"No me compensa". Escuché la frase referida a un vínculo de
amistad cuando llegué a España, y me sorprendió muchísimo. No había
imaginado que un verbo para mí tan mercantil pudiera aplicarse a las
relaciones humanas, mucho menos al amor
. Pero así era: aquí y ahora se
conjugan en estos términos el compañerismo o la pareja. Tienen que
"compensar" o, lo que es lo mismo, hacer un buen balance entre la
columna del 'debe' y el 'haber'
De la relación coste-beneficio llevada al territorio afectivo en
estos tiempos "líquidos", sin certezas ni compromisos sólidos, habla el
filósofo
Zigmunt Bauman en 'Amor líquido.
Acerca de la fragilidad de los vínculos humanos' .
El hombre que acuñó la idea de 'lo líquido' para adjetivar esta época
sin brújula escribe: "la moderna razón líquida ve opresión en los
compromisos duraderos; los vínculos durables despiertan su sospecha de
una dependencia paralizante".
En esta postal, la racionalidad consumista es el marco perfecto o la
consecuencia natural (el huevo y la gallina) de la tecnología como
centro de la escena
. El
ligoteo digital que no pasa a la vida real o como preámbulo a una cita única y breve en el mundo de carne y hueso se han popularizado.
El sexo ya no está atado a un modelo de vida productivo (y por lo
tanto, tampoco regido por una estricta moral) y se ha vuelto más
inseguro (aunque uses tres preservativos superpuestos), porque no
hablamos de ninguna enfermedad... Es inseguro emocionalmente por "el
espectro de
la incertidumbre que todo episodio sexual entraña".
En efecto, el sexo puede traer consecuencias afectivas y vitales que no
estamos dispuestos a asumir. En síntesis, el sexo puede amenazar la
liquidez reinante.
La tecnología y la vida digital que se hace en (y por) internet conllevan la
fragmentariedad y la aceleración de los vínculos
. ¿
Para qué quedarse en un solo lugar o con una sola persona si las opciones son infinitas?
"
Estar conectado es más económico que estar
relacionado", escribe Zygmunt Bauman. "Pero también bastante menos
provechoso en la construcción de vínculos y su conservación", matiza.
La red sustituye al parentesco
. Nos "conectamos" sin parar con los demás, pero con
lazos lo suficientemente sueltos como para desatarlos
en cuanto tengamos ganas de salirnos.
Abandonamos la red, o nos
desconectamos, o pulsamos el botón 'suprimir' sin puniciones y para
volver a tener la libertad de continuar relacionándonos o, mejor dicho,
conectándonos con otros.
No estamos demonizando las redes: ya estamos en ellas y forman parte de nuestras prácticas cotidianas. Sin embargo, va siendo
hora de ir entendiendo el recorrido que trazamos.
Somos nodos y seguimos queriendo querer.
Fragmentarios y románticos.
Parece que con esta
búsqueda sostenida de amor en todos los amores estamos empeñados en que ningún vínculo cuaje. Quizá porque ser dos multiplicaría las incertidumbres.
'
'Amordio', una bellísima pieza de arte animado de Rafa Galeano.
Entre los "temores difusos" de esta búsqueda repleta de conexiones efímeras, "el más aterrador (...) se desprendía de
la ambigüedad del encuentro sexual:
¿se trataba de un primer paso hacia una relación o era su coronación y
su término? Por esfuerzos que se hagan, ninguna unión de los cuerpos
puede escapar del marco social y despegarse de cualquier conexión con
los demás aspectos de la existencia social. El sexo, despojado de su
antigua posición e implicaciones sociales, cristalizó la terrible y
alarmante incertidumbre que habría de convertirse en la mayor pesadilla
de la moderna vida líquida".
Aparatos y
apps nos ayudan en esta paradójica tarea de estar
distanciados y, sin embargo, al alcance desde cualquier lugar, y casi
siempre disponibles. Así, "cuando la calidad nos defrauda,
buscamos la salvación en la cantidad.
Cuando la duración no funciona, puede redimirnos la rapidez del
cambio". Al ritmo de la arena actual de la seducción, ya sabemos que
siempre podemos apretar la tecla 'delete' o declararnos 'ausentes' (en
eterno amarillo o rojo ocupadísimo). El
chat permite acciones sin repercusión en el mundo real.
"La finalización a demanda -instantánea, sin inconvenientes, sin pérdidas ni remordimientos- es la mayor de
las ventajas de las citas por internet.
En un mundo de cambios fluidos, valores cambiantes y reglas
eminentemente inestables, la reducción de los riesgos combinada con l
a aversión a descartar otras opciones
es lo único que queda de una elección racional. Y las citas por
internet, a diferencia de las molestas negociaciones de acuerdos mutuos,
cumple a la perfección (o casi) con los requisitos de los nuevos
estándares de elección racional", apostilla Bauman.
Fotografía de Irene Díaz.
Lejos quedaron aquellos días en que se cuestionaba a alguien como
Daniel Day-Lewis que, en la prehistoria de internet -año 1994-,
cortaba por fax su relación con Isabelle Adjani, madre de su hijo Gabriel Kane.
Como dice Bauman que dicen (decimos) casi todos, por ahí, hoy mismo: "
nada más fácil que no contestar un e-mail".
¿Quién no se ha despedido con caricias y desayuno de alguien con quien
se lo ha pasado genial y que nunca responderá un correo electrónico?
¿Alguna vez hemos sido nosotros los que bloqueamos al otro en el
wattsapp sin (necesidad de) dar ninguna explicación?
La vida de carne y hueso siempre atravesada por la 'proximidad virtual'. Fotografía de Irene Díaz.
Por otro lado, la
proximidad virtual tiene el poder
de desactivar las presiones que ejerce la cercanía verdadera (sobre
todo, en el hogar). En 'Amor líquido', hay un ejemplo que todos
conocemos bien: el de nuestros vecinos en el vagón del tren que hablan
todo el tiempo por teléfono, informando a sus padres o maridos y esposas
de la estación por la que acaban de pasar.
"Uno diría que están
contando los minutos que los separan de sus seres queridos y que no ven
la hora de poder mantener esas conversaciones cara a cara.
Pero quizás
no haya pensado que muchas de esas charlas por móvil que usted escuchó
por azar no eran el prolegómeno de una conversación más sustancial a
producirse al llegar, sino un sustituto de ella. Que
esas charlas no preparaban el terreno para algo real, sino que
eran lo real en
sí", apunta. Porque es muy probable que esos hijos, maridos y esposas,
una vez todos en casa, estén chateando con otros, amantes o colegas (de
nuevo, la 'proximidad virtual').
Fragmentariedad. Fotografía de Irene Díaz.
Por momentos apocalíptico, Bauman se redime cuando nos anima a
no perder la ilusión:
"Eros, podemos estar seguros, no ha muerto.
Pero desterrado del reino
que le corresponde por herencia, ha sido condenado a merodear y
deambular, a vagabundear por las calles en una búsqueda interminable, y
por lo tanto vana, de refugio y cobijo
. Ahora
Eros puede ser hallado en cualquier parte, pero en ninguna se quedará por mucho tiempo. No tiene domicilio permanente: si quieren dar con él, escriban a
poste restante y no pierdan la esperanza".
Nada de renunciar o desfallecer, mejor disfrutar; sinceramente creo
que esos pedacitos de amor son amor. Sí, amor y nuevas tecnologías.
A propósito, el Blog Eros ha sido invitado a participar del diálogo acerca de la 'Pasión TIC', este martes 8, en Sevilla, en el marco del ciclo de Debates sobre tendencias de la sociedad de la información y el conocimiento, que organizan la Comisión Europea, la Universidad Oberta de Catalunya y la Junta de Andalucía. Allí estaremos.