Un Blues

Un Blues
Del material conque están hechos los sueños

21 jul 2014

La llave para entrar en Henry James


El escritor estadounidense Henry James. / Corbis

Antes de que el veneno de los celos y la envidia revivieran en Henry James su genio, el escritor creyó morir.
Él mismo dejó rastro de su agonía y su sueño proteico en los prefacios que escribió entre 1907 y 1909, sobre cada una de sus obras, para la edición de Nueva York.
 Su respuesta a aquel desdén se aprecia ahora en La locura del arte. Prefacios y ensayos (Lumen), con edición de Andreu Jaume. Un atisbo a la manera como el escritor monta sus novelas, como un relojero su reloj.
El siglo XIX tocaba a su fin.
 En Londres, mister James (Nueva York, 1843 - Londres, 1916) había ensombrecido tras la muerte de sus padres y hermana.
 Los días de triunfo parecían lejanos, aunque él insistía en la búsqueda del milagro de la vida en sus novelas.
 El aplauso y los tiempos eran de otros.
 De Oscar Wilde, por ejemplo. James no lo entendía. Fue en medio de ese agonizar por el desdén del público y de la crítica y del eco interminable de su bulliciosa humillación como dramaturgo, el 5 de enero de 1895, cuando su maestría resucitó.
 La primavera rescató de su memoria la historia de dos niños huérfanos cercados por presencias extrañas, que acabaría por titular Otra vuelta de tuerca (1898).

Su mundo

La locura del arte.(Lumen).
Nueva York. Colm Tóibín (Sexto Piso.)
The master. Retrato del novelista adulto. Colm Tóibín (Edhasa).
El comienzo de la madurez. Henry James (Periférica).
Novelistas jóvenes. Henry James (Páginas de Espuma).
Londres. Henry James (Alhena Media).
El punto de vista. Henry James (Páginas de Espuma).
De París a los pirineos. Henry James. Edición de Miguel Martínez-Cabeza (Abada).
El demiurgo había vuelto. Y con cambios esenciales. El dolor de su mano a la hora de escribir lo obligó a dictar, definitivamente, a una secretaria sus historias insuflando, sin saber, más vida a sus creaciones.
Mister James veía el mundo real como un lugar opaco, aburrido, y trató de levantar uno “por el poder de su arte”, explica Colm Tóibín, encargado del prólogo a estos prefacios completos en la edición anglosajona en 2011.
 En sus escritos se revela como un feliz-sufriente Prometeo
. Como el artista que siempre se sintió extranjero al vivir entre dos mundos (Estados Unidos y Europa) y con los cuales creó un tercero: sus narraciones.
Por la rendija dejada por él en sus textos, se sabe que consideraba que el aire de realidad es la mayor virtud de una novela: “Si no existe ese mérito, todos los demás no son nada, y si se dan deben su efecto al éxito con que el autor ha producido la ilusión de la vida.
El cultivo de este éxito y el estudio de este exquisito proceso constituyen el principio y el fin del arte del novelista.
 Son su inspiración, su inquietud, su recompensa, su tormento, su deleite.
 En verdad, aquí es donde él compite con la vida”.
 Él lo hizo como hijo del Romanticismo. Y ahijado de Frenhofer, aquel pintor creado por Balzac en La obra maestra desconocida que quiso dar vida a su cuadro.
Es el primer novelista verdaderamente moderno en lengua inglesa, según David Lodge.
 Su mundo aflora en la memoria con historias que, un día, le exigen ser más reales de lo que fueron. Musa, lo llaman algunos como James, a la cual “el artista está condenado a estudiar ávidamente”
. En su amada Italia, y sobre todo en Florencia y Venecia, nacieron muchos de sus libros.
 Donde se mezclan lo real y lo romántico con coordenadas definidas.
 Lo real representa las cosas que no se pueden dejar de conocer, “uno de los accidentes de nuestro limitado estado y uno de los incidentes de la cantidad y número de dichas cosas”
. Lo romántico, en cambio, “representa las cosas que a pesar de todos los medios del mundo, de toda la riqueza y de todo el valor y de todo el ingenio y de toda la aventura, no podemos nunca conocer de forma directa; las cosas que solo nos llegará a través del hermoso circuito y el subterfugio de nuestros pensamientos y deseos”.
“El artista está condenado a estudiar ávidamente a su musa”
Mundos visibles e invisibles que formaban la experiencia, que él describe como “un globo anclado a la tierra” donde el autor se balancea, “gracias a una cuerda de extraordinaria longitud, en el coche más o menos espacioso de la imaginación”.
Y gracias a esa cuerda el autor sabe dónde está y, desde el momento en que se corta el cable, este se encuentra libre y desvinculado.
El arte del novelista consiste, asegura James, “por pura diversión, en cortar el cable, cortarlo sin que nos demos cuenta de que lo hace”.
Es el arte y la pasión de escribir, de comunicar.
 Más que maquinaciones, advierte, es cuestión de sentimientos, de la forma de ver y concebir las cosas. De algo esencial llamado punto de vista.
 En lo que fue maestro por su “persistente e inveterada costumbre de presentar la acción desde una perspectiva indirecta y oblicua”.
 Su preferencia es ver la historia “a través de la circunstancia y la sensibilidad de un testigo o de un cronista más o menos objetivo; alguien no implicado de manera estricta, pero interesado e inteligente, que por encima de todo aporte cierta dosis de crítica e interpretación”.
Meterse en la piel del personaje “es siempre una hermosa pasión”
Resucitado un recuerdo, alimentada la pasión y visto el punto de vista, llegan los personajes y su psicología
. Meterse en la piel de la criatura “es siempre una hermosa pasión; el acto de posesión personal de un ser por otro en su totalidad.
 Si el personaje tiene fuerza, que es la condición para que pueda ser testigo de todo, la obra tendrá fuerza en todos los aspectos”.
Esa búsqueda del artista absoluto es la que lleva a James a pensar que la novela es la forma artística más excelsa: “Como cualquier otro organismo vivo, es un ser vivo, completo y continuo, y, en la medida en que viva, descubriremos que, en cada una de las artes, existe algo de las demás”.
 Solo que la novela cuenta con un ingrediente adicional en su hechizo: el gusto del lector a entrar en ella:
“Parece ser que el hombre combina su eterno deseo de más experiencia con una destreza infinita para conseguir dicha experiencia con el mismo gasto posible
. La robará siempre que pueda”. Musas, autores y lectores como Prometeos.
 A las personas les gusta vivir la vida de los demás al ver que puede tener algo de la propia. La fábula vivida, escribe James, “más que cualquier otra cosa, le proporciona cómodamente esa satisfacción y abundante conocimiento, aunque sea vicario. Le permite seleccionar, tomar y dejar”.
Henry James vivió todo con intensidad. En soledad. Sobre todo cuando creyó morir aquel 5 de enero de 1895 y tras el estreno de su obra de teatro Guy Domville recibió cinco… 10… 15 minutos de abucheos...
En su caída al infierno atisbó el paraíso en la historia de los dos niños huérfanos en una casa despojada de amor por el amor mismo.
El destino ofrecía una nueva promesa de gloria. Así vinieron obras como Las alas de la paloma y La copa dorada, con la que cerraba su ciclo iniciado con Retrato de una dama.
Para perpetuar esa promesa, James viajó a Nueva York a preparar la edición especial de todas sus obras donde, según Andreu Jaume, “pone en perspectiva su trayectoria, trata de juzgarse a sí mismo, denunciar sus debilidades, lamentar viejas decisiones o aislar aciertos”.
Un universo creado, sobre todo, desde su estudio londinense en Croisset, con el rumor del río que veía por la ventana, sin dejar de soplar cada frase como si fuera una llama que creara la vida.

El instructor abre juicio a los padres de Asunta, que seguirán en prisión..................................... Sonia Vizoso

Sigo este caso por lo extraño y cruel que es, unos padres que matan a su hija adoptada, que parecen una familia perfecta y bien cualificada matan a esa niña china por la que lucharon en su adopción.
No sé sabe quién de los dos la mató, pero da igual porque ambos están implicados y no fue un accidente fortuito, prepararon su asesinato de una forma cruel, e irritante porque aún no se saben los motivos que tuvieron para deshacerse de ella, quizás fue testigo involutario de algo que hacian esos dos que no merecen que se les llame padres.

El juez insiste en la intervención del padre en el asesinato de su hija después de que Basterra descargase la culpa en su exmujer.

El juez Vázquez Taín, en la casa de Teo donde asegura que murió Asunta. / OSCAR CORRAL

Rosario Porto y Alfonso Basterra se sentarán en el banquillo en la Audiencia de A Coruña acusados de asesinar a su hija de 12 años el pasado 21 de septiembre a través de “un plan premeditado” durante meses.
 Será un jurado popular quien dictamine si los padres de Asunta son culpables y, según el auto de apertura de juicio oral hecho público hoy, hasta ese día seguirán entre rejas por riesgo de fuga.
 Las conclusiones del instructor del caso, el magistrado José Antonio Vázquez Taín, inciden en el papel central de Basterra en el crimen después de que el imputado, rompiendo la línea de defensa mostrada hasta ahora, haya descargado en la recta final de la investigación toda la culpa en su exesposa
. Para Taín, el asesinato de la pequeña “resulta imposible sin la participación, o al menos el consentimiento, de ambos imputados".
 El juez describe a la madre como una mujer sumisa, dominada y maltratada por su exmarido, una “situación de preeminencia”, subraya el auto, que “hace que sea imposible concebir el asesinato” de Asunta “al margen del imputado Alfonso Basterra”.
El juez insiste en que los padres drogaron conjuntamente a Asunta durante al menos tres meses con lorazepam, cuyos restos fueron hallados en el pelo de la niña, y rechaza el argumento de la defensa de Basterra que esgrime que, aunque el periodista compraba el medicamento, era Porto la única que lo guardaba y gestionaba.
“Es sospechoso que [Basterra] nunca había adquirido lorazepam hasta la fecha de la primera intoxicación de Asunta, cuando su esposa lo tomaba desde hacía meses al menos”, afirma Taín en el auto.
“Es sospechoso que necesite 75 pastillas en doce días y luego no vuelva a necesitarlas, según su defensa, hasta dos meses después”. Y continúa el magistrado: “Es sospechoso que todos los episodios en los que Asunta supuestamente aparece bajo los efectos del lorazepam se producen en la vivienda de Alfonso”.
El instructor del caso está convencido de que Basterra no estuvo en su casa encerrado la tarde en que murió su hija y sostiene que el padre, al igual que la madre, se dirigió al chalé de Teo donde, afirma, murió la cría.
 A falta de imágenes de las cámaras callejeras que lo demuestren, se basa Taín en el testimonio de una testigo que vio al padre de Asunta en las calles de Santiago más allá de las seis de la tarde, en el “sospechoso comportamiento de su terminal telefónico”, en “las diferentes versiones que el imputado ofreció durante la investigación sobre qué había estado haciendo esa tarde” y en los indicios que “apuntan a la presencia de dos personas en el lugar del crimen”.
En la casa, abunda el auto, fueron halladas “dos fundas vacías de mascarillas 3M”.
Recuerda el juez que la autopsia y las analíticas concluyen que en la tarde del 21 de septiembre Asunta fue atada antes de morir, cuando ya estaba drogada, y fue asfixiada con un “elemento deformable” con el que le taparon “boca y nariz”.
 Sobre los "motivos" que supuestamente llevaron a Porto y Basterra a matar a su hija, el instructor esgrime que carecen "de relevancia jurídica y solo pueden ser conocidos de verdad por los imputados".
 "Pero a fin de que la defensa no alegue falta de motivación", Taín apela al testimonio de una persona muy cercana a la familia: "Asunta estaba 'tirada', sin que nadie que le hiciese caso".
Y añade el instructor la supuesta intención de Basterra de hacer desaparecer a su hija para recuperar la relación con su exesposa y mantenerla atrapada al secreto crimen de por vida:
 "La desaparición de Asunta, de forma violenta y por un plan conjunto, colocaría a Rosario en sus manos definitivamente y le aseguraría el sustento económico del que carece".

 

Cazuelas en los quirófanos......................................................... Javier Marías

Colapsan las urgencias y las consultas, en vista de lo cual el Gobierno de Rajoy no hace más que reducir la Sanidad pública.

La única razón que veo para echar de vez en cuando una ojeada a los programas de las televisiones españolas (o a las de cualquier país) es hacerse una leve idea de lo que interesa y atrae a la población. Y desde hace unos años da la impresión de que España es un lugar en el que la gente come a dos carrillos, a todas horas y sin cesar, más o menos como si fuéramos perros: ya se sabe que éstos engullen cuanto se les pone delante, porque nunca están seguros de cuándo van a conseguir más alimento.
 Según me cuenta mi sobrina Teresa, veterinaria, morirían si no se los frenara, comerían hasta reventar.
 Pues parece que los españoles lo mismo: da igual que uno encienda la televisión a media mañana o media tarde, cuando en principio no toca ninguna ingesta; allí están individuos guisando, preparando repugnantes platos, amonestados e insultados por chefs bordes, perdonavidas y con pinta “artística”. Si digo “repugnantes” es por dos motivos: nada revuelve tanto como ver comida a deshoras, cuando uno está saciado o carece de todo apetito; el otro es subjetivo: a mí me resulta asqueroso contemplar el proceso, además de tedioso.
Sólo me interesa el plato cuando está acabado y listo para su consumición, y no las numerosas manipulaciones a que ha sido sometida la materia prima
. Me aburriría infinitamente que me mostraran paso a paso cómo se ha compuesto un libro, una película o una canción.
 ¿Se imaginan programas enteros dedicados a que escritores aficionados expliquen por qué quitaron tal adjetivo y pusieron tal otro, o cómo lograron que las frases tuvieran ritmo?
 Qué sopor. Pues sería el equivalente a esos concursos y lecciones en los que se desmenuzan los ingredientes de una salsa o se explica cómo hay que despedazar un colibrí.
 Un país de comilones (no me extraña la creciente cantidad de obesos), una nación animalesca, canina.
De lo siguiente no sé si hay programas monográficos, pero lo cierto es que invade un buen tramo de todos los noticiarios, en especial los de TVE, que a diario ofrecen “sección médica”, venga o no a cuento.
 Uno entiende que se hable de un hallazgo importante cuando lo hay, pero no que cada sobremesa se introduzcan tres o cuatro “noticias” (es un decir) relativas a enfermedades terribles o a operaciones, éstas con profusión de imágenes de interioridades diversas, reminiscentes de las de la cocina que acabo de comentar.
Así como no me es grato contemplar cómo se despelleja un conejo o se desvientra un pescado, tampoco me parece oportuno que nos enseñen cómo se saja un pecho femenino o se le mete el bisturí a un estómago o se le recortan los párpados a una señora ansiosa de lucir ojos más grandes
. Estampas gore, todas ellas, para mí.
Se nos aterra tanto con la salud, desde hace décadas, que la proliferación de hipocondriacos nada tiene de raro
Pero quizá lo peor no sea esto.
 Sé de bastantes personas lo suficientemente aprensivas como para haber abandonado la nunca tranquila contemplación de los telediarios, sobre todo –ya digo– los de TVE, cuyas audiencias no me extraña que hayan caído en picado.
 Y para negarse a abrir revistas y suplementos, porque también ellos están plagados de “noticias” médicas.
 Se nos aterra tanto con la salud, desde hace décadas, que la proliferación de hipocondriacos nada tiene de raro
. No haga usted esto ni lo otro, ni coma lo de más allá, ingiera estas insipideces, apártese del sol, esto es malo y esto es nefasto, se pone usted en peligro a cada paso que da; por doquier hay emanaciones, mosquitos furiosos que nos traen terribles dolencias, las gripes mutan y lo resisten todo, ojo con tal o cual fármaco, más peligroso que lo que combate, todo tiene efectos secundarios gravísimos, la gente vive en permanente pavor.
 Como saben, lo propio de los aprensivos es que, en cuanto oyen hablar de los síntomas de algo, empiezan a reconocerlos en ellos mismos
. “Ay, pues yo he sentido eso y no he hecho caso: a ver si va a ser el aviso de que padezco esclerosis múltiple, o cólera, o ébola, o cualquier calamidad”.
 Para esas personas (multitud, dada la alarma constante que se nos impone), los telediarios se han convertido en una fuente de amargores y sobresaltos.
A diario los terminan de ver convencidos de estar en las últimas.
 Luego colapsan las urgencias y las consultas, en vista de lo cual el Gobierno de Rajoy no hace más que reducir las plantillas de la Sanidad pública y empeorar su calidad
. Aún hay algo más en esta histeria colectiva relativa a la salud.
 En la pasada Feria del Libro dos señoras, en distintos días, me afearon que sostuviera un cigarrillo al aire libre.
 La una me acusó de “falta de respeto a los lectores”, la otra de “dar mal ejemplo”.
 Uno se pregunta por qué diablos un escritor –o para el caso un deportista– ha de dar ejemplo de nada.
 Unos y otros procuramos hacer nuestro trabajo bien, y fuera de eso nada se nos puede exigir ni reclamar, menos aún respecto a nuestras costumbres e inclinaciones.
Yo no soy el Ministro de Sanidad, ni un padre de la patria, ni tengo cargo alguno, ni me represento más que a mí mismo.
 Esas señoras no eran sino muestras del espíritu dictatorial que progresa sin pausa: si fumar es malo, nadie debe hacerlo en presencia de otros
. Lo mismo podría aplicarse a beber, a comer hamburguesas, a ir en coche (los automóviles causan estragos, para quienes van en ellos y para los demás) y a tantas cosas más.


 En realidad es gente que aspira a que se le prohíba todo cuanto le molesta a ella, a todo el mundo de una maldita vez.
elpaissemanal@elpais.es

 

“Algún amigo le ha dicho a mi hijo: ‘Jo, cómo está tu madre”........................................................... Daniel Verdú


La presentadora televisiva Mariló Montero habla del trasplante de almas y la monarquía.

Mariló Montero, retratada en Madrid después de la entrevista. / Samuel Sanchez

Llega de punta en blanco.
Es su último día antes de las vacaciones, aunque no puede decir dónde se va porque los paparazis la encuentran y la fríen a fotos.
 Subdirectora y presentadora de La mañana de La 1, ha protagonizado en los últimos tiempos algunos momentos desconcertantes en directo que, al final, han terminado multiplicando su fama. María Dolores Leonor Montero Abárzuza (Estella, 1965) es la reina del trending topic y una de las presentadoras más populares hoy de la televisión.
 Llega a la entrevista con su amiga del alma y con Rafa, el omnipresente estilista que siempre cuida de ella.
P. En los últimos años se ha convertido en estrella televisiva…
R. Por Dios, no me asustes.
P. Sí la asusto, sí. Pero, ¿a qué lo achaca?
R. Llevo 25 años trabajando en televisión y he tenido una profesión tranquila.
Vine a Madrid y los trending topics me convirtieron en un nombre recurrente, un icono.
 Y se ha revertido para bien.
P. Admitirá que muchas veces ha sido por meteduras de pata o una salida de tono.
R. Cuando ves en el titular una frase que has dicho tú, pero magnificada, te asustas. ¿Yo he dicho eso? Pero luego dices. “Por supuesto”. Me fortalecen mis propios titulares.
P. Alguna patinada sí ha tenido.

DNI Urgente

María Dolores Leonor Montero Abárzuza (Estella, 1965) es subdirectora y presentadora de La mañana de La 1. Trabajó en Costa Rica, en un programa de entrevistas musicales.
R. No, porque dentro del coche de Sara Montiel, por ejemplo, había una fotografía y ella pidió que no hubiera flores.
Por eso yo pregunté qué había dentro del coche fúnebre.
P. ¿Y lo de que las almas podían trasplantarse en los órganos?
R. Son debates profundos que habría que hacer de forma serena
. Yo he leído en Internet: “Mariló es imbécil porque cree que se me trasplantará el alma de mi amiga por compartir la goma del pelo”
. Esto surgió de una entrevista en la contraportada de La Vanguardia donde se contaba el caso de un hombre que se enamoró de una mujer que, sin saberlo, llevaba el corazón trasplantado de su esposa fallecida.
 ¿Cuántas veces nos hemos dicho que hay mensajes en cosas que encontramos, o voces que escuchamos? ¿No te ha pasado nunca?
P. Lo de las señales continuamente.
R. Requiere un debate profundo, pero es políticamente incorrecto.
 Solo dije que no estaba científicamente comprobado que no se trasplantara el alma. Viví días muy convulsos en los que fui presionada para decir cosas que me hubiera gustado reflexionar más.
 Quizá fue producto de la precipitación y la irracionalidad de gente que me empujó a decir lo que yo no había reflexionado con coherencia y con tiempo.
P. ¿Cómo? ¿Para hacerla quedar mal?
R. A mí lo que me duele es que se diga que Mariló es una descerebrada porque digo que si te trasplantan el corazón de un asesino te convertirás en uno
. No lo dije. Y tampoco que el Toro de la Vega es una fiesta maravillosa, porque no me gustan. Hice un punto verbal que quizá sonó a esa frase…
Los ‘trending topics’ me convirtieron en un nombre recurrente, un icono”
P. Pero, ¿quién la presionó con lo de los trasplantes?
R. Hay gente que no te quiere en el mercado
. Y tú te tienes que defender, pero con profesionalidad. En la vida hay malos jefes y entonces sufres una mala dirección.
 Yo sobreviví a una.
P. Sin embargo, un poco irreflexiva sí debe ser.
R. Soy políticamente incorrecta, pero muy reflexiva
. Siempre sé lo que digo porque doy mi opinión.
 Hablo sin temor, aunque con prudencia porque estoy en TVE y soy la moderadora.
 Pero tengo mucho carácter. Joder, ¡que tengo 48 años!
Ya no estoy haciendo méritos.
P. Anne Igartiburu lo comprobó.
R. Le tengo mucho cariño y respeto.
 Tiene un gran secreto profesional: cómo perdurar tanto en el tiempo y estar igual.
 Es admirable. Aquella entrevista era para promocionar su programa, y lo de “oxidada” te juro por Dios que no sé por qué me salió.
 Bueno, por Saber vivir, que estamos todos los días con el licopeno, que es antioxidante.
 Ella se molestó y con razón. Pero para nada era mi intención insultarla, y pedí perdón por ello.
P. Al final cada vez que hace algo así sube la audiencia.
R. Los TT se amortizan bien. Pero lo he pagado con sentimientos y dolor.
 Fue un precio muy alto, la crítica de Internet fue desmesurada. Una gran lección, y todo es para bien.
P. La vi el otro día en la coronación de Felipe VI. ¿Qué hacía ahí?
R. Los reyes me llevan invitando 20 años a palacio.
P. ¿Son amigos?
R. Eso es mucho decir.
 Yo no me puedo considerar de esa forma y eso queda entre cuatro paredes. Yo voy a palacio cuando se me invita encantada.
P. La Reina también trabajó en RTVE. ¿Usted podría haber llegado a princesa?
R. Jajaja. Está claro que no.
 Yo además estaba casada en aquella época. Y el Príncipe se enamoró de ella.
P. Mariló reina de España hubiera dado mucho juego.
R. ¿Más de lo que ha dado Letizia? Mire, ya me llamo Leonor.
 Algo de reina tengo.
P. Pues el otro día en la proclamación atrajo todas las miradas.
R. Eso no fue culpa mía; creo que Spottorno y los otros tres miembros del equipo del Rey estaban más atentos al saludo de los invitados que a mi derrière.
 Pero bueno, me divirtió muchísimo cuando me enteré.
Si me miraban a mí, es halagador.
Soy políticamente incorrecta, pero muy reflexiva. Siempre sé lo que digo”
P. Está usted muy bien para tener 48 años.
R. Gracias, hago por mantenerme lo mejor posible.
 Pero la edad pasa para mí también.
P. He oído que le gusta a los amigos de sus hijos.
R. Jajaja, el otro día me enseñaron una palabra nueva: MILF (Mother I’d like to fuck). ¿Tú la conocías?
P. Están muy de moda.
R. Es verdad que en alguna ocasión algún amigo le ha dicho a mi hijo: ‘Jo, cómo está tu madre’. Y mi hijo le ha dicho: ‘que es mi madre, un poco de respeto’.
P. Es que fue Miss América Latina.
R. Renuncié
. En Costa Rica me hicieron una oferta de televisión y me dijeron que si ganaba el premio perdería credibilidad.
P. ¿Usted cree en Dios?
R. Sí, y en el papa Francisco.
 La Iglesia necesita un buen repaso. Tienen mucho dinero y muchos representantes de los que nos avergonzamos
. Espero que Francisco pase la aspiradora y haga limpieza. Desde el Banco Vaticano, a los pederastas y a los que tienen jacuzzi.
P. ¿Va a la iglesia?
R. Sí, pero sola, que es cuando me siento más acompañada.
 Me arrodillo ante mi virgen del Puy cuando voy a Estella, rezo y me llena de paz.
P. ¿Y se confiesa?
R. Antes más. Aunque como me encuentre un cura en un confesionario me meto.
P. ¿Tanto ha pecado?
R. Digamos que Dios no me mandaría al infierno.
Pero soy humana.