Un Blues

Un Blues
Del material conque están hechos los sueños

15 jun 2014

Víctor Hugo Saldaño, la muerte lenta..................................................................... Martín Caparros

La lenta agonía del único reo argentino que lleva 20 años esperando la inyección letal en una cárcel de Texas.

 

Saldaño, al otro lado del vidirio en la cárcel. / Carlos Chavarría

Aquella vez puso la mano contra el vidrio y me dijo chau nos vemos y yo pensé que era un abuso de lenguaje: no volveríamos a vernos.
 Fue hace 15 años; Víctor Hugo Saldaño ya había sido condenado y esperaba la ejecución en una cárcel de Texas.
 Era –así les dicen– un hombre muerto caminando.
El 25 de noviembre de 1995 Víctor Hugo Saldaño y su amigo mexicano Jorge Chávez llevaban un par de días de juerga.
Saldaño, después, diría que estaban muy borrachos. En cualquier caso, su crimen fue de una torpeza casi ingenua: testigos los vieron entrar al negocio de las afueras de Dallas y salir encañonando a Paul Ray King, un vendedor de ordenadores de 46 años.
Testigos los vieron meterse con él en un bosque cercano y volver solos.
 Dentro del bosque, King estaba muerto, con cinco tiros en el cuerpo. Cuando la policía lo detuvo, horas más tarde, Saldaño tenía el reloj de King en la muñeca y el arma en el bolsillo.
El botín del robo superaba los 50 dólares.
–¿Cómo fue que decidieron ese asalto?
–Nosotros nunca decidimos nada. Estábamos borrachos, y fue un accidente
. Qué sé yo… Fue una locura, porque yo siempre había trabajado honestamente, toda mi puta vida, y el loco que estaba conmigo también.
Me dijo, aquella vez. Él, entonces, seguía sorprendido:
Escucho en la radio música de discoteca. estoy solo, pero bailo igual. me da alegría. y algo de tristeza”
–Fue algo tan rápido, una sorpresa… como un shock.
 Creo que en el mundo de hoy día es así como pasan las cosas, ¿no?
Cuando lo arrestaron, Saldaño mandó una carta a su familia: les contaba que había caído por robo y homicidio, que le iban a dar pena de muerte y que se olvidaran de él porque ya estaba muerto. Faltaban muchos meses para el juicio.
Víctor Hugo Saldaño había nacido en Córdoba, Argentina, el 22 de octubre de 1972, en un hogar de clase media.
Cuando cumplió 18, secundaria incompleta, quiso salir a conocer el mundo. Su padre los había dejado mucho antes para irse al Brasil; Saldaño no sabía dónde estaba, pero marchó a buscarlo
. Lo encontró en Florianópolis, con otra esposa y otros hijos, y se quedó en su casa
. Al cabo de seis meses, sin medios, pura búsqueda, empezó un viaje de varios años: trabajó de tractorista en Brasil, de minero en la Guayana francesa, de albañil en México, de lavacopas en Nueva York, de jardinero en Dallas.
–Yo me vine desde Buenos Aires hasta Nueva York caminando por todo el continente sin pasaporte, sin documentos.
Si hubiera estado rompiendo las pelotas, robando a la gente, matando a la gente, me habrían agarrado mucho antes
. Yo nunca me metí en problemas, siempre anduve haciendo la mía, me tomaba mis cervezas, me cogía a unas putas, pero eso es normal, viste…
–¿Y pensás que habría sido mejor quedarte en la Argentina?
–Qué sé yo… Yo soy muy aventurero.
 No sé si será paranoia, o qué, pero yo no me podía quedar en ningún lugar mucho tiempo.
Me dijo aquella vez, y yo le dije que qué chiste, que ahora sí que tenía que estar en un solo lugar y enseguida me arrepentí pero él se rio –y nos reímos.
–Cuando estaba ahí afuera no me paraba nadie. Ni una mujer ni nadie.
Saldaño, aquella vez, me había resultado cálido, nada temible. Era raro saber que había matado. Cualquiera puede matar a alguien, me dije aquella vez.
–¿Qué buscabas?
–Tenía ganas de aventura, de conocer, de dar vueltas por el mundo.
La prisión estatal de máxima seguridad Allan B. Polunsky está a cien kilómetros de
Houston, cerca de un lago agitado por el viento y la gasolinera de una familia hindú y un pueblo que no termina de empezar, vacas y pasto
. La prisión es enorme y está rodeada de alambradas, torretas, reflectores: la versión Hollywood 2020 de aquellos campos nazis
. El encargado de sus relaciones públicas se llama Robert Hurst.
 El oficial Hurst es un hombre grandote, cincuentón, su panza de cerveza, sus maneras enérgicas, su sonrisa colgate.
Debe ser muy gentil con gente que viene a escribir en contra de lo que él defiende.
 Él me explicó en un mail que las entrevistas con los condenados a muerte sólo se hacen los miércoles y duran una hora.
 Le propuse el 16 de abril pero me contestó que ni ese miércoles ni el anterior podrían recibirme porque tenían ejecuciones.
 Entre tantas excusas que me han dado para evitarme, era la primera vez que me decían no vengas que tengo que matar a alguien.
Los guardias son abusivos, tienen todo el poder y te lo hacen sentir. yo los odio, los odio”
(El 9 de abril el ejecutado fue un mexicano de 45 años, 16 en el pasillo de la muerte. Ramiro Hernández trabajaba en una finca texana por casa y comida pero un día se enojó con su patrón y lo mató con una barra de metal; después violó a su patrona y se quedó dormido abrazándola. Allí fue donde lo detuvieron.
El 16 de abril el ejecutado fue un americano latino de 39 años, 11 en el pasillo de la muerte. José Villegas mató de 32 puñaladas a su novia, 35 a la madre de su novia, 19 al hijo de tres años de su novia porque decidió dejarlo. Después fue a empeñar el televisor de su suegra para comprarse cocaína; allí fue donde lo detuvieron.)
Ahora, Hurst me saluda con el mismo tono con que cualquier sargento de marines me mandaría a atacar esas trincheras ahí enfrente.
 Y me explica las docenas de reglas; se le nota –en la voz, en la cara– el placer que le produce enunciar reglas.
Después me confirma que no, que la vez pasada no vine aquí, que el pasillo de la muerte estaba en Huntsville, a casi cien kilómetros, pero que lo mudaron porque hubo una fuga.Continuará)

Facilidad de palabra............................................................ Juan Cruz

Hay mucho charlatán ahora, sobre todo en la política y la prensa.

A los niños ingleses les enseñan a defender aquello en lo que no creen y aquello en lo que creen; de ese ejercicio, en la escuela, en la universidad, han salido algunos de los mejores parlamentarios del mundo; pero también gracias a esa enseñanza se han formado escritores como Christopher Hitchens o Martin Amis, ilustres polemistas, capaces de ponerse en una trinchera y luego en la otra, tan sólo por el gusto de discutir.
Esa práctica de no quedarse tranquilo con un argumento y buscar las razones del contrario se hizo imprescindible en la época socrática y ha seguido hasta nuestros días, aunque en España ya se sabe que el garrotazo imperó mucho más que el entendimiento.
 Entre nosotros, sin embargo, ha habido ilustres cultivadores de esa esgrima
. De ellos selecciono dos cultivadores contemporáneos que resultan legendarios, los actores Fernando Fernán-Gómez y Adolfo Marsillach. Fernando te retorcía tus argumentos hasta hacerlos irreconocibles, y luego los devolvía a la mesa como si fueran tuyos, y eran los suyos. ¿Cómo lo hacía?
No era exactamente un malabarista, pero estaba acostumbrado a no comulgar con la primera rueda de molino que le ofrecieran.
El otro día hablé con Javier Marías, por el centenario próximo de su padre, y me contó lo que hacía don Julián (el joven Marías lo ha contado en la novela Tu rostro mañana, entre otros sitios): cuando le decías la primera opinión te obligaba a rebuscar una segunda, y aún una tercera, para que siguieras pensando.
 Era una manera de educar en lo que sabías y en poner de manifiesto lo que ignorabas; y sobre todo era una forma de advertirte contra la jarana de las ocurrencias.
La astucia socrática de Fernán-Gómez era sutil pero terminante; de ese carácter que se acompañaba de una voz atronadora tiene mucha responsabilidad la leyenda de que era un hombre implacable, cuando el hecho cierto era que en una discusión, si había charlatanes, sólo procuraba hacer notar su sensatez a veces en forma de mandobles; seguía los argumentos hasta las últimas consecuencias, y al final te dejaba tranquilo pero exhausto: él había ganado, pero tú no tenías ni idea del momento en que ya te perdiste entre los ovillos de sus argumentos.
Marsillach trataba tus argumentos, para desmontarlos igualmente, con la sutileza de un monje.
 Luego te los devolvía hechos trizas, porque no le habían servido, pero tú te ibas de la discusión, o de los argumentos, con el traje intacto y creyendo, además, que lo habías dejado convencido de lo que pensabas cuando empezaste a hablar.
 De ello son testimonio, en ambos casos, no sólo los recuerdos de sus conversaciones (ahí está La silla de Fernando, de Trueba-Alegre), sino sus numerosos artículos, a los que conviene volver en tiempos de verborrea, que son éstos.
Tanto uno como otro, genios de la escena y de las cenas, lo que hacían, verdaderamente, era huir de los charlatanes, de esos personajes cuya facilidad de palabra los hace parecer brillantes e indestructibles, cuando lo que de verdad manejan son lugares comunes que amasan con la destreza de los vendedores de feria.
Ahora hay mucho de eso en España, y sobre todo en la política y en la prensa española.
 Cada vez que los charlatanes mojan la lengua en el populismo barato que los ampara yo me acuerdo de Fernando y de Adolfo, como antídoto de esa enfermedad que consiste en hablar para que el otro no hable.

 

14 jun 2014

La vida no es un hotel de cinco estrellas........................................................Por: Gregorio Belinchón


Viaggio_sola
Marguerita Buy
es uno de los grandes pilares interpretativos del cine italiano.
 Ganadora de seis David di Donatello -candidata a 15, ahí queda eso-, de una Concha de Plata a la mejor actriz en San Sebastián (al inicio de su carrera, en 1990, con La settimana della sfinge), de todo tipo de galardones, Buy es hoy en día casi una gloria nacional.
 Y garantía de que la película tiene algo. En España es conocida desde Fuera del mundo y El hada ignorante, a finales del siglo XX, y aunque su filmografía ha llegado a trompicones, se ha podido ver La desconocida, Caterina se va a Roma, Manual del amor, Habemus Papam... y ahora Viajo sola, que se estrena el 1 de agosto, y que supuso para Buy su útimo David di Donatello.
En Viajo sola Buy encarna a una inspectora de hoteles de lujo.
 Lo que parecería el trabajo soñado para el resto de los mortales, para ella empieza no ser el complemento de una vida feliz.
 Si quiere niños cuida a sus dos sobrinas, si necesita compañia queda con su ex, pero...
 Antes del 1 de agosto, ya podemos ver el tráiler de Viajo sola.

Un reino descapotable................................................................................................... Boris Izaguirre

La Monarquía de Felipe VI busca ser el triunfo de la clase media española. Y aquel que reoriente a los socialistas perdidos también surgirá de la misma clase.

Los príncipes de Asturias saludan desde el vehículo en el que recorrieron las principales calles del centro de Madrid el día de su boda, hace una década. / GORKA LEJARCEGI

Qué bueno que empezó el Mundial y una buena parte de nuestras preocupaciones se difuminarán, muy atentos a si nuestros campeones vuelven a triunfar o si a los brasileños les sale bien la macrooperación de samba, goles y patadas de dinero para reafirmar su lugar en el mundo.
 Viene muy bien que tanta agitación y pasión coincida con el fuera de juego del PSOE tras la renuncia de Susana Díaz y la aparición fulgurante de Pedro Sánchez.
  Necesitamos rebajar tanta desazón.
A muchos la ceremonia de inauguración del Mundial nos pareció sosa, pero al parecer es lo que se lleva.
 El próximo 19, la coronación de Felipe VI podría pecar precisamente de discreta.
 Y además, con el Rey como gran ausente, uniéndose así a los partidos más izquierdosos
. Aunque argumente que lo hace para no quitar protagonismo a su hijo, probablemente consiga lo contrario.
 Esta semana ha sido muy agitada para los nuevos reyes y en especial para Letizia, a la que un padre del colegio de sus hijas pudiera haberle “robado” una foto en un cumpleaños infantil.
 No debió importarle mucho porque están muy concentrados en los preparativos.
 ¡Es todo tan pronto, cari! A los futuros reyes les apetecería mucho hacer un paseíllo a bordo de un descapotable después de la coronación express.
  A ver si se alarga más el recorrido que la ceremonia.
 Deberían dejarles, ¡les hace tanta ilusión! Justo al principio del reinado, lo mejor es compartir ilusiones… que luego viene lo que viene. Ojalá que el 19 no coincidan con algún megapartido, porque entonces sí que tendríamos un problema y no de seguridad, sino de cariño popular.
El deporte rey tira más que nuevos monarcas aunque vayan en descapotable y ofrezcan esperanzas de campeón.
Lo que pase en la coronación es importantísimo porque es lo primerísimo que harán como reyes.
 Por ejemplo, el futuro rey estará rodeado de mujeres: su reina, sus hijas, su madre, su hermana Elena y sus tías Borbón.
¿Y las Ortiz Rocasolano? Eso indicará que la Corona tendrá una monolítica presencia femenina. España es país de madres
. Y ahora también de reyes, porque pasaremos de ser un reino con un solo monarca a tener dos parejas de reyes y reinas
. El miedo de muchos es que tanta discreción termine por dar una ceremonia ni fu ni fa. Interesa el discurso del nuevo rey, insisten.
Pero siempre fue garantía de repercusión tener buenos invitados. ¿Es tan complicado para Máxima de Holanda volar hasta Madrid y dar un respaldo y subidón a sus amigos con su simpática presencia?
 O, ya puestos, una actuación de Jennifer López, que estuvo bárbara en la sosísima inauguración del Mundial y ha desterrado el divorcio de Antonio Banderas y Melanie Griffith de los quioscos de EE UU porque se separó de su novio Casper al conocerse unas fotos suyas haciendo coreografías con una chica transexual. Un poquito de escándalo siempre anima. Solo un poquito.
Para muchos el verdadero debate de esta semana es PSOE sí o PSOE no.
 Incluso si la Monarquía es viable sin el PSOE. Y un poco para atajar esa polémica, pareciera que los nuevos candidatos del partido socialista se pusieran de acuerdo en tener todos nombres curiosamente normales. Susana Díaz, Pedro Sánchez, podría ser un poquito confuso Madina porque uno siempre puede equivocarse con Marina, pero en definitiva lo que vienen a decir estos nombres es que son hijos de nuestra sufrida clase media.
 Es parecido a lo que ha pasado en Estados Unidos con los afroamericanos desde que Obama es presidente: se dieron cuenta de que la amplia mayoría de sus votantes no estaban físicamente representados en sus políticos
. O reyes. Y todos se vinieron arriba, como David Bustamante cuando se hace un selfie. La Monarquía de Felipe VI busca ser el triunfo de la clase media española.
Y aquel que reoriente a los socialistas perdidos también surgirá de la clase media. Tanto a los socialistas como a la Monarquía les une la misma clase.
Es tan fuerte el tirón de la clase media que la tumba con cien momias hallada en Luxor esta semana era de momias de clase media.
 La primera tumba egipcia de gente normal y corriente
. La verdad es que la foto te hacía añorar el esplendor de los faraones, todo lucía un poquito desordenado, pero la coincidencia fue asombrosa. Tanto momias como imágenes de reyes acaban en un museo.
Y en su museo, Tita Thyssen negocia con mucho arte. Antes de la inauguración de la amplísima retrospectiva dedicada al pop, Tita y su hijo Borja escenificaron su reconciliación. ¿Qué hay más pop en nuestra cultura que las reconciliaciones entre madres e hijos? Borja al parecer ha estado acudiendo al museo, saludando junto a su madre a diversos miembros del equipo
. Borja también es Thyssen, lo que debe tener a Francesca y los otros hijos Thyssen en una nueva alerta, por si ahora Borja y quizá también Tita prefieran que antes de que el hijo quiera llevarse un cuadro del museo más bien forme parte de él.
 Madre mía, ¿una abdicación también en el Thyssen? Tita ha sido precursora en muchas cosas y podría ser de las primeras de nuestra sociedad que haga suya la novísima ley de sucesión y coloque a Borja al frente del Thyssen.
 Arte puro.