Un Blues

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Del material conque están hechos los sueños

19 jun 2014

Cristina, la gran ausente................................................. Mábel Galaz

La hermana menor del rey Felipe fue excluida del acto de proclamación

La infanta vive apartada de la familia real por la imputación de su marido en el 'caso Nóos'.

 

Cristina de Borbón, a la salida del juzgado de Palma cuando fue a declarar. / CORDON

Cristina de Borbón era la hermana que más sintonía tenía con don Felipe.
  Ambos comparten aficiones y un carácter similar, más parecido al de su madre.
Pero hace dos años todo cambió. La imputación de Iñaki Urdangarin en el caso Nóos interrumpió la relación.
 Los hasta el miércoles príncipes de Asturias cortaron la comunicación con los duques de Palma de Mallorca.
 El nuevo Rey quiso así dejar claro su rechazo al comportamiento de su cuñado
. Los asesores de palacio apoyaron su decisión, conocedores del daño que el proceso judicial podía hacer a la imagen de la Corona.
La ausencia de la infanta Cristina ha sido aún hoy todavía más evidente en el acto de proclamación de Felipe VI.
El día 2 de junio, cuando don Juan Carlos anunció su deseo de dejar el trono a su hijo, los periodistas apostados frente a la casa de los duques de Palma de Mallorca, en el centro de Ginebra, recibieron sorprendidos las primeras declaraciones de la infanta Cristina en mucho tiempo.
 Con una amplia sonrisa se detuvo ante las cámaras antes de montarse en su coche camino de su oficina para asegurar que estaba "feliz" por su hermano.
 A la pregunta de si había hablado con él respondió contundente: "Claro que sí". Era la primera vez que había constancia directa de que los hermanos se habían comunicado.

Cristina fue la gran ausente el miércoles en el Salón de Columnas del palacio Real y hoy en el hemiciclo del Congreso.
 No fue convocada pese a ser la hija del Rey saliente y la hermana menor del Rey que acaba de llegar. Nunca quedó tan claro como en estos actos el repudio de la Corona al comportamiento de su marido y a la solidaridad que ella muestra con él.
El caso Nóos ha hecho mucho daño a la Corona, nadie lo niega en la Casa del Rey y aunque no ha sido una pieza decisiva en la decisión de don Juan Carlos de dar el relevo a su hijo, sí ha influido.
La reina Sofía durante muchos meses ha hecho repetidos intentos de que al menos la relación familiar no se rompiera y ha reivindicado el derecho a visitar a su hija y a sus cuatro nietos Urdangarin-Borbón: Juan, Pablo, Miguel e Irene
. Pero las visitas de doña Sofía también son ahora más discretas. De hecho, el pasado 13 de junio doña Cristina celebró sin ella su 49 cumpleaños.
 Ese día solo viajó a Ginebra la infanta Elena. La hermana mayor de don Felipe se ha convertido en la gran mediadora en el seno familiar, la que mantiene contacto directo con todos los miembros.
La situación no parece que vaya a cambiar
. En los próximos días se espera que el juez José Castro cierre la instrucción del caso Nóos.
 Entonces, la situación de los duques del Palma puede empeorar.

Declaración de intenciones en corto....................................................... Carmen Mañana

Doña Letizia confirma en la coronación su hoja de ruta estética: mantenerse fiel a un diseñador de cabecera, Felipe Varela, siguiendo el ejemplo de la reina Sofía.

 

La Reina Letizia con sus hijas, doña Sofía, la infanta Elena y su hijo. / POOL

Si hubiese existido una apuesta sobre qué diseñador vestiría a la reina Letizia en la ceremonia de coronación nadie se habría hecho rico.
 La hasta ahora princesa no sorprendió, pero convenció.
 Eligió al que es ya su modista de cabecera, Felipe Valera, y apostó como la reina Sofía y la infanta Elena, por un traje corto y en tonos claros.
 En su caso, un sencillo abrigo crema con un cuello de cristales que cubría un vestido recto del mismo color. Una pieza que recordaba por la limpieza de líneas y paleta al ya célebre traje pantalón de Armani que llevaba cuando se dio a conocer su compromiso matrimonial.
Esta elección encierra una declaración de intenciones.
 Aunque gran parte de la crítica española describa su estilo como correcto, en el mejor de los casos, y sean muchos los que han expresado el deseo de que ayude a dar visibilidad a otros diseñadores patrios, doña Letizia se mantiene fiel como Reina a la hoja de ruta que trazó como princesa
. Una estrategia que no es otra que la de la reina Sofia: confiar en un modisto y simplificar así la compleja labor de vestirse para muchos y diversos actos
. Si la escogida de doña Sofía es Margarita Nuez; el de doña Letizia es Felipe Varela.
 De él también vistió durante el acto de sanción de la ley orgánica que hizo efectiva la abdicación de don Juan Carlos. Entonces lució un vestido en blanco y negro que ya había utilizado en el almuerzo previo al premio Cervantes.
La simplicidad de las prendas elegidas por la familia real –solo rota, obviamente, por los uniformes militares del rey Felipe VI y don Juan Carlos- respondía al carácter matutino del acto, pero también lanzaba un mensaje de sobriedad, sencillez, de normalidad.
Sin más joyas que una medalla azul en el pecho y unos pequeños pendientes, el pelo liso y un maquillaje natural, el estilismo de doña Letizia está más cerca del de Christine Lagarde en su jura como ministra de Economía francesa que del de Máxima Zorreguieta en su coronación.
No es ningún secreto que doña Letizia prima el pragmatismo por encima de la sofisticación en su armario.
 Pero esto no parece un impedimento para que medios internacionales como The Daily Telegraph la reivindiquen como icono de estilo y una de las mujeres más elegantes entre las casas reales europeas.
Pero las auténticas estrellas del acto fueron las infantas Leonor y Sofía, que lucían su peinado habitual -una trenza sobre un recogido de medio lado y una diadema con una libélula- además de sendos vestidos brocados con faldas de vuelo en tonos verde agua y rosa.
Doño Sofía eligió, demostrando que no es supersticiosa, un vestido amarillo de líneas rectas rematado por un impresionante collar de perlas.
 El punto sofisticado y las lágrimas de emoción las puso, como ya es tradición en la familia real española, doña Elena, que llevaba un traje de falda recta y chaqueta.
 El blazer dejaba entrever una blusa plisada en tonos empolvados.
Los invitados
La paleta de color elegida no solo por la Familia Real sino también por los invitados funcionó con una suerte de metáfora del cambio que España ha sufrido desde la coronación de Juan Carlos I hasta la de Felipe VI.
 Hace 39 años: gris y oscura, plúmbea. Hoy, dejando a un lado los chaqués de los hombres, se vieron verdes lima –Esperanza Aguirre-, naranjas –Susana Díaz- e incluso plateados.
 Mención especial merece Carmen Alborch, siempre personal e impactante con una túnica drapeada. Un extraterrestre en un mundo (el político) donde impera la dictadura del traje de chaqueta, y donde la preocupación por la apariencia aún resta credibilidad a las mujeres.
Del duelo de expresidentes –Felipe González, José María Aznar, José Luis Rodríguez Zapatero- sale derrotado el más joven.
 La combinación de traje negro y camisa blanca tiene muchos riesgos, sobre todo si el tejido brilla. Empate en ceño fruncido.

Felipe VI ofrece una “monarquía renovada para un tiempo nuevo”........................................................Anabel Díez

"Encarno una Monarquía renovada para un tiempo nuevo", afirma el Rey en las Cortes

"Don Juan Carlos construyó los cimientos de un edificio político que logró la reconciliación"

"La Corona debe buscar la cercanía con los ciudadanos, su aprecio, su respeto y su confianza"

 

Felipe VI, con su esposa doña Letizia y sus hijas en la ceremonia de proclamación. / Juan medina (REUTERS)

El presidente del Congreso, Jesús Posada, a las diez cincuenta del 19 de junio ha proclamado rey de España a Felipe de Borbón, que reinará con el nombre de Felipe VI, tras su juramento de cumplir y hacer cumplir la Constitución.
 Algo más de veinticinco minutos de discurso y muchos aplausos con todos los miembros de las Cortes Generales puestos en pie y las tribunas de invitados en la misma actitud de adhesión
. Los que estaban querían estar ya que los representantes del Grupo Mixto y de Izquierda Plural no acudieron al no estar de acuerdo con la institución monárquica que tiene su continuidad de Juan Carlos I a Felipe VI
. Sí estaban en el acto el presidente de Cataluña, Artur Mas y el del País Vasco, Íñigo Urkullu que aplaudieron en algún momento tímidamente y en otros no secundaron al resto de los diputados. Después departieron brevemente con el Príncipe en el saludo de todos los asistentes sonrientes y con gesto cordial.

Los agradecimientos a los españoles, a sus padres, Don Juan Carlos y Doña Sofía, con especial cariño a la Reina saliente, fueron el comienzo de un discurso con declaración de intenciones
. Ha sido un discurso de futuro por lo que Felie VI se ha recreado poco en el pasado aunque sí ha resaltado los logros que ha tenido para España el consenso de las fuerzas políticas. La Corona es el símbolo de la unidad de España. “Unidad que no es uniformidad”·
. En esta España “caben distintas formas de sentirse español”, ha dicho el Monarca al afirmar que caben todos los sentimientos y sensibilidades”. La defensa de las lenguas cooficiales ha sido otra de las notas dedicadas a los nacionalistas.
¿Qué puede hacer la Corona?
 A esta pregunta ha querido dar respuesta el Rey con la definición de lo que debe y puede hacer. “La Corona debe buscar la cercanía con los ciudadanos, saber ganarse su aprecio, su respeto y su confianza, y para ello velar por la dignidad de la institución, preservar su prestigio y observar una conducta íntegra, honesta y transparente”.
 Los ciudadanos piden “ejemplaridad”, ha dicho el Monarca, porque solo de esa manera “se hará acreedora de la autoridad moral necesaria” para el ejercicio de sus funciones.
 Y esas funciones están tasadas por la Constitución dado que el Rey ha reiterado su papel.
 Una función que puede ser su “independencia”.
 La Corona por su “neutralidad política” y su vocación integradora “ante las diferentes opciones ideológicas, le permiten contribuir a la estabilidad del sistema político.
Desde sus convicciones de lo que debe ser la Corona ofrece “una Monarquía renovada para un tiempo nuevo
. La tarea que emprende tiene la energía, la ilusión “y el espíritu abierto y renovador" que inspira a su generación. El afán de encarnar un tiempo nuevo ha recorrido el discurso del nuevo monarca.
NICOLÁS AZNÁREZ
El desempleo, la crisis económica, la brutalidad de sus efectos, han sido invocados por el Rey para subrayar la necesidad de que todos los poderes trabajen por quienes sufren los efectos del deterioro económico y social.
 También la necesidad de regeneración democrática ha estado presente en su discurso, como su vocación por ayudar a la presencia eficaz de España en el mundo.
El respeto de la Corona a las Cámaras, depositarias de la soberanía nacional, han sido el comienzo de su discurso como el homenaje a la España que quiere y admira.
 “Del legado excepcional” que ha dejado su padre, y la generación de la reconciliación, a la España necesaria inmersa en la investigación y en la innovación.
 No ha invocado la dinastía como razón de su legitimidad, sino el trabajo y su tarea “abierta y comprometida” con las aspiraciones de los españoles.
 Se ha despedido dando las gracias en castellano, catalán, euskera y gallego.
 El gesto de mayor afecto lo ha tenido con su esposa, la reina Letizia, con dos besos y una sonrisa a sus hijas, Leonor, Princesa de Asturias y a la infanta, Sofía.
Desde la tribuna de invitados, le aplaudía con fuerza su madre, Doña Sofía y su hermana mayor, Doña Elena, con lágrimas visibles.