Un Blues

Un Blues
Del material conque están hechos los sueños

11 ago 2014

¡Que la fuerza de voluntad te acompañe!.................................................. Patricia Ramírez


ILUSTRACIÓN DE JOÃO FAZENDA

¿Cuántos proyectos, sueños y oportuni­dades ha dejado pasar por falta de voluntad? Muchos
. ¿Y cómo se ha sentido? Mal, rematadamente mal. ¿Y qué le ha dicho su crítico interior? “Eres un vago, todo te da pereza, es imposible conseguir algo en la vida si no te implicas y te esfuerzas”. Cuando no tenemos fuerza de voluntad nos descalificamos sin piedad.
 Es de las flaquezas que menos nos perdonamos, porque la lectura que sacamos de nosotros es debilidad, falta de compromiso, dejadez y holgazanería
. Los errores cometidos por su valentía, tienen perdón. No alcanzar los objetivos cuando uno no se esfuerza, no.
Pero no solo es crítico usted con su desidia, también el resto de la sociedad: familiares, profesores, entrenadores, amigos, incluso su pareja.
Nadie se queda inmune ante la dejadez, que es una de las debilidades más criticadas.
 El mundo se divide entre los voluntariosos, capaces de invertir en esfuerzo y trabajo para lograr un proyecto, y los que no lo son.
Esa fuerza es la capacidad que tenemos para decidir qué hacer, y optar por un determinado tipo de comportamiento.
 Y se asocia con el ahínco necesario para alcanzar objetivos que a corto plazo suponen un sacrificio, pero que benefician a largo plazo.
Y aquí es donde aparece el primer problema: el sacrificio inmediato. Cuesta mucho pensar en el largo plazo.
La voluntad no es innata.
Así que deje de lamentarse por no haber sido agraciado por la fortuna de la voluntad, y arremánguese para tenerla de su lado.
Deje de etiquetarse. Y de tener expectativas negativas sobre usted mismo
. Que los demás le juzguen tiene un pase, que se machaque usted a sí mismo, no.
 Si cree que volverá a postergar y fallar en el intento, al final es lo que conseguirá: abandonar.
 Coja su idea con ilusión, enamórese de ella y espere cosas buenas de usted y de la relación que ahora comienza con este nuevo propósito.
 Se puede equivocar todas las veces que sea necesario; lo que debe rechazar es no verse capaz de cometer errores y tirar adelante. ¿De verdad que va a permitir que la falta de voluntad le frene? Deje de justificarse y dele al modo acción.

De camino a la cima

CANCIÓN
‘Eye of the tiger’
Survivor
PELÍCULAS
‘En busca de la felicidad’
Gabriele Muccino
‘Go Now’
Michael Winterbottom
La vida de un enfermo con esclerosis múltiple que no se rinde.
Sin motivación, la fuerza desaparece. Póngaselo fácil. Imagínese la idea de hacer deporte
. No importa la razón por la que lo hagan sus amigos o sus compañeros de trabajo; debe buscar la suya. Esa será la causa que le lleve a trabajar sus músculos.
Para otros puede ser una tontería.
 No se preocupe, hacer juicios de valor es deporte nacional.
 Si usted ha encontrado su motivación, ya es suficiente argumento para ganar a la dejadez.
Organícese. No postergar, la mayoría de las veces es cuestión de organizarse mejor.
El éxito radica en cómo establecen sus prioridades y distribuyen el tiempo los que no dejan las cosas para otro día
. Las personas que llevan una vida saludable, que practican deporte, que tienen tiempo para ver a sus amigos y ver una película de forma relajada no cuentan con una vida más ociosa, solo se organizan mejor. Si lo desea, puede robarle tiempo a la televisión, a las largas horas contemplando los chats del WhatsApp, incluso a alguna hora de siesta.
 Y decida en qué invertiría ese tiempo.
Atienda a su sistema reflexivo. Es mejor que guiarse por impulsos. La falta de voluntad obedece más a lo segundo que a lo primero.
Se siente el deseo de algo, y queremos satisfacerlo de forma inmediata. Espere, piense, pare, frene. Solo retrase el deseo, a ver cuánto es capaz de esperar.
 Si de verdad es tan intenso, también lo tendrá dentro de 15 minutos o de media hora. Dele una tregua. No se trata de que se prohíba hacer algo, sino de dar tiempo a su paciencia y reflexión para que puedan intervenir.
Planifique. Esté preparado. Tener pensado qué va a hacer cuando flaquee, aumenta la probabilidad de tener éxito.
Cuando una persona siente un fuerte impulso que le incita a romper con sus propósitos, la emoción que percibe en ese momento es tan fuerte que pierde la capacidad de razonar y la reflexión. Confeccione una lista con distintas alternativas que eviten “el pecado”.
Tenga su lista de “si la voluntad me falla, que las alternativas estén conmigo” y consúltela cuando surja la necesidad.
Modifique sus hábitos. Es más sencillo cambiar que eliminar. Psicológicamente no es lo mismo ponerse a dieta que modificar sus hábitos alimenticios.
 La segunda opción suena menos restrictiva
. Así que en lugar de pensar todo lo que tiene que abandonar, piense solo en qué va a hacer para sustituir y rellenar ese espacio.
 Mire estos ejemplos:
No se ponga a dieta; incluya más fruta, verduras y hortalizas en sus comidas diarias.
 No se prohíba los refrescos cargados de calorías; beba más agua
. Sustituya media hora de tele todos los días por media hora de un buen libro o media hora de paseo. Baje del tranvía o del bus una parada antes y empiece a caminar
. Deje de ver un programa que no le dice nada y empiece a ver una serie en versión original.
Autocontrol y fuerza de voluntad no son lo mismo, pero mantienen una estrecha relación. Autocontrol es la capacidad consciente de regular los impulsos.
 La fuerza de voluntad hace referencia al esfuerzo que invierte para alcanzar algo.
 Una persona con autocontrol suele manejar bien sus emociones.
Si lo tiene, también será capaz de no ceder ante el primer impulso que por ejemplo le lleve a comer en exceso o a abandonar cuando está cansado.
Para mejorar su autocontrol, lo primero que necesita es el deseo de realizar un cambio, el que cree que es bueno para usted, no el que le imponen los demás.
 No es suficiente motivo trabajar sobre su impaciencia, si usted no tiene la sensación de que le perjudica.
Priorice. ¡Ojo!, el autocontrol tiene un tope. Estudios recientes de la Universidad de Minnesota afirman que la capacidad de autocontrol tiene un desgaste.
 No es bueno abusar mucho de él. Si intenta controlarlo todo, al final se cansará y sucumbirá.
 Por ello, establezca prioridades. No quiera cambiar todo su mundo de golpe: dejar de comprar de forma compulsiva, hacer deporte, perder peso, dejar el tabaco, etcétera. Elija qué es lo más importante para usted y empiece por ahí.
Aplíquese la “terapia del fastídiate”. No todo en la vida puede producir satisfacción, ni siempre se podrá mover solo por sus motivaciones.
 Ojalá fuera así, pero no lo es. Así que asuma como parte del juego de la vida, que tiene que hacer cosas a pesar de que no le apetezcan, y que no tiene otra alternativa
. Si se plantea otra opción, la cogerá. Olvídese, no existe el plan B. Es esto o nada. La mayoría de los objetivos necesitan perseverancia, esfuerzo, trabajo y sacrificio.
 Y están al alcance de todos.
 La diferencia entre los que lo consiguen y los que no está en que muchos se esfuerzan porque saben que lo tienen que hacer, que llegar a la meta pasa por etapas en las que no se está cómodo
. En esta vida no nos podemos mover solo por placer.
No discuta con su diablito. Todos tenemos una figura negativa en nuestro cerebro que nos argumenta constantemente lo bien que se está en el mundo de lo fácil.
 Ese diablillo lleva toda la vida venciendo la batalla a la fuerza de voluntad.
 Si usted le escucha a él en lugar de a su Pepito Grillo, encontrará muchas excusas para dejar de hacer lo que debe en lugar de lo que le place.
Cuanto antes se ponga manos a la obra, antes entrará en el bucle de los que se sienten bien consigo mismos por ser los responsables de sus éxitos.
 Esas personas sufren, disfrutan, trabajan, descansan al igual que usted.
 En esta vida hay tiempo para todo. Se sentirá muy satisfecho de sí mismo si desde hoy empieza a dejar de limitarse y excusarse en que la fuerza de voluntad no es lo suyo.
Sí lo es. Solo tiene que actuar P

Las cámaras apuntan a la Superluna

La Superluna, en Río en Janeiro. / foto: P. Olivares (Reuters) / vídeo: EL PAÍS TV

China, África, Tenerife.... Así se ha vio el paso del satélite, un 30% más brillante de lo normal, en todo el mundo.

Yo no soy China ni Africana ni de la Isla Canaria Tenerife, soy de la Isla Canaria de Gran Canaria y vi esa luna brillar en el Sur de la Isla entre dunas y Mar, en una noche Mágica, y que conste que las Islas Canarias son un Archipiélago muy cerca de Africa, Fuerteventura está a 60 KM, y pertenecemos a España, hay Miradores del cielo, del Universo, el Astrófisico de Tenerife el Roque de los Muchachos en la Isla de La Palma, el Astrónomico de Gran Canaria, vaya que los canarios, todos, vimos a simple vista si queríamos esa Luna, porque Allá abajo en el Sur de Gran Canaria dormida bajo la Luna hay una playa......es que desde godilandia sin amor Canarias iual a Tenerife y no, no, son 7 islas y con la Graciosa si se cuenta como no dependiente de Lanzarote donde veránea el ministro ese de Industria que quiere sacar Petróleo desde Laanzarote se le declaró "Persona non grata y naturalmente está veraneando alli, chulería no le falta...

Ha sido inspiración de artistas, quebradero de cabeza de filósofos, medida del tiempo de algunas civilizaciones… y objetivo de las miradas de todo el planeta durante los últimos días.

 La Luna se ha convertido en Superluna por obra y gracia del plenilunio y el perigeo. En román paladino, que la luna llena ha coincidido con el punto en que su órbita queda más cerca de la Tierra, así que la hemos visto un 14% más grande y, dicen los científicos, también un 30% más brillante. 

Por eso las cámaras ha apuntado al cielo, como en el time lapse que abre estas líneas, que muestra acelerado en pocos segundos el paso del satélite ante el encuadre de la cámara.

 Y lo mismo han hecho en China, en la sabana o en el Puente de la Torre de Londres. Y en Canarias, no se olviden de nuestras Islas dónde están los miradores más maravillosos del Mundo...

 


10 ago 2014

Regreso a la cuna del biquini..................................................................... Álex Vicente

La piscina que vio nacer el biquini vuelve a abrir sus puertas 25 años después como hotel de lujo.

Panorámica de la piscina 'art déco' Molitor de París. / Alexandre Soria, Thomas Jorion

A quien ignore su historia, su valor patrimonial y el apego con el que los autóctonos la tienen grabada en su memoria, Molitor puede parecerle una piscina cualquiera.
Pero los parisinos con pedigrí no tienen reparos a la hora de corregir el error de los incautos
. Y no es para menos, ya que el lugar tiene una historia de excepción
. Fue el mismísimo Johnny Weissmüller quien inauguró la piscina en 1929, poco antes de convertirse en Tarzán.
 En la posguerra, este recinto acogió el primer desfile de biquinis, protagonizado por Micheline Bernardini, una bailarina del Casino de París.
Durante seis décadas, en el perímetro de esta piscina se celebraron fiestas, matrimonios y desfiles de alta costura.
 En los setenta y ochenta, se convirtió en un conocido lugar para flirtear y dejarse seducir, dentro del concurrido circuito parisino del cortejo.
 “Se venía aquí para pasar el día en familia o para ligar con tu banda de amigos.
 Los niños jugaban en el tobogán acuático mientras los veinteañeros observaban a las chicas en topless”, recuerda el fotógrafo Gilles Rigoulet, que retrató repetidamente la vida en la piscina durante los ochenta.
“El público no era homogéneo y el sitio estaba lleno de vida y diversión.
 Por eso ocupa un lugar aparte en el imaginario parisino”.
Así fue hasta que, en 1989, las autoridades francesas decidieron echar el cierre
. Este espectacular conjunto art déco —impagable ejemplo del estilo streamline, que se inspiraba en el diseño de los transatlánticos— no solo había perdido el lustre de otros tiempos, sino que se encontraba en un pronunciado estado de insalubridad.
Poco después de su clausura, el Gobierno francés clasificó el conjunto como monumento histórico, aunque nadie hizo un sobreesfuerzo por salvarlo
. Desde entonces, Molitor había pasado 25 años inexplicablemente cerrada.
El considerado primer biquini moderno, mostrado en 1946 en Molitor. / Keystone, Getty
Durante ese tiempo, la piscina se transformó en escenario de concurridas raves.
 En 2001, el colectivo Heretik reunió a más de 5.000 personas en un recinto que se caía a pedazos y congregaba a decenas de adeptos al street art.
  En 2007, el Ayuntamiento decidió dejar la restauración en manos privadas y abrió un concurso público para sacar a flote la piscina.
 Incapaz de asumir una restauración que ha terminado costando 80 millones de euros, dejó el proyecto en manos del grupo Accor, que se propuso transformarla en hotel de lujo.
Este tortuoso camino terminó en mayo, cuando la piscina volvió a abrir sus puertas convertida en un espectacular complejo hotelero.
 Se accede a él a través de un enorme vestíbulo presidido por un Rolls Royce cubierto de pintadas callejeras, que en su día perteneció a Éric Cantona.
 Es agosto, pero la mañana se ha levantado lluviosa
. Solo un par de bañistas se atreven a meter el pie en la pileta casi olímpica de la piscina descubierta (46 metros). Un poco más allá, otra piscina cubierta y algo más pequeña (33 metros) completa la oferta.
La sorpresa llega al descubrir que nada de lo que se ve es una restauración de la arquitectura original. El edificio estaba tan dañado que no quedó otro remedio que demoler y volver a empezar.
 Cinco arquitectos han participado en esta réplica perfecta del conjunto que proyectó el arquitecto Lucien Pollet, de estilo emparentado con el más conocido Robert Mallet-Stevens.
El resultado conjuga elementos decorativos restaurados, como vidrieras, muebles y rebordes, con el último diseño escandinavo y un puñado de toques de estética urbana.
 En el subterráneo, la galerista Magda Danysz, especializada en street art, ha encargado la decoración de salas y pasillos a algunos de los grandes del género, del veterano Blek Le Rat al joven portugués Whils.
 En total, el hotel contiene 124 habitaciones (por ellas se pagan entre 300 y 800 euros), un lujoso spa y cinco espacios destinados a la restauración.
 Sin olvidar una terraza panorámica en la azotea, desde la que se observa el privilegiado entorno de este enclave situado en la frontera oeste de la ciudad
. A un lado, el nuevo estadio de rugby Jean Bouin
. Al otro, el recinto donde se celebra Roland Garros y los espectaculares invernaderos de Auteuil. De lejos, la silueta del hipódromo decimonónico de este antiguo municipio anexionado a París
. Y, un poco más allá, coronando el conjunto, nada menos que la Torre Eiffel.
Imagen del estado ruinoso en el que se encontraba la piscina de Molitor.
Hasta aquí, todo parece relucir.
 Los problemas empiezan al leer la letra pequeña.
 Las dos piscinas sólo son accesibles para clientes del hotel e integrantes de un club privado que sólo aceptará a mil miembros.
 Para acceder a dicho club, se deben desembolsar 3.300 euros anuales, a los que hay que sumar 1.200 más durante el primer año.
 Si un bañista anónimo desea adquirir una entrada de día, tendrá que pagar entre 120 y 180 euros, en función de la temporada
. “Está pensado como algo excepcional. Nadie en su sano juicio va a pagar eso por bañarse un rato”, reconoce un miembro del equipo.
Ante dicha política tarifaria, la polémica estaba servida
. Muchos parisinos sienten que se les ha expropiado un lugar profundamente anclado en el imaginario colectivo. Dos asociaciones de vecinos exigen al Ayuntamiento que vuelve a adquirir el recinto o, en su defecto, obligue a sus nuevos inquilinos a bajar estos precios prohibitivos.
 Ministro de Cultura en los tiempos de Mitterrand, Jack Lang fue quien clasificó el edificio como monumento histórico en 1990.
“Es chocante que esta piscina, perteneciente a la memoria colectiva, sea transformada en un club privado, reservado a una minoría de happy few”, ha dicho. “La ciudad podría haber puesto la mano en el bolsillo”.
 Los Verdes, aliados de la alcaldesa socialista Anne Hidalgo en el consistorio, la incitaron recientemente a terminar con este “gueto para ricos”. No es exagerado llamarlo así. Nos encontramos en Auteuil, uno de los barrios más caros de París (cerca de 10.000 euros por m2), donde viven el futbolista Zlatan Ibrahimovic, el empresario Arnaud Lagardère o la misma Carla Bruni
. De hecho, Nicolas Sarkozy fue invitado a la inauguración.
Uno de los vitrales de Molitor. / journey studio
De regreso al vestíbulo, aparece un hombre joven vestido de traje y corbata
. “Hace mal día, pero incluso así Molitor conserva su charme”, afirma. Vincent Mézard tiene 30 años y es el nuevo director del lugar.
 No es parisino, pero descubrió la piscina hace unos años gracias a dos vecinos de despacho que supervisaban su reconstrucción.
Se enamoró de esos muros desgastados y cubiertos de tags. “Muchos parisinos se sienten propietarios del lugar y entiendo sus reacciones”, responde. “Pero, a partir del momento en que el Ayuntamiento decidió que este sería un proyecto privado, somos libres de fijar nuestro posicionamiento y nuestras tarifas”.
 El director asegura que, pese a lo que sostiene la leyenda, Molitor nunca fue una piscina proletaria: “Siempre fue un lugar lujoso y de gama alta, con condiciones de acceso más caras que en las piscinas municipales”.
 Durante los años sesenta, bañarse en Molitor costaba casi 20 veces lo que un baño en un establecimiento público
. Ahora cuesta hasta 60 veces más. La alcaldesa Hidalgo no se ha pronunciado, pero desde el Ayuntamiento se desestima tomar cartas en el asunto.
“Hemos firmado un contrato de 54 años.
 Es inimaginable que París se reapropie de la piscina a corto término”, explica un portavoz de la alcaldía.
¿A qué se debe esta pasión repentina por una simple piscina? Tal vez a que, para los parisinos, el nombre de Molitor remite a una época recordada con nostalgia.
“La piscina cerró a finales de los ochenta, una década especialmente viva. Molitor recuerda aquella libertad de jugar, de mirar y de exhibirse”, explica Rigoulet.
 “Era un espacio abierto y sensual, donde uno podía bañarse sin gorro y sentarse junto a la piscina. Hoy eso es imposible. Todo se ha vuelto mucho más restrictivo”.
 Las piscinas parisinas proscriben incluso el bañador largo “por motivos higiénicos” y el Ayuntamiento también ha prohibido el topless en la playa artificial del Sena
. En ese contexto, ese Molitor de antaño parece el recordatorio de un París que desaparece, si es que no lo ha hecho ya.

 

SEPAN LO SEPAN LO SEPAN.......................................................Pablo Neruda


SEPAN LO SEPAN LO SEPAN
AY la mentira que vivimos
fue el pan nuestro de cada día.
Señores del siglo veintiuno,
es necesario que se sepa
lo que nosotros no supimos,
que se vea el contra y el por,
porque no lo vimos nosotros,
y que no coma nadie más
el alimento mentiroso
que en nuestro tiempo nos nutría.

Fue el siglo comunicativo
de las incomunicaciones:
los cables debajo del mar
fueron a veces verdaderos
cuando la mentira llegó
a tener mayor latitud
y longitudes que el océano:
los lenguajes se acostumbraron
a aderezar el disimulo,
a sugerir las amenazas,
y las largas lenguas del cable
enrollaron como serpientes
el mentidero colosal
hasta que todos compartimos
la batalla de la mentira
y después de mentir corriendo
salimos mintiendo a matar,
llegamos mintiendo a morir.

Mentíamos con los amigos
en la tristeza o el silencio
y el enemigo nos mintió
con la boca llena de odio.

Fue la edad fría de la guerra.
La edad tranquila del odio.
Una bomba de cuando en cuando
quemaba el alma de Viet Nam.

Y Dios metido en su escondite
acechaba como una araña
a los remotos provincianos
que con soñolienta pasión
caían en el adulterio.