Un Blues

Un Blues
Del material conque están hechos los sueños

11 sept 2014

La última mañana de Allende..................................................................... Rocío Montes


El actor Daniel Muñoz, como Allende, durante un momento de la película.

El Salón Blanco de La Moneda estaba el pasado sábado lleno de humo y efectos especiales de fuego. El director chileno Miguel Littín (Palmilla, 1942) terminaba el rodaje de su película Allende en su laberinto y quería que las escenas reflejaran lo que sucedió justamente hoy hace 41 años en el Palacio presidencial, que fue atacado por las Fuerzas Armadas alrededor del mediodía y terminó en parte destruido por las llamas.
 El filme retratará las últimas siete horas del mandatario socialista, su última mañana con vida, desde que se levantó hasta su muerte en medio del golpe de Estado de 1973
. Y contempla detalles sutiles, como que en dos ocasiones, en su coche y oficina, cantó algún trozo de Tu nombre me sabe a hierba, la canción de Joan Manuel Serrat con versos de Antonio Machado.
La información se la entregó en vida Miria Contreras, La Payita, secretaria y estrecha colaboradora de Allende, que compartió con él las últimas horas en el Palacio.
 Porque Littín, uno de los directores más reconocidos de Chile, colaborador de Allende en sus campañas y en el Gobierno en materia de imagen y televisión, conversó durante cuatro décadas con decenas de personas de su círculo íntimo y que acompañaron al mandatario esa mañana.
 Después de la revisión bibliográfica —“me he leído todos los libros y no he dejado de escuchar a ninguna voz”, dice-, consiguió una mirada personal de lo que sucedió en La Moneda antes del bombardeo.
 “No es un documental, sino más bien una reconstrucción ficcionada de lo que ocurrió, con una interpretación, lo que hace más complejo el filme”, señala.
Littín piensa que no es claro que el presidente se suicidase 
La película se ha rodado en Venezuela y Chile en 2014 y su relato central, adelanta Littín, es la decisión de Allende de luchar y morir “defendiendo el honor de los chilenos y los demócratas”. Y justamente sobre este punto, el director tiene una mirada distinta a la historia y a lo que recientemente han determinado los tribunales: piensa que no es claro que Allende se suicidase. No es el núcleo de su película.
 “Pondré todos los elementos para que el espectador deduzca lo que ocurrió”, dice, pero duda de la sentencia de la Justicia, que en enero pasado ratificó que el médico socialista se suicidó. “Lo digo con mucha responsabilidad: el juez Mario Carroza no investigó exhaustivamente los hechos. En la redacción del fallo, dice que Allende entró al Salón Independencia, cerró la puerta y luego el magistrado comienza a contar, como si fuera Dios, lo que ocurrió. ¿Cómo supo si nadie entró nunca?”, se pregunta Littín. “Es imposible que una persona se suicide dos veces, porque el cuerpo fue encontrado con disparos diferentes”.
No es la primera vez que Littín realiza una cinta relativa a Allende. En 1970, el año en que se iniciaron los mil días de la Unidad Popular, estrenó el documental Compañero, presidente.
 Luego, en 1986, ya exiliado en España, realizó para la Televisión Española un nuevo documental, Allende, el tiempo de la historia, que contemplaba imágenes de su viaje como clandestino a Chile. El cineasta tuvo que convertirse en un hombre de negocios uruguayo para lograr ingresar al país en la dictadura y poder filmar.
Pero el guión definitivo de Allende en su laberinto, que se estrenará en noviembre y cuenta con la actuación de importantes intérpretes locales, se tardó décadas en materializarse. A mediados de los setenta, después del Golpe, de la detención y en medio del exilio, Littín hizo un texto que finalmente desechó “porque la visión era desgarrada e inmediata”.
Pero, ¿qué hizo Allende su última mañana? “Bromeó, tomó decisiones, se despidió, recordó pasajes de su historia y dejó el legado de su discurso desde La Moneda”, dice Littín
. A través de la reconstrucción de esas siete horas, explica, se puede explorar su vida entera. Y a 41 años del Golpe de Estado, asegura que su figura sigue siendo muy vigente:
“Chile sería otro país sin Allende, derrotado y con la cabeza agachada
. La utopía y el romanticismo se llaman Allende en Chile y eso lo reconoce la calle, la gente.
 Es su legado”.

Cinco cosas que debes saber de Cibeles...................................................................................Carmen Mañana


Desfile de Amaya Arzuaga. / ULY MARTÍN

La Mercedes-Benz Fashion Week Madrid (MBFWM) celebra del 11 al 16 de septiembre su edición número 60.
 Un total de 41 diseñadores mostrarán sus propuestas para la próxima temporada primavera/verano en la Feria de Madrid y, como siempre, la antigua Cibeles será testigo de las carreras de las modelos por los backstage, las interminables colas para conseguir un sitio en los desfiles (o para una manicura gratuita en el stand de L'Oreal) y de cómo su directora desde hace más de 25 años, Cuca Solana, asiste en primera fila a todos y cada uno de los desfiles, siempre ataviada con su ya característico lazo negro en el pelo. También habrá algunas novedades a tener en cuenta:
-Los que han sucumbido: No es la primera vez que Alvarno e Ulises Mérida presentan sus colecciones en Madrid, pero sí es la primera que lo hacen en la Mercedes Benz Fashion Week. Arnaud Maillard y Álvaro Castejón, diseñadores de Alvarno, llevan cuatro años mostrando su trabajo en la capital.
El dúo, que desde 2013 es también responsable de la dirección creativa de la casa francesa Azzaro, ha organizado sus pasarelas en espacios tan singulares como el Museo Lázaro Galdiano o las Torres de Castellana. “Representa un gran esfuerzo tanto en materia de gestión como económico. Resulta sorprendente que en París puedas alquilar un salón de un hotel maravilloso por 12.000 ó 15.000 euros, y en Madrid sea imposible encontrar un lugar adecuado por menos de 30.000. No tiene sentido”, apunta Maillard por teléfono.
 La organización de Cibeles no solo pone a disposición de los diseñadores una pasarela, sino también las modelos, maquilladores, peluqueras, vestidoros, azafatos, técnicos de luces y sonido… es decir, prácticamente todo lo que se necesita para hacer un desfile, a excepción de la ropa que lucirán las maniquíes.
Resulta sorprendente que en París puedas alquilar un espacio para un desfile por 15.000 euros, y en Madrid sea imposible encontrar un lugar adecuado por menos de 30.000
Además, desde que Maillard y Castejón viajan cada semana a París para atender sus obligaciones con Azzaro, la inversión en tiempo y en dinero que supone poner en marcha un montaje independiente se antoja cada vez menos factible.
 La pasada temporada, de hecho, decidieron presentar sus prendas a través de una suerte de exposición fotográfica. “Llevamos años en conversaciones con Cibeles, pero siempre nos ofrecían un desfile doble [dos desfiles supuestamente más breves que uno estándar y que se suceden en el mismo espacio] , y no era lo que nos interesaba. Finalmente, nos han propuesto uno en solitario y hemos aceptado.
Después de vivir la experiencia, podremos opinar”, concluye Maillard.
Otra de las fuerzas magnéticas que termina atrayendo a los diseñadores hacia Cibeles es, según apunta Ulises Mérida, la presencia y cobertura mediática que la cita asegura.
 Este diseñador, que ha trabajado para Jesús del Pozo, Ágatha Ruiz de la Prada o Roberta Torretta, había desfilado hasta ahora dentro de la plataforma Tresemmé MFShow.
-Los nuevos: Dos firmas situadas a ambos extremos del sector textil se estrenan este septiembre en el calendario oficial.
 La primera, por orden cronológico, es Desigual, que hasta ahora presentaba sus colecciones en Nueva York y Barcelona. El gigante español aterriza en Madrid el jueves a las 20.00 horas. El año pasado vendió más de 26 millones de prendas y está presente en 11.000 tiendas multimarca y 2.500 corners, además de sus 405 boutiques.La segunda debutante de la pasarela es Leyre Valiente, que llega desde la plataforma de diseñadores emergente EGO. Es la octava diseñadora proveniente de esta pasarela que desfila actualmente en Cibeles tras María Escoté, Martín Lamothe, Sara Coleman, Maya Hansen, Juan Vidal Etxeberría y Moisés Nieto. Lo que viene a confirmar el papel del EGO como cantera de la MBFWM.
-Lo nuevo: Más que de una nueva iniciativa, lo correcto sería hablar de un proyecto seminuevo. Todos los desfiles de esta edición se retransmitirán en directo a través de dos pantallas gigantes situadas en el Centro Cultura Conde Duque y en el multiespacio de ocio gastronómico Platea Madrid, situado en un antiguo teatro frente a la plaza de Colón.
 Hace más de una década se llevó a cabo un proyecto semejante que no tuvo continuidad en el tiempo. Entonces, las pantallas estaban situadas en la plaza de Salvador Dalí. Solo el tiempo dirá si este segundo intento tiene mejor fortuna.
-Los que vuelven: Tras su maternidad, la diseñadora Maya Hansen, famosa por sus corsés y por haber vestido a Lady Gaga, regresa a la pasarela en la que se estrenó hace cuatro años. También retorna Rabaneda, que participó en el Off (desfiles independientes que se celebran en espacio distintos a la Feria de Madrid pero que están integrados dentro de la agenda oficial) y debutó en la pasarela de Ifema en febrero de 2013, pero no estuvo presente en la pasada edición.
-Los más jóvenes: La plataforma de diseñadores emergentes Samsung EGO, creada por Ifema en 2006, ocupa el último día del calendario oficial con cinco desfiles dobles.
 Como en la pasada edición se concederán dos premios: el Samsung Ego Innovation Project, que reconoce proyectos de tecnología aplicada a la moda y que está dotado con 10.000 euros; y el Mercedes-Benz Fashion Talent, que distingue al mejor diseñador joven dándole la oportunidad de desfilar en una pasarela internacional perteneciente al circuito patrocinado por Mercedes-Benz.

Los 10 escritores que mandan en Internet, está sacado del Pais, de la revista ICON y no puedo poner el nombre porque solo se lo atribuye unas iniciales, si alguien dice que es suyo tampoco puede reclamarlo poniendo Anónimo.


James Franco interpretando a Allen Ginsberg en 'Howl' y recordándonos que si él fuera solo escritor también estaría en esta lista / JoJo Whilden (Everett Collection / Everett Col /Cordon Press )

La relación de los autores con internet no tiene por qué ser promiscua, pero en ningún caso puede ser oportunista. Los novelistas con mayor culto en las redes no pueden ser: a) como ese amigo que sólo llama para tomar unas cañas cuando lo ha dejado la novia o está de Rodríguez –para el caso, cuando está a punto de sacar su nueva novela–; b) como esas cuentas tipo Papa de Roma que sólo se siguen a ellas mismas en los diversos idiomas –se valora la interacción con los lectores–.
Todos los escritores que reniegan de internet son iguales (mármoreos en sus suspicacias luditas), pero cada integrado que emplea la red lo hace a su manera: el chiste, le estudio del mercado editorial, la ficción en internet, la diatriba o la relación natural con sus seguidores. Aunque el debate debería estar algo desfasado (discutir sobre la presencia en internet es algo así como plantear el debate: ¿flexo de luz eléctrica o quinqué en la mesa del novelista) y aunque el novelista no es otra cosa que una persona que vive en un tiempo determinado (que en algunos casos, según su ambición o pretensión querrá trascender), aún se siguen despachando listas de los autores más influyentes en el mundo de la triple w.
Algunos ven en defensores como Paulo Coelho, que dice que el futuro de la literatura pasa por la red, la prueba de que existen otros caminos. En España no es solo cosa de autores jóvenes y internautamente nativos como Luna Miguel (conectada en red con escritores de su generación de todo el mundo), ya que otros best-sellers de más edad como Arturo Pérez Reverte también lo han empleado con éxito (más de 850.000 seguidores) sin evitar tics que en otros perfiles causan risión (no tiene problema en decir que cenará salmorejo y durante cada domingo hablaba en un hipotético bar regentado por una camarera llamada Lola, que escuchaba estoica y atentamente todos sus comentarios). En el mundo anglosajón la cosa está aún más normalizada. He aquí algunas de las firmas con más predicamento y sus armas para conseguirlo.

1. Neil Gaiman
Neil Gaiman fotografiado por ICON en 2012 / Chus Antón
Más de dos millones de feligreses siguen en Twitter a Neil Gaiman, que emplea la plataforma tanto para crear tuiteratura junto a sus fans (novelas con frases de 140 caracteres o menos), como para hablar de la forma más impúdica y entrañable con su mujer, la artista y músico Amanda Palmer. Más que para promocionar su trabajo, el autor de Sandman emplea otras plataformas como su Tumblr para intentar impulsar iniciativas, confesar influencias y marcarse reflexiones cotidianas o hablar de su trabajo.
2. Elif Batuman
Que una escritora especialista en literatura barbuda rusa tire de chiste en su nombre para internet (y en su avatar) ya explica mucho: firma @bananakarenina, con un retrato del personaje tocado con un sombrerito con plátano inclinado incluido. La autora de Los poseídos (Seix Barral) habla sobre literatura, noticias o eventos que le interesan con la misma acidez y humor que exhibe en sus artículos para The New Yorker. El ejemplo más reciente: "El nuevo eslógan de Lufthansa: 'Tú sin parar' parece encapsular todo lo horrible y nauseabundo de la conciencia humana". Lo que estábamos pensando todos.
3. Tao Lin
Tao Lin en una foto publicada en su Twitter
Editado en España por Alpha Decay, ha sido definido por algunos como el “Kafka de la generación iPhone”, mientras otros desprecian sus obras, precisamente, por tomar como material literaturizable todo el entramado de relaciones y recursos de la red. Antes había que leer toda la bibliografía de un autor para sentir una empatía casi íntima con él. Con Tao Lin sucede que muchos de sus lectores ya lo conocían de perlas (o a él o a su personaje 2.0.) antes incluso de leer sus primeras novelas, que casi inauguraron un género: Alt Lit (con toda un área de influencia de comunidad online). Porque no sólo graba vídeos con su Mac Pro en delirantes situaciones o explica cuándo toma Xanax o le cambia la vida un libro, además lo incluye en sus novelas.
La foto de perfil con la que Kreizman domina Twitter
4. Maris Kreizman
Esta amante de la obra de Kurt Vonnegut tituló su exitoso blog Slaughterhouse 90210 (en referencia a la novela Matadero V, pero también a la serie Sensación de vivir; más de 100.000 seguidores). En su Tumblr marida citas de clásicos (y no tan clásicos) de la literatura con pantallazos de series y películas mainstream con resultados a menudo graciosos. Tiene seguidores, sí, aunque su influencia tiene más que ver con su perfil profesional: responsable de asesoramiento editorial en la plataforma de financiación colectiva Kickstarter.
5. William Gibson
Sólo por haber escrito en 1984 Neuromante, novela fundamental en el cyberpunk, Gibson ya podría tener una gran influencia en la red haciéndose eco de los muchísimos comentarios diarios que esa obra genera. Pero sus 145.000 seguidores en Twitter pueden asistir día a día a cómo se maravilla con algunos aspectos del progreso tecnológico mientras que reflexiona y sospecha sobre otros relacionados con la conectividad a través de internet.
6. John Green
Miguel Villagran (Getty)
Del mismo modo que Ikea sabe bien cómo aprovechar a sus clientes, el autor de Bajo la misma estrella saca buen partido de la pasión de sus fans. Si se filma una película sobre esta novela, sabe cómo capitalizar la capacidad evangelista de sus fans: impulsará una campaña global de promoción con cientos de miles de seguidores trabajando como voluntarios. No en vano tiene casi tres millones de seguidores en Twitter y lleva un exitoso Tumblr también.
7. Zadie Smith
Chris Jackson  (Getty)
Existe otro perfil más bien extraño: los que pasan olímpicamente de cultivar su presencia en la red y, sin embargo, gozan de una legión de fieles seguidores. Unos 35.000 siguen a la autora de NW London en Facebook, si bien ella no gestiona perfiles de redes sociales. Sus charlas con otros internautímidos como el noruego Karl Ove Knäusgard (la gran mayoría de usuarios de redes de Instagram o Facebook confiesan su día a día en internet, pero es que él lo ha hecho milimétricamente en su saga Mi lucha, seis tomos donde explica de forma hiperrealista toda su vida) son compartidas sin cesar por los internatutas.
8. Irvine Welsh
Welsh, retratado para ICON en 2014 / Albert Jodar
The Sunday Times dijo en su día que era “lo mejor que le ha pasado a las letras británicas en décadas”, pero Welsh, lo más parecido a una rock star editorial, prefiere hablar de curdas cerveceras y de fútbol en la red. No es extraño, entonces, que sus libros sean los más robados en las bibliotecas públicas o que, como confesó a Icon recientemente, sus fans le deslicen droga en los bolsillos justo antes de tomar aviones. Sus más de 132.000 seguidores en Twitter se sienten atraídos porque un autor tan determinante en la literatura de las últimas décadas del siglo XX hable como un colega más. Tal y como hizo con su tronchante seguimiento del pasado Mundial de fútbol en Brasil.
9. Stephen King
King, en el rodaje de una de sus películas / Cordon Press
Stephen King es, probablemente, el tipo más honesto de las letras. Quizás en su espontaneidad estribe su problema. Abrió su cuenta de Twitter hace unos meses, gestionada por él (no sucede lo mismo con otros perfiles exitosos de estrellas como Chuck Palahniuk), y ya cuenta con más de 464.000 seguidores. Sin embargo, algunos critican que lance demasiados spoilers cuando comenta libros y películas. Él se defiende, cómo no, desde Twitter y con sorna: “Sí, ahí va otro spoiler: Romeo y Julieta mueren en el acto 15”. King está totalmente limpio y sobrio, así que no queremos imaginar cómo serían sus redes sociales en la época en que escribía a golpe de speed y en una caravana sus muchísimas novelas.
10. Brett Easton Ellis
Easton Ellis, a la izquierda, con el ex actor porno James Deen / Pascal Le Segretain (Getty)
Pero, claro, esto ya ha pasado. Si un escritor ha pisado grandes archipiélagos de charcos en internet por culpa de determinadas sustancias, ése ha sido Bret Easton Ellis, el equivalente editorial de Charlie Sheen. Polémicas con directores de cine, colectivos gais, todo lo que se mueve por sus ráfagas de tuits incendiarios, que tanto levantaban la ira de mucha gente como suscitan la clemencia de sus amigos, que se posicionaban en sus perfiles pidiendo a la gente que no alentara esas escaladas de tuits tecleados, presumiblemente, en estados no precisamente sobrios. A pesar de ello tiene 450.000 seguidores en Twitter, pero su presencia en la red no acaba ahí; también ofrece un programa de radio online (con invitados célebres como Kanye West y donde no se ahorra tampoco comentarios algo bocazas). El autor de American Psycho ha llegado a decir que la gente sigue su cuenta porque piensa que es paródica y está claro que, dada la cantidad de polémicas generadas, si él no fuera su propio Comunity Manager ya lo habría despedido. O no.

En las nubes (2).......................................................Boris Izaguirre

Es curioso que en pleno escándalo por los desnudos robados de la nube, las dos personas más famosas de Hollywood consigan casarse en exclusivo secreto.

 

Brad Pitt y Angelina Jolie, en la imagen que difundieron de su boda. / CORDON PRESS

Estoy grabando un programa de prime time para una cadena latina en EE UU. Los estudios pertenecen al parque temático de Universal en Orlando, Florida. Mientras los aspirantes a ser el nuevo ídolo musical latino afinan sus notas, se escuchan los gritos de los turistas subidos en las atracciones.
 De repente, mi maquilladora, la muy afroamericana Rochelle, interrumpe gritando: “¡Se divorcian los reyes de España!” con una revista en la mano y una Coca-Cola XL en la otra.
Ella casi se quedó blanca cuando le respondí con otra pregunta: “¿Cuáles?”. En un principio creyó que me burlaba y que no le daba crédito a su información. “Lo dice People en Español”, insistió, haciendo referencia a la publicación anglosajona equivalente al ¡Hola! Uno de los productores, catalán, intentó explicarle que en junio tuvimos una sucesión express, que duplicó el número de monarcas. Rochelle seguía sin entendernos.
La noticia del supuesto divorcio surgió del diario italiano La Repubblica. “Con respeto, no me creo que sea verídico, ¿para que se van a divorciar después de tantos años?”, expresó más tarde una anfitriona mexicana en Florida. “Manito, no van a divorciarse para luego casarse otra vez, a esta edad”, insistió. “¿Y quién se lo habrá pedido a quién? Yo como mujer, preferiría que fuera ella, pero la verdad con todo lo que ha pasado recientemente en esa familia, un divorcio ahora es como si le hubiera cogido gustito a eso del escándalo” sentenció, saboreando el éxito de sus palabras y de su picante acento de Jalisco entre los españoles que la escuchaban.
Llevaba razón en una cosa: nos hemos vuelto aficionados al escándalo. Y a observarnos a nosotros mismos, entrando o saliendo de ellos. Y así como inmortalizamos en selfies cualquier momento, plato de comida, traje o mueca, también disfrutamos retratando nuestra belleza mientras es joven. Y célebre. Y precisamente muchas de esas celebridades se fotografiaban en distintos grados de desnudez y erotismo doméstico, confiadas por estar en las nubes, hasta que esta semana un hacker hizo trizas ese sueño. Arrastrando en la caída la supuesta seguridad de Apple.
El escándalo de las fotos hackeadas recuerda al mito de Narciso, pero en clave tecnológica. Es probable que una de las fascinaciones de la tecnología sea poder enamorarnos de nosotros mismos y que la prueba de su éxito comercial sea crear una nueva necesidad, esa urgencia de registrarlo todo. Queremos fotografiarnos en la playa, haciendo retos con cubos de agua helada, calibrando nuestros abdominales o el torneado de nuestros hombros. Queremos fotografiarnos hablando con otros mientras conducimos o haciendo la compra. A todo eso, por cierto, no lo llamamos fotografiar sino inmortalizar. Sin darnos cuenta nos hemos convertido en esclavos de esa inmortalidad.
Narciso tuvo la imprudente elegancia de morir ahogado en la contemplación de su propio reflejo. Resulta curioso que en pleno escándalo de los desnudos robados de la nube, las dos personas más famosas de Hollywood consigan casarse en exclusivo secreto. A Rochelle, mi maquilladora, le encanta el rimbombante titular en las revistas: “Angelina y Brad se casan en su château francés”. “Porque mi nombre también es francés”, me confiesa, sintetizando que a los gringos todo lo francés les entusiasma. Desde luego en nuestros palacios de gobierno no hay ese tipo de glamour. “Siempre habrá niveles”, retoma Rochelle ojeando la boda de los Brangelina (como se bautizó a la pareja en sus inicios). “La gran diferencia entre una celebridad con solera y una celebridad nueva es que no se hacen tantos selfies. Los selfies son para los desclasados”, sentencia implacable.
A Angelina muchos le han celebrado que permitiera que sus hijos le tunearan el velo. “Mi amor, mucho más chic que regresar del trabajo y que el niño te haya garabateado toda la cocina”, dice una bailarina cubana cerrando la puerta del camerino con un golpe de cadera. El velo de Angelina algo tiene que ver con el de otro traje de bodas que vuelve a estar de actualidad: el de lady Di, a su vez otro tipo de fantasma europeo que, al igual que el de la guerra, nunca nos abandona. El hijo menor de Diana, Enrique, cumplirá treinta años el 15 de este mes y recibirá entonces la parte de la herencia dispuesta por su madre. Entre otras cosas, el traje de novia más comentado, criticado, vilipendiado de la historia de los trajes de novia. Para sorpresa de todos, vuelve a ser bello. Y grande. Desde el minimalismo de los noventa se le empezó a calificar de “exagerado” y después el grunge lo reconoció como “singularmente feo”. Durante lo que va de siglo, el pobre traje de novia vivió una especie de maldición, como si su diseño tuviera la culpa de todo lo que sucedió. Enrique y su hermano pretenden exhibirlo en el palacio de Kensington, la última residencia de su madre. Habrá que adaptar un área especial para que quepa. Y fuertes medidas de seguridad, porque si las rusas deciden invadir Inglaterra (bélicamente, porque por todo lo demás, Londres igual que Ibiza parecen territorios anexionados), será lo primero que querrán ponerse. El sueño de muchísimas novias rusas, ricas o no, siempre fue parecerse a lady Di. Lo mismo que ha hecho ahora Angelina Jolie.