Un Blues

Un Blues
Del material conque están hechos los sueños

10 feb 2015

No lo parece pero es Uma Thurman.................Pero ¿Por qué se desfiguran?

La actriz ingresa en el club de Renée Zellweger, el de mujeres que se someten a cirugías estéticas contundentes.

Uma Thurman se ha unido al club al que pertenecen Renée Zellweger, Catherine Zeta-Jones y últimamente Demi Moore.
 La actriz, musa de Quentin Tarantino y su última pareja, ha decidido pasar por el quirófano para borrar de su rostro los signos del paso del tiempo
. A sus 44 años, Thurman se ha sometido a una cirugía estética rotunda.
Su rostro angulado ha dado paso a otro más redondo y sus ojos aparecen ahora mucho más achinados al haberse estirado.
La nueva Uma Thurman se dejó ver con su nueva cara en el estreno en Nueva York The Slap, la nueva miniserie de la NBC que protagoniza junto a Peter Sarsgaard, Thandie Newton, Zachary Quinto, Brian Cox, Melissa George, Mekenzie Leigh y Lucas Hedges.
Uma Thurman y Arpad Busson, junto a la reina Rania de Jordania. / CORDON
Uma Thurman se había declarado en varias ocasiones contraria a los retoques estéticos pero parece haber cambiado de opinión.
 La última vez que se vio en público a la actriz fue a finales del mes de enero
. Quince días después ha reaparecido totalmente cambiada.
Thurman rompió la primavera pasada con Arpad Arki Busson, su prometido con el que mantuvo una relación intermitente desde 2007 y junto al que tuvo una hija, Rosalind, hace casi dos años. Thurman además cuenta con otros dos hijos, Maya, de 15, y Levon, de 12, fruto de su matrimonio con el también actor Ethan Hawke
. Fue entonces cuando se unió a Tarantino, de 51 años, con relaciones en su pasado con la directora Sofía Coppola o la actriz ganadora del Oscar Mira Sorvino, y hasta el momento sin tener pareja estable.
Quentin Tarantino y Uma Thurman, el pasado mayo en el festival de Cannes. / CORDON
Ambos se conocieron en el rodaje de Pulp Fiction en 1994
. La película cambió la vida de los dos.
 La belleza de Thurman ya había dejado huella en anteriores papeles, como esa especie de Venus de Milo que encarnó en El barón de Monchausen o esas amantes a las que dio cuerpo en Las amistades peligrosas o Henry & June.
Pero su trabajo como la femme fatale Mia Wallace en el filme de Tarantino le consiguió no sólo su única candidatura al Oscar, sino un lugar en la historia del cine.
 En el caso de Tarantino, Pulp Fiction convirtió en un autor admirado a este encargado de un videoclub con aspiraciones cinematográficas y una memoria prodigiosa
. Una colaboración que ambos expandieron con un éxito similar en la saga Kill Bill, trabajo para el que Tarantino nunca pensó en otra actriz y que escribió junto a ella.

Uma Thurman
Uma Thurman después de su cirugía (izquierda) y antes de operarse. / CORDON PRESS

 

Natalie Portman: “El éxito no es algo que te llene o te complete”............................................Álex Vicente

La actriz habla de su carrera tras el estreno de 'Knight of cups' en la Berlinale.

 

La actriz Natalie Portman, retratada en Berlín. / Getty

Dice que Terrence Malick llevaba años en lo más alto de su panteón personal.
 Cuando estudiaba Psicología en Harvard, Natalie Portman (Jerusalén, 1981) descubrió una película llamada Días del cielo.
  “Me fascinó.
Ha sido mi favorita desde entonces”, recordaba ayer en una suite de su hotel berlinés, a la que se presentó con sonrisa indeleble y ganas de conversar.
Hace diez años, la actriz se atrevió a pedir una cita a ese cineasta esquivo que había marcado sus años universitarios.
 “Aceptó conocerme y seguimos en contacto varios años, hasta que me llamó y me propuso esta película”.
El resultado se titula Knight of cups y ha dejado a la Berlinale dividida entre el aplauso y el bostezo, entre quienes ven en ella un superfluo monólogo interior con la misma carga metafísica que un anuncio de perfume y los que creen que condensa nuestro merodeo existencial en un par de horas de increíble belleza.
 Portman forma parte, decididamente, de los segundos.
“Cada director es distinto, pero todos los rodajes se parecen.
 Primero te peinan y te maquillan
. Luego ensayas mientras preparan las luces
. Y después ruedas tres tomas, o un millar si el director es David Fincher”, bromea la actriz, “Malick te recuerda que no existen las normas
. En sus películas no hay focos ni marcas en el suelo.
 Su único objetivo es abrazar lo fortuito y capturar algo bello cada día.
Si se pone a llover, rueda bajo la lluvia.
 Si pasa un helicóptero, lo integra en la película. Si ve volar un pájaro, lo filma durante una hora”.
En esta cinta lírica y sin argumento definido, un hombre en plena crisis existencial —un Christian Bale taciturno y doliente— recuerda, una por una, las relaciones que han marcado su vida.
 Entre ellas figura el personaje de Portman, una mujer casada con la que pondrá fin a una larga racha de aventuras con modelos y strippers.
“La película resume la experiencia del hombre moderno, que busca algo sin saber qué es.
 A un nivel u otro, todos nos podemos identificar con eso”, afirma la actriz.
La experiencia descrita es universal, pero no parece casualidad que Malick la haya ubicado en Los Ángeles
. Ni tampoco que su protagonista alcance la gloria en la meca del cine.
 Cuando se afina el oído, se escucha recitar El progreso del peregrino, superventas del siglo XVII firmado por John Bunyan, un predicador puritano que consiguió un enorme éxito entre los primeros colonos del Nuevo Mundo.
Malick te recuerda que no existen las normas, su fin es abrazar lo fortuito”
¿Qué habrá sucedido para que la lejana utopía de los padres fundadores se haya convertido en una ostentosa bacanal en una mansión hollywoodiense?
 “Es un lugar al que todo el mundo llega con un sueño, con un deseo puro que a veces se transforma en una búsqueda de cosas vacías, como el dinero, la fama o la atención ajena”, reinterpreta Portman. “Ya decía Saul Bellow que, si levantáramos el país por el lado derecho, todo lo que no está sólidamente arraigado terminaría en Los Ángeles”.
Portman conoce bien el mundo que esboza la película.
 Lleva actuando desde los 12 años, cuando debutó en El profesional (Léon).
 “Cuando empiezas tan joven, se te acaba curtiendo la piel.
 Estás acostumbrada a escuchar tantos piropos desmedidos como horrores sobre tu persona.
Al final, acabas por no creerte nada”, asegura la actriz, que se hizo con el Oscar en 2011 por su papel en Cisne negro.
 “Fue bonito, pero al día siguiente regresé a la vida real”, sostiene.
 “Cuando alcanzas lo que los demás definen como éxito, confiando en que todo será genial cuando lo consigas, te das cuenta de que nada cambiará
. No es algo que te llene o te complete, lo que para muchos resulta desconcertante. Esa plenitud la encuentras en otras cosas.
Ya sabe, esos clichés…”. Obligada a precisar cuáles, agrega: “La hallas en tu relación con tus amigos y familiares. Pero también con los extraños. Tu forma de interactuar con un desconocido resulta clave”.

Los personajes de Malick se encuentran a la deriva.
 Buscan consuelo en el amor, en los excesos nocturnos, en la oración religiosa y las cartas del tarot. Se buscan sin encontrarse, se refugian en la vida familiar y se clavan tenedores en la piel para poder sentir algo. Portman parece más centrada que todos ellos juntos.
 En los últimos cinco años, se ha casado, ha tenido un hijo y se ha mudado a Francia, donde su pareja, el coreógrafo Benjamin Millepied, dirige la Ópera de París.
 “Todo ha cambiado tan rápido que me he dado cuenta de que no puedo controlar el futuro
. Lo mejor es vivir el instante, guiarte por tus pasiones y estar abierto a lo que pueda suceder”, concluye la actriz antes de desaparecer.
 “Igual que en una película de Malick”.

9 feb 2015

Lo que nunca debería preguntar a su dentista....................................................... Mayte Martínez Guerrero

Siete profesionales de la odontología nos cuentan la mayor barbaridad que un paciente les planteó en consulta.

 


"Doctor, tengo pelos en la lengua". ¿Cree que es un chiste? Pues no.
 Ocurre, como otras miles de anécdotas con las que los doctores podrían escribir libros fascinantes (o terroríficos, según se mire) y que surgen a partir de consultas de pacientes un poco despistados. Esto es una selección de siete de ellas, todas del gremio de los dentistas.
 O lo que es lo mismo: lo que nunca debería preguntar al especialista, si no quiere que lo tomen por bárbaro.
1. ¿Puede respetar el sarro de mi dentadura?

Daniela Carranza, odontóloga del Instituto Profesor Sada, recuerda:
"Un día acudió un paciente con muy buena pinta a la consulta.
 Era bastante guapo e iba muy arreglado. Se sentó en el sillón y me dijo que venía a una revisión por si tenía alguna caries, pues sentía molestias en la boca
. Mi sorpresa fue que al realizar la exploración, tal era la capa de sarro que tenía, que apenas se le veían los dientes de abajo.
 No podía creerlo. Cuando le expliqué la necesidad de una limpieza profunda y un tratamiento periodontal para sanear sus encías y valorar si había caries, ya que el sarro impedía la correcta valoración, se negó en rotundo, comentándome que llevaba años sin lavarse los dientes para poder acumularlo.
Intenté darle todas las explicaciones científicas para convencerlo de que estaba equivocado y que esa situación originaría la pérdida irremediable de sus dientes, pero el paciente no entró en razón y finalizó:
'¡Yo soy feliz con mi sarro!".
 Desde el Instituto Nacional de Investigación Dental informan: "Cuanto más tiempo permanezcan la placa y el sarro (formado por bacterias, mucosidades y otras partículas) sobre los dientes, más daño puede hacer"
. Las bacterias causan una inflamación de las encías que se llama gingivitis
. Cuando no se trata, se convierte en periodontitis (las encías se alejan de los dientes y forman espacios o bolsas que se infectan)
. Las toxinas de las bacterias y la respuesta natural del cuerpo contra la infección destruyen la dentadura.
2. ¿Influye la falta de sexo en un aumento de la halitosis?
María José Jiménez García, directora del departamento de Periodoncia de la Clínica Ciro de Madrid, rememora este episodio:
 "Una paciente me dijo que presentaba halitosis y que creía que se debía a que no tenía relaciones sexuales, ni suficientes ni satisfactorias, con su pareja.
 Le contesté que no había ninguna base científica para esa afirmación y le expliqué cuáles son los mecanismos en la producción de la halitosis, como la degradación metabólica de las bacterias de la cavidad oral, que dan lugar a diversos compuestos que son los responsables del mal sabor y olor
. Le recomendé mejorar su higiene oral, un tratamiento a su estado periodontal y la utilización de colutorios específicos para la prevención y eliminación.
 Esto confirma que en España sigue habiendo una cultura dental deficiente.
Vemos muchos pacientes con mala higiene oral, elevado número de caries y presencia de enfermedad periodontal en diversos grados de evolución, así como pérdidas de piezas sin sustitución".
3. ¿Hay combinaciones milagrosas contra el dolor de muelas?
Javier Ortega, odontólogo de Clínica Menorca, nos cuenta su experiencia: "Barbaridades se oyen muchas, pero creo que la mayor fue la de un paciente que acudió a consulta desesperado por un dolor de muelas que no podía calmar.
 Entendiendo por nada locuras tales como colocarse en la zona una aspirina, echarse vodka por encima y enjuagarse después con gasolina.
 Sin embargo, lejos de ayudar, la aspirina es un ácido que, aplicada directamente sobre el tejido blando, quema la encía, con serios problemas difíciles de solucionar en el futuro.
En el caso del alcohol, lo más probable es que la encía quede enrojecida, con úlceras.
 Es difícil mantener mucho tiempo un líquido en un punto concreto, lo más normal es que se extienda por la zona y al final se trague.
 Si lo repetimos tres o cuatro veces, al final el dolor no desaparece, pero ya no eres consciente de él por el estado de embriaguez.
 Los riesgos de la gasolina no se pueden enumerar porque son infinitos, no solo en dientes, también en encías, mucosas y boca en general".
Moraleja: no busque soluciones en foros de Internet.
4. ¿Quién quiere un blanqueamiento dental, teniendo limón y bicarbonato?
Dory Sánchez, directora de la Clínica Rosales, explica: "Nos venían muchos clientes con los dientes totalmente deteriorados porque habían estado durante años frotándoselos con limón para blanquearlos, y eso es una auténtica barbaridad, como cepillarlos con bicarbonato. Este tipo de hábitos lo que hace es dañar el esmalte, en ocasiones, de un modo irreparable. Cada vez hay más cultura dental, pero todavía queda mucho camino por recorrer". Por cierto, el 22% de españoles se cepilla los dientes menos de dos veces al día y la duración del acto no alcanza los 2 minutos recomendados, según la encuesta europea sobre salud oral Wrigley y GSK.

5. ¿Me pone un implante dental por menos de 200 euros?
Carlos Álvarez, de la Clínica Sonríe Granada, defiende: "La gente cree que 200 euros es un precio justo para un implante, y nada más lejos de la realidad
. Quizá para la pieza, sí, pero hay que añadir estudio, fase quirúrgica, aditamento protésico, corona de porcelana...
Una maña elección en los implantes nos puede acarrear muchos trastornos que afectan a la salud y calidad de vida".
 La Sociedad Española de Periodoncia (SEPA) confirma: "La diferencia de precio radica, sobre todo, en la calidad del servicio y los materiales empleados.
 Un buen diagnóstico, realizado por un equipo multidisciplinar de profesionales, es un elemento básico para establecer un correcto, adecuado y efectivo tratamiento con implantes dentales". Infórmese pues en el colegio de odontólogos de su ciudad antes de decantarse por una clínica, y dude de las ofertas que anuncian "desde 200 euros…",
 pues a menudo no incluyen el resto de los servicios básicos.
6.  ¿Es esto lo peor que me ha pasado en la vida?
Débora R. Vilaboa, directora de la Clínica Vilaboa y miembro de la Academia Europea de Estética Dental, expone su caso: "La mayor barbaridad que he escuchado en mis treinta años de andadura profesional es cuando comunicamos a un paciente el plan de tratamiento dental que debía seguir y, completamente en serio, me contesta: 'A ver si con un poco de suerte me he muerto de aquí a un año y así me evito tener que hacerme nada'
. Comprendemos la actitud de ansiedad y miedo ante lo desconocido de algunos pacientes, que los tratamientos requieren siempre un esfuerzo, sobre todo al tener que acudir repetidas veces a la consulta, pero este hombre en concreto, en lugar de preguntar y hablar conmigo, prefiere rechazar el tratamiento pensando que es un sacrificio innecesario
. Tenía 48 años, ninguna enfermedad y no estaba bromeando". Según este estudio de estomatología, los factores que desencadenan el temor al dentista son el ruido de la máquina pieza de alta, el visionado del instrumental, las inyecciones y el coste económico de la visita.
7. ¿Me quita todas las piezas, por favor?
Concluimos con la historia del doctor Carlos Gómez Oliver, que en su consulta IA Implantología Avanzada, vivió el siguiente episodio: "Apareció un día una paciente que, después de rellenar la ficha y pasar a consulta, miró hacia ambos lados y hacia atrás.
 En tono confidencial, nos dijo: 'Doctor, vengo a que me saque todas las muelas porque me han metido en ellas un microchip, me está espiando la CÍA'.
 Conseguí convencerla para que viniera otro día a hacerse una radiografía, así sabríamos en qué piezas dentales tenía los chips.
Llamamos al teléfono fijo que nos había dado y hablamos con su marido, quien nos dijo que padecía un trastorno psiquiátrico persecutorio”.
El dentista acaba valorando la salud dental de los españoles: “Nos falta el hábito de la higiene completa.
 Usamos cepillo, pero nos cuesta utilizar la seda dental o los cepillos interdentales
. Además, espaciamos las revisiones más de lo aconsejable".

LIBROS DE CINE Pantallas de plata y laberintos proyectados............................Jo..rdi Costa

El libro de tema cinematográfico sigue siendo relevante en el mercado editorial

Estos son algunos de los títulos indispensables de la especialidad en la mesa de novedades.

 


Transiciones y debacles
En el contexto de las presentes relecturas críticas sobre la Transición, el libro colectivo, coordinado por José Luis Sánchez Noriega, Filmando el cambio social (Laertes) propone una indagación a fondo del cine español estrenado entre 1974 y 1984, entendido como un espejo de las transformaciones colectivas que vivió nuestra sociedad en el paso de la dictadura a la democracia.
 Su concienzuda disección de cerca de un centenar de títulos lo convierte en instrumento de referencia para entender un momento clave, si bien no exento de desencantos, en la evolución de nuestro cine
. Algo más atrás en el tiempo se va Román Gubern —de quien se ha reeditado su ambiciosa Historia del cine (Anagrama) con una demasiado liviana adenda— en su capítulo para el también colectivo De Lumière a Kaurismäki. La clase obrera en el cine (Donostia Kultura), coordinado por Carlos F. Heredero y Joxean Fernández, en el que aborda la representación del trabajador en el cine del franquismo. El capítulo de Covadonga G. Lahera sobre los ecos cinematográficos de la crisis económica merece especial atención.
En un momento en que el ensayo sobre nueva ficción televisiva desplaza en las librerías al libro sobre cine, conviene destacar la importancia de algunas publicaciones académicas a la hora de rellenar importantes huecos analíticos sobre nuestra memoria audiovisual, como La censura y el nuevo cine español (Universidad de Alicante), de Luis Vaquerizo García —alrededor de la tensión entre el relevo generacional de los sesenta y la regulación censora de García Escudero—, y La mirada del documental (Universidad de Alicante), de Juan A. Ríos Carratalá —por cuyas páginas desfilan el miliciano de Capa, Felipe Sandoval y Enric Marco, entre otras caras b de la historia—.
Géneros y subgéneros
En su caudaloso El cine negro español (T&B Editores), José A. Luque Carreras emprende la respetable tarea de trazar una historia del género policiaco de producción nacional desde los años cuarenta hasta nuestros días, catalogando, con su respectiva lectura crítica, sus títulos clave.
También con el propósito de iluminar un terreno poco transitado de la cultura popular, Pedro Porcel rastrea en Superhombres ibéricos (Edicions de Ponent) la evolución de un arquetipo americano en nuestro país desde la literatura de folletín hasta los espectaculares tebeos de finales del siglo XX: no es un libro sobre cine, pero no falta un generoso apartado al respecto que culmina en el apasionado análisis del Supersonic Man (1979), de Juan Piquer Simón.
Un concepto bastante más resbaladizo es el que maneja José de Diego en Cine bizarro (Bookland), libro ilustrado con profusión y sentido del espectáculo, pero cuya tesis y argumentaciones para delimitar su objeto de estudio resultan desorientadas y erráticas. Erudición transversal y firme reivindicación de las potencialidades más irracionales del cine distinguen, por el contrario, a Hollywood maldito (Valdemar), de Jesús Palacios, que sirve al autor de Satán en Hollywood para prolongar su exploración de una historia secreta del cine que hubiesen celebrado los surrealistas.
De la palabra a la imagen
En los últimos años, no ha habido un modelo de libro de cine más fastidioso que los manuales de guion.
 Pese a la solvencia reconocida de las fórmulas de Robert McKee y Syd Field, el fenómeno editorial de los manuales ha acabado favoreciendo un modelo de pensamiento sobre el cine que privilegia la palabra sobre la imagen.
 Por eso resulta tan bienvenido e insólito un libro como Imágenes narradas. Cómo hacer visible lo invisible en un guion de cine (Laertes), donde la guionista Coral Cruz apuesta a la contra, rescata la esencia visual del cine y expone, con claridad meridiana, la tesis de que todo guionista debería ser un cineasta; o sea “aquel que sueña y ve en su mente las películas antes de que estas sean rodadas”
. La librería Ocho y Medio, en colaboración con el colectivo 70 teclas, sigue, por su parte, comprometida con la necesaria labor de editar guiones de referencia del último cine español: sus novedades más recientes atañen a Caníbal y La isla mínima.
Iconos
“Mi vida como un cuento de hadas” es el eslogan escogido por Sophia Loren —o por su editorial— para promocionar su libro de memorias Ayer, hoy y mañana (Lumen). Una honesta advertencia, porque lo que encontrará el lector en sus páginas no son chismes, ni revelaciones escandalosas: la estrella incluso pasa de puntillas sobre la inflamada atracción que despertó en un desaforado Peter Sellers.
 Partiendo de fotos y documentos de su baúl de los recuerdos, Loren reconstruye su trayecto de ensueño de la pobreza al glamour y deja claro en las primeras páginas cómo le gustaría ser recordada: como la abuela amantísima que fríe struffoli para sus nietos poco antes de deleitarles con un visionado de Cars 2 (2011), película en la que dobló al personaje de mamá Topolino.
Mucho menos clemente con su memoria personal se revela el desengañado y aislado Charles Chaplin, que, en 1957, confesaba a la periodista Ella Winter: “Si algo es triste, ese soy yo”. La soledad era el único remedio. Conversaciones con Charles Chaplin reúne esa y otras nueve iluminadoras entrevistas con el genio cómico, realizadas entre 1915 y 1967.
 La celebración del centenario de Chaplin también ha propiciado la reedición (por fin, íntegra) de su Autobiografía (Lumen) y la traducción de su por aquí inédito —y delicioso— libro de viajes Un comediante descubre el mundo (Confluencias).
Heterodoxias
¿Se puede escribir el más completo, riguroso, expansivo y libre ensayo sobre Apocalypse Now sin mencionar ni una sola vez el nombre de Francis Ford Coppola? El extraordinario (casi avasallador) The Horror! The Horror! Variaciones sobre Apocalypse Now (Rema y Vive), de Vicente Domínguez, demuestra que sí
. No es un descuido, sino una estrategia deliberada, porque, según Domínguez, toda obra maestra trasciende la idea de autoría.
No es este un ensayo de análisis fílmico al uso, sino un texto rizomático que parte de la película para abordar el concepto del horror bajo un telón de fondo fluido, que recorre el colonialismo, su desarticulación, la contracultura y la lucha por los derechos civiles, entre otras estaciones de paso. Remata el volumen una brillante historieta de Fernando de Felipe, que es, asimismo, coautor junto a Iván Gómez de otro libro radical y no menos sorprendente: El sueño de la visión produce cronoendoscopias. Tratamiento y diagnóstico del trampantojo digital (Laertes), donde, a partir de un nuevo modelo de imagen de síntesis definida en su pura imposibilidad material, se invita al lector a emprender un fascinante viaje a través de los estados patológicos de la cultura contemporánea. Pareja capacidad de establecer conexiones insospechadas revela Zona de sombra. Notas dispersas a partir de Viaggio in Italia (La Filmoteca de Alejandría / Universidad de Las Palmas). En sus páginas, el crítico Carlos Losilla persevera en su programático análisis de los orígenes de la modernidad cinematográfica: la fundacional Te querré siempre de Roberto Rossellini es el epicentro de un seísmo expresivo —una educación en la incertidumbre— que alcanza al cine de Nobuhiro Suwa, Gus Van Sant, Kiarostami o Richard Linklater.
Otros títulos
Bill Plympton. El cineasta incansable (Festival Internacional de Cine de Gijón), de Rocío Ayuso y Raúl García, estudia la obra del artesanal artista de Portland concediendo valiosa atención a algo, por desgracia, no demasiado frecuente: la animación como forma y lenguaje.
 Brillante Mendoza. Retratando la realidad filipina (Festival Internacional de Cine de Gijón) convoca a diversas voces críticas para abordar la obra del cineasta filipino que se ha convertido en uno de los autores clave de la contemporaneidad.
La imagen fantasmática de Millán Astray disparando en el interior de un cine mexicano activa la memoria sentimental cinéfila de Carlos Fuentes en su póstumo Pantallas de plata (Alfaguara), que contiene una suculenta anécdota sobre el jurado de Cannes de 1977: las presiones del director del certamen para que Una jornada particular recibiese la Palma de Oro. Favre Le Bret llegó a acusar a los miembros del jurado de haber causado la muerte del presidente del mismo, Roberto Rossellini, quince días después de terminado el festival.
John Ford en Innisfree (T&B Editores), de Arturo Segura, aglutina toda la información disponible sobre El hombre tranquilo (1952), pero al conjunto no le hubiese venido mal contrapuntear su meticulosa acumulación de datos con alguna lectura personal del clásico
. En 1974, Martin Scorsese entrevistó a sus padres en Italianamerican, un documental tan revelador como poco conocido.
En él, Catherine, la madre del cineasta, hechizaba la pantalla y acababa detallando una de sus recetas de cocina: Italoamericanos (Confluencias), escrito por la mamma en colaboración con Giorgia Donward, es la versión editorial de esa vieja película y en sus páginas se combinan recetas familiares para comer como un Scorsese con recuerdos y vivencias de la emigración.