Javier Limón,
el marido de la auxiliar de enfermería Teresa Romero, ha recibido el
alta del hospital Carlos III de Madrid tras cumplir este lunes con la
cuarentena de 21 días sin que se le detectara presencia del virus de ébola.
Ha abandonado el centro en el coche de su abogado, que iba al volante, y tiene previsto ofrecer una rueda de prensa a las 18.00 para "agradecer el apoyo" recibido durante el internamiento por él y por su esposa, según ha señalado su despacho de abogados en un comunicado.
Limón ha indicado a la salida que quiere descansar cuando a las 9.45 ha dejado el centro por la salida del complejo del Instituto Carlos III, a unos 400 metros de la entrada del centro sanitario donde permanecían esperando periodistas y cámaras de televisión.
El pasado miércoles, el marido de Teresa Romero indicó a EL PAÍS que lo más duro de la reclusión había sido "no poder defender" a la auxiliar.
“Le atacaron para echarle la culpa de todo mientras ella estaba medio muriéndose”, señaló.
En el centro hospitalario permanecían hasta este mañana en observación un total de 11 personas que tuvieron contacto con Romero antes de que se confirmara su contagio por ébola
. A lo largo de la mañana, 10 de ellos ya han recibido el alta y han salido del hospital
. El único que permanecerá en el centro es el vecino de Fuenlabrada que viajó en la misma ambulancia que Teresa Romero. Este paciente sigue en observación por otras razones clínicas, según ha indicado una portavoz del hospital La Paz- Carlos III.
Así y excluyendo este caso, esta noche ya solo dormirá en el Carlos III la auxiliar de enfermería Teresa Romero
. Aunque el pasado martes dio negativo en la última prueba PCR del ébola y se le considera libre del virus, la paciente debe permanecer aislada aún unos días, según los criterios que marca la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Uno de los médicos que atendió a Romero en el hospital de Alcorcón cuando ingresó de urgencia el pasado 6 de octubre ha dicho al salir del Carlos II que lo primero que quiere es “darle ánimos a Teresa”.
“Si el precio a pagar por salvar una vida iba a ser el aislamiento, lo volvería a hacer”, ha asegurado el médico interno residente (MIR) Javier Solana
. Ha hecho también un llamamiento a la sociedad (y a los Gobiernos del primer mundo) para que entiendan que hay miles de personas en África que están sufriendo por el ébola, que se ha cobrado ya casi 5.000 muertes y ha infectado a más 10.000 personas.
"Vivimos en un mundo globalizado en el que los problemas son globalizados", ha afirmado este médico.
Otros que han salido del hospital este lunes son un celador, cuatro enfermeras que tuvieron contacto con Teresa Romero y cuatro médicos de Alcorcón, el SUMMA y el Carlos III, entre ellos el doctor Juan Manuel Parra Ramírez, que atendió a la auxiliar de enfermería en el hospital de Alcorcón.
Ante los periodistas, Parra ha celebrado que todo haya "terminado bien" y ha reconocido que el periodo de aislamiento ha sido "duro".
Pero ha asegurado que también volvería a hacerlo: "Soy médico de urgencias, es mi trabajo". Ahora, lo que quiere hacer es olvidar todo, "respirar un poco" y abrazar a su familia.
Sobre la carta que envió a sus superiores tras atender a Romero (en la que denunciaba fallos en el protocolo, entre ellos que el traje de protección, que tuvo que ponerse más de doce veces, le estaba pequeño), Parra no ha querido opinar sobre si servirá para algo o no.
"Ya se verá, tiempo habrá", ha concluido.
La semana pasada ya se dio de alta a cinco de las personas ingresadas.
Se trata de las dos peluqueras que depilaron a Teresa Romero antes de saber que tenía el virus, la médico de familia que la atendió en el centro de salud de Alcorcón cuando notó malestar, una limpiadora de este mismo centro y una amiga de la auxiliar de enfermería.
Ha abandonado el centro en el coche de su abogado, que iba al volante, y tiene previsto ofrecer una rueda de prensa a las 18.00 para "agradecer el apoyo" recibido durante el internamiento por él y por su esposa, según ha señalado su despacho de abogados en un comunicado.
Limón ha indicado a la salida que quiere descansar cuando a las 9.45 ha dejado el centro por la salida del complejo del Instituto Carlos III, a unos 400 metros de la entrada del centro sanitario donde permanecían esperando periodistas y cámaras de televisión.
El pasado miércoles, el marido de Teresa Romero indicó a EL PAÍS que lo más duro de la reclusión había sido "no poder defender" a la auxiliar.
“Le atacaron para echarle la culpa de todo mientras ella estaba medio muriéndose”, señaló.
En el centro hospitalario permanecían hasta este mañana en observación un total de 11 personas que tuvieron contacto con Romero antes de que se confirmara su contagio por ébola
. A lo largo de la mañana, 10 de ellos ya han recibido el alta y han salido del hospital
. El único que permanecerá en el centro es el vecino de Fuenlabrada que viajó en la misma ambulancia que Teresa Romero. Este paciente sigue en observación por otras razones clínicas, según ha indicado una portavoz del hospital La Paz- Carlos III.
Así y excluyendo este caso, esta noche ya solo dormirá en el Carlos III la auxiliar de enfermería Teresa Romero
. Aunque el pasado martes dio negativo en la última prueba PCR del ébola y se le considera libre del virus, la paciente debe permanecer aislada aún unos días, según los criterios que marca la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Uno de los médicos que atendió a Romero en el hospital de Alcorcón cuando ingresó de urgencia el pasado 6 de octubre ha dicho al salir del Carlos II que lo primero que quiere es “darle ánimos a Teresa”.
“Si el precio a pagar por salvar una vida iba a ser el aislamiento, lo volvería a hacer”, ha asegurado el médico interno residente (MIR) Javier Solana
. Ha hecho también un llamamiento a la sociedad (y a los Gobiernos del primer mundo) para que entiendan que hay miles de personas en África que están sufriendo por el ébola, que se ha cobrado ya casi 5.000 muertes y ha infectado a más 10.000 personas.
"Vivimos en un mundo globalizado en el que los problemas son globalizados", ha afirmado este médico.
Otros que han salido del hospital este lunes son un celador, cuatro enfermeras que tuvieron contacto con Teresa Romero y cuatro médicos de Alcorcón, el SUMMA y el Carlos III, entre ellos el doctor Juan Manuel Parra Ramírez, que atendió a la auxiliar de enfermería en el hospital de Alcorcón.
Ante los periodistas, Parra ha celebrado que todo haya "terminado bien" y ha reconocido que el periodo de aislamiento ha sido "duro".
Pero ha asegurado que también volvería a hacerlo: "Soy médico de urgencias, es mi trabajo". Ahora, lo que quiere hacer es olvidar todo, "respirar un poco" y abrazar a su familia.
Sobre la carta que envió a sus superiores tras atender a Romero (en la que denunciaba fallos en el protocolo, entre ellos que el traje de protección, que tuvo que ponerse más de doce veces, le estaba pequeño), Parra no ha querido opinar sobre si servirá para algo o no.
"Ya se verá, tiempo habrá", ha concluido.
La semana pasada ya se dio de alta a cinco de las personas ingresadas.
Se trata de las dos peluqueras que depilaron a Teresa Romero antes de saber que tenía el virus, la médico de familia que la atendió en el centro de salud de Alcorcón cuando notó malestar, una limpiadora de este mismo centro y una amiga de la auxiliar de enfermería.