30 abr 2014
Patricia Highsmith vuelve a las pantallas con 'Las dos caras de enero'................................ Gregorio Belinchón
Desde que en 1951 Alfred Hitchcock adaptara al cine Extraños en un tren, las novelas y los cuentos de Highsmith han alimentado la gran pantalla y ni siquiera la muerte de la escritura estadounidense en 1995 redujo el caudal de guiones adaptados.
La (pen)última adaptación de Highsmith -la última lleva la firma de Todd Haynes y se titulará Carol- es Las dos caras de enero, que supone el debut como director de Hossein Amini, el guionista de Drive, que ha contado con Viggo Mortensen, Oscar Isaac y Kirsten Dunst, que se estrena en España el 13 de junio y de la que aquí mostramos su tráiler.
Las dos caras de enero se presentó en la pasada Berlinale y
tuvo críticas dispares.
En la Atenas de la posguerra mundial, un hombre
de negocios (Viggo Mortensen) -pronto descubriremos que es un timador-
enseña las maravillas arqueológicas de los griegos a su reciente esposa
(Kirsten Dunst) ante los ojos de un tercero, otro estadounidense que se
dedica a ser guía turístico y que pronto se convertirá en el cierre del
triángulo (Oscar Isaac).
El triángulo pasa de amoroso a peligroso muy
rápidamente.
Amini contaba en Berlín que esta novela de Highsmith no es de sus
mejores libros, pero que le atraían los personajes y el ambiente
. Efectivamente, Highsmith tiene mejores novelas y grandes películas basadas en ellos: en 1960 René Clement aportó la primera -y mejor versión- de El talento de Mr. Ripley en A pleno sol, con Alain Delon y Marie Laforêt
. Claude Chabrol mantuvo el nivel con El grito de la lechuza.
También cumplió Wim Wenders con El amigo americano
. Hicthcock en su serie de televisión, Liliana Cavani, Anthony Minghella, Roger Spottiswoode... Otros muchos se han acercado al universo de Highsmith, un universo de thriller.....
. Efectivamente, Highsmith tiene mejores novelas y grandes películas basadas en ellos: en 1960 René Clement aportó la primera -y mejor versión- de El talento de Mr. Ripley en A pleno sol, con Alain Delon y Marie Laforêt
. Claude Chabrol mantuvo el nivel con El grito de la lechuza.
También cumplió Wim Wenders con El amigo americano
. Hicthcock en su serie de televisión, Liliana Cavani, Anthony Minghella, Roger Spottiswoode... Otros muchos se han acercado al universo de Highsmith, un universo de thriller.....
Aceptando (Términos y Condiciones) que es gerundio..............................................: Karelia Vázquez
© Gloria Rodríguez
Si algún lector de este blog ha llegado hasta el final, o incluso ha terminado de leer el primer párrafo de los Términos y Condiciones que se deben aceptar para usar los servicios más populares de Internet que se manifieste (o que tire la primera piedra).
Una servidora es de tecla fácil.
Es decir, de aceptar cuánto término y condición se interfiera entre
ella y la página en cuestión a la que desea acceder. Aceptar sin leer.
Hay que decir que nunca antes la letra pequeña fue tan pequeña y nunca se acumuló en manifiestos tan largos.
Además, los Términos y Condiciones siempre aparecen en el momento más
inoportuno, cuando es del todo improbable que nos pongamos a leer.
La buena noticia es que según unos
investigadores del Institute of Technology de Georgia casi da igual que
los leamos o no porque íbamos a entender muy poco.
"Textos demasiado farragosos con abundancia de términos jurídicos para que puedan ser entendidos por la mayoría de los usuarios", reconoce el estudio de
la Universidad, pero aun así advierte que debe ser uno consciente de
los derechos intelectuales que cede aceptando algunos de estos términos
redactados, qué duda cabe, para que no nos enteremos de nada, y
diseñados, qué duda cabe, para que solo de mirar la tipografía nos
invadan la pereza y las ganas de aceptar lo que sea.
El estudio de Georgia revisó, y
esta vez sí leyó de arriba abajo los Términos y Condiciones de uso de 30
portales y redes sociales de las que más animan al personal a compartir
sus contenidos creativos en Internet.
Los investigadores mencionan, por ejemplo, el caso de Craigslist,
una web muy popular en Estados Unidos donde para publicar se debe dar
licencia al portal a "copiar, representar, exhibir, distribuir, sacar de
contexto y usar sin limitación cualquier contenido".
Otro sitio citado es Asianfanfics, una web de cortos de ficción, cuyos Términos y Condiciones permiten
"hacer esencialmente cualquier cosa que se quiera con los contenidos
publicados sin citar ni dar crédito alguno a su creador".
También se examinaron la condiciones de Wikipedia, LinkedIn, Pinterest, YouTube, Flickr, IMDB, Facebook, Twitter, Google Plus, Remix64 y Fanfiction.net.
En algunos sitios, los Términos y Condiciones autorizan al portal a usar el contenido publicado con fines de marketing y publicidad.
La mitad de las webs se
arrogaban el derecho de alterar, cambiar o destruir lo que se publicara
en su sitio.
Solo cinco de los 30 sitios examinados habían redactado
los textos de Términos y Condiciones, sobre todo los concernientes al copyright, de un modo claro y sencillo.
Lo que reconocen los investigadores es
que probablemente la gran mayoría de los que aceptan esas condiciones
las desconocen porque aceptaron antes de llegar al final del panfleto.
Para no hacerlo, también lo reconoce el estudio, habría que haberse
armado de tiempo y paciencia. Es poco probable que en aquel
momento y casi en ningún otro de su vida disponga usted del tiempo
necesario para leer el texto completo, y si tiene tiempo seguramente procurará emplearlo en otra cosa.
Según los cálculos de los
investigadores tomaría cerca de ocho horas leer hasta el final las
condiciones de las 30 webs estudiados, al ritmo promedio de lectura de
un adulto, 250 palabras por minuto.
Para quedarnos más tranquilos hemos
hecho cuentas, teniendo en cuenta el número de palabras que han
calculado los investigadores que tienen los Términos y Condiciones de los siguientes gigantes de Internet y la velocidad media de lectura de un adulto. Estos son los números que nos salen.
- FACEBOOK ......... 4.477 palabras (18 minutos)
- LINKEDIN............ 7.294 palabras (29 minutos)
- PINTEREST ......... 2.219 palabras (9 minutos)
- GOOGLE ............ 1.691 palabras (7 minutos)
- WIKIPEDIA .......... 5.773 palabras (23 minutos)
- TWITTER ............3.486 palabras (14 minutos)
- YOUTUBE ........... 3.764 palabras (15 minutos)
- SOUNDCLOUD....... 7.961 palabras (32 minutos)
- FLICKR ...............5.763 palabras (23 minutos)
- MYSPACE ............ 5.486 palabras (22 minutos)
Seguramente ya no recordará el momento concreto en que le dio al botón Aceptar de
alguna de estas páginas pero es casi seguro que no dispusiera usted de
14 minutos para dilucidar cuestiones jurídicas en aquel entonces.
Y es así cómo se escribe la historia: los botones se pulsan por impulso o por falta de tiempo.
Esto ya lo he visto antes................................................ Eugenia de la Torriente
Nueve meses han pasado desde que estuvimos en Milán y París
conociendo las propuestas masculinas para la primavera/verano que ahora
asoma.
El absurdo que siempre reside en ese plazo se me hace esta vez especialmente evidente por circunstancias ajenas a lo que aquí nos interesa. Así que miro atrás y repaso qué escribía en junio de 2013 (¡!) sobre aquellas colecciones
. Sí, las mismas que hoy deberían llegar a los escaparates adornadas con el brillo de la novedad. Primera mala señal cuando me veo obligada a revisar varias veces que estoy en la temporada correcta, de tan antiguo como me parece cuanto veo.
Hablaba entonces de un oscuro verano de juventud, protagonizado por una mezcla de referencias atléticas y una explosión botánica de inusuales tonos sombríos
. Una combinación que ejemplificaba la japonesa Rei Kawakubo en Comme des Garçons, “cuyos muchachos de miradas ahumadas y afilados pómulos alternaban lo gótico con lo floral en una secuencia que evocaba una metamorfosis tan claustrofóbica como la de Kafka”.
O también Miuccia Prada, con paraísos tropicales surcados por las sombras de la guerra. El belga Kris Van Assche citaba al poeta Thomas Campion (1567-1620) en su colección para Dior, teñida por un turbio burdeos: “El sol debe tener una sombra”.
Como si de un eclipse de verano se tratara, no había espacio para la frívola y disoluta alegría que se asocia con el buen tiempo.
En aquel momento, parecían ideas sugerentes y estaban dotadas de una potente narrativa.
Pero, a la luz de los primeros rayos del sol de marzo, el efecto es diferente.
Para empezar porque aquellos estampados llevan meses en nuestras retinas.
No solo los vimos en un desfile celebrado hace nueve meses –algo así como una eternidad en la era de lo inmediato–, sino que desde entonces los han lucido famosos aquí y allá, han aparecido en infinidad de publicaciones e, incluso, llevan meses colgados en otras tiendas.
Comercios que no solo venden estas ocurrencias por una fracción del precio del original sino que además se adelantan y las ofrecen mucho antes
. Es difícil no sentirse confuso y, sobre todo, es casi imposible que aquel oscuro verano de juventud siga pareciendo tan excitante como se prometía.
. A pesar de que en el desfile participaron Beyoncé o Julianne Moore, se prohibió el uso de cámaras y las imágenes no se difundieron hasta que la colección se aproximó a las tiendas.
Tampoco se prestó los trajes a las estrellas para sus apariciones en esos eventos que iban a tener lugar meses antes de su salida comercial.
Ford quería preservar para sus clientas la excitación de comprar el producto.
“Cuando finalmente vas a vender la ropa que tú has ideado, ha perdido su frescura.
Está por todas partes en tres meses y para cuando llega a tu tienda, ¿qué sentido tiene?”, aseguraba. Aquella maniobra sirvió de poco, más allá de reportarle gran publicidad. Él mismo se ha doblegado y sus desfiles hoy se retransmiten de inmediato, como todos los demás.
La colección para el próximo otoño, que se presentó en febrero, incluye un vestido que replica una camiseta que utiliza Jay-Z y que Beyoncé ya se ha puesto en un concierto meses antes de que esté a la venta
. Además de un chiste interno –solo al alcance de los que poseen un alto conocimiento de la relación que une a Ford con la pareja–, el gesto demuestra la capitulación de la única voz que ha osado cuestionar este sistema.
Hasta que la industria encuentre una solución a semejante desajuste, seguiremos viviendo en un oscuro verano de juventud que nace viejo.
El absurdo que siempre reside en ese plazo se me hace esta vez especialmente evidente por circunstancias ajenas a lo que aquí nos interesa. Así que miro atrás y repaso qué escribía en junio de 2013 (¡!) sobre aquellas colecciones
. Sí, las mismas que hoy deberían llegar a los escaparates adornadas con el brillo de la novedad. Primera mala señal cuando me veo obligada a revisar varias veces que estoy en la temporada correcta, de tan antiguo como me parece cuanto veo.
Hablaba entonces de un oscuro verano de juventud, protagonizado por una mezcla de referencias atléticas y una explosión botánica de inusuales tonos sombríos
. Una combinación que ejemplificaba la japonesa Rei Kawakubo en Comme des Garçons, “cuyos muchachos de miradas ahumadas y afilados pómulos alternaban lo gótico con lo floral en una secuencia que evocaba una metamorfosis tan claustrofóbica como la de Kafka”.
O también Miuccia Prada, con paraísos tropicales surcados por las sombras de la guerra. El belga Kris Van Assche citaba al poeta Thomas Campion (1567-1620) en su colección para Dior, teñida por un turbio burdeos: “El sol debe tener una sombra”.
Como si de un eclipse de verano se tratara, no había espacio para la frívola y disoluta alegría que se asocia con el buen tiempo.
En aquel momento, parecían ideas sugerentes y estaban dotadas de una potente narrativa.
Pero, a la luz de los primeros rayos del sol de marzo, el efecto es diferente.
Para empezar porque aquellos estampados llevan meses en nuestras retinas.
No solo los vimos en un desfile celebrado hace nueve meses –algo así como una eternidad en la era de lo inmediato–, sino que desde entonces los han lucido famosos aquí y allá, han aparecido en infinidad de publicaciones e, incluso, llevan meses colgados en otras tiendas.
Comercios que no solo venden estas ocurrencias por una fracción del precio del original sino que además se adelantan y las ofrecen mucho antes
. Es difícil no sentirse confuso y, sobre todo, es casi imposible que aquel oscuro verano de juventud siga pareciendo tan excitante como se prometía.
Rendirse a la evidencia
Tom Ford intentó rebelarse contra este sistema cuando lanzó su primera colección femenina, en septiembre de 2010. A pesar de que en el desfile participaron Beyoncé o Julianne Moore, se prohibió el uso de cámaras y las imágenes no se difundieron hasta que la colección se aproximó a las tiendas.
Tampoco se prestó los trajes a las estrellas para sus apariciones en esos eventos que iban a tener lugar meses antes de su salida comercial.
Ford quería preservar para sus clientas la excitación de comprar el producto.
“Cuando finalmente vas a vender la ropa que tú has ideado, ha perdido su frescura.
Está por todas partes en tres meses y para cuando llega a tu tienda, ¿qué sentido tiene?”, aseguraba. Aquella maniobra sirvió de poco, más allá de reportarle gran publicidad. Él mismo se ha doblegado y sus desfiles hoy se retransmiten de inmediato, como todos los demás.
La colección para el próximo otoño, que se presentó en febrero, incluye un vestido que replica una camiseta que utiliza Jay-Z y que Beyoncé ya se ha puesto en un concierto meses antes de que esté a la venta
. Además de un chiste interno –solo al alcance de los que poseen un alto conocimiento de la relación que une a Ford con la pareja–, el gesto demuestra la capitulación de la única voz que ha osado cuestionar este sistema.
Hasta que la industria encuentre una solución a semejante desajuste, seguiremos viviendo en un oscuro verano de juventud que nace viejo.
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