La Bolsa española ha cerrado la sesión de este jueves en su nivel más
alto desde mayo de 2011 gracias al anuncio del presidente del BCE,
Mario Draghi, de que está decidido a actuar si la inflación sigue baja
y que, por primera vez, no descarta salir a comprar activos o deuda si
fuera necesario.
En el resto de Europa y aunque no ha habido ni medidas concretas ni decisiones inmediatas, los inversores han celebrado la intervención de Draghi con subidas muchas más moderadas e incluso Londres ha acabado el día en rojo.
La multiplicación de las órdenes de compra se ha traducido en subidas que han llegado a rozar el 2% a la misma hora que Draghi hablaba.
Aunque al final la subida no ha sido espectacular, sí se suma a los sucesivos repuntes de las jornadas previas, escaladas que también tuvieron al BCE y la compra de activos como motores y, de ahí los máximos.
Dentro del selectivo, las mayores subidas han estado protagonizadas por la banca con Bankinter y su revalorización del 4,11% al frente.
En el resto de Europa, donde los inversores se habían decantado por las ventas hasta la intervención del presidente del BCE, los principales índices de referencia se han dado la vuelta y también han entrado en verde, aunque han acabado sucumbiendo a las dudas de fondo.
En las divisas, el principal afectado por las palabras del banquero italiano, el euro, ha llegado a bajar de los 1,37 dólares momentáneamente.
No obstante, tras el susto inicial se ha recuperado algo hasta cambiarse en torno a los 1,371 unidades del billete verde.
La defensa que ha hecho Draghi de la unidad del BCE y, sobre todo, el reconocimiento de que han debatido sobre la posibilidad de activar la compra de deuda (el llamado Quantitive Easing) han llevado a los inversores a especular con que habrá estímulos para reanimar los precios.
Ahora solo falta que se consoliden los riesgos de deflación, posibilidad que sigue siendo mínima, y que la inflación vuelva a dar otra señal de alarma en abril para que el economista italiano finalmente de vía libre a las medidas.
"La ejecutiva es unánime en su determinación de usar también medidas no convencionales", ha sido la frase clave del discurso del presidente del instituto emisor.
Para los analistas, la clave ha sido que el BCE admite que, por primera vez, el QE es una posibilidad real en la eurozona a medio plazo, tal y como destaca Martin Harvey, gestor de renta fija de Threadneedle y que recuerda que, en marzo, Draghi se había mostrado reacio a este tipo de medidas. "Esto es positivo porque representa un BCE más próximo a otros bancos centrales", ha añadido en la misma línea Marian Fernández, de Inversis.
"Super-Mario vuelve a demostrar que es un maestro de la palabra al agitar los mercados con su oratoria", ha afirmado por su parte Ishaq Siddiqi, de ETX Capital, en una nota. Sin embargo, en opinión de este analista, "hasta que la inflación no sufra un fuerte descenso, el BCE aparece estar suficientemente cómodo" con los niveles actuales de tipos y precios.
En el resto de Europa y aunque no ha habido ni medidas concretas ni decisiones inmediatas, los inversores han celebrado la intervención de Draghi con subidas muchas más moderadas e incluso Londres ha acabado el día en rojo.
La multiplicación de las órdenes de compra se ha traducido en subidas que han llegado a rozar el 2% a la misma hora que Draghi hablaba.
Aunque al final la subida no ha sido espectacular, sí se suma a los sucesivos repuntes de las jornadas previas, escaladas que también tuvieron al BCE y la compra de activos como motores y, de ahí los máximos.
Dentro del selectivo, las mayores subidas han estado protagonizadas por la banca con Bankinter y su revalorización del 4,11% al frente.
En el resto de Europa, donde los inversores se habían decantado por las ventas hasta la intervención del presidente del BCE, los principales índices de referencia se han dado la vuelta y también han entrado en verde, aunque han acabado sucumbiendo a las dudas de fondo.
En las divisas, el principal afectado por las palabras del banquero italiano, el euro, ha llegado a bajar de los 1,37 dólares momentáneamente.
No obstante, tras el susto inicial se ha recuperado algo hasta cambiarse en torno a los 1,371 unidades del billete verde.
La defensa que ha hecho Draghi de la unidad del BCE y, sobre todo, el reconocimiento de que han debatido sobre la posibilidad de activar la compra de deuda (el llamado Quantitive Easing) han llevado a los inversores a especular con que habrá estímulos para reanimar los precios.
Ahora solo falta que se consoliden los riesgos de deflación, posibilidad que sigue siendo mínima, y que la inflación vuelva a dar otra señal de alarma en abril para que el economista italiano finalmente de vía libre a las medidas.
"La ejecutiva es unánime en su determinación de usar también medidas no convencionales", ha sido la frase clave del discurso del presidente del instituto emisor.
Para los analistas, la clave ha sido que el BCE admite que, por primera vez, el QE es una posibilidad real en la eurozona a medio plazo, tal y como destaca Martin Harvey, gestor de renta fija de Threadneedle y que recuerda que, en marzo, Draghi se había mostrado reacio a este tipo de medidas. "Esto es positivo porque representa un BCE más próximo a otros bancos centrales", ha añadido en la misma línea Marian Fernández, de Inversis.
"Super-Mario vuelve a demostrar que es un maestro de la palabra al agitar los mercados con su oratoria", ha afirmado por su parte Ishaq Siddiqi, de ETX Capital, en una nota. Sin embargo, en opinión de este analista, "hasta que la inflación no sufra un fuerte descenso, el BCE aparece estar suficientemente cómodo" con los niveles actuales de tipos y precios.