El sexo inspira. Un viaje por algunas de sus obras maestras en museos, iglesias y pinacotecas. El orden de las obras es aleatorio. Y no están todas. Sobre estas líneas, La Gran Odalisca, de Ingres (1814), en el Louvre (París).
Dos mujeres en el baño (hacia 1594). Una exquisita obra anónima de la Escuela de Fontainebleau. En ella aparecen Gabrielle d'Estrées, cortesana y amante del rey Enrique IV de Francia, y su hermana la duquesa de Villars. Museo del Louvre (París, Francia).
Dora y el Minotauro (1936), de Pablo Picasso. Uno de los retratos de Dora Maar que Picasso realizó entre 1936 y 1943. Museo Picasso de Barcelona.
Poema de la almohada (1788), de Kitagawa Utamaro. Una de las litografías de la exposición Shunga. Sexo y placer en el arte japonés, hasta el 5 de enero en el Museo Británico (Londres, Reino Unido).
Adán y Eva expulsados del Paraíso Terrenal (1425-1428), de Masaccio. Capilla Brancacci de Florencia (Italia). En 1987, la recuperación de los atributos masculinos de Adán tras la restauración del fresco provocó un pequeño escándalo. A la izquierda, antes; a la derecha, después.
Éxtasis de Santa Teresa (Entre 1647 y 1651), de Bernini. Capilla Cornaro en la iglesia de Santa María della Vittoria (Roma, Italia). La santa pone los ojos en blanco al recibir el fuego divino de manos de un ángel. La escultura, de mármol blanco, es una pieza clave de la novela Ángeles y demonios, de Dan Brown.
Existe otra escultura de Bernini aún más explícita: Éxtasis de la beata Ludovica Albertoni (entre 1671-1674), en la Capilla Altieri de la iglesia de San Francesco a Ripa, en el barrio romano de Trastévere.
Fresco de Pompeya. En el Gabinete Secreto del Museo Arqueológico de Nápoles (Italia) se puede ver una colección de frescos, mosaicos y esculturas de carácter erótico o pornográfico hallados en las ruinas de Pompeya.
Madonna (1895), de Edvar Munch. Munch pintó varias versiones diferentes de la Madonna entre 1894 y 1895. La de la foto, un grabado en el que aparece enmarcada por espermatozoides y un feto, es una de las más inquietantes. Una de las copias fue subastada en Londres en 2010 por 1,5 millones de euros; otra se encuentra en el Ohara Museum of Art en Kurashiki, Japón.
Amor Vincit Omnia (Amor victorioso; hacia 1602), de Michelangelo Merisi ‘Caravaggio’. Staatliche Museen / Gemäldegalerie (Berlin, Alemania).
Leda y el cisne. Segun la leyenda, Zeus se transformó en un hermoso cisne blanco para seducir a la bella Leda, un tema escabroso que fue utilizado profusamente durante el Renacimiento. La Leda de la foto es una copia que se exhibe en la National Gallery de Londres de un cuadro desaparecido de Miguel Ángel.
Esta otra Leda, atribuida a Francesco Melzi (hacia 1515), es una copia de una obra perdida de Leonardo que se exhibe en la Galería Uffizi de Florencia (Italia).
Manao tupapau (1892), de Paul Gauguin. Albright–Knox Art Gallery, Búfalo, Nueva York (EE UU).
El beso (1927), de Max Ernst. Colección Peggy Guggenheim. Venecia (Italia).