Un Blues

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Del material conque están hechos los sueños

3 jul 2014

El ‘tesoro’ oculto de Bob Dylan sale a la luz 45 años después................................. Irene Crespo


Bob Dylan, en su casa de Woodstock a finales de los sesenta. / columbia records

Al fondo de un altillo en el dormitorio del piso bajo del número 124 Oeste de la calle Houston en Nueva York. Allí, en un rincón, encontró el último dueño del edificio, tras la muerte de su hermana, la casera original, dos cajas de cartón en las que se leía: Old Records (Discos viejos).
Las abrió y se encontró con una enorme colección de discos, algunos con el nombre de Bob Dylan en su sobre, la dirección de su sello discográfico, Columbia Records, y el título de la canción.
No sabía qué eran, sólo que serían importantes porque recordaba que su hermana le había alquilado aquel espacio al cantante a finales de los años sesenta.
 
 
Eran 149 discos de acetato
. Ensayos y pruebas que Dylan hizo entre finales de los sesenta y principios de los setenta para sus álbumes Nashville skyline (1969), Self portrait (1970) y New morning (1970) y que nunca habían salido de esas cajas. Hasta ahora.
“Es definitivamente uno de los hallazgos más importantes de mi carrera”, dice desde Los Ángeles por teléfono, Jeff Gold, exvicepresidente de Warner Bros. Records, reconocido coleccionista musical fundador de Recordmecca y experto en Bob Dylan.
A él fue a quien llamó el dueño del edificio cuando se dio cuenta del valor de lo que tenía entre manos.
 “Le llevó mucho tiempo descubrir qué eran”, explica Gold, negándose a dar el nombre del dueño. “Los acetatos llevan unas muescas en un lado, son más pesados de lo normal y no llevan cubierta
. No sabía si eran todos de Dylan
. Sólo que serían piezas de colección”.
Uno de los 149 acetatos, con anotaciones de puño y letra de Bob Dylan.
Después de algunas charlas telefónicas, Gold voló a Nueva York para verlos él mismo.
 “Cuando abrí las cajas y eché un vistazo, me volví loco.
 Efectivamente eran todos discos de Dylan, en excelentes condiciones y muchos de ellos tenían notas escritas a mano en sus sobres”
. Aunque no pudo escucharlos en en ese viaje (porque se necesita un equipo especial para unos discos tan delicados), no se lo pensó dos veces y le ofreció al descubridor el doble de dinero de lo que había imaginado. ¿Cuánto? No quiere dar una cifra ni aproximada.
“Para mí no es una cuestión de dinero: esto es historia.
 Lo importante es descubrir cómo Dylan trabajaba en sus discos en aquella época”.
Cuando abrí las cajas, me volví loco”, dice el coleccionista Jeff Gold
A principios de los años sesenta, Bob Dylan llegó a Nueva York atraído por el revival folk que se vivía en el barrio de Greenwich Village
. Todo cambió por completo cuando aterrizó Dylan, el de la voz más ronca de todos los que allí tocaban en cafés y plazas. Lo hizo mejor que nadie y, tras publicar sus primeros álbumes, se alquiló un piso en la calle MacDougal y un bajo, a dos manzanas, en el 124 Oeste de la calle Houston, que usaba como estudio de grabación.
 En este estudio componía, grababa estos acetatos, propiedad de Jeff Gold ahora, y se los mandaba a su productor Bob Johnston, que vivía en Nashville. Johnston hacía la mezcla y se los mandaba de vuelta con anotaciones.
Esas anotaciones que ahora se leen en las carátulas encontradas.
“Le mandé algunas fotos de los acetatos para ver si eran suyas y me confirmó que era su letra. Otras eran de Dylan”, continúa. “Era la forma de tener controlado al músico en la distancia.
 Y demuestra lo mucho que le llevaba a Dylan refinar sus canciones”.
El 124 Oeste de la calle Houston en Nueva York que escondía el tesoro de las grabaciones de Dylan.
Como reconocido experto y coleccionista del cantante de Minnesota, Jeff Gold mantiene una buena relación con su equipo.
 Tras pasar tres meses, con ayuda de amigos, “transfiriendo a digital, catalogando y fotografiando todos los acetatos”, les llamó para ofrecerles copias de todo lo que tenía.
“Y me lo agradecieron mucho
. Es probable que Columbia Records tenga los master de todos estos temas en sus archivos, pero quizá no de algunas mezclas específicas”.
La mayoría de los discos contienen versiones inéditas de canciones que luego publicaría en sus tres álbumes consecutivos.
“En algunos casos son desconocidas”, dice Gold. “Nunca había escuchado antes las versiones que hizo de los temas de Johnny Cash, Folsom prison blues y Ring of fire; ni la versión gospel que hizo de Tomorrow is a long time, grabada pero nunca publicada en el álbum New Morning”.
Nunca había escuchado su versión de ‘Ring of fire’, de Cash”
Esos discos son algunos de los que se quedará Gold, quien considera este descubrimiento como uno de los dos hitos en su carrera de coleccionista y fan de Dylan.
 “El otro fue cuando encontré en 2010 una cinta de un concierto suyo en la universidad Brandeis en 1963. Se la vendí a la oficina de Dylan y lo publicaron como un álbum en directo.
Y sí, me quedo los mejores y los más interesantes”, dice emocionado.
 El resto los ha empezado a poner ya a la venta a través de su web, Recordmecca, a un precio que va desde los 1.800 euros a más de 5.000.

El preso más guapo firma un contrato como modelo............................................................R.ocío Ayuso

No nos debería asombrar ya nada.........pero buscar entre los presos, vaya, delincuentes, al más guapo es rizar el rizo de la simplonería....haga hecho lo que haga hecho es un delincuente, eso si, guapo.....rebaja condena ser guapo?

Jeremy Meeks, cuya foto se ha convertido en un fenómeno viral, ha recibido ofertas de grandes firmas como Versace.

 

El preso Jeremy Meeks. / CORDON

El retrato de la comisaría de Jeremy Meeks ha hecho lo que él no puede.
 Desde hace un mes su imagen, con esa penetrante mirada azul, labios carnosos y el tatuaje de una lágrima en el ojo izquierdo, está dando la vuelta al mundo gracias a las redes sociales.
 El mismo mes que este californiano de 30 años lleva entre rejas a la espera del juicio por los 11 delitos de los que está acusado, entre ellos posesión de un arma, evadirse de las autoridades y robo a mano armada.
 La fotografía de su ficha policial obtuvo 100.000 "me gusta". Una imagen que ahora le puede brindar una nueva carrera como modelo. Según el portal TMZ, Meeks ya cuenta con un agente y un contrato para cambiar el mono naranja que viste en prisión por algo más a la moda
. Meeks ha firmado un contrato con la agencia Blaze Modelz, con sede en Santa Mónica (California, EE UU), según confirmó su representante Gina Rodríguez.
Según Rodríguez, firmas como Versace se han interesado por el nuevo modelo, que ha recibido 22.000 euros por su contrato con la agencia.
 No es algo fuera de lo normal. Mark Wahlberg, protagonista hoy del estreno más taquillero del año, Transformers: Age of Extinction además de modelo, rapero y productor de cine fue detenido en unas 20 ocasiones en su juventud por cargos que llegaron a incluir un intento de asesinato del que se declaró culpable; al final fue condenado a dos años de prisión de los que cumplió 45 días entre rejas. “Todos tenemos una historia -comentó Rodríguez en referencia a Meeks-.
 Y no sabemos toda su historia. No le hemos dado una oportunidad”.
La historia conocida del bad boy viral es la que consta en los archivos de la policía, los mismos que le dieron la fama cuando la foto de su detención saltó a las redes sociales
. Casado y padre, Meeks nació en Stockton (California, EE UU). Su arresto tuvo lugar hace un mes, cuando la policía le dio el alto y le encontraron un arma en el coche.
 Durante más de una década Meeks ha sido una presencia constante en los tribunales, y ha llegado a pasar dos años en prisión acusado de robo.
 El próximo 8 de julio tendrá que comparecer de nuevo ante el juez para responder de los 11 cargos que se le imputan.
 Una jornada que realmente marcará el futuro de Meeks dado que para trabajar como modelo y lucir el palmito por las pasarelas internacionales, para mostrar su cuerpo trabajado en el gimnasio y subrayado por numerosos tatuajes de pandillero, primero tendrá que estar en libertad.

La memoria herida del ex tesorero de Aznar amenaza al PP.......................................... José Manuel Romero

Lapuerta ha sido citado a declarar para conocer su papel en el control de las cuentas ocultas al fisco.

 

Álvaro Lapuerta, de 86 años, abogado del Estado y ex tesorero nacional del PP, guarda en su memoria algunos secretos que pueden hundir aún más el prestigio de un partido vapuleado por el escándalo de corrupción del caso Gürtel.
Hace algo más de un año, Lapuerta sufrió dos “extrañas caídas”, según sus 10 hijos, y estuvo varios días en coma
. Desde entonces, su memoria quedó herida.
Imputado en el caso Bárcenas, una rama del caso Gürtel que investiga la financiación ilegal del PP durante 20 años a través de una caja b, Lapuerta acudió a declarar ante el juez Pablo Ruz el pasado noviembre.
 En aquella ocasión alegó problemas “vasculares” y se negó a responder con el argumento de que no podía forzar la memoria porque se agravaría su enfermedad. Su silencio protege al PP desde que estalló el escándalo.
El magistrado de la Audiencia encara estos días la última fase de la investigación y ha vuelto a citar a Lapuerta para conocer su papel en el control de las cuentas ocultas al fisco.
Durante 15 años, entre 1993 y 2008, fue Álvaro Lapuerta el jefe de las finanzas designado por José María Aznar, el presidente del PP que le nombró tesorero
. Durante ese tiempo, un periodo de poder inmenso en la historia de la formación conservadora, Lapuerta trabajó mano a mano con Luis Bárcenas, gerente, para garantizar que nunca faltaría dinero en el PP.
En ese afán, Bárcenas tenía más experiencia que Lapuerta pues había asumido tres años antes de forma interina el control financiero del partido a raíz de la dimisión del tesorero anterior, Rosendo Naseiro, acosado por otro escándalo de corrupción.
Bárcenas heredó en 1990 de Naseiro la caja b del PP, que continuó captando numerosas aportaciones ilegales de fondos
 . Cuando Aznar nombró en 1993 a Lapuerta tesorero nacional, Bárcenas siguió como gerente del partido al cuidado del tesoro oculto y mantuvo su tarea de amanuense de la contabilidad paralela, donde apuntaba por escrito las entradas y salidas de dinero negro.
 Su trabajo fue supervisado desde entonces por Lapuerta, que rubricaba en los márgenes del cuaderno de Bárcenas una especie de visto bueno a las cuentas ocultas.
Aunque Ruz no ha conseguido acreditar que esos visés de los márgenes de la contabilidad paralela son obra de Lapuerta, numerosos testimonios que obran en la causa prueban que durante su mandato de tesorero el PP se benefició de un flujo de dinero opaco al fisco que terminaba en manos de dirigentes del partido o de profesionales que prestaban servicios en Génova 13.
El juez mantiene imputados a Lapuerta y a Bárcenas, y pese a que muchos de los delitos que contiene la caja b estarían prescritos, los que permanecen vivos y son perseguibles por la justicia afectan de igual manera a los dos ex tesoreros del partido.
Mientras que Bárcenas ha confesado todas las irregularidades financieras en la historia reciente del PP; Lapuerta las ha negado en sus lacónicas explicaciones ante la Fiscalía Anticorrupción –en la primera fase de las investigaciones- y en la Audiencia Nacional.
 “Cada vez que había un donativo”, contó Bárcenas al juez, “lo recibía directamente Álvaro Lapuerta y subía a ver al presidente o al secretario general y le decía: “oye, ha venido a vernos tal personal y nos ha entregado tal cantidad”.
Bárcenas sostiene que Lapuerta tenía el contacto directo con los empresarios que aportaban fondos al PP, y que él se limitaba a apuntar los ingresos y dar cuenta de los gastos bajo el control de su jefe directo, el tesorero Lapuerta.
Ahora, el juez Ruz pretende conocer si el dinero que supuestamente robó Bárcenas de la caja b del PP para su lucro personal estaba controlado por Lapuerta y, por tanto, éste consintió la sustracción de fondos.
Las respuestas del ex tesorero que nombró Aznar pueden desnudar aún más el sistema de financiación ilegal que usó el PP durante 20 años.

Una confesión familiar desnuda la corrupción en la trama Nóos........................................ José Manuel Romero

El contable de la institución detalla las conductas de los dos principales procesados.

En la historia reciente de la lucha judicial contra la corrupción en Baleares son escasos, pero muy significativos, los testimonios de corruptos arrepentidos que para reducir su pena han confesado los hechos y permitido a la Fiscalía Anticorrupción llevar a juicio a los culpables con garantías de una condena firme.

La confesión al fiscal Pedro Horrach de Marco Antonio Tejeiro, quien trabajó como contable del entramado empresarial que idearon su cuñado, Diego Torres, e Iñaki Urdangarin, aporta nuevas luces contra la corrupción.
 Solo un porcentaje mínimo de los corruptos encausados en tribunales de toda España transita por esa carretera del arrepentimiento que conduce a la verdad.
A estas alturas del escándalo, el relato de Marco Antonio Tejeiro no sorprende a nadie pues su confesión desde dentro de la supuesta trama corrupta detalla las conductas que durante tres años de instrucción judicial han acreditado tanto el juez José Castro y el fiscal Pedro Horrach a través de cientos de pruebas.
Torres y Urdangarin montaron una trama empresarial oculta bajo la apariencia de bondad de una entidad sin ánimo de lucro (Instituto Nóos) con la que ambos se presentaban ante políticos que tenían poder y margen de maniobra para gestionar el presupuesto público.
 Así lograron a dedo contratos millonarios de los Gobiernos de Baleares y Comunidad Valenciana para unos eventos que costaron muchísimo menos del dinero público que se pagó por ellos.
 Los enormes beneficios —casi el 80% del millón de euros que facturaban por cada evento— fueron desviados mediante facturaciones falsas, contratos simulados y otros artificios a empresas privadas con ánimo de lucro propiedad de Urdangarin y Torres.
La confesión de Marco Antonio Tejeiro no permite profundizar en la colosal controversia jurídica sobre si la infanta Cristina, propiedad junto a su marido de una de las empresas privadas que se benefició de los negocios del Instituto Nóos, es culpable de lo ocurrido y tiene que sentarse en el banquillo de los acusados por ello.
El contable de Nóos tan solo cuenta que Aizoon recibió dinero público en concepto de servicios al Instituto Nóos que nunca prestó y que hizo contrataciones simuladas de personal para ahorrarse el pago de impuestos
. Pero no implica a Cristina de Borbón en esos hechos.
Su confesión apuntala tres años de instrucción judicial y sitúa más cerca del banquillo de los condenados a Torres y Urdangarin.
A la infanta Cristina, cuya suerte depende del criterio de tres magistrados de la Audiencia Provincial que resolverán los recursos contra su imputación, el testimonio de Marco Antonio Tejeiro la sitúa como beneficiaria de los negocios ilegales que ideó su marido.
 Pero el camino entre esos hechos probados y una condena final es todavía difuso.
Pues llevamos así como cuatro años y siguen sin resolver nada.