Un Blues

Un Blues
Del material conque están hechos los sueños

20 feb 2015

Actrices que resisten el paso del tiempo...............Mujeres interesantes












Vamos a salir del Armario...................De la Reina Leti

 

Letizia apuesta por los abrigos de líneas sencillas y complementos atrevidos. 
 

Este conjunto negro y blanco de cuadros es uno de los preferidos de la Reina y lo ha repetido en varias ocasiones.(Muy poco favorecedor, un modelito sencillo como para ir al trabajo)

 

Este traje de Carolina Herrera ha sido una de las grandes novedades del armario de doña Letizia. 
Parece un Tablero de Ajedrez todo en blanco y negro ( Yo tb tengo modelitos de Carolina, pero no tan sosos, aquí se preocupó más por su cara...
 

Letizia como reina es muy sobria cuando se viste de gala.La Srta Rotenmeyer tal y como es ella..
 

Si la Reina decide apostar por el color, el rojo es su favorito.Los trajes de Chaqueta le ponen 10 años más.....
 

El blanco y negro, una de las combinaciones favoritas de doña Letizia.. Muy de Muñeca...y demasíado maquillada
 

Chaqueta tipo Chanel son las favoritas de la Reina., muy mala combinación de colores
 

La Reina con un conjunto bicolor, en el que destaca un vestido por encima de la rodilla.Vaya un conjunto que yo suelo usar, Abrigo es de CH,


Ella, la más bella,Letizia, vestida para reinar................................................................. Leticia García.

Tras la llegada al trono de Felipe VI, ha cambiado de estilo y usa nuevas firmas.

Ella solo se preocupa por sus vestidos, zapatos, bolsos, peluquería, operaciones de estéticas, ¿Para que queremos a una Reina? solo nos provoca gastos en tonterias ....

¿para qué queremos reyes de juguetes si no van a propiciar un estado de Bienestar salvo para ellos?

Reina Letizia
La reina Letizia, en A Coruña. / Cabalar (EFE)

“Trece vestidos que dicen a gritos: Reina Letizia y Duquesa Kate”.
 Así titulaba hace unas horas la edición americana de la revista Glamour su crónica del desfile de Jenny Packham, diseñadora habitual en las alfombras rojas de Hollywood.
Si antes su presencia era recurrente en la prensa de moda europea, su ascenso al reinado del país el pasado verano la ha convertido en un icono de estilo internacional
. Pero no solo ha alcanzado ese puesto por su nuevo rango.
 Su aspecto también ha cambiado silenciosa pero notablemente.
“Ahora está fuera de las posibles críticas internas que podrían haber surgido con anterioridad dentro de la Casa Real
. En sus primeros años como princesa su imagen le echaba años encima, tal vez para dar entender que había dejado de ser periodista.
 Pero ella no es la reina Sofía, Letizia se educó como plebeya y se nota en su aspecto.
 Ahora, como reina, se siente libre para vestir sin presiones.
Hasta sonríe más”, explica Patrycia Centeno, autora de los libros “Política y Moda” y “El espejo de Marx”, donde analiza la indumentaria de miembros de los gobiernos y las monarquías.
Letizia en la entrega de los Premios Nacionales de Cultura de 2014. / Cordon Press
Lo cierto es que la reina sigue fiel a su uniforme: faldas a la rodilla, zapatos peep toe y, en ocasiones, esos simbólicos tonos blancos tan característicos de la Casa española.
También a Felipe Varela, su modisto de cabecera.
 Sin embargo, desde que ostenta la corona se atreve con un esmoquin negro de corte masculino firmado por Hugo Boss, con marcas danesas como Designers of remix (su jersey de cuadros lo ha lucido públicamente en tres ocasiones distintas) o con un ajustado vestido bicolor de Carolina Herrera. Estas firmas se han unido ahora a su lista de favoritas.
“Sigue recurriendo a Varela, en quien confía, pero poco a poco se va abriendo a otras marcas.
 Cuando visitó a Angela Merkel vistió de Hugo Boss, lo que se interpretó como un guiño a Alemania”, afirma Centen
o. Junto a la enseña germana, su otra nueva no es casual: Carolina Herrera, diseñadora venezolana afincada en Nueva York, lleva décadas encarnando el estilo Lady propio de las princesas y primeras damas más clásicas.
 De Jackie Onassis a Rania de Jordania.
La reina Letizia el pasado 18 de febrero. / Juan Naharro (Getty Images)
“Doña Letizia es consciente del poder de la moda a la hora de comunicar.
 Cuando Felipe VI tiene que enfrentarse a algún acto polémico, ella se decanta por algo más transgresor para captar la atención
. Cuando sucede al revés, y el rey tiene que ser el protagonista, se viste para resguardarse en un segundo plano”. Así sucedió en la visita de los monarcas a Nueva York el pasado septiembre, que fue considerada como una de sus pruebas de fuego.
 La reina quiso redundar en el clasicismo con un traje de chaqueta azul y un vestido del mismo color, ambos de Felipe Varela
. Y eso que tuvo que medirse frente a Michelle Obama, la mujer que en la actualidad mejor maneja la ecuación entre imagen y poder.
Varela sigue agotando las existencias de los modelos que luce públicamente su mejor clienta.
 “Sin embargo, se echa en falta más transgresión y más firmas locales. La Primera Dama norteamericana da publicidad a sus diseñadores.
Y ha llegado a lucir prendas tan arriesgadas como las de la marca japonesa Comme des Garçons. Recurrir a Carolina Herrera y a Hugo Boss no significa gran cosa en términos comunicativos”, sentencia Centeno.
Doña Letizia, en la visita a Freixenet el pasado 15 de febrero. / Miquel Benitez (WireImage)
Lo que sí resulta significativo es su empeño en seguir llevando marcas nacionales low cost, sobre todo si vienen de Mango.
  Las piezas de la gran cadena catalana, los zapatos Magrit y las joyas de Tous son “su forma de difundir la marca España”.
 Y la cercanía, porque pese a ser reina, no duda en repetir atuendo en numerosas ocasiones o en mezclar prendas asequibles con otras que no lo son tanto.
 “Ella se suma a la estrategia de otras princesas y Primeras Damas. Lo hacen para reflejar cotidianidad”, apunta Centeno.
La nueva Doña Letizia “está muy al tanto de las tendencias y sabe que su papel, aunque suene controvertido, se basa en distraer la atención mediante los estilismos”
. Sabe, por ejemplo, que a día de hoy una corona no es incompatible con una extensa colección de chaquetas de cuero
. O que los labios rojos son, en ocasiones, un poderoso elemento de distracción.

 

Las mujeres con menos formación son las personas que más fuman................................... Daniel Mediavilla

Un análisis de la evolución del tabaquismo del último medio siglo encuentra una correlación con la de la igualdad de género.

 

Tabaquismo
El porcentaje de fumadoras se ha multiplicado en el último medio siglo. / Edu Bayer

De los más de 1.000 millones de personas fumadoras en el mundo, unos 200 son mujeres, según datos de la Organización Mundial de la Salud.
 Esta diferencia se explica, en parte, por las diferencias de género: a menor igualdad, en principio, menos fumadoras. Sin embargo, igual que el nivel de desigualdad, el tabaquismo femenino varía considerablemente dependiendo del país.
 En España, donde la brecha entre hombres y mujeres se ha reducido significativamente en el último medio siglo, también se han igualado los porcentajes de fumadores.
Según un estudio que este viernes publica un equipo de científicos españoles en la revista Tobacco Control, en este país, la proporción de mujeres fumadoras se aproxima e incluso supera a la de hombres, especialmente entre las jóvenes de bajo nivel educativo.

En su trabajo, los autores, liderados por Manuel Franco, epidemiólogo de las universidades de Alcalá y Johns Hopkins, analizaron la relación entre la desigualdad de género y el tabaquismo entre 1960 y 2010.
 Tomando como referencia datos como el porcentaje de mujeres diputadas, los niveles de educación o la participación en el mercado laboral, los autores observaron que, durante las primeras décadas, cuando la presencia de las mujeres en la vida pública era casi anecdótica, apenas fumaban.
En 1960, el porcentaje de fumadoras habituales no llegaba al 3% frente al 53% de los hombres.
Durante los años 70, el tabaquismo se incrementó entre las mujeres con un mayor nivel educativo, aquellas que primero disfrutaron de una mayor igualdad.
 A lo largo de los años siguientes se siguió incrementando hasta alcanzar un máximo del 27% entre 1990 y 1995.
Entre los hombres, el hábito alcanzó su máximo entre 1960 y 1980, con un 55%, descendiendo después hasta el 27% en 2010.
En 1960, el porcentaje de fumadoras habituales no llegaba al 3% frente al 53% de los hombres
Además de la variable de género, los autores analizaron la relación entre tabaquismo y nivel educativo.
 Entre los hombres nacidos antes de 1960, no se ve diferencia entre el nivel educativo y el porcentaje de fumadores
. Esto cambia entre los más jóvenes, que fuman más cuanto menor es su nivel educativo.
En el lado femenino, también existe una mayor similitud en los hábitos de las mujeres de mayor edad. Entre las nacidas antes de 1940, fuman muy pocas, independientemente del nivel educativo.
Después, en las nacidas entre 1940 y 1980, se observa una relación entre una educación superior y un mayor nivel de tabaquismo.
En el caso de las mujeres más jóvenes, nacidas después de 1980, la relación entre educación y gusto por el humo sigue la misma dirección que entre los hombres, con un incremento entre las menos formadas y un descenso entre las que tienen educación universitaria.
Las tabaqueras dirigen su publicidad a públicos específicos y se quiere hacer lo mismo con las campañas de prevención
El interés de este tipo de estudios, según explica Franco, radica en la posibilidad de establecer políticas de prevención más específicas para cada grupo de población según su riesgo y la situación del país
. La “epidemia del tabaquismo” sigue unos pasos similares en todos los países.
 En primer lugar, son hombres con un nivel educativo elevado, como con la incorporación de todo tipo de innovaciones, los que primero adquirieron el hábito
. Más adelante, son los hombres de menor nivel educativo los que se incorporan y después, con el avance de la igualdad y de la educación de las mujeres, son ellas las que comienzan a fumar
. Cuando empiezan a aparecer las evidencias de los daños del tabaco, los hombres con mayor nivel educativo empiezan a dejarlo, pero mientras tanto, las mujeres más jóvenes con un nivel educativo inferior siguen la pauta opuesta.
Presentación de una cajetilla de tabaco dirigida al público femenino en Rusia.
“Las compañías tabaqueras son conscientes de este proceso y adaptan sus campañas publicitarias y el público al que las dirigen de acuerdo con este conocimiento”, explica Franco, también investigador en el Centro Nacional de Investigaciones Cardivasculares (CNIC).
 “En Brasil o en Rusia, por ejemplo, hay campañas específicas dirigidas a las mujeres, que son un mercado que se está ampliando, y en España, en una fecha tan cercana como 2002, la compañía Nobel diseñó una campaña para el público femenino”, comenta.
“En la batalla para contrarrestar esas campañas, si aplicamos unas políticas de prevención de café para todos, vamos siempre un paso por detrás de las tabaqueras”, añade el investigador.
 “Aquí, en España, habría que diseñar campañas específicas pensando en esas mujeres jóvenes y con un bajo nivel educativo, que estuviesen presentes en los lugares en el que están ellas -por ejemplo, no van apenas a los centros de salud-, y con el lenguaje más adecuado para que les lleguen los mensajes”, concluye Franco.