Un Blues

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Del material conque están hechos los sueños

13 ago 2014

Hollywood pierde a una diosa............................................................................ Rocío Ayuso

La actriz Lauren Bacall fallece en su domicilio de Nueva York a los 89 años.

 

Lauren Bacall en un fotograma de 'Tener y no tener', de Howard Hawks. / vídeo: ATLAS

En apenas un día Hollywood ha perdido a uno de los mejores actores cómicos de los últimos años y a uno de los mitos clásicos del cine de todos los tiempos.
 Si en la madrugada de este martes, el cadáver de Robin Williams era encontrado en su domicilio de San Francisco por uno de sus asistentes tras haberse colgado con su cinturón, apenas 24 horas después el portal de Internet TMZ adelantaba el fallecimiento de Lauren Bacall, la inmortal Flaca de Tener y no tener (Howard Hawks, 1944) que la unió a Humprey Bogart para toda la eternidad del celuloide.
Lauren Bacall, una de las últimas damas de la edad dorada de Hollywood y la única que se ganó el corazón de Bogart, falleció a los 89 años en su domicilio neoyorquino de un posible derrame cerebral a consecuencia de una embolia
. La noticia de su muerte llegó confirmada por su familia a través de las redes sociales
. “Con gran pesar pero con una enorme gratitud por una vida maravillosa, confirmamos la muerte de Lauren Bacall", indicó en un mensaje a cuenta oficial de la entidad que gestiona el legado del actor, con el que se casó en 1945.
Neoyorquina, modelo y actriz, Bacall debutó en Hollywood a los 19 años junto al que sería su esposo en la mencionada cinta de Hawks.
 Nacida Betty Joan Perske, “una joven judía del Bronx” como se la conoció en la industria coloquialmente mientras desarrollaba sus primeros papeles, enseguida se ganó el corazón de todos gracias a esa frase de dicha película que la inmortalizaría, diciendo eso de “¿Sabes silbar, verdad? Solo pones los labios juntos y soplas”, con esa voz aguardentosa que la caracterizaba, tras mirar a Humprey Bogart para pedirle fuego.
Otros de sus trabajos más conocidos fueron Cayo Largo, El sueño eterno (también de Hawks), Callejón sangriento, Escrito sobre el viento, o, más recientemente El amor tiene dos caras, dirigida por la también actriz Barbra Streisand y por la que obtuvo su única candidatura al Oscar
. En la segunda de ellas, quizá la mejor adaptación a la pantalla jamás realizada de una novela de Raymond Chandler, también era Bogart, como el detective Philip Marlowe, su compañero de reparto. También su rol como Vivian Rutledge en ese filme contribuyó a afianzar la imagen de mujer fuerte que le acompañó durante toda su carrera, que jalonan más de 30 películas.
Bacall estuvo casada con Bogart hasta la muerte del intérprete en 1957. Juntos dejaron, además de sus filmes, una de las más conocidas imágenes de protesta de actores contra la caza de brujas del Comité de Actividades Antinorteamericanas del senador Joseph McCarthy.
Posteriormente contrajo matrimonio con el también actor Jason Robards de quien se divorció en 1969
. Contaba con tres hijos. La Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas de Hollywood le concedió un Oscar de honor en 2009 como una de las más legendarias y recordadas intérpretes del Hollywood de oro.
A pesar de mantener siempre una actitud muy reservada en la meca del cine, su estilo marcó a toda una generación desde su primer trabajo en la pantalla
. Delgada, amplios labios y con una mirada embriagadora, su imagen permaneció enseguida en el recuerdo creando escuela entre otras actrices.
 Su romance y posterior matrimonio con el tipo más duro de la pantalla, Humphrey Bogart, fue considerado como una de las historias más románticas de una industria acostumbrada a los amores pasajeros.
 Un amor trágico que le partió el corazón cuando el cáncer le quitó a su primer marido. Le tomó casi 20 años salir de la sombra de Bogart, algo que hizo gracias a su trabajo teatral primero con la comedia Cactus Flower y luego con musicales como Woman of the Year y Applause, por el que ganó dos premios Tony.. Pero en la enfermedad de Bogart, que siguió bebiendo y fumando con el cáncer, se comentó mucho las asiduas visitas de Frank Sinatra, se le adjudicó un Romance entre ellos, cuando Bogart ya estaba muy mal, y que Sinatra la siguió "protegiendo" fallecido Bogart durante bastante tiemmpo.


Uno de sus últimos trabajos cinematográficos, la película Birth, causó polémica tras las declaraciones de Bacall contra su compañera de reparto, Nicole Kidman. Realmente no era un ataque contra Kidman sino contra la alegría con la que la prensa acostumbra a llamar leyendas a cualquiera de las estrellas de Hollywood. “¿Qué es una leyenda?”, le espetó a la periodista durante la entrevista. “(Nicole) no puede ser una leyenda. Para ser una leyenda tiene que ser más edad”, dijo la actriz que, a sus 89 años se ganó más que merecido ese título.

12 ago 2014

No mando a luchar mi ejército contra los Elementos......si Casillas se la juega se la jugará todo el equipo, van a por la 2ª Supercopa...


Los últimos coletazos del huracán Bertha barren el sur de las Islas Británicas y, en especial, Gales. Se registran ráfagas de hasta 90 kilómetros por hora y las lluvias son torrenciales.
 Las autoridades alertan sobre el peligro de caída de árboles. Cardiff parecen un lugar extraño para que dos equipos españoles vengan a disputarse aquí la Supercopa de Europa.
 Será la segunda Supercopa decidida entre españoles en la historia
. La primera vez, en 2006, se impuso el Sevilla al Barça (3-0) en Mónaco.
En esta ocasión el partido se presenta filtrado por el dramatismo de la transformación perpetua que vive el Real Madrid. Debutan James y Kroos, y Casillas se juega la titularidad.
El portero lleva un mohín de pena pegado a la cara.
“Casillas no tiene que demostrar nada a nadie”, dijo el portero al micrófono del Canal+ ayer, hablando en tercera persona; “simplemente tiene que tener la misma ilusión de siempre”.
El capitán se sometió a una conferencia de prensa por primera vez desde el Mundial de Brasil.
“Yo creo que no me juego nada”, dijo, cuando le preguntaron si un mal partido ante el Sevilla podría enviarle al banquillo, como el año pasado.
 “Aquí nos jugamos un título importante para el Madrid. Es el Madrid el que está obligado a ganar todo”.
“No me molesta”, insistió cuando le preguntaron si le incomodaba sentirse continuamente cuestionado a pesar de haber ganado la Copa y la Champions hace unos meses. “Yo siempre doy la cara.
No tengo ninguna queja.
 Año tras año intento esforzarme más para hacer las cosas bien con la mira puesta en ganarme un puesto en el once”.
Alguien le preguntó si atravesaba el peor momento de su carrera y fue rotundo. “Para nada”, dijo. “Los he tenido peores y me han servido para aprender”.
Carlo Ancelotti miraba a su capitán con curiosidad, sentado a su lado
. Hasta que le inquirieron si había decidido quién sería el titular en Liga, si Casillas o Navas. “Todavía no lo sé”, dijo, sonriendo, “¡o lo sé y no te lo digo!”.
Venga Casillas tu puedes!!!!!

Juan Cruz....Imágenes del Grupo Blombusry













Juan Cruz ....................................El bastón de Virginia Woolf


Virginia Woolf, retratada en 1926 por Lady Ottoline Morrell.

Fue frágil y autoritaria, de una rara fortaleza en una mujer tan leve
. El bastón en el que soportó esa levedad se exhibe ahora en la National Portrait Gallery de Londres junto a otros objetos, muchísimos manuscritos y fotografías que antes nunca fueron mostradas
. Es una exposición que se mira como un libro abierto en cada una de cuyas páginas se hallan imágenes que ilustran la obra de la autora de Las olas.
Virginia Woolf se suicidó cuando tenía 59 años (en 1941) porque ya no soportaba su propia locura, ni quería que la soportaran otros.
 Vivió para escribir su obra pero sobre todo para interrogarse por el pasado, cómo había llegado ante “la pared blanca” de su silencio.
 “Nada ha sucedido realmente hasta que se recuerda”, decía, y a recordar dedicó sus abundantes diarios.
 Guardaba sus cartas, sus notas manuscritas, y ese diario que mantuvo se sigue leyendo ahora como una herida abierta.
 Muchas de esas páginas, con su letra incomprensible pero pausada, están a la vista del público.
Se comprometió con su tiempo (con la guerra de España, por ejemplo), fue editora, animó a otros a escribir o a pensar, pero sobre todo necesitó el ánimo de su marido, Leonard Woolf, para llevar a cabo tareas titánicas, entre ellas la de sobrevivir.
 Se enamoró de otras personas, dos de ellas mujeres, pero en él se sostuvo.
 Fue también un importante bastión del grupo de Bloomsbury, gente que se reunía para discutir cómo asociar la cultura británica a la modernidad del mundo
. Con ese grupo contribuyó a rendir homenaje a Guernica en una exposición que propuso su amigo Roland Penrose que tuvo como eje el célebre cuadro de Picasso.
Hay una rara fotografía en esa muestra de la National Portrait que marca el carácter de Virginia Woolf y que acaso lo explica
. En ese retrato casual está mirando a sus padres, que leen en el salón de su casa.
 Ella es una figura difuminada al fondo
. A lo largo de la vida aquella adolescente fue madurando en crisis sucesivas la relación con ambos. Mucho tiempo después, en torno a 1936, llegó Sigmund Freud a Londres; el ilustre psiquiatra, ya demasiado enfermo como para recibir visitas profesionales (tenía cáncer de garganta), les abrió la puerta a ella y a Leonard, y se entendieron gracias a la mediación de su hija
. Fue un encuentro decisivo, no le salvó la vida, ni le alivió la locura, pero sirvió de bálsamo a su recuerdo.
Al salir de ese encuentro con Freud ella se entendió mejor con la memoria de sus padres y escribió frases sincopadas que hoy suenan a lo que hubiera sido el pie de aquella foto y también a arañazo contra el tiempo
: “Qué bellos eran... qué singulares, cuán claros, qué despreocupados”.
Ella estaba habitada, decía, por la oscuridad y por la claridad; Freud le ayudó a aliviar esas contradicciones que la perseguían y que la llevaron a la locura y el desvalimiento.
 A pesar de su carácter elusivo (menos en la escritura), participó con otros en las protestas de la época, contra el fascismo que crecía en Europa.
 El ingreso y la muerte de un sobrino suyo en las Brigadas Internacionales que intervinieron en la Guerra Civil española la alertaron contra Franco, como a otros intelectuales ingleses.
Cubierta de la novela 'La señora Dalloway'.
En la exposición aparece un panfleto de las Brigadas Internacionales denunciando un bombardeo franquista sobre Getafe, el 30 de octubre de 1936.
 Según el pasquín, que ella conservó, “esto es lo que significa Fascismo”, ese bombardeo que acabó con la vida “de 71 niños en la escuela de Getafe…”.
 En el libro que escribía entonces, Tres guineas, se lee: “Mientras oímos las voces parece que se escucha a un niño gritando en la noche, la negra noche que ahora cubre Europa, sin palabras, sólo con un grito, ay, ay, ay… Pero no es un nuevo grito, es un grito muy viejo”.
Hay muy buenas fotografías de Virginia Woolf, pero ella no concedió demasiados retratos.

El bastón de Virginia Woolf

, en grupo, en parejas, pero se resistía a posar. Victoria Ocampo, la poderosa editora y escritora argentina, la convenció para que se sometiera a una sesión con Gisèle Freund, que a su vez la había contactado a través de James Joyce.
 Este se había sentido muy bien retratado por Freund, pero a Woolf no le apetecía lo más mínimo la perspectiva de perder su paciencia ante una retratista.
 Al final fue la intervención de Ocampo la que la incitó a que se sentara
. Ensayó con ella la naciente fotografía en color y logró que se relajara e incluso que posara con vestuarios de la época de su madre.
La contribución de Leonard (que aceptó, a requerimiento de Virginia, fotografiarse con ella) convirtió aquella sesión temida en una ocasión feliz que tiene la lánguida luz de una escena familiar.
La misma Virginia reticente a las fotos posó también para Vogue.
 Ella era la elegancia, la tristeza viajaba por dentro y se asomaba a su cara lánguida y pálida como la luz del olvido.
 Algunas ocasiones felices en medio de mil desventuras, que están en los diarios y que han ingresado en la leyenda de una de las escritoras de vida más perturbada entre las heroínas literarias de todos los tiempos.
 Aquella guerra cuyos nubarrones describió cuando cayó la bomba sobre Getafe explotaron sobre su propio país algún tiempo más tarde; poco antes de su suicidio, su casa de Tavistock, en el centro de Bloomsbury, fue partida en dos por una bomba, cuando ya se había ensombrecido fatalmente la vida de esta mujer, envejecida antes de tiempo, soportada siempre por ese bastón real, el que se exhibe en la National Portrait Gallery, y por su marido, que luego fue quien dio a la estampa los diarios de Virginia Woolf. Esos diarios son hoy la guía de esta exposición que se parece a su vida.

Un retrato de su vida menos conocida

La exposición Virginia Woolf. Arte, vida y visión permanecerá en la National Portrait Gallery londinense hasta el 26 de octubre.
Las cartas, diarios y fotografías de la muestra bucean en la vida como intelectual y activista de la autora de Las olas.
Además de retratos de la escritora, se exhiben imágenes de su vida íntima, con su familia, amigos y componentes del grupo de Bloomsbury.
Esta cita está comisariada por Frances Spalding, biógrafa de Woolf e historiadora del arte.