El rey del bótox sabe el secreto de una buena piel (sin inyecciones)
Hablamos con el Dr. Jean Louis Sebagh, responsable de dos de las clínicas más avanzadas del mundo en cuidado del rostro, sobre las claves para mantener una piel luminosa y sin arrugas.
Conseguir que el rey del botox, como se conoce al Dr. Jean Louis Sebagh, haga un hueco en su apretada agenda para atender a un periodista, es casi un milagro.
Y no es que
tenga afán de estrella o que sea de esos galenos a los que les gusta
rodearse de un halo de misterio mostrándose inaccesible a la prensa.
Sencillamente, no tiene tiempo.
Tiene dos clínicas
–una en París y otra en Londres – y trabaja los siete días de la
semana.
Aún así, tiene una lista de espera de dos años. “Atiendo a unas
25 personas al día”, señala sin inmutarse. ¿Sin descansar? “No me hace
falta. Estoy fuerte. Me cuido”,
afirma mientras come casi
compulsivamente un plato de frutas del bosque. “Esta es la clave:
antioxidantes, antioxidantes.
Te dan fuerza, no engordan y mantienen el
organismo en forma”.
Cuando hace veinte años triunfaban aquellos liftings terroríficos que dejaron a buena parte del escuadrón femenino de Hollywood con la misma cara de velocidad, Sebagh abandonó el bisturí por la jeringuilla.
Cuando hace veinte años triunfaban aquellos liftings terroríficos que dejaron a buena parte del escuadrón femenino de Hollywood con la misma cara de velocidad, Sebagh abandonó el bisturí por la jeringuilla.
Fue
pionero en el uso “casi artístico, no en serie” de la toxina
botulínica, los rellenos faciales y otros productos para detener el
envejecimiento sin producir cara de clones.
Como tampoco es
cuestión de estar todo el día en la consulta chutándose inyectables, el
francés apuesta por una terapia de mantenimiento en casa con su propia
línea de cosmética de última generación
: Advanced Anti-Ageing Skin Care.
En total, veintiocho productos muy específicos para cubrir otras tantas
necesidades de la piel.
"Hay que empezar a cuidarse desde una edad muy temprana. A los veinte, retrasar el envejecimiento es cuestión de prevención y dieta saludable.
"Hay que empezar a cuidarse desde una edad muy temprana. A los veinte, retrasar el envejecimiento es cuestión de prevención y dieta saludable.
En este sentido, hay que comer muchas frutas y verduras y mantenerse
alejado de la comida procesada, las grasas y las barbacoas".
¿Me está usted diciendo que un churrasco acabará dejándome patas de gallo?
Mucho me temo que sí.
¿Me está usted diciendo que un churrasco acabará dejándome patas de gallo?
Mucho me temo que sí.
Al cocinar los alimentos a la parrilla, debido a
las altas temperaturas, se duplica la glicación de los carbohidratos y
las proteínas
. Y eso está en la base de la aparición de arrugas.
Aunque
se tarde más es preferible cocinar a fuego lento.
Ya no hay diferencia entre una parisina,
una londinense o una madrileña.
Todas llevan el mismo estrés, la misma
rutina de comer atropelladamente, muchas veces acompañada de poco
ejercicio…
A la vez surge una pauta de querer cuidarse con cosméticos. Y
aquí la clave es conocer tu tipo de piel y decantarte por un producto
de calidad adecuado a tu piel, que proteja de los agentes que causan el
envejecimiento y trate los primeros síntomas de edad.
Voluntad por atajar las arrugas al menos sí que hay. No tiene más que ver las colas que se forman cuando con algunos productos muy populares low cost.
Estos cosméticos low cost son como la comida rápida: sus beneficios equivalen al precio pagado.
Voluntad por atajar las arrugas al menos sí que hay. No tiene más que ver las colas que se forman cuando con algunos productos muy populares low cost.
Estos cosméticos low cost son como la comida rápida: sus beneficios equivalen al precio pagado.
No hay milagros.
¿Cree que son un engaño?
No. Hay una parte del argumentarlo que es cierta. Lidl u otras cadenas de marcas blancas comercializan sus propios productos mientras que el resto dependemos de distribuidores, que siempre encarecen el producto.
Pero...
Pero el producto es lo que es.
¿Cree que son un engaño?
No. Hay una parte del argumentarlo que es cierta. Lidl u otras cadenas de marcas blancas comercializan sus propios productos mientras que el resto dependemos de distribuidores, que siempre encarecen el producto.
Pero...
Pero el producto es lo que es.
Un kilo de una crema low cost básica
cuesta 25 céntimos. Si es una convencional de consumo masivo su coste
ronda 1,50 euros.
Las mías pueden estar entre los 70 y los 80 euros, a
lo que hay que sumar el packaging. La investigación, la calidad de los
principios activos y su concentración, se pagan.
No quiero decir que no
puedas tener un producto razonablemente bueno por poco dinero, pero lo
muy barato no compensa
. A partir de un cierto nivel por lo bajo de
algunos componentes es mejor no ponerte nada.
¿Cree entonces que toda esa gente haciendo cola no se va a llevar una antiarrugas?
Se llevará una hidratante más o menos razonable, pero no un buen producto antiedad.
Vamos, que librarse de las arrugas sigue siendo cuestión de billetera.
Sí y no. Evidentemente un cosmecéutico de última generación es más eficiente. Pero hay muchos productos muy válidos en el mercado.
La clave es elegir aquel que satisface las necesidades de tu piel, no las que le van bien a Madonna o a tal actriz. Mire usted a los asiáticos: no hacen caso ni del marketing, ni del packaging
. Ellos cogen la caja y miran la formulación, para saber qué ingredientes llevan y si no hay tal principio activo que saben que les conviene, no lo compran.
Vamos, que librarse de las arrugas sigue siendo cuestión de billetera.
Sí y no. Evidentemente un cosmecéutico de última generación es más eficiente. Pero hay muchos productos muy válidos en el mercado.
La clave es elegir aquel que satisface las necesidades de tu piel, no las que le van bien a Madonna o a tal actriz. Mire usted a los asiáticos: no hacen caso ni del marketing, ni del packaging
. Ellos cogen la caja y miran la formulación, para saber qué ingredientes llevan y si no hay tal principio activo que saben que les conviene, no lo compran.