Un Blues

Un Blues
Del material conque están hechos los sueños

20 ene 2014

‘El lobo’ de Scorsese devora la taquilla

Margot Robbi y Leonardo DiCaprio en un fotograma de 'El lobo de Wall Street'.

Jordan Belfort, el joven bróker en que se inspira El lobo de Wall Street, se ganaba la vida engatusando a sus compradores como si fueran corderos
. Martin Scorsese ha hechizado a la taquilla española al igual que su personaje: 2,7 millones de euros en su primer fin de semana, el mejor estreno de la carrera del cineasta en el país y por delante de lo que consiguió Los Croods (2,55 millones en su primer fin de semana), número uno en taquilla en 2013.
Y lo ha sido a pesar de que las 500 pantallas de Cinesa y Kinépolis no proyectaron la película porque estos dos exhibidores consideraron que las condiciones económicas de Universal eran "inasumibles".
Universal y Cinesa no han querido hablar con los medios.
 Desde la distribuidora de Hollywood se han alegrado del "gran éxito de la película", pero no quieren hacer comentario alguno sobre el conflicto con la exhibidora, después de declarar que intentarán alcanzar un acuerdo para próximas películas.
 Cinesa, que no quiere hacer más declaraciones a los medios sobre este asunto, ha dicho que la situación continúa "sin cambios" en su negociación con Universal.
Más llamativo que los euros que se ha llevado al bolsillo "El lobo" de Scorsese es con cuántas pantallas se han conseguido. Los Croods, la vencedora de 2013, se estrenó en 763 pantallas y en el fin de semana previo a la Semana Santa. El lobo de Wall Street lo ha hecho solo en 487, casi 300 menos.
Alemania y Reino Unido también han sucumbido a esta comedia negra e irónica rebosante de sexo, drogas y dólares con cinco candidaturas a los Oscar, entre ellas mejor película y director.
 También es el mejor estreno en la filmografía de Scorsese en estos países, con 4.9 millones en tierras alemanas y 5,6 en la nación inglesa.
 El éxito en Europa le viene muy bien a la película, porque en Estados Unidos solo ha conseguido recaudar 91 millones de dólares y su presupuesto, según la web americana dedicada a la taquilla mundial Boxofficemojo.com, es de 100 millones
. Es decir, que siguiendo el cálculo usual de la industria, necesitaría al menos 200 para entrar en beneficios.

Los hospitales de Canarias tienen 400 camas ocupadas por pacientes crónicos

El presidente de las islas asegura que estas plazas están haciendo falta para otros enfermos.

 

Los hospitales de Canarias tienen 400 camas bloqueadas en los hospitales de las islas con pacientes crónicos, que ya tienen el alta médica pero que aún siguen en los centros porque los familiares no los recogen (o porque no tienen familiares para hacerse cargo de una nueva debilidad sobrevenida), según ha explicado este lunes el presidente canario, Paulino Rivero, en una entrevista en la Cadena SER
 Canarias.
"Tenemos una buena sanidad", ha afirmado Rivero, pero ha sorprendido al citar que hay 400 camas ocupadas por personas "en condiciones de irse a su casa" pero que permanecen ingresadas porque sus familiares no van a recogerlos.
 Eso supone tener inhabilitadas camas "que hacen falta" para otros pacientes, según Rivero.
Para el presidente canario lo que está ocurriendo  "es una cuestión cultural".
 El problema de las listas de espera, que ha reconocido Rivero, encontrará alivio, ha dicho a la Cadena SER,"especialmente en Tenerife" cuando estén plenamente operativos los hospitales del norte y del sur.

Resurge Rodríguez Menéndez

El abogado, prófugo desde 2008, asegura que volverá a Madrid

Un juez de Argentina ha denegado a España la extradición por tres delitos.

Entrevista a Emilio Rodríguez Menéndez en Buenos Aires, el pasado jueves 16 de enero.

José Emilio Rodríguez Menéndez, el que fuera uno de los abogados más famosos de España, saluda a la manera que se estila desde hace varios años en Argentina: ofreciendo la mejilla para el beso.
Dice que le apasiona la política del país y que lee más prensa argentina que española.
 Desde que se instaló en Buenos Aires en septiembre de 2008, perseguido por la policía española, ha intentado mantener un perfil bajo “para no perjudicar al Gobierno argentino”, al que solo reserva palabras de agradecimiento y admiración.
“Si en vez de Argentina me hubiese ido a otro país como Chile o Perú, lo más probable es que hace mucho tiempo que estaría cumpliendo el deseo del señor [exministro socialista Alfredo Pérez] Rubalcaba, que es estar preso”.
Rodríguez Menéndez dirige un bufete de 12 empleados en el centro de Buenos Aires, aunque él no consta como abogado en los juicios de sus defendidos, ya que hasta el mes pasado tenía una causa pendiente en el país.
 “Pero hay 28 formas de ejercer la defensa sin tener que firmar ningún documento”, sostiene. Incluso estando preso en España, Rodríguez Menéndez se las arreglaba en 2006 para despachar con sus colaboradores y trabajar como abogado.
En 2005, la Audiencia Nacional de España lo condenó a dos años de prisión por haber difundido en 1997 un vídeo de contenido sexual en el que se atentaba contra la intimidad del director de El Mundo, Pedro J. Ramírez. Rodríguez Menéndez se fugó a Argentina.
 Pero regresó a España de incógnito en 2006 para visitar a su madre, que se encontraba gravemente enferma.
 Y entonces fue detenido y encarcelado. Ese año, el Tribunal Supremo elevó de seis a diez años otra condena que ya pesaba sobre él por defraudar cuatro millones de euros entre 1990 y 1994 a la Hacienda española.
 En agosto de 2008, tras pasar varios meses en prisión, volvió a escapar aprovechando un permiso de cuatro días.
 Desde entonces, la justicia de España venía reclamando su extradición. Pero el pasado 30 de diciembre el juez federal argentino Marcelo Martínez de Giorgi la denegó.
 Y, ahora, Rodríguez Menéndez se siente libre para viajar a España sin temor a ser encarcelado de nuevo.
Ha solicitado la ciudadanía argentina y aspira vivir a caballo entre los dos países, 15 días en cada uno.
Se refiere a la presidenta Cristina Fernández como “la doctora” Kirchner, que es el título que usan algunos dirigentes kirchnerista
s. Asegura que la trascendencia del expresidente Néstor Kirchner en Argentina es “igual o incluso mayor” que la del general Juan Domingo Perón
. Y dice que la desgracia de España es que en lugar de un Kirchner surgió el “mamarracho” de José Luis Rodríguez Zapatero.
La entrevista se celebra en su bufete, situado en una calle céntrica de Buenos Aires.
 La capital padece una ola de calor; nadie viste chaqueta en el despacho, dos de las secretarias llevan minifaldas y una tercera, tacones y pantalones cortos.
 Rodríguez Menéndez tiene dos teléfonos blackberry sobre la mesa. El abogado no quiere revelar el nombre de ninguno de sus clientes. Pero algunos de ellos, pertenecientes a la farándula argentina, han salido en la prensa local
. Otro cliente es el exdirigente sindicalista Juan José Zanola, quien estuvo preso dos años, envuelto en lo que se conoce como la mafia de los medicamentos, un grupo que se lucraba con la venta de fármacos adulterados.
Hay algunas cuestiones a las que Rodríguez Menéndez prefiere no contestar de forma precisa. Comenzando por su edad.
 Dice que cada uno tiene la edad que representa.
Pero en la fotocopia del fallo que él mismo facilita, donde se deniega su extradición, aparece como casado y nacido el 16 de octubre de 1946, es decir, hace 67 años.
Lo de su estado civil habría que situarlo entre paréntesis
. En 2005 se casó con su cuarta esposa, la masajista española Vanessa Palomar
. Hay una pequeña foto de ambos en el despacho. Pero el abogado aclara que se han separado en términos amigables y que ella vive en la actualidad en España.
 Señala también que hace un año y dos meses tuvieron un hijo, Benjamín —su tercer hijo— , que vive con su madre en España.
 “Para un hombre de mi edad tener un hijo ahora ha sido una bendición divina”.
Respecto a las acusaciones que pesan sobre él en España, lo achaca todo a una maniobra política impulsada por el Gobierno socialista para “acabar” con él. ¿Por qué querían acabar con él? “Porque yo sabía y sé muchas cosas.
 Podríamos hablar de toda la historia, de la época negra del filipismo [sic, por Felipe González], pero no viene al caso”.
 ¿Qué hay de la condena por fraude fiscal? “No voy a negar que sí que hubo faltas de pago al fisco.
 Pero a lo mejor habría que ver adónde iba ese dinero. Y si era del patrimonio del señor Rodríguez Menéndez o del despacho profesional de Rodríguez Menéndez”.
Rodríguez Menéndez asegura que ha aprendido a ser más sereno y menos prepotente, que ya no se considera intocable, que se ha vuelto más sobrio. Insiste en que el fallo del juez le exime de cualquier responsabilidad penal en España. 
Y dice que prepara su vuelta para los próximos días.

 

“Con la soledad nos vamos; hay que cuidarla, aceptarla y no temerla”.....................................Juan Cruz

La actriz Ángela Molina, que comenzó con Buñuel, ha repetido con Almodóvar y más recientemente ha sorprendido con Pablo Berger, lleva cuatro décadas actuando

Considerada un rostro clave en el cine español, es heredera de una familia de artistas y no olvida el origen de su inspiración: la voz de su padre.

Ángela Molina (Madrid, 1955) debutó a los 17 años en el cine. / SOFÍA MORO

Esta mujer dice que viene de una raíz florida. Su cara, angulosa y bella, evoca en seguida intensidad, hondura, como si fuera a cantar jondo; pero ríe, todo el tiempo ríe.
 Parecería que esa cara que el cine ha convertido en un icono español de este tiempo esconde otra y otra y otra más.
 Porque es una actriz.
 Pero cuando ríe así, hablando de su vida y no de lo que interpreta, es Ángela Molina, la hija de Antonio y Angelita, una de las cinco consecuencias de una larga historia de amor.
Enmarcada en el pelo largo, en el que ella ha dejado que crezca libre el tiempo, pues ahí están, cubriendo sus orejas, las canas que peina cada día en esta casa en la que su padre, el cantante Antonio Molina, es una figura que se ve, se oye y se toca. Ángela Molina
. Ella es, en efecto, hija de una raíz florida.
 Ella cuenta la historia de amor de la que viene como si hubiera pasado hace un rato.
Su padre, aquella impresionante voz, era “un niño como El Buscón de Quevedo”; a los cinco años se escondía de las bombas en las cuevas de Málaga, “se agarraba al pecho de su madre, huía del pánico cantando para no oír el estruendo”
. Ahí descubrió él mismo la potencia de su voz.
 Y ahí mismo empezó a cantar para vender leche:
 “Lo metían en un lado del burrillo y ponían el cántaro en el otro costado.
 Él cantaba lo que vendía”. “Gente del barrio nos ha contado”, cuenta Ángela, “que abrían los balcones y gritaban: ‘¡Ya viene el niño de la leche!”.
La voz lo llevó fuera de casa, “se fugaba y lo devolvía la Guardia Civil. 
Se iba a cantar por los caminos y por los bares”.
 Hasta que le dijo al padre que se iba a Madrid, a cantar. Y se fue caminando
. Seis meses tardó en llegar Antonio Molina de Málaga a la ciudad en la que ya viviría luego, primero en la miseria, siempre de la voz. “Cantaba en las puertas de los bares, y le daban una albóndiga o lo que fuera…”.
Fue en un autobús de Fuencarral donde se produjo el flechazo que es la raíz florida de la que habla la hija. Iba en busca de un amigo y desde la ventanilla vio a una mujer que en seguida se dibujó “como la mujer de su vida”.
 Pero el autobús siguió y él la perdió.
 En casa de su amigo comió sin ganas hasta que sonó la puerta y ahí estaba la mujer del cuento; era panadera, llevaba pan para vender.
 El azar y la raíz. A él lo llamaban El Niño (“que venga a cantar El Niño”, decía Manolete), tenía 17 años; ella, 14.
 Jamás se separarían luego. “El flechazo siguió hasta que murió él… Una pasada de amor. Al final aún le decía:
 ‘Ay, ponte la bata de ayer, que estabas muy guapa con ella’
. Él era un mito, pero las aguas siempre estaban claras entre ellos; mi madre daba sentido a todo lo que pasaba”.
Molina cuenta con cinco nominaciones a los Goya como mejor actriz. / SOFÍA MORO
La madre es el equilibrio, “la inteligencia, el sentido común”.
 Y el padre, “el purasangre del arte”
. Cuando ella echó a volar tenía 17 años, 
“había estudiado toda mi vida danza y arte dramático y ya podía dejar la casa, que era como un nido de pueblo”. 
“Fíjate”, dice, “el tema de la primera película, que hice entonces con César Fernández Ardavín, No matarás: una muchachita de pueblo, que era yo, viene a la ciudad, se queda embarazada y por no tener cómo abortar como Dios manda, se moría en el intento. 
La viví desde la inocencia. Jamás la vi de nuevo, me gustaría hacerlo”.
La casa de los padres era tan grande que la chica que servía, Angustias, “se iba con el patinete de mis hermanos a abrir la puerta…
 Era un personaje lorquiano. Había varios salones, el de la chimenea, el cuarto donde estaba el piano… Cuando volvía del colegio, oía el piano y me iba a verlo, a tirarme en el sillón a escucharle y me quedaba a su lado hasta que me llamaban a comer”
. Él le decía todo cantando: “Se afeitaba y si quería un beso, me lo pedía cantando, me ponía el morro para dármelo, pero se giraba sutilmente y me manchaba toda la cara de espuma”.
“Un hombre muy feliz y muy sufrido
. Sin pudor. Si tenía que llorar, lo hacía, se desahogaba”. Ella nació en la época dorada, cuando aquella voz dominaba escenarios, más potente aún que la vida. “Luego vino una especie de valle, donde la canción española fue relegada. Y aunque el pueblo siempre lo mantuvo en su sitio, el espectáculo ya iba por otro lado
. Por ejemplo, se implantó el play back, y él no soportaba el play back, cantaba siempre distinto”.
En la casa de Ángela Molina en Madrid. / SOFÍA MORO
A Ángela, aquel declive le produjo “una ternura infinita, porque él sabía que ya no podía expresar los mismos sentimientos de siempre; él no era Frank Sinatra, capaz de cantar siempre de la misma manera; su naturaleza duró lo que duró, y eso afectó a su voz”.
 La voz, en cierto modo, fueron en seguida los hijos.
 “Yo empecé a actuar, y ante él era una colega rendida. Su orgullo éramos nosotros, era feliz a través de lo que nos sucedía… Uno no se recupera de esa energía: la revives, la rememoras; yo hablo con mi padre cada día en mi pensamiento y me emociono muchísimo pensando en el tiempo. Qué es, qué es el tiempo. Han pasado 20 años desde que murió, pero el tiempo no ha pasado.
 El amor detiene el tiempo”.
A veces Ángela gira su cabeza, como si quisiera poner su largo pelo, blanco, negro y tostado, en orden; sus ojos (esos “pozos de agua clara” de los que escribió aquí Vicente Molina-Foix) son como flores salvajes que va moviendo como si, al rememorar, viera también los largos pasillos, el patinete, como si estuviese viendo el piano o a Antonio Molina cantando para pedirle un beso mientras se afeita. 
Mirar así, parece, le alivia de la soledad.
 “Cuando ocurre la oscuridad, cuando se produce el silencio de una voz así, que llevas dentro, descubres la soledad… 
Y la soledad es cada vez más grande; pero con ella nos vamos, así que hay que cuidarla, aceptarla y no temerla, sino adorarla de alguna manera. Es así y es así para todos”.
Hablo con mi padre cada día en mi pensamiento
Ángela Molina
En ese transcurso vino Luis Buñuel, la vio en Camada negra, de Manuel Gutiérrez Aragón (“divino, qué hombre más divino”), pidió material, la recibió (“llovía, llegué chorreando, él me quitó la capucha con mucho amor, me acarició la carita: ‘Cómo te has puesto de agua, niña”) y se convirtió en una de sus actrices
. “Nos sentamos, empezamos a hablar de pájaros, de jamón pata negra, de mis hermanos, de mi padre, de todo. Fue muy ilusionante, muy dulce… Salí de allí como una niña con zapatos nuevos.
 Él era generoso hasta decir basta
. Te cogía bajo el ala y no te dejaba hasta que tenía la certeza de que tú habías entendido lo que tenías que hacer. 
Y luego ante él sentías la libertad pura, porque era el mejor espectador; era más espectador que director una vez que llegabas a la acción. Era un niño”.
Una retrato del cantante Antonio Molina con Ángela en brazos, en su casa. / SOFÍA MORO
Ahora ella es la más grande de la casa, y la casa se ha desparramado… 
Todos los hermanos (Mónica, Miguel, Antonio, Paula… “¿Te acuerdas de Ópera prima?, pues ella era aquella chica, qué voz, como una campana, pero lo dejó, qué pena, era una actriz que me encantaba”) andan por ahí, haciendo arte o sus cosas, pero ella no asume ningún liderazgo, “ni con los nietos…
 Soy Ángela, llamo y les digo soy Ángela, soy la que soy, pa qué más”. 
Nunca tuvo la tentación de dejarlo, detrás de los hijos, de los nietos. “Si lo dejara es como si dejara mi piel. Lo dejaré en el cementerio, supongo”.
Hace de todo, “de tó”. El padre le decía: “Tu harás de , de , de todo tipo de perzona, de todo tipo de muheres, de puta, de monha, de tó”. 
 Así, en andaluz, que es también el acento que a ella se le pone dos minutos después de llegar al Sur, de donde vino El Niño a cantar… “Su vida era caminar, pero su acento lo mantuvo impecable. 
‘¡Harás de monha, de puta!’. ¡Tenías que haberlo oído!”.
Creo que el ser humano se está haciendo muy grande; es más solidario
Á. M. 
Ángela Molina habla como si estuviera escuchando, mira así, cubriéndote con esos ojos
. A veces me fijo en su pelo, en la nobleza blanca de esas guedejas, en el tiempo que ha pasado por ellos. ¿Y cómo ve el mundo? ¿Estos alrededores tan difíciles?
 “Muy interesante, muy necesitado de lo humano en todos los aspectos y más que nunca, pero muy vivo. Creo que el ser humano, que crece con los errores, se está haciendo muy grande, no nos queda otra; y es mucho más solidario, más veraz, estando acongojado como está.
 Hay que tener cuidado, creo que lo sabemos y que estamos en eso. 
 Cuidado en todos los sentidos. En el humano y en el profesional, en el práctico, en el de comer cada día.
 Es lo que hay”.
–Dice usted que viene “de una raíz florida”.
–¿¡He dicho eso yo!? ¡Lo he dicho y ya no sé qué decir! Sí, será porque esa raíz ha dado sus flores y sus frutos…
Tiene cinco hijos y tres varones (“de todas las sangres, ¡fíjate si me gusta lo extranjero, ja ja ja!”), “y esa es la postal más feliz de mi vida…
 He trabajado ya con mi hija Olivia, actriz como yo. La respeto, la adoro, y aunque no debiera decirlo, creo que en el teatro es la única persona que me ha hecho llorar.
 Es que tiene un alma y un cuerpo escénico que es una pasada”.
Con sus hijos es producto también de esa “raíz florida”, “con ellos soy muy de hacer lo que quieran, pero no sin antes decirles lo que yo pienso, es una semilla”.
 Alrededor de la cocina, varios cuadros de Schnabel reproducen “el mundo, la voz, de Antonio Molina”.
 En esta voz de Ángela hay un eco que se escucha en la casa hasta cuando no se oye nada, y es que cuando mira, cuando mueve su pelo, cuando se acaricia el tiempo que se ha detenido en el cabello que lleva suelto, parece que esta mujer es la niña que corre a mediodía a besar al que toca el piano.
 Ahí está la raíz.