Imágenes de la elecciones municipales en Francia. / ATLAS
La segunda vuelta de las elecciones municipales en Francia
ha confirmado este domingo las peores previsiones para François Hollande y el Partido Socialista.
Con una abstención récord, cercana al 37,3%, casi cuatro puntos más que
en 2008, y una elevada tasa de votos nulos, los datos provisionales
dibujan un monumental voto de castigo para los socialistas, con un
40,57% de los votos, que logran mantener París pero pierden docenas de
ciudades –Toulouse, Bastia, Ajaccio, Pau, Tours, Angers, Reims, Quimper,
Saint-Ettiene...– a manos del centroderecha.
La alianza de la
conservadora UMP con los centristas de la UDI y de MoDEM emerge de las
urnas como vencedora indiscutible, con un 45,91% de los votos, y permite
a una derecha dividida y lastrada por los escándalos a recuperarse de
las derrotas sufridas en las presidenciales y las legislativas de 2012.
El Frente Nacional se convierte por primera vez en una pujante fuerza
política local al conseguir al menos 11 alcaldías (14 en total ha
obtenido la extrema derecha); es su mejor resultado en sus 42 años de
historia
y un indudable éxito personal de Marine Le Pen,
ya que el partido no consiguió ninguna alcaldía en 2008. El ascenso de
la ultraderecha, que obtiene un 6,84% de los votos, solo ve limitada la
resonancia de su crecimiento al no lograr imponerse en Perpiñán, Aviñón
–donde gana la candidata del Partido Socialista– y Forbach, tres
ciudades que de haber caído en manos de Le Pen se habrían convertido en
el símbolo de una nueva era.
El descontento del electorado con el Ejecutivo socialista y la
impopularidad récord de su líder, François Hollande, se manifiestan en
esta segunda vuelta con más nitidez que hace una semana
.
Los malos resultados del primer turno
no han conseguido movilizar a los votantes de izquierda en las grandes
ciudades, y el PS sale hundido de las municipales de mitad de mandato,
al perder ante la derecha al menos 155 localidades de más de 9.000
habitantes.
La abstención bate récords con el 38% y proliferan las papeletas nulas
Solo
la victoria de Anne Hidalgo en París
ante la aspirante de la UMP, Nathalie Kosciusko-Morizet, y el rescate
de Aviñón ante el avance del candidato del Frente Nacional han servido
de consuelo en una jornada dramática para los socialistas, que han
comparecido serios y circunspectos al cierre de los colegios
electorales.
El primer ministro, Jean-Marc Ayrault, que muy probablemente será el
chivo expiatorio de la derrota, ha estado a punto de dimitir durante su
alocución en directo, pero sus consejeros le han convencido en el último
minuto de no hacerlo.
La portavoz del Gobierno,
Najat Vallaud-Belkacem, ha
admitido que los resultados son “malos y decepcionantes” y ha prometido
que el Gabinete bajará los impuestos a las familias para acometer una
política de más justicia social, pero no ha querido aclarar cuándo
abrirá Hollande la inevitable crisis de Gobierno. La impresión es que el
presidente anunciará su nuevo gabinete en las próximas horas.
Ségolène Royal, excandidata a las presidenciales,
y hoy con legítimas aspiraciones a formar parte del nuevo equipo, ha
dicho que las urnas habían enviado “una advertencia muy severa, que debe
ser escuchada”.
El líder del frente de Izquierda, Jean-Luc Mélenchon, ha afirmado que
“la política de Hollande, su viraje a la derecha, su alianza con la
patronal y su sumisión a las políticas de austeridad europeas han
desembocado en un desastre”.
En enero, Hollande abandonó el discurso y la estrategia
que le llevaron a ganar las presidenciales y
abrazó sin rubor las recetas neoliberales ofreciendo un pacto por el empleo a la patronal y un recorte del gasto público de 50.000 millones en tres años.
La lista de grandes ciudades que basculan desde el PS al
centroderecha tiñe netamente de azul el mapa electoral, e incluye
bastiones históricos del socialismo como Roubaix, Angers, Toulouse,
Limoges (en manos de la izquierda desde 1912), Quimper o Bastia
. El PS
pierde también a manos de las listas de centroderecha Saint-Etienne,
Reims, Anglet y Pau, donde se impone el dirigente centrista, François
Bayrou, con el 63% de los votos.
El partido que lidera Le Pen logra el mejor resultado de sus 42 años
A estos desastres hay que sumar la catástrofe del candidato
socialista en Marsella, que continúa en manos de la UMP, y la victoria
de un disidente del PS en La Rochelle. Estrasburgo, Lille y Dijon
resisten el vuelco del clima de opinión y permanecen en poder de la
izquierda
. En Grenoble, los ecologistas se apuntan su mayor victoria,
también a costa de sus aliados en el Gobierno del PS.
El hundimiento socialista es especialmente llamativo porque el
centro-derecha no llegaba a la cita en una situación especialmente
boyante.
La Unión por un Movimiento Popular (UMP) está dividida, no
tiene un líder claro y ha vivido una impresionante serie de escándalos
en las últimas semanas: presunto desvío de fondos del presidente del
partido, Jean-François Copé; grabaciones piratas del asesor áulico
Patrick Buisson a Nicolas Sarkozy, y escuchas judiciales al ex jefe del
Estado, implicado en seis casos de corrupción.
Copé ha reivindicado la amplia victoria de los suyos afirmando que
Francia había vivido una “ola azul”.
El líder, contestado por la mitad
fillonista del partido, ha sacado pecho y ha exigido a Hollande un
cambio de política fiscal y más concreción en la lucha contra el paro.
Además, ha presumido de haber llevado al mayor triunfo en unas
municipales al partido fundado en 2002. “El primer partido de Francia es
la UMP”, ha dicho.
El renovado mensaje populista, patriota y antisistema de Le Pen sale
también reforzado, y su aspiración de liquidar el bipartidismo empieza a
confirmarse
. El FN aspiraba a ganar una quincena larga de alcaldías, y
obtiene al menos 14 –el número más alto de su historia–. Su conquista
más llamativa es Béziers, desde hace 20 años en manos de la UMP, que
tendrá como alcalde al inefable periodista Robert Ménard, antiguo
presidente de Reporteros sin Fronteras pasado a la extrema derecha.
La presidenta del FN se ha felicitado por el resultado, lo ha
calificado como el “inicio de una nueva etapa”, ha anunciado que su
partido tendrá al menos 1.200 concejales y ha dado por comenzada la
campaña para las europeas de mayo acusando a sus dos grandes rivales de
ser “marionetas en manos de la Comisión Europea”.
Otras ciudades donde gobernará el FN son Fréjus –localidad del sur
del país donde esta noche se han producido incidentes callejeros–,
Cogolin, Viliers-Cotterets, Le Luc, Beaucaire y Hayange, que con
Hénin-Beaumont, la ciudad norteña ganada en la primera vuelta, medirán
el grado de responsabilidad de un partido que se declara listo para
gobernar
. “Hemos logrado el mejor resultado de nuestra historia”, ha
proclamado el dirigente Florian Philippot tras caer derrotado ante el
candidato del PS en la villa obrera de Forbach, cerca de la frontera
alemana.
El FN presentaba 597 listas electorales, que cubren algo menos un
tercio del censo total. Así y todo, la formación recoge el 9% del total
de los votos nacionales
. Unos 44,8 millones de electores estaban
inscritos para elegir a los alcaldes y concejales de los 36.700
municipios del país.