Un Blues

Un Blues
Del material conque están hechos los sueños

29 jul 2014

Echame A Mí La Culpa de Albert Hammond lyrics

Letra de canción de Echame A Mí La Culpa de Albert Hammond lyrics




Sabes mejor que nadie que me fallaste
Que lo que prometiste se te olvidó
Sabes a ciencia cierta que me engañaste
Aunque nadie te amaba igual que yo
Lleno estoy de razones pa despreciarte
Y sin embargo quiero que seas feliz
Y allá en el otro mundo
En vez de infierno encuentres gloria
Y que una nube de tu memoria me borre a mi
Dile al que te pregunte que no te quise
Dile que te engañaba que fui lo peor
Echame a mi la culpa de lo que pase
Cubrete tú la espalda con mi dolor
Y allá en el otro mundo
En vez de infierno encuentres gloria
Y que una nube de tu memoria me borre a mi

28 jul 2014

Cuando las cárceles flotaban....................................................................................Pedro Espinosa

Lourdes Márquez desentraña la etapa en que la bahía de Cádiz, tras Trafalgar, se llenó de barcos para encerrar a los franceses vencidos.

Dibujo de Adolfo Valderas sobre una de las nueve embarcaciones usadas como prisiones en la bahía de Cádiz, publicada en 'Recordando un olvido'.

Las guerras no terminan en una bandera blanca.
 Sus efectos permanecen más allá de la celebración de una victoria o la asunción de una derrota
. La historiadora gaditana Lourdes Márquez, experta en la batalla de Trafalgar, la contienda que enfrentó en 1805 a los entonces aliados hispanofranceses frente a la Armada inglesa, se propuso saber qué había pasado con esos hombres que vivieron los años convulsos que terminaron en la Guerra de la Independencia, de cuyo final se cumplen ahora 200 años.
 Y supo que en las aguas de la bahía de Cádiz hasta nueve barcos sirvieron de prisiones, como relataba en una reciente conferencia en la casa de postas de Villanueva de la Reina, en Jaén. Navíos en los que la gente escapaba, asistía a teatro y conciertos y, en su mayoría, moría.
 Un mapa, descubierto en la Biblioteca Nacional de Francia por ella, fija la ubicación de esas cárceles flotantes.
 Los pontones.
De los 24.776 prisioneros militares y civiles, sobrevivieron 7.082
Cuando se cumplía el bicentenario de Trafalgar, Lourdes Márquez recibió el encargo de profundizar en el destino de los barcos naufragados.
 “Me di cuenta de que se había abordado mucho la táctica militar pero se había escrito poco de qué ocurrió con las personas”.
 La apasionante historia de esos sobrevivientes la llevó a avanzar unos años más e investigar qué fue de los prisioneros franceses que cayeron en la Poza de Santa Isabel, Villanueva de la Reina o Bailén. Los que habían sido aliados en Trafalgar pasaron a ser enemigos de los españoles y, a medida que iban siendo vencidos, eran llevados a esas cárceles flotantes.
“A las autoridades españolas se les planteó un verdadero problema para poder acoger a todos estos prisioneros de guerra que iban llegando”
. Por eso se habilitaron viejos barcos desprovistos de todos los elementos de navegación.
 En total, fueron nueve, que Lourdes Márquez enumera en su libro Recordando un olvido (Círculo Rojo), en el que, con ilustraciones del pintor Adolfo Varela, disecciona la vida a bordo: “Las condiciones eran lamentables. Muchos las llamaban sepulcros flotantes.
 A los prisioneros de la armada de Rosily se les sumaron las tropas del general Dupont que cayeron derrotadas en Bailén”.
En los barcos había teatro y conciertos, a la vez que las condiciones de vida eran lamentables.
La investigadora se encontró con una dificultad.
 No había bibliografía anterior sobre el encarcelamiento de prisioneros franceses en estos pontones. Pero pudo localizar testimonios de soldados de ese país como Maffiotte, Henry Ducor o Claude Etienne Henry Bernard, el marqués de Sassenay, quienes estuvieron presos allí.
Los barcos tenían 60 metros de eslora y 15 de manga
. Llegó a haber hasta 1.000 hombres en cada navío. “Apenas había comida y bebida. Algunos testimonios hablan de episodios de canibalismo.
 Aparecieron enfermedades como el escorbuto”. Morían tantos que los cadáveres se arrojaban al mar, lo que originó un problema inesperado: “Hubo que prohibir tirar los cuerpos al mar porque los pescadores sospechaban del enorme tamaño que tenían los peces que nadaban en esas aguas plagadas de cuerpos putrefactos”.
No había comida, hay testimonios sobre canibalismo”
Lourdes Márquez, historiadora
Pero en esta dramática estancia, había respiraderos.
Había tiempo para jugar a las cartas o para asistir a bordo a espectáculos como el de las sombras chinescas, precursoras del cine
. En el pontón Castilla, donde eran encerrados los presos de clase alta, había conciertos en la cubierta principal e incluso la burguesía gaditana se acercaba a ellos en barcas.
 “Había repertorios de Mozart, Cherubini o fragmentos de ópera bufa”.
 El clarinetista Perret consiguió la libertad a cambio de deleitar con su música a un oficial inglés.
 La vida en los pontones inspiró la ópera Les pontons de Cadix, estrenada en París en 1836, cuyo libreto exhibe Lourdes Márquez en su libro.
Un documento de una de las prisiones.
Llegó un momento en el que la cantidad de presos obligó a tomar la decisión del traslado.
 En 1809, mil hombres fueron enviados a Inglaterra; 1.500, a Canarias; y 5.300, a Baleares.
 De ellos, 4.500 fueron abandonados en la isla de Cabrera. Lourdes Márquez destaca que de los 24.776 prisioneros militares y civiles de Cádiz, sólo sobrevivieron 7.082.
Muchos de los que vencieron a la muerte no pudieron ganar a la cordura, como ha certificado el historiador alemán Hans-Dieter Zemke, quien recopiló datos de los soldados franceses muertos en el hospital de Sanlúcar entre 1810 y 1812.
 “Acabaron en manicomios o dedicándose a acciones humanitarias como sacerdotes”.
Lourdes Márquez ha relatado su trabajo en la conferencia de Villanueva de la Reina donde sí se han acordado de los 206 años transcurridos desde que allí se firmaron las capitulaciones para certificar la rendición del ejército de Napoleón o los 200 años desde el final efectivo de la Guerra de la Independencia.
 La historia sigue hablando como ese mapa que Márquez encontró en la Biblioteca Nacional Francesa y que sitúa perfectamente cinco de los pontones de Cádiz
. Las cárceles flotantes donde se escuchaba música, se jugaba a las cartas, apenas se comía y que fue la tumba de tantos hombres.
Una historia que parece salir de la Pluma de Arturo Pérez- Reverte el que dicen que no es bien visto por escritores de alta cuna, pero en ese relato se nota como escondido en un rincón del pontón, está Alatriste y él esperando empezar la acción, que conste que Julian Marias lo adora y lo reniega Antonio Muñoz Molina que cojió el premio de los Israelitas él que escribió Sefarad ya ven....que contrastes....

 

Cada famoso con su isla.................................................................................... Patricia Peiró


Branson, en su propiedad de las Islas Vírgenes Británicas. / CAMERA PRESS/ED/CS / Cordon Press ED/CS

Existe una solución para librarse de miradas indiscretas, muchedumbres a la orilla del mar y compañeros de hotel incómodos.
 Es sencilla, pero no nos engañemos, enormemente cara: comprar una isla privada. Puede representar una oportunidad de negocio, como lo es para Richard Branson; una guarida antipaparazzi, como la de Johnny Depp; o un capricho de aniversario, como el pedacito de tierra de Beyoncé. Jay-Z quiso contentar a la diva de la canción con ese regalo al cumplirse cinco años de su boda, en 2013
. El pedazo de tierra del matrimonio de artistas más influyente del mundo, según Forbes, se encuentra en el norte de Abaco, en Bahamas, y el amantísimo rapero desembolsó dos millones de euros por él. Tal vez influyera en esta compra el deseo de privacidad de la pareja para su hija pequeña, Blue Ivy, nacida en enero de 2012 y a quien se cuidan muy mucho de mostrar incluso en las fotos más íntimas que suben a Instagram.
Esta misma voluntad de ocultarse de objetivos ajenos movió a Eddie Murphy y a Johnny Depp a adquirir sus posesiones.
 Ambos son vecinos en Bahamas.
 El primero adquirió su propio enclave cerca de Nassau en 2007 por algo más de 11 millones de euros.
 Y Depp quiso hacer honor al nombre de su hija, rebautizando la suya como Lilly Rose Beach (originalmente se llamaba Litte Halls Pond Cay).
 Por estas 18 hectáreas pagó unos 3 millones de euros y la adquirió en 2004, justo al terminar la primera parte de Piratas del Caribe. En 2011, mientras Penélope Cruz rodaba la cuarta de esta serie fílmica, se la brindaría para su boda con Javier Bardem.
El primer inspirador en Hollywood de esta moda de comprar islas fue precisamente uno de los mejores amigos e ídolo personal de Depp, el mítico Marlon Brando.
Fue después de rodar en Tahití Motín a bordo (1962), cuando se enamoró de Tetiaroa, un pedazo de paraíso en aguas polinesias.
Allí educó durante años a la descendencia que tuvo con Tarita Teriipia, su tercera esposa. “Es el lugar que escogió para dejar atrás Hollywood”, aseguraba su hijo Tehiotu en un documental sobre su padre. Brando solía pasar allí las horas buceando y aspiró a construir la primera colonia de biología marina en el Thaití francés. Edificó aulas y laboratorios que nunca llegaron a usarse.
 Ahora una cadena hotelera ha adquirido la ínsula para levantar un hotel de lujo.
Skorpios, que pertenecía a los Onassis y ahora ha adquirido una millonaria rusa. / AP
Leonardo DiCaprio quiere hacer de la suya, Cayo Blackdore, situada cerca de la barrera de coral de Belice, un ejemplo ecológico
. Conocido por su implicación en ese tipo de causas, el actor la descubrió en unas vacaciones en 2004 en un hotel de lujo en la cercana Cayo Espanto.
 Tras adquirirla por casi 1,5 millones de euros anunció sus planes de construir en ella junto al grupo Four Seasons un aeropuerto privado y un resort de cinco estrellas basado en el diseño sostenible y la conservación medioambiental.
En el otro extremo, la artificialidad de Dubái ofrece propuestas a medida.
 El príncipe de este emirato regaló en 2006 a Michael Schumacher un enclave para que disfrutara de su jubilación tras anunciar una de sus múltiples retiradas.
 Su parcela está ubicada en el ostentoso archipiélago prefabricado The World, cuyas islas imitan la forma de un mapamundi.
 El piloto, en proceso de recuperación de un coma desde enero por un accidente mientras esquiaba, es ahora propietario de una porción de tierra valorada en 4,5 millones de euros.
Son los dos polos de un negocio creciente que tiene sus propias agencias. Private Island Online y Vladi Private Islands son las dos principales empresas que gestionan la compraventa y el alquiler de estas propiedades.
 Vladi presume en su web de haber vendido más de 2.400 desde su fundación en 1979.
La primera, recoge en su guía anual para compradores de islas un repaso por las oportunidades que ofrece cada parte del globo.
Según este repaso, en América Central están las más económicas; en el Caribe (y especialmente en Bahamas) se encuentra la mayor concentración de islas de famosos. Norteamérica ofrece leyes de propiedad muy flexibles; en el Pacífico sur existe mayor disponibilidad.
 En Asia la escasa oferta y las restricciones al comprador extranjero hacen que el mercado sea feroz. Y en Europa existen dos vertientes: los soleados archipiélagos griegos y los fríos escandinavos, mucho más económicos.
La isla de Johnny Depp. / DPA/AFP Farhad Vladi
El récord en desembolso lo ostenta el magnate de la informática y dueño de Oracle, Larry Ellison: 370 millones de euros por la sexta más grande de Hawai, Lanai.
 Al menos, así se hizo eco la prensa local, aunque, como en la mayoría de estos casos, su precio de venta es confidencial.
En este caso la adquisición no es para uso propio, sino que el empresario ha invertido en el negocio turístico.
El nombre de Skorpios siempre irá unido al de la familia Onassis, aunque desde el año pasado su propietaria sea la millonaria rusa Ekaterina Rybolovleva. Athina, la heredera del clan griego encontró en las competiciones hípicas a la perfecta compradora.
 La joven de 25 años es hija del dueño del Mónaco, Dmitry Rybolovlev, quien compró este antojo a su niña, aficionada a batir los récords del lujo.
 Ya posee del ático más caro de Nueva York, que adquirió por unos 117 millones de euros.
Aunque si hay una que copa titulares es Necker Island, propiedad del siempre llamativo Richard Branson, el rico dueño de Virgin Group (que también posee Isla Mosquito, ambas en las Islas Vírgenes Británicas).
 El millonario de pelo platino y eterno bronceado alquila su suelo para bodas o fiestas exclusivas y también tiene un imponente balneario que visitan estrellas como Kate Winslet.
 El nombre de los visitantes suele ser confidencial, pero en el caso de la actriz su estancia encontró eco planetario por el incendio que se declaró cuando disfrutaba de unos días de relax junto a sus hijos y su novio hace tres años.
 La protagonista de Titanic ejerció de heroína rescatando de las llamas a la madre de Branson, de 90 años.
 La isla tiene su propia página web, en la que el empresario que ahora quiere llevarnos al espacio la denomina “mi hogar y mi refugio”.
 Incluso ha publicado un vídeo en el que se le ve dando de comer a sus polémicos lémures (naturales de Madagascar) y disfrutando de un baño en su mansión isleña.
 En el clip, Branson desvela que el presidente Carter y Kofi Annan son dos de los huéspedes que ha recibido Necker.
 El multimillonario confiesa que le encanta” tumbarse en su hamaca y mirar las constelaciones”.
 Un sencillo lujo al alcance de muy pocos.

Los amos de la moda, al rescate del arte


El diseñador de Fendi, Karl Lagerfeld, con Silvia Venturini Fendi y el director ejecutivo de la firma, Pietro Beccari, ante un boceto de la Fontana di Trevi. / GREGORIO BORGIA (AP)

Cuenta Diego Della Valle que fue algo natural para él, como respirar o cerrar negocios.
 "Cuando supe que la Superintendencia buscaba patrocinador para restaurar el Coliseo, me propuse.
 Es un honor para mí y mi familia contribuir a la recuperación de uno de los monumentos más bellos e importantes del mundo", afirma el dueño de la firma de moda Tod's desde su cuartel general de Sant'Elpidio mientras se prepara para bajar a Roma a recoger los primeros frutos de una inversión de 25 millones de euros.
 Tras años de trabas burocráticas y escepticismo, la primera fase de las obras para fortalecer el antiguo anfiteatro acaba de terminar. Della Valle lo celebra:
 "El arte y la cultura, como la comida y la moda, son los recursos verdaderos de nuestro país.
 Varios empresarios han emprendido este camino de defensa del patrimonio común y espero que sean cada vez más".
Con su porte distinguido, el empresario textil lidera un ejército de colegas que batallan contra el desgaste y deterioro de las glorias artísticas nacionales.
 Los señores de la alta moda se han entregado con munificencia al mecenazgo.
 Una cruzada valiosa en tiempos de vacas tan flacas que el presupuesto del Estado abandona el patrimonio a un destino de ladrillos caídos, techos peligrosos, lienzos degradados o mármoles oscurecidos.
 "Nos ocupamos todos los días de crear lo bello.
Es algo que llevamos en la sangre.
 Es el momento de devolver un trocito de lo recibido por el pasado, un trocito de positividad
. No importa si se donan 25 millones o un euro: todas las empresas con cuentas en orden deben sentir esta responsabilidad", sostiene el patrón de Tod's, que también ayuda al teatro La Scala de Milán.
Los magnates Diego y Andrea Della Valle, dueños de Tod's, ante el Coliseo romano, monumento cuyas obras de restauración están financiando. / RICCARDO DE LUCA (AP)
El mismo concepto resuena en Florencia: "No estamos haciendo ningún regalo, sino que devolvemos lo suyo a la colectividad”, dice Stefania Ricci, directora del museo florentino de Salvatore Ferragamo.
"Casi no nos damos cuenta: mamar tanta belleza desde niños, pasear por la solidez de las formas arquitectónicas o respirar la perfección de ciertas obras nos inyectó en las venas cuidado e instinto estético".
 Defiende que quienes construyeron su genio y fortuna gracias a aquella inspiración "tienen obligación moral de involucrarse".
En el caso de la firma que representa, se tradujo en una reciente donación de 600.000 euros para recuperar, en un año, ocho salas de los Uffizi.
 El museo, que custodia joyas del humanismo hecho pintura, sufre recortes continuos y trata de preservar de la humedad los centenares de obras de los siglos XVI y XV que guarda en sus sótanos.
La maestría hidráulica de los lejanos fundadores de Roma dejó en herencia una ciudad riquísima en fuentes.
 “Sirvieron de manantial de inspiración para los creadores de todo el mundo", consideraba Silvia Venturini Fendi, cuando anunció posando junto a Karl Lagerfeld que iba a financiar con 2,2 millones de euros el maquillaje de la Fontana de Trevi, quizás una de las más emblemáticas. Era febrero de 2013. Se asignó el encargo por concurso público.
 Desde hace unos pocos días, andamios y protecciones transparentes envuelven el monumento donde se bañó Anita Ekberg.
 Las obras van a durar unos 20 meses. Después arrancará el salvamento de las Quattro Fontane, cuatro estatuas que ocupan las esquinas de un cruce cercano y representan los ríos Tíber y Arno y las diosas Juno y Diana.
Otro nombre de la alta costura asociado indisolublemente a la ciudad es el de Laura Biagiotti.
Su perfume femenino se llama Roma y la botella recuerda la orgullosa arquitectura del Panteón o la majestuosidad de la columnata de San Pedro.
 "El amor por el arte me lo infundió mi padre desde la infancia. Cuando decidí dejar de lado el estudio de las catacumbas paleocristianas para dedicarme a la moda, ese bagaje ya estaba en mí", revela. Tanto que en 2000 ejerció de pionera en esta carrera por el mecenazgo e hizo posible la recuperación de la escalinata que sube hasta la plaza del Campidoglio diseñada por Miguel Ángel y también de las fuentes gemelas de la Plaza Farnese.
Otra insigne casa,
 Gucci, firmó a mediados de junio un convenio para recuperar unos tapices renacentistas y exponerlos en el Salón de los Doscientos, en el Palacio Vecchio, símbolo cívico florentino. Micaela le Divelec Lemmi, vicepresidenta de la marca, lo anunció sacando pecho: "Nuestra historia y la de Florencia son una sola.
Nos entusiasma ayudar a preservarla". El entusiasmo se concreta en 340.000 euros, recaudados en parte por la venta de entradas en el museo de la maison, que recoge sus creaciones más clásicas y célebres.
No estamos ante un mecenazgo platónico: las marcas también cuentan con una buena contrapartida en términos de imagen y publicidad.
Además, el ministro de Cultura Dario Franceschini, aprobó en mayo un decreto que establece que los ciudadanos y las empresas pueden detraer de sus declaraciones de la renta el 65% de las sumas destinadas en 2014 y 2015 a tutelar el arte.
Renzo Rosso, dueño de Diesel, señala el puente de Rialto, en Venecia, a cuya rehabilitación contribuirá. / MANUEL SILVESTRI (CORDON PRESS)
Cuando, por ejemplo, a principios de 2015, una parte del puente de Rialto de Venecia sea empapelada por las reformas, su generoso salvador, Renzo Rosso podrá poner publicidad de sus vaqueros Diesel. El ayuntamiento lagunar, que se ahoga en rompecabezas económicos y arquitectónicos, abrió un concurso para encontrar un sponsor privado para fortalecer la estructura bajo la cual pasan cada día miles de góndolas y ferris.
 El rey de los jeans, dueño del grupo OTB, sintió "la urgencia de participar en el rescate de un símbolo de la ciudad de arte más cercana y significativa", cuenta desde Bassano del Grappa
. Ofreció cinco millones y ganó. Rosso asocia Venecia con sus años de formación, cuando se matriculó en Económicas, carrera que no llegó a terminar porque entró en una empresa que transformó en ese pequeño milagro anticrisis que hoy es Diesel. “Siempre pensé que es un deber cívico restituir parte del éxito propio
. Esta es mi visión moderna, innovadora y socialmente consciente de ser emprendedor". Las maniobras para la restauración del puente sobre el Gran Canal empezaron hace meses, aunque aún no estén en fase operativa:
 "Rialto perdió algunas piedras, pero también tiene problemas de estructura. Antes de ponerse a trabajar hubo que hacer estudios submarinos.
 Ahora estamos listos. En un año estará curado".
No solo sufren monumentos o museos tan representativos, Italia presume de un patrimonio extenso alejado de las rutas turísticas.
 Bien lo sabe el empresario-humanista Brunello Cucinelli, que desde una minúscula localidad de Umbría, en el centro de Italia, construyó un imperio de cachemir.
 Orgulloso y conmovido mantuvo la sede en el Borgo di Solomeo y reivindica su arraigo en las tierras donde los etruscos llevaron la civilización, cuando aún Roma era un pueblo de guerreros, donde predicó San Francisco de Asís y Giotto pintó bóvedas espectaculares.
 "En mi vida he cultivado siempre un sueño: el del trabajo útil para un objetivo importante.
 Sentía que las ganancias de la empresa, por sí solas, no bastaban para realizar este sueño, y que debía buscarse un fin más alto", argumenta.
 Por eso, en 2011, puso un millón de euros para restaurar la puerta etrusca que recibe en la ciudad de Perugia, capital de la región. Mientras el Estado ajusta su presupuesto y prioriza cuestiones más terrenales, los nuevos mecenas cultos, ricos e ilustrados intentan frenar el paso del tiempo y el descuido humano.
 Hay que ver si las fuerzas son suficientes.