Un Blues

Un Blues
Del material conque están hechos los sueños

13 mar 2014

'Heridas abiertas': un cuento tétrico en un Misuri violento y cruel..............................Por: Juan Carlos Galindo


Flynn
Gillian Flynn, en su casa de Chicago. / ANNE RYAN (CORBIS)
Los regresos a casa no siempre son buena idea. Menos aún si eres una periodista de Chicago que trabaja para un periódico de cuarta categoría, desesperada por encontrar una historia y enviada a la fuerza a su Misuri natal para investigar unos asesinatos.
 Y menos aún si llevas 11 años sin pisar Wind Gap, tu pueblo, un lugar provinciano y lleno de odios, envidias y rencores.
 Y la situación se convierte en desastrosa si tu madre, que para colmo se llama Adora, es la mujer más rica del lugar pero no te puede ni ver.
 Y fuiste la chica guapa de esa mísera villa pero ahora nadie puede mirar tu cuerpo, machacado con cortes autoinflingidos durante años, lleno de palabras tatuadas a base de objetos punzantes, dolor y odio a ti misma
. Este el punto de partida de Heridas abiertas, el debut literario de Gillian Flynn que hoy publica Roja y Negra (traducción de Ana Alcaina).
Camille Preaker no es la única mujer con historia en una trama plagada de personajes femeninos llenos de fuerza, complejos, violentos, necesitados y desesperados. “Quería luchar contra la idea de que las mujeres somos inherentemente buenas, maternales y todas esas otras asunciones que se hacen sobre nosotras” me comentaba Gillian Flynn (Kansas City, 1971) cuando la entrevisté con motivo de la publicación de Perdida.
 “Hay muchas mujeres que luchan por ser buenas pero no pueden”, añadía con una risa traviesa desde Chicago. Esta novela, finalista del Edgar, adictiva, inquietante y salvaje, está llena de ellas.
Wind Gap es un idílico pueblo del sur de EE UU. Técnicamente está en el medio oeste, pero ellos se enorgullecen de su pertenencia social e histórica al sur más profundo de su país.
 Tiene poco más de 2.000 habitantes, bonitas mansiones, un 24 horas y una potente industria ganadera. Y bares, muchos bares, todo tipo de bares. 
 Porque detrás de esa fachada de ensueño hay un pueblo donde las marujas pijas beben a deshoras y mantienen conversaciones surrealistas llenas de maldad y autocompasión; en ese pueblo adorable los jóvenes beben y se drogan, a lo grande, se acosan, a lo bestia, y se desprecian sin remedio.
En ese pueblo, en ese ambiente, dos niñas han sido asesinadas y Camille, empujada por la figura paterna de su director de periódico, busca la historia que le saque de la miseria periodística.
 Pronto, su llegada desata odios y suspicacias entre su madre, las amigas de su madre, sus antiguas compañeras de instituto y toda una panoplia de personajes femeninos geniales, manipuladores, magistrales a la hora de hundir la vida de los demás a través de la conspiración y el chismorreo.
Pero, sobre todo, la vuelta a sus inicios desata los peores demonios internos de la protagonista, entregada a una cuesta abajo desenfrenada y de consecuencias imprevisibles y acompañada en esa locura por su hermanastra Amma, demonio manipulador de 13 años, monstruo ávido de amor, sexo, sensaciones y poder.
 Y su madre, Adora, la manipulación personificada, la hipocresía sureña hecha carne.
Heridas abiertas es una novela que demuestra la capacidad de Flynn para mirar en el alma humana y diseccionar ambientes
. Si en Perdida hacía una radiografía sagaz de la clase media liberal de EE UU, aquí se lanza con el colmillo afilado a destrozar una pequeña sociedad provinciana.
 Pero la novela también es un drama familiar con mucha violencia, soterrada, no explícita, pero violencia al fin y al cabo.
Y, en medio, una investigación periodística y otra policial paralela que no dejan tranquilo al lector. “Estás loca por pensar lo que estás pensando.
 Estás loca si no lo piensas”, se dice Preaker a sí misma en un punto álgido de este cuento oscuro con bruja (a descubrir), maldad, héroes y moraleja.
Flynn, periodista, crítica de prestigio de Entertainment Weekly  hasta que un ERE se la llevó por delante y se entregó a la literatura, asegura que de pequeña le encantaba pasar miedo y que sus padres le animan a escribir desde que, en tercero de primaria, dijo que quería ser escritora o granjera.
 No sabemos nada de la granja y en Chicago, donde vive y trabaja en la actualidad, no hay sitio para cerdos y gallinas. Mejor. Queremos más historias tétricas y más mujeres complejas, violentas, interesantes
. Pronto
. Lean y disfruten.

España, la Gran Guerra de espías

Un ensayo destapa la masiva infiltración de los servicios secretos de los países que combatieron entre 1914 y 1918 y rompe con el falso mito de la neutralidad

  • Un submarino alemán inspecciona el transatlántico español Infanta Isabel de Borbón frente a Cádiz en marzo de 1918. / Getty

    Si los Estados tuviesen dignidad, podría decirse que la de España se arrastró por el fango entre 1914 y 1918
     Los servicios secretos de los países en guerra perforaron cada minúsculo espacio de la política, la economía y la sociedad hasta llegar a doblegar las decisiones oficiales.
     La prensa aceptó sobornos para vocear la propaganda de cada bando. La exportación de materias primas básicas para la guerra (piritas, wolframio, plomo...) dependía de extranjeros. En las costas se desplegó una guerra submarina que no respetó neutralidades (los alemanes hundieron en distintos mares más de 12,5 millones de toneladas de barcos mercantes, incluidos varios españoles).
    Mientras la población purgaba, unos pocos se enriquecían gracias al contrabando y esos negocios que florecen cuando la legalidad se marchita. La cacareada neutralidad era una fachada de cartón-piedra.
    Al frente de aquel Estado en manos ajenas, había un rey, Alfonso XIII, atrapado entre un sueño (ser el mediador de la paz del nuevo mundo) y una pesadilla (ser la víctima de una conspiración internacional para derrocarle).
     “El régimen está pensando en sí mismo, en llegar a mañana, en su propia supervivencia. Ningún país de alrededor habría tolerado una violación permanente de la soberanía del Estado. Nadie con responsabilidad de Gobierno está a la altura de su dignidad. Y Alfonso XIII, que no era tonto ni idiota, se daba cuenta de que había una clase social desesperada que reclamaba su sitio y que la guerra podría acelerar el proceso.
     El rey no piensa en que España está tomada por espías, piensa solo en que pueden querer cargárselo”, señala Fernando García Sanz (Segovia, 1962), el historiador que ha condensado en un ensayo de 429 páginas, España en la Gran Guerra (Galaxia Gutenberg), más de una década de investigación.
    Pilar Millán Astray, pintada por Julio Romero de Torres.
    Ser un país infiltrado de cabo a rabo tiene una gran ventaja para los investigadores.
    La reconstrucción histórica de García Sanz debe mucho a la documentación confidencial que se conserva en archivos de las potencias aliadas.
    “Los españoles ignoraban que sus claves habían sido reventadas desde antes de la guerra.
     Se interceptaban todos los telegramas y comunicaciones, incluidos los del rey Alfonso XIII”, desvela el autor, que dirige la Escuela Española de Historia y Arqueología en Roma, el único centro de humanidades en el extranjero del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC).
    Por su ensayo desfilan personajes novelescos como la escritora y hermana del fundador de la Legión, Pilar Millán Astray, que colaboró con los alemanes.
     “Mata Hari fue una tontería al lado de muchas mujeres que se dedican al espionaje
    . Algunas fueron tan buenas que ni hoy sabemos de su participación”.
     Pilar Millán Astray, viuda, con tres hijos y una economía precaria, se puso al servicio del espionaje germano en Barcelona. Entre sus piezas ilustres destacó el embajador británico en España, sir Arthur Henry Hardinge, a quien conoció en el hotel Colón. “Aprovechando las ausencias del hotel del diplomático, consiguió entrar en la habitación y copiar los documentos secretos que encontró en su cartera”, detalla el libro.
     Cada entrega se compensaba con mil pesetas, un dineral entonces. Pero Pilar Millán Astray no era un verso suelto.
     Los servicios secretos de unos y otros contaron con profesionales de cualquier índole —de fogoneros y camareras a carabineros y senadores— llevados por diferentes motivaciones —algunos sufrieron chantajes por su homosexualidad o sus adicciones y otros se prestaron por simpatías ideológicas—, aunque la crematística predominó sobre las demás.
    “Se interceptaban todos los telegramas, incluidos los del rey Alfonso XIII”
    En aquella sociedad donde casi todos tenían un precio (los periodistas, los comisarios de policía como el germanófilo Manuel Bravo Portillo o el aliadófilo Francisco Martorell, los gobernadores civiles...), solo un colectivo permaneció impasible a las tentaciones: “En toda España, la Guardia Civil era incorruptible, y se movía sobre todo por un férreo espíritu de disciplina”
    . En el libro se rescata el testimonio de un agente francés: “Siguiendo órdenes tiran hoy contra los socialistas y mañana tirarán, también siguiendo órdenes, contra los reaccionarios con la misma convicción”.
    Pilar Millán Astray se puso al servicio de los alemanes en Barcelona
    Mientras los Estados combatientes creían que la Gran Guerra sería una guerrita, apenas nadie reparó en España
    . El juicio cambió cuando se vislumbró el largo conflicto. “Los neutrales son muy importantes para el esfuerzo de la guerra. España se hace imprescindible
    . Era imposible que fuera neutral. Teníamos las materias primas y una ubicación estratégica”.
    El afán de atesorar información masiva arranca entonces. Y los países como Suiza o España son sus grandes escenarios
    . Aunque los aliados ganaron la guerra, García Sanz concluye que en España “perdieron la guerra de la propaganda
    . Los alemanes dieron importancia a España desde el principio.
     Su propaganda era sencilla: Francia y Reino Unido han sido tradicionales enemigos de España e Italia atenta contra el Papa…
    Es un mensaje eficaz porque es visceral. Los aliados hablaban de libertad y democracia.
     Era un producto más difícil de vender en España porque había que creerlo”.
    El desenlace de la historia está a la altura del papel español.
     A pesar de haber sido un frente en la batalla de la información y una prestadora de servicios, “el país no logró el reconocimiento internacional”.
     Ni Alfonso XIII fue el mediador que soñó ser ni España accedió al selecto club de las potencias.
     Y ahí sigue.

Gallardón sí ha concedido indultos en casos de corrupción.............Otro que se da Rayos Uva.......

El ministro dijo ayer que nunca lo ha hecho, pero hay varios casos que lo desmienten

El titular de justicia alega ahora que se refería solo al enriquecimiento de políticos.dios que pesadez de hombre!!!!

ATLAS

El ministro de Justicia, Alberto Ruiz-Gallardón, dijo solemnemente ayer miércoles: "Este Gobierno no ha concedido un solo indulto en casos de corrupción
. Es más, mientras yo sea ministro de Justicia, no lo va a hacer"
. La primera parte de esa afirmación no es cierta: el Gobierno del PP, a propuesta del Ministerio de Justicia, ha concedido en estos dos años varios indultos a cargos públicos condenados por delitos de prevaricación y malversación de fondos, según ha denunciado hoy la asociación Jueces para la Democracia.
Preguntado por ello, Gallardón ha alegado que: "La corrupción no es un delito jurídico que esté como tal delimitado en el Código Penal
!!!!!!!. Lo que me preguntaron ayer es si los políticos que se llevan el dinero a su bolsillo habían sido o iban a ser indultados. Y la respuesta es que no: ni lo han sido ni lo van a ser".
 Jueces para la Democracia -que pide una reforma de la ley del indulto- replica que cualquier desvío de dinero público y cualquier delito contra la administración pública es corrupción.
 "Resulta evidente que el ministro no está diciendo la verdad", afirma el portavoz de la asociación, Joaquim Bosch.
Fuentes de justicia admiten que entre 2012 y 2013 fueron concedidos 10 indultos a cargos o funcionarios públicos condenados por delitos contra la hacienda pública.
Entre ellos se cuentan, por ejemplo, estos indultos concedidos en 2012:
Caso Treball. Josep Maria Servitje, miembro de Uniò Democràtica y ex número dos del Departamento de Trabajo de la Generalitat de Cataluña, fue indultado en marzo de 2012 y evitó así entrar en la cárcel.
 Servitje había sido condenado a cuatro años y medio de prisión por prevaricación y malversación de fondos públicos. Según el tribunal, él y el resto de condenados habían pagado años atrás 7,6 millones de pesetas (46.158 euros) a varias empresas a cambio de la elaboración de varios informes sin ninguna utilidad, con el objetivo de que el empresario beneficiado “pudiera disponer del dinero obtenido en beneficio propio o de terceros".
Ese empresario también era militante de Uniò, de modo que el caso sobrevoló desde el principio la sospecha de que detrás pudiera haber una vía de financiación irregular del partido (no determinada por el tribunal).
Exalcalde del PP. Tomás Gómez Arrabal, exalcalde del PP de Abdalajís (Málaga), y otros tres concejales de ese partido fueron indultados en julio de 2012.
 Habían sido condenados a prisión por delitos continuados de prevaricación urbanística cometidos entre los años 2001 y 2004, cuando concedieron licencias de obra ilegales a sabiendas de que lo eran.
Venta de permisos falsos a inmigrantes. En mayo de 2012 el Gobierno rebajó la pena mediante un indulto a Constancio Alvarado, exsecretario de la subdelegación del Gobierno en Cáceres, condenado en 2010 por vender permisos falsos a inmigrantes (las cantidades pagadas por estos a cambio de los papeles llegaban a los 3.000 euros).
 El ministerio rebajó la pena de prisión de dos años y seis meses a dos años, lo cual impide el ingreso en la cárcel cuando no hay antecedentes.


12 mar 2014

Unamuneando....................................Arturo Pérez Reverte

Unamuneando

Es que aquí no pasa el tiempo, oigan. O lo parece. Hace ya 120 años, en 1894, Miguel de Unamuno publicó un ensayo titulado Sobre el marasmo actual de España. Leerlo tiene su puntito aterrador, porque algunos de sus párrafos parecen haber sido escritos para la España de hoy. O más bien, nota trágica del asunto, para la España de siempre: la que no muere, y una y otra vez nos mata. Por eso me permito esta vez un elocuente experimento de corta y pega, utilizando para componer este artículo una sucesión de frases cortas, todas literales, extraídas del ensayo unamuniano sin añadir ni una palabra de mi propiedad
. Decidan ustedes si el buen don Miguel estaba equivocado, si hablaba sólo de su triste tiempo, o si se limitó a describir, con buen pulso y mejor ojo, nuestro eterno día de la marmota: 
Atraviesa la sociedad española honda crisis. Nos gobiernan, ya la voluntariedad del arranque, ya el abandono fatalista. Perpetúase el férreo peso de la ley social de bien parecer y de las mentiras a que se doblegan, por mucho que se encabriten, los individuos que sin aquélla sienten falta de tierra en la que sentar el pie.
 A la sombra de individualismo egoísta y excluyente acompaña la falta de personalidad. En esta sociedad compuesta de camarillas que se aborrecen sin conocerse, es desconsolador el atomismo salvaje de que no se sabe salir si no es para organizarse con comités, comisiones, subcomisiones y otras zarandajas. Extiéndese y se dilata por toda nuestra sociedad una enorme monotonía que se resuelve en atonía, uniformidad mate, ingente ramplonería. Todo por empeñarse en disociar lo asociado y formular lo informulable. 
Es cada día mayor la ignorancia. Sobre esta miseria espiritual se extiende el pólipo político.
 En una politiquilla al menudeo suplanta la ingeniosidad al saber sólido. La pequeñez de la política extiende su virus por todas las demás expansiones del alma nacional. Los viejos partidos, amojamados en su ordenancismo de corteza, se arrastran desecados. Sudan los más populares por organizar almas hueras de ideas, hacer formas donde no hay substancia, cohesionar átomos incoherentes. Y nos recetan dieta. 
En España, el pueblo es masa electoral y contribuible. 
Todo aquí es cerrado y estrecho, de lo que nos ofrece típico ejemplo la prensa periódica. Es ésta una balsa de agua encharcada, vive de sí misma. 
En cada redacción se tiene presente, no al público, sino a las demás redacciones. Los periodistas escriben unos para otros, no conocen al público ni creen en él. Estúdiese la prensa con sus flaquezas todas, y se verá fiel trasunto de nuestra sociedad.