dos formas de mirar a la misma fuerza electromagnética.
Los avances de Einstein estaban tan alejados de su contexto social y económico que incluso los físicos más avanzados de su tiempo, como Max Planck, los consideraron descabellados.
Barbara McClintock, genetista especializada en cromosomas. Obtuvo el Nobel de Medicina en 1983. / Corbis
El caso de Alan Turing, el personaje central de The Imitation Game, es aún más sobrecogedor que el de Hawking, por la inverosímil amplitud de sus intereses científicos, pero también por su repugnante desenlace.
 Turing (Londres, 1912-Cheshire, 1954) fue un rey Midas del intelecto que convirtió en oro todo lo que tocó, desde la matemática pura hasta la biología del desarrollo, la lógica y la filosofía, el descifrado de las claves secretas de los submarinos nazis y la fundación de las modernas ciencias de la computación y de la inteligencia artificial.
Tenía 24 años cuando publicó un trabajo esencial para la lógica y las ciencias de la computación, donde frustró –en paralelo con el lógico Kurt Gödel– el sueño de un sistema formal que pudiera generar todos los teoremas matemáticos de una manera automática, o algorítmica.
 Para construir su demostración, inventó lo que ahora se denomina la máquina de Turing universal, una especie de ordenador abstracto que, matemáticamente, equivale a cualquier otro ordenador concebible
. Por entonces estaba empezando la guerra civil española. Unos años después, al poco de estallar la Segunda Guerra Mundial, el joven genio matemático diseñó una máquina descifradora que dejó con las vergüenzas al aire la práctica totalidad de las comunicaciones de radio codificadas del ejército alemán, a un ritmo de 80.000 mensajes descifrados al mes hasta el fin de la guerra.
 Decir que Turing derrotó a los nazis sería exagerado, pero que ayudó a ello no se puede ignorar.
Su contribución a la creación del mundo actual no se quedó ahí, porque al terminar la guerra diseñó el primer computador digital electrónico con programa almacenado y de uso general, el ACE (automatic computing engine), o la primera de las máquinas que hoy llamamos ordenadores. Tal vez no resulte sorprendente que fuera también Turing el gran impulsor de la teoría computacional del cerebro, que ve la mente humana como un gran ordenador digital, y uno de los grandes pioneros de la inteligencia artificia
l. Los especialistas en esa disciplina siguen hablando hoy del test de Turing para saber si una máquina ha alcanzado la inteligencia.
 Un robot habrá superado ese test cuando logre hacer creer a un humano que está hablando con otro humano por correo electrónico.
Neumann fue un pionero de la computación moderna y miembro del proyecto Manhattan para crear la primera bomba atómica
El Gobierno británico se ha visto obligado en años recientes a disculparse oficialmente por una de las actitudes más deplorables que cabe imaginar.
 Porque en marzo de 1952 hizo que Turing fuera procesado por homosexualidad, que, en efecto, era delito en esa época.
 Y ello a pesar de que le había distinguido con la Orden del Imperio Británico por su gran contribución al resultado de la Segunda Guerra, y de que solo un año antes había sido elegido miembro de la Royal Society, una de las joyas de la corona británica
 Le condenaron a un año de terapia hormonal, le declararon un riesgo para la seguridad nacional y le prohibieron el acceso a las investigaciones públicas con los mismísimos ordenadores que él había ayudado a crear.
 Cuando poco después apareció muerto en su habitación, envenenado con cianuro, el veredicto fue de suicidio. Es posible que lo fuera.
¿Acabará con Hawking y Turing la producción fílmica sobre la gente rara de la ciencia del siglo XX? Ojalá no, porque el cine no es solo un medio más para difundir la ciencia, sus modos y sus ideales, sino que seguramente es la forma artística que mejor penetra en las motivaciones de sus artífices, y la que más normales puede hacer sus rarezas.
 Y porque los personajes no se han acabado.
George Gamow trabajó en t el núcleo atómico, la formación estelar y el código genético. Fue de los primeros en tomarse en serio el Big Bang. / Getty
Tomen, por ejemplo, a John von Neumann (Budapest, 1903-Washington, 1957), uno de los grandes genios matemáticos del siglo, y el único que tiene una esquina dedicada en la ciudad de Princeton por el descomunal número de accidentes que causó allí con su coche, producto de su no menos ciclópea afición a las bebidas espirituosas.
También es el único que ha dado su nombre a un robot del futuro: el autómata de Von Neumann.
 Fue un niño prodigio y a los 25 años ya se había convertido en uno de los matemáticos más prestigiosos del mundo.
 Como Turing, fue otro gran pionero de la computación moderna, y como cualquier genio judío que viviera en Estados Unidos en la época, miembro del proyecto Manhattan para construir la primera bomba atómica durante la Segunda Guerra Mundial.
O tomen a George Gamow, que, no contento con haber sido uno de los primeros físicos en tomarse en serio el Big Bang y predecir la radiación de fondo de microondas que acabaría demostrándolo años después, fue también el primer científico en comprender con profundidad las consecuencias del trabajo de James Watson y Francis Crick sobre la estructura del ADN –la famosa doble hélice o el secreto de la vida– y en formular el concepto de código genético.
 El código genético concreto que propuso resultó erróneo, pero la mera idea de que existiera uno influyó poderosamente en Watson y Crick para que ellos y otros científicos llegaran a la solución correcta.
 Como Von Neumann, destacó también por su obstinado consumo de whisky.
Y hay más: Craig Venter, que descifró el genoma humano con dinero privado, creó el primer genoma artificial de una bacteria, y ahora navega por todo el mundo con su yate para explorar la diversidad genética de los mares y conseguir un bronceado que rara vez se asocia con la dedicación a la genética.
 Y no olviden los cineastas que los dos grandes genios creativos de la biología del siglo XX fueron seguramente dos mujeres: Barbara McClintock y Lynn Margulis. Otro día les hablaré de ellas.

La mujer en el cine

Elvira Lindo repasa filmes femeninos por el 8 de marzo, Día de la Mujer Trabajadora.

 

¿Quién no recuerda a Katharine Hepburn abriéndose camino en un mundo laboral absolutamente masculino en La mujer del año o plantando cara, como abogada, a su mismísimo marido, el fiscal del distrito interpretado por Spencer Tracy en La costilla de Adán? ¿A Elizabeth Taylor mostrando descarnadamente su frustración sexual en La gata sobre el tejado de zinc; a Rita Hayworth interpretando a una mujer fatal en La dama de Shanghai o a la inmortal Greta Garbo dando vida a una férrea comisaria comunista en Ninotchka?
 Cada una de ellas interpretó a lo largo de su carrera a decenas de mujeres concretas, con sus nombres y apellidos, pero también, y muy a menudo, a distintos modelos y estereotipos de mujer.
Con motivo del 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer Trabajadora, TCM dedica la programación de todos los sábados y domingos del mes a películas protagonizadas o dirigidas por mujeres.
 Un mosaico de títulos en los que se puede apreciar cómo se ha desarrollado la vida, el trabajo y la reivindicación de los derechos de las mujeres a lo largo de la historia.
 Una programación especial que se completa con una entrevista en la que la escritora y guionista Elvira Lindo explica su visión sobre los personajes femeninos en el cine y el trabajo de aquellas actrices que más le han influido personalmente.
A Elvira Lindo, por ejemplo, no le gusta hablar de cine o de escritura exclusivamente femenina.
“No sé si se nota que lo que yo escribo lo escribe una mujer.
 Tampoco quiero ocultarlo pero creo que hay también directores o escritores que tienen una mirada muy femenina o cercana a la vida de la mujer”.
 En ese sentido le gusta citar a la premio Nobel de Literatura Alice Munro cuando dice que crea personajes femeninos porque es el mundo que mejor conoce, pero que sus mujeres son de todo tipo. No tiene una plantilla moral para diseñarlas.
A la hora de elegir a una actriz que haya influido en su vida, Elvira Lindo cita sin dudar un segundo a Katharine Hepburn.
 “Recuerdo que, cuando veía La fiera de mi niña, intentaba imitar su forma de andar, con grandes zancadas, como si siempre tuviera prisa, con energía, como si fuera dueña de su cuerpo”
. También rememora otro título, Mujercitas, (Las cuatro hermanitas) en el que Katharine Hepburn hacía de Jo March, la joven decidida que quiere convertirse en escritora.
“Dentro de mí ya estaba el embrión del tipo de mujer que quería ser y esas películas y esos personajes me ayudaron mucho”.
Habla también de cómo, en los últimos tiempos, apenas hay buenos papeles en el cine para actrices maduras.
“Creo que hacer personajes que hayan superado la barrera de la juventud y que hayan entrado en la madurez requiere más inteligencia.
 Cuentas menos con el envoltorio físico.
 La televisión está ofreciendo a estas actrices guiones con más enjundia, más serios y con más inteligencia que en el cine”, explica.
¿Y por qué aún hoy en día hay tan pocas directoras de cine?
 Elvira Lindo piensa que, en el futuro, habrá muchas más realizadoras, como ocurrirá en los altos puestos ejecutivos de las empresas.
Sin embargo, habla de una cierta resistencia por parte de algunas mujeres a dar un último paso
. “En mi caso no he dado el salto a la dirección por una cierta pereza.
 Tendría que abandonar muchas cosas de mi vida y de mi libertad para dedicarme a un trabajo que es muy absorbente.
No sé si hubiera podido responder a tanto requerimiento, no solo técnico sino también psicológico”, argumenta.
Pero como guionista tiene una cosa clara. “Las mujeres somos la mitad de la población y no hay un solo estereotipo femenino, sino tantos como mujeres haya sobre la Tierra.

Flores del bien y del mal................................................................ Carlos Boyero

La historia está transmitida con talento por un director con personalidad torrencial.

Me hago un lío con el apellido McDonagh para identificar a los respectivos autores de dos películas que me han enamorado.
 Son hermanos, irlandeses y el cine de ambos tiene parecidos no alarmantes, sino gratamentes reconocibles.
 Uno se llama Martin y firmó la insólita, tragicómica y muy hermosa Escondidos en Brujas, la historia de dos atípicos, torturados, demasiado humanos, asesinos a sueldo al que su excéntrico empleador les exige que se refugien durante un tiempo en esa ciudad medieval tan bonita (si no la abarrota el turismo y las continuas obras de restauración), pero que también puede albergar una atmósfera inquietante, de cuento de hadas malvadas en medio de la bruma, llamada Brujas.
Todo tenía encanto, humor pérfido, sentimiento, excentricidad y clima en esa película. Incluso estaba conmovedor y disparatado Colin Farrell, actor que me suele cargar.
El nombre del otro es John Michael.
 Me contaron de El irlandés, su película anterior, que era muy cáustica y graciosa
. A mí no me hizo ni pizca de gracia.
 Cine para modernos, en los que el director intenta demostrarte en cada secuencia lo listo e ingenioso que es.
 Por ello, cuando me informan de que va a estrenarse Calvary, dirigida por alguien apellidado McDonagh, pregunto si el nombre es Martin o John Michael.
 Es el segundo. O sea, que me acerco a ella con mosqueo inicial.
Este se evapora con la primera y estremecedora secuencia.
Un cura escucha la confesión de un feligrés invisible
. Le cuenta que a los nueve años le convirtieron en un muerto viviente
. Fue violado repetidamente por un adulto ensotanado.
Ocurre en Irlanda, una tierra en la que la pedofilia curil gozó de tanto esplendor como de impunidad. Esa voz atormentada e implacable también informa a su estupefacto e inocente confesor de que dentro de seis días le asesinará.
Me hago un lío con los McDonagh, autores de dos grandes películas
El paisaje irlandés en el que se desarrolla esta dura y emocionante historia es muy bonito, pero que nadie se engañe.
No estamos en Innisfree, aquel pueblo idílico, pintoresco y evocador en el que el hombre tranquilo buscaba refugio contra sus fantasmas y se enamoraba de una problemática y maravillosa señora pelirroja.
 En Calvary la cámara se desentiende del precioso entorno para centrarse obsesivamente en lo que expresan los rostros en primer plano.
Y todo el mundo anda jodido en ese pueblo por una razón u otra, hay poco espacio para la alegría, todos parecen sobrevivir a algún desastre íntimo o seguir hirviendo en él
. Hay un cura profundamente humano, legal, inteligente, en posesión de fe de la buena, que sabe escuchar a los demás, que sabe mucho del miedo, el dolor y la perdida.
 A lo largo de esa premonitoria semana se comunicará fundamentalmente con doce personas que ocultan algo o necesitan su ayuda.
 Una de ellas ha firmado su sentencia de muerte. El título Calvary no es gratuito.
Las situaciones y los personajes son tan creíbles como complejos
Los diálogos no tienen desperdicio, son brillantes.
 Las situaciones y los personajes son tan creíbles como complejos, sientes desasosiego al ser testigo de esta previsible tragedia, pero también al recordarla.
Y está el admirable actor Brendan Gleeson (será vano que intenten recordar una interpretación desvaída o falsa de este hombre con presencia poderosa, capaz de muchos registros, como secundario de lujo o si lleva el protagonismo) dotando de dignidad, humor, dudas, terror, hombría, comprensión, dureza, ternura, matices, múltiples sentimientos, a su memorable personaje.
También está magníficamente arropado en su camino hacia la temida cruz por interlocutores muy inquietantes
. Todo el mundo se siente solo y perdido. Mejores o peores, cínicos y sinceros, ricos o supervivientes, vengativos o resignados, todo el personal necesita mostrar o sugerir sus demonios a un hombre que se queda sin respuestas, que se siente tan acorralado como ellos
. Y está transmitido con talento por un director con personalidad torrencial.
La han calificado condescendientemente de película pequeña e interesante.
¿Qué querrá decir pequeña? ¿Que se rodó en 28 días y con presupuesto escaso
? Para mí es grande.
Me deja tocado, algo que no me suele ocurrir últimamente.