Un Blues

Un Blues
Del material conque están hechos los sueños

10 ene 2014

Espejos

Tal vez usted sea uno de esos tipos que cuando se miran al espejo colocan la punta de la lengua sobre el labio superior mientras se atusan el pelo.
 No le gusta reconocerlo y se molesta si alguien se lo advierte, sobre todo si es ella, con sus bromitas de colegio de monjas. Pero, a pesar de sentirse ridículo, pillado como de niño mirando una revista porno, se lo toma bien y saca su vis cómica: ¿no dicen que hay que aprender a reírse de uno mismo?
Su furtiva relación con los espejos no acaba ahí
. En el gimnasio, sin sentirse dueño de sus actos, más de una vez se topa con su imagen levantando unas pesas de cuarenta kilos, postureando, la papada en alerta, el pecho hinchado.
 Lo advierte y se dice a sí mismo: “Menuda mariconada”. 
Pero el espejo tiene imán y la vista se le va, igual que hacia un escote.
 Cree que disimula bien en el vagón de metro, cuando esquiva las cabezas de los pasajeros en busca de un hueco para pasar revista y comprobar cómo le queda el cuello de la camisa.
 Con los años, se ha acostumbrado a vestir siempre igual para no sentirse torpe, aunque ha acabado por creer que no hay mejor forma de hacerse visible que pretender ser invisible.
No se ha permitido pensar si le gusta mirarse, y eso que cuando está solo en casa o en un hotel anda en bolas y se pellizca la grasa como tantas veces le ha visto hacer a ella, con el índice y el pulgar: 
“Mira, mira”, dice lacónica. 
Usted sabe que lo imperfecto es morboso y lo perfecto, aburrido. 
Pero eso de compensar los defectos propios con un agudo sentido del humor le resulta otro bodrio de la psicología de masas. Abomina esas teorías como el síndrome de Napoleón, que, en definitiva, es una formulación pretenciosa del “pequeños pero matones”
. Y más cuando está comprobado que de un hombre cotiza más el atractivo que la belleza
. O el bolsillo. Está harto de ver a tipos nauseabundos con mujeres hermosas, y a chicos guapos con mujeres horrendas, aunque bien se cuida de no juzgar: “Vete a saber, no siempre es tan sencillo”.
Pero lo importante es usted y su relación con el espejo esos días en que no acierta a encontrar su perfil, ni una pista para reconocer al muchacho que deseaba conducir un tren a medianoche; el que sentía que todo era posible, incluso susurrarle a las ballenas
. ¿Qué pasó? ¿Cuándo se torció todo? Muchos le dicen que es un tipo con suerte, cuando secretamente usted se siente un impostor. Una mentira andante, un espejismo de lo que los demás creen que es. A veces llega a pensar que algún día quedará al descubierto que es un fraude, un incompetente. 
Pero hasta que nadie levante la liebre, ha decidido que callará. 
Y seguirá observándose de reojo en cualquier espejo.
Si todo eso le sucediera a usted, amable lector, sepa que lo único que le diferencia de las mujeres es que nosotras en lugar de lamernos el labio superior con la punta de la lengua ponemos morritos.

¿Hay un café pagado para mí?

Carlos Sanmillán, camarero de un bar madrileño que sirve café solidario. / Luis Sevillano

Muchos camareros lo confirmarían: para servir cafés en España hay que tener una memoria de elefante o no separarse de la libreta. Hay tantos como clientes. Solo, con hielo, cortado descafeinado de sobre, largo… Y ahora hay que añadir uno más: el café pendiente. Que no tiemblen los camareros, no es una nueva modalidad; es una antigua forma de solidaridad exportada de Italia a la que miles de bares en el mundo, de Brasil a Jápón, se han adherido
. En España ya son unos 200.
La costumbre procede de Nápoles, y de principios del siglo XX: a la sazón, cuando alguien estaba eufórico o nadaba en la abundancia pagaba dos tazas, una para él y otra para el que llegara con los bolsillos vacíos.
El responsable del gran retorno del café pendiente es el italiano Maurizio del Bufalo, de 60 años.
A sus 19, en 1973, llegó a Nápoles y escuchó pedir a un hombre un caffé sospeso. “Ma, cos'è quello” (¿Pero qué es eso?), interrogó al camarero.
Y descubrió esta tradición arraigada en los bares de la ciudad.
 Cuarenta años después, los representantes de siete festivales de la región buscaban iniciativas que llamaran la atención de la ciudadanía sobre los recortes a la cultura.
 Y Del Bufalo propuso recuperar el espíritu de esa práctica, que se perdió en los ochenta. “Igual que un café que se sirve gratis, nosotros ofrecemos cultura sin pedir nada a cambio.
 Es un sistema de protesta”, explica por teléfono.
Por ello, organizan debates sobre cine y proyectan películas al aire libre o en las cárceles.
Del corazón de Nápoles, la iniciativa ha llegado, por ejemplo, hasta el bar del madrileño intercambiador de Sol.
 Hace cinco meses este establecimiento colocó en su pared la pizarra del café pendiente
. Ya han pintado unas 50 rayitas en dos listas: la de cafés y de bocadillos ya pagados. “Aún tenemos que explicarlo porque pocos lo conocen. Lo que sí tenemos son fijos que vienen a menudo a tomarse su café”, señala el camarero, Carlos Sanmillán.
El promotor de la iniciativa en España es Gonzalo Sapiña, que trabaja en marketing. Descubrió el proyecto en Internet y lanzó una página en Facebook para difundirlo.
 Funcionó tan bien que creó una web donde va tejiendo la red española de cafés pendientes. “Es una muy buena manera de ayudar a los que lo necesitan con un acto sencillo.
 Vamos a tomar un café cada día y lo damos por hecho, pero a veces, supone un gasto que muchos no se puede permitir”, apunta. Para sumarse, basta con descargarse el distintivo y colgarlo en el establecimiento. Bajo el logotipo del café humeante, el camarero lleva la cuenta de las tazas pagadas y las consumidas. Algunos locales van más allá y ya han añadido la comida pendiente.
Internet también es el medio por el que lo descubrió Xavier Escarpenter, dueño de la cafetería Maremassa, en Mataró (Barcelona).
 Su cartel muestra unas 40 tazas pagadas y 20 consumidas
. Él cobra los cafés pendiente más baratos, “para que quede claro que no es para hacer negocio”. Más bien, es la solidaridad hecha café.

El juez Velasco prohíbe el acto de apoyo a los presos de mañana en Bilbao

El juez Eloy Velasco, titular del juzgado central de Instrucción número 6, ha prohibido finalmente la manifestación de apoyo a los presos de ETA convocada para mañana en Bilbao.
Lo hace porque considera que tras la convocatoria está Herrira, una organización desmantelada en septiembre en el marco de una operación antiterrorista. En un auto, el magistrado Velasco ordena a la policía que tome medidas para suspender la manifestación que pretendía aglutinar a miles de personas en Bilbao mañana.
 El juez considera que la marca de Herrira que convoca el acto -Tantaz Tanta / Gota a Gota-, tiene como objetivo "conseguir adhesiones en apoyo a los presos de ETA, planificando con precisión campañas para promocionar, ensayar y organizar la manifestación", de mañana.
"Existiendo una resolución judicial que ordena la suspensión de actividades de Herrira, no puede consentirse la celebración de una manifestación que ha sido planificada con mucha antelación por Herrira, una organización de la que indiciariamente se presume su carácter terrorista, ya que con tal iniciativa se pretende burlar la resolución de suspensión de actividades decretada por este juzgado en noviembre".

Esta misma mañana, otro juez, Pablo Ruz, había dado vía libre al acto de apoyo a los presos de ETA en un auto de 17 páginas.
 En su escrito, el juez explicaba que la convocatoria no puede enmarcarse como un acto de enaltecimiento de terrorismo y solicitaba a las Fuerzas de Seguridad que procedan al seguimiento y control de la manifestación para evitar "que se realicen actos que pudieran ser constitutivos de delito de enaltecimiento o justificación de delitos terroristas o de quienes hayan participado en su ejecución, o de descrédito, menosprecio o humillación de las víctimas o sus familiares".
La Fiscalía había pedido que se prohibiese la marcha, al considerar que la organiza Herrira, el colectivo de apoyo a los reclusos que fue desmantelado a finales de septiembre, a través de Tantaz-Tanta.  Esa organización esperaba la llegada de más de 300 autobuses durante todo el día a la capital vizcaína, para un evento que pretendía que fuese  "la mayor ocupación de espacio público de la historia reciente de Euskal Herrira".
Por otra parte, la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría ha informado que la fiscalía ha archivado la investigación por el error de comunicación que puso en peligro la operación contra la red de apoyo a los expresos de ETA de este miércoles.
El director de comunicación del Ministerio ha dimitido como responsable de la nota que adelantaba la detención de varias personas cuando la Policía no había desplegado el dispositivo.

9 ene 2014

Ejecutado en Florida un preso tras cuatro décadas en el corredor de la muerte

Thomas Knight, de 62 años, recibió este martes la inyección letal, luego de haber sido condenado a la pena máxima por primera vez en 1975.

Thomas Knight murió por una inyección letal / AP

Thomas Knight no tuvo una última palabra para quienes asistieron a su ejecución, este martes a las 6.45 de la tarde (hora local) en la prisión estatal de Starke, ubicada al norte del Estado de Florida. Knight, de 62 años de edad, recibió la inyección letal 39 años después de haber sido sentenciado a muerte por primera vez, por el secuestro y asesinato en 1974 de la pareja de empresarios Sydney y Lillian Gans en Miami.
 Pero la causa oficial de su última y definitiva condena fue el apuñalamiento, en 1980, del guardia de prisiones Richard Burke.
Thomas Knight fue arrestado el 17 de julio de 1974, pocas horas después de secuestrar a su exjefe, el empresario Sydney Gans y a su esposa, Lillian, de obligarles a retirar 50.000 dólares en efectivo de un banco del centro de Miami y de dispararle a ambos en la nuca con un rifle automático en una zona boscosa y apartada del condado de Miami-Dade.
 Muchas cosas pasaron en las cuatro décadas que siguieron. Knight escapó de la cárcel una vez, fue incorporado a la lista de los diez más buscados de la Agencia Federal de Investigaciones (FBI) y recapturado en diciembre de 1974
. Fue sentenciado a muerte por el asesinato de los Gans en 1976 y entre 1996 y 2012, esta decisión fue revisada, revertida y reafirmada en al menos tres oportunidades
. En octubre de 1980, Knight apuñaló en el pecho, con una cucharilla afilada, al guardia de prisiones Richard Burke y fue por este caso que el Gobernador de Florida, Rick Scott, firmó en octubre de 2013 la orden oficial para su ejecución. También cambió su nombre: entró a la cárcel como Thomas Knight y murió en ella como Askari Abdullah Muhammad.
La muerte de Knight estaba programada inicialmente para el 3 de diciembre de 2013, pero fue postergada en noviembre, luego de que la defensa alegara que el sedante que le suministrarían al reo antes de la inyección letal no era seguro y su uso, por tanto, violaría la prohibición constitucional al castigo cruel e inusual.
 En diciembre, la Corte Suprema del Florida declaró que el fármaco era seguro y el gobernador Rick Scott reprogramó para este 7 de enero el cumplimiento de la condena.
Esta es la duodécima orden de ejecución que firma el gobernador Scott desde que asumió el poder en enero de 2011 y la sexta desde que, en junio de 2013, promulgó la Ley de justicia oportuna, que modificó los lapsos de apelaciones judiciales de los sentenciados a muerte y acortó el proceso
. Hasta ese momento, alegó Scott entonces, el tiempo de espera entre la emisión de la sentencia capital y el cumplimiento de la condena en el Estado duraba un promedio de 22 años.
La pena máxima fue restablecida en Florida en 1976 y desde esa fecha, 82 presos han recibido la inyección letal.
 Este es el segundo Estado de la unión con mayor número de presos en espera de ejecución, con un total de 401 reos aguardando en el corredor de la muerte: la mayoría (235) son hombres blancos y en el grupo hay cinco mujeres. Además de Thomas Knight, otros dos hombres han pasado casi cuatro décadas en prisión desde que les fue impuesta la máxima condena: Douglas Meeks, hallado culpable dos asesinatos en marzo y junio de 1975, respectivamente; y Charles Foster, también declarado culpable de homicidio en octubre de 1975.
 Pero la justicia de Florida no siempre ha estado en lo correcto: en enero de 2002, por ejemplo, Juan Roberto Meléndez fue declarado inocente luego de haber pasado los últimos 17 años en el corredor de la muerte.