Un Blues

Un Blues
Del material conque están hechos los sueños

7 jul 2014

El mundo hiere....................................................... Javier Marías

En 1984 daba yo unos cursos de Traducción en el Wellesley College de Massachusetts
. Les pasaba a las alumnas (era una Universidad femenina) breves textos en español e inglés para que los vertieran a la otra lengua, como ejercicio.
 Uno fue un pasaje de Juan Rulfo en el que, si mal no recuerdo, lo más osado que había era un comentario sobre lo caliente que estaba la tierra sobre la que dormían tres personajes de viaje, una mujer y dos hombres, y cómo ese calor emanado por el suelo se trasladaba a los cuerpos, que despedían a su vez su calor de unos a otros (pero a distancia, no se crean).
 Una alumna se me acercó y me dijo que su moral le impedía traducir aquel fragmento, y me pidió uno alternativo
. No entendí nada, en verdad no sabía a qué se refería ni qué “moral” podía entrar en conflicto con algo tan inocente y neutro.
 No sé, si les hubiera dado el arranque de Santuario de Faulkner, en el que una mujer es violada con una mazorca de maíz (de nuevo si no me equivoco) …
La joven insistió en que aquello era demasiado sexual. Yo no veía sexualidad por ningún lado y no me hacía mucha gracia crear un precedente de traducciones “a la carta”, digamos
. Cualquier mojigata podía ver obscenidad en Platero y yo, por ejemplo, y así hasta el infinito.
 Pero consulté con las colegas del departamento y las órdenes fueron tajantes: “Dale otra pieza. Las alumnas son susceptibles y podrían meternos en líos.
Total, no vale la pena arriesgarse”. Obedecí (al fin y al cabo yo estaba allí de paso) y la estudiante tranquilizó su conciencia y su ánimo turbado por el pobre Rulfo.
Me he acordado de esta anécdota remota (que me disculpen los memoriosos si ya la he contado; son muchos años) al leer que cada vez hay más alumnos estadounidenses que ponen reparos a las lecturas que sus profesores les recomiendan o programan.
 Y exigen que, como mínimo, se les advierta de lo que van a encontrar en ellas.
 De que El gran Gatsby “contiene pasajes violentos y misóginos”, o de que en Huckleberry Finn “hay vocablos y actitudes racistas”.
 Consideran que lo que hagan o digan los personajes ficticios de una novela o de un drama “puede herir su sensibilidad”, o algunas escenas causar “síntomas de estrés postraumático” a quienes hayan sido víctimas de violaciones o ex-combatientes de guerra, o tengan pánico incontrolable a esas amenazas
. En la Universidad de California (Estado pionero de casi todas las pusilanimidades), el consejo de estudiantes ha solicitado formalmente que se incluyan estos avisos.
 Y claro, las obras que menos se libran son las que ocupan lugar fijo en los planes de estudios: El mercader de Venecia, “por contener ideas antisemitas”, o La señora Dalloway, de Virginia Woolf, “porque supuestamente incita al suicidio”.
 La cosa se parece a los carteles que en el ámbito anglosajón aparecen al principio de las películas y series televisivas (destinados a padres y niños), en los que se advierte que lo que va a proyectarse incluye “violencia, tacos, escenas de sexo, desnudez” y últimamente, en el colmo de la histeria pacata, “escenas en que se fuma”.
Esto habrán de agregarlo a todas las cintas de la historia anteriores al 2000 por lo menos, de La diligencia a Casablanca, de Cantando bajo la lluvia a Sonrisas y lágrimas, a menos que prosperen las demenciales propuestas de borrar digitalmente todos los cigarrillos, habanos y pipas del celuloide (Groucho Marx quedaría idiota en todos sus planos, con una mano vacía en la boca; pero de todo es capaz la grotesca censura contemporánea).
No sé por qué sus padres los pusieron en el mundo; porque es un lugar que antes o después hiere
A lo que más recuerdan estas prácticas, sin embargo, a los que las conocimos, es a las fichas que colgaban a las puertas de las iglesias durante el eterno franquismo, en las que se advertía a los feligreses de los peligros acechantes en tal o cual película, por mucho que el “permisivo” Gobierno hubiera autorizado su exhibición en las salas.
 Tras un resumen del argumento, al final se señalaba: “Defectos de forma” (eso significaba que se veía un escote o una mujer en combinación, por ejemplo)
. “Defectos de fondo” (eso, que había adulterio o conductas “inmorales” entre los personajes). “Ambiente malsano, falta de arrepentimiento, comportamientos licenciosos” y gravedades por el estilo.
 No hace falta decir que cuantas más líneas para rehuir el pecado, más gente corría a ver la película. Algunos profesores americanos se llevan las manos a la cabeza ante estas iniciativas tan semejantes a las de la Iglesia cómplice y beneficiaria de una interminable dictadura:
 “Cualquier alumno que se sintiese aludido por alguna materia que se impartiese en clase podría presentar una queja y desencadenar un proceso legal muy tortuoso para la comunidad educativa”, alega uno.
Pero llevan las de perder, me temo, puesto que hay otros que se alinean con los estudiantes más puritanos y remilgados:
“Tenemos alumnos con problemas graves y hay que tratarlos con respeto y consideración”, opina una vicedecana. Lo cual supone alertarlos o evitarles desde la Ilíada y la Biblia (en las que hay adulterios y matanzas sin cuento) hasta Hamlet (en la que hay fratricidio, más adulterio, crueldades psicológicas y atisbos de incesto).
 Aquí ya tenemos una legión de cursis que suprimen de los cuentos infantiles cuanto les parece violento, triste, sexista o desagradable
. En realidad estos jóvenes y quienes los “protegen” quisieran evitarse y evitarles la vida.
 Yo no sé por qué sus padres los pusieron en el mundo y sus profesores algodonosos consienten que en él sigan; porque es un lugar que antes o después hiere la sensibilidad de cualquiera.
elpaissemanal@elpais.es

6 jul 2014

Sarkozy agrava la ruina política y económica de la derecha francesa...................................... Gabriela Cañas


Sarkozy habla por teléfono en una calle de París el miércoles, tras ser imputado. / benoit tessier (reuters)

Nicolás Sarkozy ha vuelto a la política.
 Quizá su proyecto, expresado aún con medidas palabras, sobre su regreso a la cabeza de su partido, la Unión por un Movimiento Popular (UMP), no lleguen a buen término, pero esta semana el mediático expresidente de la República, el primero en la historia en ser detenido (y luego imputado) por corrupción, se ha adueñado del centro de la escena pública.
Su virulento ataque a las instituciones, sembrando las sospechas sobre la justicia y el poder ejecutivo, ha profundizado en la crisis que atraviesa el país y ha agravado, sobre todo, la de la formación conservadora a la que pertenece, hundida en la ruina económica —debe 46 millones de euros— y la ausencia de liderazgo y atrapada por los escándalos de corrupción.
Desde la izquierda se teme que la irrupción de Sarkozy beneficie a la ultraderecha.
El miércoles pasado, a las ocho de la tarde, medio país estaba atento a la televisión.
 Y no era para seguir a la selección francesa de fútbol.
 Solemne, de traje oscuro, recién afeitado y sin signos de haber pasado la peor noche de su vida en comisaría, el expresidente eligió a dos emisoras (TF1 y Europe1) para explicarse ante la opinión pública.
 Los detalles de su detención los desgranó, indignado, él mismo. “Fui llevado en un vehículo policial escoltado por cinco policías, he sido interrogado durante 15 horas y después recibido por los jueces a las dos de la mañana”, dijo ante las cámaras, preguntándose si ello no tenía el único fin de humillarle.
Los conservadores llevan un mes sin líder y adeudan 46 millones de euros
Un importante sector social se ha subido al carro de la teoría de la conspiración
. Lo ha hecho la líder del ultraderechista Frente Nacional, Marine Le Pen, lo ha hecho la UMP (“¿Era una juez que se felicitó por la derrota de Sarkozy en 2012 la más adecuada para juzgarle imparcialmente?”, se pregunta el secretario general Luc Chatel) y algunos medios de comunicación, como Le Figaro, que no dudan en apuntar la posible revancha de la izquierda en busca de la “muerte política” del expresidente.
Sarkozy quedó imputado la madrugada del miércoles por presuntos delitos de tráfico influencias, violación de secretos y corrupción activa
. El caso se basa en las escuchas telefónicas a las que el expresidente y los suyos fueron sometidos en el curso de la investigación sobre la presunta financiación ilegal de su campaña electoral de 2007 por el que fuera dictador libio Muamar el Gadafi.
La policía cree que el abogado de Sarkozy tejió una red de informantes en los tribunales para seguir los casos contra su cliente y amigo
. Tanto su letrado, Thierry Herzog, como el magistrado del Tribunal Supremo Gilbert Azibert están también imputados.
Una de las jueces que le tomó declaración de madrugada es miembro del Sindicato de la Magistratura, alineado con la izquierda.
 “¿Fue una casualidad?”, se preguntaba Sarkozy en la entrevista televisada
. Incidentes anteriores alimentan sus sospechas de compló. Uno de ellos es la torpe intervención de la ministra de Justicia, Christiane Taubira, en marzo pasado, cuando declaró que no estaba al corriente de las escuchas policiales para luego admitir lo contrario, una vez que el entonces primer ministro Jean-Marc Ayrault confesara que la fiscalía había informado al Gobierno
. Frente a las acusaciones de las que tiene que defenderse Sarkozy por corrupción (media docena de casos le acorralan), el enredo político-judicial está servido.
La estragia del exjefe del Estado es contestar a los ataques de los jueces
Es la estrategia habitual de Sarkozy, según el politólogo Pascal Perrineau, que “se defiende polemizando y dividiendo”. Su temperamento y sus problemas con la justicia han berlusconizado la vida política francesa, algo que no le perdona otra parte de la sociedad. El caso Sarkozy llega en un momento de desconfianza ciudadana hacia sus instituciones.
 A ello contribuye el expresidente presentando al Gobierno como un equipo de conspiradores dispuesto a destruirle.
Los socialistas, incluido el primer ministro, Manuel Valls, hablan de acusaciones “graves” que hay que investigar. “Es irresponsable cuestionar la independencia judicial”, dice a EL PAÍS un diputado.
Incluso en las filas de su partido hay malestar. “No podemos seguir contando con gente como Nicolas Sarkozy o Jean-François Copé [líder dimisionario del partido conservador salpicado por un caso de corrupción]”, ha declarado a Le Monde Laurent Brosse, un joven alcalde de la UMP.
La UMP, la gran formación conservadora que ha controlado las riendas del país durante lustros, sale gravemente tocada.
 Sin presidente desde que Copé dimitió hace un mes, sus arcas están en números rojos y la tensión interna es patente.
 El propio Copé ha afeado públicamente al exministro de Exteriores Alain Juppé y posible candidato a liderar el partido ser demasiado tibio en su apoyo a Sarkozy.
Si la izquierda puede desaparecer, según Valls, atrapada en la parálisis, la derecha también puede sufrir otro severo castigo.
“Muchos franceses se preguntan ahora si la UMP será capaz de presentar un candidato con asuntos pendientes en la justicia”, dice Perrineau.

Mujeres que marcaron una etapa en el Cine, Todas Rubias.......

Las rubias fueron las grandes obsesiones de Alfred Hitchcock

La nueva película basada en la vida del famoso director sigue retratando la tormentosa obsesión que sentía por las actrices con el pelo rubio.

La obsesión que sufría Alfred Hitchcock por las rubias le traía de cabeza. Pero no sólo a él, sino que también su mujer, Alma Reville, sufrió en sus propias carnes. En todas, o casi todas las películas del genio, una actriz rubia aparecía en la pantalla. Fueron muchos las que marcaron su vida, pero sólo algunas las que perdurarán siempre.



Joan Fontaine se convirtió en la primera musa del genio del cine. La actriz hasta que conoció al famoso director no tenia un nombre propio dentro de la industria, pero su suerte cambió cuando conoció a David O. Selznick, un famoso productor de Hollywood. Él fue quién la incitó a que asistiera a una audición para el papel protagonista de 'Rebeca', el cuál consiguió. Además, la película suponía la primera que el director rodaba en Norteamérica. Gracias al papel, Joan fue nominada al Oscar de Mejor actriz.



Al año siguiente volvió a estar en boca de todos al protagonizar otra película de Hitchcock, 'Sospecha', por la cuál volvió a estar nominada al Oscar.






 En esta ocasión se alzó con la estatuilla. En esa ocasión estaba nominada junto a su hermana. Pero las rencillas entre ellas hicieron que Joan no aceptara las felicitaciones de su hermana.

Ingrid Bergman, el amor oculto del genio

Cuando Hitchcock conoció a Ingrid Bergman y empezó el rodaje de 'Recuerda', se enamoró perdidamente de ella. Fantaseaba con estar con ella e incluso de tener una relación con ella. Pero la actriz sólo veía en él una figura paternal. La amistad de ellos duró hasta que Alfred murió.



El inicio del rodaje fue bastante dubitativo y difícil. Bergman no se creía el papel que tenia que desempeñar de psiquiatra que se enamora del director de un centro psiquiátrico. Pero finalmente Hitchcock consiguió convencerla, sobretodo gracias a las figuras oníricas que Salvador Dalí había creado para la película. La actriz quedó fascinada.



Bergman también fue protagonista de 'Encadenados' y 'Atormentada'.

Grace Kelly, el amor platónico que nunca se convirtió en realidad

Tras Bergman, la nueva musa que tuvo el genio regordete fue Grace Kelly. La rubia, que acabó convirtiéndose en Gracia de Mónaco, representaba la heroína perfecta de Hitchcock: Fría y sensual. La actriz con sólo 23 años fue la protagonista de 'La ventana indiscreta', una de las películas más recordadas del genio. 



Hitchcock acabó tan prendado de la actriz, que incluso antes de acabar el rodaje de 'La ventana indiscreta' ya le pidió a Kelly que fuera la protagonista de 'Crimen perfecto'. Dicha película fue la siguiente en la que participó la actriz, pero no fue la única. 'Atrapa un ladrón' fue la tercera y última película en la que participó Kelly. Hitchcock se enamoró perdidamente de ella, e incluso recordó el amor que sintió por Ingrid Bergman.

Vera Miles, la actriz que se negó a ser moldeada por Hitchcock

La actriz Vera Miles fue la protagonista de 'Falso culpable'. Hitchcock estaba encantado con ella: “Vera tienes las mismas cualidades de Grace. Tiene estilo y mucha inteligencia', declaró el director.



Hitchcock habló con ella durante el rodaje de 'Falso culpable' para futuros proyectos. El director veía en ella a la nueva Grace Kelly. Pero la actriz no percibía esa sensación. “Hitchcock nunca me felicitó por mi trabajo, ni siquiera me dijo por que me contrató”, dijo la actriz.



"A lo largo de los años Hitchcock ha tenido un único tipo de mujer en sus películas: Madeleine Carroll, Ingrid Bergman, Grace Kelly. Yo intenté complacerlo, pero no pude porque era demasiado tozuda y él quería alguien a quien pudiera moldear", sentencia la actriz, que no sentía que su trabajo con Hitchcock fuera gratificante. Vera iba a protagonizar 'Vértigo', pero se quedó embarazada y eso dio paso a Kim Novak.

Kim Novak llegó por rebote a protagonizar 'Vértigo'

Kim Novak fue la encargada de sustituir a Vera Miles al frente de 'Vértigo'. La actriz sólo tenía 24 años. En un principio, el director no las tenía todas con él: “Sólo he contratado a Kim por que Miles está embarazada”. Pero finalmente acabó satisfecho con ella. Lo que no quita que no tuviera problemas.



Tuvo problemas en cuanto a vestuario se refiere. 
La actriz se negó a lucir, en un principio, un conjunto que Hitchcock había señalado en el guión. Novak desconocía la obsesión del director por el detalle en todo lo que hacía. Pero al final aceptó.



Con esta película, se percibió definitivamente que la obsesión del director por moldear a sus actrices era algo que siempre estaría en él. Peinado, maquillaje, vestuario, la supervisión de las escenas...todo estaba bajo el control de Hitchcock.

Janet Leigh se negó a interpretar desnuda

Cuando Hitchcock empezó a rodar 'Psicosis' contrató a Janet Leigh. La actriz tenía 32 años, dos hijos y estaba casada con Tony Curtis. Cuando empezó a prepararse la película, Hitchcock mantuvo una reunión con la actriz en la que dejó una cosa clara, su cámara mandaba. “Mi cámara es el amo absoluto, yo cuento mi historia a través de la lente, y por lo tanto necesito que usted se mueva cuando ella se mueve y que pare cuando ella para. Confío en que sabrá encontrar la motivación adecuada para seguir el movimiento. Estaré encantado de que trabajemos juntos, pero no tengo intención de cambiar un solo movimiento de cámara.

”

Pero si algo impuso la actriz fue el no querer desnudarse en la película. En un principio, Hitchcock, quiso que Leigh interpretará la escena de la ducha desnuda, pero ella se negó.
Así como cuando el director quería grabar un par de secuencias de ella desnuda para la versión europea.

 


O

Infelicidad digital


Ilustración de João Fazenda

En los últimos años, la implantación de las redes sociales ha sido de tal calado que, hoy día, a la mayoría nos cuesta imaginar cómo nos relacionaríamos sin WhatsApp, Facebook o ­Twitter.
 Estas y otras herramientas digitales nos permiten estar en contacto permanente con gran número de personas, pero también han multiplicado las posibilidades de enfadarnos con un amigo, compañero o familiar, además de precipitar un sinfín de separaciones.
En este artículo veremos los principales riesgos de las relaciones en la red que gestionamos a través de nuestro ordenador o teléfono inteligente.
Una de las sorpresas que se llevaron los primeros fabricantes de móviles fue descubrir que los usuarios los acabarían usando más para mandarse mensajes de texto que para llamar por teléfono.
La única manera de preservar un secreto
es no tener jamás ninguno”
Julian Assange
No estaba previsto que un dispositivo pensado para hablar acabara convertido en una especie de telégrafo, aunque se mantuvo cierto equilibrio entre voz y mensajes mientras estos –los casi vintage SMS– eran de pago.
 Ante la perspectiva de desembolsar 20 céntimos para mandar un texto, el usuario reservaba ese servicio para comunicaciones importantes, apurando al máximo los ­caracteres.
Con la irrupción de WhatsApp, Messenger y similares en los dispositivos con tarifa plana, la gratuidad ha propiciado una bacanal de mensajes de todo tipo que llegan a nuestro bolsillo a cualquier hora del día o de la noche.
Más allá del estrés que provocan los grupos de conversación o las constantes interrupciones durante el trabajo, la urgencia –a menudo se nos exige respuesta inmediata– y el exceso de estas comunicaciones presentan los siguientes riesgos:
Exposición a la curiosidad ajena. En cualquier momento puede aparecer un mensaje íntimo en la pantalla de nuestro smart­phone, que si está sobre una mesa atraerá la mirada de nuestro jefe, pareja o amigos.
Dispersión en actos sociales. Aunque muchas personas ocultan su enfado, la continua “desconexión” del interlocutor para atender lo que pasa en su teléfono genera irritación, además de una interacción de baja calidad.
Horas inusuales de conexión. Estos programas permiten que otros sepan los momentos en los que tienen lugar las comunicaciones, lo cual genera desconfianza en las parejas y no pocas trifulcas.

Reflexión y reposo

Ilustración de João Fazenda
PELÍCULA
‘Her’
Spike Jonze
Esta comedia romántica, a la vez que existencial, sobre un hombre solitario que empieza a “salir” con su sistema operativo es una aguda reflexión sobre la frivolidad de nuestras relaciones en la era digital.
‘Departure & farewell’
Hem
Contra las prisas y la ansiedad, el nuevo trabajo de la banda de Brooklyn tras un largo silencio es un bello viaje lleno de serenidad, con melodías que nos transportan a tiempos más reposados.
Sobre esto último, un estudio publicado en CyberPsychology and Behaviour Journal calculó que la aplicación WhatsApp ha ocasionado ya 28 millones de rupturas entre usuarios, sobre todo por discusiones que tienen que ver con la última conexión de la pareja, o por la sospechosa falta de respuesta tras un “doble check”, la señal que avisa de que el mensaje ha llegado a su destinatario y que muchos interpretan erróneamente que significa que el mensaje ha sido leído.
Según el estudio antes mencionado, el 95% de los usuarios de Facebook han buscado alguna vez a su ex, lo cual favorece los reencuentros e infidelidades.
 Incluso cuando estas últimas no se producen, nuestra actividad en la red social con otras personas puede provocar celos y discusiones en la pareja.
Esta plataforma digital con 2.700 millones de miembros –casi el 40% de la población mundial– ha propiciado situaciones tan chocantes como un bígamo norteamericano que fue descubierto por su esposa al encontrar en Facebook fotos de su nueva boda, o la sorpresa de una mujer de Misuri que tras colgar un retrato de familia como postal de Navidad, descubrió que en la República Checa era utilizada para la publicidad de una tienda.
Fuera de estas anécdotas, muchos usuarios de Facebook no son conscientes de hasta qué punto se están definiendo a través de la red social.
 Una práctica habitual en algunos procesos de selección de personal es investigar el muro del candidato
. El tono de los posts refleja el carácter íntimo de la persona, y las fotografías dan testimonio de los ambientes por los que se mueve.
Lo que consideramos un entretenimiento y un punto de encuentro con amigos, mal utilizado puede convertirse en una amenaza para nuestra imagen y en una fuente de conflictos personales.
Veamos algunas medidas de higiene para que el uso de las redes sociales no perjudique nuestra vida privada:
Limitar el tiempo de conexión. Alguien permanentemente pegado al smartphone o al ordenador se vuelve odioso para su pareja y levanta suspicacias en el puesto de trabajo
. Establecer un horario de conexiones que no sea invasivo con la vida no virtual sería el primer paso para un uso razonable de los dispositivos tecnológicos que nos rodean y que tan útiles pueden ser si son inteligentemente gestionados.
Vigilar el acceso a nuestra intimidad. Puede parecer divertido tener mil amigos en Facebook o Twitter, pero si damos información privada, debemos tener en cuenta todas las personas que van a tener acceso a ella y controlar el nivel de la misma.
Evitar la dispersión. Es preferible dedicar una hora al día, de forma continuada, a actualizar nuestras redes que el continuo “entrar y salir” que nos agota mentalmente y no nos deja concentrarnos en lo que estamos haciendo, incluyendo nuestra vida íntima.
Atrapados por la cultura de la inmediatez, para muchos usuarios –en especial, los más jóvenes– el correo electrónico empieza a ser visto como algo obsoleto. No tiene límite de pulsaciones, por lo que escribir un buen mensaje lleva su tiempo.
 Y eso es algo que nos hemos convencido de que no tenemos. Frente al tuit o al “me gusta”, escribir un correo electrónico lo suficientemente largo equivale hoy día a mandar una carta, con todas las posibilidades que ello ofrece.
A lo largo de mi existencia sólo he recibido un par de
cartas que valieran el precio del sello”
H. D. Thoreau
En su artículo Cinco correos electrónicos que pueden mejorar tu vida, el periodista Jill Harness plantea una serie de sugerencias para que los avances tecnológicos sean algo más que un ruido de fondo que se entromete en nuestra vida
. Se puede resumir su propuesta en estos dos bloques de correos según su frecuencia:
Escribe un correo diario a un amigo, a un miembro de tu familia o a un compañero de trabajo para darle las gracias por algo
. Acostumbrados a usar el espacio digital para una tormenta de informaciones –muchas veces innecesarias–, un mensaje así supondrá para la otra persona un comprimido de satisfacción, además de estrechar los vínculos entre ambos.
Escribe un correo semanal a tu jefe o jefa para ponerle al corriente de las tareas que has llevado a cabo.
 Esto crea un clima de transparencia y responsabilidad compartida que puede evitar muchos malentendidos. Si no tenemos un solo jefe o bien la comunicación no es posible, una vez por semana podemos escribir a una persona capaz de ayudarnos en nuestra carrera.

Las redes nos vuelven perezosos

“Hay un peligro en Internet y en las redes sociales.
 Y es pensar que con la información tenemos suficiente y que cuanta más, mejor
. No tenemos que pensar, sólo acumular más información (…). A medida que nuestro ordenador y nuestros sistemas de comunicación aumentan su capacidad, la gente puede creer que estar informados nos libra de tomar decisiones por nosotros mismos, con lo que, en vez de estimular nuestra creatividad, estamos potenciando nuestra pereza intelectual.
 Creemos que si acaparamos cada vez más información, no necesitaremos ideas propias. Ya las obtendremos de otras fuentes o de otra persona.
 Por tanto, ni siquiera examinamos los datos nosotros mismos. Nos basta con repetir lo que han dicho otros”. Edward de Bono
La idea básica es cambiar el concepto de cantidad por el de calidad. No se trata de responder por compromiso cuantos más mensajes mejor, sino de poner los cinco sentidos en aquel escrito que puede marcar la diferencia en nuestra vida.
Ciertamente, Internet y las redes sociales han transformado de forma irreversible nuestra forma de relacionarnos, pero si utilizamos estos instrumentos como algo más que una explosión de datos, los pondremos a trabajar a nuestro favor
. Con un uso inteligente de las redes, acotado y de calidad, potenciaremos nuestra vida personal y estaremos presentes en cuerpo y alma en nuestras relaciones con los demás.