Un Blues

Un Blues
Del material conque están hechos los sueños

6 ago 2014

Entre el miedo y la solidaridad..........................................................................Alejandra Torres Reyes

Pobre misionero , la enfermedad lo encontró, no sé que pensará de su Dios que hace tiempo está dormido.
No soy creyente pero pienso que de existir un Dios no debería mandarnos las 7 Plagas de Egypto, o los 5 jinetes de la Apocalipsis, que ya llevamos unos cuantos, no sé si son 5 o siete, ese siete apocaliptico. Ni Idea. Pienso que esos mundos africanos están llevados por sacerdotes que se imponen a su miedo humano y está con los enfermos, hambrientos, solos, heridos, solo ellos desafían , seguramente sin quererlo, a esa furia desencadenada de un Dios del Atiguo Testamento.
¿A quién manda el ébola? naturalmente a los que cuidan a los enfermos Liberianos, de Sierra Leona. ¿Que dice ese Papa Francisco? no era fieramente humano? no oigo sus palabras.......como siempre la Iglesia mal que nos pese ayuda y La Iglesia calla.....no es justo.
Leo que la epidemia casi no llegue a España, o hay pocas probalidades de que llegue, Ayyyy!!! ese "casi" o esas "pocas" pueden llegar .
El avión que viajará a Liberia para recoger al religioso español afectado de ébola ya está listo para salir, pero en España se desconoce aún dónde será tratado.
 El silencio del Ministerio de Sanidad al respecto, que ya dura días, alimenta algunos rumores, como el que se ha disparado de que sería el hospital de La Paz, en Madrid, adonde llegaría Miguel Pajares.
El hospital no tiene ninguna comunicación oficial de que eso vaya a ser así, pero entre los pacientes sí se recogen opiniones que van del miedo a la solidaridad.
 Además, se ha convocado una reunión a las 13.00 horas para informar al personal de distintos servicios de la eventual llegada del sacerdote.
 El centro tiene una unidad de enfermedades infecciosas, pero igual que tienen otros, no es específica para tratar un caso de ébola.
Otra posibilidad es que el paciente sea ingresado en una habitación del hospital Carlos III, que desde el pasado mes de enero depende funcionalmente de La Paz.
Los usuarios de La Paz se dividen en dos: los que aceptan que el religioso tratado en este centro y los que no.
Virginia Crespo cuenta que se quedó "helada" al escuchar esta mañana que el infectado llegaría al mismo hospital donde horas más tarde llevaría a su padre por un problema en las arterias.
 "Claro que tiene derecho a que le curen y espero que lo hagan, pero, hombre, si allá no hay cura, acá tampoco", comenta, molesta, mientras espera que atiendan a su padre, de 90 años.
Carmen Gutiérrez, de 62 años, no puede estar más en contra de esta postura.
 Su hermana está ingresada desde este martes a la espera de ser intervenida por un tumor en el cuello y dice que, "aun así", espera que el religioso sea tratado en este mismo hospital "o en cualquier otro español porque tiene derecho".
"Si allá está fatal y aquí tenemos más medios, hay que traerlo. Que se le aísle en condiciones y punto pelota. No tiene por qué contagiar a nadie".
Con 49 especialidades y casi 7.000 trabajadores, el hospital realiza cada año un millón de consultas y atiende 200.000 urgencias.
 Es centro de referencia en España para 19 patologías complejas y su programa de trasplantes ha protagonizado la mayoría de los hitos médicos del hospital, que en 1993 realizó el primer trasplante con un órgano de donante vivo en España.
Victoria Trujillo, presidenta de la Asociación de Enfermería de Madrid, dice que las enfermeras de La Paz llevan casi un mes quejándose por la falta de protocolos y el desconocimiento para atender casos de este tipo.
 "Si existe un protocolo, las enfermeras no lo conocen. Lo único que saben es cómo ponerse y sacarse un traje especial, pero no saben ni por dónde ingresa un paciente con este tipo de patología, qué recorrido tienen que seguir, qué medidas de esterilización tienen que cumplir
. Eso existía hace un año en el Carlos III, pero lo han desmantelado. Vamos, no es un tema de no recibirlo, sino de recibirlo en condiciones".
La sala de urgencias de La Paz está casi llena, unas 50 personas esperan en el lugar donde cada año pasan por allí una media de 200.000 enfermos. Concepción Figueras, de 62 años, es una de ellas. Cree que las dos posturas son "correctas".
 Por una parte, está de acuerdo con que Pajares reciba atención es España; por otra, cree que, para "evitar la alarma social", debería ser trasladado a un centro menos congestionado.
 "Aquí viene mucha gente, incluso niños, porque hay muchas especialidades. Es normal que la gente se asuste porque, aunque todos vamos a morir, nadie quiere contagiarse".
El protocolo de traslado de la Organización Mundial de la Salud (OMS) contempla el uso de un avión "medicalizado" con un equipo de expertos a bordo.
 España se convertirá en el segundo país en repatriar a infectados del virus desde África, después de Estados Unidos, que trasladó a dos enfermos a Atlanta.
Alea Iacta est.


5 ago 2014

En manos de quién estamos ....................Arturo Pérez Reverte

En manos de quién estamos

Aterra el disparate perpetuo en que vivimos. 
Y déjenme contarles la penúltima.
 A él lo llamaremos Manolo, y a la embarcación Manolita II. Manolo es patrón y propietario del pesquero Manolita I.
 Se dedica, con sus marineros, a una pesca que se hace con redes; y para ayudarse a calar y recoger éstas lleva a remolque desde hace treinta años el Manolita II: pequeño bote auxiliar, de madera y remos, de sólo cuatro metros de eslora, que valdrá hoy unos trescientos euros
. Nunca tuvo problemas hasta que una patrullera de la Benemérita le dijo hola, buenos días, y en aplicación del reglamento vigente lo informó de que el Manolita II tenía que estar registrado, llevar matrícula, bandera y demás parafernalia náutica.
 Manolo dijo a los guardias que él sólo usaba ese bote un par de meses al año, y que el resto lo tenía en seco, en tierra. Pero respondieron que aun así.
 Que lo sentían mucho, pero que era la norma y ellos eran unos mandados. Punto. 
Manolo decidió hacer bien las cosas bien, y empezó los trámites: capitanía marítima, papeleo.
 En cada peldaño del calvario, claro, pagando. 
Tasa tal, certificado cual. Hasta que, en mitad del proceso, el funcionario correspondiente informa a Manolo que, según la normativa
 A, párrafo B, para obtener el certificado de navegación del Manolita II debe presentar un proyecto de embarcación hecho por un ingeniero naval y visado por el Colegio Oficial, donde figuren datos técnicos como cálculo del junquillo y otras informaciones vitales. A Manolo se le funden los plomos. Oiga, balbucea. Yo sólo quiero legalizar un bote de remos de cuatro metros que remolco hace treinta años. Ya, responden. 
 Pero según la normativa con fecha tantos de tantos, si no figuran los datos del junquillo, no hay manera. ¿Y qué es el junquillo?, pregunta Manolo. Etcétera.
 Al fin, gracias a la buena voluntad de otro funcionario que le confía por lo bajini que el primer funcionario es un borde que no tiene ni zorra idea, Manolo consigue pasar el trámite, paga nuevas tasas y obtiene el certificado del Colegio Naval. Victoria. 
Victoria un carajo, comprueba acto seguido.
 Pues cuando acude a la ventanilla con su certificado, responden que ahora tiene que obtener el de Seguridad, y que además tiene que colocar un puntal con las luces de navegación obligatorias. ¿En un bote de cuatro metros?, alucina Manolo.
 Afirmativo, confirman.
 Además, debe llevar a bordo bengalas y chalecos salvavidas inflables y sin inflar.
 Manolo objeta que todo eso lo tiene a bordo del pesquero grande, y que cuando bajan al bote llevan los chalecos salvavidas puestos. Da igual, responden. 
El Manolita II debe llevar sus propios chalecos, revisados cada año pagando las tasas correspondientes.
 Pero en cuatro metros de bote no cabe todo eso, se desespera Manolo.
 A lo que los funcionarios responden encogiéndose de hombros. Ya, dicen. Pero es la normativa. Artículo Tal, párrafo Cual. 
¿Y quién ha hecho esa normativa?, pregunta la víctima
. Y responden: ah, no sé. Uno de la consejería, o de Madrid. 
Manolo lo compra todo. El puntal, las luces, los chalecos. Todo.
 Pero siguen sin darle el permiso, informándolo por capítulos. Falta la revisión de Sanidad y el pago de esas tasas, se entera ahora.
 Y un día, en el lugar donde está varado en tierra el bote, se presentan dos inspectores con mono blanco, botas asépticas y casco de seguridad. 
 ¿Dónde está el buque Manolita II?, preguntan.
 Cuando se repone de la impresión, Manolo indica el bote. Lo miran, se miran entre ellos y le dicen a Manolo que falta a bordo el botiquín con la lista Alfa, o algo así. 
Y se van. Manolo acude a una tienda náutica, compra el botiquín -que está vacío y cuesta 100 euros- y luego lleva la lista Alfa a una farmacia. No puedo darle esos productos, dice el farmacéutico, porque para la mitad necesita receta. No joda, dice Manolo. Sí jodo, dice el otro. Etcétera. Etcétera.
 Y una docena de etcéteras más. 
Ha pasado un año
. Hoy, tras perder meses de ventanilla en ventanilla y gastarse 5895 euros en legalizar un bote que vale 300, Manolo por fin puede llevar otra vez a remolque el Manolita II 
. Aunque, como es imposible cargar tanto equipo a bordo, pues en cuatro metros de eslora eso impediría hasta remar, lo deja todo en tierra
. De manera que cuando la Guardia Civil lo pare otra vez, lo van a crujir.
 Pero eso sí: gracias a la normativa Omega barra Siete, o como se llame -ideada por algún imbécil que no ha visto el mar en su vida-, el Manolita II tiene, por fin, pintado un número de registro oficial. Y en la popa, según expresa textualmente nuestra legislación náutica, ya puede llevar la bandera española «con los privilegios que ello confiere». 
3 de agosto de 2014

Mares, Olas Oceános..

























“Estoy muy deprimido, pero intento cuidarme y comer sin apetito”....................................................... Jaime Prats

Un sacerdote y una religiosa españoles están aislados en Liberia por el ébola.

Miguel Pajares, a la izquierda, y un enfermero en el Hospital San José de Monrovia en 2011. / juan ciudad ongd

Miguel Pajares, sacerdote de la orden de San Juan de Dios y superior del hospital católico de San José de Monrovia (Liberia), manifestaba este lunes a este diario encontrarse “mal, muy deprimido” desde su aislamiento en el centro hospitalario.
 El religioso, de 75 años, natural de La Iglesuela (Toledo) padece los síntomas del virus del ébola y comentaba, con voz cansada, que intenta cuidarse. “Procuro beber té y comer algo, aunque no tengo apetito”, trasladaba por teléfono.
Pero lo que más le preocupaba era que después de haberle tomado muestras por la mañana, aún no sabía el resultado de los análisis:
 “La ignorancia de no saber aún qué dicen las pruebas [de detección de la enfermedad] nos tiene en vilo”. Según una portavoz de la ONG Juan Ciudad, entidad vinculada a la orden de San Juan de Dios, el estado de salud del religioso había empeorado respecto al domingo.
El hospital en el que permanece el religioso está cerrado.
 Además de Pajares, hay otras cinco personas en aislamiento, según la ONG.
Solo una de ellas presenta “algunos síntomas” de la enfermedad. Se trata de Chantal Pascaline, congoleña, de la orden de las Misioneras de la Inmaculada Concepción. Junto a ellos, se encuentran otras dos religiosas de la misma congregación: Paciencia Melgar, de Guinea Ecuatorial y Juliana Bohi, del mismo origen pero nacionalidad española
. Ambas, junto a otro religioso, el ghanés George Combey, y el administrador del hospital, están bien de salud.
La ONG señala, además, que los ministerios de Sanidad y Asuntos Exteriores de España se han interesado por el estado de las personas que se encuentran aisladas en el hospital.
 La colonia española en Liberia ronda las 30 personas, en su mayoría religiosos y cooperantes.

El sacerdote español atendió al camerunés Patrick Nshamdze, director del centro hospitalario, hasta que el sábado falleció de ébola.
 Las pruebas de detección del virus practicadas a Nshamdze en un principio resultaron negativas y descuidó las medidas de protección.
 Ahora es él quien se encuentra aguardando el resultado del análisis para saber si el motivo de la fiebre y el cansancio que padece tiene el mismo origen que la enfermedad que causó la muerte de su compañero.
El tratamiento que está recibiendo se limita a paracetamol para la fiebre y los dolores, y combatir la deshidratación.
 La entidad Juan Ciudad envió el viernes dos cargamentos aéreos con productos hospitalarios para la protección y el aislamiento del personal, que están llegando esta semana.
“Mi primo no responde a los mensajes electrónicos”, “Con 75 años que tiene, iba a venirse ya en agosto para quedarse, y mira lo que ha sucedido”, comentaba el lunes a este diario Begoña Martín Villergas, que ha visitado a su familiar varias veces en Liberia.
Cientos de tropas han sido desplegadas en Sierra Leona y Liberia como parte de los planes de emergencia para luchar contra el peor brote de ébola de la historia, que ha infectado a 1.603 personas, de las que 887 han muerto, según el último recuento de la OMS.
Las siete plagas de Egipto...