¿Por qué hay que celebrar que esos criminales , indigentes de la convivencia, que asesinaron, mataron a sangre fria, pero no como Truman Capote en su novela no, a traición, de forma cobarde, y no es que haya una forma honorosa de asesinar. Pero esos vascos etarras, se creen que existe una lucha armada cuando su víctima está en su despacho o comprando en Hipercor, dando un paseo yendo a su trabajo.....¿Quién va armado? Pandilla de cobardes sin escrúpulos, que se quejaban que estaban lejos para que su familia los fueran a ver, a sus víctimas los van a ver al Cementerio, cuando condenaron a muerte a un muchacho que estuvo tres dias esperando su sentencia de muerte, Y esos quieren reinsentarse? ¿Dónde?, haciendo cola en el Paro?, solo saben matar como alimañas, y sinceramente no me dan ninguna pena, porque no les van a dar trabajo con 6 millones de parados.
Si estoy en contra de la pena de muerte no puedo pedirla para esos párasitos, pero si puedo pedir que se pudran, y sin misirecordia, la misma que ellos tuvieron.
Encima les mantenemos , pero como será su pensamiento anclado en hace más de 20 años? Solo saben asesinar, y no tendrán preparación porque si leen solo leerán a Sabino Arana, ni creo que sepan nada de Historia, ni Arte, son anafalbetos funcionales y culturales y no saben lo que es la "Empatia" solo saben matar, para qué? escogieron a sus víctimas? el que acompañaba a Llunch era alumno suyo? y ese va a salir a dónde?, el que mató a Yoyes, ¿Saldrá cantando el himno de ellos? o saldra dando saltitos, en ese baile mariquita que hacen los chicarrones del Norte?, Con Dios, si existe y los guia, pero no quiero saber que es de ellos, y 20 años no es nada decía Gardel, así que no se quejen, pedazos de sirvengüenzas que diría Encarna Sánchez.(no a ellos) sino a los que no fueron ni serán fachas es decir yo.
29 dic 2013
Bailar por no llorar
El cantante belga Stromae acumula más de 140 millones de visitas en YouTube con su música ‘dance’ melancólica.
Cuando Stromae lanzó Alors on danse en 2009 no imaginaba que
alcanzaría el número uno en 19 países. Su música electrónica con tintes
latinos y deje noventero, con una estética cercana al rap, anticiparon
un estilo que cuatro años después han multiplicado sus ventas en
Francia, Alemania y Bélgica, países donde su éxito es mayor. Racine carrée
(Universal), su segundo álbum publicado en agosto, ha vendido ya
750.000 discos solamente en Francia y dos de sus trece canciones
acumulan más de 140 millones de visitas en YouTube.
Paul van Haver (Bruselas, 1985), más conocido como Stromae, ha experimentado lo que significa mezclar desde su infancia
. De madre flamenca y padre ruandés, el joven artista creció entre melodías africanas, rumba, salsa, hip-hop y cantautores francófonos.
La curiosidad le empujó a estudiar música clásica y batería siendo aún un niño, aunque su adolescencia estuvo marcada por artistas como G-dep o B.I.G.
“No escuchaba música electrónica, solo rap. Fue estúpido ser así de extremista. Todavía me gusta la música, pero no el mensaje. Cantan sobre dinero y cosas que para mí no tienen valor”, explica desde el otro lado del teléfono.
A sus 28 años Stromae —maestro en argot verlán— ha desarrollado una fórmula atípica. Las melodías sueltan la cadera
. Los textos reflejan no solo las alegrías, sino episodios amargos de la vida, incluida la crisis.
Con estas armas, que él mismo calificó de suicidal dance (baile suicida), el cantante recorre Bélgica, Francia, Reino Unido, Alemania, Suiza y Luxemburgo en una gira repleta de citas hasta finales de 2014
. “Lo describí así porque me parecía una forma cómica de decir que mi música no es tan alegre como la de otros.
Quiero hablar de cosas positivas y tristes también, pero quiero poder reírme de eso”.
En Racine carrée, su estilo melancólico incorpora un homenaje a su padre asesinado en el genocidio de Ruanda en 1994 en la exitosa Papaoutai, que frisa los 90 millones de visionados en YouTube.
Junto a esta, la amalgama de percusión, melodías y estilos asientan la base de las críticas a la homofobia, el racismo o ambigüedad política de Bâtard y las tormentosas relaciones de Formidable, que cuenta con 52,6 millones de plays.
“Hay un 20% de rumba, 20% salsa, 20% rap, 20% dance y folk francés. Me quiero quedar esa mezcla porque es como que quieres llorar pero bailas sobre la melancolía”.
A la fusión de Stromae y su equipo le acompaña una estética colorida con gusto por la geometría inspirada en el artista holandés Escher.
Las formas dominan una imagen que, en ocasiones, recuerda a la moda de los años cincuenta y sesenta. Cada elemento tiene un por qué.
“Los grafistas, los diseñadores y yo trabajamos de forma artesanal codo con codo. Lo que buscamos es un puente entre el estilo elegante inglés y el africano”, argumenta el artista belga. “Lo verdaderamente interesante es que no hay reglas a la hora de crear”.
Aunque su estreno en España no tiene fecha por ahora, el festival Sónar de Barcelona en junio de 2014 podría convertirse en su primera aparición.
Mientras, Stromae, sostiene, se conforma con centrarse en su música, en su “entourage” —la gente que le acompaña— y la gira.
“Nunca he querido vender sueños.
El mío no es ser rico o famoso, sino encontrar un equilibrio entre trabajo, familia y una vida feliz”.
Paul van Haver (Bruselas, 1985), más conocido como Stromae, ha experimentado lo que significa mezclar desde su infancia
. De madre flamenca y padre ruandés, el joven artista creció entre melodías africanas, rumba, salsa, hip-hop y cantautores francófonos.
La curiosidad le empujó a estudiar música clásica y batería siendo aún un niño, aunque su adolescencia estuvo marcada por artistas como G-dep o B.I.G.
“No escuchaba música electrónica, solo rap. Fue estúpido ser así de extremista. Todavía me gusta la música, pero no el mensaje. Cantan sobre dinero y cosas que para mí no tienen valor”, explica desde el otro lado del teléfono.
A sus 28 años Stromae —maestro en argot verlán— ha desarrollado una fórmula atípica. Las melodías sueltan la cadera
. Los textos reflejan no solo las alegrías, sino episodios amargos de la vida, incluida la crisis.
Con estas armas, que él mismo calificó de suicidal dance (baile suicida), el cantante recorre Bélgica, Francia, Reino Unido, Alemania, Suiza y Luxemburgo en una gira repleta de citas hasta finales de 2014
. “Lo describí así porque me parecía una forma cómica de decir que mi música no es tan alegre como la de otros.
Quiero hablar de cosas positivas y tristes también, pero quiero poder reírme de eso”.
En Racine carrée, su estilo melancólico incorpora un homenaje a su padre asesinado en el genocidio de Ruanda en 1994 en la exitosa Papaoutai, que frisa los 90 millones de visionados en YouTube.
Junto a esta, la amalgama de percusión, melodías y estilos asientan la base de las críticas a la homofobia, el racismo o ambigüedad política de Bâtard y las tormentosas relaciones de Formidable, que cuenta con 52,6 millones de plays.
“Hay un 20% de rumba, 20% salsa, 20% rap, 20% dance y folk francés. Me quiero quedar esa mezcla porque es como que quieres llorar pero bailas sobre la melancolía”.
A la fusión de Stromae y su equipo le acompaña una estética colorida con gusto por la geometría inspirada en el artista holandés Escher.
Las formas dominan una imagen que, en ocasiones, recuerda a la moda de los años cincuenta y sesenta. Cada elemento tiene un por qué.
“Los grafistas, los diseñadores y yo trabajamos de forma artesanal codo con codo. Lo que buscamos es un puente entre el estilo elegante inglés y el africano”, argumenta el artista belga. “Lo verdaderamente interesante es que no hay reglas a la hora de crear”.
Aunque su estreno en España no tiene fecha por ahora, el festival Sónar de Barcelona en junio de 2014 podría convertirse en su primera aparición.
Mientras, Stromae, sostiene, se conforma con centrarse en su música, en su “entourage” —la gente que le acompaña— y la gira.
“Nunca he querido vender sueños.
El mío no es ser rico o famoso, sino encontrar un equilibrio entre trabajo, familia y una vida feliz”.
Sobran Las Palabras Película...........
Sinopsis
Eva,
una madre divorciada que sigue sin casarse, pasa los días disfrutando
de su trabajo como masajista aunque atemorizada por la inminente partida
de su hija hacia la universidad. Un día Eva conoce a Albert, un hombre
dulce, divertido y afín a ella que también tiene que lidiar con un nido
vacío. Mientras su idilio florece rápidamente, Eva hace amistad con
Marianne, su nueva clienta. La mujer es una bella poetisa que parece
casi perfecta, salvo por una destacada cualidad: no deja de sacar fallos
a su exmarido. De repente, Eva empieza a albergar dudas acerca de su
propia relación con Albert cuando conoce la verdad sobre el exmarido de
Marianne.
Ficha técnica
Género:Duración:
93
Edad:
7 A
Fecha:
20-12-2013
Compañía:
HISPANO FOX FILMS
Director:
La vida secreta del turrón.................................Monica Escudero
Algunos dulces se quedan, a veces, relegados en la despensa tras las fiestas.
Las recetas a continuación ofrecen alternativas a presentarlos como un postre original.
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En la mesa, como en la moda, las tendencias son cada vez más etéreas y
menos perdurables.
La semana pasada fueron los quesos con mermelada; ayer, las ensaladas templadas; hoy, los huevos a baja temperatura, y mañana, Dios –o Arzak y Adrià, que en este caso viene a ser lo mismo– proveerá.
Pero, mientras el resto de las comidas aceptan con gusto el cambio, retozando alegremente con nuevos ingredientes y cocciones, aceptando con los brazos abiertos salsas y hablando de tú a tú con especias de allende los mares, hay una pequeña parcela de alimentos que viven estancados e inmunes a la evolución.
Esta especie de comunidad amish, empeñada en funcionar al margen del mundo moderno, se presenta en nuestra mesa durante aproximadamente cuatro semanas al año, por estas fechas, y no son otros que los dulces navideños.
En un momento en el que los postres ofrecen contrapuntos ácidos, frescos o incluso salados que permitan disfrutar del contraste, los turrones clásicos, el mazapán en todas sus versiones o el guirlache permanecen exactamente igual que siglos atrás, cuando fueron creados.
Modernizar estas texturas, algo pesadas para los tiempos que corren –muchas cosas han cambiado en la gastronomía desde que en el siglo XV, bajo el reinado de Carlos V, se popularizó el turrón–, puede ser una de las finalidades directas de la propuesta de recetario que viene a continuación.
Otra puede ser dar salida al remanente de estos alimentos que se abandonan en las alacenas después de fiestas, condenados al destierro hasta que una limpieza a fondo los manda a la basura.
Si disfruta con el sabor del turrón de Jijona, pero su intensidad le empalaga, utilícelo como ingrediente para confeccionar una mousse, para darle un toque diferente a un pollo o a un conejo en salsa –con moderación y algo de vino blanco– o, simplemente, desmíguelo o rállelo encima de una manzana al horno
. El guirlache triturado puede convertirse en el relleno de unos bombones, o también, troceado, pero manteniendo todavía su textura y mezclado con canela, en la base de una mantequilla dulce que alegrará sus desayunos hasta la primavera.
La naranja confitada revive si se corta en juliana fina y se mezcla con una crema de chocolate y almendra –se puede elaborar con los restos de turrón de chocolate fundidos al baño María con un poco de mantequilla o nata líquida– que servirá para rellenar o cubrir bizcochos, macarons o galletas.
Las posibilidades son infinitas cuando se trata de practicar una política de aprovechamiento que en estos días de derroche es, si cabe, todavía más necesaria y coherente.
A continuación, un pequeño recetario para alegrar el paladar.
La semana pasada fueron los quesos con mermelada; ayer, las ensaladas templadas; hoy, los huevos a baja temperatura, y mañana, Dios –o Arzak y Adrià, que en este caso viene a ser lo mismo– proveerá.
Pero, mientras el resto de las comidas aceptan con gusto el cambio, retozando alegremente con nuevos ingredientes y cocciones, aceptando con los brazos abiertos salsas y hablando de tú a tú con especias de allende los mares, hay una pequeña parcela de alimentos que viven estancados e inmunes a la evolución.
Esta especie de comunidad amish, empeñada en funcionar al margen del mundo moderno, se presenta en nuestra mesa durante aproximadamente cuatro semanas al año, por estas fechas, y no son otros que los dulces navideños.
En un momento en el que los postres ofrecen contrapuntos ácidos, frescos o incluso salados que permitan disfrutar del contraste, los turrones clásicos, el mazapán en todas sus versiones o el guirlache permanecen exactamente igual que siglos atrás, cuando fueron creados.
Modernizar estas texturas, algo pesadas para los tiempos que corren –muchas cosas han cambiado en la gastronomía desde que en el siglo XV, bajo el reinado de Carlos V, se popularizó el turrón–, puede ser una de las finalidades directas de la propuesta de recetario que viene a continuación.
Otra puede ser dar salida al remanente de estos alimentos que se abandonan en las alacenas después de fiestas, condenados al destierro hasta que una limpieza a fondo los manda a la basura.
Si disfruta con el sabor del turrón de Jijona, pero su intensidad le empalaga, utilícelo como ingrediente para confeccionar una mousse, para darle un toque diferente a un pollo o a un conejo en salsa –con moderación y algo de vino blanco– o, simplemente, desmíguelo o rállelo encima de una manzana al horno
. El guirlache triturado puede convertirse en el relleno de unos bombones, o también, troceado, pero manteniendo todavía su textura y mezclado con canela, en la base de una mantequilla dulce que alegrará sus desayunos hasta la primavera.
La naranja confitada revive si se corta en juliana fina y se mezcla con una crema de chocolate y almendra –se puede elaborar con los restos de turrón de chocolate fundidos al baño María con un poco de mantequilla o nata líquida– que servirá para rellenar o cubrir bizcochos, macarons o galletas.
Las posibilidades son infinitas cuando se trata de practicar una política de aprovechamiento que en estos días de derroche es, si cabe, todavía más necesaria y coherente.
A continuación, un pequeño recetario para alegrar el paladar.
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