Un beso puede ser la gran diferencia.
Hasta esta semana Uma Thurman era la musa sangrienta de Quentin Tarantino
. La actriz con la que contaba en todos sus proyectos, ya fuera para revivirla con una aguja hipodérmica directa al corazón en una de las escenas más memorables de Pulp Fiction o para servirle en bandeja su venganza en cualquiera de los momentos de Kill Bill 1 o 2.
Una musa a la que “ha adorado durante años”, como puntualiza la revista del corazón US Magazine que ahora publica esa instantánea del beso que evidencia el cambio de la relación entre las dos estrellas.
Podría ser un beso de despedida entre amigos, tras una cena el pasado martes en Mr. Chow en Los Ángeles.
Una cena donde, a juzgar por la carpeta que el realizador llevaba en la mano, pudieron estar mezclando la amistad con su próximo rodaje
. Pero la imagen da a entender algo más, con el brazo de Thurman alrededor del cuello de Tarantino mientras el director la agarra por la cintura para juntarse así en un beso.
Ese que ha sellado lo que se venía rumoreando desde hace meses: que la pareja ha llevado su colaboración más lejos, al menos en lo personal.
El momento parece ser el idóneo para los dos.
Thurman, 44 años, acaba de poner fin a su relación con Arpad “Arki” Busson, su prometido con el que mantuvo una relación intermitente desde 2007 y junto al que tuvo una hija,
Rosalind, hace casi dos años
. Thurman además cuenta con otros dos hijos, Maya, de 15, y Levon, de 12, fruto de su matrimonio con el también actor Ethan Hawke.
Por el contrario Tarantino, 51 años, es de los solteros a mucha honra, con relaciones en su pasado con la directora Sofía Coppola o la actriz ganadora del Oscar Mira Sorvino, y hasta el momento sin tener pareja estable.
Ambos se conocieron en el rodaje de Pulp Fiction en 1994.
La película cambió la vida de los dos. La belleza de Thurman ya había dejado huella en anteriores papeles, como esa especie de Venus de Milo que encarnó en El barón de Monchausen o esas amantes a las que dio cuerpo en Las amistades peligrosas o Henry & June.
Pero su trabajo como la femme fatale Mia Wallace en el filme de Tarantino le consiguió no sólo su única candidatura al Oscar sino su lugar en la historia del cine.
En el caso de Tarantino, Pulp Fiction hizo un autor admirado a este encargado de un videoclub con aspiraciones cinematográficas y una memoria prodigiosa.
Una colaboración que ambos expandieron con un éxito similar en Kill Bill, trabajo para el que Tarantino nunca pensó en otra actriz y que escribió junto a ella.
Una estrecha relación profesional que a su paso el pasado mes de mayo por el Festival de Cannes desató rumores de que la relación podía haber ido más lejos después de dos décadas.
Ambos posaron juntos en la alfombra roja de la Croissette durante la ceremonia de clausura o cuando llegaron, junto con John Travolta, a la celebración del 20º aniversario de Pulp Fiction.
Allí el director entretuvo a su musa haciéndola reír mientras trataba de imitar el mítico baile de la película.
Para entonces los rumores de la prensa del corazón hablaban de que actriz y realizador se alojaban juntos en una villa en el sur de Francia.
Aunque sigue sin existir una confirmación oficial por ninguna de las partes, el beso de Quentin y Uma parece haber zanjado cualquier duda sobre esta relación.
Hasta esta semana Uma Thurman era la musa sangrienta de Quentin Tarantino
. La actriz con la que contaba en todos sus proyectos, ya fuera para revivirla con una aguja hipodérmica directa al corazón en una de las escenas más memorables de Pulp Fiction o para servirle en bandeja su venganza en cualquiera de los momentos de Kill Bill 1 o 2.
Una musa a la que “ha adorado durante años”, como puntualiza la revista del corazón US Magazine que ahora publica esa instantánea del beso que evidencia el cambio de la relación entre las dos estrellas.
Podría ser un beso de despedida entre amigos, tras una cena el pasado martes en Mr. Chow en Los Ángeles.
Una cena donde, a juzgar por la carpeta que el realizador llevaba en la mano, pudieron estar mezclando la amistad con su próximo rodaje
. Pero la imagen da a entender algo más, con el brazo de Thurman alrededor del cuello de Tarantino mientras el director la agarra por la cintura para juntarse así en un beso.
Ese que ha sellado lo que se venía rumoreando desde hace meses: que la pareja ha llevado su colaboración más lejos, al menos en lo personal.
El momento parece ser el idóneo para los dos.
Thurman, 44 años, acaba de poner fin a su relación con Arpad “Arki” Busson, su prometido con el que mantuvo una relación intermitente desde 2007 y junto al que tuvo una hija,
Rosalind, hace casi dos años
. Thurman además cuenta con otros dos hijos, Maya, de 15, y Levon, de 12, fruto de su matrimonio con el también actor Ethan Hawke.
Por el contrario Tarantino, 51 años, es de los solteros a mucha honra, con relaciones en su pasado con la directora Sofía Coppola o la actriz ganadora del Oscar Mira Sorvino, y hasta el momento sin tener pareja estable.
Ambos se conocieron en el rodaje de Pulp Fiction en 1994.
La película cambió la vida de los dos. La belleza de Thurman ya había dejado huella en anteriores papeles, como esa especie de Venus de Milo que encarnó en El barón de Monchausen o esas amantes a las que dio cuerpo en Las amistades peligrosas o Henry & June.
Pero su trabajo como la femme fatale Mia Wallace en el filme de Tarantino le consiguió no sólo su única candidatura al Oscar sino su lugar en la historia del cine.
En el caso de Tarantino, Pulp Fiction hizo un autor admirado a este encargado de un videoclub con aspiraciones cinematográficas y una memoria prodigiosa.
Una colaboración que ambos expandieron con un éxito similar en Kill Bill, trabajo para el que Tarantino nunca pensó en otra actriz y que escribió junto a ella.
Una estrecha relación profesional que a su paso el pasado mes de mayo por el Festival de Cannes desató rumores de que la relación podía haber ido más lejos después de dos décadas.
Ambos posaron juntos en la alfombra roja de la Croissette durante la ceremonia de clausura o cuando llegaron, junto con John Travolta, a la celebración del 20º aniversario de Pulp Fiction.
Allí el director entretuvo a su musa haciéndola reír mientras trataba de imitar el mítico baile de la película.
Para entonces los rumores de la prensa del corazón hablaban de que actriz y realizador se alojaban juntos en una villa en el sur de Francia.
Aunque sigue sin existir una confirmación oficial por ninguna de las partes, el beso de Quentin y Uma parece haber zanjado cualquier duda sobre esta relación.