Un Blues

Un Blues
Del material conque están hechos los sueños

1 jul 2014

Cultura de la mordida............................................................................................ Boris Izaguirre

Este mal hábito se manifiesta de muchas formas. Está el mordisco canino, como el de Luis Suárez, pero también las mordidas millonarias vistas en Baleares o Valencia, de las que no conocemos la sación

El futbolista uruguayo Luis Suárez. / nick potts (cordon press)

Nuestros chicos de la selección se quedaron sin conocer el sabor de los colmillos de Luis Suárez, el antihéroe que para muchos es ahora el notición del Mundial.
 ¿Qué debe pasar por su cabeza antes de lanzarse a morder a sus contrincantes? ¿Somos más propensos los latinos a la mordida que los anglosajones?
 La sanción ha sido un mordisco de cuatro meses sin jugar y otro de 82.000 euros de multa.
 Quizá no baste para quitarnos este mal hábito, que se manifiesta de muchas formas en nuestra cultura
. Está el mordisco canino, como el de Suárez, pero también las mordidas millonarias que hemos visto en Baleares o en Valencia.
 O las que en la prensa norteamericana le adjudican a la propia FIFA, que parece hacer caja con todo lo que se mueva en sus Mundiales
. Incluso esas mordidas a las que no sabes cómo negarte, tipo las Sicav de los eurodiputados que optaron por tener una en Luxemburgo y evitar pagar impuestos
. Para todas esas mordidas aún no conocemos la sanción. Puede que a Suárez le muerdan un poquito por todas ellas.
Al final todos sufrimos en carne propia la cultura de la mordida.
 A casi todo le hincamos el diente o nos lo hincan.
El caso Nóos empezó como un mordisqueo de sus socios que cada mes acumula más sinsabores en los molares de sus afectados
. El juez Castro y el fiscal Horrach iniciaron el caso como amigos y ahora se enseñan los dientes a punto de imitar al delantero Suárez
. La corona real, no la de los dientes, ha pasado de padre a hijo, pero “El Martirio” (como llaman en La Zarzuela al proceso judicial) permanece mientras Cristina e Iñaki mantienen su calendario de paseos por Ginebra, vestidos con el confort de un anuncio de rebajas de verano.
 No sonríen mucho, evitando mostrar dientes, alguien les habrá sugerido que eso puede aumentar la irritación, pero algo sí ha cambiado:
 Cristina ha pasado de hija a hermana, lo que quizá la haga un pelín más vulnerable.
 No es igual el amor de padres e hijas, en el que siempre se recuerda el primer diente, que el de hermanos y sobre todo cuñadas, donde hay más propensión a una impulsiva dentellada similar a la de Luis Suárez.
 Con o sin dolor de muelas, hay que reconocerle a Cristina su inalterable impasibilidad.
Nada la altera, ni que la obligaran a ver la proclamación de su hermano por televisión ni ser la persona más recordada de los 3.000 representantes precisamente por no estar invitada.
  Cuando todo esto pase, que pasará, podría convertir ese autocontrol en un curso de formación
. U ofrecer servicio psicológico deportivo a Luis Suárez para que controle su naturaleza.
Isabel Pantoja, que ha mordido la soledad de una celda e hizo celebre la frase “Dientes, dientes, es lo que les gusta”, esquivó la cárcel y tiene un problema menos con la justicia.
Pero su gestión particular de la emancipación de Chabelita es una muela del juicio que se resiste a salir.
Mientras el recambio generacional se extiende por las dinastías (los Thyssen, los Borbón, el PSOE), la joven heroína del matriarcado en Cantora ya gestiona su fama con la desenvoltura que le da pertenecer a una generación que no tiene problemas con la industria de la celebridad.
 Para Chabelita, la fama es poder e independencia, que le permiten lucrarse personalmente de forma legal, no como otras, y facilita que su novio también lo haga
. Para ella, la fama no es una cuestión de ejemplaridad o de escoger entre la seria carrera de fondo o el pan para hoy, hambre para mañana.
 Ese era un dilema para la generación de su madre, no en la suya. En las nuevas generaciones, la celebridad ya no es una meta, sino un mordisco.
Telecinco está encantada de abrir espacio en sus filas para acoger no solo a Chabelita, sino al padre de su hijo, Alberto Isla
. El padrinovio fue a Hable con ellas, pero estuvo algo tímido ante las entrevistadoras, haciéndolas quedar como si fueran seguidoras de Luis Suárez.
 Con el enchufe de los Pantoja en Telecinco pasa más o menos lo mismo que en el Tribunal de Cuentas, donde la plantilla está llena de cuñadas, yernos y sobrinos.
 Pero en la cadena privada, el pantojismo entretiene, trabaja y cobra dibujando y desdibujando un mapa de la familia española que ni Machado, Aresti, Espriu o Castelao pudieron imaginar.
 Hay cosas que nunca cambian: las cuentas, la familia y la picaresca están ahí para transformar cualquier mordida en una sonrisa.
Mientras los nuevos Reyes encajan como pueden lo que sigue fermentando en el caso Nóos, tuvieron un detallazo al recibir a nuestra admirada Boti García, presidenta de FELGTB, la ONG dedicada a velar por los derechos del colectivo gay, lésbico y transexual.
Hace pocos años supimos que a la Reina, Sofía, le molestaba la demostración del Orgullo Gay porque lo consideraba “fuera de lugar” (La Reina muy de cerca, Pilar Urbano), pero Letizia y Felipe moldean su imagen con gestos más acordes a los tiempos
. Estar a bien con el colectivo LGTB es casi tan importante como tener un buen wifi en casa.
 Y seguramente Letizia reconozca, antes que otras monarcas, aquello de que detrás de cada gran mujer hay, por lo menos, dos orgullosas y sonrientes reinonas.

 

Pabellones modernistas a la última moda.......................................................... Ana Pantaleoni

VIDEO: ATLAS

En el Jardín del Bienestar del hospital de Sant Pau, donde en otra época paseaban los pacientes, ya no se respira tranquilidad. Los pabellones modernistas de Domènech i Montaner acogen esta semana a todo tipo de representantes de la moda.
 Ellos no visten precisamente bata blanca.
"Mira qué me he comprado", le decía un joven estiloso con apretados pantalones a una chica vestida de rosa chicle.
La pasarela 080 Barcelona Fashion arrancó ayer noche con una fiesta social y el desfile de Mango. Entre los invitados, gente que no le falla nunca a la firma catalana como Jaime de Marichalar, que ya estuvo en la última edición en el Born.
 Durante toda la semana, más de 30 diseñadores y marcas presentarán sus propuestas.
La modelo alemana Toni Garrn, novia del actor Leonardo DiCaprio, inauguró la pasarela en las antiguas cocinas del hospital
. Minutos antes, el consejero de Empresa Felip Puig destacaba la proyección de esta pasarela, una mezcla de firmas grandes y pequeñas, de compañías muy asentadas y otras que empiezan.
"El 080 es una magnífica punta de un iceberg  que crece y el referente más visual y estético de una industria y una vocación de emprendedores", dijo el consejero catalán, para después fotografiarse con diseñadores y patrocinadores, la mayoría con una botella de Moritz en la mano, una de las empresas que apoya la pasarela.
"El sector está mejorando rápidamente.
Se está realizando un trabajo lento de relocalización hacia nuestra casa", ha explicado esta mañana Miquel Rodríguez, gerente del Consorcio de Comercio Artesanía y Moda de Cataluña. Rodríguez pone un ejemplo: "El 18% de la fabricación de Desigual se hace en Cataluña"
. El textil, según sus datos, representa el cuarto sector en los datos de exportación.
Han sido 18 meses trabajando para poder desfilar en este lugar excepcional, donde ya hace unos años Toni Miró se atrevió a montar una pasarela.
"Es enormemente reconfortante cambiar de escenario cada seis meses.
 La moda queda pequeña con este recinto", ha subrayado Rodríguez.
 Tras el mercado del Born y ahora Sant Pau, 080 demuestra que lo que sí sabe es elegir escenario.

La extraña pareja................................................................... Luz Sánchez-Mellado

En este preciso momento, fundo yo conmigo misma un círculo de esos para exigir la renovación de la casta del famoseo patrio.

El juez Castro y el fiscal Horrach. / TOLO RAMÓN

Llámame esquizoparanoide, pero para mí que hay una mano moviendo los hilos en la sombra.
 Con toda esta mascletá de noticias bomba, lo accesorio oculta lo básico, lo urgente eclipsa lo importante y los árboles no nos dejan ver el bosque.
 En plata, que mientras los de arriba nos tenían entretenidos con abdicaciones, proclamaciones e imputaciones perfectamente rutinarias dentro del normal funcionamiento de las instituciones democráticas, van los de ¡Hola! y me pisan la exclusiva del verano:
 Fran Rivera se casa con Lourdes Montes. Sí, mujer, uno así chulito que mataba toros, y una pija sevillana que diseña vestidos de fiesta, valgan las redundancias.
 Pues eso, que se esposan por la Iglesia deprisa y corriendo porque no ven bonito procrear sin permiso del Altísimo.
Y yo, entretanto, haciendo un maremoto de la tormenta en un vaso de agua en Zarzuela. ¿Cómo he podido estar tan ciega?
Un notición, colegas. Lo del enlace, digo.
 El hecho de que los novios ya estén casados hace un año; de que él lleve lustros dando la murga con que si Roma no le anula su matrimonio para toda la vida con Eugenia de Alba; y de que la dichosa parejita aburriría hasta a la oveja Dolly, que en paz descanse, es irrelevante.
 Se trata de vendernos la burra para luego meternos doblado el bodorrio en la revista, que para eso nuestras celebridades se las pintan solas.
 Pero la culpa no es suya por vendernos motos náuticas, sino nuestra, por comprárselas
. Es por eso que, en este preciso momento, fundo yo conmigo misma un círculo de esos para exigir la renovación de la casta del famoseo patrio
. ¿No ha jubilado Pablo Iglesias júnior a Rubalcaba ex Maquiavelo sin movérsele un folículo del pelazo? Pues eso, podemos.
Pero te decía que para mí que hay, no sé, un factótum, un demiurgo, una mano que mece la cuna, y nosotros nos dejamos.
Dime tú, si no, cómo se come la secuencia de terremotos que ha llevado desde la real renuncia a la imputación de la exinfanta exCristina en tres semanas clavadas
. Si eso no ha sido un mecanismo de relojería que venga un guionista de la HBO y lo diga.
 De película, ya te digo
. Como que es ver al juez Castro y al fiscal Horrach y representárseme Jack Lemmon y Walter Matthau en La extraña pareja.
 Mucho enredo, mucha estopa y mucha carga de profundidad en sus correspondientes autos
. Pero a mí no me quitan de la cabeza que, apagados los focos, quedan para comentar la jugada delante de dos gin-tonics de a litro, los estoy viendo.
Estos días está dimitiendo gente que no dimitía nunca
. Mira Rubalcaba, oyendo en vida el responso que le echó Su Santidad Jesús Posadas. O a Willy Meyer, inmolándose por el pollo de las SICAV más solo que la una. O a Magdalena Álvarez, dejando su puestazo europeo porque le da a ella la real gana, y no porque Alaya la haya imputado, que, cuando se pone flamenca, Maleni es más choni que la colección de Custo para Lidl.
 Paparruchas al lado de lo de Fran y Lourdes. Eso sí que es un pelotazo informativo. Lo único, que no es de este siglo. Tórtolos: yo que vosotros iba cambiando el repertorio.
 Ahora que los gais alternan con los Reyes en El Pardo y que los obispos van a debatir sobre homosexuales y divorciados en el Vaticano, una reboda hetero, por muy rociera que sea, está más vista que el perineo de Miley Cyrus.
 De nada.

 

La Fura se estrella contra el muro............................................... Jacinto Antón

El esperado ‘smart show’ del grupo resultó confuso, decepcionante y pretencioso.

 

Imagen cenital del espectáculo M.U.R.S. / GIANLUCA BATTISTA

La penúltima escena de M.U.R.S, el esperado nuevo espectáculo de La Fura del Baus, estrenado anoche en uno de los fosos del castillo de Montjuïc de Barcelona como obertura del festival Grec, resumió perfectamente la penosa impresión que produjo toda la función: unas chicas con hachas procedieron de manera tan gratuita como pusilánime a golpear un automóvil.
 En realidad solo descargaban los hachazos sobre la falsa cubiera de hojalata que cubría el vehículo y ni siquiera lo hacían con una mínima parte de la energía salvaje de los viejos tiempos de la gloria furera.
Todo M.U.R.S , para el que se habían rejuntado cuatro de los miembros veteranos, reveló una similar impotencia involuntariamente autoparódica
. Una verdadera pena ver a la Fura convertida en una caricatura de sí misma apenas disfrazada con la vacuidad de una propuesta supuestamente de tecnología revolucionaria —”¡pasen y vean el primer smart show de la historia!”— que resultó igualmente lamentable
. Un desastre en toda regla.
La propuesta ya hacía levantar más de una ceja. Cuando a un espectáculo se le hace depender tanto de la tecnología y el mensaje queda emborronado detrás de unas cuantas frases grandilocuentes, la cosa pinta mal.
Una gran mayoría del público que acudió al estreno arribó al castillo sin los deberes hechos.
 Existía la posibilidad de descargarse previamente la aplicación para móvil que permitía seguir el espectáculo e interactuar con la propuesta pero pocos consiguieron hacerlo.
 En la espera para acceder al recinto del show, detrás del castillo, en el baluarte exterior, bajando por la rampa del hornabeque, reinaba la expectación teñida de cierta desazón: mucha gente no lograba conectarse.
 Miembros de la organización tranquilizaban explicando que dentro sería fácil hacerlo.
 Un tipo optaba por fumarse un porro.
Llegó el final del galimatías con unas chicas dando hachazos a un coche
Al ingresar al foso, dominado por una gran estructura metálica (el espectáculo se representa hasta el 5 de julio), se accedía al primero de una serie de espacios delimitados por grandes pantallas a manera de cortinas y marcados por un color
. En ese primer ámbito introductorio, se ofrecían instrucciones para conectarse
. Los que lo conseguían, y los que no podían pero ya pasaban de todo, accedían a un segundo espacio, azul, en el que una joven atlética enfundada en mallas y encaramada en un podio invitaba a ponerse en forma y seguirla en una sesión de baile gimnástico zumba
. Los dichosos propietarios de móvil con aplicación en curso, podían leer mensajes en la pantalla que invitaban a realizar tal o cual actividad:
 “Grita alto” , “otra vez, que no te hemos oído”.
 La chica atlética entre tanto señalaba que estábamos en el lugar del “culto al cuerpo” y pedía más movimiento para quemar calorías, proceso que podía comprobarse en un gráfico en la pantalla del teléfono.
 La gente seguía las instrucciones con ganas de fiesta. De hecho todo tenía un cierto tono de feria.
El siguiente ámbito, rojo, también con un maestro de ceremonias, parecía tener que ver con la economía y el móvil te permitía subir o bajar un índice bursátil en pantalla.
 El tercero, verde, estaba relacionado con la ecología y el reciclaje, y presidido por una especie de escultura de tubos y botellas de plástico.
 Apuntando a un código en su base se producía un efecto de realidad aumentada y en el móvil podía verse crecer una planta virtual.
 “Su versión android es demasiado antigua para esta función”, leía un espectador frustrado.
 Pasados los ámbitos se volvía al inicio. Todo muy pedestre y poco atractivo.
Espectadores de M.U.R.S siguiendo las instrucciones del espectáculo con su móvil. / GIANLUCA BATTISTA
La función dio un supuesto vuelco con la explosión de una serie de petardos, el pequeño incendio en unas taquillas, apagado rápidamebte con un extintor, y el ataque de histeria de una supuesta espectadora que fue retirada por unos supuestos servicios de seguridad.
 Las pantallas empezaron a vomitar informativos en los que explicaba fragmentariamente que había habido un atentado terrorista y una nube tóxica.
 Los actores devenidos fuerzas policiales obligaban a moverse al público de un lado a otro.
 Se anunciaba por pantalla la búsqueda de un sospechoso, cuyo retrato aparecía en tu teléfono. Se sucedían carreras y persecuciones. Todo con un amateurismo y una falta de convicción realmente notables
. ¡Ay, la vieja Fura!
El show devino algo del todo caótico con pequeños tumultos orquestados e información dispersa que captabas o no al vuelo. “Ha ganado el no”, pudo escucharse.
Pasó corriendo una actriz envuelta en plástico. Luego se ordenó a los espectadortes a distribuirse en función del color que les aparecía en la pantalla del móvil.
 Y hechos los grupos se pidió reconocer a la quinta columna de otro color y expulsarlos (ajá, la xenofobia). En un momento determinado, sin que se supiera muy bien por qué a una chica (una actriz) se la desnudó y castigó.
 Las grandes pantallas se convirtieron en muros al proyectárse imágenes de piedra.
 Y llegó el final del galimatías con las chicas pegándole al coche y un anticlímax en que que nadie (ni, al parecer, los actores) sabía que hacer.
 Seguramente desconectar el móvil. Las pantallas reprodujeron entonces muy democráticamente mensajes enviados por los espectadores. Algunos no eran muy animosos. “¿Esto es una broma?”. “Cutres”. “Menos mal que era gratis” (solo ayer).