Un Blues

Un Blues
Del material conque están hechos los sueños

4 jul 2014

Marlon Brando, un actor llamado deseo.................................................. Borja Hermoso

Se cumple una década de la muerte del protagonista de ‘El padrino'.

 

Marlon Brando, en la película de Elia Kazan 'Un tranvía llamado deseo'.
En los tranvías cabalgan los deseos y en los pisos vacíos crujen tarimas bajo el atropello carnal de lo prohibido. Mucho de eso saben los ángeles exterminadores, esa taxonomía que viaja a bordo del odio, el tormento, el sudor y el sexo.
 Animales salvajes sueltos en la tundra, estirpe inconfundible: aquí un coronel entre las sombras de la selva y de la locura, allí un macho otoñal entrando por el culo de una hembra extraviada, allá el irresistible pater familias del crimen organizado disfrazado de glamur, a lo lejos el caudillo de Roma en el laberinto del poder y al fondo del túnel los puños de Terry Malloy machacando las cabezas y las almas de los estibadores en los barracones del puerto.
En todas y cada una de esas escenas y de esas composiciones machihembradas en la muy fascinante aunque muy discutible fábrica del Actors Studio y a partir de ahí catapultadas directamente a la gloria, Marlon Brando (Omaha, 1924-Los Ángeles, 2004) nos interpela, nos seduce y nos interroga sobre nuestras miserias, que también son nuestras grandezas, a veces. Brando nos lleva al huerto y logra —como algunos elegidos, como Cary Grant, como Paul Newman, como Warren Beatty, como Al Pacino, como Jeremy Irons— que la sombra de una duda llegue a planear sobre la heterosexualidad de ciertos varones y sobre la homosexualidad de algunas señoras.
 No fue el más guapo, tampoco el más alto, pero su camiseta sudada en Un tranvía llamado deseo confirma en cada visionado el inagotable magma de morbo y hechizo que desprende una y otra vez este actor.
Marlon Brando, de cuya muerte se cumplieron diez años el lunes, ganó dos oscars, que es mucho, pero solo ganó dos oscars.
 Podía haber conquistado varios más. La siempre caprichosa (en el mejor de los casos) Academia decidió otorgárselos por sus trabajos en La ley del silencio (1954) y El padrino (1972).
 Sin el oro se quedaron joyas del calibre de El último tango (1973), Julio César (1953), ¡Viva Zapata! (1952) o Un tranvía llamado deseo (1951)... aunque por todas ellas resultó nominado a la estatuilla.
El visionado de sus películas confirma su magma de morbo y hechizo
Solo su furibunda vocación activista en defensa de los derechos de los indios norteamericanos puede ser comparada a su talento ante las cámaras.
 Cuando Hollywood lo ungió con su dedo y le dio el Oscar por El padrino, Brando decidió no ir a recogerlo y envió a una actriz amiga suya de origen indio para que defendiera la causa delante de los esmóquines, las limusinas y otros símbolos del poder.
Se casó tres veces y tuvo 16 hijos, tres de ellos adoptados
. El suicidio de su hija Cheyenne en 1995 —después de que otro hijo suyo, Christian, fuera enviado a la cárcel por asesinar al novio de esta— fue el golpe más duro de una vida destilada entre las luces de una embrujadora vis actoral y las sombras de una personalidad volcánica
. La personalidad de un actor llamado deseo.

Sin tregua y sin piedad............................................................... Carlos Boyero

El director palestino Hany Abu-Assad no es panfletario, sino realista y amargo.


Recurro a la memoria sobre el cine palestino que he visto en los festivales y en muy raras ocasiones en la exhibición comercial de los cines de este país y constato que en él no existe la menor tentación por el entretenimiento, el folclore, la comedia, géneros en los que pueda ser atenuado o disfrazado el agobio que les provoca su realidad.
 Apelando a la lógica deduces que los habitantes de esa parte del mundo marcada con odiosa frecuencia por la violencia y la tragedia también poseerán sus vías de escape de la realidad, que existirán narradores de aventuras y gente con sentido de la comicidad, historias para divertir a los niños y telenovelas amorosas, pero las escasas películas con nacionalidad palestina de las que he sido testigo casi siempre hablan de lo mismo, de la permanente belicosidad entre ellos y el pueblo israelí, de la imposible paz, del desgarro, el riesgo y el miedo.
 Atenuado ese drama por cierto y surrealista humor en el insólito caso del director palestino Elia Suleiman, cuya película más conocida es Intervención divina.
El estreno de Omar, dirigida por el palestino Hany Abu-Assad, coincide con noticias especialmente pavorosas que nos llegan de Israel y Palestina
. El asesinato de tres chavales judíos que habían sido secuestrados, el hallazgo del cuerpo calcinado de un crío palestino, presuntamente sacrificado en venganza por los colonos israelíes, la previsible y siempre desproporcionada respuesta militar de Israel cuando matan a uno de sus ciudadanos.
 O sea, la terrible historia de siempre, el renovado catálogo de barbaridades, la sensación de que esa guerra entre fuerzas tan desiguales es a perpetuidad, que algo tan razonable como una paz duradera pertenece al reino de la utopía.
En Paradise now, una anterior película de Hany Abu-Assad, este contaba las múltiples dudas sobre la obligación de inmolarse, recibiendo a cambio la bendición de Alá en la eternidad, de un joven palestino al que sus jefes le exigen que actúe como terrorista suicida.
 Nada era lineal en la visión del director, todo desprendía vocación de complejidad.
En Omar retorna a ese territorio volcánico en el que las erupciones no son la excepción sino la norma. Y la lava la provocan y la sufren todos
. La protagoniza un palestino especializado en jugarse la vida saltando ese muro ignominioso. Lo hace para ver a la mujer de la que está enamorado.
No es el único. Y para que ese amor termine en matrimonio no solo tiene que estar de acuerdo la dama, sino ante todo su familia
. Y no solo va a encontrarse con esa mujer
. También con sus colegas. Se sienten humillados, agredidos y acorralados por los soldados israelíes. Son el irreconciliable enemigo
. Y refugiados en la oscuridad, matan a un soldado.
 La represalia estará protagonizada entre otras cosas por la abominable tortura física y psicológica, esa actividad que transforma en un guiñapo a sus victimas, que quiebra las voluntades más solidas, a la que nadie puede resistirse.
Hany Abu-Assad no es panfletario ni maniqueo.
 Describe la fragilidad de la voluntad humana ante el chantaje, la traición hacia su propia gente motivada por la necesidad de sobrevivir, el terror o los privilegios que aporta venderse al enemigo. No simplifica las cosas salvando o condenando a los personajes.
Es realista y amargo. Hace creíble la interpretación de actores que no parecen profesionales.
 Te contagian el malestar, el desasosiego y la incertidumbre de los personajes.
La realidad debe de ser muy parecida a lo que describe este interesante director.

 

Una madre mata en Francia a una profesora delante de sus alumnos....................................Un trabajo con peligro de que te maten....

La docente fue apuñalada en su propia clase de una escuela de maternal e infantil de Albi.

Servicios policiales ante la escuela donde se produjo el crimen. / ERIC CABANIS (AFP)

Una educadora de 34 años falleció hoy viernes en Albi, en el sur de Francia (de unos 50.000 habitantes), tras ser apuñalada por la madre de uno de sus alumnos, delante de los demás estudiantes, informó la fiscalía de la localidad.
Las causas del crimen aún no han sido determinadas. No obstante, según la cadena BFM TV, durante la agresión la sospechosa gritó "no soy una ladrona".
El suceso tuvo lugar a primera hora de la mañana en la escuela elemental de Edouard Herriot, a la que acuden 284 estudiantes de 3 a 11 años.
"Cuando yo llegué a la escena del crimen, estaban intentando reanimar a la profesora en su propia clase mediante masajes cardiacos", aseguró a la agencia AFP el fiscal Claude Derens.
La presunta homicida fue detenida 20 minutos después por la policía, precisó la versión digital del diario Le Parisien.
 Se trata de una mujer de 47 años que estaba fichada desde el pasado enero por los servicios policiales por abandonar a un menor de 15 años y por dificultar su búsqueda.
El presidente de Francia, François Hollande, lamentó el "abominable drama", mientras que el ministro de Educación, Benoît Hamon, se dirige al lugar de los hechos
. Un portavoz de este ha asegurado: "La tragedia confirma que es necesario combatir la violencia en las escuelas y sus alrededores para proteger a profesores y alumnos".
A buenas horas mangas verdes. Si estamos en situación de combate, nos tendrán que armar contra locos que como suspendas a su hijo te matan.......no valemos nada?un plus por peligrosidad y 11 guardaespaldas como la exinfanta Elena llevaba a su hijo Frilan de todos los Santos a un internado porque suspendió todo el 2º de Secundaría, ese niño lleva ya un retraso de lo menos tres años........

 

3 jul 2014

Renacen los tópicos negativos de España..................................................

Escritores, historiadores, filólogos, sociológos y periodistas advierten sobre el resurgir de los viejos estereotipos debido a la crisis y la corrupción.

Toro de Osborne en los campos de girasoles de Andalucía. / Javier Barbancho (EL PAÍS)

“La trompeta de la fama es tan larga como la de la infamia”. Así llama a rebato Aurora Egido, filóloga, académica y escritora, para describir la tristeza con que ve a España en el imaginario colectivo universal del presente
. La crisis y la corrupción hacen que el país viva un duelo entre el renacer de sus viejos tópicos negativos y los positivos creados a partir de la Transición.
Un duelo entre los clásicos estereotipos de incompetentes, holgazanes, despilfarradores, desorganizados y pícaros; frente a los de modernidad, progreso, buenos administradores del “milagro económico”, rebeldía, dignidad, lucha por la justicia y renovación cultural.
 Y en medio el imbatible espíritu festivo y los toros.
Una historia que va desde la milenaria España verde donde una ardilla atraviesa la península de árbol en árbol hasta la película Ocho apellidos vascos.
Los tópicos no son invenciones y en su embrión hay algo de verdad, aclara y se lamenta Tom Burns Marañón.
  El historiador ha rastreado las raíces de buena parte de los estereotipos de España y los españoles en el libro Hispanomanía. Con un prólogo para franceses (Galaxia Gutenberg).
 Ha reconstruido ese espejo a través de los testimonios de los viajeros y escritores anglosajones y franceses del siglo XIX y del XX; muchos hijos del Romanticismo, e incluso ahijados lejanos del Rousseau del “buen salvaje”.
 Esos viajeros, recuerda Burns Marañón, “buscaban el ideal y eso hacía que huyeran del progreso y civilización de sus países. Buscaban la aventura y España representaba muchas de estas cosas”. Sembraron así de lugares comunes el país.
Sus ecos llegan hasta hoy: Richard Ford, George Borrow, Gerald Brenan, George Orwell, Ernest Hemingway, Théophile Gautier, Maurice Legendre, George Sand o Blanco White (de nombre José María Blanco Crespo, nació en Sevilla y murió en Liverpool, hijo del vicecónsul británico en la capital andaluza
. Fue un pensador, sacerdote católico, escritor y unitario español, entre cuyos escritos se encuentran piezas sobre la España de los siglos XVIII y XIX publicadas en el Reino Unido).
 También están las miradas como las de Rilke que llegó a España en 1912 "buscando aquí la tranquilidad del alma. Esperaba encontrar la resistencia rural a un mundo dominado por la técnica y el vértigo de la gran ciudad que el poeta observaba y en la Europa industrial", recuerda Diego Moreno editor de Toledo ilustrado. Textos de Rainer María Rilke (Nórdica).
Hay un duelo entre los clásicos estereotipos de incompetentes, holgazanes, despilfarradores, desorganizados y pícaros; frente a los de modernidad, progreso, buenos administradores del “milagro económico”, rebeldía, dignidad, lucha por la justicia y renovación cultural
Lo curioso para el Burns Marañón es que la mirada extranjera es aceptada por los españoles de entonces y la hacen suya.
Un ejemplo es el famoso “Spain is different”, cuyo origen estaría en Richard Ford, hace casi dos siglos, al señalar el lado aventurero y más típico; y que en los años sesenta del siglo pasado es asumido como eslogan por Manuel Fraga, entonces ministro de Información y Turismo
. Pretendía una doble lectura, advierte Burns Marañón:
 “Por un lado el paisaje, la playa, los toros, la bravura, el flamenco y la vida tan distinta al resto de Europa; y, por el otro, hacía referencia a la organización política diferente a la democracia de los países del entorno, que convertía el eslogan en una especie de escudo”.
 La penúltima en usarlo de manera global ha sido Ana Botella, la alcaldesa de Madrid, durante su polémica presentación de la candidatura de la ciudad a los Juegos Olímpicos.
Mientras los filólogos, escritores, historiados y sociólogos consultados coinciden en señalar al Romanticismo y a los extranjeros como los principales responsables del reguero de tópicos españoles, Salvador Giner cree que no es del todo cierto.
 Afirma que han sido los propios españoles los que han “fabricado” ese mundo paralelo de oscila entre la exageración y el drama y la serenidad.
 Sobre una línea parecida matiza Aurora Egido para quien la raíces “están en el siglo XVII, en la leyenda negra que hace aflorar un país oscuro lleno de lutos que no se corresponde con lo festivo que cultivó el barroco”.
Del territorio de aventuras como ha sido vista desde el origen del mundo España, cuando pensaban que aquí terminaba todo y se abrían los abismos y su peregrinación de valientes héroes, al renacer de la picaresca en el siglo XXI con los destapes de corrupción y su aparente permisividad por parte de la sociedad y el Estado, pasando por la siesta, el tipismo y la llamada Marca España que promueve el Gobierno.
Lo más triste de la estrategia de crear una imagen positiva con la Marca España es que se ha recurrido a los tópicos más estereotipados
Lo más triste de la estrategia de crear una imagen positiva, coinciden Aurora Egido y Salvador Giner, es que se ha recurrido a los tópicos más estereotipados.
Ya lo dijo Javier Marías, al referirse a la petición del Gobierno de que varios creadores, deportistas, científicos y demás españoles con prestigio, incluido él, se unieran a esa campaña.
 Su respuesta la dio en su columna de El País Semanal: “¿Qué sentido tiene, así pues, que la Marca España presuma de los rostros y nombres de personas destacadas en el terreno de las artes, mientras desdeña y combate esas artes?”.
A este efecto casi bumerán de tratar de trasladar una imagen positiva se suma la realidad de la crisis económica y la corrupción que han desempolvado viejos tópicos.
 Si antes eran los escritores y los libros los que propagaban los estereotipos, ahora son el cine, la televisión, los medios de comunicación e Internet.
“Superado el franquismo y ya en plena democracia, el país no solo creció económicamente, sino que además aumentó su autoestima.
Se realizó una Transición alabada en todo el mundo, y se vivieron importantes éxitos colectivos: desde el Mundial de Fútbol de 1982 y los Juegos Olímpicos de 1992 hasta el triunfo internacional de artistas en diferentes ámbitos y la fuerza deportiva con Nadal o la selección de fútbol”, afirman Fernando Garcés y Jordi Vicente en el ensayo Tópicos de España. Una revisión de los tópicos españoles comunidad a comunidad (Ariel).
Las aguas turbias vuelven y algunos se alegran, asegura Egido. ¿La razón? A ciertas personas les fastidiaba ese periodo de imagen positiva de progreso, modernidad, honradez, creatividad; y, ahora, dicen que la realidad les da la razón en temas como la picaresca
Todo ese prestigio y creación de estereotipos positivos se empiezan a desmoronar, advierten los especialistas consultados.
Para Garcés y Vicente, por ejemplo, “la actual crisis económica ha puesto en duda todos esos progresos.
Como había ocurrido en el pasado, desde la Europa más avanzada se nos culpabiliza del caos reinante, junto a países como Portugal, Grecia e Italia. Vuelven a surgir los viejos tópicos de incompetentes, holgazanes, desorganizados…”.
Con la corrupción no vale la excusa de los tópicos, la permisividad existe, dice Giles Tremlett, corresponsal en España del diario británico The Guardian.
Y aunque los clichés pueden ser reflejo de la realidad, Tremlett rechaza dos clichés sobre los españoles: “que son perezosos y que no duermen por estar de fiesta”
. En los últimos años también han renacido otros en su lado positivo, como la rebeldía con el 15-M, la “spanish revolution”, una manera de contrarrestar los tópicos negativos porque, dice Garcés, el mundo vio a España como “un pueblo despierto, con dignidad y dispuesto a la lucha por la justicia”.
Pero en los últimos tiempos todo tiende a eclipsarse. “
Las aguas turbias vuelven y algunos se alegran”, asegura Egido. ¿La razón? Cree que a ciertas personas les fastidiaba ese periodo de imagen positiva de progreso, modernidad, honradez, creatividad; y, ahora, dicen que la realidad les da la razón en temas como la picaresca
. Es el eco sombrío interminable de los siglos.