Un Blues

Un Blues
Del material conque están hechos los sueños

7 feb 2015

“Yo no pillé el dinero y me fui a jugar a golf... lo invertí en cine”.........................................Gregorio Belinchón

El actor recibe esta noche el premio de Honor de manos de Pedro Almodóvar.

Antonio Banderas, fotografiado en Madrid. / CLAUDIO ÁLVAREZ

A los 54 años, Goya de Honor.
 No es culpa suya, ni espera retirarse. Pero a José Antonio Domínguez Banderas (Málaga, 1960) le llamó en verano el presidente de la Academia y él no pudo rechazar la oferta. “Creo que no pone nada en el reglamento de los premios sobre una edad mínima”, bromea Banderas, con el acento malagueño disparado.
“Yo que peino canas hacía tiempo que no recibía halagos por mi juventud”, sigue con la broma.
 Y entonces se pone serio: “Mi primera impresión fueron caras, rostros de la gente que me ha ayudado, criticado, que he conocido en carreteras, en cruces de caminos, alegrías, penas, sacrificios… Y ¡bum!, se pegan en mi mente.
 Tiene también que ver con cosas que me han pasado en el último año, en las apuestas profesionales que he realizado, en las que he chocado contra la crisis, que no han funcionado.
 Yo no he pillado el dinero y me he ido a jugar al golf a Florida
. No. Lo he invertido en cine.
 Y el Goya me reafirma en que lo he hecho bien”. Y remata: “Sería miserable que pensara que me escogen para elevar la audiencia televisiva, que sé que algunos dicen algo así”.
Así es Banderas, el torrencial, el encantador, el tipo que te hace sentir su amigo, el risueño, el hombre capaz de recordar caras y nombres y saludarles correctamente.
 El actor, productor y director.
 Le gustaría ser más lo último, le apasiona lo primero, se enfanga con toda el alma en lo segundo. También está el Banderas de los malos momentos: el que se acaba de divorciar de Melanie Griffith —“No importa el dinero, importa que quedemos bien y así ha sido”—, el que no ha visto refrendados en la taquilla española sus esfuerzos en la película de ciencia-ficción Autómata, y el que no ha podido evitar el concurso de acreedores para el estudio de animación granadino Kandor Graphics, productora de la que era socio y principal rostro público.
 “Ha sido duro porque creí en ello, porque pensé que podíamos sacarlo adelante, porque hay gente que va al paro”. Comenta que a su alrededor ha sentido la crisis.
“Por supuesto. Amigos, familiares... Lo notas, te preocupas... Te irritas”.
 Vuelve a su productora de animación. “Kandor duele. Porque vinieron a mí, me subí a su barco y... Mi padre me decía con razón que no te debes gastar lo que no tienes.
 Nos aceleramos, Justin y la espada del valor dio dinero... pero no lo suficiente”.
El actor se siente querido, pero asegura que también recibe bofetadas.
“Hombre es que cuando me dan, me dan.
Por eso nunca me he dejado llevar ni por los éxitos ni por los fracasos. ¿Tienes un taquillazo?
 A los cuatro días se olvidan. ¿Tienes un fracaso? Pues igual.
En mi profesión todo es relativo.
Es como lo del garabato: ves uno en una pared y lo desprecias.
Alguien entra, dice que es de Joan Miró, y ah, oh, empieza la gente a ver cosas especiales.
 He aprendido que lo que tengo delante lo veo por mí mismo y a no dejarme llevar por los demás”. ¿Y cómo va el cuadro de su vida? “Estoy bastante satisfecho. Sobre todo si miro atrás y pienso en las premisas con las que salí de Málaga.
 Jamás atisbé que mi carrera iba a llegar hasta aquí, ha habido momentos en que me he sentido empujado por fuerzas extrañas”.
 Apunta que incluso en alguna situación se sentía “anacrónico” con lo que ocurría a su alrededor. “Qué vértigo”.
Otra cosa es si Banderas es dueño y señor de su vida y más aún de su carrera.
 “Ha sido complejo, porque en Estados Unidos yo notaba cómo tiraban hacia mí en un sentido, mientras intentaba superar el hándicap del idioma.
 Reconozco que me agarré a algún proyecto porque tenía que hacerlo
. No estaba en mis manos poder negarme
. Aun así, creo que en ese proceso nunca perdí ni la dignidad ni la honra [estalla en risas y uno piensa en cuando rechazó a Madonna]”.
Ahora Antonio Banderas empieza una etapa nueva.
No ha logrado levantar su proyecto sobre Boabdil, el último rey nazarí de Granada, porque se negó a rodarlo solo en inglés.
“¿Sabes? Ahora quiero contar historia mías, de lo que me ocurre y vivo.
 Estoy a la vez con varios guiones, y salto de uno a otro. Hay un tema que preocupa desde hace tiempo y es difícil de explicar, por eso hago una película: la intoxicación que vivimos los seres humanos por la velocidad que hemos adquirido en la absorción de información; la falta de personalidad, el envenenamiento que recibimos constantemente de los medios de comunicación que nos echan violencia, violencia, violencia, y la posibilidad de cortar con todo esto.
 Paul Auster hacía referencia en un libro suyo a una breve historia de Kafka en la que un buen día un hombre se marchaba
. Sin razón aparente dejaba atrás un trabajo bien remunerado, una familia a la que quería y echaba a andar. Y en ello ando trabajando”
. ¿No querrá enviar así una señal de socorro? “No, yo no lo haría
. Pero es que la misma película ya me sirve como escape. Al poder compartir mi sentimiento con la gente, al expresarme artísticamente yo ya no tengo por qué huir.
 Otro tema que quiero rodar son las injusticias compartidas: a mí me llamó mucho la atención, me conmocionó el caso de Rocío Wanninkhof y cómo se lapidó públicamente a Dolores Vázquez.
 Es una gran metáfora sobre lo que quiero contar.
 No lo haría sobre ese crimen, pero sí algo parecido”.

Una vida de premio

Banderas ha optado a decenas de premios.
 Ha aspirado cinco veces al Goya, sin ganarlo: por Matador, Átame! Two Much, La piel que habito y como productor de Justin y la espada del valor.
Optó en tres ocasiones a los Globos de Oro: por Evita, La máscara de Zorro y And Starring Pancho Villa as Himself.  
En los premios del cine Europeo ganó el galardón del público por La máscara de Zorro y un tributo especial por Locos en Alabama.
Banderas acaba.
Está pensando en posibles planes en la televisión estadounidense —“Un medio ahora interesantísimo”—; en si algún día se desbloqueará la producción 33 días, en la que encarnaría a Pablo Picasso durante las jornadas que pintó el Guernica y que dirigiría Carlos Saura (“Ya he trabajado con él, sin embargo nunca rompimos y nos tenemos ganas); en algún musical de Broadway; en el montaje de la última película en la que ha actuado (Altamira), en, en…
“Me siento efervescente.
No hay tiempo para reflexionar sobre el Goya, ya llegarán los nervios”.
 Eso ocurrirá a las 23.15, cuando Pedro Almodóvar le entregue el reconocimiento.
 Él mismo pidió que fuera el cineasta quien le diera su primer Goya —cinco veces candidato, nunca lo ha ganado—. “Siempre que me llame Pedro, yo iré”.

 

6 feb 2015

La Wikipedia, ¿cosa de hombres?................................................................. Miguel Ángel Criado

Las grandes mujeres están bien representadas en la enciclopedia pero los artículos sobre ellas presentan desigualdades de género, según un estudio de las principales ediciones de la Wiki.

Solo en contados casos, las referencias a su condición de mujer son relevantes en la biografía de las grandes mujeres como es el de Marie Curie, esposa de otro físico y madre de otra premio Nobel. / Wikipedia

Muchas mujeres sufren discriminación en el trabajo, en la política, en la economía y en las relaciones personales.
 ¿La Wikipedia reproduce también la desigualdad? Un estudio sobre la presencia femenina en los artículos de la gran enciclopedia de este tiempo revela que están bien representadas en la cantidad de los artículos.
 Pero el análisis de los mismos desvela sesgos de género.
En las piezas sobre las grandes mujeres, destacan las referencias a su condición de mujer, lo que no sucede con los hombres.
La Wikipedia la usan millones de personas sin apenas diferencias entre sexos.
 Sin embargo, de los 300.000 editores que han modificado alguno de sus artículos al menos 10 veces, solo entre el 9% y el 15% (según los estudios) son mujeres
. Consciente de que esta diferencia podría afectar al contenido de la enciclopedia, la Fundación Wikimedia ha puesto en marcha varias iniciativas para cerrar la brecha de género.
 No lo ha conseguido del todo.
Partiendo de esa desigual aportación de base, un grupo de investigadores ha analizado la presencia de las mujeres pero no en la edición sino en los artículos de la Wikipedia.
 Para comparar con la vida real, entresacaron una lista de más de 100.000 grandes hombres y mujeres de la historia de tres bases de datos diferentes, Freebase, el proyecto del MIT, Pantheon, y la lista de los grandes logros de la Humanidad recogida en el libro Human Accomplishment, del politólogo e historiador, Charles Murray.
En los artículos sobre hombres, las palabras sobre su género apenas son el 1%. En las mujeres, el 30%
Los investigadores, de varias universidades centroeuropeas, midieron la presencia de la mujer en la Wikipedia con cuatro análisis diferentes.
 Dos más cuantitativos buscaban saber cuántas de las grandes mujeres se han merecido un artículo en la enciclopedia y si algunas de ellas aparecían en la Wikipedia:Today's featured article, una sección de la web que cada día destaca un artículo por su relevancia.
Otros dos análisis cualitativos midieron la red de conexiones entre los artículos y su contenido para buscar sesgos de género.
"El resultado es que en unos casos los sesgos son más fuertes, y en otros son más débiles e incluso se están reduciendo", dice el investigador del Instituto Federal de Tecnología de Zúrich (ETH) y coautor del estudio, el español David García.
 "Los sesgos más fáciles de ver a simple vista, como si hay páginas de mujeres en la pagina principal o si esas páginas tienen buena calidad, se están corrigiendo y son menores que en otras referencias enciclopédicas", añade en alusión a los análisis cuantitativos.
La lista de personajes de Freebase analizados, por ejemplo, incluye a más de 100.000 y solo unos 12.000 son mujeres
. De los 11.327 artículos de Pantheon, apenas 1.500 se referían a una mujer.
 En el caso del libro de Murray, la distancia es aún mayor: 3.578 hombres por 83 mujeres.
 En la Wikipedia, en cambio, y para sorpresa de los investigadores, la proporción de mujeres referenciadas aunque aún inferior a la de los hombres es hasta un 15% mayor que en las tres bases de datos.
También midieron la extensión de los artículos y vieron que, en general, las entradas sobre mujeres en la Wikipedia eran más largas que las de los hombres.
El análisis lo realizaron con las seis ediciones de los principales idiomas europeos, entre ellas la edición en español.
 Mientras que en la edición inglesa o en la alemana, el sesgo en favor de los hombres se mantenía, en las ediciones latinas (francés, italiano y español), las referencias a personajes femeninos superan a las que aparecen en las bases de datos comparadas.
Los sesgos más sutiles, como el uso de palabras sobre el género o las tendencias de enlaces, son todavía cosa de hombres", dicen los autores
Lo mismo sucede con los artículos destacados en la portada de la Wikipedia.
 Aunque la mayoría se refieren a acontecimientos históricos y no a personajes, cuando destacan a alguno, la ratio de hombres y mujeres ronda el 60:40, muy cerca de la paridad.
 Como escriben los autores, "esto posiblemente sea el resultado del esfuerzo de los wikipedianos por mejorar la cobertura de las minorías, en este caso, las mujeres".
Pero, al afinar el análisis la desigualdad reaparece.
 "Los sesgos más sutiles, como el uso de palabras sobre el género o las tendencias de enlaces, son todavía cosa de hombres", comenta el investigador español. En cuanto a los enlaces, los científicos estudiaron dos aspectos claves en la teoría de redes. Por un lado, la centralidad de un nodo (en este caso, el artículo sobre un personaje).
Los más relevantes tienden a recibir más enlaces, mientras que los menos, aparecen en la periferia de la red.
 Por otro lado, está lo que llaman asortatividad, "una propiedad de las redes en las que nodos de cierto tipo tienden a conectar entre ellos", explica García.
En la Wikipedia encontraron asortatividad de género.
 Las páginas de hombres tienden a enlazar a páginas de hombres y las de mujeres a las de mujeres. Pero en su análisis, publicado en el repositorio científico Arxiv, vieron que un enlace que llega al artículo sobre un hombre tiene más probabilidad de proceder de un artículo sobre una mujer que al revés.
El último análisis fue el de las palabras. "Para analizar el texto usamos una técnica de lingüística computacional que detecta las palabras que predicen clases de textos.
 En este caso la clase es si la página es sobre un hombre o una mujer, y los términos más discriminantes son los que ayudan a un predictor automático a saber solo con el texto si la página es de un hombre o una mujer", explica el investigador español.
Arriba, la casi nula proporción de palabras sobre su condición masculina en los artículos sobre hombres en las seis ediciones analizadas.
 Abajo, el porcentaje de 'palabras femeninas' en los artículos sobre mujeres. / Claudia Wagner et al.
Los investigadores buscaron la presencia de palabras que dieran pistas sobre el género del protagonista del artículo (hombre, mujer, caballero, señora...), sobre sus relaciones personales (casado, divorciada, esposa, marido...) y otras relacionadas con la familia (hijo, madre, abuelo...). Así, hasta tener una lista de 150 palabras más relevantes para determinar el género.
 Los resultados apabullan.
En las seis ediciones analizadas, alrededor del 30% de las palabras en los artículos protagonizados por mujeres hacían referencia su condición de mujer, madre, esposa...
 En el caso de los artículos sobre los hombres, entre el 0% y el 3% de las palabras destacaban su condición como tal.
 Lo relevante en este enorme sesgo es que aparece en artículos redactados para la Wikipedia, es decir, son, como dice García, "palabras que diferencian sexos en Wikipedia, no se refieren a procesos sociales de discriminación".
Aunque no hay muchas diferencias entre unos idiomas u otros, las ediciones de la Wikipedia en ruso, alemán e inglés presentan un mayor sesgo de género que las escritas en italiano, francés y español. Para los investigadores, los editores de la Wikipedia deberían intentar balancear tanto los enlaces como el vocabulario de los artículos.
 En caso contrario y como concluyen en su estudio, seguirán reproduciendo la desigualdad: "como los sistemas de búsqueda actuales y los algoritmos de recomendación se apoyan tanto en la información estructural como léxica de la Wikipedia, las mujeres podrían ser discriminadas en la clasificación de los artículos sobre personas relevantes".

 

Juliette Gréco en diez clásicos.............................................................. Carles Gámez

Al cumplir 88 años, un repaso a la carrera de la gran embajadora de la canción francesa.

 


Este 7 de febrero la cantante y actriz y alma legendaria de la Chanson cumple 88 años.
 Gran embajadora de la canción francesa en su voz se funde los nombres de los grandes compositores y escritores del siglo XX. Una mezcla de gravedad y ligereza exhibida a lo largo de casi siete décadas sobre los escenarios. Un estilo que ha hecho historia
. Repasamos su carrera en en diez clásicos:
Les feuilles mortes (Jacques Prévert /Joseph Kosma)
La conjunción de la poesía de Prévert y la música de Kosma dio como resultado una de las cimas de la canción del siglo XX.
 El tema viajará en la voz de diferentes intérpretes como canción estandarte-Yves Montand, Cora Vaucaire- y Juliette Gréco la acabará de entronizar como gran himno romántico del Paris de postguerra.
 Johnny Mercer trasladó los versos de Prévert al songbook americano, "Autumn Leaves" y la canción se hizo eterna en las voces de los crooners y los músicos de jazz.
La Javanaise (Serge Gainsbourg)
Serge Gainsbourg haciendo uso de su maestría para jugar con las palabras y la melodía-quizás heredado de su amigo Boris Vian-le escribía esta canción en un momento en que la cantante buscaba nuevos compositores y nuevos aires para su repertorio
. El paso del tiempo la ha transformado en un clásico y ha unido para siempre el nombre de Gréco y el de Gainsbourg.
Paris canaille (Léo Ferré)
Catherine Sauvage o el propio Léo Ferré la habían interpretado con éxito pero será en la voz de Juliette Gréco donde la canción encuentre su proyección popular y reconocimiento internacional
. La composición entraba en el álbum de oro de las composiciones dedicadas a la ciudad a lo largo del siglo XX como uno los temas principales de su rica y abundante banda sonora.
Non, monsieur je n'ai pas 20 ans (Henri Gougaud/Gérard Jouannest)
Contra las trampas de la nostalgia- "yo no siento nostalgia, tengo seres vivos que viven junto a mi corazón"- la cantante proclama y afirma con vehemencia su presente y esos veinte años que no volverá a cumplir.
 Como ayer, como hoy, Gréco no ha perdido su actitud desafiante y ese espíritu insumiso sobre el escenario que ha acabado rindiendo al público.
Jolie môme (Léo Ferré)
Gréco volvía a bucear en el repertorio de Léo Ferré para cantar la belleza de la edad de juvenil
. Y quizás de su propia adolescencia en el Paris de los años cuarenta
. Ese momento en que la sensualidad se despierta en el cuerpo de una niña apenas joven ante los ojos asombrados y seducidos de los adultos que pasan por su lado.
Il n'y a plus d'après (Guy Béart)
Juliette Greco con los versos del cantante y autor Guy Béart regresaba al pasado, al viejo barrio de Saint-Germain-des-Prés, aquella Rive Gauche donde había iniciado su leyenda sobre pequeños escenarios y cabarets llenos de humo como la Rose-Rouge.
 Una extraña en el paraíso que ya nunca volverá a ser y el recuerdo de aquellas noches de vino y de rosas junto a Miles Davis y Jean Cocteau y los versos Prévert.
J'arrive (Jacques Brel)
Las canciones de Jacques Brel recorren el repertorio de Juliette Gréco desde los inicios del cantante siendo una de las primeras intérpretes que le dan una oportunidad grabando sus temas
. Brel invoca la muerte con tono desafiante, ya la había enunciado con humor en otros temas
. Gréco, no se queda atrás en este vis-à-vis o dialogo con la muerte aunque con el paso del tiempo irá dulcificando su tono. Nunca cantada por Brel en directo la cantante acabará por construirla sobre la escena.
Déshabillez-moi (Robert Niel / Gabrielle Vervaecke)
En pleno mayo revolucionario Greco continuaba su propia revolución personal.
 Como en el pasado, en el Paris que la coronaba como musa del existencialismo y eterna dama de negro, mostraba su espíritu inconformista, ese perfume de escándalo que le había acompañado de los primeros tiempos
. Como el titulo de una de sus canciones, "je suis comme je suis", siempre fiel a un estilo.
Parlez-moi d'amour (Jean Lenoir)
Gréco incorporaba a su repertorio otro clásico de la canción francesa.
 Estrenada por la cantante Lucienne Boyer en 1926, la melodía ha ido viajando de generación en generación y en voces como las de Carlos Gardel, Caterina Valente, Petula Clark, Sacha Distel, Dalida, Patrick Bruel o la de la propia Gréco, ofreciendo su rostro más tierno sobre el escenario.
Ne me quitte pas (Jacques Brel)
"Mi gran arma a la hora de interpretar a Brel es que yo soy una mujer" había declarado la cantante con ocasión de su disco dedicado al músico belga
. Aunque los fans más irreductibles del Brel no se lo perdonarán, frente al tono plañidero y suplicante proyectado por el cantante, Gréco se arma de coraje y de fuerza para interpretar este tema
. O lo que es lo mismo, el combate femenino frente a la derrota del hombre.

La oscuridad ártica que atrajo a Isabel Coixet............................................Gregorio Belinchón

El drama histórico ‘Nadie quiere la noche' inaugura el Festival de Berlín.

 

Nieva. Isabel Coixet (Sant Adrià de Besòs, 1960) confiesa que no logra quitarse el frío que le acompañó en el rodaje de Nadie quiere la noche en Noruega, que le ha perseguido en su estancia en Nueva York —se ha mudado a Brooklyn para escribir a cuatro manos un guion con el cineasta Matthew Chapman—, y que desde el miércoles por la noche sufre en Berlín, donde ayer su último drama inauguró la sección oficial a concurso de la Berlinale.
  A su alrededor, vaya donde vaya, nieva.
Por teléfono, poco antes de viajar a la capital alemana, mientras pasea por su barrio neoyorquino a la búsqueda de unos guantes,
 Coixet charla sobre Nadie quiere la noche
.Se oye el crujir de la nieve por sus pasos. “Pasé tanto frío en el rodaje que me acabaron poniendo un cacharro en la nariz porque me acercaba a la congelación.
 Lo pasé mal. Debe ser mi nuevo karma”.
Y la cineasta empieza a recordar cómo hace cuatro años recibió el guion de Miguel Barros.
 Le emocionó.
Y cómo fue a buscar al festival de teatro de Aviñón a Juliette Binoche, la única capaz de encarnar a Josephine Peary.
 Una mujer, criada en los mejores ambientes, de trato algo altivo (que para eso vivía en Washington), que se convirtió en compañera habitual de los viajes de su marido, el explorador Robert Peary, que se autoarrogó en 1909 el título de primer hollador del Polo Norte —casi nadie cree hoy en día que lo lograra—.
 En esa mítica travesía hacia la gloria, Peary dejó a su esposa y a su hija en Washington, y Josephine, harta de esperar, fue tras él, sin importarle ni las condiciones climatológicas ni, por tanto, las vidas de quienes la acompañaban.
 “Ella, de burguesía adinerada y cultivada, sentía al igual que su marido un desprecio por todos los que no pertenecían a su clase
. Al final de la película entenderá que ha sobrevivido por aquellos a quienes ningunea”.
Curiosamente, a Josephine, perdida en la inmensidad polar, no fue a rescatarla su marido, más preocupado en llegar a un sitio habitado y propagar su hazaña.
“Más aún, posteriormente ella siguió con su simulacro de vida.
Desde luego, a su vuelta a Washington ya supo qué clase de tipo era Robert
. Ahí empezó su auténtica noche ártica
. Es triste pero real: los cónyuges de muchos artistas viven ese tipo de existencia, al lado de gente que solo quiere el prestigio y la gloria
. Por eso yo me identifico con la inuit”. Y ríe.
 Se refiere a Allaka (Rinko Kikuchi), una esquimal que pasará el invierno con Josephine y que salvará la vida de una occidental más preocupada por un gramófono que por sus congéneres.
 “A mí me conmueve su inocencia, su inteligencia natural y su nobleza.
 Es joven, no tonta”.
El filme retrata el viaje de Josephine Peary tras su esposo, el explorador Robert
Coixet está encantada con su reparto.
 El aire altivo de Binoche “le pega total” a la protagonista.
 “Y es lo suficientemente inteligente como para encarar un personaje antipático”. La actriz francesa ama la investigación exhaustiva. “Chequeó dos veces todos los detalles relacionados con su personaje que se ven en pantalla, hemos ensayado muchísimo”.
 En cuanto a Kikuchi, con quien ya trabajó en Mapa de los sonidos de Tokio, juntas afrontaron su inuit de forma más emocional: “Vimos Dersu Uzala y Nanuk, el esquimal, de donde Rinko sacó la manera algo torpe de caminar de su Allaka.
 Y habló mucho con una mujer interesante de Groenlandia, erudita de los inuit, cuya tatarabuela fue una de las hermanas de Allaka, y que al final sacamos en pantalla”.
La cineasta prosigue con su línea ecológica en el cine, tanto en documentales como en la ficción, porque en sus últimas tramas siempre hay elementos que nos recuerdan la fragilidad de la Tierra y la prepotencia del ser humano, especialmente el occidental.
 “Para los Peary solo importa la gloria. El Polo Norte es la excusa. Da igual. Me preocupa nuestro futuro. Parece que no nos damos cuenta de que o nos salvamos todos o no lo hacemos ninguno”.
A ellos solo les importa la gloria. El Polo Norte es la excusa. Les da igual”
Le gusta la Berlinale: es su séptima participación en el certamen, seis con película y otra como jurado.
 “Me gusta la implicación de la ciudad, de sus habitantes, en las proyecciones.
 Y si aquí no se hubiera visto Cosas que nunca te dije, yo no existiría como cineasta”. Además en esta ocasión venderá en el mercado berlinés This Man, This Woman, el drama que le volverá a reunir con Penélope Cruz.
“Como pronto la rodaré en enero de 2016. Es guion de Frederic Raphael [Eyes Wide Shut, Dos en la carretera], a quien visitaré a la vuelta de la Berlinale.
 Hemos modernizado el libreto. Penélope le va a sacar todo a su personaje, el de una mujer que se encuentra en un avión a un antiguo novio.
 Lo que estoy haciendo con Matthew también va a largo plazo”.

 Y tiene pendiente de estreno Learning to Drive, con Ben Kingsley y Patricia Clarkson.
Mientras, seguirá en Brooklyn, escribiendo: “Es lo más bonito que uno puede hacer como artista, aunque yo soy maestra en dispersarme redactando”.