Un Blues

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Del material conque están hechos los sueños

17 dic 2014

Mercedes Milá: "Me avergüenzo de pertenecer a Telecinco".....abandona el Barco porque este GH15 ha sido una tontería y a ella se le nota mucho ya su desinterés por los grandes Hermanos...

La presentadora se declara indignada con el programa 'Sálvame' por su tratamiento de los temas del corazón

A pesar de que Telecinco ha recibido ya innumerables quejas por los contenidos de Sálvame, programa del corazón que se emite durante toda la tarde y en pleno horario de protección infantil, estas nunca habían venido de tan cerca como esta vez. Mercedes Milá, una de las presentadoras estrella de la cadena, ha criticado duramente el tratamiento que el espacio de Jorge Javier Vázquez da a los temas que se comentan en pantalla.
"Creo que eso no es periodismo", ha dicho la presentadora, que además ha renegado de la forma de actuar de Telecinco.
"Me avergüenzo de pertenecer a la misma empresa que está echando por tierra a personajes antes de ser juzgados".
Milá se refirió en concreto a los programas especiales que el espacio ha dedicado a María José Campanario y Jesulín de Ubrique. "Estoy francamente muy indignada con la actitud de Telecinco respecto a ese matrimonio y si por mí fuera, creo que se les debe un perdón público muy importante".

La presentadora realizó las declaraciones a un reportero de Sálvame, que la entrevistó en los pasillos de la cadena privada
. Al acabar su intervención, Jorge Javier Vázquez se manifestó satisfecho de que su programa haya emitido las opiniones de Milá.

 

La presentadora Mercedes Milá en un momento de la emisión de Gran Hermano / FOTO DE PROMOCIÓN

Competencia pide que ‘Sálvame diario’ se adapte al horario infantil....................... Juana Viúdez

Sabía que esto iba a pasar mas pronto que tarde, esas ausencias del presentador eran muy raras, afanado en grabar lo que se va a ver cuando se marche de vacaciones y creo que se van a ir todos muy pronto y se les acaba el chollo salvo para los que emplearon bien esos dineros con los Polis de Luxe, los que han vivido la buena vida, ahora no lo tendrán fácil, este gobierno no quiere ese programa.....

Mediaset dispone de 10 días para adecuar los contenidos a la franja en la que se emite

Jorge Javier Vázquez, en el centro, y los tertulianos que participan en Sálvame, durante un momento del programa de Telecinco. / Telecinco

La Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC), ha pedido a Mediaset que adapte los contenidos de su programa Sálvame diario, gran baza de las tardes de Telecinco, al horario en el que se emite, en el que hay muchos niños frente al televisor, y se considera una franja de especial protección.
 La cadena tiene 10 días, que se contabilizarán desde la notificación de la resolución, para adoptar los cambios necesarios.
 En caso contrario se enfrenta a un procedimiento sancionador por una infracciónde carácter grave, algo que le podría acarrear una multa que oscilaría entre los 100.000 y los 500.000 euros.
Conducido por Jorge Javier Vázquez, Sálvame diario ocupa prácticamente toda la tarde de Telecinco. El programa de cotilleos sobre la vida de los famosos se emite desde las 16.00 a las 20.10, en horario infantil.
 El último tramo, además, coincide con el horario de máxima protección reforzada, que va desde las 17.00 a las 20.00. En esta franja, los operadores están obligados a extremar el cuidado para evitar que en sus parrillas se cuelen contenidos que puedan afectar al desarrollo físico, mental o moral de los menores.
El programa Sálvame diario tiene una calificación de "no recomendada para mayores de siete años", pero según Competencia, debería de haberse calificado para una edad superior. "En general, las emisiones del programa Sálvame diario (...) abarcan una temática que resulta inadecuada para los menores y que es expuesta de una manera que puede perjudicar el desarrollo de los mismos, al causarles confusión en temas tan importantes como la familia, las infidelidades, el sexo, el respeto en contraposición a la humillación a las personas, la belleza y el culto al cuerpo, etcétera", contempla la resolución.
El formato de Telecinco se ha movido en el filo del código de autorregulación que en 2004 firmaron las cadenas de televisión públicas y privadas bajo el amparo del Gobierno
. Este pacto establece dos tramos horarios de especial protección de menores (entre las 8.00 y las 9.00 y entre las 17.00 y las 20.00). En estas franjas están vetadas imágenes de sexo o violencia.
La resolución de la CNMC, organismo autónomo que se somete a control parlamentario, pone fin a la vía administrativa, por lo que pueden interponer contra Mediaset recurso contencioso-administrativo ante la Audiencia Nacional
. Tiene dos meses de plazo desde su notificación.

 

Mi casa es un aeropuerto......................................................Daniel Verdú

Una treintena de personas sin hogar vive en la T4 de Barajas, considerada espacio público

Se confunden entre los viajeros y algunos sobreviven gracias a pequeños trapicheos.

 

Luis Almovóvar / Samuel Sánchez

El 26 de mayo de 2013 Edu decidió dar un paseo andando desde Madrid hasta Zaragoza.
 No tenía mucho que hacer por entonces.
 Si ya cuesta encontrar trabajo, no digamos recién salido de pagar diez años de cárcel
. Calculó que, yendo ligerito, el peregrinaje le llevaría unos 20 días. Pero en la primera jornada se le hizo de noche buscando la carretera de Barcelona a la altura de Barajas y se refugió en la T4.
 Ahí se quedó. Fin del viaje.
 Justo donde el resto comienza el suyo y donde él, vigués chaparrito de espaldas anchas, sigue esta mañana después de un año y medio rodeado de un montón de maletas que guarda a un euro el bulto. Resulta que no está solo.
 En esta misma terminal, construida por la rutilante estrella de la arquitectura Richard Rogers y Antonio Lamela a cambio de 6.200 millones de euros, viven una treintena de personas sin hogar. Algunos desde hace años.
 Pero la mayoría son invisibles para los viajeros.
El truco está en parecer uno de ellos.
Visten correctamente, van aseados, transportan bultos en carritos como si fueran turistas y algunos dan vueltas todo el día alrededor de los mostradores, como a la espera de un avión que no termina de despegar.
 El aeropuerto alberga un ecosistema de personas sin hogar que han encontrado ahí un techo, aseos limpios y amplios, calefacción, 15 minutos gratis al día de Internet, seguridad, subsistencia gracias a pequeños trapicheos con viajeros (no todos lo hacen), anonimato y cafeterías abiertas las 24 horas.
La terminal es un espacio público y AENA deriva el asunto al Samur social
Un aeropuerto es a todos los efectos legales un espacio público y AENA, si no hay ninguna alteración del orden, convive con estos inquilinos.
Sucede así en toda España. Barcelona reubicó a sus huéspedes en 2011 cuando empezaron las peleas. Así que la única norma aquí es no montar líos.
De este modo, y con las prisas del viaje, se confunden con los 110.000 usuarios que pasan cada día por Barajas
. Si uno se fija bien, es fácil ver a alguno sentarse en la mesa y apurar los restos de comida y bebida abandonados
. O a otro arrastrando una maleta y pidiendo algo de dinero envuelto en el drama ficticio de un avión perdido o un pasaporte extraviado
. Estos últimos son pocos y siempre los mismos.
 Y muchas veces repiten la función con el mismo viajero. Eso les delata.
Luego están los búlgaros y algunos moldavos, como André (así dice que se llama), que viven del negocio de los carritos
. Sacan las fichas con un gancho y las cambian por un euro a los viajeros. “Nos buscamos la vida como podemos”, defiende él.
Todos los servicios legales del aeropuerto (carritos, maleteros o plastificadores) ya tienen su competencia ilegal surgida en este submundo. El aeropuerto se ha llenado estos días de pancartas de los sindicatos protestando por este asunto.
 "Estamos hartos. La situación es insostenible", se queja uno de los empleados de la empresa plastificadora que tiene la concesión en Barajas.
Los viajeros van con orejeras. Aquí somos invisibles”, señala Manuel
Cuando anochece y el frío aprieta en la calle, los invisibles empiezan a ser mayoría en la enorme terminal, en la que apenas se operan ya a esa hora algunos vuelos a América del Sur. Manuel (nombre ficticio, porque no quiere aparecer con el suyo propio alegando posibles “daños”) habla con todos ellos.
Define la T4 como un microcosmos donde pasa de todo sin que nadie se de cuenta. “¿Los viajeros? Van con orejeras
. Podrías hacerles andar sobre un sendero de billetes de 500 euros y ni lo verían. Aquí somos invisibles”, señala vestido con pantalones de pinza, mocasín castellano, camisa a cuadritos y dos móviles en el bolsillo
. Va impecable. Es alguien respetado en este ambiente. Conoce la cotización de las divisas y da la impresión de haber visto más mundo que la mayoría de los que se cruzan con él a diario
. Alto y elegante, extremadamente educado, su cara huesuda delata algún percance biográfico años atrás.
 Mala vida. O muchos disgustos
. Aparte de eso, imposible imaginar la increíble historia de corruptelas políticas en el sur español en la que cuenta que estuvo envuelto no hace tanto.
 O las aventuras que relata en los mares del Índico protegiendo barcos españoles de piratas somalíes. Todo ello como antesala a su estancia en este gran hotel construido sobre 470.000 metros cuadrados.

La calle en Madrid

El Ayuntamiento de Madrid realiza cada dos años un recuento de personas sin hogar.
 El pasado jueves un grupo de voluntarios coordinados por el Samur Social salió a la calle, sin embargo las cifras todavía no están listas.
Las de 2012 son las siguientes:
En Madrid hay 701 personas viviendo sin techo en las calles de Madrid. La cifra ha subido en los últimos años acompasada con el crecmiento de la crisis.
Un 23,6% tienen estudios universitarios o superiores y el 52% de las personas 'sin techo' entrevistadas en la ciudad de Madrid llevan dos años o más en esa situación.
Manuel, que asegura estar aquí de paso, suele ir acompañado de Juan José Lorenzo, que lleva media vida en la calle y alrededor de dos años durmiendo en el aeropuerto.
 Durante el día se va a Madrid, de donde va y viene en el metro con su abono, y colabora en la ONG ATD Cuarto Mundo.
 Va a clases de teatro, participa en tertulias en la parroquia de San Carlos Borromeo y recibe una pensión de algo más de 300 euros al mes, como el 17% de personas en su situación en la capital. Podría pagarse una habitación o ir a un albergue, pero dice que en la T4 está caliente, puede desayunar cada día en el McDonalds (un café y una hamburguesa por dos euros) y navegar a diario sus 15 minutos gratis con el WiFi del aeropuerto y el portátil que lleva a cuestas
. Pero, sobre todo, cuenta, mantiene ese punto de libertad que otorga hacer lo que a uno le da la gana. Quizá lo único bueno de vivir en la calle.
Juanjo duerme con un compañero en uno de los recovecos de la terminal de salidas de la T4
. Justo a lado de la tienda de lotería, sobre unos papeles de periódico que transporta.
Algún día tendrá que recuperar el saco que dejó olvidado en la consigna de un albergue.
 Tiene 56 años y lleva 21 en la calle, desde que perdió su empleo en una empresa metalúrgica. Viene al aeropuerto porque es un sitio seguro, caliente y con comodidades como buenos aseos cada 50 metros donde puede limpiarse un poco las axilas y el cuerpo.
 O el bar de la planta de llegadas, donde algunos se juntan a veces para ver los partidos. Juanjo solo baja contadas noches de Champions
. Ahí es fácil encontrar a uno que llaman “el inglés”, siempre algo bebido, que lleva ya una buena temporada en la T4.
 Pero Juanjo, que ha cogido un par de aviones en su vida, es muy discreto.
 “Nos camuflamos un poco. Aquí no puedes venir hecho un desastre porque no te dejan ni entrar. El que monta un lío se va a la calle y perjudica a todos los demás”, dice sentado en la barra del McDonalds, su cantina habitual.
Por las noches, cuentan muchos de quienes duermen ahí, empleados de AENA con guardias de seguridad pasan lista para estar al tanto de los huéspedes diarios del gran hotel.
También los hay en la T1 y en la T2, aunque son menos y aquí se les considera más “raros”
. Podría decirse que cada terminal tiene sus características sociológicas.
 Para cuestiones sanitarias y sociales, el aeropuerto mantiene un convenio de colaboración con el Samur social para tratar de ayudar a quien lo necesite
. Dos días a la semana los trabajadores de este departamento del Ayuntamiento pasan por Barajas.
 “El aeropuerto les permite el anonimato”, dice Darío Pérez, jefe del departamento de Samur Social. “Nadie les ve. Pero tienen seguridad, alimentación, aseos…
 Es un lugar cómodo y accesible”.
Muchos de ellos (también algunas mujeres) son auténticos profesionales del funcionamiento de este aeropuerto en el que operan 75 compañías aéreas y 1.000 vuelos diarios.
 Conocen cualquier detalle, cuentan historias de mafias, de empresas que alteran su volumen de vuelos, de mulas que quedaron por el camino.
También saben que Barajas pierde potencia, que Barcelona lo superó hace un año por primera vez en número de pasajeros y que cualquier día lo van a privatizar entero. Y en ese momento se acabará lo de dormir aquí, asumen. Ellos lo ven todo y están callados.
 Forman parte del escaso ecosistema estático de un lugar de tránsito continuo.
Si en el próximo viaje se para un segundo, les verá.