Un Blues

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Del material conque están hechos los sueños

6 oct 2014

La herencia invisible de Miguel Boyer

Miguel Boyer y su mujer, Isabel Preysler, en
Cuando el pasado lunes moría de un tromboembolismo pulmonar Miguel Boyer, el «superministro» del felipismo y marido de Isabel Preysler, las preguntas acerca de su herencia comenzaron a multiplicarse.
 Después de casi 50 años en activo, el socialista había reunido un patrimonio considerable, aunque no contaba con ninguna propiedad a su nombre. 
En 2012 trató de afianzarlo tras sufrir el ictus que le apartaría no sólo de la vida laboral sino también del escaparate público en general. El marido de Isabel Preysler quería asegurar el futuro de su familia, que no sólo incluye a Ana Boyer, sino también a Laura y Miguel, los hijos que tuvo con Elena Arnedo, y a sus nietos.


Nacido en Francia a causa de la Guerra Civil, su vida en España fue muy fructífera. Nada más licenciarse en Ciencias Físicas y en Económicas, Boyer se convirtió en profesor.
 Con poco más de 20 años ya impartía clase en la Escuela de Ingenieros de Telecomunicaciones, por lo que en seguida empezó a manejar dinero, ahorrar e invertir.
 Después de estar un tiempo encarcelado por «militancia clandestina», comenzó a trabajar en la Junta de Energía Nuclear. Entre 1971 y 1974 estuvo en el Servicio de Estudios del Banco de España, y entonces fue nombrado director del Instituto Nacional de Industria (INI), puesto del que dimitió en marzo de 1975 al ser nombrado director de Planificación de Unión de Explosivos Riotinto
. Ya se perfilaba como un gran economista, y en apenas 20 años había amasado una fortuna aproximada de 80 millones de pesetas de entonces, unos 480.000 euros.
Su entrada en política no se hizo esperar. Siempre había militado en el PSOE, pero acabó en la presidencia del Comité de Estudios y Programas en la Federación Socialdemócrata de Fernández Ordóñez.
 Al final volvió al PSOE y como coordinador del equipo económico del Gabinete Técnico de la Comisión Ejecutiva.
 Fue diputado por Jaén, consejero de Presidencia en el Banco de España y trabajó en el Instituto Nacional de Hidrocarburos como director de Planificación y Estudios. Sus
 sueldos, ya de por sí altos, se combinaron para hacerle ganar, en apenas tres años, casi 200.000 euros.
 A partir de 1982 y hasta 1985 fue uno de los hombres fuertes de Felipe González: su etapa como ministro de Economía, Hacienda y Turismo le reportaba un sueldo al que renunció al dimitir, pero en tres años ganó aproximadamente 160.000 euros.




El empresario socialista
Pocos días después de abandonar su puesto de «superministro» fue nombrado presidente del Banco Exterior de España, a la vez que entraba en el CERN y en el comité de expertos para el Estudio de la Unión Económica y Monetaria.
 Cargos muy importantes que sumaron otros 520.000 euros a su ya abultada cartera. 
En 1988 se convirtió en presidente de Cartera Central, sociedad de la que acabaría concentrando todos los poderes
. Por las mismas fechas entró a formar parte de los consejos de administración del Grupo de Construcciones y Contratas, S.A. –del que acabaría siendo presidente tras los divorcios de las Koplowitz–, Portland Valderribas y Fomento de Obras y Construcciones S.A. Presidente, consejero ejecutivo, vicepresidente, asesor...
 Puestos muy altos, de un gran poder y sueldos desorbitados y, para más inri, en algunas de las empresas más importantes de España: FCC, Compañía Logística de Hidrocarburos, Urbis, Campsa... Cuando dejó de ser presidente de esta última, su liquidiación ascendió a 1,6 millones de euros.
 Fue patrono de FAES, y en la inmobiliaria Urbis, José Ramón Carabante le concedió un sueldo de 1,5 millones al año. 
En los últimos tiempos, a su dilatada experiencia y conocimiento del mundo político y empresarial se sumó la influencia de su mujer, Isabel Preysle
r. Según Javier Chicote, escritor y periodista que ha estudiado a qué se dedican los antiguos ministros de Felipe y lo ha plasmado en el libro «Socialistas de élite» (La Esfera de los Libros), en un primer momento Boyer tenía miedo de no poder seguir el tren de vida de la «reina de corazones».
 Pero en cuanto dejó de ser ministro empezó a cobrar 100 millones de pesetas al año (600.000 euros). Después fue consejero dominical en Reyal Urbis –trabajo por el que se embolsó más de un millón de euros–, consejero externo independiente en Red Eléctrica de España –520.000 euros–, administrador único de Iversiones Delos y asesor de Bosch GmbH. 
En total, unos tres millones y medio, y eso sólo en sueldos: nadie sabe las acciones o las rentas que pudo percibir o cuántos intereses ganó a lo largo de los año
s. Como destaca Chicote, «Boyer fue una de las figuras más controvertidas de la generación de socialistas de élite por pasar de defender la expropiación a hacerse con una de las mayores fortunas del país».

Isabel Preysler, ¿y ahora qué...................................................... María Eugenia Yagüe

Por primera vez en su vida, Isabel Preysler afronta una situación nueva, la soledad de una mujer sin pareja
.Casada a los 18 años con Julio Iglesias, sus siguientes matrimonios con Carlos Falcó y Miguel Boyer se sucedieron casi de inmediato, sin apenas tiempo para considerarse una mujer libre.
Cuando decidió romper con Julio, Isabel se propuso emprender una vida de diversión que no había conocido antes
. En Filipinas, porque era muy joven y sus padres gente muy estricta
 .Y a su llegada a Madrid, porque enseguida conoció a Julio Iglesias y tuvieron que casarse antes de lo previsto, ya que estaban esperando un hijo
. Cuando tuvo constancia de las infidelidades del cantante, decidió tomarse la libertad que un marido a la antigua, posesivo y celoso, no le había permitido disfrutar.
Con su vecina y amiga Carmen Martínez Bordiú, cansada también de su matrimonio con Alfonso de Borbón Dampierre, empezaron a hacer vida social en solitario, se divertían dentro y fuera de España, pero este raro paréntesis duró poco
. Enseguida apareció Carlos Falcó, marqués de Griñón y el amor la convirtió otra vez en una señora casada y madre de nuevo.
De Miguel Boyer se enamoró perdidamente mientras era todavía la marquesa de Griñón y han estado juntos casi 30 años.
 Así que a los 63, Isabel se encuentra sola por primera vez, pero también tranquila .
Los dos últimos años han sido duros, durísimos
. Con Miguel enfermo, la casa se había convertido en un trasiego de enfermeras, fisioterapeutas, médicos y visitas.
 Y era ella quien llevaba las riendas. «Lo que diga la señora», contestaba siempre Miguel Boyer si alguien del servicio le peguntaba qué hacer .
Ahora Isabel tiene que tomar decisiones de otra índole y siempre en solitario.
 Como qué hacer con una casa de 2.000 metros cuadrados, siete personas de servicio y unos gastos astronómicos de mantenimiento.
Su madre, Betty Arrastia, de casi 90 años, pasa largas temporadas con ella en Madrid.
 Sus sobrinos, los hijos de su hermana Beatriz, que murió hace dos años, están con ella a menudo. Y su hija Ana Boyer vive todavía en la casa de sus padres, pero su relación con Fernando Verdasco es seria.
Podría irse cualquier día.
"Miguel Boyer era hombre de sueldazos, no de fortuna", comenta un amigo de la familia.
"La economía doméstica depende de Isabel desde la enfermedad de su marido. Es de sentido común que venda la casa, demasiado grande y demasiado cara para una mujer cuya vida va a cambiar radicalmente".

Isabel Preysler, en la recepción el día de la proclamación de...
Isabel Preysler, en la recepción el día de la proclamación de Felipe VI. EL MUNDO

¿Es posible morir viejo y dejar un cadáver feliz?.......................................................................Carmen Mañana

Leonard Cohen ha vuelto a fumar a los 80. ¿Cuándo es el momento de dejar de sacrificarse por el futuro y disfrutar del presente?.

 

Las manos de Humphrey Bogart. / CORDON PRESS

Que alguien vuelva a fumar dista bastante de poder considerarse una noticia
. Que lo haga Leonard Cohen entraría, como mucho, en la categoría de curiosidad propia de un Trivial sobre su vida. Pero la cosa empieza a ganar profundidad si se trata de una recaída programada y si el interfecto, en este caso el compositor canadiense, decide entregarse a la nicotina para celebrar su 80 cumpleaños.
Los más cínicos dirán –diremos- que el gesto queda perfectamente resumido por el refrán español que arranca con el profético ‘Para lo que me queda en el convento…’ Pero en una sociedad, como la occidental, donde la esperanza de vida sigue creciendo –en España se sitúa en casi 83 años- y la medicina se centra, cada vez más, en prevenir futuros males en vez de en curar enfermedades, el debate sobre cuándo es el momento de dejar de sacrificarse por el futuro para empezar a disfrutar el presente parece al menos digno de ser planteado.
 Llegados a una edad, ¿merece la pena saborear los placeres prohibidos –fumar, beber, comer grasa- aunque eso pueda robarnos unos años?, ¿Nos compensa vivir más felices que vivir más? ¿Quizás uno es aún demasiado joven a los 80 para dejar de preocuparse por las conductas que pueden ser perjudiciales para su salud? (Sobre todo, teniendo en cuenta, que la mejora de la calidad de vida permite a muchos, como el cantante, seguir activos y motivados).
Leonard Cohen en París en 1987. / CORDON PRESS
Cohen dejó de fumar con 74 años y de beber, con 75.
En una entrevista publicada en 2008 contó que simplemente había perdido “el gusto” por ambas aficiones, que llegaron a conformar determinante parte de su personalidad.
Él mismo solía explicar que su inconfundible voz era el resultado “de aproximadamente 500 toneladas de wiski y de millones de cigarrillos”.
 Sin embargo, el año pasado, durante un concierto en Birmingham, adelantó que tenía pensado volver al tabaco cuando cumpliese los 80.
Y lo ha cumplido. “Espero seguir de gira un poco más, pero no vais a estar tan contentos cuando conozcáis la razón.
Veréis quiero empezar a fumar el próximo año cuando tenga 80.
 Creo que es la edad adecuada para recomenzar”, explicó entonces sobre el escenario inglés.
Según el especialista en psicología clínica Andrés Orive, el de Cohen es un comportamiento absolutamente lógico al menos desde el punto de vista evolutivo.
“Cuando una persona tiene la sensación de que le queda poco tiempo, el impulso natural es disfrutar al máximo cada segundo en la manera en la que él entienda el disfrute”, aclara el experto.
Y muchas veces ese disfrute, seamos sinceros, entra directamente en confrontación con las recomendaciones y prescripciones que recibimos para reducir los riesgos de padecer ataques al corazón, embolias cerebrales, fallos renales, una variada gama de cánceres y el amplio catálogo de enfermedades que pueden acabar con esta enfermedad mortal de transmisión sexual que es la vida.
La gente no solo quiere alargar la vida, sino también su felicidad, y en este último aspecto, la medicina es importante, pero no la única herramienta
Jason Karlawish, experto en ética médica de la universidad de Pensylvania
Pero la gente no solo quiere alargar la vida, sino también su felicidad, “y en este último aspecto, la medicina es importante, pero no la única herramienta”, tal y como apunta Jason Karlawish, experto en ética médica de la universidad de Pensylvania, en un ensayo publicado en el New York Times
 . En él, defiende que en el tema de la prevención el exceso de celo tampoco resulta beneficioso
. “Un informe reciente del Colegio de cardiología americano y la Asociación americana del corazón sitúan los 79 como edad límite para calcular el riesgo a 10 años de morir de un ataque al corazón. También sugieren que, después de los 75, no es beneficioso que una persona que no tiene problemas cardiovasculares tome estatina [una medicamento que reduce el colesterol] “, recoge.
Sea como fuere, decidir volver a fumar, tomarse un par de wiskis al día o echarle sal con alegría al foie a partir de cierta edad, tiene también que ver, según Orive, con el deseo de abandonar todo tipo de límites que no hayan sido impuestos por uno mismo.
 “Es común y recurrente preguntarse hasta qué punto puedes decidir sobre tu propia vida y llega un momento, en el que tomar el control, incluso en contra de la presión familiar y de los consejos médicos, resulta tentador”, resume.
Además, “si esa acción, en principio, nociva, está relacionada con un consumo litúrgico, entran en juego más variables”. Al retornar al tabaco, quizá tras décadas, o sacar la coctelera del trastero se produce, según el psicólogo, un engaño perceptivo.
 “Surge una especie de ilusión de ganancia de tiempo. Me siento más joven haciendo lo que hacía hace 30 años”, argumenta Orive
. No solo te produce placer la calada de nicotina, sino también sentir lo que sentías antes, recordar a través de los sentidos todo lo que está relacionado con esa costumbre, esos tiempos sin (tantas) preocupaciones y amenazas. Tiempos quizás más libres
. O tal vez no. Porque a cierta edad, algunos consideran que se han ganado el derecho a hacer lo que realmente deseen, como Cohen.

Los descubridores de cómo se orienta el cerebro humano reciben el Nobel de Medicina................................. Nuño Domínguez

John O’Keefe y el matrimonio May-Britt Moser y Edvard Moser reciben el galardón por descubrir las células que nos ayudan a "saber dónde estamos y a dónde queremos ir".

 

Los investigadores John O’Keefe y el matrimonio May-Britt y Edvard Moser han recibido hoy el premio Nobel de Medicina por su descubrimiento de las células que constituyen un sistema de posicionamiento en el cerebro humano.
El trabajo de los tres investigadores desvela las células que nos ayudan a “saber dónde estamos y a dónde queremos ir”, según ha resumido hoy uno de los miembros del Comité que otorga cada año el premio.
 El neurocientífico británico-estadounidense O'Keefe recibe la mitad del premio y los noruegos May-Britt y Edvard Moser, marido y mujer, comparten la otra mitad del galardón. Se trata del quinto matrimonio que comparte este prestigioso galardón.
Los premiados han descubierto "nuestro GPS" interno dentro del cerebro y demostrado la estructura detallada a nivel celular que es la base de funciones cognitivas complejas en el cerebro, ha dicho el Comité del Nobel en el comunicado de anuncio del Premio.
John O'Keefe descurbió en 1971 un tipo de células nerviosas que se activaban alternativamente cuando una rata estaba en uno u otro punto de una jaula.
Se trataba de las primeras células cerebrales de posicionamiento que se descubrían y se encargaban de hacer un "mapa de la habitación". Esas células se encontraban en el hipocampo, la región del cerebro que recibe su nombre por tener forma de caballito de mar. O'keefe es profesor de neruciencia cognitiva y trabaja en el  University College de Londres.
En 2005 el matrimonio Moser descubrió otro componente del GPS cerebral.
 Se trataba de las "células de red", un sista inyterconectado de neuonas que se encargan que establecen el posicionamiento y nos ayudan a encontrar un camino determinado. Edvard y May-Britt Moser, que actualmente  trabajan en la Universiadd Noruega de Ciencia y Tecnología, también mostraron cómo las células de lugar descritas por O'Keefe y las de red se compenetran para determinar la posición y ayudar al individuo a orientarse.
Los descubrimientos de estos tres investigadores, han dicho los responsablñes del premio, ha ayudado a responder una pregunta que ocupó los cerebro de los filósofos y científicos durante siglos
: ¿Cómo el cerebro crea un mapa del espacio que nos rodea y cómo nos ayuda a movernos por un entorno complejo?
Los hallazgos de los tres Nobel se hicieron en animales, pero más recientemente también se han descubierto pruebas de un sistema similar en el cerebro humano.
 Gracias a las nuevas técnicas de imagen cerebral y también al estudiar pacientes que necesitaban cirugía en el encéfalo, se demostrado que nuestro cerebro también tiene esas células de lugar y de red que componen un GPS interno.
 Las células de red descubiertas por los Moser se encuentran en otra zona del cerebro conocida como la corteza entorrinal y que se comunica con el hipocampo.
 En los enfermos de alzhéimer estas son ddos de las áreas del encéfalo que primero sufren daños y por eso los pacientes tienen problemas para orientarse y llegan a perderse
. El estudio de estas redes cerebrales, dice la Academia, puede ayudar a explicar cómo es5ta enfermedad causa la "devastadora pérdidad de memoria" que la caracteriza.
El descubrimiento del posicionamiento en el cerebro supone "un cambio de paradigma" para entender cómo un grupo de células especiealizadas se encargan ed tareas cognitivas complejas y abre una vía para entender la memoria, el pensamiento y nuestra capacidad de planear, ha dicho el comité del Nobel.