Un Blues

Un Blues
Del material conque están hechos los sueños

29 jul 2014

Gente será, mas gente empoderada................................................................ Santos Juliá


Cartel de Podemos, en la asamblea celebrada en mayo pasado en Rivas Vaciamarid. / Samuel Sánchez

En su Curso urgente de política, Juan Carlos Monedero se detiene ante uno de los desastres de Goya y en una pirueta audaz traslada su mirada a todas las esquinas del planeta para dibujar, con gesto de pantocrátor a punto de dictar el juicio final, sentados a la derecha, a los globalizadores, […]los flexibilizadores, los desreguladores, los comerciantes de agua, los vendedores de armas, los turistas sexuales, las empresas transnacionales, los chantajistas de la deuda.
 Y a la izquierda, los globalizados, los que reclaman su identidad, los hambrientos reducidos a piratas o terroristas, los que pasan sed, los desplazados, los desahuciados… la gente decente.
La gente, tal es el nombre del nuevo sujeto político que llena con su presencia dos conversaciones mantenidas por Jacobo Rivero con Pablo Iglesias.
 Aunque, bien mirado, esto no es conversar, esto es plantear una serie de preguntas bien ordenadas para que el líder de Podemos se explaye a gusto, sin jamás ser repreguntado, sin que su entrevistador le ponga nunca en dificultades ni insinúe la más mínima objeción a sus relatos
. Y si las preguntas están preparadas con esmero, y con un excelente aparato de citas y referencias, las respuestas dan la impresión de haber sido revisadas antes de darlas a la imprenta.
 Estamos, pues, ante el auténtico pensamiento del primer responsable del fenómeno político más resonante de los últimos años: Podemos.
“Podemos es la gente, no soy solo yo”, admite su líder, un yo que ha captado como nadie la ventana de oportunidad abierta por la gente al salir a la calle y encontrarse en las plazas
. La Puerta del Sol de Madrid, espacio de poder que durante el siglo XIX y hasta 1931 presenció tantas veces al pueblo en revolución, fue en esta ocasión lugar de acampada de la gente que se identificaba no tanto por lo que pretendía, como por aquello contra lo que se sentía indignada.
 Un sentimiento suficiente para construir un nuevo sujeto colectivo capaz de alzarse como un “nosotros” al tiempo que manifiesta su indignación contra “ellos”
. No nos representan, dicho desde una plaza llena de gente acampada señala una presencia y marca una ausencia, la de alguien a quien con su voto eligieron pero que ya, ahora, nada representa.
El primer acierto de Podemos fue dar nombre a ellos: la casta
. Si, mientras estuvo acampada, la gente no supo más que mostrar su indignación, una vez nombrado el sujeto que les había impulsado a salir a la calle, solo faltaba que un grupo de lo que Iglesias llama buenos comunicadores, expertos en el uso de la Red, bien dotados para la “presencia mediática”, construyera una visión del mundo en la que la gente, convertida en comunidad, pudiera sacar la consecuencia de que si ellos están en el poder es sólo porque nosotros los pusimos, y que ahora, que ya no nos representan, podemos echarlos, por mangantes, por corruptos, por vividores, porque al traicionar el mandato de representación se han convertido en escoria.
 Dar cauce a la indignación transformándola en “empoderamiento” tras infundir en los reunidos la ilusión, “ingrediente imprescindible” en un proceso de cambio político, eso es Podemos.
De ahí la cuidadosa reconstrucción del mundo como una serie de dicotomías: gente contra casta se reduplica en nueva política contra viejos políticos, sentido común contra ideología, espacios de decisión frente a lógica de partidos, país real frente a país de élites, democracia contra oligarquía, mayoría social contra minoría de privilegiados.
 Hasta aquí, puede sonar a ya visto, sobre todo en España, donde hace nada menos que un siglo, en marzo de 1914, un joven de treinta años llamado José Ortega convocó a la gente nueva con el encomiable propósito de acabar con la vieja política.
 Los discursos no son tan diferentes como las personalidades de sus emisores haría sospechar: también una España oficial y un régimen corrupto, también unos partidos —dos— que no les representaban, también una llamada a la acción: si se superpone la conferencia pronunciada por Ortega en el teatro de la Comedia con el texto de esta conversación de Iglesias producido cien años después, sorprenderá hasta qué punto los relatos se confunden y los marcos de interpretación de la realidad se repiten.
Con una diferencia: los líderes de Podemos, como Iglesias se encarga de recalcar, son políticos, no intelectuales.
Por supuesto, han leído lo suficiente como para destilar una serie de ideas (que suenan livianas, a mero ejercicio literario en Monedero: la patria es como el barco que nos lleva desde la eternidad pasada a la eternidad futura, escribe) con el evidente propósito de trasmitirlas a la gente en todos los medios de comunicación posibles: la lucha por la hegemonía, de Gramsci; la razón y la mística del populismo, de Laclau; algo de Lenin y mucho de Carl Schmitt, por quien sienten ambos un gran respeto no exento de fascinación.
 Pero todo esto es puramente instrumental
. Lo que importa, lo que les diferencia radicalmente del Ortega de Vieja y nueva política es que, además de denunciar al poder, trabajan por alcanzarlo y cuentan con la experiencia de haber servido como asesores a líderes poderosos sostenidos en movimientos populistas.
 Tal vez por eso, los correlatos negativos del voto y del capitalismo brillan por su ausencia.
 Del voto, porque no ven otra forma de llegar al poder; del capitalismo, porque el socialismo realmente existente, o sea el comunismo en la URSS, “no era bonito” o, peor aún, “era muy feo” y, más todavía, “era horrible”, como dice Iglesias en un alarde de elaboración teórica al servicio de la práctica.
No, Podemos no es una nueva izquierda anticapitalista, ni propone una nueva versión incontaminada de socialismo o comunismo.
 Nada de eso. El programa de Iglesias consiste en empoderar a la gente. Lo que quiera decir con este gran designio en términos de organización y estrategia no queda claro ni el entrevistador hace nada por aclararlo.
 Como Iglesias repite una y otra vez: cada cosa a su tiempo, y ahora, organización, estrategia y metas finales no toca.
 Ahora lo que toca es multiplicar espacios de debate y decisión, “espacios de empoderamiento”, los círculos, que, de momento, ya han mostrado su poder enviando cinco diputados al Parlamento Europeo y votando la lista cerrada y bloqueada presentada, para preparar su primera asamblea, por sus “atractores sociales”, esos líderes amables “que gozan de mucho reconocimiento y que son capaces de lograr que cada cual baje su bandera para que se vea la bandera compartida”, como escribe Monedero, tan literato siempre
. Luego, cuando la gente se sienta ya empoderada y comparta una sola bandera, será el momento de lanzar un proceso constituyente que arramble con la vieja política, sus instituciones y sus actores. Para poner ¿qué? Ah, eso, ahora, no toca.
A quien ya haya visto muchas banderas arriadas ante la única bandera compartida, al terminar este curso y al finalizar esta conversación, lo primero que se le ocurre es que nunca han perdurado los sóviets sin vanguardias ni los pueblos sin caudillos
. Es cierto que gente no es clase obrera ni pueblo.
 Gente es otra cosa; es un nuevo sujeto colectivo, al que, si mantiene el espíritu de comunidad ilusionada y se empodera, pertenece el futuro. “El mañana es nuestro”, concluyó Iglesias en su primera soflama en el Parlamento Europeo
. Y no es posible, al oírlo, que no venga a la memoria el recuerdo de aquel hermoso muchacho alemán, de pie sobre una mesa, cantando transido de emoción Tomorrow belongs to me.
Curso urgente de política para gente decente. Juan Carlos Monedero. Seix Barral. Barcelona, 2013. 243 páginas. 15 euros (electrónico: 9,99 euros.
Conversación con Pablo Iglesias. Jacobo Rivero. Epílogo de Pablo Iglesias. Ediciones Turpial. Madrid, 2014. 151 páginas. 13,89 euros.

Del Blog Cuentos de Laskaponia...

Buenas estamos, queridos y queridas lector@s inexistentes de Laskaponia

Hémonos dado cuenta de que tenemos abandonado el blog de Laskaponia namber güan. No... esto no puede seguir así! Sentimos la necesidad de volver a meternos con tocristo y de venderles locuras exquisitas de modo que vamos a tener que relajarnos con el Tumblr (que es este)
y dejar de reblogear nazis guapos y gifs de morticia addams.
O mejor no lo dejamos.

Pero convertimos esto en un blog de “moda”???

Eso si les vamos a tener que pedir disculpas por si denotan que nuestro maravilloso uso del castellano se ve mermado en algún momento... a estas alturas, el alemán se ha apoderado ya casi de la totalidad de la zona del habla en nuestro cerebro y a veces es duro no construir frases completamente del diablo. O no poner preposiciones que no son.
Ustedes perdonen.

Guapos todosss!

Los cuadros que ya no necesitamos pintar

Les dejamos con un par de fotografías exquisitas de nuestra nueva vida en la capital de Europa: Berlín. Eso sí, no se extrañen si cuando van de viaje por estos lares no ven todo esto, que nosotras somos artistas!



Nuestra preciosa calle una noche de estas de diciembre




Los vecinitos




La laterne de nuestro jardin




Nos en la parte nostálgica de la ciuad




 Atardecer en nuestro jardín, 16:05h



El brillo de la nieve!

Un acoso de papel...................................................................

Denunciar al coronel Isidro José de Lezcano-Mújica por acoso sexual y laboral fue el principio del fin de la carrera militar de la capitán Zaida Cantera.

Este Gobierno no parece tener muy claras las ideas sobre el acoso sexual y laboral, cuando al tiempo que lanza un anteproyecto de ley que tipifica este delito en el código militar no toma medidas prácticas para atajarlo
. El de la capitán Zaida Cantera es uno de esos casos que evidencia la distancia entre palabras y hechos.
 La capitán, víctima de acoso sexual y laboral, tira la toalla tras haber conseguido lo más difícil: sentar en el banquillo y conseguir que el tribunal Militar Central condenase en 2012 a dos años y 10 meses de cárcel al coronel que cometió “actos gravemente atentatorios contra su libertad sexual”, según la sentencia.
Denunciar al coronel Isidro José de Lezcano-Mújica fue el principio del fin de la carrera militar de Zaida Cantera, que no solo vio cómo se cerraban sus opciones de promoción, sino también peligraba su puesto de trabajo.
 En el último año y medio ha vivido una situación rocambolesca: primero se la acusó de un delito de deslealtad, por la alteración de una fecha en una petición de permiso; y, cuando se demostró que no había delito, se le imputó una falta grave, castigada con dos meses de arresto.
 Al final no se demostró que alterase la fecha, pero sí que un mando había falseado una firma.
 Aún así se le impuso a ella una falta leve, ya prescrita.
La denuncia por persecución que interpuso contra un general, dos coroneles y un teniente coronel se tramitó en tiempo récord en la justicia castrense: en solo un mes fueron imputados y desimputados los mandos solo para llegar a tiempo al Consejo de Ministros del pasado viernes, en el que el general Ramón Pardo de Santayana ascendió de brigada a división.
El Ejército no es la única institución en la que se producen situaciones de acoso sexual o laboral, pero su jerarquía y disciplina facilitan posibles abusos de los superiores, mayoritariamente hombres, sobre los subordinados, muchas veces mujeres.
 Endurecer las penas para estas conductas es positivo, pero solo será posible erradicarlas si el Ejército asume que no es desleal quien, como la capitán Cantera, denuncia el acoso, sino los mandos que, como reconocía la propia sentencia, conocieron los abusos y miraron para otro lado.
Pues así son las cosas, antes echan a una mujer de su trabajo o como paciente que llevar a juicio por abuso, acoso, violación al agredir con su atención un mando superior a ella o en quién ha depositado causas muy personales, que el sinvergüenza de turno se vea aunque sea apartado de sus compañeros, hoy por ti, mañana por mi, y.......mientras ¿Qué hacemos las mujeres? Les suena a alguien?

 

 

Los diez escritores que mandan en Internet........................................................Miqui Otero

Tienen más seguidores que un canal temático. Sus tuits forman parte de su obra. Internet es de autores de todos los tamaños.

James Franco interpretando a Allen Ginsberg en 'Howl' y recordándonos que si él fuera solo escritor también estaría en esta lista / JoJo Whilden (Everett Collection / Everett Col /Cordon Press )

La relación de los autores con internet no tiene por qué ser promiscua, pero en ningún caso puede ser oportunista
. Los novelistas con mayor culto en las redes no pueden ser: a) como ese amigo que sólo llama para tomar unas cañas cuando lo ha dejado la novia o está de Rodríguez –para el caso, cuando está a punto de sacar su nueva novela–; b) como esas cuentas tipo Papa de Roma que sólo se siguen a ellas mismas en los diversos idiomas –se valora la interacción con los lectores–.
Todos los escritores que reniegan de internet son iguales (mármoreos en sus suspicacias luditas), pero cada integrado que emplea la red lo hace a su manera: el chiste, le estudio del mercado editorial, la ficción en internet, la diatriba o la relación natural con sus seguidores.
 Aunque el debate debería estar algo desfasado (discutir sobre la presencia en internet es algo así como plantear el debate: ¿flexo de luz eléctrica o quinqué en la mesa del novelista) y aunque el novelista no es otra cosa que una persona que vive en un tiempo determinado (que en algunos casos, según su ambición o pretensión querrá trascender), aún se siguen despachando listas de los autores más influyentes en el mundo de la triple w.
Algunos ven en defensores como Paulo Coelho, que dice que el futuro de la literatura pasa por la red, la prueba de que existen otros caminos.
 En España no es solo cosa de autores jóvenes y internautamente nativos como Luna Miguel (conectada en red con escritores de su generación de todo el mundo), ya que otros best-sellers de más edad como Arturo Pérez Reverte también lo han empleado con éxito (más de 850.000 seguidores) sin evitar tics que en otros perfiles causan risión (no tiene problema en decir que cenará salmorejo y durante cada domingo hablaba en un hipotético bar regentado por una camarera llamada Lola, que escuchaba estoica y atentamente todos sus comentarios). En el mundo anglosajón la cosa está aún más normalizada.
He aquí algunas de las firmas con más predicamento y sus armas para conseguirlo.

1. Neil Gaiman
Neil Gaiman fotografiado por ICON en 2012 / Chus Antón
Más de dos millones de feligreses siguen en Twitter a Neil Gaiman, que emplea la plataforma tanto para crear tuiteratura junto a sus fans (novelas con frases de 140 caracteres o menos), como para hablar de la forma más impúdica y entrañable con su mujer, la artista y músico Amanda Palmer.
 Más que para promocionar su trabajo, el autor de Sandman emplea otras plataformas como su Tumblr para intentar impulsar iniciativas, confesar influencias y marcarse reflexiones cotidianas o hablar de su trabajo.
2. Elif Batuman
Que una escritora especialista en literatura barbuda rusa tire de chiste en su nombre para internet (y en su avatar) ya explica mucho: firma @bananakarenina, con un retrato del personaje tocado con un sombrerito con plátano inclinado incluido
. La autora de Los poseídos (Seix Barral) habla sobre literatura, noticias o eventos que le interesan con la misma acidez y humor que exhibe en sus artículos para The New Yorker. El ejemplo más reciente: "El nuevo eslógan de Lufthansa: 'Tú sin parar' parece encapsular todo lo horrible y nauseabundo de la conciencia humana".
 Lo que estábamos pensando todos.
3. Tao Lin
Tao Lin en una foto publicada en su Twitter
Editado en España por Alpha Decay, ha sido definido por algunos como el “Kafka de la generación iPhone”, mientras otros desprecian sus obras, precisamente, por tomar como material literaturizable todo el entramado de relaciones y recursos de la red.
 Antes había que leer toda la bibliografía de un autor para sentir una empatía casi íntima con él. Con Tao Lin sucede que muchos de sus lectores ya lo conocían de perlas (o a él o a su personaje 2.0.) antes incluso de leer sus primeras novelas, que casi inauguraron un género: Alt Lit (con toda un área de influencia de comunidad online).
 Porque no sólo graba vídeos con su Mac Pro en delirantes situaciones o explica cuándo toma Xanax o le cambia la vida un libro, además lo incluye en sus novelas.
La foto de perfil con la que Kreizman domina Twitter
4. Maris Kreizman
Esta amante de la obra de Kurt Vonnegut tituló su exitoso blog Slaughterhouse 90210 (en referencia a la novela Matadero V, pero también a la serie Sensación de vivir; más de 100.000 seguidores). En su Tumblr marida citas de clásicos (y no tan clásicos) de la literatura con pantallazos de series y películas mainstream con resultados a menudo graciosos.
 Tiene seguidores, sí, aunque su influencia tiene más que ver con su perfil profesional: responsable de asesoramiento editorial en la plataforma de financiación colectiva Kickstarter.
5. William Gibson
Sólo por haber escrito en 1984 Neuromante, novela fundamental en el cyberpunk, Gibson ya podría tener una gran influencia en la red haciéndose eco de los muchísimos comentarios diarios que esa obra genera.
 Pero sus 145.000 seguidores en Twitter pueden asistir día a día a cómo se maravilla con algunos aspectos del progreso tecnológico mientras que reflexiona y sospecha sobre otros relacionados con la conectividad a través de internet.
6. John Green
Miguel Villagran (Getty)
Del mismo modo que Ikea sabe bien cómo aprovechar a sus clientes, el autor de Bajo la misma estrella saca buen partido de la pasión de sus fans.
 Si se filma una película sobre esta novela, sabe cómo capitalizar la capacidad evangelista de sus fans: impulsará una campaña global de promoción con cientos de miles de seguidores trabajando como voluntarios
. No en vano tiene casi tres millones de seguidores en Twitter y lleva un exitoso Tumblr también.
7. Zadie Smith
Chris Jackson  (Getty)
Existe otro perfil más bien extraño: los que pasan olímpicamente de cultivar su presencia en la red y, sin embargo, gozan de una legión de fieles seguidores.
 Unos 35.000 siguen a la autora de NW London en Facebook, si bien ella no gestiona perfiles de redes sociales.
 Sus charlas con otros internautímidos como el noruego Karl Ove Knäusgard (la gran mayoría de usuarios de redes de Instagram o Facebook confiesan su día a día en internet, pero es que él lo ha hecho milimétricamente en su saga Mi lucha, seis tomos donde explica de forma hiperrealista toda su vida) son compartidas sin cesar por los internatutas.
8. Irvine Welsh
Welsh, retratado para ICON en 2014 / Albert Jodar
The Sunday Times dijo en su día que era “lo mejor que le ha pasado a las letras británicas en décadas”, pero Welsh, lo más parecido a una rock star editorial, prefiere hablar de curdas cerveceras y de fútbol en la red.
 No es extraño, entonces, que sus libros sean los más robados en las bibliotecas públicas o que, como confesó a Icon recientemente, sus fans le deslicen droga en los bolsillos justo antes de tomar aviones. Sus más de 132.000 seguidores en Twitter se sienten atraídos porque un autor tan determinante en la literatura de las últimas décadas del siglo XX hable como un colega más.
 Tal y como hizo con su tronchante seguimiento del pasado Mundial de fútbol en Brasil.
9. Stephen King
King, en el rodaje de una de sus películas / Cordon Press
Stephen King es, probablemente, el tipo más honesto de las letras.
 Quizás en su espontaneidad estribe su problema.
 Abrió su cuenta de Twitter hace unos meses, gestionada por él (no sucede lo mismo con otros perfiles exitosos de estrellas como Chuck Palahniuk), y ya cuenta con más de 464.000 seguidores. Sin embargo, algunos critican que lance demasiados spoilers cuando comenta libros y películas
 . Él se defiende, cómo no, desde Twitter y con sorna: “Sí, ahí va otro spoiler: Romeo y Julieta mueren en el acto 15”. King está totalmente limpio y sobrio, así que no queremos imaginar cómo serían sus redes sociales en la época en que escribía a golpe de speed y en una caravana sus muchísimas novelas.
10. Brett Easton Ellis
Easton Ellis, a la izquierda, con el ex actor porno James Deen / Pascal Le Segretain (Getty)
Pero, claro, esto ya ha pasado. Si un escritor ha pisado grandes archipiélagos de charcos en internet por culpa de determinadas sustancias, ése ha sido Bret Easton Ellis, el equivalente editorial de Charlie Sheen.
 Polémicas con directores de cine, colectivos gais, todo lo que se mueve por sus ráfagas de tuits incendiarios, que tanto levantaban la ira de mucha gente como suscitan la clemencia de sus amigos, que se posicionaban en sus perfiles pidiendo a la gente que no alentara esas escaladas de tuits tecleados, presumiblemente, en estados no precisamente sobrios
. A pesar de ello tiene 450.000 seguidores en Twitter, pero su presencia en la red no acaba ahí; también ofrece un programa de radio online (con invitados célebres como Kanye West y donde no se ahorra tampoco comentarios algo bocazas).
 El autor de American Psycho ha llegado a decir que la gente sigue su cuenta porque piensa que es paródica y está claro que, dada la cantidad de polémicas generadas, si él no fuera su propio Comunity Manager ya lo habría despedido.
 O no.