Un Blues

Un Blues
Del material conque están hechos los sueños

14 jul 2014

Saltan las alarmas en el sector editorial español al retroceder 20 años............................................Winston Manrique Sabogal

El mercado del libro obtiene la facturación de 1994. Desciende un 11,7% respecto a 2012 y acumula una caída del 40,6% desde la crisis. Todas las áreas caen, menos la digital.

Instalaciones de Machado Grupo distribución, en Madrid. / carlos rosillo

El desbarrancadero. Este podría ser el título del balance de la industria del libro en España que ha retrocedido 20 años en sus ingresos de facturación en el mercado interno: 2.181 millones de euros (11,7 % menos respecto a 2012, es decir, que perdió 290 millones de euros en un año)
. Con la diferencia de que en 1994 el sector era mucho más pequeño y empezaba su proceso de crecimiento imparable hasta 2008, cuando alcanzó la cima: 3.185 millones de euros, y se consolidó como una de las industrias editoriales más potentes del mundo.
 Desde entonces todo ha sido cuesta abajo. Imparable. En los últimos seis años el porcentaje acumulado de descenso en la facturación alcanza el 40,6 %, lo que en términos económicos representa 1.004 millones de euros menos, es decir, la tercera parte.
 Entre todas las áreas las más afectadas en las ventas son los libros científicos técnicos y universitarios (que aumentan en el libro electrónico) y la literatura de ficción y solo el e-book sube con su andadura caracolesco
. Las exportaciones de libros volvieron a amortiguar la caída general del mercado al exportar 627 millones de euros. De esta manera el total del mercado interno y externo alcanza los 2.708 millones de euros.
El paraíso perdido. Esa ha sido la sensación vivida, en Madrid, durante la presentación del Avance de Resultados del Comercio Interior del Libro en España 2013, realizado por Xavier Mallafré, presidente de la Federación de Gremios de Editores de España (FGEE).
 Las cifras muestran el resquebrajamiento de la industria cultural española más sólida y que aporta el 0,7 % del Producto Interior Bruto (PIB).
 Todos los números bajan. El frágil ecosistema del libro afronta una especie de fenómeno meteorológico del Niño en América que niega lluvias, solo que esta sequía comercial ha entrado en su sexto año sin visos de mejora, porque el 2014 va por el mismo camino, lo que llevaría a terminar el año con un acumulado de más del 50 %.
Una alarma que han encendido editores, libreros y distribuidores, especialmente desde hace un mes en la Feria del Libro de Madrid.

Entre los principales factores que incidieron en este descenso, según la FGEE, figuran la caída del consumo derivada de la crisis, la ausencia de políticas educativas que conciencien a la sociedad de la protección de la creación intelectual, el creciente aumento de la oferta digital, la elevada fiscalidad del libro digital gravada con un IVA del 21% frente al 4% del libro de papel y la ineficacia de la Administración a través de la Sección Segunda de la Comisión Intelectual en resolver denuncias contra las páginas web que ofrece obras en forma ilegal, la reducción de las inversiones en fondos para bibliotecas públicas, escolares y universitarias, y el descenso de la supresión de ayudas a las familias para la adquisición de libros de texto.
El francotirador paciente. El título de una de las novelas más vendidas el año pasado, de Arturo Pérez Reverte, sirve para ilustrar un sector que ya en 2013 advirtió de que “se está poniendo en juego la creación cultura
l. Arriesgando el valor intrínseco de la creación (económica y cultural) y de todos los agentes que trabajan para poner los productos a disposición de la gente”.
 Un francotirador que llegó en 2008 con la crisis económica mundial, el impulso de la reconversión del mundo hacia lo digital, la transformación del modelo de negocio editorial y los cambios de hábitos de lectura en un país que ofrece 524.213 títulos vivos
. Mientras tanto, en medio del desplome de las ventas, el Gobierno no ha parado de anunciar la recuperación económica.
Cincuenta sombras de Grey. Ni siquiera el fenómeno editorial más exitoso en los últimos dos años ha logrado mejorar las cifras generales.
 Por el contrario, todo son sombras en el mundo del libro en España, como indican una mirada rápida a través de nueve datos de 2013:
809 empresas editoriales privadas y agremiadas: -0,9 %
76.434 títulos editados (incluidos las reimpresiones): -3,5 %
246,35 millones de ejemplares publicados: -12,1 %
3.223 ejemplares de tirada media por título: -9,0 %
153,83 millones de ejemplares vendidos: -9,6 %
2.181 millones de euros en facturación: -11,7 %
11,7 % ha caído la facturación y la comercialización de los libros en todos los canales (en librerías un 14,1 %, en cadenas de librerías un 16,3 %, en hipermercados un 15,6 %, en kioscos un 21,3%, en venta telefónica un 28,3% y en Internet un 14,9%)
17,2% es el descenso en la facturación las obras de literatura, especialmente en lo concerniente a la novela, y dentro de este género la contemporánea y la policiaca; en cambio, suben la romántica y el humor.
17,5% ha sido el desplome del libro de bolsillo en la facturación. Una de las caídas más estrepitosas en los últimos cinco años ya que en este lapso se han editado 2.300 títulos menos.
El héroe discreto. La última novela de Mario Vargas Llosa sirve para describir el capítulo del libro electrónico que sigue su andadura caracolesca.
Ha aumentado en todos los frentes: un 8,7% de títulos editados (38.621), un 89,3% en digitalización de fondo (183.893 títulos), un 123,5% en la comercialización (122.280 ejemplares) y un 8,1% en la facturación (80 millones de euros).
 Entre las áreas más vendidas en este formato se mantienen los libros de texto
No universitario (29,2%), de ciencias sociales, humanidades (28,8%) y de derecho y económicas (25%). Cifras en aumento aunque apenas representa el 3,7% del total de la facturación del sector.
Infierno. Las alarmas están encendidas no solo por el desplome de las ventas y la puesta en evidencia del sector editorial, sino también porque el horizonte no augura nada bueno, como en el título de la obra de Dan Brown del año pasado y que encabeza este apartado.
 Por un lado, el flujo de ventas en los doce meses del año tiende a desaparecer y a centrarse en fechas o eventos concretos (Día del libro, Feria de Madrid y Navidad), el aumento de la piratería cuya práctica podría ascender a unos 300 millones de euros anuales (es decir, dinero que deja de ingresar el sector y por ende Hacienda), los índices de lectura generales que son del 63%, aquellos que dicen leer al menos un libro al año desciende a la mitad en lectores habituales, mientras el sector se queja de que el Gobierno sigue sin crear campañas eficaces para el fomento y promoción de la lectura acordes a un nuevo tiempo donde conviven lo analógico y lo digital, con todo lo que estos cambios de hábitos implica.
 Hasta 2008 se vendían libros, muchos libros, pero la llegada del la tormenta perfecta (crisis, jubilación del modello, irrupción digital, reconversion...), ha dejado al descubierto que en tiempo de bonanza económica vendían muchos libros pero lectores de verdad había pocos.
 Una tercera parte menos.

 

Alemania gana como nunca.........................................................................José Sámano

Los germanos dan a Europa su primer título en América tras una gran final ante una resistente Argentina

Nadie ha jugado mejor en el campeonato que el conjunto de Löw.

 

Götze marca el gol de la victoria de Alemania / gabriel bouys (afp)
Mario Götze, el nuevo Iniesta alemán, tiene el mismo aire angelical que el jugador manchego. Bajo ese aspecto de chicos frágiles, ambos pueden ser letales.
 Con cuatro años de diferencia uno y otro descorcharon una final mundialista en la prórroga.
 Ayer, en Río de Janeiro fue el turno de Mario Götze, un suplente hasta el minuto 88 que reventó a una gran Argentina en el 113 (1-0)
. A Messi y los suyos se les vino el mundo encima tras haber resistido como jabatos ante esta gran añada de jugadores alemanes. La Albiceleste no solo mantuvo el tipo, sino que llegó a tener las llaves del paraíso en más de una ocasión.Pues a Mesi no se le vió mucho y eso que ha engordado.
Al Messi actual no le alcanzó para cobrar el protagonismo con el que soñaba su fraternal Argentina. A Leo la final le llegó tarde
. Con Götze no pudo ser más puntual. Un tanto para la historia por su valor para romper con una barrera infranqueable desde 1930: por primera vez Europa pudo brindar en América.
 El mérito correspondió a un gran equipo, a una selección que siempre fue respetada porque amedrentaba
. Ahora, Alemania, con su cuarto título, merece ser admirada. Nadie jugó mejor en el campeonato
. Y con menos, nadie compitió mejor que esta encomiable Argentina. El partido engrandeció a los contendientes.
Fue una final honorífica para Maracaná, un partido que merecía Brasil, porque el cataclismo de su selección no puede dar carpetazo a su imborrable archivo del tesoro. Alemania y Argentina se tiraron el fútbol a la cara, el de cada cual, sin que nadie se reservara nada.
 No hubo fuegos de artificio, sino un encuentro cuerpo a cuerpo, con timbre en las dos áreas, con Romero y Neuer en alerta máxima, con los alemanes con el balón cosido al pie, trazo a trazo, con un apoteósico Lahm, un sabueso Müller, un monumental Neuer, un solemne Kroos. Alemania, con mimo, dedicación y paciencia, ha acunado un equipazo que puede crear escuela.
 No la tiene Argentina, pero se manejó como el equipo afanado que es y con el turbo a todo gas
. Si los germanos gobernaron los espacios reducidos, los sudamericanos dominaron el campo abierto hasta que a Messi se le hizo un mundo inabarcable.

Argentina se impuso por encima de su valía, al menos de la mostrada hasta su estupenda puesta en escena en el día grande.
 Apareció el equipo mancomunado de siempre, pero nunca aceptó la heroica del que se siente más débil.
 Acorde con su cromosoma, todos fueron argentinos hasta el tuétano, con lo mucho que eso supone: nada de intimidarse
. A las órdenes de Mascherano, la Albiceleste se abrochó cerca de su portero, pero no titubeó en desplegarse en estampida. Messi arrancó con donaire y citó en carrera a los zagueros alemanes, Lavezzi sacaba de rueda e Higuaín estaba al acecho.
Alemania, glorificada de por vida tras arrasar a Brasil, se sentía amenazada, no estaba ante un adversario con taquicardia.
 Higuaín le hizo palidecer tras un grotesco error de Kroos, al que le dio una pájara y quiso ceder la pelota a su portero cuando en medio del tránsito estaba el Pipa.
 El ariete argentino enfiló en línea recta hacia Neuer y disparó torcido. A veces, con el gol tan a la vista, algunos se ciegan. Higuaín, por dos veces, tuvo el edén a sus botas. La realidad le desbordó. Acabó en el banquillo.
Ambos se tiraron el fútbol a la cara, el de cada cual, sin que nadie se reservara
El equipo de Löw, didáctico y armónico con sus pases subordinados, remaba por el costado de Lahm y Müller, pero en la otra orilla tenía un boquete considerable
. Özil, el de pecho frío de tantas ocasiones, no auxiliaba a Howedes, un central reconvertido a lateral, de carrocería pesada.
 El equipo de Sabella dio con el acertijo y sus descargas llegaron por esa ruta de evacuación.
 En una de ellas, Lavezzi, tras una excelente maniobra de Messi, cogió marcha y su centro al área lo embocó Higuaín
. Esta vez, con un cuerpo fuera de juego. Del siguiente asalto se encargó su capitán. Messi hizo inmersión de las suyas por la izquierda de Neuer y entre Hummels y Boateng barrieron el balón cuando se avecinaba el gol.
Lahm levanta el trofeo de Campeón del Mundo. / Natacha Pisarenko (AP)
Un hecho accidental corrigió a los germanos. Kramer, sustituto a última hora de Khedira, que se vio indispuesto en el calentamiento, sufrió un trompazo tremendo con Garay, que le noqueó cabeza con cabeza
. El chico quedó grogui y Löw dio carrete a Schürrle, que cubrió el vacío que dejaba Özil en la izquierda, y el jugador del Arsenal se desplazó hacia el centro, donde tiene mejor panorámica y deberes menos engorrosos
. Argentina ya no tuvo vía libre y Howedes le devolvió el susto de Higuaín con un cabezazo al poste cuando se apagaba el primer acto. Schürrle, además, produjo unos cuantos remates.
Higuaín, por dos veces, tuvo el edén en sus botas. La realidad le desbordó
Sabella, o quien fuera, movió ficha al descanso y Messi cambió de socio:
 Agüero, que pasa tiempos de pesadumbre, por el activo Lavezzi. En nada mejoró el equipo sudamericano. Leo dio un paso atrás, con el Pipa —y luego Palacios, su relevo— y el Kun como referentes.
 Enfrente, Özil se desperezó y Alemania encontró otro recurso. No hubo quien conectara el gancho final, por más que el choque siempre tuvo ida y vuelta, fogonazos por un lado y otro
. Estaba Messi, no el de otro planeta, pero daba alguna pincelada
. Hasta tuvo el gol del otro Messi, el colosal.
 Su disparo cruzado se escapó y con él se llevó a La Pulga, que poco a poco se quedó en nada.
Quienes no se evaporan son los alemanes.
Hasta el asfixiante final siguió suelto Müller, ese depredador que caza goles como en un safari, y arremetía Schürrle.
 El partido, sin paréntesis para el tedio, tenía curvas, nadie estaba a salvo.
 Percutía y percutía la exuberante Alemania, que no es de fogueo precisamente.
 No se arrugaba esta Argentina de corsarios, la de Biglia, Enzo Pérez…
 El duelo era sofocante, de alto tonelaje, sin tiempos de parpadeo
. Con el pulso disparado, ya en la prórroga, cuando los acalambrados se apelotonan, de nuevo Argentina tuvo el cielo a sus pies. Palacio, con ese Goliat de Neuer en sus narices, elevó la pelota sobre el portero
. El argentino la crujió con la tibia y el balón se fue en globo hacia la nada.
 Ahí se desvaneció Argentina, ya con Messi fuera de foco.
Con los penaltis a tiro, Schürrle se aventuró por la izquierda y su centro lo blindó Götze, que fundió a toda Argentina.
 Quién sabe si también a Messi, el último gran genio, el niño de Rosario que hasta ayer cumplió con todos y cada uno de sus sueños.
 Para él no habrá consuelo Mundial, por mucho que la FIFA, que pelotea como quiere, le sacara de la manga un Balón de Oro al mejor jugador del torneo, solo admisible si se trataba de un homenaje a su carrera, la que parece en declive. Alemania dejó abatido al astro, al que delataba su gesto extraviado. Y los germanos lo hicieron como nunca: por su buen fútbol y su imborrable huella en América y un Maracaná que abroncó sin disimulo y de forma repetida a la presidenta Dilma Rousseff.
 A Brasil, el Mundial le deja más de un mal poso.

 

13 jul 2014

Un maestro dudoso....................................................Antonio Muñoz Molina

César González Ruano fue un escritor sin escrúpulos, sin ética ni estética.

 

"A César González-Ruano no había nada que le importara en el fondo, salvo su propia vanidad o el cuidado de su bigote".

A estas alturas el gran misterio de César González-Ruano no es el de su colaboración con los nazis o el de su responsabilidad en la desgracia de los fugitivos judíos que nunca llegaban a cruzar la frontera española sanos y salvos
. El misterio insoluble para mí es el de su sostenido prestigio como modelo de columnista y prosista. El caso de González-Ruano no es el de un gran escritor que al mismo tiempo resulta ser una persona muy desagradable, sino el de alguien tan sin escrúpulos en su ética como en su estética, un oportunista igualmente capaz de envolver la nada o la pura mentira en palabras brillantes y de estafar a cualquiera con trapacerías simuladas bajo un aire de dignidad o nobleza
. La vida de González-Ruano no es el reverso turbio de su obra: la una es el espejo de la otra
 En ciertas épocas de su carrera, González-Ruano fue abiertamente un canalla.
 Celebró a los nazis recién llegados al poder en 1933 y a los fascistas de Mussolini desde que llegó a Roma como corresponsal de Abc.
  Se puede ser simpatizante entusiasta del nazismo y se puede también ser venal: González-Ruano fue las dos cosas
. En Madrid y luego en Berlín cobraba de los servicios de propaganda de Hitler, y unas veces se tomaba el trabajo de escribir él mismo los artículos laudatorios sobre la nueva Alemania que tanto gustaban en Berlín y otras firmaba con su nombre los que ya le daban redactados los propagandistas del Reich.
 Celebró las quemas de libros y las leyes raciales, y cuando los judíos alemanes empezaron a buscar países de refugio en Europa escribió artículos advirtiendo de que España no debería abrirles las puertas, para evitar un contagio como el que había sufrido Alemania.
Leyendo los artículos de Ruano en los años treinta se comprueba que el fascismo, entre otras cosas, era una intoxicación de mala literatura, un desbordamiento de palabrería pseudosublime y pseudopoética que entre nosotros tuvo como máximo fruto el misticismo falangista, las vaciedades floridas de aquellos himnos que algunos de nosotros llegamos a cantar en la escuela sin entender de ellos ni una sola palabra: los luceros, las montañas nevadas, las rutas imperiales, etcétera
. En su vertiente alucinada, nihilista y rabiosa, el fascismo atrajo a escritores de talento como Céline, Drieu de la Rochelle, Hamsun, o incluso Curzio Malaparte, que provocan al mismo tiempo admiración y repulsión, y en quienes hay una vena trágica, una pulsación autodestructiva.
 Esos nombres se mencionan casi siempre que se escribe sobre González-Ruano, para recordarnos, como si alguien no lo supiera, que una cosa es la vida de un autor y otra su obra, y que los criterios morales que lícitamente se aplican al juzgar el comportamiento han de quedar en suspenso cuando se valora la escritura.
Leerle es asomarse a una exasperación verdadera, a una decisión de mirar el mundo con envenenamiento ideológico
Céline, Drieu de la Rochelle o Hamsun tuvieron un compromiso profundo con lo que escribían. Leerlos es asomarse a una exasperación verdadera, a una decisión de mirar el mundo con los ojos abiertos malograda por el resentimiento personal y el envenenamiento ideológico.
 A César González-Ruano no había nada que le importara en el fondo, salvo su propia vanidad, o el cuidado de su bigote, o la necesidad de mantener un tren de vida a la altura de sus fantasías nobiliarias.
 Para justificarlo sus defensores dicen que en realidad era un pícaro: pero los pícaros son criaturas de la ficción, no de la realidad, y además casi todos ellos resultan ser pobres desgraciados, víctimas que se defienden como pueden en un mundo hostil y que siempre acaban perdiendo. González-Ruano, que vivió más o menos a tumbos, entre el lujo y la estafa, entre la celebridad y la penuria, eligió estar del lado de los que mandaban en cada momento, y su pose de malditismo, tan atractiva para algunos literatos, queda malograda por su vocación de delator, por su capacidad para ensañarse con los perseguidos y los expulsados en los tiempos más negros de la historia de Europa
. En 1938 celebró las leyes raciales de Mussolini igual que había celebrado en 1934 las de Hitler, y la misma falta de compasión que mostró hacia los exiliados de Alemania y de Austria la mantuvo luego ante los exiliados republicanos españoles.
 A tareas así dedicó su prosa: no había nada que le importara en el fondo, ni siquiera la literatura, y por eso le costaba tan poco escribir al dictado de los agentes de la propaganda alemana o improvisar de cualquier manera una novela en unos pocos días, para cobrarla cuanto antes, o urdir uno tras otro artículos sobre nada, piezas rápidas de prosa brillante y vacía muy adecuadas, durante los años de su mayor gloria durante la dictadura, para un país en el que nada importante o verdadero podía contarse en los periódicos, y en el que casi toda la primera fila y hasta la segunda fila de la literatura y del conocimiento habían sido barridas por el asesinato, el exilio y la cárcel.
El libro reciente de Rosa Sala y Plàcid García-Planas, El marqués y la esvástica, deja sin confirmar las acusaciones más graves contra González-Ruano, pero ilustra con pruebas abundantes su falta de escrúpulos y su servilismo venal hacia los nazis alemanes y los fascistas italianos, la desvergüenza con la que se aprovechó, en el París ocupado, de la desesperación de los judíos pudientes dispuestos a pagar lo que fuera para escapar de la persecución y el exterminio
. No son astucias de pícaro que merezcan esa indulgencia reservada tantas veces en España para algunos canallas: son actos de complicidad inmunda en crímenes contra la humanidad
. En el Madrid de su éxito, en los años cincuenta y los primeros sesenta, González-Ruano escondía su pasado con la tranquilidad de formar parte del bando de los vencedores y de saber que vivía en un país al mismo tiempo silenciado y olvidadizo.
 Decía que “la verdad, la verdad pura, apenas sirve para nada”, y escribía en los periódicos una literatura en gran medida superflua, de brillo y adorno, ajena a cualquier conexión con la realidad, o con esas verdades inútiles pero peligrosas de las que prefería olvidarse
. En sus momentos de lucidez, de los que hay algún rastro en el Diario íntimo, reconocía que el suyo era un talento malogrado por la indisciplina y la prisa, por la falta de un empeño sostenido.
 No podía aceptar, aunque también lo sospechara, que un indicio o una consecuencia de mediocridad era su propensión a la impostura: escribía para ocultarse, para borrar pistas, para mantener un personaje, no para asomarse con los ojos abiertos a lo que prefería no ver, no saber.
Sala y García-Planas, con tanta percepción literaria como trabajo de archivo, sitúan la vileza y la retórica de González-Ruano en la época siniestra a la que perteneció.
 No deja de intrigarme que esa literatura tan del pasado siga suscitando tanta admiración en el presente, en una sociedad democrática en la que tanto el periodismo como la decencia personal se rigen por normas afortunadamente muy distintas.
Si hay un ejemplo que no nos hace ninguna falta seguir a estas alturas es el de César González-Ruano.
Como usted Sr. Molina no ha dicho nada contra Israel y su genocidio ahora mismo, matan sin compasión.
Y Usted se asombra de un canalla ? Usted que no maniiesta nada contra Israel, será quizás que Israel le dió un Premio de esos que va acumulando? no es usted nadie para juzgar a un imbecil que estuvo con los ganadores alemanes e italianos? y Usted que hace por Palestina????Espera otro premio, ? recuerde que eso mismo alguien lo dirá de usted.
Parece que es del PP pero del de Aznar.
El marqués y la esvástica. César González-Ruano y los judíos en el París ocupado. Rosa Sala Rose y Plàcid García-Planas. Anagrama. Barcelona, 2014. 512 páginas. 24,90 euros (electrónico: 12,99).
www.antoniomuñozmolina.es

La clave del ‘siete’.............................................................................. Karelia Vázquez

Mayor intensidad en menos minutos. Así funciona el entrenamiento comprimido, planteado ante la escasez de tiempo libre en nuestras vidas. Pero ¿dónde está el límite?

 

No tener tiempo para hacer ejercicio es, a estas alturas, una queja universal.
El sueño de cualquier urbanita de este mundo es estar en forma, incluso delgado y fibroso, sin pisar un gimnasio.
Por ello los expertos en Ciencias del Deporte han empezado a buscar fórmulas que se adapten a los estilos de vida de hoy
. Léase gente que trabaja una gran cantidad de horas y se mueve mucho, pero en coche, tren o avión y casi nunca andando y quemando energía.
 Y para eso han cambiado la pregunta clásica de sus estudios.
No todos pueden someterse a ejercicio muy intenso en poco tiempo. Hace falta bagaje físico, y no es solución para sedentarios”
En lugar de averiguar cuánto tiempo de actividad física se necesita para estar bien –una respuesta que se encontró hace varios años: 158 minutos por semana de ejercicio moderado–, el interrogante es otro. Ante la dificultad para completar ese tiempo por desidia o porque las agendas están repletas, los expertos han empezado a preguntarse cuál sería el ejercicio mínimo que uno necesitaría para no ganar peso y tener una salud cardiovascular correcta
. Es decir, cómo llegar a un acuerdo de mínimos con el cuerpo.
Los entrenamientos de entre 7 y 15 minutos de duración son, de momento, una primera respuesta. Consisten en tablas de ejercicios a muy alta intensidad con pequeños intervalos de descanso, diseñados para personas con poco tiempo y buena condición física.
 Se pueden practicar casi en cualquier lugar, pues solo se requiere una pared y una silla donde apoyarse.
 El resto lo hace el peso del propio cuerpo luchando contra la fuerza de la gravedad.
La rutina de ejercicios minimalistas más conocida es la de los “siete minutos” y llegó al mundo con la bendición de la revista The American College of Sports Medicine’s Health & Fitness, una publicación con mucho predicamento entre los expertos del asunto
. Son 12 ejercicios que deben practicarse a un ritmo muy alto, descansando solo 10 segundos entre cada uno. “Siete minutos en los que uno realmente lo pasa mal, pero es el único modo de comprimir un entrenamiento en tan poco tiempo.
 La buena noticia es que, una vez que has terminado, ya no hay que hacer más ejercicio”, explicaba Chris Jordan, director del departamento de fisiología del ejercicio en el Human Performance

RUTINA MINIMALISTA

Los ejercicios para hacer deporte comprimido con alta intensidad deben durar 30 segundos cada uno, con intervalos de 10 para descansar.
Saltos.Saltar abriendo y cerrando las piernas. Al tiempo, hacer lo mismo con los brazos por encima de la cabeza.
Sentadillas. Apoyando la espalda contra la pared, las piernas en ángulo de 90 grados y se aguanta la postura.
Fondos clásicos.Tumbado boca abajo apoyado sobre las puntas de los pies y las manos, bajar y subir el cuerpo manteniéndolo recto como una tabla.
Abdominales. Tumbado boca arriba, y con las manos apoyadas en la nuca, subir las piernas en un ángulo de 45 grados e intenta tocar la rodilla con el codo contrario.
Elevaciones a una pierna. De frente a un banco, subir un pie al banco y después el otro, como si se subieran escalones. Bajar un pie y luego el otro.
Sentadillas profundas. De pie, con los pies separados al ancho de los hombros, bajar y subir tu cuerpo sin que las rodillas sobrepasen las puntas de los pies.
Tríceps. De espaldas a un banco, apoyar las manos y mantener los codos pegados al cuerpo, alejando los pies del banco todo lo que sea posible. Bajar despacio, controlando el movimiento, y subir con impulso.
‘Planks’. Boca abajo, apoyado en los antebrazos y en la punta de los pies, con el cuerpo recto, mantener la posición mientras se contraen los abdominales.
‘Skipping’. Trotar en el sitio, elevando las rodillas alternativamente.
‘Splits’. Saltar cambiando las piernas alternativamente, como dando zancadas amplias.
Fondos de brazos alternos. Boca abajo como para fondos clásicos, adelantar un brazo más que el otro, y cambiar la posición de los brazos cada vez que se suba y baje.
Oblicuos laterales.Tumbado de lado, apoyado sobre el antebrazo y la parte lateral del pie, elevar el cuerpo de un impulso y bajarlo luego lentamente.
Institute, en Orlando (Florida). El experto es uno de los coautores del método de entrenamiento comprimido, y aseguró, en un artículo que dio la vuelta al mundo, que “los ejercicios por intervalos de alta intensidad proveen de la mayoría de los beneficios de una actividad física continua, pero en un periodo más corto”.
Otros científicos de la McMaster University, en Ontario (Canadá), apuntalaron la tesis asegurando que unos pocos minutos de actividad física a una capacidad que casi llegue a la máxima resistencia de una persona producen cambios moleculares en los músculos similares a los que se consiguen después de una carrera de varias horas
. En otras palabras, la clave de ahorrar en tiempo está en subir la intensidad, y esto se traduce en sufrimiento y ponerse casi al límite de la capacidad física
. Algo que requiere un chequeo médico previo y que un entrenador haya supervisado la actividad.
“No todo el mundo puede someterse a ejercicio muy intenso en poco tiempo, hay que tener bagaje físico para aguantarlo”, opina el entrenador Óscar de las Mozas. Añade:
 “No creo que sea la solución para alguien que siempre ha sido sedentario o que tenga mucho sobrepeso.
 Se podría lesionar muy rápido”.
De las Mozas, fundador del grupo Coentrena, apunta que estos experimentos minimalistas se han hecho con muestras muy pequeñas de población joven que estaba en muy buena condición física.
“Es mejor que nada”, señala la entrenadora personal Ana Kurti, que insiste en que previamente habría que descartar problemas de hipertensión y de corazón, pues las partes más duras del programa generan picos muy altos de pulsaciones cardiacas.
“Si alguien se pone a hacer esto por su cuenta, estaría corriendo muchos riesgos”, remata De las Mozas, quien cree que a los 7 minutos de esfuerzo se le deben sumar 5 de calentamiento y otros 5 para estirar. Y ya suman 17.
Aún no está dicha la última palabra sobre la conveniencia de generalizar los entrenamientos minimalistas que, en sus diferentes versiones, oscilan entre 7 y 20 minutos de duración.
 Aunque suena como la fórmula perfecta para ahorrar tiempo, se sigue investigando, sobre todo en Estados Unidos y Finlandia, si esta propuesta podría acabar sustituyendo a las rutinas convencionales. Entre sus grandes ventajas, Óscar de las Mozas apunta que “tienen un mayor gasto energético posejercicio”
. Es decir, que se siguen quemando calorías aun después de terminado el entrenamiento.
Sin embargo, este experto cree que sería complicado “engancharse” a una actividad minimalista. “No es agradable, le falta el componente de ­bienestar psicológico que generan las endorfinas cuando se corre una hora por el monte”
. Para Ana Kurti, todo lo que signifique variedad es bueno
. “No existe un entrenamiento perfecto, y cuanto más se cambien los estímulos a los que se somete el cuerpo, los resultados serán mejores.
 Lo que sí debe quedar claro es que hay que estar en buena forma para resistir un ejercicio explosivo de pocos minutos”, dice Kurti, a quien los patrones de mínimos no le parecen mal.
Al menos un millón y medio de personas de 127 países, según las cifras que maneja Apple, se han bajado la aplicación para practicar los entrenamientos de siete minutos, que también está disponible para Android.
 Según se puede leer en las reseñas de los internautas, la han probado desde gente realmente ocupada hasta curiosos e impacientes.
 Al parecer, es muy atractiva la idea de conseguir lo que dice Chris Jordan: “El máximo resultado físico con la mínima inversión de tiempo”.
 Hay que decir que los usuarios describen esos minutos de intenso esfuerzo físico como los más largos de su vida.
Ya lo dicen sus creadores: para que el método funcione hay que alcanzar una intensidad que duela en el cuerpo.
Nadie dijo que fuera fácil, solo se habló de que eran siete minutos.