Un Blues

Un Blues
Del material conque están hechos los sueños

16 nov 2014

Fuera del rebaño.................................................. Luz Sánchez-Mellado

Los mayores que vienen son diversos, autónomos, disfrutones y peleones.

Protestas en la Audiencia Nacional por la crisis de Bankia. / Bernardo Pérez

El día que cumplió 65 años, Empar Pineda se levantó a la hora de siempre, se miró en el espejo y vio exactamente el mismo rostro de determinación y mala salud de hierro del día anterior y del siguiente. Algo, sin embargo, había cambiado definitivamente.
 No tenía que volver a ir a trabajar nunca jamás
. La clínica Isadora, donde llevaba tres lustros asistiendo a mujeres que deseaban interrumpir su embarazo, la había jubilado “convenio colectivo en mano”, pese a su deseo de seguir colaborando, y ya era oficialmente vieja para el sistema.
 Estuvo un mes “desorientada, desubicada, como vaca sin cencerro”, hasta que, como tantas otras veces en su vida, dijo “se acabó”, y se puso “manos a la obra”.
La obra consistió, aún consiste, en organizar su nueva vida. Mileurista “pelada” y con su esposa, Cristina Garaizábal, su compañera de décadas, aún en activo, Pineda decidió invertir su tiempo y energía en “lo de siempre: ayudar a los demás, pero sin cobrar por ello”.
 Creó la Fundación 26 de Diciembre de Mayores LGTB, y hoy pasa muchas tardes atendiendo a los usuarios de un centro social donde gais, lesbianas, transexuales y bisexuales de todas las edades comparten el tiempo libre.
Como Empar, que acaba de cumplir los 70, muchos de los nuevos jubilados no van a entrar jamás en un hogar del jubilado
. Los centros de viejos se han quedado viejos
. Puede que ahora mismo estén llenos, pero o se renuevan, o mueren.
La generación que se jubila ahora es la nacida en torno a los años cincuenta del siglo XX. Los hombres y mujeres que lucharon por los derechos y las libertades, los que las estrenaron y los que hoy siguen ejerciéndolas a conciencia
. La democracia, sí. Pero también el divorcio, la píldora, el aborto, el matrimonio homosexual, en el emblemático caso de Empar Pineda.
 Y, desde luego, no se van a quedar en casa viendo Qué tiempo tan feliz, ni van a echar la tarde jugando al gañote o haciendo ganchillo, ni van a querer que les lleven en manada a bailar Los pajaritos en un local de la playa de Poniente de Benidorm en temporada baja.
Como Empar, que acaba de cumplir los 70, muchos de los nuevos jubilados no van a entrar jamás en un hogar del pensionista
Los viejos que vienen son nuevos.
 Se salen del redil y ni se sienten ni desean formar parte de ningún rebaño
 Lo constatan los expertos. El estudio Los mayores que vienen, de la Fundación Pilares, preguntó a una muestra representativa de los 10 millones de españoles de entre 59 y 69 años por sus circunstancias y sus expectativas.
 Los resultados cantan.
 Hay una brecha entre los mayores de antes y los de ahora
. El punto de inflexión coincide con el cambio de siglo. En 2001, solo un 30% de los jubilados tenían estudios secundarios o universitarios; en 2010 eran el 60%.
 Un trabajador que se jubilara en 2000 cobraba, de media, 520 euros de pensión, la mitad de los 1.030 de un recién jubilado de hoy.
 Una persona de 60 años, ahora, tiene una expectativa de vida de otros 25.
 Más del 60% ven esta etapa vital como una oportunidad de dedicar su tiempo a lo que desean.
 Pero más de la mitad prefieren autogestionar su tiempo libre porque lo que se les ofrece no les interesa.
 Son, en definitiva, más formados, más solventes —hasta ahora— económicamente, más autónomos, más longevos y más peleones.
Los publicistas, siempre al cabo de la calle, llevan tiempo certificando la mutación en sus anuncios. Los nuevos mayores no solo compran, sino que venden.
 Y no solo dentaduras postizas, compresas de incontinencia y complementos alimentarios a sus coetáneos, que también, sino, rizando el rizo, muebles a los jóvenes que quieren independizarse de los padres.
 Recuérdese si no el anuncio de Ikea en el que un entrañable señor mayor se une al grupo de iguales que les da de comer a las palomas en el parque, hasta que se da cuenta de que su silla es portátil y decide salir a ver mundo y conocer gente.
Algunos expertos, a la vista del cambio, hablan de la eclosión de una nueva edad
. Llaman senelescencia, forzada mixtura entre senectud y adolescencia, al periodo de transición entre la mediana edad y la vejez en el que uno ya no es joven, ni siquiera maduro, pero aún no es, de ninguna de las maneras, viejo.
 Una etapa, la última de la existencia, que empieza para cada uno en una fecha distinta, porque cada mayor es un mundo y, cada vez más, la identidad se construye menos por la edad y más por el estilo de vida.
 “Soy mayor, que me quiten lo bailao, y lo que me queda”, resume Empar Pineda sus sensaciones al respecto.
 El octogenario gurú Leopoldo Abadía es aún más gráfico en su último libro, Cómo hacerse mayor sin volverse un gruñón (Espasa).
 “No se trata de hacer todo lo que no hiciste antes. Ni de ocuparse todo el día. No sea que acabes siendo un viejo con tantas cosas que hacer que no tiene tiempo de ser viejo.

 

15 nov 2014

Vestir al mundo cuesta muy poco................................................. Borja Bas

Karl-Johan Persson quiere cambiar el planeta desde H&M. La fundó su abuelo, la preside su padre y, desde hace cinco años, la dirige él

Frente a las suspicacias que plantea la producción ‘low cost’, él defiende la moda democrática y la sostenibilidad

Una revolución a la que se apunta el mundo del lujo con colecciones cápsula como la que ahora presenta Alexander Wang.

Karl-Johan Persson, director ejecutivo de H&M, en sus oficinas de Barcelona. / Vanessa Montero

Karl-Johan Persson muestra hasta la etiqueta del bolsillo interior de su chaqueta. Imposible pillarle en un renuncio.
–Vendrá usted vestido solo de H&M, ¿no?
–Sí… Bueno, es una mezcla de H&M y COS [su firma más adulta].
Estamos en el Born de Barcelona. El director ejecutivo de la compañía textil sueca que ha colonizado el mundo pasea como un turista anónimo más.
 Pero no repara en los monumentos. Señala una tienda. “Desigual; esa marca está creciendo mucho, ¿verdad?”.
Tras su andar decidido, esa cara de eterno adolescente y el porte de quien quiso ser tenista profesional, se oculta el hombre que controla la segunda compañía del sector en el mundo (solo por detrás de Inditex).
 Está aquí para encontrarse con empleados de España y Portugal, donde se reparten 6.000 (5.000 y 1.000, respectivamente) de los más de 116.000 que trabajan para sus 3.338 tiendas.
Tomó las riendas de la empresa (que fundó su abuelo Erling en 1947 y preside su padre, Stefan) hace cinco años, en plena explosión de las crisis.
 Su mayor reto. Tenía 34 años. Empezó con 15.
Desde abajo. Trajinando en tienda. Sigue siendo su hábitat predilecto. Allá donde viaja, se cuela en ellas para comprobar cómo funcionan.
 Igual que en las de la competencia. “Nunca se sabe dónde puedes cazar una buena idea
. Por supuesto que tengo un ojo puesto en lo que hacen Zara, Uniqlo o Primark”. Respeta a Amancio Ortega. “Todo esto de la rivalidad entre las dos cadenas es más una cosa alimentada desde los medios. Hay espacio para todos. Somos diferentes en muchas cosas. Es más, creo que sería interesante si nos reuniéramos en algún momento con directores de compañías como Inditex, solo por hablar sobre nuestras visiones del negocio. Podríamos aprender mucho unas empresas de otras”, templa.
Allá donde va Persson se ‘cuela’ en sus tiendas para comprobar que funcionan bien. 
Solo en España tienen 150. Arriba, el ‘showroom’ de la firma en Barcelona. El sueño del abuelo Erling Persson se moldeó a imagen y semejanza de los grandes almacenes que vio en Nueva York tras la II Guerra Mundial.
 Importó la idea a Suecia en 1947 (arriba, a la izquierda, una de sus primeras colecciones). Antes de ser H&M, era solo para mujer y se llamó Hennes, que significa “para ellas” en sueco. / Vanessa Montero
La suya ingresó en los primeros nueve meses de 2014 un 19% más que en el mismo periodo de 2013: 1.498 millones de euros
. En España lleva 14 años. Es su octavo mercado en beneficios (las ventas de 2013 subieron un 4% con respecto al año anterior); desde septiembre vende aquí también online. Aparte de H&M y COS, Persson controla Cheap Monday, Monki, & Other Stories y Weekday.
A pesar de su ritmo descabellado de trabajo, no parece un workaholic al uso. Habla con semblante serio (o sueco) de lo divertida que es su profesión. Difícilmente salen de su boca palabras como low cost, fast fashion o –ni se lo mienten– usar y tirar.
 Prefiere “moda democrática, calidad y precios asequibles”.
Es un discurso que ha calado. En su trayectoria ha sido clave lo que algunos llaman “la premiumización” de la marca. En otras palabras: dotarla de un aire aspiracional.
Una posición pivotada sobre alianzas estratégicas muy rentables para todas las partes.
 La última vio la luz al fin esta semana en 250 tiendas bajo el nombre de Alexander Wang, lumbrera de Balenciaga.
 El primer diseñador estrella con quien colaboraron fue Karl Lagerfeld (¿quién si no?) hace ahora diez años.
 Desde entonces, la cadena sueca ha perfeccionado el arte de hacerse deseable. “No sabría decir de dónde vino exactamente la idea de colaborar con Lagerfeld, muchos quieren atribuírsela en nuestras oficinas (sonríe). Resultó un experimento rompedor. H&M siempre se ha centrado en la moda democrática
. Esa fue la idea de partida: tomar diseños del lujo y ofrecerlos a precios que todos pudieran permitirse
. El secreto de su éxito está en el diálogo. Los diseñadores nos cuentan lo que quieren hacer y nosotros les decimos hasta dónde se puede llegar
. Lo más interesante, más allá del impacto comercial, es que estos creadores acostumbrados a jugar en otra liga coinciden en lo mucho que aprenden de esta experiencia
. Para nosotros también resulta muy enriquecedor”, asevera Persson.
“Tenemos un equipo de 230 diseñadores, no nos dedicamos a copiar lo que hacen otros”, explica Karl-Johan Persson sobre los plagios en la industria de la moda
El ritual de seducción es importante. El de Wang comenzó con una fiesta durante el festival musical californiano Coachella (del que H&M ejerce de sponsor desde hace tres años)
. Después vimos a Rihanna paseando enfundada en unos leggings y un top en primicia.
 Y, finalmente, se celebró un desfile-fiestorro en Nueva York con todas las hechuras de los grandes eventos: actuó Missy Elliott, pinchó Diplo; Jessica Chastain, Mary J. Blige y Dakota Fanning aplaudieron desde la primera fila.
El reclamo les sale redondo. H&M ha amplificado su capacidad para fagocitar todas las aristas de la cultura moderna, conquistando esos terrenos que han aprendido a comunicarse con la moda para un boyante beneficio mutuo.
 Solo este año, hemos visto a Beckham saltando de la ropa interior a tener su propia línea de baño, a Jeff Koons estampando su perrito de globos en bolsos (el gigante sueco ha esponsorizado su expo en el Museo Whitney de Nueva York) y a Lady Gaga y Tony Bennett dando el do de pecho para su inminente campaña navideña.
 Todo este despliegue de personalidades lo resume el director ejecutivo de una manera simple y escueta:
“Llamamos a la gente que nos gusta y que consideramos que comparte nuestros valores. Nunca hubo un gran plan detrás
. Ha sido un paso detrás de otro. Siempre bajo la premisa de hacer cosas nuevas con artistas inspiradores. A pesar de que parezca que hacemos muchas colaboraciones, en realidad somos muy selectivos al elegir con quién colaboramos”.
 De igual manera, desestima las habituales acusaciones de plagio de lo que se ve en las pasarelas cada temporada. “Nosotros hemos tenido muy pocos casos. No es extraño coincidir en inspiraciones. Pero tenemos un equipo de 230 diseñadores, no nos dedicamos a copiar lo que hacen otros”.
Negro ‘Wang’, iniciales gigantes, ‘sport’, ‘chic’ y urbano. Arriba, a la derecha, una imagen de la colección que ha presentado el director creativo de Balenciaga para H&M.
El otro puntal de su discurso está en el diseño sostenible y concienciado
. Desde su web acreditan los galardones que les otorgan por minimizar el impacto medioambiental o promover mejoras laborales en países en desarrollo. El propio Persson recibió en octubre de las manos de Victoria de Suecia el Premio Pontus Schultz por “contribuir a una economía más humana”. El interesado dice:
“No todo es blanco o negro en esta industria, por mucho que haya prensa sensacionalista que realce esa idea:
 ‘Si esta es una empresa grande, todo lo que hace es malo’. Me molestan esos prejuicios, porque no se corresponden con nuestra realidad”.
Tras el derrumbe, en abril de 2013, de un edificio en Bangladesh que albergaba fábricas textiles, en el que murieron más de mil personas, una veintena de multinacionales, con H&M e Inditex a la cabeza, firmaron un acuerdo para realizar auditorías independientes con el fin de prevenir accidentes.
 De igual manera, han incrementado sus inspecciones por sorpresa: “Solo en 2013, hicimos 3.121. Si la fábrica no cumple nuestro código ético recibe un aviso; si se repite, dejamos de trabajar con ellos”. Bangladesh, en concreto, se ha convertido en uno de sus feudos. Obtienen producto de unas trescientas fábricas (ninguna propia) y dan trabajo a más de 600.000 trabajadores. Por eso Persson se reunió a mediados de octubre con su ministro de Comercio, Tofail Ahmed, para reclamar sistemas eficaces de control de costes y mejores condiciones salariales para los trabajadores. Es la misma política que buscan en Camboya, y recientemente han comenzado a producir también en Kenia y Etiopía bajo premisas similares
. A eso se añade su creciente uso del algodón ecológico y la recogida en tienda de prendas usadas para su reciclaje, que en casi dos años suma 8.000 toneladas de tejido.
El discurso suena muy bien, pero ¿qué impacto real tiene todo esto? “Yo siempre animo a que la gente se informe de dónde viene lo que consume. Recientemente hemos hecho pública nuestra lista de proveedores
. Cualquiera puede saber dónde producimos, está en nuestra web. El siguiente paso, en el que estamos trabajando, es darle a cada prenda un carné de identidad, una eti
queta física o un QR que te diga de dónde viene, cuál ha sido su impacto medioambiental, social… Porque no basta con que las empresas sean responsables, también tiene que existir un consumo responsable.
 Y en eso, como en todo, el cliente tiene la última palabra”.

 

El Gordo de Navidad sí tocó en el bar de Antonio................................... Verónica Figueroa Ortega

Los protagonistas del anuncio de la Lotería vuelven a por sus décimos al local donde se rodó.

 

El bar La Muralla, donde se rodó el anuncio de la Lotería de Navidad de 2014. / miguel pérez

Julián Valcárcel entra al bar Las Murallas como si fuese el dueño.
 Ha pasado más de un mes desde que grabó allí el anuncio de la Lotería de Navidad, pero fácilmente vuelve a entrar en su papel de Antonio, el regente del local
. Es viernes por la noche, el lugar está casi lleno y él se esfuerza por reorganizar las mesas para acomodar a los actores protagonistas de la campaña que regresan para celebrar el éxito de su trabajo.
Y, por supuesto, para comprar un décimo de Lotería.
El único problema es que ya no hay. En dos días, los verdaderos gerentes, Hernán Pareja y su esposa Margarita, han vendido los 700 décimos que tenían del 37254, su número asignado este año.
 Eso sin contar los que pidieron a unos locales en Valencia y Barcelona cuando se les agotaron los suyos.
 Ni los que ahora venden del 48388, que es el asignado a la Asociación de Vecinos La Incolora, de Villaverde, el barrio donde está el bar.

Lo bueno es que Valcarcel ha conseguido hacerse con 10 décimos después de mover algunos hilos. “Pero somos más actores, así que cada uno lo repartimos entre varios, porque todos queremos este número”,
 cuenta, refiriéndose al 37254.
 Prefieren no arriesgarse a que toque y que ellos no lo hayan comprado, como le pasa a Manuel, el personaje de Alfonso Delgado en la publicidad.
 Él dice que se le hace curioso regresar al lugar donde pasó cinco días grabando escenas “tan emocionantes”
. Después de 30 años trabajando como actor, Delgado admite que nunca antes había recibido tanta atención: “me ha desbordado totalmente.
 Estoy muy orgulloso de lo que ha salido, aunque no creo que esto vaya a cambiar mi carrera”.

Si ha cambiado, sin embargo, el ambiente del bar.
 No sólo por la cantidad de gente que se abarrota frente a la barra prácticamente a todas horas desde el miércoles, sino porque ahora, la esquina entre el Paseo Talleres y la calle de Acebes parece brillar en medio del silencio del suburbio.
Quien reconoce la fachada desde fuera, la señala con emoción. Todo el que entra, mira a su alrededor como si sintiera esa esperanza que transmiten los vídeos de la campaña dirigida por Santiago Zannou. Y Pareja no puede evitar sonreír cada vez que algún cliente le pregunta cuánto cuesta el café, aunque no se atreve a responder más que su típico “1,30”.
Los Pareja han manejado el bar durante 10 años y dicen que nunca habían atendido a tanta gente en tan poco tiempo.
 Al ver llegar a los protagonistas, sacan rápidamente el champán.
 Llenan las cuatro mesas que ocupan de copas y comida. Los atienden mientras se abrazan, conversan y disfrutan de las miradas de los clientes, muchos de ellos ansiosos porque -justo esta noche- ninguno ha podido comprar ni siquiera un billete de la ONCE.
“Antes casi ni se vendía, y ahora en minutos se nos ha acabado”, cuenta la dueña, una colombiana que emigró a España hace 16 años.
“Estamos todos de subidón”, exclama con emoción Charo Sánchez Sánchez, la actriz principal de uno de los siete vídeos un poco más cortos que sólo se han publicado en la web.
 Ella audicionó para el papel porque le gustó que se enalteciera la importancia de compartir con los vecinos.
 “Creo que ahora más que nunca necesitamos estas pequeñas historias que te hacen ver que es verdad, que sí existe gente así y que no todos estamos tan deshumanizados”.
 Dice que no tiene razones para quejarse, solo para celebrar.
 Entonces todos alzan sus copan y bridan
. Si fuese 22 de diciembre, cualquiera pensaría que de verdad les ha tocado el Gordo.

El culo y la enredadera.......................................................... Boris Izaguirre

Kim Kardashian y Olga María Henao tienen las claves para ser personaje público: un poco de oportunismo y escándalo y una habilidad extraordinaria para seducir.

 

Kim Kardashian, fotografiada por Jean Paul Goude para 'Paper'. / CORDON PRESS

Existen dos formas de hacerse famoso. Una es como Kim Kardashian, famosa exclusivamente por serlo. Y otra, como Olga María Henao, que lo es por ser la exnovia y la causa de los viajes extraparlamentarios pero pagados con dinero público del presidente de la Junta de Extremadura, José Antonio Monago.
Tanto Kim como Olga María están en la treintena.
 Guapas, morenas, saben moverse entre la tierra y la nube informática y los paraísos no siempre artificiales de las redes sociales. Kardashian ha vuelto a revolucionar el planeta y esos paraísos con su posado ante la cámara de Jean Paul Goude, sosteniendo una copa de champán sobre su mundialmente reconocible trasero
. Es una foto excepcional, un autohomenaje del propio Goude a una fotografía que le catapultó a la fama en los setenta conocida como Catalina. Olga María prefiere enseñarnos su perfil de “no quiero hacer más daño” al descubrirse su vinculación con el Senado español.
Entre ambas sobrevuelan los principales ingredientes para ser personaje público. Un poquito de oportunismo, un pellizquito de escándalo, muchas curvas y una habilidad extraordinaria para seducir cualquier cámara, sea la de un fotógrafo profesional como Goude o la de un senador enamorado o un afortunado alumno de los cursos del bloguero Príncipe Pelayo.
Kardashian lleva desde 2007 cautivando con su culazo y su propensión al escándalo grueso a pesar de tener modales urbanos y vocecita pretending to be pija.
 Olga María acaba de empezar, poseedora del suave acento colombiano que arrasa por donde pasa. Incluyendo Canarias, donde Olga María es vocal del PP en Talgoror, al suroeste de Tenerife. Pero si Kardashian ha tenido que esperar siete años para ser la portada del Vogue americano y triunfar en ventas, Olga María consiguió estar entre las 3.000 personalidades invitadas a la proclamación del rey Felipe VI.
 Es cierto que Olga María acudió a esa importantísima ocasión en compañía de su expareja que tuvo que dimitir como diputado popular por Teruel, ay, también a causa de sus viajes a Tenerife.
Pero, por favor, es hora de que salga a la luz o del armario la persona que elaboró esa lista de invitados a la coronación.
 En el fondo hay que reconocerle que tuvo un ojo de águila, capaz de superar incluso la habilidad para captar tendencias populares del príncipe de los blogueros,
 Pelayo. Es una cabeza capaz de descubrir que el nuevo reinado tiene en el pequeño Nicolás y en Olga María una mezcla perfecta de capacidad de representación y de asombro.
Olga María, a su manera, cambió las cosas
. Desde que se supo lo de los viajes a cargo del Congreso y del Senado, se ha entreabierto la posibilidad de rastrear y hacer más transparentes los gastos de viajes de nuestros representantes. Podríamos recordar al juez Dívar, aquel presidente del Tribunal Supremo que perdió su cargo al saberse que había efectuado 32 viajes a la Costa del Sol pagados por dicho Tribunal. Curiosamente, Monago también hizo 32 viajes por amor.
 No deberíamos censurar a nadie por viajar por amor. Corazón blando pero cara dura. En cualquier caso ha quedado descubierto que 32 es el límite de viajes que puedes hacer antes de que te descubran que los has estado financiando con dinero público. Treinta y dos es el número que cambia la suerte en el amor.
Ha habido más viajes en la semana.
 Y tres regresos. La juez Alaya ha vuelto a las portadas con la Operación Madeja , que es a su vez una rama de la Operación Enredadera
. Y que forma parte de la maraña general en la que estamos.
 Es enternecedor que las operaciones y redadas anticorrupción sigan teniendo nombres. Si proliferan todavía más terminarán por ser cifras y esto sí que deberíamos evitarlo. En el futuro, cuando seamos un país limpio de corrupción, estos nombres deberían ponerse en las casas o calles. Villa Madeja, Quinta La Enredadera, Avenida Púnica.
Más o menos igual de enredada en el amor y en los tribunales está la Infanta Cristina, que, como Isabel Pantoja,debe sopesar si renuncia
. Pantoja tendría que renunciar a la libertad y a los conciertos para afrontar su condena penitenciaria. Cristina podría renunciar a sus derechos sucesorios, que es mejor que aceptar una condena.
 La propia infanta aparece en cada uno de sus viajes desde Ginebra cada vez más relajada. Como si alejarse de la línea sucesorial en el fondo fuese un alivio o un buen viaje.
El tercer regreso lo protagoniza Terelu Campos, acosada por un examor que amenaza con publicar unas fotos íntimas y un supuesto vídeo.
 Terelu no es exactamente igual que Kim Kardashian, porque la hemos visto crecer en la televisión, pero sí comparten esa afición por el WhatsApp picante que te da vidilla pero también ladillas.
 Terelu lamenta que ese amigo la haya traicionado, pero no se deshace en llantos como si fuera una demagoga recién llegada
. Se contiene, expresa una y otra vez que “no es fácil, para quien le toca” y que le ha hecho daño, en especial al estómago. Sin proponérselo ha reivindicado a las maquilladoras de Telecinco, capaces de redibujar cualquier ojo con el rímel resistente al agua más fuerte del planeta: las lágrimas de la tele. ¡Aguanta, Terelu! Hasta que cumplas ese viaje número 32 hacia el amor.