El pasado 8 de noviembre del presente año, los medios de comunicación anunciaban una y otra vez el caso de una
joven de 22 años, quien impulsada por la ruptura reciente de una
relación amorosa, tomó la decisión de quitarse la vida, no sin antes
anunciarlo por una de las redes sociales más importantes.
Casos como este llaman a la reflexión, por lo cual es inevitable
preguntarse si se pudo haber salvado la vida de la joven prestando
atención a las señales de auxilio las cuales fueron simplemente
ignoradas por las personas espectadoras.Según datos del Ministerio de Salud
Hasta septiembre del 2013 se registraron 835 intentos de suicidio y 6,261 atenciones por depresión en El Salvador, siendo esta una de las principales razones que lleva a las personas a quitarse la vida.
Los factores influyentes que explican su ocurrencia son diversos, e incluyen características:
- Individuales.
- Circunstanciales.
- Sociales.
- Culturales.
- Trastornos como la depresión o la bipolaridad.
Leonardo Aja Eslava (2007) explica en su artículo:
“El suicidio y los factores indicadores de riesgo”, que uno de los mitos más comunes es que las personas que expresan claramente su deseo de suicidarse nunca lo intentan; pues para la sorpresa de muchos, los estudios indican que 8 de cada 10 personas que se quitaron la vida hablaron abiertamente sobre sus intenciones; tal y como lo hizo Gabriela Hernández al publicar en su hoja de perfil una foto y una nota de despedida.
Redes sociales
En la actualidad las redes sociales forman parte importante en las interacciones de las relaciones juveniles; es decir los noviazgos, amistades, e inclusive las relaciones de negocios se ven influidas por nuevos significados.
Hace unos años que “te gustara” una foto de una persona o un evento no podía meterte en problemas con tu pareja o tu mejor amiga; ni era imperdonable que no ofrecieras una felicitación de cumpleaños por escrito. La cultura, la tecnología y sus interacciones avanzan a pasos agigantados y las comprendamos o no, no se detienen.
Las redes sociales ofrecen para la juventud y personas de todas la edades, la oportunidad de proyectarse en la forma que quieren ser percibidas, presentando lo que ellas consideran mejor de sí o el ideal de sí; como una tarjeta electrónica de presentación que vende identidades perfectas y a la medida.
En algunas ocasiones es un intento de lograr conexión con alguien, es saber que dentro de 400 o más personas que se encuentran en línea, podría existir una que se identificará con la publicación y que entenderá el sentir de quien comparte dicho mensaje
. Ese fue posiblemente el propósito de Gabriela, quien con un rostro que contrastaba sonrisa y llanto se despidió del mundo frente a cientos de personas.
Existen algunos indicios que nos pueden dar luces de estos gritos de ayuda, que algunas veces son más silenciosos que otros
. Las personas que consideran el suicidio como opción, normalmente no están motivadas por la idea de la muerte en sí, sino porque se sienten atrapadas en alguna problemática que cree sin salida.
Las personas con ideas suicidas, con frecuencia, tienen sentimiento de vergüenza, culpa, desesperanza; o se ven así mismas como víctimas y carga para sus seres queridos, además pueden experimentar una pérdida que consideran insuperable o soledad extrema.
Algunas veces, más no siempre, podremos observar algunos cambios en la conductas como:
- Problemas de concentración.
- Regalo repentino de pertenencias de mucho valor.
- Perdida de interés en actividades que antes eran significativas.
- Presentar nuevos comportamientos autodestructivos (como beber alcohol en exceso o consumir sustancias ilícitas).
- Aislamiento.
- Hablar sobre temas relacionados a la muerte o inclusive la planificación del perfecto suicidio.
. Las personas somos complejas y diversas, no existe una receta exacta que indique si el intento de quitarse la vida se llevará a cabo o no, y la decisión se encuentra únicamente en las manos de quién decide llevar a cabo el suicidio.
Sin embargo, existen acciones sobre las que sí tenemos poder y decisión y son las encaminadas a la prevención.
Como sociedad debemos procurar luchar por entornos más sanos y libres de violencia; y a nivel personal, podemos facilitar la escucha, el cariño y el acercamiento de un o una profesional a cualquier persona que implícita o explícitamente pida ayuda, brindando así un poco de esperanza.
Fátima Baldovinos.
Psicóloga.