Un Blues

Un Blues
Del material conque están hechos los sueños

2 sept 2014

Querido Orwell...............................................................Nuria Amat

Maestro, le escribo esta carta abierta para decirle que su homenajeada Cataluña vive una situación que le escandalizaría. El nacionalismo separatista nos ha dividido en buenos y malos catalanes.

 

RAQUEL MARÍN

Qué hace una escritora como yo en un país como este vendría a ser la pregunta clave desde que el nacionalismo independentista del Gobierno catalán ha izado sus banderas guerreras contra los catalanes que no comulgamos con la ideología soberana imperante. Preferiría no tener que hacerlo, querido Orwell, a fin de no malgastar mi energía poética, única felicidad a la que aspiro, y dar por zanjada esta inexacta rareza por siempre.
Pero los tiempos del zafarrancho que vivimos en mi país pequeño, donde políticos separatistas y sus cornetas seguidores censuran y reprimen todo cuanto no vaya ungido de la estela patriótica, me obligan a hablar, por ejemplo, sobre la naturalidad de ser una escritora catalana que escribe en castellano, y a veces también en catalán, porque catalán es el mundo en el que nacen mis libros y catalana la historia de mi país múltiple, diverso, con dos lenguas benditas, catalán y castellano, que me pertenecen por completo.
Desde que Cervantes llegó buscando la imprenta de sus sueños, Barcelona ha sido centro neurálgico de alta literatura.
Pero la Cataluña receptora de lo mejor de las literaturas hispanas y de una procreación de autores y editores catalanes en castellano subsiste hoy en una especie de territorio comanche
. Ahora, cuando los grandes escritores del mundo han dejado de venir a visitarnos, es como si la fraternidad de culturas y acentos hubiera desaparecido del todo y las voces que admiraba el mundo por su riesgo literario e intelectual están siendo encubiertas por un festival folclórico de libros improvisados.
Virus imparable el independentista porque, además, un Gobierno de derecha anestesiada gobierna la actual España y con su falta de sensibilidad se ha sumado a la intoxicación de la concordia de los ciudadanos del país pequeño, creando los nacionalistas de aquí una situación que haría escandalizar a usted mismo, querido Orwell, y a su obra Homenaje a Cataluña, libro de cabecera de todo catalán que se preciara.
Ni usted, referente universal de la defensa de las libertades, ni sus imprescindibles Notas sobre el nacionalismo, convencerán a un nacionalista catalán que deje de serlo.
Una moda escapar de España; una tendencia festiva y obligatoria quedarse encerrados en la pequeña finca particular, como quien se va de campin una temporadita, cuando sabemos la gravedad de toda ideología populista que lleva “al nacionalista no solo a desaprobar las barbaridades cometidas en su propio lado sino que tiene una extraordinaria capacidad para ni siquiera oír hablar de ellas”.
Por eso los nacionalistas separatistas han dejado de leerle a usted, señor Orwell, a la vez que rechazan libros de valor intelectual o estético alejados de la emoción patriótica y de opinión opuesta a sus tejemanejes nacionales
. Usted vuelve a dar en el clavo cuando dice: “Todo nacionalista se obsesiona con alterar el pasado... Hechos importantes son suprimidos, fechas alteradas, citas removidas de sus contextos además de manipuladas para cambiar su significado”.
 Sin ir más lejos, entre otros muchos falseamientos selectivos de la historia llevados a cabo en su querida Cataluña, maestro Orwell, el más reciente y al que han dedicado monumentos, congresos, libros y museos, ha convertido la guerra de Sucesión dinástica de la Corona española de 1714, desatada entre Borbones y Austrias, en guerra civil de victimización de catalanes, como si Cataluña hubiera perdido una guerra cuando en realidad no hubo vencedores ni vencidos por razones de país, sino por dar apoyo a uno de los dos reyes en palestra.
A los escritores contrarios al independentismo se nos aparta de los medios y de las universidades
De todo cuanto le digo, querido Orwell, lo que me sacude el ánimo hasta un extremo doloroso es la división entre buenos y malos catalanes según sea nuestro grado de simpatía o antipatía por el independentismo, de manera tal que una frontera divisoria nunca vista desde la dictadura nos ha separado de amigos, familiares y conocidos, de ilusiones y de proyectos comunes, de nuestro futuro inmediato, de nuestra literatura célebre por su entidad y riqueza formal exclusiva, y hasta de nuestros trabajos literarios y universitarios, de los que también nos han ido apartando como esos insectos molestos y peligrosos a los que usted hace referencia en sus notas antinacionalistas. Sin violencia física, como les gusta justificar a viva voz; con intimidación solo psicológica, pero violencia al fin, nos miden el grado de catalanidad con baremos tan infantiles, por no llamarlos racistas, como el nivel de catalán de sus ciudadanos, el partido al que pertenecen, la bandera que cuelgan en su balcón, los libros que compran y su sentimiento de independencia.
También el nacionalismo de aquí ha tenido sus ladrones de guante blanco
. El colmo ha sido Jordi Pujol, presidente de la Generalitat durante treinta años, cuya lucha patriótica y soberanista era solo estrategia para beneficio económico del mismo Pujol y el de su familia, llevándose el dinero a paraísos fiscales y preparando el país para que su hijo pudiera heredarlo.
 El rebrote del virus separatista encontró campo abonado cuando, después de una transición ejemplar, determinada doctrina oficial del Gobierno pujolista y posmaragallista tergiversó los acuerdos promulgados y aceptados después de treinta años de dictadura.
 Ya en 1997 Mario Vargas Llosa acudió al Palau de la Virreina y tocó donde más duele al catalanismo
. Acusó a la ciudad de ser “más provinciana y menos universal”, por efecto del nacionalismo que a principios de los años setenta.
 Desde entonces, el escritor peruano ganador de un Nobel no es bien recibido por las fuerzas políticas de este país cuya lengua, el catalán, nunca ha sido mejor valorada como en los libros sobre Tirant lo Blanc que el autor le ha dedicado.
Vivimos un zafarrancho de cornetas que  censuran y reprimen lo no ungido por la estela patriótica
Hasta que aparece en escena Artur Mas, presidente de la Generalitat, con su órdago independentista embrollando a los catalanes, siempre bien avenidos, ahora divididos en un país que muchos califican de enfermo.
 Si se había definido que era catalán todo aquel que trabajaba y vivía en Cataluña, el Gobierno de CiU añadió un concepto ideológico: “Y de aquellos que tienen voluntad de serlo”
. Esta añadidura significó el comienzo de un proyecto nacionalista exclusivo ideado para dar patentes de catalanidad a quienes trabajen para merecerlo.
A partir de entonces, los escritores catalanes que escribimos en castellano, junto con los que, también haciéndolo en catalán, son críticos con el nacionalismo, pasamos a convertirnos en anticatalanes. Enemigos del pueblo.
 Usted sabe mejor que yo, señor Orwell, que el peligro de todo nacionalismo es “el hábito de identificarse con una única nación o entidad, situando a esta por encima del bien y del mal y negando que exista cualquier otro deber que no sea favorecer sus intereses”.
Una parte significativa de la literatura de éxito de Cataluña se ha escrito siempre en castellano. Detalle, éxito literario, que molesta al nacionalista que niega por activa y por pasiva otra literatura que no favorezca sus intereses, o sea: escritura militante de Estado propio.
 Por eso ni Carles Riba, ni Salvador Espriu, ni Josep Pla, ni Josep Maria Castellet serían hoy independentistas.
Los últimos veinte años están repletos de batallitas represivas del nacionalismo con sus ciudadanos escritores. Han ido cambiando de tono y estrategia. Inverosímiles, muchas. Grotescas, otras
. Cada vez más ocultas y afiladas.
A los escritores contrarios al nacionalismo nos apartan de la prensa escrita, de los medios públicos, de las universidades y de todo aquello que pueda representar ventana de nuestra existencia.
El poder político catalán incide directamente en la distribución de puestos de trabajo y financia con dinero público empresas culturales sectarias.
 Lo tienen comprado todo: editoriales, universidades, periódicos... El afán independentista por apropiarse del pastel en todas las casillas nos tiene saturados. Políticos y tertulianos separatistas jalean de forma mesiánica a los ciudadanos.
 ¿Qué más puedo decirle, señor Orwell, que usted no sepa? Los residuos de regímenes dictatoriales dejan abono de ideologías nacionalistas, las mismas que en su día desataron dos guerras mundiales. Esperemos que jamás ocurra.
 ¿Y mientras tanto? ¡Cuánta literatura perdida!
Nuria Amat es escritora.

1 sept 2014

Vuelve el Poirot de Agatha Christie de la mano de la novelista Sophie Hannah...................................... Walter Oppenheimer


Portada de 'Los crímenes del monograma'.

El inspector Hércules Poirot no ha resucitado, pero ha vuelto. Agatha Christie le hizo morir de un infarto en diciembre de 1975, semanas antes de que la propia novelista falleciera en la vida real en enero de 1976.
 Pero ha vuelto de la mano de la novelista y poeta inglesa Sophie Hannah (Manchester, 1971), que ha escrito un nuevo episodio del inspector Poirot, del que Christie había dejado escritas 33 novelas y 54 relatos cortos, que la nueva autora sitúa en el Londres de 1929.
Los crímenes del monograma (Espasa) se publicará el próximo día 9 de septiembre y saldrá a la venta al mismo tiempo en 30 lenguas y 50 países, como si se tratara del mismísimo Harry Potter o la última versión del gadget electrónico del momento.
 El proyecto es una iniciativa de los herederos de Christie y sus editores, que lo presentaron este lunes en Londres.
Hannah no ha hecho resucitar a Poirot del infarto que acabó con su vida cuando era ya un personaje anciano y desvalido que tuvo que apoyarse en su amigo Hastings para resolver su último caso. La todavía joven escritora de Manchester sitúa la nueva trama en el Londres de 1929, aprovechando que en ese momento no se publicó ninguna de las entregas de Christie.
La escritora nacida en Manchester en 1971, que publicó a los 24 años su primer libro de poemas y ha vendido más de 100.000 copias de su primera novela, publicada en 2006, se ha especializado en las novelas psicológicas de crímenes, por lo cual cuando oyó hablar por primera vez de la idea de que alguien escribiera una nueva entrega de Poirot le pareció que era un proyecto imposible.
La escritora Agatha Christie.
“Pensé que nadie que no fuera Agatha Christie podía escribir una novela sobre Poirot”, declara en un video promocional.
 Cuando supo que detrás del proyecto estaban la familia y los editores de Christie “empecé a pensar, que quizás alguien la escribiría, pero no yo”.
“Pero mi agente me dijo que a mí me gustaba mucho Agatha Christie y que tendría que pensar en hacerlo.
 Y se daba la extraña coincidencia de que desde hacía como dos o tres años tenía en mi cabeza una idea de lo que siempre pensé que era una típica trama de Agatha Christie que no conseguía encajar en uno de mis thrillers psicológicos contemporáneos porque no era una idea contemporánea, sino una idea muy adecuada para la edad de oro del misterio”, añade.
Cuando se decidió a aceptar el encargo, lo que hizo fue “introducir un personaje nuevo que no está en las novelas de Christie: inventé el personaje del policía llamado Edward Catchpool”.
 “Él es el narrador y nunca antes ha narrado una de las novelas de Agatha Christie.
Y eso era para mí una razón orgánica y justificable por la que el libro no iba estar escrito al estilo de Christie.
Desde el punto de vista de la creatividad ha sido el reto más estimulante que he tenido nunca”, asegura Hannah.
El proyecto tiene el pleno apoyo de Mathew Prichard, nieto de Agatha Christie.
“La idea de Sophie para la trama era tan adictiva y su pasión por el trabajo de mi abuela fue tan fuerte que tuvimos la certeza de que había llegado el momento de escribir una nueva novela de Christie”, declaró en su momento.
Como explicó la propia Sophie Hannah en la pasada edición de Barcelona Negra, en la que dio algunas pistas sobre su trabajo en el retorno de Poirot, la vigencia del personaje se debe “a su componente de hombre súper listo, que triunfa allí donde se estrellarían otros; la gente no quiere siempre violencia y manos y pies semienterrados aquí y allá”
. Aunque es probable que el éxito de la serie de televisión protagonizada por David Suchet tenga también mucho que ver con la supervivencia de Poirot a lo largo del tiempo.
El actor David Suchet como Hercule Poirot.
En Los crímenes del monograma, el meticuloso y obsesivo ex policía belga está disfrutando de su solitaria cena en un pequeño restaurante londinense cuando una mujer muy alterada entra en el local y le confía que alguien está a punto de matarla
. Cuando unas horas más tarde son asesinadas tres personas en un cercano y elegante hotel, Poirot se pregunta si aquella mujer del restaurante va a ser la cuarta víctima.
La novela llega a España bajo el sello de Espasa. Berta Noy, editora Ejecutiva Ficción Internacional del Grupo Planeta, recuerda que desde el momento en que le hablaron del proyecto, poco antes de la Feria de Francfort de 2013, se propuso conseguirlo por un doble motivo:
"Como tanta otra gente, fui en su día una lectora voraz de Agatha Christie y fue una de las autoras que me contagió la pasión por leer.
 Y sigo siendo una feliz lectora de novela negra, por lo que conocía ya (y me gustaba) el trabajo de Sophie Hannah.
 Antes de leer una línea, la combinación Christie/Hannah ya me pareció potente.
 Y el resultado supera todas mis expectativas: Los crímenes del monograma es una novela estupenda, un puzzle perfecto al más puro estilo Agatha Christie que se devora con intriga y pasión".

Serrat: “El miedo está haciendo mucho daño a esta sociedad”.................................................................. Juan Cruz

Sigue siendo el poeta de las pequeñas cosas. Con una mirada cargada de sentido común para analizar el momento que vivimos.

 

Joan Manuel Serrat. / Sofía Moro

¿Le apetece escribir con este tiempo? Me cambia mucho la vida. Soy una persona que ama y agradece mucho el buen tiempo, incluso el calor.
 Amo el calor, el agua y el mar desde que empieza el verano hasta Navidad.
 A lo largo de todas mis actividades artísticas he procurado desplazarme a la América austral en los meses de invierno, para pasar dos veranos al año
. El verano lo representa perfectamente un melocotón, comerme un melocotón bien jugoso, que se me escurra el líquido por la barbilla y que me deje las manos pegajosas…, eso es perfecto.
En sus composiciones hay siempre tiempo. Canción de cuna es autobiográfica, como una postal que le mandara la infancia: “Por la mañana rocío, al mediodía calor, por la tarde los mosquitos, no quiero ser labrador”. La vida del niño cambiaba absolutamente cuando llegaba el verano, cuando se encendían las hogueras de San Juan quemábamos todo el año y te ibas a la playa en libertad.
 O la familia te mandaba al campo. Todo aquello cambiaba absolutamente la vida
. Es la relación del niño con el agua, con las balsas, con los sapos, con esos insectos que flotan, con los barbos, con todos los seres vivos… Y de alguna forma la tristeza que nos acompañaba cuando nos separábamos en septiembre y teníamos que empezar a renunciar a aquellas escapadas.
¿Dónde estaban esos paisajes? Yo tengo dos paisajes fundamentales, el mar y el campo.
 El mar es la Barceloneta de mi niñez, con todo lo que representaba el recorrido desde la casa hasta la playa.
 Primero, trincar algo de comer en casa, bocadillo, toalla y bañador, la indumentaria que nosotros necesitábamos; colarte en el tranvía, colarte en los baños que entonces no eran públicos, para llegar a las instalaciones con piscinas y duchas.
 Hubo una época preciosa en la que me tocó ir a Navarra, con 13 años, a un lugar al que no había ido nunca, Viana.
 Ahora tengo una casa allí y voy a pasar alguna semana con mis amigos, gente con la que crecí y aprendí todo del campo. Mi madre tenía allí una amiga de la juventud
. Iban al mismo baile de sirvientas y estrecharon lazos, una amiga a la que le unía el más profundo sentimiento que seguramente pueda unir a dos mujeres, que les ocurrió lo mismo a las dos, se les murió el novio pocos días antes de casarse.
Eso creó en ellas un sentimiento mucho más allá de lo fraternal. Viana se convirtió para mí en la tía joven que yo no tenía, la tía cercana.
 Cuando ella dejó el oficio y se retiró, me llamó
. Aquello fue maravilloso porque vivía en aquella casa como un hijo (que lo era, el hijo malcriado de la casa) y al tiempo vivía en un pueblo magnífico donde conocí a Alejandro y a Teófilo, toda esa gente con la que me crié.
 Viví de lo bueno lo mejor y de lo malo pocas cosas; en la ciudad somos peores.
¿Cómo era el anterior muchacho, el niño, el hijo de Ángeles Teresa? Era un chico muy movido, muy activo, torpe, se me caían los vasos, estaba pensando en hacer la tercera cosa cuando aún no había hecho la primera, tenía que hacer las otras dos y no me acordaba de la anterior.
 Fui un excelente estudiante, muy brillante en la escuela de agricultura y en la universidad.
Tuve que pagarme la universidad con becas, cantando y dando clases”
¿Qué hizo en la universidad? Biología hasta tercero; dejé la carrera porque siempre he tenido que financiar mis actividades universitarias, parte la hice con becas y parte buscándome mis chapas, mis clases, cantaba…
 En una época estuve trabajando como becario en el Consejo Superior del Instituto Pirenaico. Era el año 1967, yo ya había cantado y aquello acabó de decidirme a emprender mi carrera profesional.
En su primer paisaje humano su madre fue fundamental. Era la que ponía el orden cotidiano, el trabajo, que era mucho, y el ejemplo, que también era mucho
. Mi padre era lampista y trabajaba en Catalana de Gas.
 Muy mañoso, podía hacer cualquier cosa, desde una nevera hasta toda la instalación eléctrica de la casa, pintaba las paredes, alicataba el baño, lo hacía todo.
 Con todo lo habilidoso que ha sido mi padre, yo he sido muy torpe.
El ejemplo no me lo daba con esto, me lo daba con su comportamiento, con su respeto a la gente, a su mujer, estas cosas tan importantes, el espejo con el que aprendes cómo son o cómo deberían ser las cosas.
Mi madre también era un poco hiperactiva, con un genio más levantisco, me recuerda a la madre de Juan José Millás, cuando él cuenta que ella era desconcertante porque abría la nevera y decía: “¡Ay, cuánto pan, qué haremos con tanto pan!”.
 Y al día siguiente decía: “¡No hay pan, no hay pan!”. Tanto por exceso como por defecto mi madre pensaba que la hecatombe estaba a la vuelta de la esquina, aunque era muy instintiva y repentina, en realidad era capaz de conducir un ejército.
Tenía un carácter muy sólido, menos duro de lo que ella quería aparentar, pero muy consistente
. Y a pesar de todo lo que he dicho, muy cariñosa.
Ese episodio de la infancia y la adolescencia que es central no sólo en su vida sino en sus canciones, ¿le devuelve imágenes, postales de casa, con otros, de cosas que hayan ocurrido y que le vengan de vez en cuando a la memoria? Sí, pero vienen más si las reclamas.
 Y ahora las he reclamado para conmemorar mis 50 años en el escenario
. Y previamente estoy preparando la presentación de “un objeto” para Navidad que contiene 50 canciones y 50 relatos, no sabemos muy bien aún cómo será ese objeto.
Las 50 canciones no son lo que podría ser un relato histórico, en principio traté de hacer una lista cronológica y que la cronología llevara de una canción a otra, pero era bastante aburrido al oído y seguramente como documento.
 Sin embargo, lo que sí puede ser interesante es que escoja 50 canciones entre las cuales habrá algunas que puedan resultar muy curiosas.
 Por ejemplo, una de ellas va a ser el La la la, que voy a cantar en alemán, la grabé en alemán y es la versión que voy a poner; aquello fue un hito en mi vida, pero me niego en estos momentos tanto a prescindir de ella como a señalarla de una u otra manera.
 La hago en alemán para que quede constancia y que cada cual piense lo que quiera
. Hay otras canciones, 25, que las hago con dúos con diferente gente. Y hay 50 relatos, no son memorias, son 50 ocurrencias u ocurridos que me han pasado en la vida o que yo he pensado, no creo que ninguna excesivamente dramática.
¿Qué le ha sorprendido entre lo que se ha encontrado? La claridad con la que aparecen, los ves con una nitidez extraordinaria y se pierde más lo accesorio pero lo que es lo mollar viene caminando solo
. A veces, no sé cómo explicarlo bien, ves que el recuerdo tenía una falda plisada y ojos azules, pero no sabes cómo se llamaba.

Perfil

Joan Manuel Serrat lleva medio siglo cantando y hoy afronta la tarea de reconstruir ese pasado en el que ha sido feliz y nos ha hecho felice
s. Nació el 27 de diciembre de 1943, en Barcelona, y ha cantado al amor, al Mediterráneo, a las pequeñas cosas.
 Su vida y su voz están unidas a las vidas y a las aspiraciones de varias generaciones de españoles y de latinoamericanos que ven como propios el barrio de Serrat, su mar, sus creencias, las imágenes y las palabras a las que ha puesto música
. Ahora prepara un disco en el que comparte sus canciones con amigos y colegas como Ana Belén, Víctor Manuel o Miguel Ríos, Silvia Pérez Cruz, Lolita, Quico Pi de la Serra, Pablo Alborán…
 El disco se llamará ‘Trencadís’ y lo estrenará en febrero de 2015 en una gira que comenzará en Uruguay, continuará por América y concluirá en España.
 Le hemos visitado en estos días de sol, y del verano nos ha hablado como parte indisoluble de ese entusiasmo por vivir en el que nos educó a tantos con su voz.
 Habló también, claro, de Cataluña, de su familia, de la alegría y de los tiempos que nos toca vivir. Y de cómo escribe, en el otoño de su vida, cuando llega el verano.
Oyéndole hablar de sus padres parece que ahora es cuando ya es usted una combinación de los dos. Estaría bien.
 Nunca eres la combinación de tus padres, un hijo es el resultado de sus padres evidentemente, pero yo también soy el resultado de todo lo que me ha ocurrido en la vida
. Lo que me ha ocurrido en la vida me ha hecho ser de una forma o de otra, continuamente nos va mutando, nos levanta, nos baja, nos mejora, nos empeora…
¿Cómo vivieron ellos la evidencia de que era un artista apreciado? Antes de ser un artista conocido y apreciado, a mi madre le produjo un patatús saber que yo iba ser un músico y mi padre respondió con una extraordinaria serenidad dándome toda la confianza cuando les anuncié que iba a dejar la universidad y que me iba a dedicar plenamente al oficio de cantar y viajar.
 Hasta entonces yo había sido la gran esperanza blanca de mi familia, el que iba a convertirse en profesor de instituto, y a mi madre le rebrincó bastante aquello
. Cuando ocurrían estas cosas mi madre no decía nada, optaba por sentarse en un sillón, mirar hacia otro lado y llorar, pero no decía nada
. Mi padre le dijo: “Mujer, estate tranquila que el chico sabrá lo que hace”.
¿Qué hubo después cuando vieron que su padre tenía razón? Orgullo.
Mi padre dejó el trabajo, ya podríamos vivir sin que tuviera que tragar más gas, compramos un R-5 de segunda mano y mi padre se dedicó a hacer de chófer de mi madre, la llevaba siempre, hasta tal punto que cuando murió mi padre ella apareció un día muy jodida por mi casa, muy compungida, había olvidado las líneas de autobuses, los metros, había olvidado casi que levantando una mano se podía parar un taxi
. La llevaba a todas partes. Mi padre murió el 29 de abril de 1980. De cáncer.
Llevaba 13 años en los escenarios. ¡Más!, desde 1965, en 1967 ya fue profesionalmente, ya había escrito Cançó de matinada, Ara que tinc vint anys, que habían sido éxitos.
¿De dónde le venían las canciones? La inspiración me llegaba de un imaginario en el que había una gran parte de recuerdos, pero también una parte de pesebre, de jugar con las figuritas y adornarlas, por ejemplo, yo no tenía una tía como
La tieta pero las veía, las adornaba, las llenaba de tópicos. De alguna manera es lo que sigo haciendo.
Creó un universo que coincidió con el mundo de otros. Como Mediterráneo. Los del Atlántico lo escuchábamos como si fuera nuestro. Otras ya venían de otros caminos y de otros lugares, algunas con pretensiones más amplias, pero en ningún momento me planteé si unas eran muy locales y otras muy globales, a fin de cuentas no lo sabía.
 Luego entendí que la única forma de que algo pueda ser realmente internacional y que le interese a gente de todo el mundo es que sea bien provinciano porque lo entiende cualquiera en cualquier parte.
Ahora se enfrenta a toda su trayectoria. ¿Qué estado de ánimo le produce ese regreso? Cuando esto salga ya habrá pasado toda la época laboriosa.
Han sido meses muy trabajosos para preparar algo que aparecerá de una forma muy sencilla, pero todo lo que he tenido que escribir, grabar, cantar con otros o que mezclar es una barbaridad
. Ahora ya no me bajo del carro, pero cuando esto sea algo real lo único que tendré será una gran satisfacción
. Y el cantarlo me dará mucha más satisfacción
. El disco se llama Trencadís, es el mosaico que hacía Gaudí a partir de fragmentos que unía.
 Cada fragmento, cada canción de este Trencadís llevará un número que se verá en la pantalla, y la gente podrá escoger 10 y votarlas por Internet en cada concierto
. Yo preservaré cinco, y otras cinco que no hará falta que voten porque irán fijas (Mediterráneo y otras).
 Las 10 más votadas se tocarán cada día
. Este es el ambiente que quiero generar en estos conciertos, nada más alejado de la solemnidad y grandiosidad, será enorme y grandioso porque nosotros lo vamos a hacer posible.
El verano lo representa un melocotón. Uno bien jugoso”
Usted ha alegrado la vida de mucha gente en tiempos difíciles. Y también ha tenido sus momentos duros: el exilio, la enfermedad… ¿Qué estímulos ha tenido en esas situaciones? En 1975, cuando me tuve que quedar fuera a raíz de los últimos fusilamientos de Franco, eso me afectó bastante en la parte creativa; era muy difícil escribir, todo lo que tengo escrito de aquella época es francamente malo, como si con todo lo que ocurría me hubiera quedado vacío
. Tuve que inventar una gira por México de varios meses para alargar el proceso de la muerte de Franco, que parecía que no acababa nunca, hasta la transición que llevaba a la desaparición de los mecanismos represivos.
Tuve dos cosas muy buenas, la primera haber conocido en aquella época a un grupo maravilloso de gente en el exilio en México, de Max Aub a Mantecón; y la suerte de conocer un país y de intimar con él.
 Llegó un momento en que ya no pude aguantar más y me vine
. Recuerdo con la misma amargura también los años que no podía ir a Argentina o a Chile cuando estuve vetado por aquellos Gobiernos.
La prohibición me parece un castigo injusto para el que nunca estás preparado. ¿La enfermedad? Ya ves, ni me acuerdo.
Esa gente que se encontró en el exilio mexicano le ayudó a descubrir su propio país… El exilio es un mundo en el que siempre se vive pensando en lo provisional que es todo.
Cuando compruebas que esta situación de provisionalidad se ha prolongado tanto que te ha hecho perder casi todas tus ilusiones, que has creado una familia en otro lugar y que te tienes que reciclar seriamente, ya es muy difícil mantener una comunicación respecto al país que dejaste.
 El exilio ha sido muy duro para todos los que tuvieron que salir.
A ellos (y a los que estábamos aquí) les debieron reconfortar sus versiones de Miguel Hernández y de Antonio Machado… Yo elijo a estos dos poetas fundamentalmente porque me los creo, porque pienso que son buena gente y porque lo que están contando es actual, porque sus historias son de una extraordinaria calidad que a mí me hubiera gustado escribir.
 No lo hago con ninguna pretensión divulgativa, lo hago tratando de hacer buenas canciones.
Serrat, durante la entrevista. / Sofía Moro
¿Cómo ve este país? Con serias preocupaciones en todos los sentidos, como Estado, como sociedad. Como democracia que debe defender a los ciudadanos de uno en uno por encima de cualquier cosa y por tanto con una sanidad justa, una enseñanza obligatoria, gratuita y para todos, y una justicia rápida y eficaz, lo veo con suma preocupación.
Si realmente se han aplicado los métodos para conseguirlo, lo que veo cada día me tiene absolutamente aterrado, desconfío de la especie humana y no me siento nada partícipe del proyecto de futuro.
Creo que el miedo está haciendo mucho daño a la sociedad, le impide organizarse y habrá que plantear las cosas de otro modo porque, si no, esto es como una riada, puedes ponerle todos los muros que quieras al río, pero cuando llueve fuerte, el río baja por allí y el muro se va a tomar por culo.
¿Y el tema catalán? Es un tema muy mal llevado, especialmente desde el Gobierno de Zapatero cuando promete apoyar la mejora del Estatut, la división de poderes y luego el Constitucional toma otro camino, resuelve tarde y mal y aquellas tempestades traen estos lodos.
 ¡Y cuidado, que no se equivoque nadie que lea esto! Aquí están pasando cosas muy serias, hay lugares en Cataluña donde ya se creen que son independientes
. Retorno, si lo hay, yo no lo conozco. Haríamos bien en tomar responsabilidades todos con independencia de cuál sea el lado en el que nos situaríamos en caso de consulta.
 Hay que tomárselo en serio. El Gobierno tiene metido en el famoso cajón asuntos que el tiempo resolverá, un cajón muy grande en el que lo dejan.
 Esta es una cuestión en la que prevalecen las vísceras por encima de las razones, por tanto estamos en manos de muy malos consejeros.
El momento económico actual ha dinamitado este aspecto.
El 19 de abril de 2006 le hice una especie de cuestionario de palabras. Le dije independencia y usted dijo: “Escribió Espronceda: ‘Oigo patria tu aflicción”, y añadió “y sirve para todo, para independencia, para patria…”. Ahora puedes encontrar gente que no sea catalanista y que sea independentista.
Por ir a una de sus canciones más bellas, ¿cuáles serían hoy para usted las pequeñas cosas? No son pequeñas ya, las pequeñas cosas son las que nos acaban haciendo feliz el día, que estés trabajando, que tu hija entre en silencio y despacito, se ponga a tu lado y te pegue un susto de cojones.
 Cuando se te pasa el susto te das cuenta de lo hermoso que es tener una hija así de cariñosa y que juegue contigo de esa manera, con esta confianza
. Esta es una de las pequeñas cosas que me han ocurrido antes de que tú llegaras. Este sol, tener la posibilidad de disfrutar lo que la vida puede llegar a ofrecerte
. Aquí la gran cuestión es ser agradecido cuando para otros todo esto es imposible.
O terminar una cosa, como su padre terminó la nevera. ¿Sabes cómo funcionaba? Con hielo, hizo un mueble, lo alicató todo con mosaicos, hizo un recipiente donde metíamos la barra de hielo rota y esto iba soldado a un tubo que salía fuera y tenía un grifo, aquello tenía un depósito, de vez en cuando lo abrías, lo vaciabas y seguía impecable
. Era lo más elemental del mundo
. La carcasa era de madera muy fina con corcho aislante por dentro.
 Mi padre inventó también la ducha para casa.
 El confort de mi casa surgió gracias a mi padre, las estufas de gas, la luz de gas, el horno de gas.
 Y luego las de tipo digestivo venían del pueblo, las magdalenas, las tortas de aceite, las olivas
. Se llamaba José, le llamaban Pepe. Yo le llamaba papa o pare.
 Creo que empecé a llamarle pare de mayor pero supongo que le llamaba de las dos cosas, igual que a mi madre, mama o mare.

La moda de presumir de dinero................................................................Tom C. Avendaño


Tom Ierna, en un 'salvaje' posado en pleno puente de Brooklyn (Nueva York).

Este verano ha encerrado un giro narrativo en la exuberante vida de Alec Steinberg, adolescente estadounidense y fervoroso practicante de la muy exclusiva moda de presumir de sus gastos en las redes sociales: su padre le puso un límite de gastos en la tarjeta de crédito
. De poder fundirse la fortuna familiar, el joven —de ocupación desconocida— tenía que pasar a conformarse con 500.000 dólares (unos 380.000 euros), y con las vacaciones de por medio. “A lo mejor esto funciona”, sopesó el afectado en su cuenta de Instagram, donde incluso publicó un pantallazo del correo electrónico en el que se le notificaba el varapalo para hacer partícipes a sus seguidores de su desgracia.
 Pero esas repercusiones siguen sin notarse: esa cuenta sigue poblada por fotos de la muñeca de Alec con relojes de marcas de lujo y precios estratosféricos, todos personalizados con alguna joya o algún detalle
. Y cada uno de ellos, claro, con un pie de foto igualmente campanudo.
 “El nombre lo cambio según mi humor”, escribió bajo la imagen de un Rolex con su nombre incrustado en la pulsera.
Sin embargo, el detalle del límite en su tarjeta de crédito convierte a Alec Steinberg en el más humano de los suyos
. Esto es, de esa hipnótica tribu digital a la que se ha bautizado como Los niños ricos de Instagram: adolescentes de familias extraordinariamente adineradas que documentan en la red social el día a día de sus opulentas vidas, y sobre todo de sus descansos estivales por todo lo alto —aunque repasando sus imágenes, parece que están todo el año de vacaciones—. Unos presumen de fiestas en el yate de la familia, como hace Harry Brant, hijo de la supermodelo Stephanie Seymour y el empresario y coleccionista de arte Peter Brant.
Otros, de armas AK-47 bañadas en oro: es el caso de Tom Ierna, autoproclamado empresario nocturno de unos 20 años con raíces, obviamente, en una familia bien.
 Mientras, Tiffany Trump, la hija del magnate neoyorquino, presume de sus viajes en avión en los más exclusivos asientos de primera clase o publica una imagen despidiéndose de las islas griegas desde su embarcación.
 Y la lista continúa. A otros les gusta mostrar que sus cuentas en los restaurantes suman un valor de más de cien mil euros. Ezra William, estudiante de la Universidad de Nueva York, se ha despedido del verano —que ha pasado profesándole su amor a la marca de lujo Hermès— dándose un homenaje en forma de sesión de peluquería en Bali.
 Y así, este siempre cambiante grupo de chavales con más ceros en la cuenta corriente que discreción llena Internet de viñetas de una vida que muchos creerían o esperarían que fuese ficción.
Y a ver quién tiene el mejor verano.
Los 600 quilates en diamantes que David Walcher compró en un solo día.
No son un grupo formado por ellos mismos gracias su evidente afinidad.
Los niños ricos de Instagram fueron el hallazgo de un grupo, que pide mantenerse anónimo, que bebió un par de copas de vino de más la noche del 13 de julio de 2012
. Con el espirituoso en sangre, empezaron a buscar en la red social fotografías que estuvieran etiquetadas bajo palabras como #yate o #mansión.
Lo que vieron, pura pornografía del derroche, les pareció tan gráfico que en el acto crearon un blog que reuniera todas las imágenes.
 El nombre de ese bitácora bautizó a esos chicos ricos y con poco pudor, los que había entonces y los que vendrían después, que responden a este perfil.
 Y su descomunal éxito demostraría hasta qué punto este tipo de vidas de indolente despilfarro atraen —y sacan del tedio cotidiano— al común de los mortales. Los usuarios les profesan odio y fascinación a partes iguales. Repulsa y anhelo. Una combinación de sentimientos encontrados tan extrema que lo difícil al final es apartar la mirada.
Al poco, ya no hacía falta ni buscar las fotos.
 Los propios aspirantes, al ser percibidos como niños ricos de Instagram, etiquetan sus imágenes —en verano las playas, los yates y los jets privados son recurrentes— con el término #rkoi (iniciales de su nombre en inglés).
 Y luego ya ni fue necesario buscarlos a través de sus distintos perfiles en las redes sociales.
Este año se han estrenado en Estados Unidos dos programas de telerrealidad: Rich kids of Beverly Hills, en el que cinco chavales exhiben sus vidas de descastado dispendio (de cenas de 300.000 dólares y bolsos de 15.000), y Rich kids of New York, en el que la misma fórmula se respeta religiosamente.
Alex Pod, viajando en su 'jet' privado.
Su hueco, sin embargo, sigue siendo Internet, donde los protagonistas no son los humanos sino sus abultados gastos, sus lujosos caprichos y sus vacaciones de ensueño.
 De esta forma, da igual saber que David Walcher es un adolescente que algún día heredará la marca de joyería que lleva su apellido.
 Lo que importa es que este verano se ha comprado 600 quilates en diamantes y, sí, los has subido a Instagram.
Tampoco hace falta conocer a Joseph Adolph, un neoyorquino de 17 años.
 Basta con saber que este verano, cuando no estaba paseando su BMW X3 por los exclusivos Hamptoms, estaba ganándose una American Express negra, una modalidad que indica que su dueño tiene 16 millones de dólares (algo más de 12 millones de euros) en bienes y que gana más de 1,3 al año.
Da igual quién sea o a qué se dedique Cole Schneider, solo importa que en su muñeca luce tres Rolex. Y así.
Es quizá representativo de la naturaleza del ser humano que a estos chavales les hayan salido imitadores. Jóvenes, sí, y ricos, y también presumen en Instagram, aunque con una diferencia: son gente que se ha ganado su fortuna. Alex Pod es quizá el más famoso de todos ellos: no llega a los 30 años pero ya tiene millones ganados con apuestas deportivas que exhibe en la red social de forma aún más ostentosa que los niños ricos originales.
 “Hay que asegurarse de que se soborna a los pilotos de tu jet privado con un mínimo de 10.000 dólares”, anuncia en una foto cualquiera.
Pero hasta Pod parece uno de los niños ricos de Instagram comparado con Dan Bilzerian, otro millonario del juego (el póker, en este caso) al que le gusta fotografiarse con armas, mujeres en lencería y gatos.
 En el delirio decadente que es su cuenta puede uno encontrar a las cabras que tiene por mascotas, por ejemplo, metidas en su Lamborghini con pañales para que no manchen.
Solo en ese mundo, el chico amante de los Rolex que se queda intrigado por tener un límite de 500.000 dólares en su tarjeta de crédito casi parece normal.