Un Blues

Un Blues
Del material conque están hechos los sueños

13 sept 2014

“Tengo buena pinta ¿no? Pues me deshago por dentro”................................................... Rocío Ayuso.

Se llama a sí misma “la mujer biónica”, porque a Jane Fonda la osteoartritis le está pasando factura

Pero la actriz, cerca de los 77 años, sigue en plena forma: estrena película, participa en una serie de televisión y está de nuevo enamorada

 

La actriz Jane Fonda, en el Festival de Toronto el pasado 7 de septiembre. / vera anderson (wireimage)

Con Jane Fonda llega el escándalo
. La leyenda, la actriz icono, la estrella, y la intérprete además de la activista no cambia.
 Nos hizo fijarnos en ella por su trabajo —desde Barbarella a El regreso—, por sus protestas contra la guerra de Vietnam en sus años de Hanoi Jane, por sus ejercicios durante los años en los que también fue la reina del aerobic o por sus matrimonios, tres, uno más que premios Oscar en la carrera de la hija de Henry Fonda.
Y hoy, a sus 76 años (cumple 77 en diciembre), sigue llamando la atención por esa figura que ha sido la envidia en la alfombra roja del reciente Festival de Toronto.
 O por esos senos (no del todo reales) que la actriz enseña sin ningún tipo de pudor en su último estreno, Ahí os quedáis, por no hablar de ese beso lésbico que se marca con Debra Monk en el filme. La que tuvo, retuvo, y guardó para la vejez.
Pregunta. Shawn Levy, director de Ahí os quedáis, asegura que se lo pasó cañón con los pechos prostéticos que le dio en la película.
Respuesta. ¡Cómo no disfrutar de algo así! Quise enseñarlos más pero Shawn no me dejó.
P. Usted tuvo sus propios implantes de los que se deshizo a los 50 años. ¿Por qué?
R. Cuando te haces vieja se te ponen más grandes y los implantes no me parecieron apropiados. ¡Pero no querrás que me ponga a hablar ahora de mis tetas!
P. ¿Y de su primer beso?
R. ¿El lésbico?
P. ¿Quién besa mejor?
R. Las mujeres. Siempre. Somos mucho más sensuales.
 A excepción de mi novio actual, por supuesto. Fui a Los Ángeles para operarme y volví con una nueva rodilla y un amante.
P. ¿Su futuro marido?
R. ¡Estás loca! ¿A los 77? ¿Por qué me iba a casar? Sólo me casé con Ted (Turner) porque él lo quiso. Tenía cinco hijos y vivía en el sur. Él fue quien quiso la seguridad del matrimonio.
P. ¿Qu
é es lo que busca ahora en su relación?
R. Cariño.
 Nadie nos enseñó eso de jóvenes. Buscamos el glamour, el sexo, el poder, pero nadie nos dice que quizá los más calladitos a la larga son los mejores.
Tengo un novio judío. ¡Por fin! Tuvo una madre de armas tomar y no le tiene miedo a las mujeres con carácter. Y es amable y cariñoso.
Fonda se refiere al productor musical de 72 años Richard Perry, el último amante de una larga lista que incluye al director francés Roger Vadim, con quien estuvo casada en sus años de rebeldía; al político Tom Hayden, su marido en los años de activismo, y al magnate de los medios de comunicación Ted Turner, su tercer esposo en los años de señorona retirada de Hollywood. Con Turner hubo un antes y un después.
 Antes de conocerle dejó en la pantalla lo mejor de su carrera.
 Tras su divorcio, al cine no le da más que comedias ligeras.
 Pero fuera de la gran pantalla ella ahora disfruta de ser Jane.
R. Tuve que esperar a los 62, a dejar a Ted, para darme cuenta por primera vez que no necesitaba a un hombre para ser quien soy.
P. ¿Por qué recordará a Ted Turner?
R. Por su humor
. Es divertidísimo. Él me enseñó que uno puede ser excesivo y a la vez adorable, algo estupendo para alguien que viene de un largo linaje de depresivos.
P. ¿Y de su padre? ¿Cuál es el mejor recuerdo?
R. Cuando murió nos reunimos en su casa. Con Jimmy Stewart, con algunos de sus amigos de siempre.
Y también vino el que fue su maquillador durante años. Me contó que en cuanto se sentaba no hacía otra cosa que hablar de su hija.
 Mi padre nunca me lo dijo. Yo sólo quería su amor. Fui una activista por los personajes que interpretó en sus películas, Las uvas de la ira, Incidente en Ox-Bow, Doce hombres sin piedad.
Sabía que eran sus preferidas, los personajes que amaba y quise darles vida.
P. ¿Por qué dejó el cine? ¿Por miedo?
“En una relación hoy solo busco cariño”, dice la mujer que a tantos enamoró
R. Cualquier actor te dirá que el miedo es constante. A fracasar. A que se sepa que eres un fraude. Y el que diga lo contrario, miente. No fue eso. Lo dejé durante 15 años porque era infeliz. Y uno no puede actuar cuando es infeliz.
P. ¿Cómo es su vida ahora?
R. Me mantengo activa. No es que me guste vestirme y arreglarme. Preferiría quedarme en casa, en el rancho.
 Cabalgar, dedicarme a la pesca con mosca. Pero el rancho está a la venta porque ya no puedo montar a caballo.
 Tengo buena pinta ¿no? Pues me deshago por dentro. Osteoartritis. Voy reemplazando las piezas poco a poco
. Me llamo a mí misma la mujer biónica.
P. ¿Por qué volver al cine?
R. ¡Hay que pagar facturas! También he escrito siete libros y estoy trabajando en una novela pero te diré algo que no debería: me la han rechazado 11 editoriales. Una lección de humildad.
P. ¿Qué es lo que queda de la Jane Fonda revolucionaria?
R. Hubo mucho de frivolidad hedonista y estupidez en mis 30 primeros años de vida
. Pero a partir de los 60 nació esta otra mujer que sabe escoger sus batallas, que trabaja con adolescentes, que lucha para que las mujeres se hagan escuchar en los medios de comunicación. Yo encontré mi voz a los 62
. No hay amargura. Dicen con razón que a partir de los 50 uno es más positivo.
 Dejas de hacer montañas de granos de arena. Esa soy yo, la que hace limonada de los limones que me llegan.
Además de su nuevo filme, la limonada de Jane Fonda incluye la serie de televisión Grace & Frankie en la que junto con su amiga Lily Tomlin aprovecha para defender el matrimonio homosexual a la vez que hace comedia y se gana un sueldo.
 Y en lo personal tiene apalabrado un viaje con su hermano, el también actor Peter Fonda, para visitar la tumba de su madre en Ontario, Canadá.
 “Por lo demás, hace tiempo que dejé de provocar porque mis hijos me echan la bronca”, concluye divertida con un guiño con el que asevera que la fierecilla en Jane Fonda está muy lejos de ser domada.

Una fundación para el rey Juan Carlos......................................................................... Mábel Galaz


El rey Juan Carlos, durante su última visita a Colombia. / CORDON

Ni se divorcia, ni se casa otra vez, ni se jubila del todo
. Don Juan Carlos de Borbón, eso sí, rediseña su vida, se adapta a las nuevas circunstancias derivadas del relevo en la Corona que se produjo el pasado día 19 de junio y lo hace rodeado de sus fieles consejeros, esos que ocuparon el puesto de jefe de la Casa del Rey durante los 39 años en que fue jefe del Estado
 . Con ellos está diseñando su nuevo trabajo.
 El Rey saliente no quiere estar ocioso ni tampoco desea interferir en la tarea que tiene por delante su hijo, Felipe VI
. Por eso estudia su futura ocupación con sumo cuidado.
 La idea es poner en marcha una fundación presidida por don Juan Carlos y en la que estarían representadas importantes personalidades, según informan fuentes conocedoras del proyecto.
 Desde hace semanas se viene trabajando con un borrador de constitución, que cuando esté perfilado se someterá a la aprobación de don Felipe y también del Gobierno de Mariano Rajoy. Las negociaciones están comenzando y se llevan con gran discreción.
El Rey saliente ha ocupado parte de su verano en trabajar con sus colaboradores para diseñar esta fundación en la que Rafael Spottorno, el jefe de la Casa del Rey de la etapa anterior, ocupará un puesto importante
. En las reuniones que ha mantenido el padre de Felipe VI se muestra ilusionado con la idea.
 “Él está tranquilo y orgulloso del paso que dio”, cuentan personas de su entorno.
 No es don Juan Carlos un monarca jubilado deprimido como le ocurre a Alberto de Bélgica, quien se queja de que ya nadie se acuerda de él y de que no tiene dinero para cubrir sus gastos ordinarios. Tampoco quiere llevar una vida hogareña como Beatriz de Holanda.
En el palacio de La Zarzuela mantienen un perfil bajo en todo lo que se refiere al anterior monarca. El mensaje que trasladan es que no cuenta con agenda oficial por lo que solo se informa de su actividad cuando tiene alguna misión encomendada.
 De momento, la única fue acudir el pasado 7 de agosto a Colombia a la toma de posesión del presidente Juan Manuel Santos tras su reelección.
 Esta vez era el hijo quien cedía el testigo a su padre, encargado en los últimos años de representar a España en este tipo de actos.
Raúl González pidió al Rey fotografiarse con él en Burgos. / R.G.
Y es que don Juan Carlos ha querido dejar claro que el protagonismo ya no le toca a él, que ha comenzado una nueva etapa.
 Ha sido tal su discreción que no han faltado las especulaciones sobre su persona.
 Que si pasaba largas temporadas en Londres, que si ya no vivía en el palacio de La Zarzuela... Ha sido la prensa italiana quien en los últimos días ha publicado los titulares más sorprendentes. Primero, el prestigioso diario La Repubblica y, luego, el semanario Oggi han hablado abiertamente de que don Juan Carlos iba a divorciarse de doña Sofía y que planeaba casarse con la aristócrata alemana Corinna zu Sayn-Wittgenstein
. La respuesta desde el palacio de La Zarzuela ha sido el silencio.
Este verano, don Juan Carlos, además de dedicar algún tiempo a preparar esa fundación que quiere lanzar, ha tenido tiempo para el descanso.
Ha hecho un par de viajes al extranjero que su círculo más íntimo no quiere detallar. Lo ha hecho con amigos y en sus aviones privados
. Ahora le resulta más difícil desplazarse ya que no dispone de los Falcon que antes estaban a su disposición
. También ha pasado muchos días en el palacio de La Zarzuela dedicado a su rehabilitación.
Está mucho mejor de sus problemas de movilidad, pero los médicos ya le han dicho que el bastón será para siempre su fiel acompañante
. Además ha estado a dieta, los médicos le recomendaron bajar peso
. Pero, últimamente, ha hecho algunas excepciones, y no se ha escondido. El pasado fin de semana acudió al hotel Landa, en Burgos, para almorzar
. Allí degustó un par de huevos fritos, uno de sus platos favoritos, con morcilla. Y, antes de marcharse, se acercó a la tienda del establecimiento hotelero para comprar más
.Don Juan Carlos se sentó en el comedor general y fue descubierto por los clientes. Posó con muchos de ellos que se le acercaron pidiéndole un selfie o solicitando que algún escolta hiciera de improvisado fotógrafo
. Cuentan que estas escapadas le permiten a don Juan Carlos pulsar el cariño de la gente. “Se siente reconocido”, dicen.
Salir a comer o cenar en Madrid es ahora algo habitual para el Rey saliente en su nueva vida
. Es corriente verle con su amigo, el empresario Miguel Arias, en alguno de los restaurantes que este posee. La semana pasada acudió a uno en la urbanización de La Moraleja. Josep Cusí sigue estando también muy cerca de don Juan Carlos y con él pasa mucho tiempo
. Los dos, que durante años compartieron jornadas de vela a bordo del Bribón, se retiraron a la vez y ahora comparten sobremesas.
 En la ruta gastronómica del Monarca está desde el lujoso El Bodegón hasta un asturiano más modesto en la calle Doctor Castelo.
El padre de Felipe VI no ha pisado este verano en Palma
. Su ausencia no ha sorprendido. Si en los últimos años acudió a la isla durante las vacaciones fue porque dentro de sus compromisos oficiales estaba el tradicional despacho con el presidente del Gobierno.
 Solo permanecía unos pocos días y luego se iba a descansar a otro lugar. Este año, libre de esa obligación, ya no tenía ningún motivo para ir. Doña Sofía ha mantenido, en cambio, su destino vacacional ya que a ella Palma siempre le ha parecido el mejor sitio para veranear. Es decir, los Reyes en su ámbito privado siguen haciendo la vida de siempre, cada uno por su lado.
Don Juan Carlos del brazo de su consejero Rafael Spottorno. / EUROPA PRESS
Hace muchos años que don Juan Carlos y doña Sofía solo comparten tiempo en los actos oficiales. Una vez que sus agendas se han reducido hay pocos motivos para que coincidan
. Siguen viviendo en el recinto principal del palacio de La Zarzuela aunque cada uno reside en un ala. Ni tan siquiera se ven a la hora de las comidas.
Don Juan Carlos cuenta, cerca de sus habitaciones, con un pequeño despacho —el anterior lo ocupa ahora su hijo— y con un muy reducido grupo de colaboradores dirigido por Alfonso Sanz Portolés, durante años jefe de protocolo y luego el segundo de a bordo de la Casa
. Él es quien se encarga de gestionar su día a día y de acompañarle. Con Sanz Portolés ha acudido, por ejemplo, a dos de los partidos que la selección española de baloncesto ha jugado en el Mundial. El primero, en Granada y, el último, el pasado miércoles en Madrid, donde España quedó eliminada del campeonato ante Francia. Su presencia en estos acontecimientos no figura en ninguna agenda. Desde la secretaría de Zarzuela se avisa poco antes de que don Juan Carlos asistirá
. El deporte siempre ha sido una de sus pasiones y su trato con los atletas cercano. Muchos son los que cuentan que es usual recibir llamadas suyas e incluso invitaciones.
 El tenista Rafa Nadal es uno de ellos.
De los tres hijos de los Reyes, doña Elena es quien mantiene un contacto más frecuente con su padre. Acostumbra a visitarle regularmente en palacio, también se encuentran para salir y viajar juntos, a veces, en compañía de Felipe Marichalar, el mayor de sus ocho nietos.
La comunicación entre el Rey saliente y el actual es fluida.
 El despacho del padre y el del hijo están encima uno de otro. La relación entre ambos siempre fue buena, pero el tiempo en que se preparó el relevo en la Corona les acercó aún más.
Don Juan Carlos no se va a divorciar, no lo necesita.
 Su amistad con Corinna, como ella misma ha contado esta semana desde la Semana de la Moda de Nueva York, continúa, aunque no es la que fue
. Hace tiempo que ya no se ven pero mantienen contacto telefónico
. El Rey saliente no se ha retirado del todo de su vida laboral, pero de esa relación parece que sí

Duelos de divas................................................................. Luz Sánchez-Mellado

Para misterio, ya está el despliegue gráfico en la portada de '¡Hola!'. Las caras de Bélmez tienen más definición que la faz de Isabel Preysler y Carmen Martínez Bordiú.

 

Isabel Preysler y Carmen Martínez Bordiú, en la portada de '¡Hola!'.

No me entero de la misa la media
. Andaba yo la otra noche desveladísima sopesando el impacto del llenazo de La Diada en la convocatoria de La Consulta —el tipo de cosas que me quitan el sueño, y no ese infundio de que me pongo ciega de tauritina con los Red Bull de la máquina del curro—, cuando pongo la tele a ver si caigo frita, y vaya si me caí con todo el equipo.
 Del caballo, de la tauritina y de la lasca de Orfidal que había trincado después de chupar todos los bolsillos de todos los bolsos de regalo de todas las revistas femeninas del verano, que esa es otra.
 Hay que ver el estrés gratuito de carteras, perdón, clutches; sacos, perdón, shoppers, y capazos de paja, perdón, paille, que nos meten por los ojos todos esos mercachifles con tal de vendernos sus biblias.
Pero a lo que iba, que por esa vía me pierdo hasta con GPS.
Histérica perdida andaba una, sin un triste ansiolítico para capear tamaña zozobra íntima, cuando se me aparece Rosa Benito en Telecinco anunciando el milagro de que, desde que anduvo 114 kilómetros del Camino de Santiago para un documental de fauna ibérica, ya no se medica.
 Ella, que se metía de todo para poder con la vida, según ha confesado previo pago de la correspondiente exclusiva.
 Mira que yo no soy muy de gurús ni de videntes, como Pujol y Tita Thyssen, pero al final algo va a tener el agua cuando la bendicen.
Si dos divas de talla XL como Merkel y Benito, líderes globales de opinión cada una en lo suyo, pregonan gratis et amore los superpoderes sedantes de la ruta Xacobea, no sé qué hace Feijóo que no las ficha como embajadoras urbi et orbe de Galicia Calidade.
De nada, Alberto, cuando quieras hablamos de la propiedad intelectual de la idea.
Ahí ha estado más lista ¡Hola!, el National Geographic de la celebridad carpetovetónica.
 Con motivo de su 70º aniversario, no ha reparado en gastos de diplomacia, logística y movimiento de tierras del Nilo, y ha juntado a Las Supervivientes en una portada histórica.
  Olvídate de Benito y demás muertas de hambre en ninguna isla desierta. Así se autodenominan Isabel y Carmen, a secas, que los apellidos son cosas de pobretonas anónimas.
 Razón no les falta a Preysler y a Martínez Bordiú de los Franco de toda la vida.
 Sesenta y tres años de Rolex llevan vendiéndonos sus cuitas y nosotros comprándoselas como si las regalaran. Isabel porque es filipina y le cuesta pronunciar según qué ordinarieces, pero Carmen llama al pan, pan, y al vino, Vega Sicilia.
“No tolero que me choriceen”, responde, diáfana, a por qué tanto aspaviento en unas fotos previas a su ruptura con el rey de la chatarra
. Para misterio, ya está el despliegue gráfico
. Las caras de Bélmez tienen más definición que la faz de ambas deidades tras pasar por la licuadora, ahí sí que tienes un Cuarto Milenio, Iker Jiménez.
Y me abro, que voy a por pastillas hasta que pueda pillar un finde largo y hacer el Camino
. Vale que dependemos de la providencia, que dice Aguirre sobre sus aspiraciones a la alcaldía de exBotella mientras Cifuentes acaricia un gato negro en la Delegación del Gobierno. Pero fíate de Santiago, y no corras, Espe.
Y quien dice de Santiago, dice del dedo de Mariano Pantocrátor, que para algo son íntimos.

12 sept 2014

Nicolás Guillén.......Mariposa





Quisiera
hacer un verso que tuviera
ritmo de Primavera;
que fuera
como una fina mariposa rara,
como una mariposa que volara
sobre tu vida, y cándida y ligera
revolara
sobre tu cuerpo cálido de cálida palmera
y al fin su vuelo absurdo reposara
--tal como en una roca azul de la pradera--
sobre la linda rosa de tu cara...
       
Quisiera
hacer un verso que tuviera
toda la fragancia de la Primavera
y que cual una mariposa rara
revolara
sobre tu vida, sobre tu cuerpo, sobre tu cara.