El progenitor de la pequeña asesinada ha concedido una entrevista desde prisión
Asegura que permaneció en su casa de Santiago la tarde del suceso.
Alfonso Basterra , padre de la pequeña Asunta, que fue asesinada el pasado 22 de septiembre en Santiago, afirma que nunca suministró a su hija el medicamento que provocó la muerte de la menor.
El juez que investiga el caso aseguró, sin embargo, en el auto de prisión que el periodista estaba presente en el momento en el que se le suministró la dosis letal de Orfidal a la niña así como en tres ocasiones anteriores similares en los que la pequeña sufrió episodios de somnolencia delante de sus profesoras
. “Yo no di el medicamento a mi hija”, sostiene Basterra en una entrevista concedida al periódico El Correo Gallego en la prisión coruñesa de Teixeiro en la que permanece desde que el juez Taín ordenó su detención acusado de la muerte de la menor junto a su exmujer Rosario Porto.
“Nada de lo que se ha contado al respecto tiene sentido. Si la niña tomó la superdosis de Orfidal que dicen, habría salido ya de mi casa moribunda, y no es así”, asegura el periodista al diario en el que trabajó durante varios años
. Los análisis realizados por el instituto de toxicología sobre los cabellos de la niña corroboraron que Asunta llevaba tiempo consumiendo grandes cantidades de ansiolíticos, algo a lo que ya venía apuntando la Guardia Civil por los testimonios recogidos durante la investigación que relataban varios episodios de somnolencia sufridos por la cría.
Los análisis del pelo confirmaron también que el cuerpo de la pequeña tenía en la sangre una concentración de 0,68 microgramos por mililitro de lorazepán -un fármaco consumido habitualmente por la madre-, una dosis que se considera letal.
A pesar de estos datos, Basterra mantiene que él jamás mintió ni ocultó información al respecto
. “¿Cómo se me puede acusar de algo así si yo mismo avisé a los profesores de que la niña tenía somnolencia?”, se pregunta.
“Posiblemente no tendría que haberla llevado a clase, pero no oculté nada”, mantiene el acusado, que asegura que la pequeña sufrió brotes de alergia en varias ocasiones, algo que desmintieron los médicos que trataban a Asunta cuando acudieron al juzgado a prestar testimonio ante el juez.
Sobre el día de la muerte de su hija, Basterra se reafirma en lo dicho ante Taín en su primera declaración y asegura que no salió de casa en toda la tarde hasta que su mujer le llamó para informarle de que algo había sucedido. “Comimos a la 13.00 y sobre las cinco y veinte de la tarde se fue con su madre caminando con total normalidad, y yo me quedé en casa durante toda la tarde, hasta que Charo me llamó para confirmarme lo que había pasado e ir a comisaría”, mantiene Basterra mientras pregunta sobre las pruebas que tienen contra él
. El padre de Asunta lleva más de un mes en la prisión de Teixeiro en el módulo de enfermería y durante la entrevista anuncia que saldrá de prisión con “la cabeza muy alta”.
”Voy a demostrar a los que me han juzgado que deberían avergonzarse”, concluye el acusado de la muerte de su hija.
El juez que investiga el caso aseguró, sin embargo, en el auto de prisión que el periodista estaba presente en el momento en el que se le suministró la dosis letal de Orfidal a la niña así como en tres ocasiones anteriores similares en los que la pequeña sufrió episodios de somnolencia delante de sus profesoras
. “Yo no di el medicamento a mi hija”, sostiene Basterra en una entrevista concedida al periódico El Correo Gallego en la prisión coruñesa de Teixeiro en la que permanece desde que el juez Taín ordenó su detención acusado de la muerte de la menor junto a su exmujer Rosario Porto.
“Nada de lo que se ha contado al respecto tiene sentido. Si la niña tomó la superdosis de Orfidal que dicen, habría salido ya de mi casa moribunda, y no es así”, asegura el periodista al diario en el que trabajó durante varios años
. Los análisis realizados por el instituto de toxicología sobre los cabellos de la niña corroboraron que Asunta llevaba tiempo consumiendo grandes cantidades de ansiolíticos, algo a lo que ya venía apuntando la Guardia Civil por los testimonios recogidos durante la investigación que relataban varios episodios de somnolencia sufridos por la cría.
Los análisis del pelo confirmaron también que el cuerpo de la pequeña tenía en la sangre una concentración de 0,68 microgramos por mililitro de lorazepán -un fármaco consumido habitualmente por la madre-, una dosis que se considera letal.
A pesar de estos datos, Basterra mantiene que él jamás mintió ni ocultó información al respecto
. “¿Cómo se me puede acusar de algo así si yo mismo avisé a los profesores de que la niña tenía somnolencia?”, se pregunta.
“Posiblemente no tendría que haberla llevado a clase, pero no oculté nada”, mantiene el acusado, que asegura que la pequeña sufrió brotes de alergia en varias ocasiones, algo que desmintieron los médicos que trataban a Asunta cuando acudieron al juzgado a prestar testimonio ante el juez.
Sobre el día de la muerte de su hija, Basterra se reafirma en lo dicho ante Taín en su primera declaración y asegura que no salió de casa en toda la tarde hasta que su mujer le llamó para informarle de que algo había sucedido. “Comimos a la 13.00 y sobre las cinco y veinte de la tarde se fue con su madre caminando con total normalidad, y yo me quedé en casa durante toda la tarde, hasta que Charo me llamó para confirmarme lo que había pasado e ir a comisaría”, mantiene Basterra mientras pregunta sobre las pruebas que tienen contra él
. El padre de Asunta lleva más de un mes en la prisión de Teixeiro en el módulo de enfermería y durante la entrevista anuncia que saldrá de prisión con “la cabeza muy alta”.
”Voy a demostrar a los que me han juzgado que deberían avergonzarse”, concluye el acusado de la muerte de su hija.