Un Blues

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Del material conque están hechos los sueños

3 jul 2014

La memoria herida del ex tesorero de Aznar amenaza al PP.......................................... José Manuel Romero

Lapuerta ha sido citado a declarar para conocer su papel en el control de las cuentas ocultas al fisco.

 

Álvaro Lapuerta, de 86 años, abogado del Estado y ex tesorero nacional del PP, guarda en su memoria algunos secretos que pueden hundir aún más el prestigio de un partido vapuleado por el escándalo de corrupción del caso Gürtel.
Hace algo más de un año, Lapuerta sufrió dos “extrañas caídas”, según sus 10 hijos, y estuvo varios días en coma
. Desde entonces, su memoria quedó herida.
Imputado en el caso Bárcenas, una rama del caso Gürtel que investiga la financiación ilegal del PP durante 20 años a través de una caja b, Lapuerta acudió a declarar ante el juez Pablo Ruz el pasado noviembre.
 En aquella ocasión alegó problemas “vasculares” y se negó a responder con el argumento de que no podía forzar la memoria porque se agravaría su enfermedad. Su silencio protege al PP desde que estalló el escándalo.
El magistrado de la Audiencia encara estos días la última fase de la investigación y ha vuelto a citar a Lapuerta para conocer su papel en el control de las cuentas ocultas al fisco.
Durante 15 años, entre 1993 y 2008, fue Álvaro Lapuerta el jefe de las finanzas designado por José María Aznar, el presidente del PP que le nombró tesorero
. Durante ese tiempo, un periodo de poder inmenso en la historia de la formación conservadora, Lapuerta trabajó mano a mano con Luis Bárcenas, gerente, para garantizar que nunca faltaría dinero en el PP.
En ese afán, Bárcenas tenía más experiencia que Lapuerta pues había asumido tres años antes de forma interina el control financiero del partido a raíz de la dimisión del tesorero anterior, Rosendo Naseiro, acosado por otro escándalo de corrupción.
Bárcenas heredó en 1990 de Naseiro la caja b del PP, que continuó captando numerosas aportaciones ilegales de fondos
 . Cuando Aznar nombró en 1993 a Lapuerta tesorero nacional, Bárcenas siguió como gerente del partido al cuidado del tesoro oculto y mantuvo su tarea de amanuense de la contabilidad paralela, donde apuntaba por escrito las entradas y salidas de dinero negro.
 Su trabajo fue supervisado desde entonces por Lapuerta, que rubricaba en los márgenes del cuaderno de Bárcenas una especie de visto bueno a las cuentas ocultas.
Aunque Ruz no ha conseguido acreditar que esos visés de los márgenes de la contabilidad paralela son obra de Lapuerta, numerosos testimonios que obran en la causa prueban que durante su mandato de tesorero el PP se benefició de un flujo de dinero opaco al fisco que terminaba en manos de dirigentes del partido o de profesionales que prestaban servicios en Génova 13.
El juez mantiene imputados a Lapuerta y a Bárcenas, y pese a que muchos de los delitos que contiene la caja b estarían prescritos, los que permanecen vivos y son perseguibles por la justicia afectan de igual manera a los dos ex tesoreros del partido.
Mientras que Bárcenas ha confesado todas las irregularidades financieras en la historia reciente del PP; Lapuerta las ha negado en sus lacónicas explicaciones ante la Fiscalía Anticorrupción –en la primera fase de las investigaciones- y en la Audiencia Nacional.
 “Cada vez que había un donativo”, contó Bárcenas al juez, “lo recibía directamente Álvaro Lapuerta y subía a ver al presidente o al secretario general y le decía: “oye, ha venido a vernos tal personal y nos ha entregado tal cantidad”.
Bárcenas sostiene que Lapuerta tenía el contacto directo con los empresarios que aportaban fondos al PP, y que él se limitaba a apuntar los ingresos y dar cuenta de los gastos bajo el control de su jefe directo, el tesorero Lapuerta.
Ahora, el juez Ruz pretende conocer si el dinero que supuestamente robó Bárcenas de la caja b del PP para su lucro personal estaba controlado por Lapuerta y, por tanto, éste consintió la sustracción de fondos.
Las respuestas del ex tesorero que nombró Aznar pueden desnudar aún más el sistema de financiación ilegal que usó el PP durante 20 años.

Una confesión familiar desnuda la corrupción en la trama Nóos........................................ José Manuel Romero

El contable de la institución detalla las conductas de los dos principales procesados.

En la historia reciente de la lucha judicial contra la corrupción en Baleares son escasos, pero muy significativos, los testimonios de corruptos arrepentidos que para reducir su pena han confesado los hechos y permitido a la Fiscalía Anticorrupción llevar a juicio a los culpables con garantías de una condena firme.

La confesión al fiscal Pedro Horrach de Marco Antonio Tejeiro, quien trabajó como contable del entramado empresarial que idearon su cuñado, Diego Torres, e Iñaki Urdangarin, aporta nuevas luces contra la corrupción.
 Solo un porcentaje mínimo de los corruptos encausados en tribunales de toda España transita por esa carretera del arrepentimiento que conduce a la verdad.
A estas alturas del escándalo, el relato de Marco Antonio Tejeiro no sorprende a nadie pues su confesión desde dentro de la supuesta trama corrupta detalla las conductas que durante tres años de instrucción judicial han acreditado tanto el juez José Castro y el fiscal Pedro Horrach a través de cientos de pruebas.
Torres y Urdangarin montaron una trama empresarial oculta bajo la apariencia de bondad de una entidad sin ánimo de lucro (Instituto Nóos) con la que ambos se presentaban ante políticos que tenían poder y margen de maniobra para gestionar el presupuesto público.
 Así lograron a dedo contratos millonarios de los Gobiernos de Baleares y Comunidad Valenciana para unos eventos que costaron muchísimo menos del dinero público que se pagó por ellos.
 Los enormes beneficios —casi el 80% del millón de euros que facturaban por cada evento— fueron desviados mediante facturaciones falsas, contratos simulados y otros artificios a empresas privadas con ánimo de lucro propiedad de Urdangarin y Torres.
La confesión de Marco Antonio Tejeiro no permite profundizar en la colosal controversia jurídica sobre si la infanta Cristina, propiedad junto a su marido de una de las empresas privadas que se benefició de los negocios del Instituto Nóos, es culpable de lo ocurrido y tiene que sentarse en el banquillo de los acusados por ello.
El contable de Nóos tan solo cuenta que Aizoon recibió dinero público en concepto de servicios al Instituto Nóos que nunca prestó y que hizo contrataciones simuladas de personal para ahorrarse el pago de impuestos
. Pero no implica a Cristina de Borbón en esos hechos.
Su confesión apuntala tres años de instrucción judicial y sitúa más cerca del banquillo de los condenados a Torres y Urdangarin.
A la infanta Cristina, cuya suerte depende del criterio de tres magistrados de la Audiencia Provincial que resolverán los recursos contra su imputación, el testimonio de Marco Antonio Tejeiro la sitúa como beneficiaria de los negocios ilegales que ideó su marido.
 Pero el camino entre esos hechos probados y una condena final es todavía difuso.
Pues llevamos así como cuatro años y siguen sin resolver nada.

 

2 jul 2014

¿Por qué los tibetanos soportan las alturas?................................................... Javier Sampedro

La población heredó de los arcaicos denisovanos el gen esencial para vivir con poco oxígeno.

 

Monjes tibetanos observan una carrera de deportes de aventura. / Paco Nadal

De los enigmas esenciales que plantea la evolución biológica, ninguno toca más de cerca la historia y la cultura que el origen de las adaptaciones que distinguen a unos seres humanos de otros: la piel clara en las latitudes nórdicas o la resistencia a la malaria en los trópicos, donde es endémica
. Una de las más llamativas es la adaptación a las alturas de los pobladores del Tíbet, que les permite vivir a más 4.000 metros de altitud con una salud, una energía y una fertilidad que ningún otro humano puede alcanzar en semejante escasez de oxígeno.
 ¿Cómo lograron los tibetanos ese atributo? Hoy tenemos la respuesta: robándole un gen a los denisovanos, la especie arcaica que campaba por esas alturas asiáticas antes de que los humanos modernos saliéramos de África.
Así como la población europea heredó de los neandertales los genes esenciales para soportar el frío de las estepas del continente, los tibetanos tomaron de los denisovanos –los antiguos humanos que poblaron Asia— un gen clave para adaptarse a las altitudes extremas, una cualidad, por cierto, muy envidiada por los escaladores occidentales
. El gen se llama EPAS1, y permite a sus portadores vivir a las bajas concentraciones de oxígeno imperantes en las alturas del Tíbet.
Los investigadores dirigidos por Rasmus Nielsen, de la Universidad de California en Berkeley lo han descubierto secuenciando (leyendo) el ADN de 40 tibetanos y 40 chinos de la etnia Han, la mayoritaria en el gigante asiático.
Hace solo ocho años, la mera hipótesis de que los humanos modernos pudieran haberse cruzado con otras especies arcaicas tras su salida de África se consideraba una herejía científica, o al menos una teoría marginal (y marginada).
 La primera demostración de esa actividad sexual irregular fue obtenida en 2006 por el genetista de la Universidad de Chicago Bruce Lahn, que observó con técnicas genómicas que un gen llamado microcephalin, importante para el desarrollo del cerebro, había llegado a los eurasiáticos actuales procedente de los neandertales: es decir, que había habido sexo entre ambas especies.
El hallazgo fue recibido con general escepticismo por la comunidad paleontológica, y en consecuencia rechazado por las principales revistas científicas, como Nature y Science.
Pero el líder del campo del ADN antiguo, Svante Pääbo, del Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva en Leipzig, consideró que las evidencias de Lahn eran muy sólidas.
Y poco después, cuando presentó el primer genoma de un neandertal, obtenido a partir de un hueso fosilizado, él mismo se convirtió en un defensor de la teoría de los cruzamientos: había poca duda de que los neandertales nos habían pasado algunos genes, aunque no muchos.
 Hubo sexo, pero poco. Nada extraordinario.
“En mi opinión está claro que la introgresión adaptativa, o importación de genes útiles de especies arcaicas, ha sido mucho más importante para la evolución humana de lo que se pensaba previamente”, dice a EL PAÍS el jefe de la investigación publicada en Nature, Rasmus Nielsen
. “A medida que los humanos migraban fuera de África hace unos 50.000 años y encontraban nuevos entornos, el intercambio de genes con especies que ya estaban adaptadas a esas condiciones les ayudó a adaptarse mucho más rápido a los nuevos entornos que encontraban”.
‘EPAS1’ ya había sido identificado previamente como el gen con mayores signos de “selección positiva” en la población tibetana.
 Ese concepto es central en la teoría evolutiva: cuando un gen es importante en cierto entorno, se propaga con mucha rapidez –es decir, en pocas generaciones— entre la gente que vive allí, y eso deja signos evidentes en el genoma de las poblaciones actuales.
 En particular, no solo el gen ventajoso, sino también amplias zonas a su alrededor (haplotipos, en la jerga), llevan los marcadores de ADN de los denisovanos, en lugar de los marcadores modernos que aparecen en el resto de los humanos actuales.
El altiplano tibetano, situado a altitudes superiores a los 4.000 metros, es un entorno inhóspito para la inmensa mayoría de los humanos, debido a su bajo nivel de oxígeno atmosférico, un 40% inferior al característico del nivel del mar
. Los tibetanos son conocidos entre los fisiólogos por haberse adaptado con espectacular eficacia a esas condiciones, con una fertilidad más alta de la que muestran allí otras personas, y una mortalidad infantil mucho más baja.
 Todo ello es debido a su peculiar respuesta fisiológica a los bajos niveles de oxígeno, de la que el mayor responsable es el gen ‘EPAS1’ que han heredado de los denisovanos.

FLORES PARA EL VERANO