Cuando las encendí, el comité de heroínas de la
literatura universal estaba reunido al completo en plena sesión
feminista.
El comité central, presidido por la ingeniosa Sherezade, la
indómita Medea y la insatisfecha e inmoral Emma Bovary, enumeraba la
falta de igualdad salarial, la propuesta de la nueva ley del aborto y
otras cuestiones del mundo contemporáneo ante las que se mostraban
completamente indignadas.
Tras ella, una lona extendida en la que se
leía: Todos los días son 8 de marzo.
Lo tiempos han cambiado a través de los
años, de los siglos. Bien lo sabe la astuta y perserverante Penélope; la
vieja y codiciosa Celestina, dueña de la sabiduría popular; la
enamoradiza Julieta; la ingenua e inteligente Jane Eyre; la apasionada
suicida Ana Karenina; la frívola luchadora Scarlatte O´Hara; la sensual y
sufridora del triste provincionalismo Ana Ozores o la reconcorosa
Tristana.
Pero la lucha sigue en pie.
La violencia contra la mujer, la
desigualdad laboral y salarial, la hegemonía masculina en los puestos
de poder y juntas directivas, el machismo y tantas otras cuestiones,
siguen vigentes a pesar de los cambios.
La desigualdad entre los sexos es buena para la economía, es la acertada teoría de Saadia Zahidi, directora del Programa de Mujeres Líderes e Igualdad de Género en el Foro Económico Mundial .
Condenadas por la pluma de sus autores a
la infelicidad y a desenlaces trágicos, criticadas y ensalzadas, los
personajes femeninos, atrapados en sus corsés literarios, proclaman que
no se resignan a su destino impuesto.
Fueron glorificadas por los
escritores, es cierto, pero en la mayoría de los casos, el precio fue
demasiado alto.
Los vientos del pasado cambiaron el
paisaje, pero no borraron muchas de las piedras del camino.
El derecho a
decidir sobre la maternidad sigue en manos del poder establecido, que
pretende manejar su autoridad sobre el cuerpo y la moral de la mujer con
el Anteproyecto de Ley del Aborto.
En señal de protesta, las mujeres
literarias acuerdan inscribir su cuerpo en el Registro Mercantil para
registrar el derecho a la posesión y libre uso del mismo.
Y como rechazo
absoluto a la posición de la Iglesia Católica en este asunto, firman
una petición dirigida a la Conferencia Episcopal para ser excomulgadas.
También aprueban unirse al espíritu crítico de la Intifalla y a su Intifalla Morada: Abortament lliure i gratuït.
Para soltar tensiones, acuerdan participar en el Día de la mujer... !Deportista! 8 de marzo. Y para deleitar sus ojos, visitarán dos exposiciones: Dones per dones,
un homenaje de diez reporteras gráficas de la ciudad a las mujeres
trabajadoras -carniceras, fruteras, pescaderas, panaderas, etc.-del
Mercat Central de Valencia, espacio que acogerá la muestra; y la
exposición de arte "Mujeres que inspiran", que forma parte del Festival Miradas de Mujer.
Todo queda anotado por Alicia en el País
de las Maravillas en un cuaderno de agua en el que toma nota de todo y
redacta el acta de la reunión celebrada.
Las palabras se diluyen y caen
al suelo, del que empiezan a brotar flores, flores y más flores.
La primavera acaba de llegar y todas
juntas recuerdan, recordamos, las palabras que escribió Anaïs Nin en su
diario:
"Me niego a vivir en el mundo ordinario como una mujer
ordinaria.
A establecer relaciones ordinarias. Necesito el éxtasis.
Soy
una neurótica, en el sentido de que vivo en mi mundo
. No me adaptaré al
mundo.
Me adapto a mí misma".
Un día más, como el de ayer o el de mañana, sigue siendo 8 de marzo.