Un Blues

Un Blues
Del material conque están hechos los sueños

16 nov 2014

El artículo inútil...............................................Javier Marías

Está instalada la creencia de que la cultura es como el aire, por el que a nadie se cobra.

Hay columnas que no sabe uno para qué las escribe. No es que tenga confianza en que ninguna influya lo más mínimo, ni haga recapacitar a nadie, ni ayude a ver a los lectores algo desde un punto de vista que no habían adoptado.
 Pero a veces hay un hilo de esperanza: “Quizá haya alguien que esté de acuerdo, o que descubra que lo está”.
Hay unas cuantas, en cambio, cuya absoluta inutilidad le consta a uno desde la primera línea, y esta es de esas
. Si me molesto en hablar del asunto una vez más, es sobre todo porque no consigo entender la extraña convicción que se ha apoderado de nuestras sociedades, con la española en segundo lugar mundial (tras China, creo) en la práctica de la piratería cultural.
No sé
. Desde niño, desde que empecé a ir al cine y a leer libros, el placer que me provocaban esas dos actividades (lo mismo que oír música) fue tan incomparable que mi primera e instintiva reacción fue la de agradecimiento a quienes me las proporcionaban
. A quienes ideaban y hacían las películas y escribían las novelas y componían o interpretaban o cantaban, de Bach a Elvis Presley sin distinción
. Ese sentimiento no me ha abandonado nunca, se me ha mantenido intacto hacia cada nuevo autor, actor, director o músico que me entusiasmara, y hoy lo he hecho extensivo a los responsables de las series de televisión que, mientras han durado o aún duran, me permiten pasar momentos extraordinarios de contento, emoción, diversión y saber: Los Soprano, El ala oeste de la Casa Blanca, Deadwood, Inspector Morse, Frasier o Juego de tronos, por no alargar la lista.
Se puede decir que por toda esa gente haría cualquier cosa, me pondría a su disposición para lo que necesitara, procuraría facilitarle su tarea y animarla a proseguirla.
 Lo último que se me ocurriría sería perjudicarla, no digamos privarla de sus ganancias.
 Precisamente porque quiero más de lo que esas personas hacen o han hecho, deseo que tengan éxito y reconocimiento para que así puedan continuar deleitándome sin trabas ni cortapisas.
 Si me fuera posible retroceder en el tiempo, haría cuanto estuviese en mi mano para ayudar a Shakespeare y Cervantes y Montaigne, a Conrad y Henry James y Flaubert y Stevenson, a Dickens y Baudelaire y Lampedusa y Elio y Rilke, a Nabokov y Faulkner y Bernhard, también a Dumas y Dinesen y Rebecca West y Diderot y Sterne.
 De decenas de ellos compraría y regalaría sus obras una y otra vez, dentro de mis posibilidades; contribuiría a que pudieran vivir de su arte, para que siguieran cultivándolo y yo disfrutara de él. Iría a ver un montón de veces (bueno, eso hice mientras coincidí en el mundo con ellos) las películas de Ford y Hitchcock y Wilder, las de Ophuls y Rossellini y Peckinpah y Anthony Mann. Compré y sigo comprando cada disco de Dylan y Cohen y de muchos más.
Mi gratitud hacia todos es infinita, como lo es hacia Rampal y Glenn Gould y Sviatoslav Richter y Leonhardt y Rostropovich y Casals y Janet Baker y Michelangeli y tantos otros genios musicales. Les deseé o les deseo todo el bien del mundo, también por mi propio interés.
De ese sentimiento parece quedar poco rastro en el mundo actual.
 A menudo nos encontramos justamente con lo contrario, el rencor
. Rencor hacia quien “hace lo que le gusta y encima pretende cobrar por ello”.
 Rencor hacia “quienes se forran” con su talento, como si poseer talento debiera condenar a un individuo a malvivir.
 Como si algún artista obligara a nadie a consumir sus “productos”.
La gente siempre ve, escucha, lee lo que le da la gana, con entera libertad.
 Y si hay muchas personas deseosas de ver, escuchar o leer a tal intérprete o autor, ¿qué sentido tiene que no se beneficien de ello quienes nos brindan el conocimiento y el placer? Y sin embargo está instalada –arraigada ya– la creencia de que todo eso ha de ser gratis.
 De que la cultura es como el aire, por el que a nadie se cobra (ya llegará); de que es una especie de “don natural” o “divino” que flota y al que todo el mundo tiene derecho … sin pagar. Leo en el suplemento New York Times de este diario que una tal Hana Beshara fundó un sitio web popularísimo para descargar películas y series de forma ilegal
. En su mejor momento llegó a recibir 2,6 millones de visitas ¡diarias! Al cabo del tiempo fue detenida, y tras dieciséis meses en prisión, declara: “Nunca me arrepentiré”
. La mayoría de los jóvenes y no tan jóvenes estadounidenses juzga la descarga ilegal una “minucia”, y su conciencia está tranquilísima.
 No les importa que Kim Dotcom, el jefe de Megaupload, se hiciera multimillonario con el trabajo de otros; al contrario, adoran al presunto delincuente y explotador, el agradecimiento lo reservan para él. Eso en los Estados Unidos, que, a diferencia de España, no es (todavía) un país de ladrones redomados y vocacionales que consideran que todo les es debido, más o menos como Blesa, Rato, Barcoj y demás usuarios de las tarjetas sin fondo de Caja Madrid y Bankia
. Esos mismos jóvenes se indignan cuando sus compañeros utilizan sus trabajos sin permiso, pero no son capaces de advertir la contradicción.
 Es como si tuvieran interiorizada la siguiente, egoísta y pueril idea: “No hay nada malo en coger lo ajeno, salvo si me lo cogen a mí. A mí no, ¿eh?
” Qué se puede hacer ante semejante mentalidad, extendida y ufana, cuando no cargada de razón con “argumentos” tan demagógicos como peregrinos y reaccionarios.
 Nada.
Ya lo dije al comenzar: no sé a santo de qué escribo este artículo.
elpaissemanal@elpais.es

 

La era de las feministas pop....................................................Álex Vicente

De palabra tabú a término clave para entender 2014: el feminismo se encuentra hoy en boca de toda estrella que se precie, de Beyoncé a Emma Watson.

 

Feministas pop 
Se le llama feminismo pop e invade todos los rincones de la cultura del entretenimiento.
 Sucedió en California, a finales de agosto.
 Cuando Beyoncé salió al escenario de los MTV Video Music Awards y un panel luminoso escupió una palabra en letras gigantes: «FEMINIST».
 La cantante entonaba Flawless, en la que samplea un discurso de la escritora nigeriana Chimamanda Adichie.
 Reza así: «Decimos a las chicas: podéis tener ambición, pero no demasiada. Deberíais aspirar al éxito, pero no demasiado. Si no, el hombre se sentirá amenazado (…) Feminista: la persona que cree en la igualdad social, política y económica entre los sexos». 
Feministas pop 
Volvió a ocurrir en Nueva York, solo un mes más tarde
. Emma Watson se subió a un escenario distinto: la sede central de las Naciones Unidas. «Se estarán preguntando qué hace aquí la chica de Harry Potter», bromeó.
 Pero Watson sabía muy bien a lo que iba. La actriz lanzó la campaña HeForShe, destinada a promover la igualdad de género y despojar la palabra feminismo de su mala prensa.
 «Para que quede claro, es por definición la creencia de que hombres y mujeres deberían tener los mismos derechos y oportunidades», dijo.
Ambas hicieron mucho ruido, aunque nada de lo que dijeron fuera especialmente revolucionario.
 La francesa Olympe de Gouges, autora de la Declaración de Derechos de la Mujer, ya sostuvo en 1791 que «una mujer nace libre y permanece igual al hombre en derechos»
. Si ambas se vieron en la necesidad de recurrir al diccionario, es solo porque, más de dos siglos después, no todo el mundo parece tenerlo muy claro
. Incluyéndose a sí mismas: la propia Beyoncé afirmó en 2013 no estar convencida con el uso de la palabra feminista porque la encontraba «extrema».
 

 



Se le llama feminismo pop e invade todos los rincones de la cultura del entretenimiento. Sucedió en California, a finales de agosto. Cuando Beyoncé salió al escenario de los MTV Video Music Awards y un panel luminoso escupió una palabra en letras gigantes: «FEMINIST». La cantante entonaba Flawless, en la que samplea un discurso de la escritora nigeriana Chimamanda Adichie. Reza así: «Decimos a las chicas: podéis tener ambición, pero no demasiada. Deberíais aspirar al éxito, pero no demasiado. Si no, el hombre se sentirá amenazado (…) Feminista: la persona que cree en la igualdad social, política y económica entre los sexos».
La embajadora de ONU Mujeres, Emma Watson, es el rostro visible de la plataforma HeForShe, que hace una llamada a los hombres para que participen en el cambio.
Foto: Getty Images
Volvió a ocurrir en Nueva York, solo un mes más tarde. Emma Watson se subió a un escenario distinto: la sede central de las Naciones Unidas. «Se estarán preguntando qué hace aquí la chica de Harry Potter», bromeó. Pero Watson sabía muy bien a lo que iba. La actriz lanzó la campaña HeForShe, destinada a promover la igualdad de género y despojar la palabra feminismo de su mala prensa. «Para que quede claro, es por definición la creencia de que hombres y mujeres deberían tener los mismos derechos y oportunidades», dijo.
Ambas hicieron mucho ruido, aunque nada de lo que dijeron fuera especialmente revolucionario. La francesa Olympe de Gouges, autora de la Declaración de Derechos de la Mujer, ya sostuvo en 1791 que «una mujer nace libre y permanece igual al hombre en derechos». Si ambas se vieron en la necesidad de recurrir al diccionario, es solo porque, más de dos siglos después, no todo el mundo parece tenerlo muy claro. Incluyéndose a sí mismas: la propia Beyoncé afirmó en 2013 no estar convencida con el uso de la palabra feminista porque la encontraba «extrema».
Feministas pop
Beyoncé se unió a la causa tras mostrarse templada durante años.
Foto: Getty Images
Hasta hace muy poco, el feminismo seguía siendo un elemento desestabilizador en la cultura pop. ¿Cómo definirse así cuando «no se odia a los hombres», según Lady Gaga? ¿Cómo adherirse a esa anacrónica tendencia si no experimentas ningún «resentimiento», según Marissa Meyer? ¿Cómo aceptar el término cuando a una le gusta «la vida familiar», como dijo Carla Bruni en 2012?
Algo ha cambiado radicalmente desde entonces. «Ya empezaba a ser hora», dice la escritora Roxane Gay, autora del influyente ensayo Bad Feminist. «Sospecho que cada vez que una celebridad se ha declarado feminista a lo largo de este año, se ha sorprendido por la cálida acogida que el mundo destinaba a su gesto. Eso ha producido un efecto de contagio». El cambio de paradigma lo personifica Taylor Swift, quien hace dos años renegó de la palabra, para terminar abrazándola el pasado agosto. «Cuando era adolescente, no entendía que reconocerse como feminista significaba que crees en la igualdad. Me parecía que era decir (…) que odias a los hombres. Muchas chicas están teniendo un despertar feminista porque han comprendido el significado», afirmó.
Feministas pop
Lagerfeld reivindicativo. El diseñador fue acusado de oportunismo por su desfile en forma de manifestación. «El mercado lo dicta todo. Y ahora ha decidido que el feminismo es cool», dijo a The Guardian.
Foto: Monica Smiley

De perdidos al río.......................................................... Ana Segovia Fernández

¿De verdad no saben por qué los ciudadanos apoyan a Podemos?
 Políticos, empresarios y otros interesados hablan del apocalipsis pos-Podemos para, a través del miedo, desactivar el apoyo creciente a este partido
. A cada declaración que emiten para asustar a los ciudadanos, ellos se hacen más transparentes y, sin querer, dejan ver su realidad: no han vivido con nosotros, ellos siempre se han movido en un mundo paralelo que nunca se ha cruzado con el del resto de los mortales.
 Por eso, generosamente, le podemos aclarar que una gran parte de los ciudadanos de este país ya no tienen nada que perder.
 Si ellos se quedan sin trabajo, bueno, nosotros ya no tenemos. Si la economía del país se va a pique, bueno, la nuestra ya no puede caer más bajo.
 Que nuestra sociedad se vería abocada a un futuro incierto, bueno, el nuestro ya es muy negro.
Entonces, ¿por qué los ciudadanos apoyan a Podemos?
 Pues porque cada vez somos más los que no tenemos nada que perder, y no queremos seguir formando parte de un mundo paralelo en el que nos ha tocado la peor parte
. Puede que la única salida sea que todos lo perdamos todo y así juntos, en una misma realidad, podamos crear una sociedad más justa.— Ana Segovia Fernández.
Confio en Monederos y en Pablo Iglesias y mucho...................

La inagotable fascinación por Marilyn Monroe..................................... Pablo Ximénez de Sandoval

Salen a subasta en Beverly Hills más de 200 objetos privados de la actriz.

 

Marilyn Monroe en 1962 fotografiada por George Barris. / CORDON PRESS

Cómo no sentirse intrigado por sus confesiones íntimas, cómo no intentar descifrar su caligrafía, o mirar la evolución de su pose en las decenas de fotos que guardaba de sí misma.
La fascinación que sigue provocando Marilyn Monroe medio siglo después de su muerte será puesta a prueba de nuevo el próximo 6 de diciembre en una subasta en Beverly Hills de 200 objetos personales de la actriz.
 Nunca se habían visto antes, por lo que los responsables de Julien’s, la casa que organiza la puja, la han llamado El archivo perdido.
“No sé qué piensas sobre mí, pero puedo decirte que te quiero sinceramente, en lo más pro-fundo de mi corazón, a pesar de todo”.
 Son palabras manuscritas de Joe DiMaggio, la estrella del béisbol con la que Marilyn Monroe se casó en 1954
. Está escrita el 9 de octubre de ese año, después de que el deportista viera por televisión a la actriz anunciando que se iban a divorciar.
 Es una de las cartas que la protagonista de El príncipe y la corista guardaba en su casa y que saldrán a subasta.
 En el catálogo hay otras de su siguiente marido, el dramaturgo Arthur Miller, y de colegas de trabajo como Cary Grant, Jane Russell o Marlon Brando
. Junto con ellas, decenas de fotos que abarcan toda su carrera, cheques, facturas, un abrigo, un vestido, una radiografía de tórax
. Literalmente, lo que salió de los cajones y armarios de su casa.
Marilyn Monroe fue hallada muerta el 5 de agosto de 1962 en su casa de Los Ángeles a la edad de 36 años.
 Hacía apenas diez de sus primeros papeles como protagonista y para entonces era la mayor estrella de cine del mundo.
Se había divorciado de Miller un año antes, no tenía hijos y vivía sola
. La causa de la muerte fue una sobredosis de medicamentos que contribuyó a envolver toda su historia en una aura trágica.
Se puede pujar 'online' por una radiografía de tórax o una carta íntima
Tras su muerte, todo lo que contenía la casa fue a parar a manos de Lee Strasberg, legendario profesor de interpretación, director del Actor’s Studio e instructor de Monroe. Strasberg le dio toda esta herencia a un amigo, que lo guardaba desde entonces
. Estos objetos salen ahora a la venta por decisión de un miembro de esa familia. “Se dio cuenta de que el mundo sigue fascinado con Marilyn y ha decidido que estos objetos estén en manos de aquellos que los quieran tener”, explica Martin Nolan, director ejecutivo de Julien’s y responsable de la subasta de objetos de famosos.
Nolan destaca que Monroe “nunca llegó a ser una mujer mayor, tenemos la misma imagen de ella que teníamos hace 52 años”.
 Esa imagen es la de “una mujer bella, suntuosa, que falleció trágicamente”, describe el experto en conversación telefónica desde Nueva York.
Un año antes de morir, Monroe había estrenado Vidas Rebeldes (The Misfits), en la que hacía quizá el personaje de mayor profundidad dramática de su carrera y su última película completa.
El guion era de su marido, Arthur Miller, y en el reparto estaban Clark Gable y Montgomery Clift. Sería también la última película de Gable, que murió ese mismo año
. La subasta incluye una copia privada que tenía Marilyn de un making of realizado durante el rodaje, en la que se ve la llegada del equipo al desierto de Nevada y escenas detrás de las cámaras. “Lo importante es que estas son las cosas que ella guardaba, las que estaban en su casa”, recalca Nolan.
La posición de Marilyn Monroe como icono global no tiene discusión.
 “Le preguntas a un niño de nueve años en Santiago de Chile, en Barcelona o en Nueva York y sabe quién es”, afirma Nolan.
 En opinión de este experto, la inversión en objetos untados de polvo de estrellas es hoy por hoy comparable al mercado del arte
. Esta es la tercera gran subasta que se realiza de objetos personales de Marilyn Monroe, después de las de 1999 y 2005.
 El grueso de esta puja son objetos que no se habían visto, pero también hay algunas piezas que habían estado antes en el mercado.
“Los precios eran altos entonces y ahora lo son mucho más”, cuenta Nolan.
El director de Julien’s recuerda que en 1999 una señora compró dos pares de zapatos de la actriz por unos 2.400 euros que pagó a crédito.
 En 2009 esos mismos zapatos se volvieron a subastar, esta vez por separado. Un par se vendió por más de 10.000 euros y el otro, por casi 13.000
. En 2005 se vendió una falda morada de Marilyn por 40.000 euros. En solo siete años, esa misma falda volvió a salir al mercado para ser vendida por 120.000.
El creciente interés de los países asiáticos por este tipo de coleccionismo no hace sino aumentar su valor.
El mercado de subastas se ha vuelto global. De hecho, se puede pujar por los objetos de Monroe desde cualquier portátil del mundo. Todo el catálogo se puede consultar on line.
La casa Julien’s planea para diciembre un evento doble con mujeres famosas








. El día antes de la venta de Monroe, saldrá a subasta un lote de vestidos de la princesa Diana de Gales.