Un Blues

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Del material conque están hechos los sueños

20 sept 2014

Miroslava Duma

Miroslava Duma, el activo más importante de la moda rusa

Mucho más que una it-girl de la blogosfera, esta empresaria, fundadora de uno de los medios digitales más influyentes, ha sentado las bases del futuro de la industria textil en Rusia.

Miroslava Duma
Estamos acostumbrados a ver sus estilismos en los blogs de street-style. Miroslava Duma (29 años) forma parte de un grupo de habituales –jóvenes, rusas y ricas– que desde hace años tiene asiento confirmado en la primera fila de los desfiles. Son el Rat Pack moscovita o, como se las conoce en el circuito, la «mafia rusa».
 Un escuadrón de estilo, en el que además de Duma, están Ulyana Sergeenko (diseñadora), Elena Perminova (modelo, casada con el multimillonario Alexander Lebedev, dueño del periódico británico The Independent), Dasha Zhukova (novia de Román Abramóvich, propietario del equipo de fútbol Chelsea), Vika Gazinskaya (también diseñadora) y Anya Ziourova (directora de moda de las ediciones rusas de Tatler y Allure). «Mis queridas amigas y yo formamos una gran alianza», reconoce Duma, quien ha llegado una hora tarde a la sesión.
Está embarazada de su segundo hijo y a primera hora tenía que hacerse un análisis de sangre rutinario. «Vamos juntas a las semanas de la moda y, de alguna manera, nos hemos convertido en sinónimo del nuevo estilo ruso y hemos sentado precedente para el desarrollo futuro de la industria textil en nuestro país», añade.
Podría parecer que su trabajo es precisamente ése: vestirse y dejarse ver en desfiles, fiestas y photocalls. Sin embargo, no es el oro ni el bling bling lo que atrae la atención de los flashes. Duma desmonta todos los mitos del famoso estereotipo de mujer rusa: léase rubia, alta, diseños ostentosos, grandes logos y relucientes joyas doradas. Ella es todo lo contrario: morena, menuda y con un guardarropa que, en sus propias palabras, es «clásico, femenino, personal y nada intimidador; todavía me gusta experimentar, pero sin salirme del beis, nude y blanco. La elegancia gana la batalla al tiempo», explica, vestida con un abrigo de Céline, leggings y zapatillas deportivas.

Miroslava Duma

Durante la semana de la moda de Nueva York, la hemos visto lucir diseños de Rosie Assoulin, Valentino, Peter Pilotto, Awake by Natalia Alaverdian… «En mi opinión, estamos presenciando un renacimiento de la cultura rusa. Obviamente, hoy cultura y moda van de la mano. Las moscovitas están cansadas de los stilettos de 12 centímetros y los minivestidos ultraceñidos de Hervé Léger. A diferencia de la imagen más agresiva y sexualizada de la generación anterior, ahora el estilo de las mujeres rusas es más refrescante y dulce. También ha cambiado su conocimiento de la moda; y eso resulta gratificante», reflexiona Duma.
Ni nació en Moscú ni estudió Periodismo, como sugieren muchas de las páginas que en Internet analizan su vestidor y, de paso, su biografía
. Lo cierto es que ni siquiera su padre era un gran oligarca al principio. Su progenitor, Vasily Duma, nació en Ucrania en el seno de una familia pobre. «No tenían nada ni conocían a nadie», asegura Duma. «Tuvieron que trabajar muy duro». Se casaron, hicieron las maletas y emigraron a Siberia. Allí cambió su suerte. Su padre consiguió un trabajo en la industria petrolera; y su madre supo darle la vuelta a la precariedad del país y aprovechar la escasez de ropa para ganar dinero cosiendo prendas originales.

Miroslava Duma 

Miroslava nació en 1985. El mismo año que Gorbachov llegó al Kremlin y el líder soviético puso en marcha un plan de reestructuración interna conocido como perestroika. Era el fin de la Guerra Fría. «La perestroika abrió la puerta a una visión más amplia de la moda. En 1987, Gorbachov permitió la sindicación y distribución de la edición rusa de la revista de patrones Burda. En aquella época, todavía era muy difícil conseguir las últimas tendencias; la mayor parte de las mujeres confeccionaba sus propias prendas. Diseñaban, cosían, tejían e intentaban crear looks reconocibles. Por cierto, mi abuela era una modista increíble, con un gusto exquisito. Por eso me gustó la moda desde niña», cuenta.
En 1985, la familia Duma vivía en Surgut, la segunda ciudad de la región de Tiumén, considerada la capital petrolera y gasífera no oficial de Rusia. Allí, el padre, como tantos otros rusos de su generación, forjó su propio imperio como magnate del oro negro. Hasta que, en 1991, se mudaron a Moscú. Miroslava tenía cinco años. Y él movió hilos para ponerse al frente de Slavneft (una de las 10 mayores compañías petroleras del país) y, más tarde, ser nombrado senador del Consejo Federal de Rusia (cargo que ocupó hasta 2011, según The Telegraph).
 
Miroslava Duma

 

Claroscuros del modisto....................................................Javier Ocaña

'Yves Saint-Laurent' es un biopic al uso: mucha información y abundante superficialidad.

 

Pierre Niney como Yves Sant Laurent en el film homónimo de Jalil Lespert.

La casualidad, o seguramente el espionaje industrial, ha querido que coincidan en un mismo año sendas biografías cinematográficas del mítico diseñador francés Yves Saint Laurent
. La primera, algo así como la oficial, sobre todo por el visto bueno ofrecido por su heredero, Pierre Bergé, tan protagonista en la película como el propio modisto (de hecho, está narrada por él), es esta Yves Saint Laurent que hoy se estrena en España, dirigida por Jalil Lespert, y que en principio tenía la vitola de ser la condescendiente con el personaje.
 La segunda, simplemente Saint Laurent, dirigida por Bertrand Bonello, y recibida en el pasado Festival de Cannes con, en general, discretas críticas, es la que, también en principio, se había ganado la fama de hurgar en la herida.
Pues bien, vista la primera, la segunda debe hurgar mucho en el interior, porque a los hasta ahora neófitos en la vida de Saint Laurent puede sorprenderles tanta desolación alrededor del genio en esta, la supuestamente blanda. Lespert presenta un trabajador infatigable, muy seguro de su talento en la costura, pero muy inseguro con su devenir diario
. Tanto, que necesita al lado durante casi toda su vida al personaje más emocionante de la película, Bergé, interpretado por un excelente Guillaume Gallienne: mano derecha, amante, amigo, mayordomo, gerente, padre/madre y mochila sentimental y moral, además de policía de mano dura en la salvaguarda de sus relaciones, y maquiavélico protector de su unión amorosa
. Un rol magnífico para el cine en el que se fundamentan algunas de las mejores cosas de la película, biopic al uso que, al querer abarcar tantos años en su desarrollo, adolece de las habituales virtudes y defectos de este tipo de producto: mucha información y abundante superficialidad.
Y aunque algunos de los temas más polémicos se sobrevuelan con cierta elegancia, el relato no evita algunos de los más sórdidos detalles de la existencia de Saint Laurent, caso de su carácter maníaco depresivo y sus sórdidas escapadas sexuales.
Mientras, en lo formal, Lespert no pasa de académico y probablemente se equivoque con esa fotografía de colores tan poco contrastados, donde todo parece gris, pardo o granate, la menos adecuada para ilustrar un universo como el de la moda y el brillo de la época.
YVES SAINT LAURENT
Dirección: Jalil Lespert.
Intérpretes: Pierre Niney, Guillaume Gallienne, Charlotte Le Bon, Laura Smet, Marie de Villepin.
Género: drama. Francia, 2014.
Duración: 106 minuto

Starmus.... Una experiencia astronómica y artística de primer nivel que cambiará para siempre tu vida y la forma en la que percibes tu lugar en el universo.

Desde que el primer Homo Sapiens miró el cielo estrellado nos hemos sentido abrumados por la vastedad del cosmos. 
 Todavía hoy nos sentimos pequeños ante la inmensidad del espacio más aún cuando los progresos de la física y la astronomía nos hacen más conscientes aún de las inmensa distancia que nos separa incluso de las estrellas vecinas más cercanas.
Starmus. Un festival de una semana con la mejor combinación de ciencia, arte y música que puedas encontrar hoy día en el mundo. Una experiencia astronómica y artística de primer nivel que cambiará para siempre tu vida y la forma en la que percibes tu lugar en el universo.
El Festival Starmus está abierto a cualquier persona que tenga pasión por la astronomía, la ciencia, las artes y la música, y con el deseo de saber más acerca de “dónde venimos” y “qué hay” en el Universo.
Mantengamos la esperanza de que nuestros nietos a nuestra edad dirijan la vista atrás y digan `el siglo XX fue un siglo de avances y mejoras tecnológicas y el siglo XXI fue un siglo de avances y mejoras en el carácter humano. Neil Armstrong Neil Armstrong Starmus Festival 2011

Actualización importante

Debido a la decisión del Cabildo de poner a la venta 400 de sus propias entradas para el evento Space Legends que dará lugar el sábado 27 de septiembre en el Auditorio Adán Martín, dicho recinto se encuentra completo.
Por lo tanto, nos hemos visto en la obligación de no poder ofrecer el evento Space Legends como parte del paquete de inscripción para los nuevos interesados en inscribirse en nuestro festival, a partir de hoy domingo 14 de septiembre. Es por ello, por lo que hemos decidido abaratar el precio de dicha inscripción a 250 euros el delegado normal y a 150 euros el precio especial para residentes canarios y estudiantes.
Debemos destacar que este cambio no afectará en absoluto a todos los que se hayan inscrito antes de esta fecha.
Stephen Hawking revelará algunos recientes descubrimientos importantes sobre el origen del Universo, que se harán públicos por primera vez durante esta conferencia.
Es decir muchos canarios que van a asistir además de pagar su matrícula y alojamiento y comida, La Consejeria de Educación y Ciencia solo da permiso de asistencia a los de otras islas fuera de Tenerife, que descontarán del sueldo.
En Lugar de Promocionar la asistencia la impiden, y eso de pedir permiso cuando desde la Consejeria debería dar ayuda, sea viaje, alojamiento o bonos comida y matricula no dice nada y el que va le cuesta dinero asistir.....que poca vergüenza Consejeria de Educación y Cienciaa, vaya borrando su nombre, será Consejeria de Impedimentos para educación y ciencia

El sueño americano de Sorolla.................................................................... Iker Seisdedos

Una muestra en la Fundación Mapfre evoca el triunfo cosechado por el artista en EE UU.

Una de las obras de Sorolla en la exposición en la Fundación Mapfre de Madrid. / Bernardo Pérez

La de Sorolla y Estados Unidos, exposición de la temporada en la Fundación Mapfre de Madrid, no es la clásica historia del exitoso artista en el extranjero con escaso predicamento en la España eternamente cainita.
 El pintor valenciano fue también profeta en su tierra
. Cosa distinta es que, a partir de cierto momento del despegue internacional de su carrera (finales de la primera década del siglo XX), fueran sobre todo prohombres estadounidenses quienes pudieron pagar los, pongamos por caso, 5.000 dólares en los que se vendió el luminoso Saliendo del baño, óleo pintado en Valencia en el verano de 1908 para ser vendido en la histórica monográfica que la Hispanic Society de Nueva York le dedicó un año después.
La exposición, y sus réplicas en Boston y Búfalo, hicieron de Joaquín Sorolla (1863-1923), ya consagrado en plazas como Londres o París, un artista tremendamente popular en EE UU; solo la parada neoyorquina de 1909 contabilizó más de 160.000 visitas.
La muestra que ahora llega a Madrid, tras pasar por los museos de San Diego y el Meadows de Dallas, donde batió marcas de asistencia, trata por primera vez de desentrañar la extraña historia de amor entre las élites estadounidenses y el pintor de espíritu mediterráneo a través de las obras adquiridas o encargadas por coleccionistas de aquel confín del mundo
. Y lo hace con una amplia batería de préstamos excepcionales y material nunca visto en España o directamente inédito, fruto de una investigación liderada por Blanca Pons-Sorolla, bisnieta del artista, comisaria de la muestra y autora de un catálogo razonado de próxima aparición cuyo inventario ya supera las cuatro mil obras.
Aquel éxito de 1909, que tendría su continuación dos años después en Chicago y San Luis, es el eje sobre el que gravita la propuesta de Pons-Sorolla.
 Tras un preludio que refleja tempranas muestras de fervor estadounidense por la obra del pintor, el visitante es presentado a uno de sus más extraordinarios valedores: Archer M. Huntington, millonario con debilidad por el alma española y fundador en 1904 de la Hispanic Society. Híbrido entre centro de estudios literarios y museo —-en sus dependencias de la Calle 155 plasmaría Sorolla en los últimos años de su vida una visión panóptica de España en 14 célebres murales— tenía como misión promocionar en territorio enemigo los logros culturales de una nación en retirada.
“Por supuesto, en aquella época, la sociedad estadounidense aún recordaba la guerra contra España”[DE 1898], explica la comisaria, “pero Sorolla quería contribuir a la recuperación haciéndose el mejor embajador de su país”.
 Cree la experta que el espíritu de su bisabuelo, “hombre optimista, trabajador y amante de la familia”, casaba bien con el ideario “positivo e impetuoso” de los Estados Unidos de la época.
"Era un hombre optimista y amante de la familia”, señala la comisaria
Eso explicaría que la mecha coleccionista prendiese con rapidez allende los mares. Al mecenas Huntington pronto se uniría el magnate Thomas Fortune Ryan; a él y a su debilidad por el tipismo andaluz está consagrada una de las secciones de la exposición, que preside la serie de bocetos al óleo organizados en torno a Cristóbal Colón saliendo del puerto de Palos (1910) por el que el industrial pagó 50.000 francos de la época.
 Tampoco tardaron en multiplicarse los encargos de retratos. Tras verlos expuestos en la Hispanic en 1909, unos quisieron que Sorolla los pintase a la manera de Raimundo de Madrazo y otras, con las perlas, el manto de armiño o el marco ovalado que el valenciano reservó para La reina doña Victoria Eugenia de Battenberg.
 En su visita de 1911 a Estados Unidos, los ansiosos por posar para él fueron tantos (54 en total), que el pintor debió terminar algunos de los encargos una vez regresó a Europa.
Todo ello se cuenta en la sección de retratos, una historia que las exigencias de las salas de exposiciones de la Mapfre, ciertamente menos generosas que las de los museos de Dallas y San Diego, han obligado a partir en dos pisos diferentes.
 De la instalación también cabe objetar que algunos capítulos y ciertos cuadros de enorme formato hayan acabado fuera de su lugar natural o, como en el caso de ¡Triste herencia!, un tanto encajonados entre suelo y techo.
Los organizadores han desembolsado en torno al medio millón de euros
No son esas las únicas diferencias entre la presentación madrileña (del 23 de septiembre al 11 de enero) y las anteriores.



 En la nómina de los cuadros que estuvieron en las paradas estadounidenses cuyo préstamo esta vez no ha sido posible, destacan dos retratos: el encargado por William Howard Taft, vigésimo séptimo presidente de EE UU, y el de Alfonso XIII con uniforme de húsares, que estará en la exposición de El retrato en las Colecciones Reales que prepara Patrimonio Nacional.
Pese a esas ausencias, en la muestra, que el exdirector del Museo Reina Sofía y experto en Sorolla Tomás Llorens califica como “una extraordinaria investigación”, sobran los motivos para encender la curiosidad de los amantes del pintor, incluso en una ciudad que fue testigo de una cita histórica con su obra en el Prado en 2009 y que cuenta con un museo dedicado al artista con 1.300 obras.
En la muestra, por la que la fundación ha desembolsado “en torno al medio millón de euros”, según su director del Área de Cultura, Pablo Jiménez Burillo, hay cuadros extraordinarios nunca vistos en España (Las dos hermanas), esclarecedores inéditos, como la serie de dibujos preparatorios de Corriendo por la playa, descubiertos en el museo de Brooklyn durante la gestación de la exposición; así como un catálogo rebosante de información escasamente difundida y ejemplos del mejor Sorolla experimental, que también lo hubo (Sombra del puente de Alcántara. Toledo o El bote blanco. Jávea).