Un Blues

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Del material conque están hechos los sueños

20 dic 2013

Las 5 claves para distinguir un perfume verdadero de uno falso

Que no te den gato por liebre. Aunque te juren que lo que tienes entre manos es auténtico, no caigas en la versión 'cool' del timo de la estampita..

 

cover perfumes

Foto: Getty
“La mejor manera de saber que te estás llevando un perfume de verdad es comprarlo en los canales autorizados
. Ahí el 100% son legales porque, a diferencia de otros sectores como el textil, en perfumería no hay sobreproducción en origen que luego se distribuya por canales clandestinos”, sentencia Val Díez, directora general de Stanpa (Asociación Nacional de Perfumería y Cosmética).
 La picaresca de algunos vendedores no conoce límites.
 En algunos mercadillos llegan a ofrecer las falsificaciones como “perfumes robados” para que el comprador crea que está haciendo el gran negocio del día
. “Puede que hasta le enseñen uno de verdad, pero el que le venden, que va empaquetado, sea falso”, explica Fernando Magariños, abogado de Stanpa. O sea, la versión cool del timo de la estampita de toda la vida.

Comprar una fragancia fuera del circuito legal para ahorrarse unos euros, ya sea en mercadillos, top manta y por Internet en e-commerce de dudosa procedencia, es adquirir siempre una falsificación.
“Y éstas siempre se elaboran en laboratorios o almacenes clandestinos, sin ninguna norma de higiene y con los trabajadores en condiciones de explotación laboral.
 No solo en China. También existen en España”, asegura Jesús Martín Moreno, jefe del Grupo de Propiedad Industrial de la Policía Nacional. “El vendedor es el último eslabón de redes ilegales de distribución que se saltan las normas sanitarias, las laborales y las fiscales.
 El problema con el que muchas veces topamos al hacer estas intervenciones es que el ciudadano de la calle se apiada del vendedor, que suele ser un inmigrante ilegal en una situación de absoluta vulnerabilidad
. No se plantea que esta actividad hace daño también al que tiene su perfumería legal, al del transporte, el almacén…”.

Aunque últimamente los piratas afinan bastante al copiar, distinguir un perfume de verdad de la falsificación es bastante fácil, incluso sin tener el original a mano. Fernando Magariños da algunas claves para descubrir, a ojo de buen cubero, si un perfume es falso:

1. El celofán
Un vistazo al plástico que envuelve la colonia basta para percatarse de que es un trucho.
“En los originales el celofán tiene cuerpo, los pliegues son exactos y queda adherido al embalaje. En la falsificación, suele ser fino y quedar aire entre el cartón y el celofán. Se nota fácilmente porque al frotarlo, suena”.

2. El estuche


Las marcas comerciales juegan duro en el punto de venta
. Imagina un duty free: decenas de cajas intentando atraer la atención del cliente. Todo vale: el brillo, la impresión impecable de las letras, la generosa textura del cartón que se ve a través del celofán… En el mercadillo, en cambio, las cajas dan una impresión más chusca. “El cartón es de peor calidad, de menor gramaje. También sucede con el ensamblaje del interior y que impide que la botella se mueva durante los traslados”.
 Si sospechas que una marca de lujo jamás acabaría una caja así de mal, lo más probable es que lo que tengas entre manos sea un fake.

3. El frasco.


Fundamental: es el recipiente donde se almacena algo que vas a ponerte sobre la piel. Y que, en parte, se absorberá.
 ¿Te pondrías un perfume que viniera en una lata de gasolina? “En los verdaderos, el cristal es de calidad, liso, transparente y de una pieza, para evitar pegamentos que puedan contaminar el perfume”, revela Magariños. Pasa la mano por el canto de una falsificación. Notarás un pequeño relieve. Es la unión de las dos partes del frasco.
“Se hacen con dos moldes y se pegan. Además, el tubo dispensador suele estar muy curvado. Se debe a que en el punto de fabricación, todos los dispensadores se cortan a la misma altura. Pero no todos los frascos son iguales, por eso, en muchos caso sobra mucho tubo dispensador.
Y puede estar ensanchado por efecto de algunos ingredientes nocivos presentes en el perfume”.
4. El etiquetado.
La ley obliga a todos los fabricantes a desglosar los ingredientes de cualquier cosmético.
 Los perfumes no son una excepción. “Si no vienen en el exterior de la caja, vendrá el símbolo de un libro que quiere decir que están en el interior
. En las falsificaciones, pueden no estar.
 Y puede que tampoco esté el número de lote ni el código de trazabilidad, que es un código diferente al Ean (el consabido código de barras) y que pone el fabricante para saber qué recorrido ha tenido ese producto en concreto desde su fabricación.

5. Interior.


Para fabricar un perfume, un nariz puede tirarse un año trabajando.
 En las fábricas, se trabaja con extrema pulcritud para no degradar la mezcla ni permitir que se cuelen microorganismos u hongos, “que puede suceder al tratarse de esencias procedentes de flores”, apunta Val Díez.
 Las condiciones de higiene de un taller clandestino dejan mucho que desear
. Por no hablar de que, evidentemente, “no se atienen al reglamento 1223/2009 de la UE, que determinan qué sustancias y en qué medida se pueden incluir en los perfumes”.
 Puede haber ingredientes tóxicos, alergénicos, que provoquen fotosensibilidad… e incluso, potencialmente, cancerígenos o perjudiciales para la reproducción.
 “Hablamos de la diferencia entre usar un alcohol de alta calidad o uno de uso industrial. Y plomo, arsénico, cadmio…Se ha detectado incluso orín de caballo para lograr el color amarillo de algunos perfumes”.
Claves más que suficientes para desenmascarar a una copia aunque te la vendan como buena.
“Nos han vendido que el pirata es bueno, una especie de Robin Hood que roba a las marcas, que ganan millones, para poner en la calle esos mismos productos pero más baratos.
Pero, en realidad es un delincuente que explota a sus trabajadores, no respeta la propiedad industrial, viola las normas fiscales y pone en riesgo la salud pública”, sentencia David Ortega, responsable de asuntos europeos de la OCU
 . La policía se lo pone difícil, pero la elección final depende del consumidor. Ya sabes: que no te den gato por liebre.
Aunque huela bien.

¿Odias la navidad? Tranquilo, no estás solo.

¿Odias la navidad? Tranquilo, no estás solo

Si las melodías navideñas te irritan, el muérdago te produce alergia y las celebraciones con los parientes te estresan eres un grinch o un scrooge y cada vez hay más personas como tú.

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En los cuentos infantiles una característica para reconocer al malvado era, y me temo que todavía es, al menos para la factoría Disney, que éste siempre odiaba la navidad.

 El empresario huraño y explotador que retrató Dickens en A Christmas Carol (Cuento de Navidad) bajo el nombre de Ebenezer Scrooge, además de exprimir a sus empleados, pagarles salarios ínfimos y restringirles la calefacción –¿les suena?– registraba una indeseable característica: era contrario a las celebraciones navideñas.

 Lo mismo que el Grinch, un personaje creado en 1957 por el autor Theodore Seuss Geisel, más conocido por Dr. Seuss, que incluyó a este diablillo de color verde en el libro How the Grinch Stole Christmas (Como el Grinch robó la navidad), otro ser malévolo, empeñado en borrar del calendario estas fechas tan entrañables.

Siempre he sostenido la teoría de que deberían actualizarse los cuentos infantiles porque el hombre del saco ahora lleva un contenedor y cada día surgen aberraciones nuevas. ¿Qué tal si el nuevo monstruo de las navidades es la angustia que les genera a los padres cuando el dinero no les alcanza para proveer a su hijo con una consola 'Retro Master System Árcade Gamer Portátil'?

Son muchos ya los que empiezan a identificarse con Scrooge en su alergia al muérdago y desearían que el calendario pasase, como por arte de magia, la página de diciembre.

 Aunque a decir verdad, y puestos a pedir, mejor que haga lo mismo con noviembre, ya que las navidades cada año empiezan antes. Últimamente después de sobrevivir a los fantasmas de Halloween, y sin unos días de respiro, nos vemos inmersos en los de las navidades presentes y futuras, que, de seguir esta tendencia, amenazan con atacarnos en pleno agosto, al borde del mar.

Hugh Grant es uno de esos grinchs que sueñan con un mundo sin espumillón, pero consciente de que eso nunca va a ocurrir, se traslada con su padre a un país musulmán, generalmente Marruecos, para ignorar estas fechas. Ozzy Osborne, como buen gótico, las prohibiría y su mejor memoria navideña fue cuando en el 2003 tuvo un accidente de bicicleta, que rememoraba con alegría: “Estuve en coma por algún tiempo, por lo que me perdí la navidad. Gracias a Díos”.

 Lady Gaga confesó también hace años que le deprimía esta celebración y en uno de sus conciertos rompió un muñeco de Santa Claus frente a sus seguidores. El actor británico Colin Firth, que puso voz al personaje de Fred Scrooge, el sobrino del malvado de Dickens en la película animada, Cuento de Navidad (2009), reconoció que, en cuanto a filosofía navideña, estaba más cerca de su tío en la ficción, que del resto de la humanidad.

Recientemente se ha publicado que el portal de búsqueda de vuelos Skyscranner elaboró este año una encuesta entre sus usuarios para averiguar por qué les gustaría escapar de la Navidad. Las diez razones más comunes fueron: para huir de la suegra, por compromisos con la familia política, para escapar del ambiente navideño, para celebrar las fiestas en otro destino, para descansar solo con su pareja, para evitar volver a casa por Navidad, para ir a un destino de playa, para llegar a tiempo a las rebajas de ciudades famosas, para practicar el ski y para formar parte de una celebración navideña famosa.

En el fondo de todas estas razones se esconde el hecho, registrado ya por profesionales, de que estas fiestas consiguen todo lo contrario a lo que se proponen: deprimir y estresar al personal hasta límites insospechados. La revista Psychology Today, en un artículo titulado Why people get depressed at Christmas, (Porque la gente se deprime en Navidad escribía: “De acuerdo con The National Institute of Healh, la Navidad es la época del año con mayor incidencia de depresiones. Psiquiatras, psicólogos y demás profesionales de la salud mental reconocen un aumento de los pacientes con depresión”.

 El psiquiatra José Antonio López Rodríguez, vicepresidente de la Asociación Española de Psiquiatría Privada, matiza un poco al afirmar que “más que cuadros depresivos, lo que le sucede a mucha gente es que sufre tristeza y melancolía y se siente muy mal, pero no es lo mismo que tener depresión. Las peores fechas del año, a nivel de salud mental, son octubre, por la llegada del otoño y la mayor oscuridad, al ser los días más cortos, y navidad. Estas fiestas de final de año hacen que la gente añore a familiares que ya no viven o épocas pasadas, más felices. Y están también los que se sienten muy estresados con las múltiples celebraciones –especialmente las mujeres, que son todavía las que, generalmente, se ocupan de cocinar y organizarlo todo–, o con el hecho de verse con personas o parientes que no son de su agrado, o enfrentarse a los gastos extra de los regalos. Mientras los que están solos, sufren también porque se agudiza su sentimiento de soledad. Mi consejo es, si se puede, escaparse y tomarse unas vacaciones y, en su defecto, dosificar y afrontar las cosas con calma”, recomienda López Rodríguez.

Pero si las navidades son malas para la psique para el medio ambiente son devastadoras. Según la EPA (Environmental Protection Agency), la cantidad de basura se incrementa en un millón de toneladas en U.S.A. entre Acción de Gracias y Año Nuevo, la mayoría procedentes de paquetes, envoltorios y adornos de dudoso gusto. Por no hablar del gasto de energía eléctrica que suponen las imprescindibles luces, que a veces se llevan a extremos que rayan la demencia. Bajo el epígrafe de “Insane Christmas lights”; (Luces de Navidad Dementes), Youtube dispone de una sección que deja patente el extremismo de muchos a la hora de decorar sus hogares y fachadas. Si uno se asoma a la ventana y tiene la sensación de estar en Las Vegas es que alguien ha ido demasiado lejos. La iluminación navideña de Brighton, del pasado año, lo hizo, claro que en otro sentido ya que algunos adornos representaban un pene y otros tenían frases como Buy more shit (compra más mierda) o I hate my job (odio mi trabajo).

Desde Ecologistas en Acción cada año se lanzan campañas para impulsar a la gente a vivir unas fiestas más ecológicas. Según Ánxela Iglesias, responsable de medios, “tratamos de recordar a la gente lo insostenible de la forma actual que tenemos de celebrar estas fiestas, alejada de nuestras tradiciones.

 Un estudio que se hizo en Francia desveló que tenemos una media de 3.000 a 4.000 objetos en casa, quince veces más de lo que tenían nuestros abuelos.

 En la comunidad de Aragón, por ejemplo, la basura se incrementa en un 25% en Navidad. Desde la asociación insistimos en que se suprima la tradición del árbol de Navidad, que además no es nuestra, que se dejen de consumir alimentos exóticos y que se vivan unas celebraciones más minimalistas”.

Como los que odian la Navidad son ya legión abundan las webs y manuales que dan consejos para sobrevivir a las comilonas, los parientes indeseables, las horrendas cancioncillas que machaconamente repite la megafonía por doquier y las películas hechas por guionistas que, a diferencia de la decoración general, cuentan con muy pocas luces. Ihatechristmas.net es una página que propone kits de supervivencia para Navidad, mientras The Atheist’s Guide to Christmas, aunque no tan irónica ni negativa, informa, por ejemplo, sobre alternativas para cenar la noche de navidad. Cuentan que entre los judíos de Nueva York se hizo muy popular ir a comer en fechas señaladas a restaurantes chinos de Chinatown porque eran los únicos que no celebraban estas fiestas y siempre estaban abiertos. 

El Evening Standard publicaba este año una guía titulada Anti-Christmas events, en la que incluía una charla en la School of Life sobre como evitar la depresión navideña, o una visita al National Army Museum para ver el cartel que en 1647, por orden de Charles I y el Parlamento inglés, prohibió la Navidad. Como lo oyen, el líder puritano Oliver Cromwell consideró que las comilonas y parrandas eran inmorales para estos días sagrados y declaró ilegales estas practicas. 

Cualquiera que fuera pillado celebrando algo era arrestado. La ley duró en Inglaterra hasta 1660, con el fin de los puritanos, pero en EEUU estuvo vigente desde 1659 a 1681. ¿Se imaginan qué felicidad?

Nada puede con la amargura cinematográfica de Haneke

Fotograma de 'Amor', de Michael Haneke.

Fue uno de los estrenos más potentes de inicio de 2013, y a pesar de que después han llegado a los cines otra Palma de Oro como La vida de Adèle, una epatante recreación del espacio exterior como Gravity y las dos películas del año dedicadas a la esclavitud en Estados Unidos -Django desencadenado y 12 años de esclavitud-, los lectores no se han olvidado de la durísima plasmación del final de la vida que es Amor, lo más cercano que probablemente se acerque Michael Haneke a lo que otros llaman comedia romántica. Este año ha sido también el de un documental musical, Searching for sugar man, sobre la increíble aventura artística del músico Rodríguez.

1. 'Amor', de Michael Haneke. Porcentaje: 12.63 %
2. 'Django desencadenado', de Quentin Tarantino. Porcentaje: 11.18 %
3. 'La vida de Adèle', de Abdellatif Kechiche. Porcentaje: 8.071 %
4. 'Gravity', de Alfonso Cuarón. Porcentaje: 7.311 %
5. 'Searching for sugar man', de Malik Bendjelloul. Porcentaje: 5.393 %
6. 'La caza', de Thomas Vinterberg. Porcentaje: 4.814 %
7. 'El lado bueno de las cosas', de David O. Russell. Porcentaje: 4.307 %
8. 'La mejor oferta', de Giuseppe Tornatore. Porcentaje: 3.945 %
9. 'Antes del anochecer', de Richard Linklater. Porcentaje: 3.294 %
10. 'Doce años de esclavitud', de Steve McQueen. Porcentaje: 3.185

El PP de Sanlúcar sirvió zumos del Banco de Alimentos en su desayuno navideño......................!!!EL COLMO!!!!!!

Desayuno del PP de Sanlúcar; en la mesa zumos del Banco de Alimentos. / PP

"Un error lamentable". Con estas tres palabras, el PP de Sanlúcar (Cádiz) ha justificado que durante su desayuno navideño con los medios de comunicación sirviera zumos envasados por el Banco de Alimentos que deben ser repartidos entre gente necesitada.
"Estábamos recogiendo alimentos en la sede y, por una confusión, se sirvieron esos zumos", ha explicado Regina Arocha, miembro de la comisión local del PP y organizadora del desayuno
. El PSOE cree, en cambio, que lo ocurrido es "una barbaridad" y ha exigido a la portavoz del PP de Cádiz y candidata a la alcaldía, Ana Mestre, que dimita porque sus disculpas no son suficientes.
El Banco de Alimentos Solidarios presentó en mayo un envase especial de zumos preparado con frutas a punto de caducar para dar un mayor aprovechamiento a productos que, de otra forma, se hubiesen tirado a la basura.
 Los zumos no se ponían a la venta sino que eran repartidos en los paquetes preparados para el reparto de comida en residencias, albergues, parroquias y otros lugares donde acude gente necesitada o en riesgo de exclusión.
 Arocha, organizadora del desayuno, explicó que su partido llevaba varios días acumulando alimentos en la sede y que, a la hora de colocar los productos para servir a la prensa y miembros del PP, hubo una confusión.
 Es el motivo por el que, según ella, se pusieron sobre la mesa esos zumos para gente necesitada con el sello del Banco de Alimentos, una imagen que ha alcanzado enorme difusión en las redes sociales.
Arocha sostiene que no hubo "mala fe" pero no ha aclarado por qué, entre los alimentos que el PP supuestamente recogía de donaciones particulares, había productos que solo tiene el Banco de Alimentos, a priori uno de los receptores de esa campaña promovida por el PP. El presidente del Banco de Alimentos de Sanlúcar, Eduardo Merino, ha explicado que desconoce cómo pudieron llegar esos zumos al PP y ha descartado cualquier investigación. Se da la circunstancia de que es marido de una de las concejalas del PP presente en aquel desayuno.
El presidente provincial del PP, Antonio Sanz, ha tratado de restar importancia a este "error lamentable".
 A su juicio, nadie debería intentar sacar rédito político de un acto "sin mala fe".
Pero el PSOE ha exigido de inmediato la dimisión de Ana Mestre, cara visible del PP de Sanlúcar. "Aquí hay gente pasándolo muy bien para ver cómo el PP se reparte productos preparados para personas necesitadas.
 Es una barbaridad y no basta con pedir disculpas".