Un Blues

Un Blues
Del material conque están hechos los sueños

4 ene 2014

Cachorros de fiesta...............................Boris Izaguirre

Haya o no recuperación económica sí que es seguro que habrá una nueva camada de cachorros de la fama.

Uno de los cachorros de león que fue sacado de la fiesta en casa de Kiko Rivera. / EUROPA PRESS

Pese a que la notoriedad lo alimentó desde que fuera el cachorro de Isabel Pantoja, Kiko Rivera podría ser considerado uno de los hombres del año
. No contento con toda la algarabía de sus tuits en contra del padre del hijo que espera su hermana, Kiko decidió adelantar la Nochevieja y dio un fiestón en su casa el 30 de diciembre.
 Su osadía de exitoso DJ le llevó a alquilar dos cachorros de león como atracción romana, o felliniana, provocando la presencia de la Guardia Civil porque los felinos carecían de permiso de exhibición pública.
Con cierta torpeza pero con olfato, Kiko ha conseguido poner sobre la mesa el tema de los cachorros, entendiendo que un cachorro es también “un descendiente que permanece fiel a las ideas y modos de vida de sus antecesores”.
 Y haya o no recuperación económica sí que es seguro que habrá una nueva camada de cachorros de la fama cuando nazcan los hijos que también esperan Amaia Salamanca, Eugenia Silva y Pilar Rubio. ¡Hola! montará una guardería
. Mientras, ese atemorizante cachorro de dictador que es Kim Jong-un, ha explicado, sin nombrarlo, que la ejecución de su tío “purga la escoria”, una de esas cosas que solo un cachorro de tirano puede decidir.
 Y los duques de Palma envían a sus allegados una felicitación de Navidad protagonizada por sus cuatro cachorros con unas montañas nevadas de fondo, una estampa inocente y blanqueada que se ha hecho conocida mientras esperamos si hay o no una nueva imputación a la infanta.
 La imagen de los Urdangarin-Borbón quizás sirva para que todos, y también el juez Castro, no olvidemos que esos aristocráticos cachorros seguro desean que nada malo les suceda a sus padres.
Cachorros correteando por todas partes, exhibiéndose con o sin permiso.
 En Baqueira una buena temporada de nieve y una mala temporada económica convierten de nuevo el apres ski en la última moda.
 Esta semana no faltó casi nadie: Belén Rueda, Mar Flores (la mejor abrigada) y hasta el joven Alonso Aznar. Pero en toda estación de esquí siempre hay temor a una avalancha o a salirse de la pista, y algo así ha sucedido con el derrape inesperado de la constructora Sacyr en su proyecto de ampliación del Canal de Panamá, ahora en suspenso y con las acciones de Bolsa desinfladas.
 El Gobierno de Panamá dice que no va a pagar los sobrecostes. Ciudad de Panamá es una especie de gran centro comercial a orillas del Pacifico con una entrada de dinero permanente gracias al canal. Los centros comerciales de la ciudad, que ellos llaman molls, ofrecen kilómetros de sucursales bancarias y tiendas caras que fácilmente pueden provocar rugidos y sobrecostes asustantes.
Los expertos prefieren explicar que todo es producto de que Sacyr, en un interesado alarde de modestia, ofertó a la baja para quedarse con el proyecto.
 Los Wikileaks que este periódico publicó en 2010 dejaban saber que los análisis confidenciales de Bechtel, la empresa americana que perdió esta contrata, confirmaban que los 2.300 millones ofertados no daban ni para “poner el hormigón”
. Al parecer los de Sacyr confiaban en renegociar al alza el contrato mientras iban ampliando el canal, y la brecha financiera.
 Al final puede que la constructora haya abierto un agujero negro para la marca España.
Otro marrón para la marca España es el drama que crece en la familia de José Ortega Cano.
 Su hijo José Fernando, un cachorro bruto y desorientado que pasó las Navidades en la cárcel, se enfrenta a un juicio cada vez más serio a causa de su actitud despiadada en los delitos donde participó
. Mientras tanto el padre, Ortega Cano, recurre a una arritmia para ralentizar su ingreso en la cárcel, por un homicidio a raíz de un accidente de tráfico.
 El retrato amargo de una familia disfuncional y sin manera de evitar la deriva. Ortega Cano también lucha por conseguir un indulto y anhela que la ley no le haga coincidir con su hijo tras las rejas. “Por una cuestión de honor” dicen en la prensa rosa.
Como cachorro, este año 2014 arranca a tientas entre la lluvia, las alergias inexplicables de Bárcenas en la cárcel que lo hacen ingresar con trato preferencial en el hospital sin que nadie se alarme y la buena noticia de la nueva temporada de la serie Cuéntame, uno de los cachorros de ficción nacional con una mayoría de edad exitosa.
 A partir de las próximas semanas, los Alcántara entran de lleno en 1982, y lo presentan como un año mágico, el de Naranjito, el triunfo de Felipe González y de la movida.
 En la serie se han esmerado por reproducir meticulosamente todo lo relativo a ese momento.
 Uno de los nuevos decorados es un garito empapelado con pósteres de grupos como Siniestro Total y con una banda propia con un líder que rememora a Fabio Mac Namara, el célebre compañero de Almodóvar en sus tiempos de estrella musical
. Gracias a Cuéntame, los ochenta volverán a retratar una España luminosa, envidiada por Latinoamérica como cuna de una efervescencia sorprendente.
 Veremos a sus personajes como cachorros de la nostalgia, hijos de lo que fuimos y de lo que difícilmente volveremos a ver.

 

3 ene 2014

Una fuerza de la naturaleza actoral...................................Gregorio Belinchón

Sergi López disfruta hoy de su peculiar anonimato desde su pueblo natal, Vilanova i la Geltrú.

Tiene 60 títulos cinematográficos a sus espaldas. Y mucho teatro.

Ha vuelto a subir a los escenarios recientemente y ahora estrena nueva película.

Jordi Socías

A riesgo de caer en el tópico, Sergi López se mira las manos, gordezuelas, con dedos más de labrador que de actor de cine, y exclama:
 “Un jabalí. Pienso mucho en ese animal. Le doy vueltas al asunto”.
 Un jabalí escarba, atraviesa los campos de cereales y de girasoles pisando la mies y abriendo su camino; un jabalí es rotundo, rápido, solo ataca si le hieren o se siente muy amenazado; un jabalí siente suya su tierra; un jabalí, si hablara, sería de los que exclamarían: “Al pan, pan, y al vino, vino”.
Y todo eso está en este tipo de Vilanova i la Geltrú –donde vive aún, desoyendo cantos de sirenas parisienses y barcelonesas–, que cumple hoy 48 años, que ya ha rodado 60 películas –cifra que él repite con sonrisa pícara y ojos grandes–, que ya ha estado seis veces concursando en el Festival de Cannes (la última, este año, con Michael Kohlhaas) y que estrena Ismael, otra apuesta de Marcelo Piñeyro por el dramote con buenos sentimientos, que juguetea con arrojarse al barranco del almíbar, pero que finalmente sale con brillantez adelante
. A López le ha tocado un papel que muchos pueden ver muy cercano a su carácter: el del amigo comprensivo del prota (Mario Casas), que en cuanto aparece la madre (Belén Rueda) entra a matar con todo su encanto y su savoir faire para el género femenino.
 “Hicieron algo que en mí funciona: me dieron el guion y me dijeron que lo leyera. Nada de ‘lo he escrito para ti”, cuenta durante este encuentro en Madrid con El País Semanal.
 “El guion es una pieza maestra de relojería, porque todos los personajes han sufrido algo y aun así es una película luminosa. ¿Un papel cercano a mí? En su manera de ver la vida, en su felicidad en las cosas sencillas, en su lado bufonesco, desde luego
. Contemporiza, parece estar de vacaciones, se convierte en los ojos del espectador.
 Pero no se me dan tan bien las mujeres. Las llevo mejor cuando es un guion escrito
. En mi vida soy supertímido. Yo tengo gracia en el acercarme, en la campechanía, en el sentirme cercano. Luego, coger una mano, ir a más, ni de lejos.
 Con el tiempo vas mejorando, haciendo lo que puedes [carcajadas]. En la obra de teatro que represento ahora me quito la camiseta y paso una vergüenza… Todo porque un día lo hice en el ensayo y gustó el gesto”.
En la calle, el público me conoce, sabe mi nombre, pero pregúntales por una película mía. No tienen ni idea. No me importa, de verdad"
Sesenta películas rodadas por todo el mundo, una imagen de actor europeo como pocos otros la tienen en el ncine español: “No se acaba de entender. Es una cosa inexplicable.
 Va pasando el tiempo y lo asumo poco a poco: hago cine, soy actor de cine, que es una expresión que me suena a marciana. Aún parece ayer cuando me decían: ‘Quédate en Francia, que te vendrá bien para tu carrera de cine’. Y yo pensé: ‘¿Mi carrera de qué? A lo sumo haré dos películas de inmigrante, tres con suerte’. No sé, no lo entiendo. Me va bien: en francés tengo acento, en inglés tengo acento, en español no estoy seguro [risas]… La cosa va durando.
 No entiendo por qué, pero sí comprendo que las cosas que haces te abren puertas.
La gente del cine va viendo mis trabajos y mi carrera se va alimentando.
 En la calle, el público me conoce, sabe mi nombre, pero pregúntales por una película mía.
 No tienen ni idea. No me importa, de verdad”.
 El catalán nunca ha tenido reparos en viajar: en su filmografía hay más películas francesas que españolas –“me costó arrancar aquí; cuando empezaron a llamarme, pensaban que yo vivía en París”–, rodajes en Londres, Tokio… “¿Cómo no? ¿No quería ser actor? Pues vas adonde te llamen, que encima es chulo”. Puede que por eso tenga un César francés, y ningún Goya, aunque haya sido tres veces candidato.
 O que haya pisado más veces el Festival de Cannes que el de San Sebastián.
¿Y eso cómo se compagina con la familia en Vilanova? “Mejor de lo que pensaba. Porque si eres el prota, como mucho estás fuera seis semanas. Y si no, son quince días de trabajo y repartidos en tres meses. Y cuando estoy en mi pueblo tengo todo el tiempo para la familia y no como mi hermano, que trabaja al lado y está todo el día fuera.
 Procedo del teatro, ya estaba acostumbrado a eso de estar en un escenario en fin de año o el día de Navidad o en fin de semana. Trabajas cuando los otros descansan”.
Jordi Socías
El teatro. Sergi López ha vuelto a él con 30/40 Livingstone, coescrita, codirigida e interpretada en asombroso dúo con Jorge Picó, su compañero de estudios en la escuela parisiense del mítico Jacques Lecoq:
 “Era un sitio muy especial, porque no te enseñaban a interpretar, sino a generar cosas, a ser actor creador, huyendo de las rutinas como las del cine”
. Hace años ya colaboraron en Non solum (aunque era un monólogo de López) y ahora están de gira con ese prodigioso, bufonesco –en la sabia mezcla que esconde esa palabra de reír zahiriendo y metiéndose con el poder– 30/40 Livingstone.
En la obra, López, que no para de hablar, encarna al hijo de un juez que decide dejar todo atrás e irse a buscar, a encontrar ese algo más que le pide su cuerpo
. Y en ese proceso encuentra a un extraño ser, mitad ciervo, mitad hombre (Picó), que se expresa solo con gestos.
En pantalla, López es contenido; en la vida diaria le gusta expandir su cuerpo; en el escenario es un huracán, un pulpo de múltiples brazos, un elefante, una gacela, un actor con un dominio absoluto de cada una de las partes de su físico, que maneja con ductilidad. En un momento parece pesar 20 kilos menos; en otro, 20 más; pasa de la adolescencia a la vejez en un chasquido de dedos. Y se burla, se burla, se burla. De todos: de los corruptos, los arrogantes, los inocentes, los listillos, los creídos, de la bondad ajena y de la idea rousseauniana del hombre natural, de los cuñados trepas…
 El humor, usado para algo más.
A López le apasiona, pero no puede disfrutarlo completamente: el día del estreno de su temporada madrileña sufrió encanta el teatro. Empecé con otra obra a dos con Toni Albà, que empezó a hacerse conocido por la televisión.
Y a mí comenzaron a llamarme para cositas de cine.
Así que a veces la representaba yo con un sustituto, y otras, él con el sustituto
. Me llegó Western [1997], el viaje a Cannes. Hubo un momento en que lo tuvimos que dejar porque la gente iba a ver la obra del Toni y del Sergi [se le escapa el catalán, su lengua materna], y aquello era un cachondeo, nunca estábamos uno de los dos”.
 Estuvo tres años sin hacer teatro, por miedo a no poder cumplir los compromisos.
“Pero me bullía, me bullía, Jorge Picó y yo hablamos y nació Non solum. En el teatro, tú arrancas las cosas; en el cine debes esperar a que te llamen. Ya puedes decirle a un director de cine todo lo que te encantaría trabajar con él, que si no te telefonea…”. Suena el móvil de López, lo que provoca una carcajada
. Es su novia. “Mis hijos se ríen de este cacharro. No tiene ni Internet. Bueno, ellos también pierden los suyos”. Se pone las gafas, suspirando por tener que usarlas, mira la pantalla, responde, y lucha, brega contra el teclado y el menú. No cambiará a una tecnología superior.
Con el tiempo, López dice que ha ido encontrando su sitio, su lugar en la industria, que se reconoce en lo que hace. A pesar de que el cine sea un arte incontrolable, insondable para un actor:
“El cine tiene algo de misterioso. Cómo el montaje cambia todo lo que hayas hecho bien o mal en el rodaje. Qué pones, qué quitas. Es fascinante. Aquí el actor sí que está al servicio de otro, subordinado a los gustos de otros. Y me parece bien. No tengo quejas. No hay fórmula que explique qué funciona o qué no. Bueno, como la vida
. Te puedes tirar toda la vida queriendo algo y nunca lo logras, y en cambio obtienes otras recompensas. O cuando ya parece que tu objetivo es inalcanzable, te viene por otro lado…
 Mira, en Francia se ha generado una idea de mí curiosa: creen que soy francés, formo parte de su imaginario colectivo.
 Y todo es por el cine
. Lo que se vio en pantalla, lo que se cayó en la mesa de montaje, los estrenos que tuvieron éxito y los que no, todo eso conforma la imagen que tienen de mí.
 Solo conozco a alguien que te cuenta una peli, que es igual en guion, que es idéntica en rodaje y que es igual en pantalla: Guillermo del Toro.
 Hasta era capaz de saber lo que iba a recaudar. Por eso es un genio. Sin embargo, el resto es un misterio. Ruedas una película que crees que no significará nada, y crece y crece. Hay algo, hay algo… No sé”.
En Francia empezó haciendo de buen tío y de emigrante. “Llegó Harry, un amigo que os quiere, y me cambió la carrera, porque allí fue un fenómeno. Sobre todo en la calle. De repente me tocaron los personajes marcianos, esos que no sabían a quién ofrecer. Pensaban que con mi acento era difícil saber de dónde procedía.
 Como no vivo allí, encima no tengo presencia mediática, ni saben si tengo hijos… Sí que trabajo mucho con Manuel Poirier, que es con quien yo he ido de la mano en el cine, y que tiene su público de autor”.
En España tampoco se sabe algo más. “Con 30/40 Livingstone, la gente me dice: ‘¡Si haces el payaso!’. Pues claro, es que siempre lo he hecho.
 Mis amigos del teatro de toda la vida, cuando me ven en el cine, se parten y me echan en cara si voy de actor serio, que si no se tragan que vaya de sensible o de asesino.
 Igual por la calle: como hago cine en Francia, que suena a elitista, no saben muy bien qué pensar de mí”. Y lo mismo le pasa en su carrera. “Como recuerdan Solo mía, Harry, un amigo que os quiere y El laberinto del fauno, me adjudican el rol de villano, y solo he encarnado a malvados en cinco de mis sesenta películas”.
Soy el famoso del pueblo, claro, pero tomo el café en el bar, soy una palmera más de la plaza. ¿Sabes quiénes flipan? Los turistas franceses. De repente me ven y se sorprenden"
Solo hay un sitio donde sí saben cómo es Sergi López: Vilanova i la Geltrú.
 “Allí formo parte del paisaje. Soy el famoso del pueblo, claro, pero tomo el café en el bar, soy una palmera más de la plaza. ¿Sabes quiénes flipan? Los turistas franceses, que de repente me ven y se sorprenden, mientras que el resto de los clientes del bar se ríen”. También es el pueblo de sus sinsabores. Durante cuatro años, hasta 2012, el actor era uno de los tres dueños del restaurante Negrefum, una apuesta por el producto de kilómetro cero, el local y de temporada, y por comer sin prisas
. Tuvieron que cerrar.
 “Fue una frustración. Pensé que iba a durar. No queríamos vivir de ello, sino montar un sitio de referencia, de encuentro gastronómico.
 Teníamos margen… pero empezamos a perder, a perder. Y aún arrastraremos eso un tiempo”.
 A López le encanta comer.
 Con El laberinto del fauno, Del Toro le hizo adelgazar 14 kilos. “Me hubiera encantado quedarme en ese peso. Pero están los jamones, el lomo embuchado.
 Y mientras pensaba si adelgazar de nuevo, seguía comiendo. Mira, aquí estamos, hablando de perder peso mientras comemos”.
Desde abril, Sergi López es vicepresidente de la Acadèmia del Cinema Català.
“Me metí en la academia porque me gustaba la idea que me proponían: incentivarla como lugar de encuentro de colectivos, con ganas de aunar esfuerzos varios, de apoyar iniciativas, de reunirse con gobernantes para sacar adelante leyes. No me ocupa mucho tiempo, pero más del que me esperaba”
. El actor no esconde su independentismo, que le alimenta desde crío: “Es un momento en que la gente en Cataluña se está moviendo mucho. Me interesa esa posibilidad de hacer un país nuevo, y estar en la academia te permite señalar las cosas que no están bien y que se podrían mejorar. Aprovechemos este empuje. Creo que todo va ligado: lo que ocurre en Cataluña –que reconozco que conlleva una aspiración identitaria–, en el resto de España, en Grecia, en Ucrania, esta sensación de que la gente de la calle se plantea el cambio de las cosas, que esto no va bien.
Por eso no vale una independencia para repetir los mismos manidos esquemas de poder.
 Creo en plantearnos preguntas, en buscar soluciones que apoyen al colectivo, porque hoy día muy poca gente decide muchas cosas… y encima se beneficia de ellas. Romper con las élites actuales. La independencia de Cataluña no puede ser un sitio al que llegar, sino un punto de partida.
 Es una oportunidad de oro, siempre que no repitamos modelo o nos marquen ese nuevo modelo los que crearon el anterior
. A lo mejor sueno a inocente, pero es que el sistema capitalista ha fracasado, y emerge el asambleario. Que lo más subvencionado en España sean los bancos, es evidente, ¿no? Algo no cuadra. ¿Cambiar para que nos sigan gobernando los bancos alemanes?
 Eso no es independencia ni es nada”.
Pues enhorabuena Sergi, ese niño que fue creciendo y se convirtió en Actor, siempre fuistes un poco peliculero, y llegabas tarde a casa los Viernes, Te recuerdo con cariño y a ese Pueblo dónde casi todo me fue bien.

 


15 regalos exquisitos para los 'emperrados' más exigentes

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Le hemos pedido a MARTA ROCA, editora de la web perruna más cool del mundo, que seleccionase los regalos perrunos más bonitos... del mundo. Así que estos son sus peticiones a los Reyes Magos. Distinguidas y ambiciosas, llegadas desde Melbournes y cortesía de Four&Sons, la publicación que busca la interconexión entre el mundo canino y la cultura. Pídete algo, ¿no?
 
01
Para los amantes de la fotografía...
Dogs, visión del mundo canino de la mano del legendario fotógrafo de la agencia Magnum Elliott Erwitt, 
llena de corazón, sentido del humor y magia.
 
 
02
Para sentirse joven...
La película Frankenweenie de Tim Burton, un homenaje a la amistad basado en el clásico de Mary Shelley
03
Para quien tenga maña...
Los maravillosos conceptos de Architecture for dogs: bricolaje 'de vanguardia' al estilo japonés.
 
04
Para activistas y solidarios...
Camisetas de autor y bandanas solidarias de Peludos. Todos los beneficios se destinan a albergues para animales sin hogar.
 
 
05
Para coleccionistas de arte (con un buen presupuesto)...
Las fotografías de archivo de William Wegman, el artista sinónimo de los Weimaraner (Braco de Weimar).
 
 
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06
Para apasionados de la decoración...
Las lámparas perrunas de la decoradora inglesa Abigail Ahern le dan vida a cualquier rincón.
 
07
Para soñadores, sonámbulos e insomniacos...
El libro de ilustraciones de Michael Wertz Dog Dreams, para descubrir que sueñan nuestros amigos peludos.
 
 
08
Para excéntricos...
La colección In almost every picture publica imágenes rescatadas de álbumes de fotos encontrados en mercadillos. 
Recopilación por Erik Kessels, de la agencia de publicidad KesselsKramer.
 
09
Para cinéfilos 'hardcore'...
Cujo y Amores perros, dos películas legendarias para explorar los límites de nuestra pasión por los perros. 
 
10
Para nostálgicos...
La colección de objetos vintage, ediciones limitadas y tesoros de coleccionista seleccionadas por Growler. 
 
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11
Para los pequeños de la familia...
 
12
Para caballeros elegantes...
Paraguas con mango artesanal de cabeza de sabueso de Burberry Prorsum.
 
 
13
Para interesados en el bondage...
La exquisita máscara de perro de la colección de bondage Restraint, diseñada por Fleet Ilya.
 
14
Para románticos empedernidos...
Beginners, del director indie Mike Mills, para descubrir el poder del amor en varios tamaños, formas y colores. Con Ewan McGregor, Christopher Plummer, Mélanie Laurent y el talento especial del Jack Russell Cosmo.
 
 
15
Para todos los públicos
Las aventuras de Maddie, la sabueso con el mejor sentido del equilibrio, viajando alrededor de los Estados Unidos.

Joaquín Sabina: ensayos del retiro

El cantautor publica el libro ‘Muy personal’

Es una amplia colección de dibujos y notas manuscritas

Anuncia nuevo disco y una posible gira de despedida.

 

Joaquín Sabina en la azotea del Círculo de Bellas Artes, Madrid. / Samuel Sánchez

En 1969 Phil Ochs publicó un elepé titulado Rehearsals for retirement.
 El cantautor tejano anunciaba que estaba “ensayando para el retiro”, vista la horripilante deriva política de su país, entonces bajo la Administración Nixon.
 De alguna manera, también en Joaquín Sabina (Úbeda, 1949) se advierte hoy un desinterés, un cansancio soberano; en su caso, por la música.
Hay un nuevo disco en marcha, aunque se lía al explicar una de sus canciones: “Te gustará, está dedicada al difunto Tom Waits... ¿cómo? perdón, hablo del tipo que murió este verano. Eso: J. J. Cale. ¡Si el tema se llama Cuerpo de jota jota!”. No se asombren, son cosas del desapego: “Si voy a ser sincero, hace meses que no pongo un disco.
 Estoy comprando la colección de los Beatles que saca EL PAÍS pero no los escucho. El primer domingo, estuve a punto de poner Sgt. Pepper pero finalmente me dio pereza, no ando yo muy psicodélico”.
Pero Joaquín ¿nada de música? “Bueno, de vez en cuando encuentro algún concierto en algún canal raro de la tele y lo dejo un rato
. Vi uno de Bruce Springsteen.
 También a bandas nuevas que no me dejaron marca, ni siquiera recuerdo los nombres”.
La televisión es un electrodoméstico importante en la guarida de Sabina, en la madrileña plaza de Tirso de Molina: “Siempre está puesta, sin sonido pero con el mando al lado, por si sale algo que me llama la atención”.
Asegura que suele dormir con el canal 24 Horas a bajo volumen. “Así, cuando me despierto, ya he asimilado las principales noticias”. Ahora, en serio: “¡Hablo en serio! Me contaron que Rafael Alberti, cuando volvió a España, tenía siempre preparada una maleta, por si había que salir de naja.
Yo comparto ese miedo, a que ocurra un golpe o una revolución y también tengo una maleta para emergencias. Seguramente es el miedo del pobre a que le quiten lo poco que tiene”.
Uno de los dibujos de Joaquín Sabina / EL PAÍS
¿Golpe, revolución? “Sí, y no necesariamente de izquierdas
. Con la que está cayendo, todo es posible. No sé hasta cuándo aguantarán los españoles. Somos resignados pero, carajo, nos están meando en la sopa una y otra vez”. ¿Y dónde se exiliaría en esas circunstancias?
“En Latinoamérica. Me gusta cómo hablan el español pero también sus bailes, las caderas de las mujeres, el alcohol, los sentimientos que se expresan de forma rotunda, todo”.
Quitemos dramatismo a todas esas especulaciones.
 Estamos ante el mismo Sabina de siempre, locuaz y guasón, quizás más flaco, bien maqueado. A su alrededor revolotea una garde du corps femenina, entre su gente y la de su editorial, atenta a sus necesidades.
 “Me dejo llevar por ellas: no conduzco ni tengo móvil.
 Tampoco uso Internet, ¿para qué? Lo importante acaba filtrándose a la prensa de papel; el resto no me interesa.
 Ni siquiera la pornografía, y eso que siempre defendí las películas guarras
. Detesto el porno actual, con esos cuerpos depilados. A mí, dame pubis rizados y braguitas con ligueros (risas)”.
Estamos hablando de alguien que disfruta el toque del Rey Midas. “¿Tú crees? Igual me confundes con Belén Esteban”
. El periodista se refiere a lo bien que se venden incluso sus biografías, sus colecciones de sonetos y, previsiblemente, sus dibujos y sus notas, ahora agrupadas en Muy personal.
 “Pues sí, está pensado como regalo de Navidad para los muy sabineros”.
Providencialista, sabe convertir un patinazo creativo en un (previsible) acierto comercial: “Había firmado con Planeta un libro de memorias.
 No una cosa ambiciosa, como el Crónicas de Dylan; más bien, un anecdotario.
 Pero resulta que soy un inútil para la prosa.
 Pasé un mes trabajando y no me da vergüenza reconocer que no me salió nada. Estoy muy mal acostumbrado por mi otro empleo, como poeta de guardia, al filo de la actualidad.
 Para mí, escribir un poema es como resolver un crucigrama: las leyes de la rima te van llevando y así disimulas la falta de grandes ideas”.
Asumido el bloqueo, pactó con Ángeles Aguilera, la editora de Planeta, que se llevó unos cuadernos donde acumula “anotaciones y garabatos, con mucho colorín”.
 La selección fue cosa de la editorial, advierte: “Con tantos culos y tetas, van a pensar que soy un salido. Bueno, también salen muchos gallos y alguien me hará una lectura freudiana. Me basta con que reconozcan que soy mejor artista gráfico que Dylan (carcajada)”.
No es una edición ejemplar: faltan transcripciones de sus textos, a veces bastante ilegibles: “Eso es manía tuya, que te quieres enterar de todo (más risas).
 Dejarlo así sirve para dar más ambigüedad
. Por ejemplo, recojo una frase que vi en Arco: ‘Ya basta, hijos de puta’. Igual había una intencionalidad política pero yo prefiero verlo como un grito de protesta contra el mundo del arte, los Damien Hirst, las instalaciones y las performances, todo eso.
 Cuando me encuentro con esa confluencia de paletos y estafadores, me endemonio”.
Volvamos a la música, si es posible: “En general, las nuevas canciones hablan del deterioro, tanto social como personal.
 Puede que sean la perfecta excusa para una gira de despedida.
 Una despedida de verdad, aunque haga luego cosas puntuales, como Miguelito [se refiere a Miguel Ríos]. La verdad es que puedo vivir perfectamente sin volver a pisar los escenarios.
Eso hay que dejárselo a los chavales”.
No le conmueve el listado de artistas venerables que siguieron al pie del cañón: “Georges Brassens nunca fue joven.
 Lo mismo que Leonard Cohen, esencialmente no cambiaron desde su primer elepé”. ¿Y el tan citado Dylan?
 “Yo creo que Zimmerman gira por aburrimiento, no hay nada que le retenga en casa.
 Yo tengo mis libros, mi mujer, mis amigos.
 Quizás mi frase más citada sea la de ‘como fuera de casa, en ningún sitio’.
 Ahora mismo, ya no firmaría algo así".