Un Blues

Un Blues
Del material conque están hechos los sueños

20 oct 2013

Julianne Moore, la pelirroja más deseada

Su pose, si la tiene, es de una desarmante naturalidad. Pero el cine sigue enganchado a su profesionalidad y seducción. En Don Jon la actriz vuelve a ser la más deseada..

Julianne Moore

 

Aunque sus personajes han vertido muchas lágrimas en la gran pantalla, y es en pleno ataque de llanto cuando conoce a Jon Martello en Don Jon (la nueva película de Joseph Gordon-Levitt que estrena el 31 de octubre), lo cierto es que Julianne Moore tiene una risa sonora y contagiosa.
Espontánea, directa y atenta, posee un brillo de inteligencia en su mirada y, sí, es muy bella. De una belleza más delicada que fogosa, a pesar del rojo de su cabellera.
 La embajadora de L’Oréal Paris viste un traje amplio y corto de seda negra que se apresura a decir que es de Alexander Wang.
 Lo hace justo antes de levantar una pierna y mostrar sus sandalias del mismo diseñador: «¿No son impresionantes?», exclama con el entusiasmo de una niña que estrena zapatos nuevos.
Si en Boogie Nights Moore dio vida a una maternal actriz porno y en El gran Lebowski a una artista radicalmente sexual, este otoño la intérprete vuelve a los cines para enseñar algunas lecciones (de sexo) de vital importancia a un joven adicto a la ciberpornografía.
 Su personaje, Esther, tiene un aire hippie y desprejuiciado, el contrapunto perfecto a la exigente Scarlett Johansson, cuya ambición por alcanzar una vida perfecta, como en las comedias románticas, le impide ir más allá.
El papel de Moore está liberado del estereotipo y la actriz también parece estarlo al apostar por un director novel y un personaje maduro en todos los sentidos de la palabra
. «Leí el guión en un avión, como siempre, porque tengo la sensación de que solo leo estas cosas de trabajo en aviones», explica. «Alguien me había dicho que la película iba sobre porno y pensé:
“¡No quiero leer esto!”. Estaba sentada al lado de mi marido y, cuando lo terminé, le dije: “¡Pero si esto no va de porno!”. Me pareció precioso, sorprendente, conmovedor y tan gracioso…
 Así que decidí hacerlo».
Moore está casada con el director y productor Bart Freundlich, nueve años más joven que ella y con quien tiene dos hijos que rozan la adolescencia.
 Dice que la familia es lo que frena su regreso a los escenarios teatrales, el lugar donde arrancó su carrera tras graduarse en arte dramático.
De las tablas, la estadounidense pasó a la televisión, y no fue hasta la década de los 90 cuando, con 30 años ya cumplidos, llegó al cine de la mano de Louis Malle en Vania en la calle 42.
 Desde entonces su carrera ha sido imparable: Spielberg con Parque Jurásico, los Cohen y El gran Lebowski, Altman en Cookie’s Fortune y Anderson en la memorable Magnolia la convirtieron en una diosa. Estuvo nominada en un mismo año al Oscar como mejor actriz protagonista y mejor actriz de reparto por Lejos del cielo y Las horas.
 Y ahora, nos habla de su nuevo trabajo, dos meses antes de estrenar Carrie, la versión cinematográfica de la novela de Stephen King.
¿Qué es lo que más le atrajo de su personaje en Don Jon?

Resulta refrescante encontrar un papel para interpretar a una persona que, debido a sus circunstancias, no le queda otra que ser totalmente auténtica.
 Hay algo interesante en Esther, como si no tuviera piel.
 Está siempre presente, inmersa en el momento. Y todo esto es el resultado de lo que ha vivido. Esto me pareció muy inusual; no había visto una descripción así de nadie en un guión.
¿Piensa que el filme reivindica la fuerza de atracción de las mujeres?

Gordon-Levitt habla bastante de cómo su madre lo crió en un ambiente feminista.
 Pero una de las cosas que me resulta más interesante de la película es que ofrece una perspectiva poco común sobre dónde ponen los hombres sus expectativas sobre las mujeres
. Enfrenta la fantasía que supone el porno a la de las comedias románticas
. Esto es fascinante. Nadie lo había explicado así antes y los dos puntos de vista existen y son igualmente inalcanzables y poderosos.
¿Las comedias románticas son un espejismo donde quedan atrapadas muchas mujeres?

La gente no habla de las películas románticas como si fueran pura fantasía, pero lo son.
 El filme retrata el universo del cortejo, las escenas en la discoteca y demás, y cómo todos esperan que eso culmine en una boda
. Pero cualquiera que vive una relación sabe que el verdadero trabajo empieza después de todo eso. Joseph ha logrado encapsular esto en la cinta.
¿El tema de las relaciones entre mujeres maduras y hombres jóvenes es algo que está cobrando especial importancia últimamente?

Es algo que siempre ha estado ahí, y no merece la pena ni hablar de ello. Creo que existen todo tipo de relaciones y de diferencias de edades.
 La mayoría de la gente acaba con alguien que está en su misma franja de edad simplemente porque es con quien se mezcla.
 Cualquier diferencia de edad grande en una relación es un reto, pero no creo que eso realmente importe.
Julianne Moore

Foto: Cordon Press
Moore pasa a hablar de las distintas imposiciones o férreos moldes a los que todos estamos de alguna manera sujetos en las relaciones.
 Las reglas y estereotipos que son caricaturizados en Don Jon abarcan desde la iglesia católica hasta la cultura del ligón de discoteca o la obsesión por el cuerpo perfecto a golpe de pesas en el gimnasio. Tramas superpuestas que impiden realmente disfrutar de la vida.
La de esta actriz fue estable, pero cambiante durante la infancia.
 Hija de un juez militar y una asistente social escocesa, pasó por nueve colegios a medida que su familia iba mudándose de ciudad. Y sí, soñaba desde los 12 años con ser actriz.
Al referirse a este sueño menciona a la periodista y escritora de The New Yorker, Susan Orlean, otra pelirroja muy interesante.
 «Susan decía que, de pequeña, adoraba leer y escribir, y quería dedicarse a esto
. Y hoy es justo lo que hace
. Para mí, la simple idea de que has logrado llevar a cabo algo que te gustaba de niño ya es increíble, ¿no? Los padres pasan mucho tiempo con sus hijos y siempre les preguntan qué quieren hacer, pero hasta los propios niños sienten un freno frente a esos sueños del tipo:
 “No sé si podré ser estrella de rock”. De alguna manera, entienden que no hay muchas posibilidades de que ocurra pero… ¿y si las hay?».
Moore alza las cejas y sonríe. «Me siento muy afortunada de hacer lo que me empezó a gustar de niña. Es estupendo»
. Y lo cierto es que ella no solo lo ha conseguido, sino que ha logrado adaptar el molde de estrella a su estilo personal.
 Vive en el West Village, escribe libros para niños, lee todos los guiones que le envían y compagina su vida y su profesión lo mejor que puede.
 Asegura que no hay un plan rígido ni un objetivo claro
. La vida, sostiene, «siempre tiene mucho de improvisación».
Cuenta que la muerte de su madre le hizo insoportable la idea de interpretar un papel dramático –«todo me parecía flojo en comparación con lo que estaba viviendo»–.
Y, al parecer, sigue dejando huella en su trabajo
. Este otoño, Moore publica Mi madre es extranjera, inspirado en su experiencia personal como hija de una mujer que nunca renunció a su identidad escocesa.
 Algo que llevó a la actriz a solicitar el pasaporte británico.
 «Mi madre estaba muy unida a su cultura, y a menudo nos recordaba que no éramos 100% estadounidenses.
El libro trata sobre la dicotomía de un niño con un padre extranjero ante el mundo y ante la persona más cercana a él», explica.
Moore desmitifica a la menor ocasión su estatus de estrella rutilante y se apresura a decir que pasa mucho tiempo esperando a que alguien le mande algún guión
. «Luego las opciones son simplemente dos: aceptar o no», dice cargada de sentido común.
Añade que más allá de su gusto personal no tiene otros baremos en consideración
. Eso sí, si los rodajes son lejos de casa, deben coincidir con las vacaciones escolares para que su familia pueda acompañarla.
¿Los estereotipos son más fuertes en Estados Unidos que en otros lugares? ¿Cree que hay un hilo narrativo que la gente intenta emular en la vida?

No sé muy bien cómo comparar esto culturalmente. Este discurso narrativo superpuesto nos marca determinadas formas de comportamiento.
 Pero lo cierto es que, en realidad, nunca sabes lo que va a pasar, cómo se van a resolver las situaciones o a qué tendrás que enfrentarte en un futuro.
¿Aplica esto a su carrera?

En el ámbito profesional solo intento ver si hay algo que me interesa o no en los personajes.
No tengo un plan muy definido, no tengo tanto control.
 Y aquí volvemos al tema de los argumentos y las tramas que todos buscamos: porque después de haber hecho muchas entrevistas durante todos estos años, ya sabes que el hilo periodístico es que te pregunten por tus planes, tus consejos de belleza o tu conciliación de la vida laboral y personal, cómo vives, qué te inspira en un guión, bla, bla, bla…
Y siempre debo dar una respuesta clara cuando, en realidad, muchas veces no la tengo. ¿Quién sabe? Todos siempre estamos tratando de encontrar una respuesta.

El tenor de ‘La Traviata’ se desploma y le sustituye el de ‘La Valquiria’ en Les Arts.


El tenor Ivan Magri y la soprano Jessica Nuccio, en un ensayo. / TANIA CASTRO

El estreno de la octava temporada del Palau de les Ars con La Traviata, de Verdi, fue accidentado.
El tenor que interpretaba el papel protagonista masculino, Ivan Magri, cayó desplomado por un contractura cervical.
 Sólo había cantado el primer acto, y después del dúo del segundo acto, se retiró del escenario y se dejó caer al suelo en bambalinas, dolorido e incapaz de continuar.
Se produjo entonces una interrupción de unos 20 minutos, que alteró al público, entre el que se encontraba el presidente de la Generalitat, Alberto Fabra.
Al no contar con un cover, sustituto contratado para papeles protagonistas, la intendente del Palau de les Arts, Helga Schmidt, y el equipo de producción tiraron de alternativas a mano que tenían preparadas. Contaban con un tenor valenciano, conocedor del papel que, de hecho, estaba presente en el estreno de la ópera porque había sido advertido de la posibilidad de cantar, dado que el tenor titular Ivan Magri ya se había estado quejando durante los ensayos de fuertes dolores de espalda y de las cervicales.
 Sin embargo, se optó por otra solución. Se ofreció a reemplazarle el tenor austriaco Nikolai Schukoff, a quien el director de orquesta Zubin Mehta sí conoce por estar ensayando el papel de Siegmund en Die Walküre (La valquiria), que se repondrá en noviembre.
 Y así fue.
No en vano, Schukoff, que interpretó en varias ocasiones el mismo papel de Alfredo, ya había sustituido en el ensayo pregeneral a Magri.
 En el general, el tenor siciliano italiano se desenvolvió sin problemas, por lo que decidió seguir adelante.
En la noche del estreno, Schukoff cantó sin actuar, desde un atril ubicado en un extremo del escenario. Adoptó su registro wagneriano a la lirismo de la ópera verdiana.
Su sombra teatral fue el coreógrafo Christian David Krumm, que interpretó el papel que enseñado a otros, según informa Efe.
 Ya al inicio de la función, el Palau de les Arts alertó al público de que el tenor sufría problemas cervicales. Al final, pasó lo que se temía.
Durante la espera de 20 minutos, el público llegó a emitir algún silbido
. El director musical, Zubin Mehta, salió del foso de la orquesta y se ausentó durante ese tiempo.
Fuentes del teatro valenciano de la ópera explican que, cuando se puede, cuentan con un cover procedente del Centro de Perfeccionamiento Plácido Domingo del Palau de les Arts.
 Y si no, disponen de una lista de contrastados cantantes, localizados y advertidos, capaces de afrontar el papel si acontece algún imprevisto. El sábado por la noche, el coliseo disponía del cantante valenciano y de la posibilidad de Shuckoff. Otras óperas se sirven de los dobles repartos para cubrir posibles bajas.
En función de la evolución de Ivan Magri, que fue retirado en ambulancia del teatro, aunque se encuentra en buen estado, se decidirá quién es el protagonista de la próxima función, el 24 de octubre.
 La obra se representará hasta el 13 de noviembre. 
A pesar de todos los contratiempos, el público acabó aplaudiendo y ovacionando a los intérpretes, incluido el tenor sustituto y su álterego escénico.
 La soprano Jessica Nuccio, como Violetta Valéry, y al barítono Simone Piazzola, que ha dado vida a Giorgio Germont, fueron especialmente aclamados.
También Mehta y la Orquestra del Palau, como es habitual.
Al margen de la confusión vivida tras la indisposición del tenor, la puesta en escena basada en el montaje con el que el alemán Willy Decker triunfó en el Festival de Salzburgo destacó por su elegancia, efectos cromáticos y minimalismo.
 Esta producción de De Nederlandse Opera de Amsterdam constituye la segunda vez que el coliseo valenciano programa el clásico del compositor de Busseto, con libreto de Francesco Maria Piave basado en La dama de las camelias, de Alejandro Dumas hijo, tras el éxito en 2010 del montaje de Henning Brockhaus, conocido como La Traviata de los espejos, con Lorin Maazel en el podio.
Meisje Barbara Hummel es la directora de escena de la reposición de esta producción, con escenografía de Wolfgang Gussmann, vestuario de Wolfgang Gussmann y Susana Mendoza, iluminación de Hans Toelstede y coreografía de Athol John Farmer, que ha afrontado en el estreno el difícil cometido de representar el papel de Alfredo mientras Nikolai Schukoff daba voz al personaje, ambos con sobrada solvencia y creciente soltura, algo que ha sabido recompensar calurosamente después el público.
El Palau de les Arts está viviendo unos momentos difíciles tanto por los recortes presupuestarios como por el expediente de regulación de empleo (ERE) que al final afectará a 40 de sus casi 300 trabajadores, incluidos los miembros de la Orquestra de la Comunitat Valenciana.

Los mercados atisban la recuperación

España despide la recesión con el aval de los inversores internacionales

Los expertos avisan que la mejora financiera es el primer paso de un largo camino, lleno de riesgos.


La pantalla, el el parqué de la Bolsa de Madrid, indica el máximo que el IBEX marcó el viernes / Sergio Barrenechea (EFE)

La economía española despide la recesión más prolongada de su historia reciente
. Es la segunda vez en un lustro que su producto interior bruto (PIB) trimestral, la síntesis estadística del crecimiento, abandona los números rojos.
Pero, a diferencia de lo ocurrido en 2010, tras la enorme ola destructiva que desató el crac de Lehman Brothers, zarpa con el viento a favor de los mercados. Los inversores otean el inicio de la recuperación, un horizonte distante aún para la inmensa mayoría de los ciudadanos, sitiados por el paro, las deudas, los recortes y las bajadas salariales.
Los expertos coinciden en que queda por delante un largo camino, no exento de riesgos.
 Pero señalan también, que, como la crisis, la recuperación se anuncia en los mercados. Y que ese primer paso está dado.
El mundo de las finanzas parece discurrir estos días por una órbita muy distinta de la que trazaría un país con seis millones de parados
. Pero las continuas muestras de entusiasmo —desde el “¡Viva España!” que proclama el último informe de Morgan Stanley, a la afirmación de que “a España le está llegando dinero para todo”, del presidente del Santander, Emilio Botín—, la apuesta por inversiones, acciones y bonos españoles, tiene base real.
 Y, sobre todo, tiene consecuencias reales.

Fuentes: Instituto Nacional de Estadística, Bloomberg y Eurostat. / EL PAÍS
La Bolsa española ha pasado esta semana la cota de los 10.000 puntos y atesora la mayor revalorización, un 23% en lo que va de año, entre las plazas financieras occidentales.
 La prima de riesgo, ronda los 240 puntos básicos, que es la diferencia de rentabilidad con el bono alemán mas corta en dos años. El Tesoro paga menos del 1% por financiarse a un año, un coste similar al de antes de la crisis. Bancos y compañías amplían capital o colocan bonos.
Y algunos fondos extranjeros compran ya carteras inmobiliarias.

Euforia financiera

“Que el Tesoro pueda endeudarse al 1% es una excelente noticia”, señala José Antonio Herce, de Analistas Financieros Internacionales (AFI), quien también destaca “las bendiciones de la Comisión Europea al fin del programa de rescate a la banca española”.
 Herce recalca que “lo de los mercados son datos objetivos, y conviene que siga así, porque los fundamentos reales de la economía no van a mejorar de manera perceptible en los próximos trimestres”. Varias pruebas tomarán el pulso a esta incipiente fiebre financiera por España: el Banco Central Europeo revisará la calidad de los activos de la banca europea antes de asumir la supervisión financiera, en 2014. También están pendientes las subastas de las entidades nacionalizadas NCG Banco y CatalunyaCaixa. Y queda por dilucidar si la banca necesitará alguna ayuda más para provisionar las posibles pérdidas asociadas a la refinanciación de créditos.
La diferencia, esta vez, es que los analistas creen que “los bancos españoles, después de su cura de adelgazamiento, están en mejor posición que sus homólogos europeos”, en palabras de Tristan Cooper, analista de la gestora Fidelity. Al mayor interés de los inversores extranjeros contribuye también que los mercados emergentes pierden atractivo, o que el anuncio de la retirada de inyecciones de liquidez en EE UU, incentiva la búsqueda de inversiones fuera de Estados Unidos.
 El Gobierno confía incluso en que las agencias de rating ratifiquen a finales de año que ya descartan calificar la deuda pública española como bono basura.

El trampolín del BCE..., y de las exportaciones.

“El choque de desconfianza que se produjo a partir de 2011, la idea de que el euro se iba a romper, y se iba a romper por España, eso ha desaparecido de la percepción de los inversores”, subraya Josep Oliver, catedrático de la Universidad Autónoma de Barcelona.
Las costuras del proyecto europeo estaban a punto de reventar en la primavera de 2012. “Solo cuando el Gobierno de Rajoy asumió la situación, pidió un rescate para la banca y aprobó un ajuste presupuestario duro se aflojó la presión: Bruselas levantó el pie de la austeridad y, poco después, el Banco Central Europeo interviene”, resume Oliver.
Desde entonces, desde “el sermón de las 21 palabras”, como bautiza Herce a la frase con la que el presidente del BCE, Mario Draghi, plasmó el compromiso (no ha tenido que llevarlo a la práctica) de comprar bonos de países que necesiten el rescate europeo, la presión remite poco a poco
. A principios de este año, Simon Nixon, comentarista de cabecera del diario económico estadounidense The Wall Street Journal publica un artículo en el que asume que las apuestas contra el euro han fracasado. En agosto, Nixon, una referencia en los círculos financieros, refleja la percepción creciente entre los inversores de que la crisis en España se había estabilizado, después del apoyo del BCE y de que Bruselas aflojara su obsesión por la austeridad.
 Y brinda por el éxito del “experimento español”: ganar competitividad por la dolorosa vía de los recortes y las reformas, de la devaluación interna, la alternativa elegida a la imposible devaluación de la moneda.
A esa percepción contribuye un puñado de datos positivos, que sintetiza William Chislett, investigador asociado del Real Instituto Elcano, en un trabajo recién publicado, titulado “¿España emergente?”:
“La economía está a punto de salir de la recesión, las exportaciones continúan creciendo, el número de turistas establecerá este año un nuevo récord, la balanza exterior arroja su primer superávit desde 1997, la inversión directa en el país aumenta, los resultados de la banca mejoran, dos tercios de los ingresos de las empresas del Ibex 35 se generaron en el extranjero”.
Chislett prologa su trabajo con una cita que toma prestada a George Orwell — “Ver lo que hay delante de nuestras narices requiere un esfuerzo constante”—, que abunda en la idea reflejada esta misma semana por la publicación británica The Economist: “La de España es ahora una historia de esperanza”.

El termómetro laboral de la crisis

La notable mejora en la percepción de los inversores financieros, los buenos resultados del sector exterior, la recién ganada confianza en los foros internacionales o la salida de la recesión, empequeñecen cuando se contrasta con las fallas de la economía española: para alcanzar la recuperación, aún se tendrán que luchar muchos asaltos en un cuadrilátero imaginario delimitado por lúgubres coordenadas: 0% (crecimiento anémico), 25% (tasa de paro enorme), 50% (caída esperada de los precios inmobiliarios) y 100% (deuda pública con relación al PIB).
 La euforia en los mercados es solo el toque de gong que da inicio al primer asalto.
La próxima semana, el Banco de España debe corroborar que el PIB avanzó un 0,1% en el tercer trimestre. Pero ni el Gobierno cree que el crecimiento supere el 1%, antes de 2015.
 Solo si la mejora de la financiación internacional permite desatar el nudo del crédito a pymes, en caída libre, habrá mejores expectativas.
 “Es difícil a corto plazo, la economía española sigue muy endeudada, pese a que se conceden menos préstamos, el crédito vivo aún equivale al 15% del que existe en la zona euro, cuando el peso de nuestra economía es del 12%”, puntualiza Oliver.
El próximo jueves se publica también la Encuesta de Población Activa (EPA) del tercer trimestre, el termómetro más fiable del mercado laboral.
 Otras estadísticas, como el paro registrado o las afiliaciones a la Seguridad Social apuntan a una estabilización del deterioro en el maltrecho mercado laboral, con casi seis millones de parados
. Los ligeros avances reflejados tienen mucho que ver con los trabajos de temporada (turismo, agricultura, construcción) de los meses centrales del año.
“Pero los datos observados, cuando corregimos de estacionalidad y calendario, son cada vez mejores”, asegura Herce
. Los servicios de estudios dan por hecho que se volverán a destruir puestos de trabajo en el paso de 2013 a 2014, pero también que ese retroceso, también estacional, será menor que en otros años de la crisis. Herce y Oliver coinciden con el pronóstico del Gobierno, que vaticina una mínima creación de empleo (en la comparación anual) para la segunda mitad de 2014.

Europa, Europa

Los analistas de Barclays creen que España puede beneficiarse aún más de la fortaleza mostrada en exportaciones y turismo si el resto de economías europeas crecen a mayor ritmo del esperado.
 Y Bruegel, el think tank con base en Bruselas, insiste en que la recuperación europea, y su incidencia en el comercio mundial, es el “verdadero examen a los nuevos brotes verdes”.
Para mantener lejos las dudas sobre el proyecto europeo, que es como decir las dudas sobre España, la integración del euro debe avanzar, más allá de la supervisión única de la banca que asumirá el BCE. En una reciente audiencia ante parlamentarios británicos, Luis Garicano, economista de la London School of Economics, defendió la necesidad de crear, en el ámbito europeo, un sistema de garantía de depósitos bancarios y, también, un sistema de protección de desempleo.
 “La garantía de depósitos puede ser financiada por los bancos, y las transferencias para los desempleados no superarían el 1% del PIB europeo”, argumentó.
 Mucho dependerá de lo que negocien la CDU de Merkel y el SPD en pos de la gran coalición en Alemania.

El ‘momento 2014’

“España dirá definitivamente adiós a la crisis en 2014”, aventuró ayer el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro
. El Gobierno del PP oscila entre la exaltación de cualquier indicio positivo, y la cautela. En un lado de la balanza pesan los antecedentes, la frustración generada por mensajes de optimismo (los brotes verdes) que resultaron exagerados, tanto en la anterior Administración socialista, como en la actual.
 En el otro platillo, que el próximo año precede al ciclo electoral de 2015 (locales, autonómicas y generales), al que el Gobierno quiere llegar con algún mensaje positivo.
En 2014, las Administraciones españolas se jugarán buena parte de sus posibilidades de cumplir con el ajuste presupuestario pactado con Bruselas, un asunto seguido muy de cerca por los mercados, pero que lastra las opciones electorales
. Además, Rajoy ha decidido integrar la reforma del sistema fiscal y de la financiación autonómica, un proceso de enorme complejidad que también pretende sacar adelante el próximo año.
 Y, de fondo, cuando no en primer plano, la consulta sobre la autodeterminación en Cataluña, una fuente de tensiones políticas que llama la atención de inversores y medios internacionales, como reflejó The New York Times esta misma semana.

¿Recuperación para todos?

En su reciente análisis sobre la mejora de perspectivas de la economía española, The Economist se preguntaba cuándo esos primeros indicios de crecimiento serán capaces de generar un “círculo virtuoso” con mayor consumo, mayor recaudación fiscal y más empleo.
“Es posible que se cree empleo con crecimientos bajos, y eso no tendrá tanto que ver con la reforma laboral, como con que esto es una economía de servicios, pero será empleo precario, y todavía habrá ajustes salariales, lo que mantendrá la renta disponible en niveles bajos
. Nada de eso ayuda, el consumo seguirá deprimido un tiempo”, contesta Oliver.
 Para muestra, las otras noticias de los últimos días: la suspensión de pagos de Fagor, los despidos en Panrico o la reestructuración de deuda de El Corte Inglés.
Si la recuperación que jalean los mercados tardará tiempo en notarse en la calle, corre el riesgo de pasar desapercibida para las familias en pobreza severa, un colectivo (entre uno y tres millones de personas, según la estadística) que no deja de aumentar.
 “Está estudiado que la pobreza aumenta mucho más en tiempos de recesión, que disminuye en tiempos de expansión”, arguye Luis Ayala, catedrático de la Universidad Rey Juan Carlos y coautor del informe Foessa sobre desigualdad.
Para que la recuperación llegase a ese colectivo, “no solo debería ser intensa, sino también acompañada de un incremento muy rápido en niveles de empleo y salarios”, añade Ayala, “un escenario que nadie ve ahora”. Para atajar la pobreza, el catedrático de Economía insiste en la importancia de los instrumentos redistributivos del Estado, “como la sanidad, la educación o las pensiones”, ahora de capa caída.
“La mejora en los mercados financieros es una condición, pero tendrían que darse muchas otras condiciones para que se produzca un cambio real en los hogares con rentas más bajas”, concluye.

 

Víctimas del machismo a los 15

Los casos de maltrato entre adolescentes crecen un 30% en un año

Las relaciones perpetúan patrones sexistas. “Creía que la violencia de género era solo cosa de adultos”.

 

Laura fue maltratada por su novio cuando tenía 15 años. Terminó con la relación cuando los padres de él se enteraron, pero hasta hace poco acarreó secuelas. / SAMUEL SÁNCHEZ

“¿Si me acuerdo de la primera vez?”. Cristina entorna los ojos.
 Aún medio cerrados siguen siendo grandes, marrones y brillantes. “No sé... Empezó poco a poco. Tirones de pelo alguna vez, empujones... Una tarde que estábamos en un parque se enfadó y empezó a pegarme puñetazos en los brazos y en la tripa.
 Luego se puso a llorar. Me asusté tanto... Y me sentí tan mal por verle así que...”, relata.
 El día de esa agresión Cristina, que hoy acaba de cumplir la mayoría de edad, tenía 15 años y llevaba seis meses saliendo con ese chico, de 16.
 Cuenta que al principio todo era “mágico”. Que el resto del mundo no existía para ellos. Pero gesto a gesto él la absorbió.
Y la anuló mucho antes de levantarle la mano.
 Poco después, en una fiesta, una amiga vio como él le agarraba del pelo y le gritaba. “Estaba histérico y mi amiga se asustó.
 Me dijo que el tío era un bestia y que tenía que dejarle. En verdad no era nada comparado con otras veces y algo le conté; pero nunca hablamos de maltrato
. Para mí, lo mío era otra cosa. Violencia de género es lo que les pasa a las mujeres mayores, casadas, adultas. Así pensaba yo”, dice con una sonrisa cansada.
Le costó entender que no. Que había muchas historias similares a la suya. En un año, de 2011 a 2012, los procesos judiciales por violencia machista en adolescentes se han incrementado un 30%.
 Han pasado de 473 a 632, según la Memoria de la Fiscalía General del Estado de 2013.
 Son los primeros datos claros y tangibles de este delito en menores —antes de esas fechas se recogían como violencia intrafamiliar—. Aunque los expertos avisan de que la cifra es solo una migaja de realidad, la que llega a los tribunales. Muchas familias no denuncian lo que les ocurre a las chicas
. Otras no llegan a identificar la situación de maltrato.
Como A., de 14 años, que hace diez días fue asesinada a puñaladas por su exnovio, de 18 años, en su casa de Tàrrega (Cataluña).
 Ni la adolescente ni su familia habían denunciado al joven que terminó con su vida
. La chica, que había roto con él hacía dos semanas, es la víctima mortal más joven de la violencia de género de este año, en el que los asesinos machistas han segado la vida de 39 mujeres.
 Desde que se empezaron a contabilizar las víctimas mortales del sexismo, en 2004, se han registrado dos casos en menores.
 El de A. y el de Almudena, que murió hace justo un año en El Salobral (Albacete) asesinada a tiros por el hombre de 40 con el que mantuvo una relación.
El novio de Alicia le rompió una pierna a patadas.
 Estuvo con él de los 14 a los 19. / Samuel Sánchez
Son dos muestras extremas.
Pero psicólogos, educadores y juristas resaltan que se están detectando, y produciendo, comportamientos y agresiones machistas a edades cada vez más tempranas.
“En los jóvenes se reproducen roles que creíamos superados.
 Patrones en los que el chico es el dominante y ejerce esa dominación a través del control, y la chica adopta una actitud sumisa o complaciente”, describe Susana Martínez, presidenta de la Comisión de Estudio de Malos Tratos a Mujeres.
 Muchas de esas relaciones siguen basándose en el esquema tradicional del amor romántico en el que el hombre es fuerte y la mujer débil, dependiente, necesitada de protección. “
Como en el cuento de la princesa que necesita que el príncipe la salve. Esas pautas, llevadas al extremo, pueden derivar en conductas violentas; pero aunque no lleguen a ello, esas relaciones están impidiendo que las chicas se desarrollen como agentes activos de la sociedad”, apunta Ana Bella Hernández, que preside una fundación de mujeres supervivientes a la violencia de género que lleva su nombre.
Alicia se adentró en ese cuento de princesas cuando tenía 14 años y empezó a salir con su primer novio, de 16.
 Recuerda que se sentía enamorada hasta el tuétano y que, aunque casi desde el principio él tenía enormes arrebatos de celos no lo vio mal.
 “Me sentía incluso halagada. Lo tomaba como si fuera mi caballero andante que estaba celoso porque me quería mucho”, cuenta
. Esta joven rubia, de ojos ambarinos y gesto risueño prefiere no dar su nombre real.
 Cuenta que por aquel entonces su vida era él. Se escapaba de casa para verle, faltaba a clase.
 Con las semanas y los meses esos arrebatos de celos que acababan en discusiones e insultos dieron paso a los empujones, los escupitajos.
 También a la violencia sexual, muchas veces invisible en las estadísticas o en los estudios.
Estuvieron juntos hasta que ella cumplió 19
. Ahora tiene 24. “Los episodios de violencia se sucedían. Pero ocurría, él me pedía perdón y yo le disculpaba... Incluso me llegaba a sentir culpable por haberle provocado, por haber hecho que se alterara de esa forma... Yo le amaba... O al menos eso creía”, cuenta Alicia
. Una noche, a la salida de una discoteca, él le dio una paliza.
 La emprendió a patadas con la chica, le rompió una pierna y le provocó una lesión en el cuello. “Una amiga me llevó al hospital, me escayolaron y me tuvieron que poner un collarín”, relata.
Cuando llegó a casa y le contó a su madre la verdad, la mujer sufrió una conmoción. No sabía nada.
“Él era mi vida y al inicio pensé que los celos probaban su amor”, cuenta Alicia
La espiral de violencia había ido devorando a Alicia, poco a poco, sin que se diera cuenta. El entorno social y los propios jóvenes aún justifican determinadas actitudes sexistas.
Como que los celos son una expresión del amor.
 Una afirmación con la que están de acuerdo el 33,5% de los chicos y el 29,3% de las menores. O que para tener una buena relación de pareja es deseable que la mujer evite llevar la contraria al hombre, como piensan el 12,2% de ellos y el 5,8% de ellas, según un estudio de 2010 sobre violencia de género en adolescentes encargado por el anterior Gobierno socialista.
Ese documento, elaborado por investigadores de la Universidad Complutense se podrá comparar con el estudio que publicará en las próximas semanas el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad
. El nuevo informe, que se basa en las conclusiones de las entrevistas a 8.000 jóvenes, y que aún está en proceso de análisis, confirma que los adolescentes inician las relaciones sentimentales cada vez antes —la edad media está en 13 años— y que son muy permeables a los estereotipos machistas que ven en casa, pero también a través del cine, la televisión, la música, la literatura...
Esos noviazgos tempranos no tienen por qué ser nocivos, explica Virginia Sánchez, profesora de Psicología Evolutiva de la Universidad de Sevilla. Tampoco conducir a situaciones violentas.
 Es positivo que los menores amplíen sus relaciones afectivas a través de esos vínculos, cree. Siempre y cuando la relación sea equilibrada en edad y basada en el respeto.
 Sin embargo, reconoce Sánchez, las relaciones entre los menores son cada vez más agresivas. “Hay mucha violencia verbal mutua que, si no se ataja, puede derivar en comportamientos más graves cuando se establecen los patrones de dominio y sumisión”, abunda.
Porque esos patrones son importantes en una etapa en la que los menores están aprendiendo a resolver los conflictos.
Expertos como Sánchez y psicólogas como Olga Barroso, de la Fundación Luz Casanova —que tiene un programa para adolescentes que han sufrido violencia de género— remarcan que las nuevas tecnologías facilitan el contacto entre los menores pero también se emplean como mecanismos de control. “El WhatsApp, los mensajes, las redes sociales se usan para saber en todo momento dónde está el otro y su actitud.
 Después, cuando la relación se rompe también se emplean como instrumento de acoso”, destaca la presidenta de la Comisión de Estudio de Malos Tratos, que insiste en que bien usadas, esas herramientas pueden ser positivas.
María supo lo que le ocurría a su hija cuando vio sangre tras una agresión
Barroso explica que a esa edad los menores tienen aún difusa la idea de lo que es control y lo que es interés o preocupación. “La línea es fina y las situaciones muy sutiles.
 Por ejemplo, ¿es normal si tu novio te pide que le llames desde el teléfono fijo de tu casa para saber que has llegado bien y quedarse tranquilo? ¿O si te dice que le mandes un localizador cada vez que sales para ver donde estás o te pide que le enseñes el móvil para ver con quien te escribes?”, dice.
Para ellos eso son “pruebas de amor”, dice la educadora Nieves Salobral
. Y, actualmente, el máximo de esos gestos es dar al otro la contraseña de acceso al correo electrónico, las redes sociales.
 Ceder la intimidad. Y eso es símbolo de amor. Porque, como explica Ana, una de las chicas asistida por Barroso, aman a su pareja.
 “Quizá sepas que no está bien, que los insultos o las agresiones no son lo correcto pero es tu novio, le justificas y no quieres verle mal. Solo deseas ayudarle para que deje de ocurrir...”, dice.

Sin principes azules, por favor

Bella, de la saga Crepúsculo, dio hasta su vida por amor y dejó de ser humana por su Edward, un vampiro. Aurora, la bella durmiente de Disney, se salvó del sueño eterno con un beso de amor del príncipe azul. Su salvador. “Hay muchos esquemas de dominación y sumisión por derribar.
Mitos del amor romántico que ofrecen a los jóvenes la idea de que hay que darlo todo por la otra persona. Eso les lleva a inmolarse y ceder ante la subjetividad del otro”, explica la educadora Nieves Salobral. Da talleres en institutos de Madrid en los que analiza películas y canciones para identificar estereotipos sexistas.
Salobral cuenta que los menores, aunque se saben la teoría y conocen el fenómeno de la violencia de género, suelen identificarla solo cuando es física.
 Para atajar el problema, dicen los expertos, la prevención es clave. Inmaculada Montalbán, presidenta del Observatorio de Violencia de Género del Consejo General del Poder Judicial, insiste en que solo a través de la educación de los más jóvenes se puede interrumpir la asunción de comportamientos machistas y romper la cadena de violencia.
Jesús Casas, subdirector del Instituto de la Mujer, asegura que el Gobierno avanza hacia ese modelo. “Es fundamental la educación en igualdad de toda la sociedad, pero más de las personas que aún se están formando”, dice
. Y en esa línea va el programa Plurales —iniciado recientemente—, que busca analizar los comportamientos de la comunidad educativa para destacar e implantar un catálogo de buenas prácticas.
 También, enumera, el Gobierno ha aprobado un nuevo título superior, el de técnico Superior en Promoción de Igualdad de Género. Elementos positivos para Montalbán que, sin embargo, se muestra preocupada por la desaparición, con la ley Wert, de Educación par la Ciudadanía, asignatura en la que estos valores tenían un peso específico.
Pero sigue ocurriendo. Y muchas menores, como al principio hizo Cris, se niegan a cortar con la relación, y la mantienen a pesar de la oposición de sus amigos o familias.
María B. cuenta con un hilo de voz que ha detectado que su hija, Gema, sigue en contacto con el chico con el que salía hasta hace unos meses. La chica, de 16 años, recibe ayuda psicológica desde que su familia detectó que sufría malos tratos por parte de su novio, el chico que hasta entonces les parecía modélico y con el que estaba desde los 14. “Al principio, cuando empezaron a salir me pareció hasta bien.
 El chico era muy educado, yo conocía a los padres...”, recuerda. Sin embargo, cuenta que llevaba un tiempo algo escamada porque percibía que Gema había dejado de salir con sus amigas, que discutía mucho con su novio
. “Casi siempre por celos de él, aunque luego siempre lo arreglaban”, explica.
Una noche, en plenas fiestas del pueblo, notó al llegar a casa que Gema tenía sangre en la ropa.
 Estaba muy nerviosa. Parecía que había discutido con el chico y que él se había ido. “
Yo sabía que algo había pasado pero mi hija solo me repetía que había que localizarle, que tenía miedo de que le hubiera pasado algo”. Le llamó al móvil.
 Le preguntó y el adolescente reconoció que había pegado a Gema.
El mundo de María se derrumbó. No sabía qué hacer ni a quién recurrir. Habló con los padres del chico y buscó ayuda para su hija. “No lo denuncié porque los dos son menores y la familia de él se ha involucrado, pero llegué a plantearme si estaba exagerando.
 Si no sería solo cosa de chiquillos... Pero no.
Y me alegró de haber actuado”, dice.
 A pesar de todo, admite entre sollozos que se siente culpable por no haberlo sabido antes.
 Por haber acogido al chico en su casa. Por no haber advertido más a su hija la primera vez que ella le mencionó el asunto de los celos.
Gema está ahora recibiendo el tratamiento que a Laura (nombre supuesto) le costó años solicitar. Ayuda y apoyo sin los cuales, aunque la relación de violencia haya acabado, la pauta puede repetirse con otras parejas. Laura sufrió malos tratos por parte de su novio a los 15 años, pero hasta los 20 no fue consciente del lastre que acarreaba.
 Una mochila de sumisión que, sin llegar a las agresiones, la llevaba a escoger a chicos autoritarios y dominantes. También la situación que vivía en casa, donde también sufría abusos, jugó un importante papel. “Eso me empujó a los brazos de ese chico que yo veía como mi protector
. Al principio me sentía genial, después...”, cuenta. Después, siguiendo el patrón de la mayoría de casos de violencia de género, llegaron los golpes.
En el caso de Laura fueron los padres de él quienes abrieron los ojos.
“Un día que había consumido droga me pegó delante de ellos. Se montó una pelea tan tremenda que él llegó a pegar a sus padres”, relata Laura.
 La chica les contó entonces lo que ocurría y ellos la animaron a denunciar. No lo hizo por miedo a su propia familia.
 Sin embargo, los padres del chico sí le denunciaron por agresión hacia ellos
. Y eso destapó que el joven tenía otras causas pendientes de robo con violencia.
 Fue condenado a dos años de cárcel. Laura no le volvió a ver
. Ahora se dedica a la formación de profesionales sanitarios. Además, como Alicia, aún acude a los grupos de terapia para jóvenes, a las que explica su historia.
 “A esa edad no te identificas como víctima de maltrato”, dice Alicia.
 Y si lo haces, cree Ana, cuesta dar el paso y contarlo: “No quieres que a él le pase nada y tampoco quieres que tu familia sufra. Es complicado”.
Eso fue lo que le ocurrió a ella, hasta que él la agredió en plena calle.
 Insiste en que tenía toda la información, la ayuda y la confianza de sus padres. Alicia y Laura, sin embargo, creen que su historia sí se hubiera evitado con prevención.
 Una opinión similar a la de los expertos, que alertan de que falta educación afectiva y en igualdad en los colegios.
 También más implicación social de las familias.
En definitiva, conocimiento para derribar los comportamientos y actitudes sexistas que se perpetúan en el siglo XXI, para desechar la idea de que los celos son el no va más del amor.
 Para aprender a identificar esos primeros signos que conducen a la espiral de la violencia machista.